Miles de alumnos exigen un fin a los tiroteos en las escuelas… despiertan a la vida política, enfrentan grandes cuestiones
27 de febrero de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us
Furiosos porque sus escuelas se han convertido en zonas de guerra, con el corazón desgarrado por la pérdida de seres queridos, hartos de los “pésames y oraciones” post-masacre, y decididos a poner fin a la epidemia de masacres escolares, miles de alumnos celebraron mítines, protestaron y abandonaron clases esta semana pasada, exigiendo ¡un fin a estos tiroteos! “Nunca más debe quitársele la vida a un inocente mientras simplemente trata de conseguir una educación”, declaró un estudiante.
Impulsados por la masacre de 17 alumnos y personal de la secundaria Marjory Stoneman Douglas High School en Parkland, Florida, alumnos por todo el sur de Florida abandonaron sus clases. Unos tres mil alumnos protestaron en el capitolio, y otros protestaron en Washington, DC; Silver Springs, Maryland; así como en Arizona, Illinois, Kentucky, Minnesota y el estado de Washington. Se han programado protestas nacionales para el 14 y 24 de marzo.
Todos debemos estar indignados y forcejeando con por qué esto está pasando y ¡cómo pararlo de verdad!
Despertándose y enfrentando grandes cuestiones
Los alumnos en Florida y otras personas se han topado de frente con una grotesca manifestación de la verdadera naturaleza de este sistema y esta sociedad y los horrores y locura que engendran. Se plantean cuestiones de gran envergadura, y los alumnos están buscando respuestas. Están exteriorizando lo que significa experimentar uno de estos ataques asesinos, o vivir con el temor de esto. Están exigiendo que se le ponga un fin. Y están diciendo que ellos van a ser los que le pondrán fin. Hay una vena de desdén hacia el establecimiento política que ha permitido que esto continúe, y rabia contra grupos como la Asociación Nacional de Rifle (NRA, por las siglas en inglés) con su fascista cultura armamentista. Es demente y criminal el que jóvenes que simplemente tratan de asistir a la escuela, conseguir una educación, andar con los amigos y desarrollar su vida sean acribillados en escuelas estadounidenses.
En esa mezcla, hay muchas ideas en conflicto.
La principal demanda de los alumnos, la misma que los demócratas y la prensa liberal han promovido durante años, es el control de armas de fuego. Si uno cree que el problema se trata de una que otra persona enloquecida o llena de odio que ha conseguido armas automáticas de alto poder, pues el control de armas de fuego le parecería la manera práctica, inmediata y obvia para asegurar que tales personas no consigan semejantes armas y que los alumnos estén a salvo.
Pero el problema es más grande y más profundo.
La realidad es que la violencia en masa es el pan de todos los días en Estados Unidos, una parte integral de su entramado social y su ADN. Está arraigada en el origen y la historia de Estados Unidos, su sistema y sus estructuras políticas, las relaciones sociales y la cultura las que ha engendrado y sigue reforzando. Para cambiar esto, hay que llegar a esas raíces.
Ante una llaga abierta dolorosa, quizás parezca lógico ponerle una curita. Pero si es un síntoma y manifestación de un problema más profundo como el cáncer, no funcionará, y hasta podría hacer más daño.
El control de armas de fuego y la averiguación de antecedentes: ¿La solución sería dar MÁS poder a este sistema, a este estado?
¿Qué resultaría de promulgar leyes para el control de armas de fuego y la averiguación de antecedentes?
¿Queremos dar aún más poder a Trump y sus compinches que dicen que los supremacistas blancos en Charlottesville son “gente buena”?
¿Queremos dar aún más poder y aún más rienda suelta a ellos cuyo trabajo es defender e imponer este sistema con armas? En comunidades cercanas a Stoneman Douglas o a casi cualquier otra escuela secundaria, se encontrarán policías que ya están hostigando, maltratando, asaltando con lujo de violencia, encarcelando y matando a jóvenes negros, latinos y otros jóvenes de color. Se encontrará a ICE desgarrando a familias inmigrantes.
Consideren la diferencia entre la manera en que Florida trató a George Zimmerman y cómo trató a Marissa Alexander: Zimmerman cazó a Trayvon Martin, el adolescente negro de 17 años sin arma, lo asaltó y lo mató a balazos. Marissa Alexander era víctima del abuso doméstico constante y temía por la seguridad de sus hijos, por lo que disparó un tiro de advertencia al aire. Sin embargo, Zimmerman salió impune y ¡a Marissa Alexander se la arrebataron a sus hijos y la mandaron a prisión!
O consideren esto: Durante la asamblea pública (“town hall meeting”) que CNN organizó el 22 de febrero, el alguacil del Condado de Broward, Scott Israel, sostuvo que la policía debe poder detener a las personas aun antes de que sean consideradas un peligro a sí mismas o a otros.
Esta es la misma fuerza policial que ha sido grabada vez tras vez tras vez matando a gente a golpes, matando gente con descargas eléctricas táser, balaceando a adolescentes por la espalda [en inglés], estrangulando a hombres no armados, poniéndoles drogas a sus víctimas, etc., etc. La abrumadora mayoría de las víctimas de este terror son negros, latinos y otros de color — y casi siempre la policía sale totalmente impune.
O consideren esto: En la secundaria Stoneman Douglas, tras el tiroteo, un estudiante, Lorenzo Prado, temía desesperadamente por su vida cuando un equipo SWAT local temporalmente lo confundió con el tirador. La realidad detrás de su terror legítimo: “Yo, no queriendo ser uno de esos reportes noticiosos sobre alguien que fue muerto injustamente porque se negó a alzar las manos, yo simplemente dejé caer mi teléfono en este instante… seis miembros de SWAT me apuntaban con sus armas… yo sabía que cualquier movimiento que hiciera sería el fin de mi vida”.
ESTE es el estado capitalista-imperialista (las instituciones y estructuras que mantienen e imponen el poder político de este sistema y su clase dominante, incluidas la policía y otras fuerzas armadas oficiales) que tendría aún más poder por medio de averiguaciones de antecedentes y leyes para el control de armas de fuego.
No debemos entregar a este estado el poder de regular aún más la capacidad de la gente de defenderse contra la violencia reaccionaria e ilegítima, ya que este estado es el mayor autor de violencia en el mundo. Si uno contribuyera a legitimar estos poderes adicionales, estos, tarde o temprano (por lo general temprano) serían utilizados contra el pueblo y contra movimientos políticos de resistencia.
Esto ocurrió en los años 1920 contra inmigrantes y radicales; durante la Segunda Guerra Mundial cuando metieron a los japoneses en campos de concentración; en los años cincuenta, cuando desataron la represión contra los sospechados de ser comunistas; y en los años sesenta, por medio del notorio programa COINTELPRO del FBI contra revolucionarios y grupos anti guerra y pro derechos civiles. Después del 11-S, instrumentos cada vez más expandidos de represión y vigilancia gubernamentales —legitimados como parte de la “guerra contra el terror”— se utilizaron contra las comunidades musulmanes, y más recientemente contra el movimiento Ocupar y los movimientos de masas que protestan por el asesinato policial.
No sean ingenuos. Nuevas medidas para el control de armas de fuego sólo intensificarían esa represión. Al estado y sus fuerzas militares y policiales brutales NO se les quitarán las armas, especialmente las armas automáticas de alto poder. La averiguación de antecedentes que se propone permitirá que ciertos sectores de la población sigan comprando armas —como la NRA y los fascistas supremacistas blancos que desfilaron en Charlottesville, que dicen que se están preparando para una “guerra racial”—, mientras lo prohibirá a otros.
La violencia en masa — ¡el pan de todos los días de Estados Unidos!
Estados Unidos fue forjado por medio de la violencia en masa, contra los oprimidos y los explotados —con armas de fuego, bombas, grilletes esclavistas, dogales de linchamiento. Desde el genocidio contra los indígenas, a la esclavitud y linchamiento de negros, al expansionismo del “Salvaje Oeste” y el robo de tierras mexicanas, a la explotación cruel de inmigrantes, y a las guerras imperialistas por todo el mundo: las Filipinas, Vietnam, Haití, El Salvador, Irak, y la lista sigue y sigue. La serie continua Crimen Yanqui en revcom.us los documenta. Estados Unidos se construyó a base de esto: la supremacía blanca, la misoginia, y la supremacía imperialista estadounidense.
La violencia estadounidense no es un asunto partidista. Veamos la historia de los demócratas: Abrieron paso a la pesadilla nuclear en Hiroshima y Nagasaki. Han iniciado y han apoyado a una guerra asesina tras otra, desde Vietnam a Irak y Centroamérica. Bajo Bill y Hillary Clinton, se dispararon la encarcelación en masa, el terror policial, y la militarización de la frontera. Ahora dirigentes demócratas como Chuck Schumer y otros están colaborando con el fascista Donald Trump y normalizándolo.
Alcaldes, gobernadores y otros políticos demócratas se apuran a unirse con la demanda de los alumnos de Florida por el “control de armas de fuego”. ¿Por qué?*
Existe una división aguda entre las fuerzas dominantes de esta sociedad, y el control de armas de fuego ahora compone una parte de esta batalla. No discrepan sobre ponerle fin o no a toda la violencia injusta que Estados Unidos inflige al mundo por media de sus guerras, o a la gente negra, latina y otros de color en Estados Unidos por medio de sus prisiones y policía, o cualquier de los otros horrores arraigados en este sistema. Esta riña tiene que ver con cómo responder mejor en un momento de gran cambio. El régimen fascista de Trump y Pence y los demócratas, siendo los dos representantes de diferentes sectores de la clase dominante de este sistema, tienen programas y cosmovisiones diferentes al respecto. (Vea “En la lucha por deshacerse de Trump y Pence… ¡El Partido Demócrata es parte del problema, y NO parte de la solución!”).
Trump y los republicanos y la NRA, hasta la fecha, se han opuesto rotundamente a cualquier medida de control de armas de fuego. En esencia, eso no se debe a la influencia del cabildeo pro armas de fuego. Es porque son fascistas. Un elemento importante de eso es mantener las armas de fuego directamente en las manos de su base social supremacista blanca y xenófoba — como puso en claro un video virulento que la NRA publicó el año pasado.
La violencia estadounidense es fomentada y celebrada por una cultura impregnada de violencia, misoginia y los valores de “yo primero y a la jodida con los demás”. ¿Cuántos programas televisados y películas se enfocan en la “justa” venganza sangrienta? ¿Cuántos videojuegos celebran y dan puntos por la violencia gratuita? Todo esto ahora es intensificado, resaltado, abiertamente apoyado y violentamente reforzado —con creces— por el régimen fascista de Trump y Pence. Y los portavoces y representantes de este sistema declaran que el problema se trata de ¿unos pocos individuos “trastornados”?
En los medios de comunicación los alumnos y otros han repetido una realidad impactante: Estados Unidos es único en el mundo respecto a este tipo de tiroteo en masa demente y destructivo. Portavoces demócratas explican esta inmensa diferencia con un solo factor: las leyes sobre el control de armas de fuego. Pero ¡eso ni siquiera araña la superficie!
¿Qué verdaderamente tiene de único Estados Unidos? Es el Número Uno en lanzar bombas —inclusive bombas nucleares— alrededor del mundo. Es el Número Uno en el genocidio y la esclavitud, en la encarcelación en masa y la tortura. Es el Número Uno en la cultura individualista, vengativa, yo primero, y en convencer a los privilegiados que son las víctimas. ESTO es indisociable del fenómeno de los tiradores en masa.
Es imposible entender las raíces de tiroteos en masa —ni tener ninguna posibilidad de superarlos— sin vincularlos con este entramado mayor que tenemos que hacer añicos y transformar.
Alumnos: Eleven la vista al mundo entero
Los recipientes de DACA, muchos de ellos compañeros de clase de ustedes, podrán —por ahora— continuar y renovar su estado como recipiente de DACA, lo que da protección temporal contra la deportación. Pero la vida y futuro de los Soñadores todavía penden de un hilo, con la posibilidad de la terminación de DACA sin aviso, y en tal caso podrían ser deportados inmediatamente. También, once millones de inmigrantes son amenazados con la deportación en masa, y muchos sufrirán la separación de sus familias e incluso podrán ser mandados de regreso a situaciones que resultarán en su muerte, si Estados Unidos cumple con estas amenazas.
¿Y qué de las personas y jóvenes de Afganistán, Irak, Siria y Yemen que están muriendo ahora mismo por las grandes y poderosas armas de fuego de Estados Unidos? ¿O las personas y jóvenes de Corea del Norte e Irán, bajo la amenaza de armas nucleares estadounidenses? ¿Pueden ustedes ponerse en su piel? ¿Pueden ustedes imaginarse los sueños que tienen ellos? ¿Toman partido con ellos?
Al despertarse ustedes a los horrores de Estados Unidos y lo que hace, eleven la vista hacia la emancipación de toda la humanidad. Si no, ninguno de estos ultrajes terminará, y de varias formas ustedes pueden terminar oponiéndose a otros cuya vida está siendo destruido por el mismísimo sistema responsable de los tiroteos escolares que con razón les indignan a ustedes.
La verdadera locura es dejar que continúe este sistema capitalista-imperialista forjado en el racismo, el genocidio y la misoginia, al cual no le importan ni un comino los jóvenes en Parkland, Florida, ni la gente en ninguna otra parte. Es el mismo sistema que impulsa el mundo hacia una calamidad ambiental con el calentamiento global, y lo amenaza con un holocausto nuclear. Va a requerir nada menos que una revolución real para cambiar eso.
A los que se angustian por el tiroteo escolar más reciente, y a los que lo aborrece: Exploren la historia de Estados Unidos y la naturaleza de esta sociedad. Pónganse de pie, opónganse resistencia, y rebélense contra todos los abusos y ultrajes que están ocurriendo, y contra el sistema subyacente. Visiten revcom.us y exploren la más radical y revolucionaria visión, estrategia y plan para un mundo completamente diferente, sin la carnecería y locura innecesarias que son un distintivo de Estados Unidos.
* George y Amal Clooney, Oprah Winfrey y otros están donando millones de dólares para apoyar las marchas próximas que promueven el control de armas de fuego y votos por los demócratas este otoño. Sin embargo, no donan millones para parar amenazas más graves e inmediatas: los ataques contra los Soñadores y los inmigrantes, el peligro de guerra, hasta una guerra nuclear, contra Irán y Corea del Norte, la consolidación y normalización del régimen fascista de Trump y Pence. De hecho, están alimentando una dinámica que invisibiliza estos temas monumentales que afectan a miles de millones de seres alrededor del planeta mientras avanzan rápidamente hacia un horror más grande. [regresa]
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