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LA EXPLOTACIÓN: QUÉ ES,
CÓMO PONERLE FIN

En un informe reciente sobre el trabajo revolucionario en Chicago, una de las personas en ese lugar atraída hacia la revolución indicó que él no sabía qué significa la palabra “explotación”. Ya que esta palabra “explotación” describe algo muy básico sobre el sistema del capitalismo bajo el cual estamos obligados a vivir actualmente, y ya que muchas personas no cuentan con un entendimiento claro sobre esto, es importante explicar lo que significa la “explotación”.

En el sentido más general, “explotar” significa “sacarle provecho”. Más específicamente, puede significar sacar provecho a otras personas — usarlas. Y en términos de un entendimiento científico con respecto a la economía, la “explotación” se refiere a una situación donde una persona, o un grupo de personas, acumula riqueza capitalista creada por el trabajo de otros. El capitalismo es un sistema en que un número relativamente pequeño de personas, los capitalistas, poseen y controlan los medios de producción grandes (fábricas, tierra, materia prima, maquinaria y otra tecnología, etcétera) y por lo tanto están en una posición para obligar a otras personas, que no poseen ni controlan medios de producción, a trabajar por ellos. Es el trabajo de esas personas explotadas por los capitalistas —y no la “brillantez” o el “genio empresarial” de los capitalistas— lo que de hecho crea la riqueza que los capitalistas se apropian (se la toman por su propia ganancia y uso).

Cabe repetir, los capitalistas están en una posición para apropiarse la riqueza la que producen otras personas, a las cuales explotan, porque los capitalistas poseen y controlan los medios de producción grandes — medios de producción creados a su vez por el trabajo de personas explotadas por los capitalistas. (Por ejemplo, en una fábrica que es propiedad de capitalistas, la maquinaria con la que trabajan los trabajadores la produjeron otras personas, en otras fábricas, transformando materia primera para crear esa maquinaria; materia prima la cual minaron, a su vez, otras personas que también trabajaban bajo condiciones de explotación capitalista.)1

Bajo el sistema capitalista, siempre hay una “población excedente” — personas que quedan desempleadas porque no es posible explotarlas de manera rentable. (Y la existencia de personas en esta posición es una ventaja que aprovechan los capitalistas para explotar a los que emplean — “si usted no quiere este trabajo al salario que yo le pago, pues hay muchas otras personas por ahí desesperadas para conseguir empleo…”)

Hoy día, este sistema del capitalismo se ha desarrollado para convertirse en un sistema altamente globalizado de explotación, el capitalismo-imperialismo, en que un número relativamente pequeño de capitalistas poseen y controlan medios de producción a una escala masiva y se apropian enormes riquezas capitalistas, sobre la base de explotar a miles de millones de personas por todo el mundo, entre ellas cientos de millones de mujeres y más de 150 millones de niños que son explotados de la manera más cruel (sobreexplotados), especialmente en el tercer mundo (América Latina, África, el Medio Oriente y Asia)2.

Repito, estos miles de millones de personas están en una posición en que es posible explotarlas terriblemente porque no poseen medios de producción (muchas de ellas, especialmente en los países del tercer mundo, son personas cuyas familias antes poseían pequeñas parcelas que cultivaban, pero tuvieron que abandonar sus tierras, al ya no poder sobrevivir de la cosecha, en gran parte por la dominación de la política y la economía de sus países por capitalistas centrados en países imperialistas como Estados Unidos).

Es este sistema del capitalismo-imperialismo el que es la raíz de todo el sufrimiento y locura horrendos e innecesarios a que están sometidas las personas por todo el mundo, y de la amenaza creciente a la propia existencia de los seres humanos en su conjunto.

Para acabar con la explotación —y con toda la opresión que la acompaña—, es necesario acabar con el sistema del capitalismo-imperialismo. Y eso significa hacer una revolución para derrocar este sistema, y reemplazarlo con un sistema fundamentalmente diferente y mucho mejor, basado en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte.

Qué es esta revolución y este sistema radicalmente nuevo… por qué esta revolución es posible… y cómo llevar a cabo esta revolución — todo esto lo ponen claro varias obras mías, y de otras personas, en revcom.us, incluida la proclama SOMOS LOS REVCOM, y la declaración de los revcom NECESITAMOS Y EXIGIMOS: UNA FORMA TOTALMENTE NUEVA DE VIVIR, UN SISTEMA FUNDAMENTALMENTE DIFERENTE, así como la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte. También El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos! en YouTube explica vivamente todo esto.

Y ahí les va el reto:

A toda persona que ya no soporte este mundo tal como está… que esté harta del trato a tantas personas como si fueran menos que humanos… que reconozca que la supuesta “libertad y justicia para todos” es una mentira cruel… que esté justamente enfurecida porque la injusticia y la desigualdad siguen, y siguen, y siguen, a pesar de las falsas promesas y palabras almibaradas de aquellos que están en el poder (o aquellos que aspiran a conseguirlo)… a toda persona que se angustie ante el rumbo por el cual se encaminan las cosas y el hecho de que ser joven ahora implica carecer de un futuro digno, o de plano de un futuro… a toda persona que haya soñado alguna vez con algo mucho mejor, o alguna vez se haya preguntado si eso es posible… a toda persona que anhele un mundo sin opresión, explotación, pobreza y destrucción ambiental… a toda persona con corazón para luchar por algo por lo que realmente vale la pena luchar: TÚ tienes que ser parte de esta revolución.

Especialmente en un momento como el actual — un momento en que cosas importantes están en el aire en el mundo, con efecto a todo el futuro de la humanidad… cuando esos explotadores y opresores de pesos pesados que gobiernan sobre nosotros en Estados Unidos están encarnizadamente divididos entre sí y son cada vez más incapaces de mantener la articulación de las cosas como clase dominante “unificada”… cuando existe no sólo una necesidad urgente sino una verdadera posibilidad de aprovechar esta situación para derrocarlos por completo — si NO estás conectándote con los revcom (comunistas revolucionarios) que están trabajando a diario por esta revolución, si no eres parte del trabajo para hacer nacer esta revolución, pues, ¿¡qué carajos estás haciendo!?3

 

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Notas, de Bob Avakian

1. Los amargos efectos de ser parte de la clase explotada —el proletariado— bajo el sistema capitalista es algo que las personas experimentan en su vida cotidiana. En el libro El Nuevo Comunismo, hablé de esto:

[U]na persona puede estar entre los de abajo de la sociedad — o bien no tiene trabajo y se las arregla como pueda, o consigue un trabajo y otra persona la explota. Y para conseguir ese trabajo, tiene que salir a venderse. Eso es lo que hace. Esa persona va a una entrevista para un trabajo, y le dicen: “Bien, ahora, veamos su historial” y todo eso. A veces piden que la persona mee en un frasco, y otras veces quieren saber todo acerca de su historia personal, quieren saber si alguna vez la han arrestado o si la han condenado de un delito mayor. Y no se puede contestar, “¡Qué carajos, nada más denme el trabajo, maldita sea, pues tengo hambre!”. Pues, quedará en la calle. Ni siquiera se puede responder más diplomáticamente, “Disculpe, pero esa es una pregunta algo personal, ¿no le parece?”. No. Porque el entrevistador... trabaja para la gente que posee los medios de producción, y el entrevistado no posee ninguno, por lo que se encuentra en una posición sin poder, porque si no les complace, no lo van a contratar. (Este pasaje es de “Introducción y orientaciónVíctimas necias del engaño ajeno y propio”, página 31, en El Nuevo Comunismo.)

En cuanto a los cimientos del sistema capitalista, éste se forjó por medio de mucha violencia. Por ejemplo, en Europa hace varios siglos, muchísimos campesinos (agricultores en pequeño) fueron obligados a abandonar sus tierras y a convertirse en proletarios y a vender su fuerza de trabajo (su capacidad de trabajar) a los capitalistas que venían desarrollándose en las ciudades a base de su papel de comerciantes, jefes de asociaciones manufactureras tempranas, usureros, etc. En las Américas, enormes números de los habitantes originarios, los que lograron sobrevivir las guerras y enfermedades que los invasores europeos trajeron, fueron obligados a trabajar, muchas veces bajo condiciones literalmente roba-vidas, para enriquecer a explotadores que vinieron a las Américas desde España y otros países. Y, que no se nos olvide, los cimientos de la riqueza de este país capitalista —del “Estados Unidos tan cacareado”— se basaba, en medida muy grande, en el trabajo de esclavos.

Como señaló Carlos Marx, el fundador del comunismo, con una ironía mordaz: Los “albores” del capitalismo se caracterizaron por la esclavización de números masivos de africanos; el trabajo forzado, literalmente hasta la muerte, de los pueblos conquistados en América del Sur en las minas de metales preciosos; y otros medios monstruosos de acumular riquezas.

Es un hecho que algunas de las sociedades anteriores en las Américas —como el imperio inca en América del Sur y el azteca en México— se basaron también en la explotación de las masas de personas por parte de las clases dominantes en esas sociedades; y es cierto que existía la esclavitud en el propio África durante un tiempo antes de la invasión de ese continente por los explotadores europeos. Pero esto asumió dimensiones mucho más grandes y mucho más horripilantes, comenzando hace varios siglos, con la conquista y la colonización de estos continentes, el desarrollo de la trata internacional de esclavos, y la maquinaria implacable de la explotación capitalista, que despiadadamente ha usado y ha matado, de manera inmediata o más gradual, a generación tras generación, a millones tras millones, de personas, en la búsqueda capitalista maníaca, y la competencia inmisericorde entre capitalistas, por conseguir cada vez más ganancias. [volver]

2. Más allá de aquellos que participan directamente en explotar a las personas en el proceso de producir la riqueza del sistema capitalista, hay otros explotadores capitalistas también. Por ejemplo, hay bancos y otras instituciones financieras que sacan ganancias por medio de préstamos a las corporaciones y otras empresas que explotan a las personas directamente. (Estos préstamos se tienen que pagar, con una cantidad adicional de dinero — el “interés”.) Además, con frecuencia estas instituciones financieras invierten por su cuenta en las corporaciones que explotan a las personas directamente. Y, por su parte, corporaciones de gran escala también participan en transacciones financieras. El capital financiero se entreteje con el capital que se usa directamente para explotar a las personas en el proceso de la producción. También hay capitalistas mercantiles — por ejemplo, aquellos que venden ropa, o comida y otras necesidades básicas. Y hay aquellos que invierten en la bolsa de valores —pero esto solo se equivale a un tipo de apuestas— de apostar a cuáles empresas capitalistas tendrán más éxito en explotar a las personas.

Lo más fundamental es lo siguiente: la fuente de la riqueza que estos diferentes capitalistas acumulan es la explotación de las personas obligadas a trabajar por un capitalista u otro (o corporación capitalista, etc.) en el proceso de producir las cosas que las personas usan. [volver]

3. Por qué este es un momento poco común en que se vuelve más posible una revolución, incluso en un país imperialista poderoso como Estados Unidos, se examina en varias obras mías, y de otras personas, en revcom.us, entre ellas Revolución: Importantes puntos de viraje y oportunidades poco comunes, así como Algo terrible, O algo verdaderamente emancipador: Crisis profunda, divisiones crecientes, la posibilidad inminente de una guerra civil — y la revolución que se necesita con urgencia, Una base necesaria, una hoja de ruta básica para esta revolución, y Organizarse para una revolución real: 7 puntos clave. Y cabe repetir, El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos! en YouTube también explica vivamente todo esto. [volver]