“Israel ha hecho algo verdaderamente increíble — ¡Israel ha conseguido convertir a judíos en nazis!
— una provocación de Bob Avakian, que acompaña su declaración: Después del Holocausto, lo peor que le ha pasado al pueblo judío es el estado de Israel.
En 1939, los nazis invadieron a Polonia y ocuparon la capital, Varsovia. En ese entonces, Varsovia ocupaba el segundo lugar en población judía, después de la ciudad de Nueva York, y era un centro global de vida y cultura judía.
Un elemento central de la ideología nazi fue el antisemitismo rabioso, violento y deshumanizante (para conocer los antecedentes, véase: Revolución responde a una pregunta sobre la naturaleza del Holocausto). Los nazis ordenaron a los judíos por toda Polonia a que, para salvarse la vida, huyeran al ghetto de Varsovia. Más de 400.000 judíos estaban hacinados en un espacio de poco más de dos kilómetros y medio cuadrados. El Ghetto estaba cercado de muros de 3 metros de alto rematados con vidrios rotos y alambre de púas. Los soldados nazis estaban posicionados para abrir fuego y matar a cualquiera que intentara escapar. El hambre, las enfermedades y la muerte eran epidémicas. Al decirle al mundo que se estaba “evacuando” a los judíos, los nazis enviaron a unos 265.000 judíos de Varsovia al campo de exterminio en Treblinka, y masacraron en el proceso a 35.000 judíos que opusieron resistencia, o simplemente para crear un ambiente de terror que impulsó a la gente a subirse a los trenes rumbo a Treblinka.
En 1943, combatientes judíos de la resistencia pésimamente armados contraatacaron, matando a algunos nazis, y en una masacre unilateral, los nazis mataron a 7.000 combatientes y no combatientes judíos. Los supervivientes capturados fueron trasladados a Treblinka. Cuando el ejército de la Unión Soviética (en ese entonces un país socialista) liberó Varsovia al fin de la Segunda Guerra Mundial, sólo quedaban ahí unos 11.500 judíos.
Hoy, Israel y el primer ministro Netanyahu (Netan-NAZI) han convertido la ciudad palestina de Rafah en la franja de Gaza, en un Ghetto de Varsovia de hoy día. Casi un millón y medio de palestinos han sido expulsados por las bombas israelís de 900 kilos, misiles, tanques y excavadoras suministrados por Estados Unidos, hacia la ciudad de Rafah, en la frontera entre Gaza y Egipto. Al frío y lluvia invernal del Medio Oriente, se duermen en las calles o en “refugios” de lonas de plástico. Israel sigue estrangulando la entrega de alimentos, medicinas y combustible, y las enfermedades transmisibles son epidémicas.
El 8 de febrero, Netan-NAZI ordenó que “evacuara” la gente ahora hacinada en Rafah. Según informes de los periódicos israelíes, se está ordenando a que la gente en Rafah se vaya a una “zona segura” donde intentaría sobrevivir en condiciones tan hacinadas como en el Ghetto de Varsovia, pero tendría que dormir en la arena , sin agua, comida o luz, en lugar de cuartos de departamentos abarrotados. Las zonas que Israel designa como “zonas seguras” no tienen agua entubada ni baños, y las tiendas de campaña brindan poca protección contra el clima frío y lluvioso del invierno. E Israel ha bombardeado constantemente a las “zonas seguras” durante toda la matanza genocida en Gaza.
En un sentido u otro, el estado sionista de Israel está tomando medidas para hacer con el pueblo palestino en Rafah lo que los nazis hicieron con los judíos en el Ghetto de Varsovia.