Revolución #190, 31 de enero de 2010


La polémica en torno a la película Precious: ¿Sataniza a los hombres negros? O saca a la luz el potencial desaprovechado de las "muchachas valiosas de todas partes" y por qué todos deberían desear que ese poten-cial se realice

La película Precious, basada en la novela Push de Sapphire, es un trabajo valiente. La película explora una realidad brutal y poco re presentada que viven millones de mujeres de nuestra sociedad, y en particular cómo la viven las mujeres negras. El personaje principal, Claireece Precious Jones [Nota de la traductora: su nombre, "Precious", significa "valiosa" en inglés], es una joven negra obesa, de tez muy negra, que ha vivido un infierno de maltrato físico y abuso sexual.

La película confronta directamente todo lo que Precious ha sufrido: la violación a manos de su padre, el segundo embarazo por culpa de él, la prueba del SIDA seropositiva, los abusos de su madre, la total falta de respeto de sus compañeros de clase y la indiferencia del sistema escolar. Ella se siente, con razón, invisible ante el mundo. Pero como dice la reseña de Annie Day en el periódico Revolución: "La película detalla la transformación de Precious. Le ayuda, la cultiva y le reta Blue Rain, una maestra en un programa de alfabetismo. La rodean otras jóvenes como ella — algunas que son madres solteras, pobres y ex adictas, otras que son golpeadas y abandonadas a su suerte — pero todas se cuidan entre sí en lo que fuera, sin ese abrigo, un mundo frío e indiferente". (Revolución #185, 13 de diciembre de 2009)

También es una producción maravillosa, con interpretaciones conmovedoras y complejas que te ponen en el pellejo de la gente marginada y satanizada en la sociedad. Y, como todo arte poderoso, le llega al alma.

Muchísima gente le ha dado una tremenda acogida a la película. Las colas para verla han serpenteado fuera de los cines para doblar la esquina. Los comentarios sobre el impacto que ha tenido se ventilaron por semanas en los periódicos, la radio y los blogs.

La polémica en torno a Precious

 

El Fondo de Literatura Revolucionaria para Presas y Presos recibió esta carta de un lector que está preso:

Sin embargo, algunas personas han reaccionado con fuertes críticas a la película, diciendo que equivale a una "pornografía sobre el ghetto" y que contribuye a los estereotipos negativos a los negros. Una crítica muy citada es la del autor negro Ishmael Reed. En una larga reseña titulada "Hollywood’s Enduring Myth of the Black Male Sexual Predator: The Selling of Precious" (El mito continuo de Hollywood acerca del depredador sexual negro: La venta de Precious), Reed condena la película por "satanizar al hombre negro" y por "presentar la peor imagen de la mujer negra que he visto jamás". Agregó: "Planteo incluso que [Precious] hace que D.W. Griffith parezca un progresista". (Griffith fue el director de la película Nacimiento de una nación, que exaltó el Ku Klux Klan a principios del siglo veinte.) Reed dijo además que la película es un ejemplo de "minstrelismo" (se refiere a un tipo de caricaturización racista que remonta a los tiempos de la esclavitud en Estados Unidos — nota de la traductora).

La promoción del "minstrelismo" es omnipresente en la cultura estadounidense, en imágenes que les quitan humanidad y creatividad genuina a los negros y los reducen a estereotipos que fortalecen en la mente de los blancos su sentido de superioridad. Hoy en día esos estereotipos se manifiestan en el desfile de atletas profesionales y raperos negros presentados como criminales y hampones sin sentido, o en la representación de mujeres negras como cazafortunas y sexualmente promiscuas, y en otras formas. Por lo tanto, es comprensible que se preocupe por la representación de personajes negros. Pero, ¿es el caso que Precious promociona eso? No. En Precious, las personas que usualmente se pintan como estereotipos odiados y menospreciados, si es que las representan en primer lugar —las muchachas negras demasiado gordas y de tez muy negra, y las mujeres que viven de la asistencia pública— son presentadas tal como son, como seres humanos completos que tienen complejidad y humanidad. De esa manera la película contribuye a una comprensión mayor de la magnitud de la opresión que esas personas confrontan y el impacto de esos estereotipos. Eso es diametralmente opuesto al "minstrelismo".

El argumento de Reed

Se requeriría todo un libro para desmenuzar el argumento completo de Reed, pero en esencia, dice que Precious es una película hecha por gente blanca, en que los artistas negros se hacen de pantalla, para vender imágenes negativas de los hombres negros al público blanco.

Citamos el artículo de Reed: "¿Es cierto que Daniels dirigió Precious o es su función verdadera en ese vil proyecto ser el blanco de críticas, así como [los productores ejecutivos] Oprah Winfrey y [Tyler] Perry? Cuando Daniels iba al escenario para ejercer su papel de ‘director’, ¿sucedió que la gente blanca, que es dueña de la película y proporcionó al equipo de rodaje, llamara a los guardias? Es difícil de saber".

Sigue con esa idea: "Ellos (los blancos) quieren echar una miradita a la vida de los negros para confirmar la verdad de todos los mitos que han escuchado. Richard Wright dijo: ‘El negro es la metáfora para Estados Unidos’. Más bien, es el antidepresivo de Estados Unidos. Gente que se deprime con su vida y se medica consumiendo la depravación negra, qué buen negocio".

Hacia el final del artículo, Reed escribe: "¿Se cansará jamás el público de ‘nicho’, para el cual se hizo esa película, de que [nuestros] hermanos [negros] sean el símbolo de la misoginia universal masculina? ¿La cara que está en la diana, contra la cual las feministas descontentas de todos los grupos étnicos apuntan sus flechas, las mujeres que temen desafiar la misoginia practicada por hombres de su mismo origen? Al juzgar por la taquilla, quizás no".

Lo que Reed pasa por alto y lo que borra

Para empezar, Reed no pregunta ni una vez si la película acierta en su descripción de la realidad. Nunca pregunta cómo sienten las jóvenes y las muchachas, de todas las nacionalidades, que son violadas y abusadas en esta sociedad. Ni sobre las maneras en que eso afecta a las negras en particular, que sufren una doble opresión. Nunca propone que se debería contar esas historias. Al tratar el tema como si fuera solo una "estrategia de mercadotecnia" para vender "imágenes de depravación masculina negra", Reed borra por completo la realidad brutal e innegable de lo que significa vivir en este planeta como mujer. Solo en Estados Unidos, una de cada cuatro mujeres será violada durante su vida, una mujer es golpeada por su compañero cada 15 segundos, tres mujeres mueren cada día a manos de su amante o esposo, y casi 220 niños y niñas son abusados sexualmente cada día, la mayoría a manos de un pariente o de un amigo de la familia.

Reed critica incluso el drama Ruined [Arruinada], que ganó el premio Pulitzer y trata el tema de la violación en el Congo, diciendo que contribuye a esta satanización de los hombres negros. (En el Congo se utilizó sistemáticamente la violación como un arma de guerra y el drama presenta la realidad desgarradora.) No hay datos completos, pero a lo largo de diez años se violaron a cientos de miles de mujeres en el Congo, y los números van en aumento a un ritmo alarmante. El drama hace alusión también al papel del Occidente en azuzar el conflicto para obtener el control de los recursos de coltán, que se usa en la fabricación de aparatos electrónicos como los teléfonos celulares. (Raymond Lotta habla sobre eso en un vídeo corto e impactante: The Rape of the Congo and Your Cell Phone [La expoliación del Congo y tu celular], en youtube.com/raymondlotta.)

Entonces, te pedimos hacer ahora lo que Ishmael Reed se niega a hacer: detente para pensar en el impacto vivido que esos números representan. Los sueños de muchachas abatidas y destrozadas, y las pesadillas que llenarán su dormir durante toda la vida. Y piensa en lo que significa, para colmo, que se les dice en mil maneras a mujeres como Precious que ese tormento se la buscaron ellas mismas. Annie Day escribió: "La historia de Precious no es una anomalía sino una destilación". La realidad refleja la verdad de ese comentario.

Reed también le hace caso omiso al hecho de que la película ha conmovido a muchísima gente, en particular a los miles de mujeres negras (pero no solamente a ellas) que tras ver la película empezaron a contarle a quien escuchara su propia historia de abuso... por todo el país, en foros del internet, en las escuelas y en el foyer de los cines adonde los distribuidores de Revolución han ido para hablar con las y los cinéfilas/os. Aun cuando no vivieron esa experiencia al mismo extremo, muchas mujeres dijeron que Precious sirvió como una ventana para adentrarse en ella.

En tercer lugar, Reed borra y pasa por alto la evolución que Precious experimenta y su vida como persona multidimensional. Ella confronta horribles abusos sexuales y físicos, el analfabetismo, el contagio del SIDA de su padre, y mucho más, pero nada de eso le quebranta el espíritu. Reed le hace caso omiso a las relaciones que Precious forja con sus compañeras de clase y con su maestra, quienes la cuidan y la retan. Desarrollan lazos de amistad, de respeto, de lucha y de afecto. La película no suaviza la brutalidad que sufre Precious, pero también la pinta como una persona de humor, humanidad, curiosidad, una viva imaginación, inteligencia y corazón. No es una víctima sin cara ni nombre. Pero Reed no la describe así en ningún momento.

Erin Aubry Kaplan, escribiendo en Salon.com, señala con perspicacia por qué los demás no le harían caso a una joven como Precious y por qué la película es importante en narrar su historia: "Lejos de ser un tipo de espectáculo explotador para los blancos, la historia contundente de Precious es una película para los negros y un reto a que dejemos caer la coraza emocional y abracemos una historia de la vida real que hemos minimizado por mucho tiempo: la de una muchacha grandullona, negra, de mirada hosca y analfabeta, que vive al fondo del ghetto y con toda probabilidad no saldrá de ahí. Es la mala hierba no solamente para la sociedad blanca, sino para la negra también, en particular para una clase media que por años ha estado tratando de salvar su imagen racial ‘negativa’ de la calaña de Precious. Sin embargo, aunque en el mundo real pregonamos hasta el cansancio la ‘comunidad’, son las muchachas y los muchachos como ella que se quedan al fondo del pozo. Al hacer sumamente humana a una que vive al fondo del pozo, la película nos obliga a los negros a evaluar nuestra propia humanidad. Y yo me hallé avergonzando más de una vez".

El otro aspecto que resalta en el artículo de Reed es la manera en que habla de las mujeres en general. A las jóvenes profesoras negras que han comentado positivamente sobre Precious en la revista del web The Root las llama "... de esas que usan los cursos universitarios para desquitarse con sus padres". Insinúa que la poetisa y autora Sapphire y el cineasta Lee Daniels guardan memorias falsas de abuso. Casi nunca menciona a una mujer sin describir su aspecto. Dice que Mariah Carey, que interpreta a una trabajadora social, tiene un cuerpo "firme", que "la cámara favorece" a Paula Patton, que interpreta la maestra de Precious, Blue Rain; dice tres veces que la actriz que interpreta a Precious pesa 160 kilos (un hecho que obviamente le molesta) y que una de las financiadoras de la película tiene "las manos bien cuidadas" y un "cuerpo atlético", además de no "escatimar la sombra para ojos". Reed relaciona el apoyo de Oprah Winfrey a esta película con su participación en otras obras que él dice menosprecian al hombre negro, como su financiación y actuación en El color púrpura (que llama un "producto del incesto negro"), y cita a una persona que dice que, "como su adicción a la comida", Oprah no puede más que satanizar a los hombres negros.

Su defensa del patriarcado sale a flote también en cuanto a los gays. Aquí se equivoca de hechos básicos de la película. Dice que un enfermero, John John, interpretado por Lenny Kravitz, es gay. En realidad, la película deja claro que John John es heterosexual, pero la visión de Reed es tan distorsionada que, al parecer, simplemente no le entra que un personaje masculino de voz baja no sea gay. Continúa, diciendo que Precious es "una película en que los gays son superiores a los hombres heterosexuales negros", así creando un tipo de tótem patriarcal en el cual trata de identificar qué tan cerca está "su grupo" a la parte más alta.

No todos los que se han preocupado por la posibilidad de que la película contribuya a la representación estereotípica de los negros en general, o a la satanización del hombre negro, defenderían esta clase de misoginia sin ambages. Pero hay que preguntar por qué Reed llega hasta ese punto y por qué sus argumentos han tenido resonancia.

La realidad de la emasculación, su raíz, y lo que es y no es la solución

¿Hay razón para preocuparse por la representación del hombre negro en la cultura popular? Por supuesto que la hay. Estados Unidos se construyó sobre tales ideas; durante la época de la esclavitud, el fantasma del hombre negro como depredador sexual se utilizó para justificar su brutal subyugación. Durante la era de Jim Crow que siguió la esclavitud, se lo utilizó como justificación para miles de linchamientos de hombres negros. La película Nacimiento de una nación, mencionada arriba, es una celebración del Ku Klux Klan, el cual fue responsable por miles de esos linchamientos y por crear una situación de terror, literalmente, para la población negra. Esa película tuvo su estreno mundial en la Casa Blanca y el presidente en ese entonces, Woodrow Wilson, le dio grandes elogios. (Supuestamente dijo: "Es como escribir la historia con rayos. Mi único pesar es que todo es terriblemente verdad".)

Hoy, en todas partes se ven imágenes de "jóvenes negros súper-depredadores" y "pandilleros irresponsables"; los programas "de realidad" de la tele, como COPS, e incluso el reportaje sobre los deportes en la ESPN están repletos de hombres negros representados como criminales y hampones. Las únicas imágenes "positivas" de hombres negros que demuestran son policías, soldados y buzos de la Marina. ¡Eso no lo necesitamos!

Este sistema ha querido emascular a los hombres negros a lo largo de la historia. Lo ha hecho literalmente durante los linchamientos al torturar al hombre negro (como en el caso de Claude Neal, acusado de matar a una mujer blanca; se le cercenó el pene y los testículos, y se le obligó a comérselos antes de asesinarlo con barbaridad.) También lo ha hecho en el sentido figurado. Durante la época de la esclavitud, cualquier hombre blanco ligada a una plantación podía violar a cualquier mujer esclava de esa plantación, y ni su esposo, ni su hermano o su padre, ni cualquier ser querido de ella tenía recurso alguno en el asunto (sin mencionar lo que le pasaría a la mujer esclava si se defendiera). Se trataba a los hombres negros como si fueran niños; estaban obligados a caminar arrastrando los pies y a agachar la cabeza ante cualquier persona blanca con quien se toparan, con la amenaza de muerte si no lo hicieran.

Reed cita el ejemplo de la corredora en el parque Central. En 1989, cinco jóvenes negros y latinos fueron acusados falsamente de haber violado a una mujer blanca en el parque Central de Nueva York. Los medios de comunicación y las autoridades fomentaron un vil fervor racista, pintando a los jóvenes como animales descontrolados. A pesar de las pruebas del ADN que demostraron que ninguno de los jóvenes tenía vínculo alguno con el crimen, fueron condenados y pasaron años en prisión.

Reed aprovecha el ejemplo de un poema que Sapphire escribió durante ese tiempo, titulado Wild Thing, en que describe ese incidente desde el punto de vista de los violadores. Fue muy polémico en ese entonces y muchos la acusaron de querer "humanizar" a los violadores, porque detalló con fuerza y realismo la rabia que tenían y de dónde esa rabia surgió, aunque no los idealizó ni los defendió. Es cierto que ella, como la mayoría de la gente en ese tiempo, no dudó de su culpabilidad, y ahí está un problema. Es necesario aprender de esto, pero también alentamos a los lectores a leer el poema, porque ella está tratando de lidiar con una contradicción importante y su intención no fue "satanizar a los hombres negros" ni hacer mucho dinero, como Reed dice con cinismo.

¿Qué es la causa de todo esto?

El perpetrador de todo esto no son las mujeres, y ciertamente no son las mujeres que han denunciado la opresión que han enfrentado como mujeres. El sistema capitalista es lo que en realidad tiene la culpa para la opresión del pueblo negro y es lo que está oprimiendo a toda la humanidad. La subyugación brutal del pueblo negro ha sido integrada en el mero tejido de la sociedad norteamericana desde el principio. El sistema de la supremacía blanca ha pasado por muchos cambios pero NO se ha desaparecido y de hecho ha sido integral para la economía, la política, la cultura y la psicología de Estados Unidos desde el inicio. Se acumuló la riqueza de este país, la de los esclavistas en el Sur y la de los comerciantes e industrialistas del Norte, sobre la base de la esclavización de los negros. La explotación de aparceros negros fue un pilar del desarrollo continuo de la economía norteamericana durante el período de Jim Crow, y mantener los obreros negros en la posición peor de la clase obrera estadounidense era una fuente de superganancias para el capital norteamericano después de la Segunda Guerra Mundial. Hoy día, el otro lado de los imágenes de personas negras como hampones urbanos y beneficiarias de la asistencia pública es una realidad basada en el mero funcionamiento del sistema capitalista que en todo el país ha sacado los trabajos de las ciudades, a medida que el capital se mueve alrededor del globo en busca de tasas de ganancia más altas.

¡Junto con esta explotación absoluta se ha negado la mera humanidad de las personas negras, hombres y mujeres! Esto puede parecer obvio, pero cuando Reed lo observa, lo esencial de lo que él ve es la negación de la hombría negra. Según este punto de vista, mostrar las maneras en que hombres negros participan en la subyugación de mujeres negras es ofensivo y dañino porque socava su capacidad de dominar sin trabas a "sus" mujeres.

Esforzarse para posibilitar que los hombres negros afirmen su "hombría" en una sociedad saturada de la opresión violenta y sistemática de mujeres solamente llevará a mantener intacto este sistema con estas relaciones. ¿Qué otro significado puede tener la "hombría" en esta sociedad salvo uno que incluye la afirmación de fuerza y poder sobre mujeres, sin importar el propósito? Significa afirmar los privilegios que históricamente reciben los hombres y en este caso los hombres negros que están a la espera de recibir su parte de ese privilegio. Es como si un o una esclavo/a afirmara su derecho a ser amo de esclavos, en vez de ser libre

Y con exagerada frecuencia, se defiende y hasta se celebra este "privilegio" de ser dominador. Se condiciona y enseña a los hombres oprimidos de todas las etnias a actuar como los agentes de la opresión de las mujeres y a gozarse de esto. Se les dice a los hombres que las mujeres son seres inferiores sobre quienes tienen dominio, quienes existen para su placer sexual o para servirles como madres o esposas, y los hombres mismos asumen este punto de vista. Estas ideas tienen profundas raíces en la evolución de las sociedades humanas durante siglos hacia sociedades de clases en que la opresión de la mujer es unas de las divisorias más fundamentales.

En su reseña Annie Day escribió: "Nos dicen y nos enseñan que la familia es una institución eterna, de inspiración divina, forjada del amor y la comprensión. Pero en realidad, la forma de la familia ha cambiado a través de los siglos".

"Nuestros antepasados trazaron el linaje por el lado maternal y vivían en unidades de parentesco que no abordaban relaciones de dominio, propiedad ni supresión. Solo con el desarrollo de la capacidad de la sociedad de producir un excedente por encima de lo preciso para la mera supervivencia, y sobre esa base el desarrollo de la propiedad privada y la división en clases, apareció la familia moderna. Habiendo desarrollado eso, empezó a importar cuál hijo era de cuál padre para heredarle la riqueza excedente, o la falta de la misma. La familia imponía una división de trabajo en la cual la mujer era la encargada de darle hijos al hombre y criarlos, y la mujer y los hijos eran la propiedad del hombre".

Una de las cosas que confunde a la gente es que las mujeres también mantienen y defienden estructuras y puntos de vista patriarcales. Se espera que las madres preparen a sus hijas para el papel que la sociedad espera que desempeñen. En muchas sociedades semifeudales la suegra desempeña un papel dominante y muchas veces directo sobre la esposa de su hijo. En muchas familias negras a menudo se considera y se celebra que las abuelas desempeñan el papel de la defensora del orden (para un ejemplo de esto, vea los números de Richard Pryor sobre su abuela y la vara). Sin embargo todo esto todavía es parte y sigue siendo parte de la maquinaria general del patriarcado.

Precious representa todo esto de forma poderosa y dolorosa. Mary Jones, la madre de Precious, abusa de Precious sexual, física y mentalmente. En la película ella es un monstruo y a lo largo de la trama llegas a entender las opciones monstruosas que ella enfrenta: si quería mantener a su pareja, tendría que entregar a su hija. Esta elección cruel luego moldeó toda su identidad. Junto con esto ella adoptó la idea de que por haber sido humillada sexualmente y maltratada en beneficio del placer de otra persona, se merecía el derecho de humillar y maltratar a su hija a cambio de su propio placer sexual. Eso es un cálculo, se trata de la propiedad y de la dominación en nuestros espacios más íntimos, e impulsa una parte exageradamente del comportamiento sexual de los hombres, aunque en este caso se ve claramente que anima a una abusadora femenina.

Se inculca todo esto en la gente hoy y una cantidad exageradamente grande de personas lo asumen. Se dicta a las mujeres que busquen su propósito en ser una mercancía sexual o una incubadora para los hombres a través de la pornografía cada vez más violenta en que las mujeres son literalmente cáscaras vacías y objetos de degradación en beneficio del placer sexual de los hombres y a través de la especulación sin fin en los tabloides acerca de si las mujeres prominentes están embarazadas. Se conseja a mujeres que moldeen la vida para atraer y mantener a un hombre en libros, revistas y columnas de consejos sentimentales, y a menudo otras mujeres dan estos consejos.

Esto sucede de maneras particularmente agudas y dolorosas entre las personas negras porque "la familia tradicional de madre y padre" se ha desintegrado de muchas maneras: las madres solteras crían la mayoría de los niños negros. Pero esto también es un producto del funcionamiento del sistema mismo: la salida de trabajos al exterior para explotar más a gente alrededor del globo, la entrada de drogas dirigida conscientemente contra la comunidad negra y la consiguiente represión brutal que ha resultado hoy en que casi un millón de hombres negros están presos han minado la base económica para familias de madre y padre. Se propaga por todas partes este veneno: que la causa de los problemas en la comunidad negra son los padres negros irresponsables. E incluso se oye en boca del comandante en jefe del imperio yanqui, Barack Obama, que le echa la culpa a los "padres negros que han abandonado el hogar" por la manera en que este sistema ha descartado a generaciones enteras de jóvenes, un sistema incapaz y sin disposición de proporcionar trabajos o educación decente ni ningún futuro en absoluto.

Muchos creen que la solución para todo esto son "fuertes modelos masculinos de conducta y figuras paternas" y muchos también han denunciado a Precious bajo esta óptica, diciendo que la película es dañina porque, el que presente la realidad o no, no se debe poner antes los reflectores a estos personajes. Pero uno de los efectos que debe tener esta clase de arte, la que retrata la opresión de la mujer, y el papel que desempeñan los hombres en eso, es plantear ante tales hombres el verdadero costo humano de esta opresión y este arte les debe impulsar no solamente a renunciar a "su parte" en esa opresión sino también a luchar en su contra.

Aquí citaremos de un número especial de Revolución, "La opresión del pueblo negro, los crímenes de este sistema y la revolución que necesitamos": "Los niños negros no necesitan ‘modelos masculinos de conducta’; necesitan un fin de las condiciones agobiantes que les cortan el paso en cada momento. Necesitan la revolución, y necesitan modelos revolucionarios de conducta, tanto de mujeres como de hombres. Tienen que ver a hombres y mujeres quienes se ponen de modelos del respeto y la igualdad mutuos que reflejan el mundo por el que estamos luchando: un mundo liberado completamente nuevo en que las jóvenes se crecen fuertes sin temor a la violación, la degradación ni el abuso, en que no se tacha a ningún niño de ‘ilegítimo’ y en que los hombres, tal como los demás, se realizan su valor contribuyendo a la mejora de toda la humanidad por medio de la transformación revolucionaria de toda la sociedad, en lugar de beneficiarse de un poquitín de la opresión de este mundo de pesadilla".

Cualquier otra manera de abordar esto solamente reforzará las cadenas que nos mantienen a todos amarrados.

Qué se requerirá en verdad para que triunfe la humanidad

 

En muchos sentidos, y particularmente para los hombres, la cuestión de la mujer y el querer eliminar por completo (o preservar) las relaciones de propiedad y sociales existentes, con su correspondiente ideología, que esclavizan a las mujeres (o quizá “solo un poquito de ellas”) es un criterio de prueba entre los mismos oprimidos. Es una línea divisoria entre “querer ser parte” o realmente “querer zafarse”: entre luchar por acabar con toda la opresión y explotación —y la mismísima división de la sociedad en clases— o por conseguir una tajada en última instancia.

Bob Avakian, ¿Un fin horroroso, o un fin al horror?

Un punto final: una de las controversias ha sido si la película termina en un momento positivo. Por ello, tenemos que desentrañar algunas cosas.

Ishmael Reed cita al escritor Courtland Milloy: "Lo que es más raro que todo es que muchos críticos creían que la película termina en un momento positivo. La revista Time, por ejemplo, escribió que Precious ‘se levanta de una manera completamente increíble y electrizante de un abismo urbano de ignorancia y abandono’. Perdóneme, pero en el fin de la película la muchacha camina por las calles con sus bebés en los brazos, justo después de enterarse que su padre murió del Sida, pero no antes de dejarla contagiada".

Pero eso pasa por alto o no reconoce la manera que Precious sí triunfa en un sentido. Esto se ve cuando Precious obsequia el pañuelo anaranjado a una muchachita con un ojo morado, también víctima del abuso de su familia, cuya amistad Precious había rechazado anteriormente. Precious encontró el pañuelo desechado, aunque en sus sueños un hada madrina negra se lo había regalado y en la película es omnipresente, un pedazo de alegría y luz en su vida que de otro modo era horrible. Lo entrega a esta muchachita para ayudarle a sobrellevarse la situación. Precious está decidida a seguir adelante, no vuelve a los confines familiares del apartamento oscuro de su madre, no vuelve a lo brutal o lo sangriento como lo hacen tantas mujeres en nuestra sociedad. Emprende la marcha hacia lo desconocido y lo incierto. Cuando la película termina, no cabe duda que su vida será una lucha pero también sabemos que ella no volverá a lo de antes.

Sin embargo es cierto que eso en sí no la llevará a la victoria que esperamos para ella. Y he aquí lo duro del fin de la película, pero es una dureza hecha del mundo actual que la película retrata honestamente. Una cosa que muchas personas nos dijeron en entrevistas o en foros en línea después de ver la película era que ésta mostraba que tomar buenas decisiones te puede sacar de una situación mala. Eso no es cierto y no creemos que ésa sea la lección que hay que sacar de esta historia poderosa.

La reseña de Annie Day toca este punto: "[E]sta situación no es producto de las elecciones equivocadas o la conducta irresponsable de un individuo. Las personas no eligen la sociedad en que nacen. No eligen la estructura de las relaciones sociales tradicionales entre diferentes grupos de personas — relaciones en las que las personas de un género o de una raza, de una nacionalidad, tienen privilegios y se enseñorean con otros. Conocen esas relaciones incluso antes de que empiecen a hablar, de modo eso les parece tan natural como su propia respiración — pero no las escogen. No escogen estar en una situación en donde todo —y todos— se consideran un medio de sacar ganancias y más ganancias para los que tienen el poder y este punto de vista satura y permea a los demás. Todo eso es impuesto sobre ellas y deben encontrar su posición en esto.

"La única opción verdadera que tenemos es si resistir esto, hacer las paces con eso o responder a la degradación reaccionando, humillando o brutalizando a otros. Ya sea luchar contra ser denigrada como ‘grasa negra’ o tratar de sacar su propia tajada de esa dominación".

La respuesta de Reed a esta elección es clara y equivocada pero se requiere una respuesta radicalmente diferente de todos ellos que quieren ver la realización del potencial "de las muchachas valiosas de todas partes".

Necesitamos una revolución, la revolución más radical de millones de personas que crea un sistema radicalmente diferente. Una revolución total que tiene como objetivo la emancipación de toda la humanidad y poner un fin a una situación en la cual se aplasta a millones de personas, poner un fin a las divisiones de clase, la opresión de pueblos enteros y la supremacía de otros y la subyugación brutal y ubicua de mujeres, literalmente la mitad de la humanidad.

Como parte de luchar por esa revolución e impulsarla, tenemos que forjar hoy una moral radicalmente diferente con nuevos modos de ser y de tratar unos a otros donde en vez de un ideal de imponer la "hombría", exista un ideal de afirmar y expresar la humanidad; una moral de igualdad y respeto entre nacionalidades y culturas diferentes, entre hombres y mujeres; un aprecio y estímulo de las manifestaciones de agravios por lo que significa ser oprimido en el mundo hoy, con tsunamis de denuncias acerca de los dolores y abusos tan ocultos; promover la amistad entre hombres y mujeres, entre niños y niñas sin verse unos a otros como mercancías de obtener o explotar; relaciones sexuales que exploran mutuamente la gama entera de placeres humanos entre iguales totalmente presentes; un espíritu de debate y lucha, curiosidad y aprendizaje, imaginación y resistencia, en un conjunto como parte de verdaderamente forjar un movimiento para la revolución a fin de cambiar todo el mundo de una vez para todas.

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