Revolución #223, 23 de enero de 2011
La lucha sobre los estudios étnicos en Tucson, Arizona
Al comenzar el nuevo año, el director saliente de la educación pública en Arizona, Tom Horne, emitió un “dictamen” oficial de que el programa de Estudios mexico-americanos en el distrito escolar de Tucson, uno de los cuatro programas de estudios étnicos en ese distrito, contravenía la nueva ley estatal que acababa de entrar en vigor. El dictamen de Horne, quien acaba de ser elegido el fiscal del estado de Arizona, le dio 60 días al distrito escolar de Tucson para “acatar” la ley. El dictamen amenazó que “la única forma de estar en conformidad efectiva dentro de los próximos 60 días será eliminar el programa de Estudios mexico-americanos”. Pueden recortar el 10% del presupuesto del distrito escolar de Tucson, unos $15 millones, si no elimina el programa.
La ley que entró en vigor el 1º de enero afirma que ningún distrito escolar o escuela particular subvencionada puede incluir en su programa de enseñanza ningún curso o clase que incluye ningún elemento de lo siguiente:
1. Promover el derrocamiento del gobierno de Estados Unidos.
2. Promover el resentimiento hacia una raza o clase de personas.
3. Estar dirigido principalmente a alumnos de un grupo étnico particular.
4. Abogar por la solidaridad étnica en lugar de tratar a los alumnos como individuos.
Aunque la ley no penaliza específicamente los estudios étnicos, los defensores de la ley no han escondido su deseo de eliminar los Estudios mexico-americanos del distrito escolar de Tucson y otros programas de estudios étnicos en el estado.
Esta nueva ley, aprobada por la legislatura de Arizona en abril de 2010, le siguió a la reaccionaria ley anti-inmigrante, SB1070, la cual legaliza el perfil racial al requerir que la policía pare e interrogue a cualquiera que sospeche de no tener papeles. Después, el Departamento de Educación estatal anunció que será necesario sacar a los maestros que tienen acentos fuertes de las clases de estudiantes que todavía están aprendiendo inglés. Según mucha gente, están singularizando a los maestros inmigrantes empleados en primer lugar bajo un programa de educación bilingüe, un programa que posteriormente se eliminó como parte de un ambiente general anti-inmigrante.
El ataque contra los estudios étnicos representa “otro ladrillo en la pared” de la supremacía blanca y chovinismo estadounidense con sanción oficial, a la vez que promueve su difusión por todo el país. Arizona ha llegado a ser un campo de batalla feo, un escenario de ensayos, para un nuevo “Jim Crow”, resucitando una condición oficial de segunda clase para el 30% de los habitantes de Arizona que son latinos. (Un juez federal dictó una orden que impidió temporalmente que Arizona ejecutara varias disposiciones importantes de la ley anti-inmigrante, pero otras secciones represivas de la ley sí entraron en vigor el 29 de julio. (Vea los artículos de Revolución, “La ley anti-inmigrante de Arizona es inhumana e ilegítima: Alto a los ataques fascistas del sistema contra los inmigrantes”, #208, 25 de julio de 2010 y “Lo que motiva el fallo del tribunal federal: Continúa vil ataque contra inmigrantes”, #209, 15 de agosto de 2010 en línea en revcom.us.)
La importancia de estudios étnicos
En una entrevista en línea de julio de 2010, Curtis Acosta, un maestro de estudios étnicos de una secundaria de Tucson y parte del grupo SaveEthnicStudies.org, dijo: “Nuestras clases tienen diversos fines, pero nuestro objetivo principal es rehumanizar la experiencia académica para nuestros estudiantes mediante un currículum de vigencia cultural y social. No es de sorprender que los estudiantes latin@s, afroamericanos y amerindios hayan estado marginados y pasados por alto históricamente en el currículum establecido de las escuelas públicas y que la tasa de deserción/expulsión en nuestras comunidades esté fuera de toda proporción en comparación con los estudiantes europeo-americanos. Las cifras inquietan, perturban y como educadores tenemos la obligación y responsabilidad de ofrecer cambios pedagógicos y de currículum progresistas para promover la igualdad y superación académicas para todos nuestros estudiantes”. (Ver la entrevista completa en inglés en línea en freshloveink.com/fli/tag/curtis-acosta.)
René Martínez, también maestro de estudios étnicos de una secundaria de Tucson y parte de SaveEthnicStudies.org, le dijo a Revolución: “En nuestro distrito escolar, el 63% de los estudiantes son latinos. Así que ellos han participado mucho. Y el programa ha tenido efectividad académica. En esta era de exámenes estandarizados, los estudiantes que han participado en nuestras clases de estudios étnicos, no importa su origen étnico, sacan mejores notas que otros estudiantes en los exámenes estatales estandarizados. No obstante, nuestros legisladores estatales siguen inspeccionándonos y atacándonos”.
Martínez, quien enseña historia, dice que una de las cosas que el programa le enseña a los estudiantes se sintetiza en el proverbio africano: “Hasta que los leones tengan sus propios historiadores, los cuentos de cacería siempre glorificarán al cazador”. Agregó: “Nosotros hablamos acerca de cómo venimos desde la perspectiva del león, desde la historia que nunca se cuenta. Nosotros enfatizamos la historia entera, la cual históricamente y aun ahora, sigue siendo omitida”.
Cabe señalar que aprender acerca de la historia, inclusive la brutal opresión de los negros, latinos, indígenas y otros pueblos en Estados Unidos, es bueno para todos los estudiantes, y los estudiantes blancos inclusive.
Los programas de estudios étnicos que existen hoy tienen sus orígenes en los años 1960. Mientras en ese período se desarrollaban las luchas de liberación nacional y anti-imperialistas y surgía una corriente revolucionaria, una expresión poderosa fueron las combativas huelgas estudiantiles que exigían clases, departamentos y escuelas de estudios étnicos. Los programas de estudios étnicos, que más tarde se expandieron a los estudios de la mujer, estudios de género, etc., establecieron un punto de apoyo donde los estudiantes de las nacionalidades oprimidas especialmente podían aprender por primera vez su propia historia y ser parte de descubrirla; la lucha y la resistencia; y las contribuciones al arte, la cultura, la ciencia, etc. de los negros, chicanos, amerindios, asiáticos y otras pueblos oprimidos en este país.
Estos programas han contribuido de manera importante a sacar a la luz la verdad de que la dominación global fundamental de Estados Unidos surgió sobre los cimientos del secuestro de millones y millones de africanos y su esclavización en el “nuevo mundo”, la destrucción genocida de los pueblos amerindios y el robo mediante la guerra del 40% del territorio de México como el comienzo de un proceso de conquista que finalmente abarcó el globo.
Esos son hechos históricos básicos. No son algo secundario y tangencial sino realidades que constituyen un elemento central de los cimientos de Estados Unidos y su desarrollo en una potencia imperialista. En vista de la prohibición de los estudios étnicos por las autoridades de Arizona, en nombre de oponerse al “resentimiento racial”, ¿qué nos dice eso acerca de quién teme el estudio objetivo de verdades históricas y quiere apagar el pensamiento crítico en las escuelas? ¿Qué enseña eso sobre quiénes propagan y promueven la ignorancia? ¿Qué nos enseña sobre el sistema de educación bajo el capitalismo? ¿Adónde señala eso que la situación está encaminada?
Resistir a los ataques
Aunque ahora las autoridades de Arizona se están enfocando en el programa de Estudios mexico-americanos en Tucson, es claro que las fuerzas que impulsan este ataque tienen más objetivos en mente. El dictamen de Tom Horne, el antiguo director de la educación pública en Arizona, dijo que “se podría declarar en violación” de la ley otros dos programas de estudios étnicos en el distrito escolar de Tucson aparte de los Estudios mexico-americanos. John Huppenthal, quien reemplazó a Horne como el superintendente de la Instrucción Publica en Arizona, ha hablado sobre querer ver eliminados los estudios étnicos también al nivel universitario.
El 18 de mayo de 2010, inmediatamente después de que la gobernadora de Arizona Jan Brewer firmó la ley anti-estudios étnicos, hubo una reacción inmediata de los estudiantes. René Martínez le dijo a Revolución: “Los estudiantes se salieron en masa de clases en protesta. Todos, de edad escolar de intermedia a secundaria, caminaron a la oficina central del Distrito Escolar Unificado de Tucson. Esta es una propiedad muy grande, y ellos formaron una cadena humana alrededor de todo el perímetro del lugar, coreando consignas como: ‘Cuando nuestra educación está bajo ataque, ¿qué hacemos nosotros? ¡Luchar!’”.
Once maestros de estudios mexico-americanos, incluyendo a Martínez y Acosta, han entablado una demanda que impugna la constitucionalidad de la ley anti-estudios étnicos. En respuesta al dictamen, el distrito escolar de Tucson ha anunciado que tratara de cumplir con la ley. Martínez dijo: “Nosotros sentimos que si nuestro distrito escolar está tratando de cumplir con el Proyecto de ley estatal 2281, en esencia la están acogiendo como una ley legítima… Nosotros preguntamos ¿por qué tenemos que acomodar y reestructurar nuestro programa, cuando no hemos hecho nada malo y lo que hemos hecho ha sido muy efectivo?”
Los proponentes de la ley anti-estudios étnicos de Arizona dicen que sus acciones parten de la idea de que es “fundamentalmente mal dividir a los estudiantes de acuerdo a su grupo racial y enseñarles por separado” (del dictamen contra los Estudios mexico-americanos del distrito escolar de Tucson). Pero en realidad esas fuerzas son parte de la campaña fascista en ascenso en la sociedad estadounidense hoy para reafirmar la supremacía blanca y el patriotismo estadounidense, y un elemento esencial de eso es lo que perciben como la necesidad de restaurar el “discurso oficial” sobre Estados Unidos y su “rol especial” como los “buenos muchachos” en el mundo. Para esas fuerzas reaccionarias, los programas de Estudios mexico-americanos y otros estudios étnicos en las escuelas secundarias y las universidades son un obstáculo que hay que eliminar.
Los ataques al programa de Estudios mexico-americanos en las escuelas de Tucson son profundamente injustos. El pueblo tiene la responsabilidad de resistir amplia y fuertemente y alzar la voz contra este ataque reaccionario.
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