El acuerdo nuclear entre Estados Unidos e Irán: 6 puntos de orientación
17 de julio de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us
El martes 14 de julio, la República Islámica de Irán, por un lado, y Estados Unidos, junto con otras potencias mundiales (Francia, Gran Bretaña, Alemania, China y Rusia), firmaron un acuerdo importante que se forjó durante años. El acuerdo se centra en reducir y restringir los programas de enriquecimiento y tecnología nucleares de Irán a cambio de levantar las sanciones económicas de la ONU, Estados Unidos y la Unión Europea contra Irán. El acuerdo representa un paso estratégico importante de Estados Unidos, Irán y otras potencias mundiales, y tiene el potencial de grandes ramificaciones regionales y mundiales, aunque está lejos de ser claro cómo va a desarrollar.
Revolución hará un análisis más completo de este acuerdo en los próximos días, pero a continuación presentamos unos puntos de orientación iniciales y básicos para comprender y actuar en relación con este importante evento:
1. El presidente Obama dice que este acuerdo impedirá la guerra y detendrá la propagación de las armas nucleares. Pero el acuerdo no se trata de ponerle fin al peligro de las armas nucleares ni del conflicto nuclear, ni va a hacerlo. Irán no tiene armas nucleares. Si Irán desarrollara armas nucleares, eso sería sumamente desestabilizador en el Medio Oriente en formas que no desean Estados Unidos y sus aliados, incluyendo Israel. Y no está en los intereses del pueblo del mundo que cualquier país tenga armas nucleares. Pero si uno quiere saber quién representa el mayor peligro de terrorismo nuclear, Estados Unidos tiene miles de armas nucleares, y su íntimo aliado Israel tiene cientos y se ha negado a someterse a ninguna inspección y control internacional. Los dos han afirmado repetidamente su derecho a utilizar la fuerza militar en cualquier lugar que consideren oportuno. Así que, una vez más, ¿quién es la mayor amenaza nuclear en la tierra?
2. De acuerdo con las condiciones de este acuerdo, Irán hará grandes recortes y cambios en su programa nuclear (reduciendo sus reservas de uranio ligeramente enriquecido en un 98 por ciento, reduciendo en dos tercios el número de centrifugadoras para el enriquecimiento de uranio en operación, y reestructurando reactores clave). Irán también se someterá a inspecciones de sus instalaciones nucleares a cualquier hora, y posiblemente de otros sitios militares y de investigación — ¡inspecciones que ninguna figura política de Estados Unidos en absoluto aceptará para el programa nuclear estadounidense! A cambio, levantarán algunas de las sanciones clave contra Irán cuando cumpla con estos términos, y Obama afirma que pueden volver a imponer las sanciones en un abrir y cerrar de ojos si Estados Unidos y sus aliados deciden que Irán ha violado el acuerdo. La República Islámica de Irán también recibe un cierto reconocimiento de su legitimidad, con la puerta abierta para una mayor cooperación y coordinación entre una superpotencia reaccionaria y una potencia regional reaccionaria donde tienen intereses en común, en la región y tal vez más allá. Han impulsado este acuerdo las necesidades profundas que enfrentan cada lado. Para Estados Unidos, las crecientes dificultades que enfrenta en el Medio Oriente son enmarcadas y moldeadas por graves retos a nivel mundial de parte de otras grandes potencias, sus rivales. Para el sector predominante de los gobernantes fundamentalistas islámicos de Irán, ven el acuerdo como una forma de aliviar la crisis económica y el descontento social, y promover sus aspiraciones para ser una potencia opresiva regional aún más grande.
3. Las sanciones económicas de Estados Unidos, la ONU y la Unión Europea contra Irán nunca tenían simplemente el objetivo de detener el programa nuclear de Irán; su objetivo era crear sufrimiento y descontento entre el pueblo iraní con el fin de debilitar y posiblemente desestabilizar al régimen iraní. Las sanciones paralizaron la economía de Irán, causando el desempleo masivo. El bloqueo de importaciones vitalmente necesarias como alimentos y medicinas ha tenido efectos devastadores. Irán es un país de 80 millones de personas, y las sanciones han perjudicado gravemente a muchos millones de ellas. Muchos cientos, quizás miles, de ellas han muerto. Perjudicar deliberadamente a la población civil constituye el castigo colectivo y un crimen de lesa humanidad. Así es la “diplomacia” imperialista.
4. Varias fuerzas de las clases dominantes de Estados Unidos e Irán, así como Israel, han presentado objeciones virulentas contra el acuerdo. Un análisis de los varios argumentos de las distintas facciones de estas clases dominantes está más allá del alcance de estos puntos de orientación, pero parece que estas diferencias sobre el acuerdo nuclear compenetran con fuertes conflictos dentro de los establecimientos políticos de Estados Unidos e Irán sobre una amplia gama de temas. (En cuanto a Estados Unidos, vea Bob Avakian, “La guerra civil que se perfila y la repolarización para la revolución en la época actual”).
5. No hay nada bueno para la humanidad en ninguna parte de este acuerdo. No tiene nada que ver con ponerle fin al sufrimiento, las privaciones, los conflictos y las guerras en la región o a nivel mundial. Al contrario, es un intento de parte de Estados Unidos, Irán y unas otras potencias mundiales para mantener el orden político-económico que es responsable de la horrenda ola de muerte y sufrimiento que está arrasando el norte de África y el Medio Oriente: el capitalismo global, así como el reaccionario fundamentalismo islámico que la República Islámica de Irán encarna.
6. Los acontecimientos en el Medio Oriente y otros lugares demuestran que los gobernantes de Estados Unidos e Irán no son todopoderosos. En sus grandes proyectos les salió el tiro por la culata, y se encuentran en graves problemas y sin soluciones fundamentales a los horrores que ellos mismos han creado. La revolución comunista es el único camino para salir de esta locura, y es urgente hacer la revolución lo más pronto posible y luchar por la revolución en todas partes mediante la difusión en todo el mundo de la nueva síntesis del comunismo de Bob Avakian, la que está encapsulada en EL COMUNISMO: EL COMIENZO DE UNA NUEVA ETAPA — Un manifiesto del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos (disponible en siete idiomas), y de revcom.us, para establecer otro polo liberador para la humanidad. Existen partidos comunistas de vanguardia en ambos países que están trabajando concretamente para la revolución: el Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos y el Partido Comunista de Irán (Marxista-Leninista-Maoísta). Hacer la revolución es un desafío serio y difícil, pero es posible y la única manera REAL de romper con las “alternativas” que los gobernantes de Estados Unidos o de la República Islámica de Irán presentan.
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