De la gira nacional de Carl Dix y Sunsara Taylor por las universidade

"Sí, ES PRECISO que nosotros tomemos el poder estatal. Y, no, ¡ellos NO son invencibles!"

Carl Dix

13 de mayo de 2016 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Durante la gira “Conocer la revolución”, sostuvimos muchas discusiones formales e informales con los estudiantes sobre grandes interrogantes. Aquí quiero hablar de una discusión que sostuve después de una de las conferencias con un par de estudiantes de posgrado, en la que abordamos directamente dos interrogantes básicos: ¿Es absolutamente necesario que las masas hagan una revolución, o hay algo menos que eso que podría ser liberador? Y si EFECTIVAMENTE tienen que hacer una revolución, ¿se podría derrotar en verdad a los gobernantes de hoy?

Sunsara y yo habíamos planteado a los presentes que: son innecesarios los horrores infligidos a la gente por todo el mundo, es posible acabar con esos horrores de una vez por todas mediante la revolución, y nada menos; que Bob Avakian (BA) ha desarrollado una nueva síntesis del comunismo que toma el análisis de la manera de hacer una revolución y hacer nacer un mundo totalmente distinto y mucho mejor; y que no hay nada más importante que los estudiantes podrían hacer con su vida que entrarle a la verdadera revolución.

Un estudiante empezó, diciendo: “Tomar el poder a la clase dominante por medio de la violencia simplemente no es posible”. Le pregunté por qué, y él replicó: “Porque la izquierda está tan lejos de siquiera pensar en eso. Al contrario, la izquierda piensa en la manera de construir movimientos que podrían lograr cosas reales”.

¿Es posible que las masas simplemente “se demarquen” de la autoridad del estado?

Le pregunté qué logros podrían obtener tales movimientos, en su opinión. “Podrían ser la punta de lanza para que aquellos que se preocupan por la disparidad de los ingresos, el medio ambiente, el racismo, el sexismo, etc., se demarcaran en masa de la autoridad del estado”. Dijo que eso llevaría al colapso del estado. Añadió, citando a Antonio Negri (co-autor del libro Imperio): “Esto solucionaría el ‘problema’ de tener liderato, porque con un movimiento horizontal se podría lograr demarcarse del dominio del estado”.

Le pregunté más a fondo acerca del modelo que proponía, y si en realidad él pensaba que iba a ser posible simplemente demarcarse de la autoridad del estado, y si el estado iba a permitir eso o si iba a lanzar su aparato represivo contra tal movimiento si lo consideraba una amenaza. El estudiante dijo que la gente sí podía demarcarse de la autoridad del estado, pero tuvo que reconocer que no estaba seguro de que el estado iba a respetar que se demarcara así. Dijo: “Ese es el problema que veo en mi enfoque”.

Guié la discusión hacia qué es el problema concreto que confrontamos aquí y qué se requeriría en verdad para lidiar con él. “Mire, tomar el poder estatal no está en el radar de la ‘izquierda’ ni de casi nadie en la sociedad. Pero lo importante no es si la gente piense en esto o no. Es una realidad que los horrores que la humanidad enfrenta se han incrustado en la estructura del presente sistema, y se necesita una revolución para deshacerse del sistema. Por lo que tenemos que forcejear acerca de la manera de hacerlo. Tenemos que ver qué es el problema en realidad, y no redefinirlo de modo que se convierta en algo que consideramos más fácil de solucionar.

“Ni Eric Garner ni Sandra Bland tuvieron la opción de demarcarse del sistema. Tampoco la tienen los inmigrantes obligados a dejar México para ir a Estados Unidos en busca de trabajo y una manera de sobrevivir, o las mujeres que quieren hacerse un aborto. Tampoco los aldeanos de Pakistán o Yemen que están en la mira de los ataques de drones (aviones no tripulados) estadounidenses o los niños que viven en los rellenos de basura en Angola o las Filipinas. Ellos y miles de millones de otras personas en todo el mundo no tienen otra opción salvo vivir atrapados en los engranajes del sistema imperialista. El interrogante es: ¿Qué se necesita para emancipar a la humanidad de esa situación?

“Incluso los que no se proponen tomar el poder se enfrentan a una represión feroz si la clase dominante decide que representan una amenaza”. Cité como ejemplo el asalto coordinado contra Ocupar. “Los horrores de este mundo son reales y cualquier persona que considera que son intolerables tiene que forcejear acerca de la manera de ponerles fin y de acabar con el sistema que los causa. Esto requiere, de hecho, la toma del poder. BA ha dirigido al Partido Comunista Revolucionario para determinar la manera de hacerlo”.

Cómo habría que librar una revolución

Le recomendé leer “Sobre la posibilidad de la revolución” (SLP) y la declaración sobre la estrategia en revcom.us. Describí a grandes rasgos lo que éstos plantean. “La historia ha demostrado que es necesario arrebatarle el poder a la clase dominante, enfrentando y derrotando su aparato militar y su aparato represivo; si eso no se hace, el sistema capitalista-imperialista seguirá en pie, seguirá operando en el fondo aplastando cuerpos y destruyendo espíritus de miles de millones de personas por todo el mundo. 

“Al aplicar la ciencia, la ciencia del comunismo, es posible determinar la manera de derrotar hasta un estado tan poderoso como lo es Estados Unidos. La clave para hacerlo es tener claro que un intento de tomar el poder, de jugarse el todo por el todo, solo podría tener una posibilidad concreta de salir victorioso si se emprendiera en medio de una crisis revolucionaria: es decir, cuando los gobernantes se encuentren divididos entre sí y millones de personas estén dispuestos a seguir una dirección para darlo todo por hacer una revolución. Tal momento todavía no ha llegado. Pero nuestra responsabilidad es trabajar políticamente para acelerar ese momento y preparar a un núcleo de personas AHORA que dirigiría a esos millones hacia la victoria, cuando los tiempos cambien y la oportunidad se presente”.

Continué, diciendo: “Al iniciar el intento de tomar el poder y desarrollarlo, las fuerzas revolucionarias tendrían que luchar de una manera que concuerde con la sociedad liberadora por la cual luchan por hacer nacer; y de maneras que los gobernantes reaccionarios no puedan combatir a su manera. Entre otras cosas, eso implicaría rechazar dejarse entrar prematuramente en enfrentamientos decisivos con las fuerzas militares de los gobernantes y trabajar para desgastar la efectividad de las fuerzas del enemigo. También implicaría combatir a maneras que dificultaran que los gobernantes aplicaran todo el peso de su poderío militar contra la revolución; o que al mínimo, al aplicar todo su peso militar, que impulsara a más gente a oponerse a sus esfuerzos de sofocar la revolución. Además, los revolucionarios tendrían que manejar la situación de modo que sería posible contar con el apoyo de los millones de personas que querían ver que cayera el sistema”. Noté que el artículo SLP explica la manera en que habría que hacer eso en un país como Estados Unidos, y les animé a acceder al sitio web revcom.us para estudiarlo. (Animo a tod@s l@s que leen esto a que hagan lo mismo.)

Villagers massacred by U.S. Army troops at My Lai in Vietnam, March 16, 1968.Masacre de aldeanos por soldados del Ejército estadounidense, My Lai, Vietnam, 16 de mayo de 1968.

GIs refuse to go out on patrol, AK Valley, Vietnam, September 1969
Soldados rasos desobedecen órdenes de volver al combate, Valle AK, Vietnam, septiembre 1969.

¿Cuáles son las verdaderas lecciones de la derrota de Estados Unidos en Vietnam?

Por último, cité lo que ocurrió en Vietnam en la década de 1960 como un ejemplo de una fuerza militar más pequeña y menos poderosa que se conectó con el deseo de liberación de un pueblo oprimido y logró derrotar a la fuerza militar mucho más poderosa de Estados Unidos. Las fuerzas de liberación vietnamitas habían derrotado al ejército francés y liberado la parte norte de su país del colonialismo francés. Estados Unidos había enviado a más de 500.000 soldados a Vietnam del Sur para respaldar al gobierno que Francia había establecido en esa parte del país. Estados Unidos también dejó caer más bombas sobre Vietnam que todas las bombas que cayeron sobre Europa durante la Segunda Guerra Mundial, con el fin de impedir que las fuerzas de liberación  unificaran a Vietnam bajo su dominio.

El pueblo vietnamita se resistió a esa invasión de Estados Unidos durante una década, combatió a su poderoso ejército hasta alcanzar un punto muerto y en muchos encuentros lo derrotó. En el discurso expliqué que yo había estado en el ejército de Estados Unidos y que había recibido órdenes para ir a Vietnam, mismas que rechacé obedecer.

Un estudiante respondió que no creía que Estados Unidos había sido derrotado en Vietnam. Creía que Estados Unidos había optado por retirar sus fuerzas y apoyar al ejército de Vietnam del Sur contra las fuerzas de liberación, pero resultó que el ejército de Vietnam del Sur no era capaz de derrotar a las fuerzas de liberación. Tuve que decirle que esto perdía de vista gran parte de la realidad. “Yo estuve en el ejército de Estados Unidos en los años 1960 y 1970. Las cosas habían llegado a tal punto que algunos soldados estadounidenses rechazaban ir de patrulla para encontrar y combatir a las fuerzas de liberación. Ocurrieron muchos casos en que soldados estadounidenses mataron a los oficiales estadounidenses los que trataban de obligarlos a salir al combate. Eso fue una parte importante de por qué los gobernantes de Estados Unidos retiraron sus tropas a comienzos de los años 1970”.

Este estudiante no veía que hoy las fuerzas progresistas pudieran emprender tal clase de guerra. Dijo que estaba familiarizado con “la guerra asimétrica”, o sea, la guerra en la que fuerzas menos poderosas combaten a fuerzas militares más grandes y mejor armadas, pero pensaba que hoy esto sólo era indicado para las fuerzas fascistas. Le pregunté por qué, y me respondió: “Son los únicos que en la actualidad llevan a cabo las guerras de ese tipo”. También consideraba que la experiencia de Vietnam confirmó su enfoque de luchar contra el sistema mediante la resistencia no violenta descentralizada porque pensaba que la resistencia de los soldados rasos en el ejército y el impacto del movimiento contra la guerra habían desgastado la efectividad del ejército de Estados Unidos.

Le dije que él sólo consideraba lo que ocurrió en Estados Unidos y no tomaba en cuenta las cosas más fundamentales que ocurrían en Vietnam y sentaban las bases de lo que sucedía en Estados Unidos. “El movimiento en Estados Unidos contra la guerra y la resistencia de los soldados en el ejército eran factores en la derrota de Estados Unidos en Vietnam, pero por importantes que fueran, eran secundarios. El factor más decisivo era la manera en que los revolucionarios vietnamitas habían luchado contra el ejército estadounidense hasta un punto muerto y le habían infligido muchas derrotas en el proceso. Eso, junto con la influencia de la poderosa lucha de liberación negra en Estados Unidos y los movimientos de la juventud, es lo que erosionó la efectividad de las fuerzas armadas de Estados Unidos y contribuyó a que soldados como yo nos opusiéramos a la guerra de Vietnam desde el interior del ejército de Estados Unidos”.

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Esto me trajo a la mente la cita de Bob Avakian, “Lo que piensa la gente es una parte de la realidad objetiva, pero lo que piensa la gente no determina la realidad objetiva”. Le dije a este estudiante que la realidad era mucho más dinámica que su manera de verla. Sí, es un problema que no sólo la “izquierda” sino la sociedad en general ni siquiera piensa en la revolución. “Pero lo más fundamental es lo que la realidad subyacente hará: en qué impulsará a la gente a pensar y a hacer a medida que se desarrollen las cosas. Por eso, es crucial que los que ven la necesidad de actuar para detener los horrores del mundo de hoy, propaguen ampliamente en toda la sociedad la necesidad y la posibilidad de la revolución y de organizarlos en una revolución concreta”.

Retomé el mensaje de nuestra gira: conectar a la presente generación de estudiantes a la revolución concreta y reclutarlos en ella. Que por eso importaba el que las personas se conectaran con los Clubes Revolución, que con éstos estudiaran las obras de BA y tomaran parte en sus actividades a fin de luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución. Que lo que las personas hagan ahora mismo iba a determinar el que haya cientos de líderes capacitados y probados y preparados para dirigir a millones de personas cuando se dé una crisis revolucionaria. Y que esto iba a contribuir a acelerar el desarrollo de una crisis revolucionaria.

En ese momento, empezaban a cerrar no sólo la sala en la que estábamos sino todo el edificio. Tuvimos que levantar la sesión, al igual que los otros grupitos de estudiantes y revolucionarios reunidos en otras partes de la sala. Me di a la tarea de conectar a este estudiante con los miembros del Club Revolución de la localidad y recomendé que accediera regularmente al sitio web, revcom.us, donde seguiremos reflexionando mucho más sobre estas y otras cuestiones grandes como parte de hacer avanzar esta lucha para que los estudiantes se unan a la revolución.

 

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