Del Club Revolución-Chicago:

Ponerse de pie… Represalias de la policía… Organizarse para la revolución

17 de julio de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Cuando la gente en un vecindario del Barrio Sur de Chicago tomó posición contra el terror policial, al lado del Club Revolución la semana pasada, la policía amenazó con tomar represalias contra todo el vecindario. Desde ese entonces, la policía ha caído duro sobre la gente, para vengarse de las personas por haberle desafiado y para tratar de evitar que se conecten con el Club Revolución y la dirección de Bob Avakian (BA).

En todo el vecindario, las preguntas arden: ¿quién es responsable de ese terror policial? ¿vale la pena resistirse a los opresores si van a responder con aún más dureza? ¿es posible ponerse de pie contra los cerdos policías y cambiar las cosas, o ellos siempre triunfarán? ¿quién es Bob Avakian y de qué se trata esta dirección? ¿las personas deberían sumarse al Club Revolución y promover la playera? Y algunas personas ya bregan con la pregunta de ¿para quién debo vivir y luchar y estar dispuesto a arriesgarme: para mí y lo mío primero, o para las masas de la humanidad?

Las amenazas de la última semana son una respuesta a la acción de los miembros del Club Revolución que soplaban silbatos cuando encontraron a la policía en un patio donde normalmente la gente se junta. Primero los cerdos policías iban a marcharse, pero decidieron aferrarse a quedar. Amenazaron con vengarse con la gente del rumbo si no se pusieran en contra de los revcom, diciendo, “Desde hoy en adelante no hay favores para nadie”. La gente estaba sopesando qué posición tomar en relación a esto, pero en general se solidarizó con los revolucionarios, y lo hicieron con más firmeza cuando un par de personas en particular fueron directamente a pararse al lado de los revolucionarios durante el enfrentamiento con la policía, y abrazaron y agradecieron a uno de los revolucionarios. Los cerdos policías se marcharon, refunfuñando que iban a regresar y hacer que la gente se la pagara.

Más tarde esa noche, después de que muchas personas consiguieron silbatos y se pusieron playeras de “Habla BA: ¡REVOLUCIÓN, Y NADA MENOS!”, se prendió fuego a la casa donde la gente se junta, donde los policías habían estado en el patio. Las circunstancias y el momento en que eso pasó son muy dudosos, y la mayoría de los del vecindario sospechan que la policía esté metida, y dicen que no es la primera vez que la policía haga semejante cosa por ahí.

Durante el siguiente par de días, la policía empezó a dar vueltas en patrulla por los callejones; paraba a personas, les esposaba y luego las soltaba. En la cuadra donde soplamos los silbatos, pararon en fila a varias personas, les esposaron a todas unas a otras, y después las soltaron. Pararon a los jóvenes que traían puesta la playera de Habla BA: ¡REVOLUCIÓN, Y NADA MENOS!, y les preguntó por qué usaban esa playera.

El 4 de julio, más de 100 cerdos policías de tres diferentes delegaciones hicieron una redada en una fiesta familiar que celebraba el 4 de julio. Irrumpieron como un ejército, tumbando puertas, arrastrando y golpeando a las personas, aterrorizando a los niños que se escondieron en temor en la recámara, y arrestando a 13 personas; algunas de ellas siguen acusadas de cargos serios. Al día siguiente el comandante, que es negro y supuestamente es un modelo de “policía comunitaria”, se presentó para pedir “disculpas” (pero no han retirado ninguno de los cargos) y dijo que irrumpieron en la casa porque ¡buscan fiestas del rumbo en Facebook y hacen redadas en las más grandes! En esto se ve la bota de la opresión sin disfraz, no importa que lo haya dicho un cerdo policía negro: la policía lo considera un acto criminal que los negros se reúnan hasta para festejar, en esta Amérikkka, el hogar del ladrón y la tierra del esclavo lo que celebraban, irónicamente, el 4 de julio.

El Club Revolución convocó una reunión comunitaria en el parque para hablar de todo esto y qué hacer al respecto.

En los tres días antes de la reunión comunitaria, el Club Revolución recorría el vecindario conversando sobre las cosas con personas de todo tipo. Hablaban de lo que la policía le está haciendo a la gente y la necesidad de oponerle resistencia, hablaba con la gente sobre por qué la policía temen tanto que la gente ingrese al Club Revolución y se conecte con BA, y le enteraba a BA con la gente en el acto, viendo el corto BA a lo largo de los años y leyendo citas de Lo BAsico. La gente viene cambiando de opinión y de posición durante todo esto, a veces de un día para otro, a veces de una hora para otra. Y la gente ha dado pasos para organizarse, en maneras nuevas e incipientes y en el crisol de la intervención pesada de la policía para impedir que lo hagan.

Una mujer que estaba acostumbrada a ver al Club Revolución no quería hablar con los revcom cuando primero vinieron al vecindario para dar seguimiento después de oír que la casa se quemó. Luego un par de muchachos del rumbo se pararon a conversar un rato con los revcom, contándoles algo de lo que estaba pasando con la policía; estaban de acuerdo de que no se debe permitir que la policía aterrorice a la gente para que se quede en su lugar. Uno de ellos se puso la playera de Habla BA: ¡REVOLUCIÓN, Y NADA MENOS!, y conversó sobre los Puntos de Atención para la Revolución.

La mujer que al principio no quería hablar con los revcom ahora se paró a conversar. Tenía preguntas serias. ¿Qué pasará si las personas aquí no le entran a eso? ¿Ustedes seguirán? ¿Ponerse la playera no causará más problemas para la gente porque es del desagrado de la policía? Mientras hablábamos, otra mujer cerca empezó a gritarle a uno de los revcom porque éste le dijo que no hay ningún Dios. La mujer que estaba haciendo las preguntas serias le dijo a la otra que dejara de hacerlo, que respetara lo que estas personas están haciendo y lo que son, aunque ella cree en Dios, también. Después de una conversación a fondo, ella tuvo que irse, pero más tarde regresó y compró agua fría para todos los camaradas ahí.

Otro día, ya noche cuando las personas estaban relajándose en sus porches, algunos muchachos cerca de la casa donde la policía irrumpió en la fiesta del 4 de julio querían saber más sobre Bob Avakian después de oír a un camarada hablar de él y de por qué la gente debe entrarle. Los miembros del Club Revolución les presentaron el corto BA a lo largo de los años. El vídeo los sorprendió: uno dijo que estaba sorprendido de que una persona blanca dijera lo que BA dijo, otro dijo que no era tanto de que fuera blanco sino de que no esperó ver a alguien que estaba firme en serio. Llevamos lucha con ellos de que no simplemente bastaba con decir que les gustaba sino que debían adentrarse de verdad y hacer suya esta dirección. Se les planteó más agudamente la diferencia entre lo que pensaban sobre por dónde hay que ir y cómo hacerlo: tratar de hacer algunos cambios dentro de este sistema, o trabajar para hacer una revolución para derrocarlo y dirigir una nueva sociedad. Y qué rol tendrán ellos en esto. Un amigo intervino en la conversación con el otro para decirle: “Ella está hablando con las personas correctas en este momento, pero tú tienes que adentrarte”. El otro no estaba completamente listo para ponerse de acuerdo con eso, pero sí dijo que lo iba a pensar seriamente.

Más temprano ese día, una muchacha de unos 15 años se abrió para conversar un rato con los revcom. Respondió a lo que el Club Revolución decía sobre la policía, y dijo que odia a la policía, que mataron a su hermano y nombró a dos personas que ella conocía a las que la policía mató. Los revcom leyeron varias citas de Lo BAsico con ella. También leyeron los Puntos de Atención para la Revolución. Ella le puso atención en especial a Lo BAsico 5:23 y los seis Puntos de Atención, y se abrió una conversación más seria. Ella planteó que la gente que está metida en la vida pandillera no puede salir aunque quisieran, porque otras personas aún querrán vengarse con ellas, y ponerse una playera no puede cambiar esa situación. Le costaba trabajo imaginarse que la gente pudiera empezar a representar algo diferente y que esto podría afectar lo que otras personas piensan y hacen, al mismo tiempo que sí, es enorme el riesgo que estas personas asumen al hacerlo, pero también que es un riesgo que vale la pena porque ahora uno está luchando por un mundo mejor. Le dijimos que ella podría tener mucho impacto sobre otras personas sumándose al Club Revolución y luchando por los seis Puntos de Atención, que cada persona que dé un paso para entrarle a la revolución es parte de forjar un camino para que otras también lo hagan. Ella estaba dándole vueltas a todo esto, pero se fue sin resolverlo por un lado ni por el otro.

Mientras ocurría todo esto en este vecindario, en un vecindario cercano la policía había destruido una ofrenda a una de las 15 personas que murieron durante el fin de semana del 4 de julio debido a la violencia entre la gente. Por más que la policía y las autoridades lloren lágrimas de cocodrilo por los tiroteos entre la gente, los cerdos policías pasaron por la vigilia a Devonte Morgan pinchando los globos y pisando las velas. Cuando la gente no se doblegó simplemente ante esto, la policía brutalizó a una mujer que bailaba delante de su patrulla. La gente se defendió y, según la prensa, cuatro personas fueron arrestadas y un cerdo policía resultó herido. El día después de esa resistencia, el Club Revolución acudió a este vecindario, hombro con hombre con la gente allí, ayudándole a fortalecerse llevándole el comunicado del Club Revolución y los silbatos, conectándola con la revolución, respaldándola para volver a hacer su vigilia, y luchando con ellos para que rechazaran las represalias y la venganza.

El día después de que los revcom tomaron parte en montar de nuevo la vigilia en el segundo vecindario fue el día antes de la reunión comunitaria programada en el primer vecindario, y la situación se había intensificado. Cuando miembros del Club Revolución hablaban con algunas personas en el parque, una persona calle abajo pidió que los revcom vinieran porque la policía estaba arrestando a alguien. Esta vez, no fueron sólo los miembros del Club Revolución que hicieron sonar los silbatos. Varias personas del rumbo estaban allí junto con ellos, activamente plantándose frente a los policías, denunciándolos. De haber una sola patrulla involucrada en el arresto casi de inmediato hubo seis patrullas cuando el Club Revolución y los otros del rumbo llegaron a la escena para hacer sonar los silbatos y hacer agitación sobre el papel de la policía y la necesidad de que la gente en todas partes hiciera frente a las acciones de los cerdos policías. En otras dos ocasiones ese día, el Club Revolución tuvo que plantarse contra los policías que se metían con la gente, haciendo sonar los silbatos varias veces durante el día. Los cerdos policías respondieron parándoles el dedo a los miembros del Club Revolución, llamándole perra a una de las mujeres, y señalándoles de manera amenazante a dos de los hombres como para decir: “Iremos por ustedes”.

Mientras se intensificaba la actividad y hostilidad de la policía, surgía una controversia entre la gente acerca de quién es responsable de toda esta actividad porcina y si la gente debería unirse y apoyar al Club Revolución o no. Una persona que anteriormente en la misma semana les había dicho a los revcom que no hicieran sonar los silbatos cuando los cerdos policías hacían amenazas, más tarde donó $ 20 para que la gente del vecindario tuviera las camisetas, y luego al otro día volvió y dijo que los revolucionarios eran los responsables del incendio de la casa. En general, se extendió el uso de la camiseta, lo que llegó a ser una forma de tomar una posición. Al mismo tiempo, surgieron las controversias las que utilizan con regularidad los opositores a la revolución y al comunismo para tratar de convencer a la gente a oponerse a los revcom. De repente, un par de personas estaban llamándole a Bob Avakian un líder de una secta, y varias personas decían que no podían unirse con la revolución porque los revcom no creen en Dios.

       

Durante todo esto, se dio mucha lucha con la gente sobre si deberíamos oponer resistencia a los cerdos o no. Algunas personas que al principio se entusiasmaron por ponerse de pie, cambiaron de opinión, al menos temporalmente, cuando los cerdos policías regresaron. Algunos no quieren hacer muchas olas, mientras que otros se reflexionan sobre cómo vamos a lidiar con la creciente represión policial. El Club explicó a la gente que eso de no querer causar más problemas con la policía —la que está allí precisamente para aterrorizar y mantener en su lugar a las masas populares oprimidas— es la perspectiva del esclavo que se acostumbra a la esclavitud. Algunos esclavos no querían correr el riesgo de molestar al amo cuando Harriet Tubman acudí a hablarles sobre liberarse, mientras que otros esclavos reconocían que no tenían nada que perder más que sus cadenas, y le seguían a ella.

Además hay que recordar la vida de Harriet Tubman, que no sólo escapó de la esclavitud y encabezó a otros a escapar, sino que también bregó con la gente para que no retrocediera y regresara apurada a la plantación cuando se enfrentaba peligros. Harriet Tubman nunca se rindió y no se conformó con ayudar a escapar a unos pocos esclavos. Luchó incansablemente para poner fin a todo el sistema de la esclavitud. Por ejemplo, ayudó a organizar y planear una insurrección con John Brown. El trabajo que ella hizo fue parte de lo que condujo a la guerra de Secesión que finalmente puso fin a la esclavitud. La verdadera decisión ante la gente es si va a tener dudas de enfrentarse a sus opresores o si va a seguir el ejemplo de Harriet Tubman en la lucha para acabar con la forma mundial de esclavitud de hoy día en la que este sistema capitalista-imperialista mantiene atrapada a la gente.

El día de la reunión, se podía ver algunos de los brotes de lo que se está perfilando en el vecindario, aunque asistió muy poca gente. Una mujer que estaba enojada con lo que hacía la policía y ya había oído hablar del Club Revolución, asistió para saber más sobre la revolución. Ella participó en la reunión y se fue con un ejemplar de Lo BAsico y una camiseta de Habla BA: ¡REVOLUCIÓN, Y NADA MENOS! Dos hombres jóvenes que iban a una tienda cercana vieron la ampliación de la cita 1:24 de Lo BAsico (sobre el papel de la policía) en la entrada al parque, se acercaron en busca de camisetas y durante unos minutos se quedaron sentados en la reunión. Otro hombre joven que ha estado observando al Club Revolución y trabajando con el Club de vez en cuando, primero se acercó a los márgenes de la reunión. Cree en Dios y hace poco ha empezado a pensar que tal vez no debiera meterse con personas no creyentes. Un pastor que se une con los revolucionarios en la lucha por la justicia y que asistió a la reunión, se fue a hablar con él, y unos minutos más tarde el joven entró a la reunión y se quedó hasta que se terminara. Un simpatizante de la revolución que había acudido en defensa del Club Revolución durante el enfrentamiento con la policía no pudo quedarse para la reunión, pero pasó por un momento para mostrar su apoyo. Un joven de unos 12 años de edad llegó a la reunión solo, diciendo que los miembros del Club Revolución le habían hablado a él y a unos amigos de la reunión hace unos días en su casa y quería saber más.

Todas estas cosas son importantes. Y en general, el debate y los altibajos de la última semana revelan algo nuevo. Y precisamente por eso los cerdos policías han aumentado lo que está en juego en todo esto y las cuestiones se están agudizando. Pero el hecho de que la reunión no contó con la asistencia que se necesitaba indica que la gente sigue sopesando todo lo que implica dar un paso adelante y asumir la responsabilidad de determinar cómo seguir adelante. El Club Revolución está trabajando activamente para determinar por qué y para adentrarnos más profundamente con la gente en torno a las cuestiones, a la vez que intensificamos la lucha.

 

 

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