El régimen de Trump y Pence: Sus maniobras para institucionalizar el fascismo cristiano

29 de marzo de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Los fascistas cristianos son un poderoso componente líder de las cohortes fascistas que conforman el régimen de Trump y Pence. Se basan en una interpretación literal de la Biblia sumido en la ignorancia anticientífico; un odio hacia las personas LGBTQ; y una determinación de privarles a las mujeres todo control sobre su propio cuerpo y su sistema reproductor.

Bob Avakian ha analizado el auge del fascismo cristiano dentro de la clase dominante de Estados Unidos y en la sociedad en general en obras como “La verdad sobre la conspiración derechista… y por qué Clinton y los demócratas no son la respuesta”.

Estos fascistas están realmente resueltos a imponer una teocracia, una sociedad en la que la Biblia interpretada literalmente se convierte por la fuerza en la base de la ley, la cultura y la moralidad de toda la sociedad. Donald Trump ha nombrado a fascistas cristianos a puestos de dirigencia e influencia en importantes instituciones y organizaciones. Están moldeando rápidamente la ley y la sociedad a medida que avanzan hacia la teocracia que quieren. Ellos representan un peligro mortal para toda la sociedad.

Algunos acontecimientos claves de solo la semana pasada:

Trump nombró al fundamentalista cristiano Robert Redfield para dirigir el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por las siglas en inglés). El CDC es el principal instituto nacional para promover la salud y la seguridad pública. Redfield era un oficial médico del ejército estadounidense cuando la epidemia del SIDA estalló y corrió desenfrenada en los años ochenta y principios de los noventa. Reinaba una enorme ignorancia sobre los orígenes y las formas de transmisión del SIDA. Redfield contribuyó a esa ignorancia y creó formas bárbaras para castigar a las personas con el SIDA. Se excluyeron de las fuerzas armadas a los reclutas VIH positivos. Se implementaron pruebas obligatorias, sin confidencialidad, para todas las tropas. Los capellanes informaron a los soldados si eran VIH positivos, mientras que la policía militar revisó sus posesiones en busca de “evidencia de homosexualidad”. Los soldados que resultaron seropositivos fueron aislados en barracas especiales conocidas como “la colonia de leprosos” y, como dijo un informe, “tratados como prisioneros”. Permanecieron allí hasta que recibieron una baja deshonrosa o desarrollaron plenamente el SIDA. Redfield dijo: “La razón por la que hemos hecho lo que hemos hecho es que pensamos que es buena medicina, y es medicina que también podría funcionar en el sector civil”. Ahora este charlatán ignorante, intolerante y odioso está en posición para imponer esos métodos fascistas en toda la sociedad como el más alto funcionario responsable de la salud pública de la población.

Trump renovó su prohibición de que personas transgéneros estén en ninguna rama de las fuerzas armadas de Estados Unidos. Aprobó una recomendación de política de que “las personas transgéneros que requieren o han pasado por una transición de género están descalificadas del servicio militar”. La última orden de Trump elude una orden judicial que anuló su prohibición anterior contra personas transgénero; la orden de Trump dice que las personas transgéneros pueden permanecer en las fuerzas armadas bajo “circunstancias limitadas” a petición del secretario del Departamento de Defensa o de Seguridad Nacional. Las fuerzas armadas son una organización de violencia reaccionaria contra la gente del mundo, y NADIE debería querer alistarse. Pero el régimen fascista de Trump y Pence está calificando a las personas trans como “indignas” y menos que humano, y está dando luz verde a las personas rabiosamente anti-gay para perseguir y atacar a las personas trans y gay. Esta prohibición es también una piedra angular de la reestructuración fascista cristiana de la sociedad, y del desarrollo de un ejército brutalmente anti-gay.

El gobernador fascista cristiano de Misisipí firmó una ley que prohíbe el aborto después de 15 semanas, la más reducida del país. No hay excepciones para la violación o el incesto. La ley también castiga a los médicos: deben presentar informes de los abortos, y si se determina que han violado “a sabiendas” la ley, su licencia médica se suspenderá o revocará. Esta es la más reciente ley de Misisipí que restringe hasta el punto de eliminar el acceso al aborto en el estado que tiene solamente una clínica. La clínica ha impugnado la ley, lo que ha bloqueado temporalmente su implementación. Pero el gobernador, que ha dicho que su objetivo es “poner fin al aborto” en el estado, ha prometido luchar hasta que lo lograra.

Los fascistas cristianos ya han ganado mucho terreno y están en una cada vez mejor posición para lograr el triunfo de su teocracia. El régimen de Trump y Pence representa una amenaza mortal para la humanidad y el planeta mismo. La necesidad de expulsarlo del poder es urgente, y hay que actuar antes de que sea muy tarde.

 

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