Del Club Revolución-Chicago:

La policía de la Universidad de Chicago le pega un tiro a un estudiante y acusa de asalto A ÉL

26 de abril de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us

 

El martes 3 de abril, policías de la Universidad de Chicago dispararon a Charles Thomas, un estudiante de esa universidad que padecía una crisis de salud mental. Sobrevivió pero lo ESPOSARON A LA CAMILLA DEL HOSPITAL aunque tenía un hombro fracturado y un pulmón colapsado, y lo acusaron a ÉL de varios delitos graves. Unos estudiantes de la Universidad de Chicago han estado protestando por el tiroteo policial, han exigido que la universidad provee mejor servicio de salud mental, y han denunciado al departamento de policía de la universidad conocido por su larga historia de racismo y violencia.

Charles, que es negro y asiático y tiene 21 años, iba caminando por un callejón cerca de la universidad y supuestamente quebró unas ventanas con un tubo de metal. Unas radiopatrullas de la policía universitaria le bloquearon el camino, y al acercarse le llamaron “mental”. Un cerdo policía se bajó gritando “tira el arma” y “no te acerques”, y cuando Charles se acercó corriendo hacia el cerdo, gritando, el cerdo le disparó. El presidente de la universidad emitió una declaración que dice que el departamento de policía cumplió con el protocolo.

Este ultraje policial ha llegado a ser en un asunto polémico en la ciudad. La prensa le ha dado extensa cobertura, y arde en la universidad también. La Universidad de Chicago, situada en el barrio Hyde Park en el Lado Sur de Chicago, es prestigiosa y privada, y en ciertos círculos se la conoce como la “Harvard de la región central de Estados Unidos”.

Cuatro profesores de la Universidad de Chicago escribieron una carta abierta publicada en el periódico universitario que denunció a la policía universitaria por dispararle a Charles. Lo denució de modo inequívoco. “Al momento de escribir la presente, todavía no se han aclarado muchos detalles factuales con respecto a este incidente. A medida que se den a conocer detalles, buena parte del público podría enfocarse en juzgar los hechos del caso y si la balacera fue justificada. Como tienden a ser las cosas en incidentes de balaceras policiales, habrá divergentes interpretaciones del relato policial y de las cámaras corporales. Nuestro punto es que muchos de estos detalles —el que si el estudiante se le fue encima al policía, o si el policía le ordenó tirar el tubo que tenía en la mano— son impertinentes ante los indiscutibles hechos y las grandes inquietudes que esto presenta para nuestra comunidad. Tres policías se acercaron a un civil que no estaba armado con un arma mortal, y le dispararon, poniendo en riesgo su vida. Nuestra discusión debe enfocarse en este horripilante hecho, y de hoy en adelante los esfuerzos deben enfocarse en asegurarnos de que algo así jamás vuelva a suceder”.

Como era de esperar, tal como la carta lo pronosticó, el columnista del Chicago Tribune Eric Zorn recibió un importante espacio en la edición imprenta del domingo para su columna titulada: “Cuadro por cuadro: Observaciones tras una vista meticulosa del video de la balacera de la policía de la U de C”, en la que justifica la balacera. Concluye diciendo: “En un correo-e emitido el jueves, el Club Revolución califica a la balacera de ‘indignante’. Yo discrepo. Lo indignante es la reacción automática ante toda balacera policial, porque entorpece el mensaje y confunde el tema cuando la policía en realidad sí curza la línea”.

Pues bien, Eric — el Club Revolución le reta a un debate sobre esta INDIGNANTE balacera policial. Haga disponible su columna a nosotros y otros, y lleguemos al meollo del asunto.

El día después de que dispararon a Charles, dos protestas ya fijadas contra la universidad condenaron la balacera como parte de sus acciones. Una protesta era para demandar de que se retiraran los cargos y la orden de prohibición contra Maya, la militante del Club Revolución que fue agredida por esos mismos policías el 1 de marzo cuando conmemoraban 11 minutos de silencio por los 11 millones de inmigrantes no documentados y que ha sido acusada de dos delitos graves. Los partidarios de Maya celebraron 11 minutos de silencio y se manifestaron en frente del edificio donde están las oficinas del presidente de la universidad. La otra protesta de ese día fue del sindicato de estudiantes de posgrado, donde 200 estudiantes corearon afuera de donde el presidente de la universidad daba un discurso sobre “libertad de expresión”.

Al día siguiente, más de 100 estudiantes acudieron a una protesta específicamente en respuesta a la balacera de Charles Thomas. Unos estudiantes denunciaron la balacera, mientras que otros entre la multitud lloraban por los estudiantes que padecen de enfermedades mentales. Una estudiante blanca lloró y dijo que el hecho de que le dispararon a Charles Thomas que padecía una crisis de salud mental quiere decir que a ella también le podrían disparar. También hubo denuncias de que el departamento de policía de la universidad es una de las fuerzas policiales privadas más grandes del mundo. También comentaron sobre la vida humana de Charles Thomas y que necesitaba ayuda y en vez tuvo que enfrentar a policías armados.

El Club Revolución ha estado presente en todas esas protestas y hemos distribuido nuestra declaración sobre asesinatos policiales y exhortado a la gente a que conocieran a Bob Avakian y que vieran y promovieran la película ¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE! En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista. Un mundo mejor ES posible. También hemos trazado una conexión entre esta indignación y el ataque contra Maya por policías de este mismo departamento y la lucha para conseguir que retiren los cargos. Tanto Maya como Charles Thomas encaran cargos graves de la misma fuerza policial de la universidad.

Una declaración emitida por un amigo de Charles dice en parte: “Cualquiera, estudiante o profesor, de esta universidad les podría contar del enorme estrés emocional que pesa sobre cada individuo por salir adelante. Charles no era ajeno a ese sentimiento, y con la presión creciendo a medida que llegaba al fin de su carrera como estudiante de grado, hizo lo que él pudo hacer al ir al Servicios de Asesoramiento Estudiantil cuando terminaron las clases del invierno. En vez de asignarle un consejero en la universidad, lo refirieron a un lugar afuera de la universidad”.

El presidente de la universidad ha justificado el tiroteo porque según él cumplió con el “protocolo”. ¿Qué tipo de protocolo institucional es el que requiere que los policías disparen a una persona que está padeciendo un colapso mental? ¿Qué clase de sistema es el que cuando se llama a la policía porque una persona necesita ayuda y le disparan? En vez de ofrecer ayuda de urgencia a alguien que la necesita, los secuaces de un sistema mundial que bombardea hospitales y acceso a agua potable, balea a manifestantes e interviene con golpes de estado, y siembra terror entre los pueblos con su poderío militar y guerras de imperio desencadena a sus malvivientes para abatir a personas, especialmente de color, a balazos. Tyisha Miller en Riverside, California. Decynthia Clements en Elgin, Illinois. Quintonio Legrier en Chicago. Hay tantas personas más, muchos negros, que cuando sufrían y necesitaban ayuda, en vez fueron baleados por la policía.

¿Qué clase de sistema es este que justifica y considera una solución razonable el disparar a la víctima? ¡Esto tiene que parar! Como el Club Revolución de Chicago dijimos en nuestra reciente declaración: “¿Hasta cuándo los cerdos policías seguirán matando y saliendo impunes? ¿Hasta cuándo reforzarán este sistema con su asesinato, brutalidad y opresión? ¡HASTA QUE HAGAMOS UNA REVOLUCIÓN PARA DESHACERNOS DE ÉL! Conéctese con el Club Revolución y empiece a prepararse para la revolución”.

 

 

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