La decisión de la Corte Suprema en el caso de la pastelería de Colorado es un gran paso hacia la codificación de la intolerancia anti-LGBTQ en las leyes

Esta salvajada es intolerable. ¡No se puede dejar en pie!

6 de junio de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us

 

El lunes, “el tribunal más alto de Estados Unidos” dio su respaldo oficial a la intolerancia y el odio contra la gente LGBTQ. En una decisión de 7 contra 2, la Corte Suprema de Estados Unidos falló a favor de un pastelero en Colorado que se había negado a hacer un pastel de boda para una pareja gay, en violación de una ley estatal que prohíbe la discriminación basada en “la raza, el género, el estado civil o la orientación sexual”.

Hace seis años, David Mullins y Charlie Craig pidieron a un panadero en un suburbio de Denver, Colorado a hacerles un pastel para una fiesta para celebrar su matrimonio. El propietario fundamentalista cristiano de la pastelería, Jack Phillips, rechazó rotundamente su pedido, diciendo que hacer un pastel para una pareja gay violaría sus “creencias religiosas”. Mullins y Craig presentaron una demanda exitosa ante la Comisión de Derechos Civiles de Colorado, la que inició una batalla legal que ahora ha culminado con la decisión de la Corte Suprema en el caso Masterpiece Cakeshop contra el Colorado Civil Rights Commission.

En su opinión mayoritaria, el juez Anthony Kennedy declaró que la Comisión de Derechos Civiles de Colorado había actuado a partir de lo que Kennedy describió como “hostilidad clara e inadmisible contra las creencias religiosas sinceras que motivaban” a Phillips. Kennedy apuntó su crítica en particular a un miembro de la comisión, citando a ese comisionado que ha dicho, en parte: “Se han utilizado la libertad de religión y la religión para justificar toda clase de discriminación a lo largo de la historia, ya sea la esclavitud, ya sea el holocausto... podemos enumerar centenares de situaciones en las que se ha utilizado la libertad de religión para justificar la discriminación”.

¿Qué significa que en el año 2018 la abrumadora mayoría de la Corte Suprema de Estados Unidos ataca severamente una declaración verdadera e indiscutible sobre la manera en que se ha usado la religión para justificar inmensos horrores (véase, por ejemplo, con relación a la esclavitud en Estados Unidos, el libro de Bob Avakian ¡Fuera con todos los dioses!, en particular la sección “El cinturón de la Biblia es el cinturón de los linchamientos: Esclavitud, supremacía blanca y religión en Estados Unidos”), mientras que alaba a un intolerante y odioso fanático fundamentalista por sus “sinceras creencias religiosas”?

Refleja el hecho de que la defensa de los “valores familiares tradicionales” —con la subyugación de las mujeres, la persecución de las personas LGBTQ, y las otras formas de opresión que conllevan— ha sido y sigue siendo una parte integral del sistema bajo el cual vivimos, el sistema de capitalismo-imperialismo. ¡Ya se acabó el tiempo para este sistema completamente podrido y monstruoso; urge derrocarlo por medio de una revolución real!

Y ahora, este sistema ha engendrado un régimen fascista que incluye, como componente clave, a representantes de un poderoso movimiento fascista cristiano que ha venido trabajando durante décadas para realizar su visión de cohesionar la sociedad bajo normas y el moral draconianos del fundamentalismo religioso, los que incluyen la satanización y persecución abiertas de personas LGBTQ y una represión de la mujer parecida a la de El cuento de la criada. Su objeto es construir una teocracia estadounidense, una nación manifiestamente cristiana blanca con leyes basadas en una lectura literal de la Biblia, junto con un imperialismo agresivo de “destino manifiesto” y armas nucleares que amenace a todo el mundo. Si se permitiera que el régimen de Trump y Pence lograra consolidar su dominio, esto impondría horrores sobre la humanidad inimaginablemente más graves que lo que el imperio estadounidense ya ha llevado a cabo desde que llegó a ser una potencia mundial.

La decisión de la Corte Suprema en el caso de la pastelería incluyó unas palabras que parecen reafirmar protecciones de los derechos de la gente gay. Si alguien saca consuela y esperanzas de esto, considerándolo una señal de que “tal vez podamos seguir confiando en que el sistema haga lo justo” — pues, es una ilusión peligrosa. Mire lo que está pasando: El régimen de Trump y Pence ha tomado medidas para legitimar la discriminación contra las personas transgénero. Trump “bromeó” que Pence quiere ahorcar a todos los homosexuales. Un abogado del Departamento de Justicia argumentó que la Ley de Derechos Civiles de 1964 no impide que una empresa despida a alguien por su orientación sexual. Está registrado que un nominado de Trump para una judicatura federal ha dicho: “¿Adivina qué? Asisto a una iglesia bautista conservadora. Nosotros discriminamos, claro que sí. Sobre la base de la orientación sexual, discriminamos”.

En el caso de la pastelería ante la Corte Suprema, el régimen de Trump y Pence presentó un escrito a favor de Phillips en el que declara que “Obligar a Phillips a crear expresión a favor de una ceremonia y participar en una ceremonia que viola sus creencias religiosas sinceras invade sus derechos bajo la Primera Enmienda”. Ahora, la Corte Suprema ha emitido una decisión que incorpora la ignorancia y prejuicios anti-LGBTQ en la ley, defendidos por el estado. Las implicaciones de esta decisión son siniestras y de gran alcance. Podría abrir las compuertas a todo tipo de discriminación sancionada por el estado contra las personas LGBTQ, usando la religión y la “libertad de expresión” como justificaciones, y es una luz verde para intensificar la discriminación y la violencia anti-LGBTQ en toda la sociedad. Se podrían usar las mismas leyes anti-LGBTQ para justificar la vil y cruel discriminación contra los musulmanes, las personas que hablan español, los negros, y otros.

Hay que oponerse a todo esto — ¡y hay que PARARLO!

 

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