De un miembro de la Gira Nacional “Revolución”:

Luchando contra la brutalidad policial, refutando a aquellos que trafican con la política de identidad

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Nota de la redacción: Este es un extracto de una instantánea de un miembro de la Gira Nacional “Revolución” sobre su experiencia en un mitin de “Que se joda la policía” en Harlem, en el que participaron cientos de personas, principalmente jóvenes. Esta fue la segunda manifestación de este tipo en respuesta a una escalada de violencia policial contra los jóvenes y otros en el metro de la Ciudad de Nueva York. Esto también contextualiza el vídeo de miembros de la Gira que hacían agitación.

El mitin comenzó con gente reunida en la estatua de Harriet Tubman en Harlem. Negros, blancos, asiáticos y latinos se pararon juntos esperando que comenzara la marcha, todos allí para hacer frente a la brutalidad y el terror de la policía. Esta manifestación en particular y la anterior han tenido lugar en respuesta al auge de violencia por parte de la policía que se ha desplegado en la nueva campaña de represión contra los llamados “evasores de pagar la tarifa”, por lo que ha surgido muchos informes y videos de policías golpeando o atacando a jóvenes negros y latinos, y ahora más recientemente arrestando y brutalizando a una mujer latina que vendía churros y a un joven negro que vendía caramelos en la estación del metro.

Esto no tiene precedentes, y muchos que lo han visto vinieron para exigir que se detuviera. Lo expresaron desafiando la tarifa de $2.75 de la MTA (el metro), pero principalmente diciendo “Que se joda la policía” y cosas similares. Entonces se arrancó la marcha, su carácter siendo principalmente positivo, la gente coreando “no justicia, no paz, que se joda la policía racista”.

Nosotros, el Club Revolución, estábamos allí en medio de esto, y comenzamos a gritar la consigna de 1234 (1,2,3,4, esclavitud, genocidio y guerra), así como cuál es el problema y cuál es la solución (cuál es el problema — todo el maldito sistema, cuál es la solución — ¡Revolución!). La gente se unió a los gritos, y fue requetepoderoso. La gente, principalmente los jóvenes, coreaba “Estados Unidos nunca ha tenido grandeza”, y los tenderos salieron para ver qué pasaba y algunos se unieron. Esto fue sólo el principio.

Cuando todos llegamos al cruce de la Calle 125 y el Bulevar Adam Clayton Powell, cientos de nosotros esperábamos el próximo paso. Los organizadores comenzaron un mic check (micrófono humano) y advirtieron a todos que la marcha no tenía permiso y sentaron unas pautas tácticas básicas para todos. Luego el espíritu del mitin dio un giro feo: los organizadores pidieron que fuera una marcha “centrada en los negros” y exigieron que todos los blancos “retrocederse, carajo” y, en esencia, “conocieran su lugar”. Trataron de imponer una regla que la gente blanca debiera ir al fondo y a los lados de la marcha para “proteger” a los negros y latinos de la policía. En ese momento la multitud diversa y multinacional comenzó a moverse, ya no sólida en determinación, sino fracturada y desorientada.

Nosotros dijimos algunas palabras —hicimos agitación— contra esto, denunciando la clara línea de dividir y conquistar y el miserable ataque contra gente que vino para levantarse justamente en contra de la supremacía blanca y la opresión, e impugnamos esa orientación, especialmente frente a lo que está haciendo el régimen de Trump y Pence. Algunos de los organizadores trataron de callarnos, y algunos jóvenes se nos acercaron —tanto para expresar desacuerdo como acuerdo— y un pequeño círculo comenzó a formarse a nuestro alrededor a medida que la gente se movía. La gente tomó el volante (en inglés) que empezamos a repartir a medida que esto sucedía, pero sentamos nuevos términos y nos quedamos allí con la gente después. Nuestra impugnación hizo que la gente se sintiera incómoda, y esto tuvo un impacto y los organizadores sintieron la necesidad de oponerse a nosotros o tratar de “cancelarnos”.

Después de un rato más de ida y vuelta con los organizadores, la marcha comenzó de nuevo. Un poco incierta, la marcha continuó, y solo un poco después la policía la atacó, mostrando su verdadero papel, y comenzaron a agarrar a todos los que pudieran. Durante toda la noche la gente estaba decidida a estar en las calles. Gritamos diferentes consignas, sentando nuevos términos de la revolución, y la gente los gritó en masa: “¿cómo salimos de este lío?, revolución y nada menos” y “¿cuál es el problema?, ¿cuál es la solución?” siendo las dos consignas principales.

Al final de la noche, habían arrestado a 58 personas. Era realmente importante que la gente asistiera a esto en masa, pero tiene que ir más profundo. Al mismo tiempo, no es bueno que muchas personas en la manifestación no reconocieran espontáneamente el salto que se ha dado con Trump, o que se hayan negado a ver el peligro fascista supremacista blanco estadounidense que está dando forma a los comienzos de un “surge”, un aumento repentino de fuerzas de represión contra los negros y los latinos.

Club Revolución-Ciudad de Nueva York

Nuestra interrupción en el mitin en Harlem

¡Declaramos que son UNA MIERDA las estrategias de dividir y conquistar que emplean los estafadores que trafican en la política de identidad!

¡Las personas de todos los orígenes tienen que ponerse de pie, juntas, para luchar por la revolución y la emancipación!

 

 

 

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