Los demócratas nos están mostrando que NO destituirán a Trump y al régimen que él encabeza…

¿QUÉ HARÁS?

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Esto va dirigido a los que no pueden conciliar el sueño porque están angustiados por lo que este régimen fascista amenaza con hacer y está haciendo… a los que sienten desesperanza sobre el futuro… pero que están paralizados, negándose a actuar. A los que todavía confían en que los demócratas —y el sistema al que ellos sirven— hagan, al fin de cuentas, lo correcto.

El jueves 12 de diciembre, los demócratas anunciaron que esta semana la Cámara de Representantes entera votará sobre si llevar a cabo el juicio político de destitución contra Trump y si procesarlo por (una pequeña rebanada) de sus crímenes. Una hora después, nos mostraron por qué no harán lo que de urgencia se requiere para detener la marcha de esta inexorable monstruosidad fascista.

Tres asquerosas confabulaciones con el fascismo, cortesía de Nancy Pelosi

Confabulación #1: Pelosi anunció que los demócratas respaldarían el nuevo acuerdo comercial que Trump había pactado con México y Canadá. Trump se ha jactado de que este tratado consolidará y profundizará el saqueo de México por Estados Unidos, y que le da ventaja ante la competencia imperialista con Canadá… y orgullosamente los demócratas lo acompañaron. México — para ver un caso especialmente horroroso de las implicaciones correspondientes: en Oaxaca, los niños tienen los dientes podridos y los huesos deformados debido a que el agua subterránea en Oaxaca está contaminada con arsénico como resultado de regar el brócoli que se pide tanto en la cena en Estados Unidos durante el invierno.

Confabulación #2: Pelosi anunció que el proyecto de ley sobre el más grande presupuesto militar en la historia, cuenta con el apoyo de los demócratas. Este nuevo proyecto de ley expande la militarización del espacio por Estados Unidos y fortalecerá más el ya dominante poderío nuclear — que Trump, el único que tiene control de esas armas, ha amenazado con usar en numerosas ocasiones. Este nuevo proyecto de ley financia cientos de bases militares por todo el mundo para fortalecer el dominio de Estados Unidos; los ataques con aviones no tripulados que matan a cientos de personas cada año como “daños colaterales”; las guerras no declaradas, las invasiones y las operaciones “de las fuerzas especiales” en el centro de Asia, el Medio Oriente y África; las escuelas de entrenamiento de torturadores y golpistas en América Latina; etc., etc. Los demócratas, como de costumbre, han hecho todo un trabajo de engatusamiento al poner cláusulas de la ley que seducirían a las personas que por lo general se opone a la guerra —por ejemplo, una parte del proyecto de ley original hubiera detenido el apoyo que Estados Unidos da para la guerra genocida que está librando su régimen “cliente” de Arabia Saudita contra el país de Yemen—1 pero que a última hora dejaron que se borre de la versión final.

Confabulación #3: A pesar de que todos saben que Trump es un fascista (y algunos de ellos que ya no son peces gordos en el partido lo admitirán, como señala la carta de un lector), casi todas las figuras de peso del Partido Demócrata rechazan repetir esa palabra2. Si lo hicieran, tendrían que convocar la gente a que se tome las calles para hacer lo que se tenga que hacer para impedir el avance de este horror — y eso es lo que más que nada no quieren hacer. Para ellos no les sería fácil “darle la mano al del otro lado” — y más que nada, lo que ellos mismos dicen y hacen en algún sentido tendría que estar a las alturas de enfrentar a semejante amenaza existencial.

A los demócratas sí les interesa poner ciertos límites a Trump. Pero eso les interesa en el contexto de algo mucho más fundamental que comparten con él: mantener el dominio del imperio estadounidense en el mundo y mantener la estabilidad de las cosas en Estados Unidos para poder amarrar esa dominación.

Esto es como si un alemán de los tiempos de los nazis, que se declarara en contra de Hitler, no obstante dijera que Alemania necesitara poderosas fuerzas armadas, una posición económica dominante contra otros países y más que nada que la gente nunca debiera acusar a los nazis de ser… nazis. Incluso pudieran decir que, en Alemania, con sus grandes tradiciones en la filosofía, las ciencias y las artes, alguien como Hitler solo pudiera ser algo pasajero… y que uno no debiera hacer cosas temerarias. Pero más que nada, quizá digan, no salgan a las calles.

De hecho, esa fue la posición que asumió, de una u otra manera, demasiada gente.

Lo que ellos temen: Trump, la base fascista… y USTEDES

Pero no lo tienen todo en el bolsillo.

Bob Avakian (BA) ha señalado que estos demócratas de peso temen tres cosas. Temen a Trump y a los republicanos. Temen la fuerte posibilidad de que si lograran conseguir un veredicto de culpabilidad en el Senado, Trump simplemente podría rehusar dejar el cargo y en vez podría movilizar en su defensa a las chusmas fascistas dentro y fuera de las fuerzas armadas y policiales. Pero más que nada, temen a USTEDES.

Es importante citar todo lo que dice BA sobre el tema de marras:

[Los demócratas] temen a las personas al otro lado de la divisoria en Estados Unidos, a las personas que tienden a votar por los demócratas, especialmente a las masas básicas de los oprimidos. Temen a las propias personas, a las masas básicas y a otras personas, a quienes el Partido Demócrata es responsable de “acorralar” en la BEB y de “domesticar” su disentimiento. Temen a las personas que están enojadas por lo que representan Trump y Pence. No quieren que esas personas salgan a las calles, a menos que estén contenidas dentro de los límites estrechos de lo que el Partido Demócrata, y el sistema al que sirve, pueden permitir. Y no quieren el enfrentamiento entre esas personas y los fascistas que se han cuajado en torno a Trump. ¿Usted cree que quieren ver a las masas de negros, inmigrantes y otras personas, incluidas las masas de personas de diferentes capas sociales que están furiosas sobre lo que representan Trump y Pence — cree que quieren ver a esas personas en las calles en una oposición directa y decidida a lo que representan Trump y Pence? Esa es una de las peores pesadillas de Puercalosi y Compañía, no solo debido al potencial de un enfrentamiento combativo con los fascistas, sino porque las personas podrían salir completamente del control del Partido Demócrata, y de todo el sistema del cual los demócratas son representantes, funcionarios y ejecutores. Una gran parte de lo que ellos están representando e imponiendo se vería seriamente comprometida.

(De Hope For Humanity On A Scientific Basis: Breaking with Individualism, Parasitism and American Chauvinism; hay pasajes en español.)

Piense en ese último temor. El corolario es el siguiente: USTEDES, con otros, podrían cambiar esa ecuación. Podrían aprender de Chile, Hong Kong, Argelia, Irak y otros lugares donde la gente se ha puesto de pie ante una feroz represión… podrían aprender de la valiente manifestante [entrevista en inglés] que la semana pasada en Hershey, Pensilvania, se atrevió a desafiar la ira de las chusmas trumpistas… podrían hacer algo.

Ustedes podrían hacer algo.

Lo que está en juego ante nosotros

En enero se realizará un juicio en el Senado. Trump quiere utilizar este juicio para perseguir a los demócratas. Trump, así como sus más fieles compinches (los Barr y Bannon del mundo) ven en este juicio una oportunidad de remachar la noción de que “el presidente puede hacer lo que le dé la regalada gana”. Otros republicanos quieren utilizar su mayoría para hacer que se agilice el proceso y se termine en un par de semanas, hacer acto de presencia y votar para absolverlo.

Sea como sea, el resultado es impredecible… si ustedes actuaran, pero tan sólo si ustedes actuaran. Si miles de personas estuvieran en las calles, y crecieran a cientos de miles y luego millones — y, una vez más, si ustedes dijeran que eso no fuera posible, pues hay gente por todo el mundo que están demostrando que ustedes están equivocados… si estuvieran unidos en torno a una sola demanda sencilla: ¡TRUMP-PENCE FUERA YA!... en tal caso, y tan solo en tal caso, habría una verdadera posibilidad de sacar a este régimen. No es una garantía, sino una oportunidad.

Piensen en lo que eso significaría. La oportunidad de un futuro para miles de millones de personas, un futuro con una existencia que ahora esté en peligro… la oportunidad de transformar los terribles horrores que ya se han impuesto, en el que la “nueva normalidad” son los niños en jaulas… y la oportunidad de vislumbrar un mundo en el que todo esto ya termine. Un mundo mejor ES posible — en este sitio web, y en las obras de Bob Avakian, pueden explorar y descubrir lo que es el nuevo comunismo que ha desarrollado Bob Avakian: cómo podría ser el mundo y cómo se podría hacer nacer la revolución que se necesita. Necesitamos un movimiento que se base en la convicción de que un mundo mejor es urgentemente necesario y posible, y con otros podemos discutir y debatir cómo debería de ser ese mundo.

Rechazar actuar trae consecuencias. Tú, individualmente, tienes que tomar esa decisión. Quedarte de brazos cruzados mientras este demente siga en el poder con el dedo en el detonador, y que probablemente salga más fuerte que antes… o únete con otros para ACTUAR.

A manera de conclusión, una vez más BA:

Al mismo tiempo, cabe decir sin rodeos: para los millones, y decenas de millones, de personas que dicen que odian todo lo que Trump representa y lo que está haciendo pero quienes, después de todo este tiempo, todavía no se han tomado las calles en una movilización sostenida que exija que el régimen de Trump y Pence tiene que marcharse, ¡esto hace que sean colaboradores con este régimen fascista y en sí culpables del atroz delito de tolerar a este régimen cuando aún podrían tener la posibilidad de que se cumpla la exigencia de que el régimen tiene que marcharse, por medio de tal movilización de masas!

Para parafrasear a Paul Simon: Están desperdiciando su resistencia por un puñado de murmullos —o cosas peores— proveniente del Partido Demócrata.

La hora ya es muy tarde —y aún queda un tiempo, pero no mucho— para que esto cambie, ¡para que las masas de personas por fin se tomen las calles y permanezcan en las calles, con la firme determinación de que este régimen fascista debe marcharse ya!

(De Hope For Humanity On A Scientific Basis: Breaking with Individualism, Parasitism and American Chauvinism; hay pasajes en español.)


1. La guerra de agresión de la coalición al mando de Arabia Saudita en Yemen ha matado a decenas de miles de personas, ha empujado a millones al borde del precipicio del hambre y ha creado la peor catástrofe humanitaria en el mundo hoy. Los sauditas han bloqueado alimentos, medicinas y otros productos necesarios, mientras bombardean los sistemas de alimentos, agua, servicios médicos y otras infraestructuras de Yemen; en otras palabras, están utilizando el hambre y las enfermedades como armas de guerra, lo cual es un claro crimen de guerra según el derecho internacional. Lea aquí más antecedentes. [volver]

2. La más notable de las pocas excepciones son Alexandria Ocasio-Cortez e Ilhan Omar y a) ellas NO son figuras poderosas, y b) su papel, el que hayan recibido el memo al respecto o no, es atraer a aquellos que están extremadamente descontentos con todo el sistema, pero aún no están listos para hacerle frente a lo que se necesitará para hacer un cambio fundamental, y se aferran a la ilusión de que si todos simplemente se esfuerzan lo suficiente en esta ocasión, será posible hacer que los demócratas actúen en contra de lo que más fundamentalmente son: uno de los dos principales partidos políticos encargados de gobernar al sistema opresivo más poderoso del mundo. [volver]

A finales de septiembre de 2019, Nancy Pelosi (y la dirigencia del Partido Demócrata de la cual ella es una representante prominente), después de una prolongada y obstinada insistencia en negarse a iniciar un proceso político de destitución contra Donald Trump, cambió de curso y anunció que sí se iniciará una “indagatoria de juicio político de destitución” en contra de Trump. Este cambio de curso estaba relacionado —y Pelosi y Compañía han hecho un intento de centrar esta “indagatoria de destitución” principal, si no exclusivamente— a la revelación (derivada de un informe de un “denunciante” en el gobierno) de que Trump ha estado involucrado en un esfuerzo por presionar al gobierno de Ucrania para hacerle el “favor” a Trump de desenterrar (o “confeccionar”) trapos sucios sobre Joe Biden, ex vicepresidente (bajo Obama) y uno de los contendientes principales por la nominación del Partido Demócrata en las elecciones presidenciales de 2020. Pelosi y los demócratas han identificado esto como un abuso del poder presidencial a favor de los intereses personales de Trump (particularmente de cara a las elecciones de 2020) y han enfatizado su insistencia en que, al convertir este “favor” en la base (y el precio) para la continuación de la ayuda militar de Estados Unidos a Ucrania, en su enfrentamiento con las fuerzas pro-rusas, Trump “socavó la seguridad nacional de Estados Unidos”, en particular en relación con su importante adversario, Rusia. En otras palabras, mientras que, desde la perspectiva burguesa de los demócratas, su preocupación es muy real respecto a los “intereses nacionales” imperialistas de Estados Unidos, las “normas” de la forma en que se ha impuesto y mantenido el gobierno de este sistema, la importancia para ellos de una “transición pacífica” de una administración a otra mediante las elecciones —y el peligro para ello que representa el destripamiento de estas “normas” por Trump—, Pelosi y Compañía, al centrarse esta “indagatoria de destitución” sobre esta base tan estrecha, han subrayado que están actuando de acuerdo con su interpretación de los intereses del imperialismo capitalista de Estados Unidos y su impulso para seguir siendo la potencia imperialista dominante en el mundo, y continúan negándose a exigir la destitución de Trump a causa de sus muchas declaraciones y actos escandalosos contra las masas de personas, no sólo en Estados Unidos sino a nivel internacional: su manifiesto racismo y promoción de la supremacía blanca y la violencia supremacista blanca; su burda misoginia y ataques a los derechos de la mujer, incluido de manera muy prominente el derecho al aborto, y a los derechos de las personas LGBT; sus reiterados llamamientos y respaldo para la intensificación de la brutal represión y supresión del disentimiento; su discriminación contra los musulmanes y su cruel persecución de los inmigrantes, que abarca el encierro en condiciones parecidas a campos de concentración, incluso para aquellos que huyen de la persecución y de la amenaza muy real de muerte en sus “países de origen” y que sobre esa base están solicitando asilo, y la separación de hijos, incluso los muy pequeños, a sus padres; su embestida contra la ciencia y la búsqueda científica de la verdad, incluida su negación de la ciencia del cambio climático y las continuas maniobras para socavar y revertir incluso las protecciones menores y completamente ineficaces para el medio ambiente; sus amenazas con destruir países, inclusive con armas nucleares — en pocas palabras, su impulso multifacético para consolidar completamente el gobierno fascista e implementar una agenda fascista horrorosa, con terribles consecuencias para las masas de la humanidad .

Bob Avakian,
de El individualismo, la BEB y
la ilusión del “camino indoloro”

 

 

 

 

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