Presos alzan la voz sobre la pandemia:
“Se propagará más rápidamente como un incendio forestal de California…no nos está manteniendo sanos y salvos tal como le están informando al público”
| revcom.us
Valoramos mucho estas cartas de las y los presos y alentamos que las y los presos sigan enviándonos correspondencia. Los puntos de vista expresados en estas cartas son, naturalmente, de los propios autores de las mismas; y éstos no son responsables de los puntos de vista que aparecen en otras partes de nuestro sitio.
Virginia, 25 de marzo de 2020
La vulnerabilidad de los presos en medio de la crisis sanitaria mundial.
Con el brote de la pandemia del coronavirus (la covid-19), la vida que teníamos ha sido alterada. Países están cerrados, han cancelado torneos deportivos, las escuelas están cerradas, es prohibido congregarse en masa y se han prohibido viajes no esenciales, etc. Se estima que este brote será mayor que la “gripe española” de 1918, la epidemia del SRAG, la gripe aviar y la gripa porcina. En cuestión de meses la covid-19 logró llegar al último rincón del mundo. Para demostrar lo rápido que se propagó, el 8 de marzo de 2020 en Estados Unidos se habían confirmado 500 casos. Esa cantidad disparó a más de 3.000 en tan una sola semana y ahora hay 32.600 casos confirmados con más de 400 muertos.
Los hospitales en Estados Unidos están abrumados como resultado de la escasez de mascarillas protectoras y respiradores que sin duda alguna agrava lo que ya es una crisis sanitaria mundial. Mientras escribo la presente, en el estado de Virginia se han registrado 219 casos confirmados de la covid-19 y 2 muertos. Considerando el ritmo al que se está propagando este virus, es inevitable que afecte a un considerable porcentaje de la población en la sociedad… y de las prisiones.
Virginia, al igual que otros estados, declaró un estado de emergencia tras descubrir los primeros casos de la covid-19. El departamento de correccionales de Virginia (VDOC) suspendió hasta nuevo aviso todas las visitas de las familias, amigos y/o abogados de los presos con el fin de impedir que la covid-19 entre en sus prisiones. En vista de que este virus se propaga principalmente mediante contactos cercanos y gotículas respiratorias cuando alguien tosa, la suspensión de las visitas no fue sorpresa.
Luego circularon un memorando en que explican lo que es el virus y emiten métodos preliminares sobre la guerra naciente para evitar que se contraiga el virus, como: lavarse las manos con frecuencia, evitar tocarse los ojos, nariz y boca. Además, se sugirió practicar el “distanciamiento social”, al mantener 6 pies de distancia entre uno y los demás. Estas son directrices establecidas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y adoptadas por el VDOC.
Este concepto del “distanciamiento social” en el contexto carcelario es prácticamente imposible de cumplir por varias razones. Muchas de las personas que están en la población general comparten una celda, caminan juntos al comedor, se encuentran cerca los unos con los otros, van al gimnasio, a servicios religiosos, practican juntos actividades de recreo en el patio al aire libre o en los pod [unidades de vivienda], etc. Por otro lado, aquellos que están en el calabozo tienen que estar escoltados por 2 guardias cada vez que salen de la celda por cualquier razón. El contacto cercano es inevitable. A pesar de los esfuerzos del VDOC por impedir que el virus penetre en sus prisiones, al juzgar por la tendencia sobre lo rápido que se propaga, parece que seguro va a lograr entrar en las prisiones.
De hecho, esta es una situación peculiar y en vista de que no existe ninguna manera segura de impedir que entre, es fácil de predecir qué tan rápido se propagará debido a las razones mencionadas, las condiciones de estrecha cercanía en las que viven los presos, y teniendo en cuenta otros factores pertinentes, tales como: usamos los mismos teléfonos, los quioscos Jpay (para recibir dinero), los aparatos de recreación, los guardias utilizan las mismos técnicas de sometimiento a todos los presos, etc. Es un caldo de cultivo para un masivo brote.
En un inédito acto de transparencia el VDOC giró un memorando con actualizaciones de la situación con respecto al virus de la covid-19, y que en resumen decía que el 18 de marzo de 2020 una docena de presos del penal Coffeewood tenían fiebre y 2 dieron positivo por la gripe, todos los que estaban alojados en la misma unidad. Se le informó al dto de salud de Virginia y los pusieron en cuarentena a la espera de practicarles la prueba para la covid-19.
Las pruebas para este virus mortal se han vuelto un gran asunto para aquellos que están afuera en la sociedad, al extremo tal que [el] gobierno sigue repitiendo que escasean los kits para las pruebas y ha adoptado una “lista de prioridades” para decidir a quiénes les practicarán las pruebas. Basta con decir que no es totalmente inconcebible suponer que los presos no estarán en esa “lista de prioridades”.
Una de las muchas cosas que he aprendido de cómo funcionan las prisiones es que, con frecuencia, las autoridades de la prisión tienen la propensión a reaccionar a situaciones antes que tomar medidas proactivas, o sea que esperan que algo suceda, y después imponen una política al respecto. Por más mortal que este virus haya demostrado que es, no han ofrecido a los presos mascarillas y se supone que no lo harán, por lo menos no hasta que se vea un aumento de casos confirmados de la covid-19, o de muertos. Únicamente en tal caso tomarán acciones.
Como presos, lo único que podemos hacer es adherirnos a las directrices de los CDC, lavándonos las manos con frecuencia, cubrirnos la boca al toser, evitar tocarnos los ojos y la nariz. Esta es nuestra manera de hacer nuestra parte en protegernos a nosotros mismos y a los demás. Los políticos ni se preocupan de nosotros. Las autoridades de la prisión seguirán su trabajo como de costumbre con tal de que sigan recibiendo sin problemas su cheque de quincena y que nosotros obviamente estemos excluidos de la “lista de prioridades”.
Un ejemplo de lo que señalo se puede verificar fácilmente por medio de las noticias. Sin duda alguna este virus domina lo que presenta los medios de comunicación grandes, pero en ningún momento han informado sobre las condiciones al interior de las prisiones ni de las medidas de prevención que se podrían tomar para salvar vidas. Nueva York tiene la mayor cantidad de casos confirmados de la covid-19, pero no ha salido ni un solo reporte noticioso sobre el hacinado complejo carcelario de Rikers y sus prisiones. Lo mismo se puede decir de California. Misisipí, ni de qué hablar.
Este virus ha abrumado a los hospitales, muchos de los cuales carecen del necesario equipo médico para combatir el virus, tal como: no tienen suficientes respiradores, mascarillas, batas, etc. Basta decir que claro que las unidades médicas de las prisiones no están preparadas, y mucho menos que están equipadas para manejar un brote.
La ironía de la falta de preparativos es que este es un país que ha almacenado una cornucopia de armamento para lanzar una guerra por sus propios intereses, no obstante estaban cien por ciento mal preparados para responder a la crisis sanitaria que ellos veían venir. Es incomprensible que falten mascarillas protectoras o equipo salvavidas tales como respiradores.
Los presos se encuentran en una situación singular de vulnerabilidad y es indispensable que nos lavemos las manos con frecuencia, que nos tapemos la boca al toser, que evitemos tocarnos los ojos, la nariz y que nos mantengamos sanos a nosotros y a nuestros compañeros.
¡Todo el poder al pueblo!
¡Amor Pantera!
Carolina del Norte, 29-03-2020
Fondo:
A la luz del coronavirus, espero que la presente les encuentre a todos mis camaradas sanos y libres del virus. Me da tanta rabia decirles que la prisión en la que me encuentro casi no ha tomado ninguna medida de precaución. Y lo triste es que el DPS [Departamento de Seguridad Pública] de Carolina del Norte le está mintiendo al público sobre las supuestas medidas preventivas que están tomando. Por ejemplo, a ningún empleado le han revisado la temperatura. El comunicado de prensa del DPS dice que (desde hace 2 semanas) ha suspendido todos los traslados salvo en casos de urgencia. Esa es una descarada mentira. Los autobuses que hacen los traslados siguen su horario regular. También dicen que han suspendido trabajos afuera del complejo. Esa es una mentira. Yo trabajo afuera del complejo. ¡A mi jefe ni siquiera le practicaron una revisión, y la semana pasada cuando me negué a trabajar, me amenazaron con aplicarme una acción disciplinaria! Aproximadamente [hace] 5 días, pusieron a un preso en cuarentena aquí y sí nos tomaron la temperatura a todos en el pabellón. Pero están diciendo al público que ningún preso tiene síntomas o está en cuarentena. Esas son dos mentiras. No están tomado suficientes medidas de precaución. ¡Una srgta de aquí se fue hace 4 días con tos y fiebre, y hoy está de regreso! No hay ninguna Cuarentena de 15 días ni nada. Yo temo constantemente por mi salud, pero nadie está dispuesto a responder a las preocupaciones mías o aquellas de los demás. Es solo cuestión de tiempo hasta que el Coronavirus azote al sistema carcelario de Carolina del Norte. ¡Mi Mayor preocupación es que nos sigue explotando haciéndonos trabajar por $1 al día, nos llevan afuera de la cerca y nos obligan a trabajar cerca del personal al cual ni siquiera les practicado una revisión ni nada!
Corría el rumor de que el gobernador iba a firmar una propuesta para dejar en libertad a 1000 presos que no han cometido delitos de violencia y estaban a punto de salir. Yo mismo soy uno de esos ofensores no violentos y me toca salir en unos 78 días (20 de junio). Pero los trabajadores sociales y el personal carcelario jamás confirman o niegan lo que la verdad es acerca de esta propuesta. Carolina del Norte hace TODITO al último minuto. Espero lograr salir de la prisión antes de que la covid-19 entre, porque una vez que se inicie, se propagará más rápidamente como un incendio forestal de California. Por favor, háganle saber al público que Carolina del Norte no nos está manteniendo sanos y salvos tal como le están informando al público. Y sí, han puesto a algunos presos en cuarentena, pero no le han dicho eso al público. Y si ustedes pueden encontrar alguna información acerca de lo que el dizque gobernador está proponiendo con respecto a poner en libertad a algunos presos, por favor, por favor háganme saber. Espero que todos ustedes logren salir de esta pandemia a salvo y con buena salud. POR FAVOR, sean mi vos, y háganle saber al público sobre lo que está pasando aquí.
Gracias
Misuri, 30/03/2020
“Gracias por mandar Revolución cada mes. Me ha estado ayudando mucho con estar al tanto de todo lo que está pasando en el mundo. Ya llevo 9 meses encerrado en este calabozo sin aire acondicionado y sin calefacción, y ahora que esta pandemia está en marcha, considero que eso es lo que ellos quieren…
…Según lo que yo sepa, en este campamento hay 2 personas en cuidados intensivos con el virus. Los C.O. [agentes penitenciarios] y otros no tienen mascarillas puestas. Y tal como se ven las cosas, no las van a ponerse en ningún momento pronto. No permiten que nadie vaya a la enfermería para recibir atención médica debido a los presos que ya tienen ahí. Cada vez más C.O. vienen a trabajar tosiendo y estornudando, y esos sujetos no consideran que estén haciendo nada malo con eso. En este campamento no se preocupan por los internos. En realidad, no sé qué hacer porque mientras leo su boletín informativo, me doy cuenta de que esto es solo el principio de algo grande. Y cuando golpee a estos campamentos, va a dejar mucha gente muerta. Nada más quisiera dejarles saber lo que está pasando”.
FONDO DE LITERATURA REVOLUCIONARIA PARA PRESAS Y PRESOS
El Fondo es un fondo de literatura educativa que les envia el periódico Revolución (www.revcom.us), las obras de Bob Avakian (el presidente del PCR) y otra literatura revolucionaria y científica a cientos de presas y presos por todo Estados Unidos. El Fondo ha luchado contra los esfuerzos de los funcionarios penitenciarios de censurar estas publicaciones. Por ejemplo, la ACLU del Sur de California representó exitosamente al Fondo en una batalla contra la censura que se centró en la Prisión Estatal Pelican Bay que tenía repercusiones en todo el estado de California.
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