Hay que ver:
El saldo oculto de la Covid — la amenaza a los trabajadores agrícolas que se rompen el lomo en los campos de California
| revcom.us
COVID’s Hidden Toll [El saldo oculto de la Covid] es el título del más reciente episodio de Frontline, una serie documental e investigativa de la PBS (contiene principalmente entrevistas en español y una narración en inglés). Desenmascara de la manera más dolorosa, conmovedora y poderosa la forma en que la pandemia ha empeorado infinitamente la vida de los trabajadores agrícolas y los trabajadores de las empacadoras de carne en el condado de Monterey, California —los que están entre los trabajadores más explotados en Estado Unidos— y por la manera en que los están tratando las empresas de la multimillonaria industria agrícola y de las empacadoras de carne. Más de una reseña ha comparado el impacto que ha tenido este episodio al inolvidable documental de la CBS de 1960 Cosecha de la vergüenza de Edward R. Murrow1.
Un gran punto fuerte del documental es que los periodistas que hicieron la investigación, Daffodil Altan y Andrés Cediel, dejaron que los trabajadores entrevistados contaran sus propias historias con sus propias palabras, dejándonos ver el mundo de estos trabajadores por sus propios ojos. En combinación con un análisis global de las estadísticas, COVID’s Hidden Toll revela qué tanto mayor lo ha sido el impacto del coronavirus en la población inmigrante, y en su gran mayoría indocumentada, en los valles de California.
Escuchamos a Sinthia, una pizcadora del brócoli, esperando que la recojan para ir a trabajar a las 4 de la mañana —“Parecemos sardinas enlatadas [acompaña a otros 14 trabajadores] en esa van”. Sinthia padece cáncer y diabetes, pero por necesidad tiene que trabajar — aunque el virus se esté propagando entre la cuadrilla. Ella es la única que mantiene a su mamá, a sus hijos y a dos hermanos discapacitados, uno de ellos es ciego y sordo, la otra es cuadripléjica. La vida que tienen que vivir estos trabajadores es inquietante. La compañía ni siquiera les provee mascarillas: “Nosotros salimos al campo. Nos exponemos. No somos robots. No somos gente que porque trabajamos en el campo no nos vamos a contagiar. Nos vamos a contagiar”.
Estos trabajadores comentan que constantemente viven aterrados: de que el virus los contagie; de que los despidan por faltar, aunque estén enfermos; y para aquellos cuyo estatus es indocumentado, esa condición quizá impida que siquiera se arriesguen a someterse a una prueba. Y los patrones lo saben. Cuando los trabajadores intentan un paro de trabajo, se escucha una grabación hecha en secreto por uno de los trabajadores mientras un supervisor “explica” los riesgos —de ser despedido, de no poder conseguir otro trabajo, de no poder dar de comer a la familia o de perder el techo— si no regresan inmediatamente a trabajar.
Un trabajador de una empacadora de carne dice: “Todos los días que vamos al trabajo, estamos pensando en el coronavirus — si la vamos a contraer otra vez. ¿A quién le toca ahora? ¿Está en las paredes? ¿Está en el producto? ¿Está en el equipo que usamos? No nos sentimos como que somos trabajadores esenciales. Nos sentimos más como esclavos”. Él es uno de los 200 trabajadores de esa empacadora que han dado positivo.
Mediante esta investigación, nos enteramos de que no existen protecciones obligatorias nacionales por la Covid específicamente para los trabajadores del campo — solo directrices voluntarias; los patrones no tienen que decirles a sus empleados sobre los brotes en su lugar de trabajo; y cuáles medidas se estando tomando en California para mejorar la situación, donde se cultivan una buena parte de la fruta y verdura de todo Estados Unidos. En el condado de Monterey, más de 90.000 trabajadores del campo siembran, cosechan y empacan los alimentos del país. Según nuevas investigaciones, los trabajadores agrícolas del condado de Monterey son tres veces más susceptibles a contraer la Covid-19 que los trabajadores en otras industrias. No te pierdas este documental.
1. El documental Cosecha de la vergüenza, que fue transmitido por la CBS el día después del Día de Acción de Gracias de 1960, llegó a considerarse como uno de los mejores, más poderosos documentales jamás producidos en Estados Unidos. El documental, narrado por Edward R. Murrow, desenmascaró las horripilantes condiciones que enfrentan los trabajadores migrantes en Estados Unidos, de quienes Murrow dice: “Ellos son los migrantes, los trabajadores en las maquiladoras de la tierra — la cosecha de la vergüenza”. Fue la primera vez que muchos estadounidenses vieron, de cerca, lo que significa vivir en la pobreza. Viven en hacinadas viviendas destartaladas, reciben un pago de $1 al día, estos trabajadores migrantes negros y blancos migraban de los campos del tomate y del frijol y los cañaverales de Florida hacia el norte, hacia los manzanales de Nueva York.
Su propósito fue sacudir a la población para que se hiciera algo sobre esas condiciones. Murrow les dijo a los televidentes: “Presentamos este informe el Día de Acción de Gracias porque si no fuera por el trabajo de las personas que van a conocer, quizá no pasaran hambre, pero su mesa no abundara con los lujos que todos hemos llegado a considerar esenciales”. [volver]
(vídeo de entrevistas en español, con narración en inglés)