Reflexiones suscitadas por la muerte del antropólogo anarquista David Graeber
Luchas, principios, unidad y los retos por delante
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David Graeber era un crítico franco de las monstruosas desigualdades de la sociedad estadounidense y del mundo. Tuvo un papel decisivo en la acuñación del lema del movimiento Ocupar, “Somos el 99%”. Desde una perspectiva anarquista, buscó poner la actividad intelectual al servicio de la justicia y el cambio, especialmente con un estudio de “Deuda”, que históricamente ha sido tanto un instrumento como una manifestación de la explotación y la opresión.
David Graeber murió a principios de septiembre. Lamentamos su fallecimiento.
David Graeber hizo sus primeras investigaciones sobre la magia, la esclavitud y la política. Exploró y condenó el efecto de la combinación tóxica del capitalismo y la tecnología avanzada al robarse a los seres humanos el trabajo con sentido y un propósito moral y espiritual. Inspirado e iniciado en la vida política por las luchas anti globalistas de fines de la década 1990, Graeber se metió al torbellino de importantes luchas políticas, más importantemente Ocupar Wall Street, para la cual él era un teórico importante — y dirigente*. Cuando la Universidad Yale le negó la titularidad —una decisión que provocó indignación y protesta entre personas progresistas—, al final encontró un hogar académico en Europa.
Ocupar Wall Street ocurrió en 2011. Movilizó a miles de personas en veintenas de ciudades en protestas combativas y sostenidas contra la desigualdad. “Ocupar” abrió brecha en una atmósfera política sofocante e inspiró a personas en todas partes durante varios meses de campamentos de protesta, antes de ser aplastado por una represión coordinada a manos de la clase dominante
Como Bob Avakian comentó en los primeros días de Ocupar, en su declaración, UNA REFLEXIÓN SOBRE EL MOVIMIENTO “OCUPAR”: UN COMIENZO INSPIRADOR… Y LA NECESIDAD DE IR MÁS ALLÁ:
El aspecto principal —y hasta este momento cuando menos, abrumador— de estas protestas "Ocupar" ha sido su carácter muy positivo: de movilizar a la gente a ponerse en pie contra la injusticia y la desigualdad y la dominación de la vida política, social y económica y las relaciones internacionales de parte de una clase elite super-rica cuyos intereses se oponen a aquellos de la gran mayoría del pueblo; y de contribuir de maneras importantes a un ambiente en que la gente está planteando y bregando con grandes interrogantes acerca del estado de la sociedad y del mundo y si es posible crear algo mucho mejor y cómo.
Al mismo tiempo, como Bob Avakian analizó en su declaración, si bien “Ocupar” inspiró a millones de personas a ponerse de pie contra la clase dominante y elevar la vista y cuestionar, en última instancia lo limitaron, y cimentó más, unos marcos, estructuras teóricas de análisis y un enfoque los que:
no está[n] a la altura ni puede[n] estar a la altura de la realidad de lo que se necesita concretamente para arrancar de raíz y transformar en lo fundamental una sociedad, y de hecho un mundo, que se caracterizan por profundas desigualdades y relaciones de opresión y explotación dentro de cada país y están basados en la dominación de unas pocas potencias imperiales poderosas sobre la gran mayoría de los países del mundo y sobre la gran masa de la humanidad.
Por ejemplo, el propio Graeber, en Fragmentos de una antropología anarquista, se opuso al concepto de una “revolución”, como el derrocamiento concreto del sistema del capitalismo-imperialismo, y más bien llamó por la acumulación continua de resistencia y contra-comunidades dentro del sistema actual, como el desarrollo de zonas autónomas. En 2012, al mismo tiempo que aprendimos de algunas de sus observaciones e investigación, escribimos una breve y contundente polémica sobre los problemas con la perspectiva de Graeber y su análisis de la historia (“Cuatro preguntas para David Graeber”). Para llegar a un mundo radicalmente diferente y mucho mejor, se requiere el derrocamiento revolucionario del poder estatal capitalista-imperialista. Se requiere la creación de un nuevo poder estatal y una economía socialista planificada y liberadora que habiliten que la humanidad oprimida se ponga a trabajar sobre la erradicación de la explotación, opresión y desigualdad y la protección del planeta — como una parte de un proceso mundial de la emancipación de toda la humanidad. Esto es necesario, esto es deseable y esto es viable1.
Pero estas eran diferencias entre personas del mismo lado de las barricadas, por decirlo así. Un aspecto que distinguió a David Graeber era su actitud receptiva hacia otros puntos de vista, hacia el desacuerdo y el debate; nuestros intercambios y luchas se basaban en los principios, en tomar posición con los explotados y en la unidad contra los poderes opresores.
La humanidad enfrenta un momento existencial, con la intensificación de monstruosas desigualdades por la pandemia global, un planeta que se calienta rápidamente y un fascismo en ascenso a nivel global, y dentro de Estados Unidos. Si alguna vez hubiera habido un momento para que los intelectuales y los jóvenes radicales, las personas parecidas a David Graeber o inspiradas por él, hicieran sonar la alarma, iluminaran y se comprometieran y ayudaran a aglutinar y unificar a millones de personas, incluido AHORA MISMO en la lucha para expulsar a este régimen fascista… pues, ese momento es AHORA. Y, al reunirnos y luchar juntos, hagamos el debate robusto y de principios. Se trata del futuro de la humanidad y del planeta.
¡En memoria de David Graeber!
* La dirección es una idea altamente controvertida en círculos anarquistas. Pero, como han reconocido varios anarquistas mismos al escribir sobre David Graeber, por ejemplo en la compilación en la New York Review of Books, él era uno de los principales arquitectos intelectuales de la visión, el programa y el marco de Ocupar, y de otras luchas anarquistas. Esto es dirección objetivamente —por medio de una línea— propagando un análisis de la realidad, de cuál es el problema y cuál es la solución, qué hacer, y convenciendo a otras personas al respecto. [volver]
A pesar de esto, y en los hechos, Graeber promovía y respaldaba mucho la idea de movimientos “horizontales” (a diferencia de “jerárquicas”), como un medio de cambio social y un modelo de una sociedad diferente. La declaración de Bob Avakian, UNA REFLEXIÓN SOBRE EL MOVIMIENTO “OCUPAR”: UN COMIENZO INSPIRADOR… Y LA NECESIDAD DE IR MÁS ALLÁ, aborda esto.
1. Para obtener más información, vea la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de Bob Avakian, y el discurso filmado de Bob Avakian, POR QUÉ NOS HACE FALTA UNA REVOLUCIÓN REAL Y CÓMO CONCRETAMENTE PODEMOS HACER LA REVOLUCIÓN (texto en español; vídeos en inglés de la Primera parte y la Segunda parte). [volver]