La historia llama

Revolución #032, 29 de enero de 2006, posted at revcom.us

Lucha por nacer algo nuevo: un movimiento, que abarca más gente a cada hora, con el potencial de sacar corriendo este gobierno y cambiar la marea de la historia. En estos momentos todavía está muy disperso; se tiene que transformar, muy pronto, en una fuerza activa, dinámica y mucho más organizada que pueda cuestionar el derecho a gobernar de Bush y su camarilla y que lo empuje políticamente a largarse. Pero eso se puede hacer. La base para hacerlo existe y se fortalece cada día. Y se tiene que hacer. Las consecuencias del fracaso son nefastas.

Nos corresponde a nosotros –y a los que leen este periódico– plasmarlo en realidad.

La necesidad y la base

La base y la grave necesidad de esto se vio el fin de semana pasado, cuando se reunió el Tribunal Internacional de Crímenes del Gobierno de Bush para determinar si ha cometido crímenes contra la humanidad. El veredicto del Tribunal no se pronunciará hasta el 2 de febrero, pero los testimonios que presentamos en este periódico son espantosos y contundentes. Los informes de prensa previos al Tribunal, la asistencia a las audiencias y la publicación de un informe del grupo de derechos humanos Human Rights Watch que dice que la tortura es "una política y decisión deliberada" del gobierno, pusieron de relieve una mayor disposición del público a oír, y decir, la verdad sobre los crímenes que se cometen en su nombre.

También se vio la base y, sí, la urgente necesidad, de esto en las protestas generalizadas de la semana pasada por el fascismo interno del gobierno de Bush. No todos los días un ex vicepresidente acusa al presidente actual de infracciones de la ley serias y persistentes, de poner la Constitución en peligro, como lo hizo Al Gore el día de Martin Luther King. Al día siguiente la Unión Americana de Libertades Civiles y el Centro pro Derechos Constitucionales demandaron al gobierno por intervenciones ilegales de teléfonos y correos. (A la primera demanda se plegaron antiguos aliados y asesores de Bush sobre Irak). Esas grietas de la cúpula abren fisuras por las que puede desbordarse el descontento de la gente común y corriente. Eso ha empezado a suceder, como detallaremos más adelante. Los liberales de la clase dominante han subvalorado y tratado de contener esto, inclusive con el discurso de Gore, pero su capitulación está causando mucha furia a sus bases.

El gobierno respondió con una contraofensiva gansgteril típica: el portavoz de Bush atacó a Gore y a Human Rights Watch. El jueves, el Departamento de Justicia se puso a justificar el programa de espionaje ilegal y simultáneamente demandó a Google para que entregue información de millones de búsquedas electrónicas. El viernes, Karl Rove, el cerebro político de Bush, salió del hueco en que estaba escondido para atacar con alevosía a los que se oponen a la guerra, al espionaje o a la reestructuración reaccionaria de los tribunales. En el trasfondo, resonaba la ominosa "discusión" de acción militar contra Irán.

En otras palabras, el gobierno no se echó para atrás en absoluto y se lanzó a la contraofensiva. Planea aprovechar el Informe presidencial para recuperar la iniciativa política. Busca silenciar toda oposición de la dirección demócrata y desmoralizar a los millones que lo odian. Bush sin duda dirá más mentiras criminales para justificar la infame ocupación de Irak, y cabe esperar más amenazas contra Irán. Como han quedado al descubierto sus maniobras ilegales, esencialmente quiere ratificar su programa fascista con una gran fanfarria para el Informe presidencial y una declaración de que la ciudadanía lo aprueba. Sería muy malo que lo lograra. Y lo logrará a menos que la furia y el descontento de la sociedad se movilicen contra esto. Dicha movilización, con enormes manifestaciones de protesta en ciudades por todo el país, es lo único que puede cambiar el ominoso curso de los acontecimientos. Fuera de eso, ¿quién se le va a plantar Bush y su camarilla?

¿Osan cambiar la historia?

Eso nos lleva a los que están leyendo esto. Unos lo leerán en la Internet la mañana del 24. Otros recibirán este periódico la semana víspera del Informe presidencial. Otros lo encontrarán en las protestas del 31. A todos se nos plantea esta pregunta: ¿osamos cambiar la historia?

Que se puede, se PUEDE. Si los últimos dos meses han puesto en claro que este gobierno busca un cambio de marea fascista, las últimas dos semanas han demostrado que no estamos condenados a escoger entre el gobierno de Bush y una oposición poco capaz de dar la pelea que hay que dar. La asistencia y participación de la Comisión de Crímenes del Gobierno de Bush fue una gran indicación de eso. Otra indicación es la forma de responder hoy a la convocatoria de El Mundo No Puede Esperar: unos la leen con cuidado, la vuelven a leer y la firman; pero otros la leen una vez y corren a firmarla. La gran respuesta al nuevo aviso de "Que se largue Bush" en el New York Times y en la emisora Air America son otra indicación. Otras más son el brote de capítulos en varias partes del país; la gran asistencia a los programas de El Mundo No Puede Esperar en teatros de Oakland y Chicago; la reacción a los organizadores; e inclusive las encuestas de la televisión por cable (una de las cuales se hizo en respuesta al desplegado del New York Times.

Pero hay que repetir: todo esto tiene que ascender a otro nivel y tiene que organizarse más, y rapidito. Hay que ponerse en contacto con los millones que están furiosos, y hay que darles un marco para que pongan a trabajar su energía y creatividad.

Para eso se necesita imaginación, trabajo y lucha positiva. Como decía Bob Avakian, presidente del PCR, en estas páginas hace dos semanas: "No es cuestión de tirar una caña de pescar en una alberca llena de truchas y todo lo que hay que hacer es echar la carnada y todos se acercan, por usar una analogía odiosa. Es cuestión de luchar con la gente, de una manera correcta, para convencerla de que se zafe de los confines mortales del marco de referencia y la dinámica política predominante, y que se sume a la acción política histórica independiente en una escala masiva".

Estos son momentos en que tenemos que movilizarnos para crear un cambio, y tenemos que luchar con nosotros mismos y con los demás para responder al reto que nos plantea la historia. A los que ya están trabajando, tienen que redoblar el nivel de actividad; tienen que ver cómo ponerse en contacto con los que están angustiados por la situación, hacerles espacio, movilizarlos y desencadenarlos. A los que no han empezado, tienen que hacerlo: su furia y su pasión, sus ideas y creatividad, sus contactos y conocimientos tienen que ser parte del oleaje de un movimiento social que "ahogue" el Informe presidencial el 31 y repudie todo el gobierno el 4 de febrero en la capital.

Las probabilidades no serán necesariamente más favorables después; puede que no haya otra oportunidad.En estos momentos estamos en una encrucijada y la situación puede coger por un lado o por el otro. Si no repudiamos en masa lo que ha salido a la luz (que es la punta del témpano), será la nueva norma "de facto". A pesar de las intenciones u opiniones personales, la pasividad y el silencio equivaldrán a aprobación. Con eso, Bush logrará "legitimar" sus crímenes y maniobras. La historia ya ha visto esta película y no es una película que se deba repetir.

De ustedes depende si se puede abrir otro camino, si se puede despejar otro sendero. Quedarse en la barrera es el camino a los campos de exterminación. Como afirmó El Mundo No Puede Esperar la semana pasada, cambiar la historia no es un deporte de espectadores.

Trabajar juntos, luchar juntos y pelear para ganar

La coalición que se está formando es variada y diversa, y se amplía cada día. En las últimas semanas han firmado la Convocatoria miembros del Congreso, destacados artistas y otras figuras públicas. En el Tribunal de Crímenes del Gobierno de Bush participaron una generala, un embajador y un analista de la CIA. Esto es muy importante y favorable, y aumenta la base para dar el salto a las movilizaciones necesarias. Todo movimiento que tenga metas tan grandes como este por fuerza abarcará una amplia variedad de personas, inclusive del gobierno o que han tenido cargos públicos. Este movimiento tiene que dar cabida a todos los que quieren que Bush se largue; necesita una atmósfera en que una amplia gama de gente pueda tomar iniciativa y debatir una amplia gama de ideas. Pero esa expansión tiene que adherirse a la visión de la Convocatoria del movimiento y tiene que clavar los ojos en la meta de sacar corriendo a Bush, con todo y su programa.

El camino será accidentado y tortuoso. Los que detentan el poder son despiadados. Harán todo lo que puedan por conservar el poder. Mentirán, calumniarán, atacarán y dividirán; y harán cosas peores. Aunque se las dan de santurrones, tienen la ética de los camisas pardas.

Pero esto es lo único que vale la pena hacer. Nosotros, todos los de este movimiento, podemos lidiar con los que nos echen. Podemos mantener el norte, la unidad y la claridad de metas. Lo que hacemos es justo. Asumimos la responsabilidad de confrontar una forma cruel de opresión y de movilizar a otros a hacer lo mismo: miles y miles hoy, y un día millones. Nos responsabilizamos de oponernos, de cambiar la dirección de la sociedad conforme a los intereses de los cientos de millones de esta sociedad y de los miles de millones del mundo entero. Sacar corriendo a este gobierno es una meta por la que vale luchar con todas las fuerzas y es una lucha que tenemos que ganar.

Bush tiene que largarse. Para que eso suceda, ustedes tienen que sumarse.

Sobre el doble significado del discurso de Al Gore

El discurso de Al Gore el día de Martin Luther King fue muy significativo. Acusó al gobierno por algunas de sus "infracciones de la ley serias y persistentes", y advirtió que los cambios radicales que está implantando pueden llegar a ser "una parte permanente del sistema". Hablando sobre la afirmación de Bush de que todo lo que ha hecho es legal, dijo: "Si el presidente tiene la autoridad inherente de espiar, encarcelar a ciudadanos por su cuenta, secuestrar y torturar, ¿qué es lo que no puede hacer?". Aunque trataron de enterrarlo, el discurso causó mucha controversia y abrió espacios para expresar el descontento; eso en sí es una contribución importante. Pero Gore colocó sus palabras en un contexto condicionado y limitado por los intereses generales (a su modo de ver) del imperialismo. ("La advertencia de Al Gore", revcom.us, contiene un análisis detallado del discurso). Por ejemplo, defendió la "guerra contra el terror" y no tocó importantes partes del programa de Bush.

Figuras de la clase dominante como Al Gore inevitablemente serán parte del remolino y efervescencia necesarios para sacar corriendo al gobierno de Bush. Pero Gore y otros como él tratarán de limitar el movimiento a frenar algunos "excesos del gobierno", dejándolo en pie; simultáneamente, tratarán de utilizar y contener la furia y la iniciativa del pueblo con ese fin.

Hay mucho en juego en esto. A nuestro modo de ver, el movimiento para sacar corriendo a este gobierno tiene que ser muy amplio y su base de unidad tiene que ser el objetivo básico de sacar a Bush. Para hacerlo, influenciará y pondrá en movimiento a toda clase de fuerzas. Pero si la dirección del movimiento cayera en manos de gente como Al Gore, el movimiento tenderá a capitular y a alejarse de las luchas necesarias. Pondría la preservación del statu quo imperialista por encima de la necesidad de echar a este gobierno. Y si Bush se larga, lo cual será un momento maravilloso y feliz, la gente como Gore tratará de utilizar su destitución o renuncia para velar por los intereses imperialistas más eficazmente (como la dominación de otros países y la supresión del disentimiento y la resistencia en este país), y procurará embutir al pueblo en un cajón y parar los cambios. Eso sería fatal.

Por lo tanto se necesita un constante debate y lucha sobre la dirección de este movimiento, y más allá. Los que están resueltos a sacar corriendo al gobierno de Bush y a acabar con todas las ignominias que enumera la Convocatoria tienen que unirse con mucha gente para hacer que Bush se largue y, por otra parte, hacer que más y más gente entienda las dimensiones y el peligro del programa general de Bush para que el movimiento siga avanzando a medida que se desarrolla la situación.

Fuera de eso, los que ven que la causa esencial es el sistema imperialista, y que el gobierno de Bush es una manifestación grotesca y especialmente peligrosa de él, como nosotros, tienen que hacérselo ver a los que se están movilizando, explicarles la dinámica subyacente del imperialismo que nos ha llevado a esta situación y proponer la solución revolucionaria del socialismo, que puede crear una sociedad mucho mejor.

La tensión dinámica de esto –el tira y afloje y las vueltas y revueltas, en una situación en que millones se lanzan a la vida y la actividad política– es una parte importante del proceso.


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Televidentes de Showbiz Tonight quieren que las celebridades despotriquen contra Bush

Al día siguiente de salir el desplegado de El Mundo No Puede Esperar en el New York Times,el programa Showbiz Tonight de la red CNN empezó con videos de Ed Asner y Harry Belafonte (firmantes de la Convocatoria) y una entrevista a Sunsara Taylor (una iniciadora de la Convocatoria). (Se puede ver el video en el portal www.worldcantwait.org).

A esto le siguieron entrevistas a tres defensores de Bush que se quejaron de que la participación de celebridades en las actividades de El Mundo No Puede Esperar demuestra que Hollywood no tiene ni idea de lo que piensan los "estadounidenses comunes y corrientes". Luego, Showbiz Tonight invitó a los televidentes a participar en una encuesta electrónica y a contestar la pregunta tendenciosa: "Las celebridades que despotrican contra Bush: ¿se han pasado de la raya?".

¿El resultado? La mayoría (el 57%) contestaron que ¡NO! Así que los "estadounidenses comunes y corrientes" ¡quieren que las celebridades despotriquen contra Bush!

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