Pongamos las cosas en claro
Obrero Revolucionario #1252, 19 de septiembre, 2004, posted at http://rwor.org
Constantemente nos bombardean con el mensaje de que "el comunismo ha muerto", que no funcionó y no puede funcionar, y que las revoluciones que conquistan el poder llevan a la tiranía. Un elemento de esta cruzada ideológica es tergiversar sistemáticamente las experiencias revolucionarias de la Unión Soviética y China, sobre todo la Gran Revolución Cultural Proletaria. Muchas veces, a esas mentiras y calumnias les ponen un barniz de objetividad.
El PCR ha iniciado el proyecto PONGAMOS LAS COSAS EN CLARO con el fin de contar la verdad de esas revoluciones (sus grandes logros y victorias, al igual que sus errores y deficiencias), y popularizar las obras y observaciones de Bob Avakian que sintetizan dichas experiencias y sacan lecciones para hoy. La campaña abarcará investigación, ensayos, debates y difusión y se centrará en las universidades y escuelas. Invitamos a participar a todos los interesados.
La primera labor del proyecto es una respuesta a las acusaciones y tergiversaciones de la burguesía: Todo lo que te han contado sobre el comunismo es falso: Preguntas frecuentes sobre el socialismo, el comunismo y la Revolución Cultural . A continuación, una parte:
La Revolución Cultural de China es tan controvertida. La pintan como una gran purga que hizo Mao, sediento de poder, contra la oposición y que hundió a China en el caos. ¿Qué fue en realidad?
La Gran Revolución Cultural Proletaria de 1966 a 1967 fue un levantamiento revolucionario en que participaron cientos de millones de personas. Fue una especie de "revolución dentro de la revolución".
En 1949, la revolución obrero-campesina tumbó al gobierno. Estableció un sistema político y económico socialista que dio poder a las masas y generó muchas mejoras (vea "Pongamos las cosas en claro: Logros sociales y económicos de Mao" en el OR No. 1248). A pesar de eso, quedaban disparidades económicas y sociales significativas. Además, surgió una nueva élite privilegiada que tenía su centro político-organizativo en el seno del Partido Comunista y estaba aumentando su influencia política e ideológica.
A mediados de los años 60, esos seguidores del camino capitalista (los llamaron así porque proponían medidas que llevaban a la restauración del capitalismo) estaban maniobrando para tomar el poder. Querían reinstalar los sistemas de explotación y abrir las puertas a la dominación extranjera; en resumen, ¡querían convertir a China en el "paraíso de maquiladoras" que es hoy en día!
La Revolución Cultural, lejos de ser una "pugna de palacio", fue una lucha aguda y profunda para determinar qué camino seguiría el país y quiénes lo dirigirían: los trabajadores o una nueva clase burguesa.
Mao y las fuerzas revolucionarias del Partido Comunista movilizaron a las masas a levantarse para impedir que los seguidores del camino capitalista tomaran el poder y para sacudir los altos niveles del partido que estaban adoptando un molde burocrático-burgués. Sin embargo, la Revolución Cultural fue mucho más que eso. Las masas realizaron transformaciones revolucionarias de la economía, las instituciones sociales, la cultura y los valores de la sociedad, y hasta revolucionaron el partido. Mao llamó este proceso seguir la revolución bajo la dictadura del proletariado.1
La Revolución Cultural no fueron "redadas" ni meter a la gente en "campos de trabajos forzados" ni obligar a todos a pensar igual. Los métodos de la Revolución Cultural fueron muy distintos. Los trabajadores, los campesinos y gente de todas las capas sociales participaron en críticas masivas de los círculos oficiales corruptos. Debatieron los planes económicos, el sistema de educación, la cultura y la relación entre el Partido Comunista y las masas populares. Mao no quería "purgas" políticas. Quería que las propias masas tomaran medidas para derrotar a los enemigos de la revolución. A continuación, unos ejemplos de cómo se libró la Revolución Cultural:
* Los Guardias Rojos. Millones de jóvenes se organizaron en esas brigadas políticas. Criticaron a los líderes del gobierno y del partido que estaban llevando el país por un camino capitalista. Condenaron las medidas elitistas de las universidades. Animaron a los obreros y a gente mayor a levantar la cabeza, a cuestionar y desafiar las medidas y autoridades reaccionarias. Viajaron al interior del país para popularizar el movimiento y conocer cómo vivían los campesinos.
* Cartelones de grandes caracteres. Estos cartelones escritos a mano aparecieron en las paredes de las universidades, las fábricas y los barrios con una enorme crítica pública de líderes y medidas oficiales. El papel y la tinta eran gratis, así que todos podían escribirlos. Suscitaban debates instantáneos. Gente común y corriente que quería debatir los temas políticos en gran escala publicó más de 10,000 periódicos y folletos; en Beijing, había más de 900 periódicos.2
* Derrocar a los que seguían el camino capitalista y crear nuevas estructuras de poder desde abajo. Unos 40 millones de obreros de las principales ciudades del país participaron en campañas complejas y reñidas para quitarle el poder a las élites atrincheradas.El ambiente político era electrizante; en Shanghai, había más de 700 organizaciones de fábricas. Al final de mucho debate político y experimentación, y con la dirección de los revolucionarios maoístas, se forjaron nuevas instituciones de gobierno proletarias.
Las historias típicas del Occidente dan la impresión de que los ataques violentos a las personas y la eliminación física de la oposición contaban con el beneplácito de Mao, y que la violencia política era muy común, fuera la política oficial o no. Nada de eso es verdad.
La orientación de Mao respecto a la Revolución Cultural se especificó en documentos oficiales muy difundidos. En la Decisión de 16 Puntos , decía: "Donde hay debate, se debe proceder mediante la razón y no la fuerza".3 Otras declaraciones dieron instrucciones más detalladas. Por ejemplo, los Guardias Rojos no podían portar armas, hacer arrestos ni juzgar a nadie.
Mao exhortó a las masas a "cañonear el cuartel general" y derrocar al puñado de seguidores del camino capitalista que querían arrastrar a China de nuevo al capitalismo. Se trataba esencialmente de levantamientos políticos. Debate de masas, crítica y movilización política de masas : estas fueron las principales formas que tomó la lucha de clases durante la Revolución Cultural. A los líderes y a los funcionarios del partido se les dio la oportunidad de reformarse y participar en la lucha; al máximo se expulsó al 3% de los militantes del partido, lo que dista mucho de ser una gran "purga".
¿Hubo violencia? Sí. Era una lucha de clases profunda y turbulenta. Con un movimiento de masas sin precedentes y de gran escala (más de 30 millones de jóvenes activistas)... y en un país de tal tamaño (en ese entonces, 800 millones de habitantes)... sería difícil imaginar que fuera diferente. Inevitablemente, en cualquier gran movimiento social para corregir injusticias habrá excesos. Aquí hay que poner de manifiesto tres hechos:
Primero, la violencia que ocurrió fue limitada y esporádica, e involucró solo una minoría del movimiento.
Segundo, cuando se dieron actividades dañinas --por ejemplo, si los estudiantes de los Guardias Rojos atacaron físicamente o humillaron a funcionarios, o si aprovecharon el movimiento para saldar cuentas u ofensas personales-- la dirección maoísta condenó y criticó esas actividades. Por ejemplo, en Beijing los obreros que seguían la línea de Mao entraron a las universidades a parar las peleas entre diferentes facciones estudiantiles y a ayudarlos a resolver sus diferencias.4
Tercero, los altos funcionarios que seguían el camino capitalista azuzaron mucha de esa violencia para defender sus puestos. Si se les criticaba, movilizaban grupos de obreros y campesinos a atacar en nombre de la Revolución Cultural. ¡Incluso crearon grupos conservadores de Guardias Rojos que iban de una parte a otra causando caos! Querían desacreditar la Revolución Cultural y desviar las críticas hacia otras personas.
Al final, en 1976 los seguidores del camino capitalista lograron derrocar el poder proletario, y fueron ellos quienes desataron la violencia reaccionaria del ejército contra las protestas de estudiantes y obreros en la plaza Tiananmen en 1989.
No se atacó a artistas, intelectuales o profesionistas como grupo o capa social. Al contrario, se les animó a participar en el movimiento revolucionario, mirar sus obras desde la óptica de la lucha para crear una nueva sociedad y examinarlas para ver si contribuían al avance de la revolución o lo retrasaban.Una meta de la Revolución Cultural fue fomentar arte revolucionario protagonizado por las masas que las ayudara a impulsar la historia.
Otro objetivo era acabar con el desequilibrio cultural que existía en el país. Los artistas, intelectuales y profesionistas vivían mayormente en las ciudades y su trabajo estaba divorciado de la sociedad en general y en particular del 80% de la población que vivía en el campo. Por toda la sociedad, la Revolución Cultural suscitó debates sobre la necesidad de disminuir las desigualdades entre el trabajo intelectual y el trabajo manual, entre las ciudades y el campo, entre la industria y la agricultura, y entre hombres y mujeres.
Se exhortó a los artistas, médicos, trabajadores técnicos y científicos y a la gente educada a unirse a los obreros y campesinos: aplicar sus conocimientos a lo que la sociedad necesitaba, convivir con la gente trabajadora, compartir información y aprender de ella. Grandes cantidades de jóvenes y profesionistas respondieron al llamamiento de Mao de "servir al pueblo" e ir al campo.
Para que los cambios sociales echaran raíces, era necesario también establecer nuevas normas sociales. Por ejemplo, se requirió que los egresados de las prepas pasaran un mínimo de dos años en las aldeas o en las fábricas antes de seleccionar cuáles entrarían a la universidad. Así que hubo un elemento de coacción (es decir, las normas se hicieron cumplir), pero hay que preguntarse: ¿te opondrías, por ejemplo, a la integración racial simplemente porque es ley? Para muchos intelectuales, dejar atrás sus privilegios e integrarse con las masas del campo fue una experiencia fantástica.5
Los ataques contra la Revolución Cultural por "destruir vidas" y "arruinar carreras profesionales" en el fondo representan oposición a sus radicales medidas sociales antielitistas.
A menudo se dice que la práctica de mandar al campo a médicos, ingenieros, intelectuales y otras personas capacitadas fue una forma de "castigarlas". No es cierto. Hay que mirar eso en el contexto socio- económico amplio: la China maoísta buscaba un desarrollo equilibrado e igualitario. En el tercer mundo hay una crisis de urbanización caótica y desarrollo desequilibrado: con ciudades gigantescas, insostenibles en términos medioambientales, y rodeadas de crecientes barriadas de miseria; migración masiva de campesinos a la ciudad en busca de trabajos que no hay; medidas económicas, y sistemas educativos y de salud que benefician a los acomodados de las ciudades a expensas de los pobres de la ciudad y del campo. El gobierno maoísta rechazó tales modelos occidentales de sobrepoblación urbana; al contrario, quería integrar el desarrollo industrial y el desarrollo agrícola, descentralizar la capacidad productiva y superar las disparidades regionales. Dicha estrategia prestaba atención al bienestar del campo y daba prioridad a las necesidades de los explotados y olvidados.
Las diferentes clases sociales y sus representantes literarios tienen nociones distintas de qué es "justo" e "injusto", de qué es "horrible" y qué es "liberador". El hecho de que alguien "lo vivió" no cambia nada de esto; no le da a esa persona un conocimiento objetivo de los hechos.
Muchos profesionistas de la ciudad pensaban que la Revolución Cultural los "trató muy mal". Tenían que aguantar críticas, se les desbarató su mundito, perdieron sus privilegios: esas fueron las "heridas" que sufrieron... y que cuentan con bastante exageración. No es de sorprenderse que en Estados Unidos se elogian efusivamente y se promocionan esos libros, y en China también (pues los enemigos de la Revolución Cultural llegaron al poder en 1976). Las reseñas e "historias personales" que presentan una visión positiva de la Revolución Cultural generalmente no se publican.
Piénsalo. ¿A qué conclusión llegarías sobre la revolución francesa si leyeras puras historias escritas por la vieja aristocracia? ¿Qué pensarías de la guerra de Secesión si hablaras solo con los terratenientes de las plantaciones? ¿O de la lucha por la acción afirmativa si hablas con una persona blanca que se queja de "opresión" porque no lo aceptaron en la facultad de derecho que quería? Es lógico pensar que tales "historias personales" están muy predispuestas contra el cambio social.
Lo mismo con la Revolución Cultural. Las capas sociales más privilegiadas ven, y distorsionan, la Revolución Cultural desde cierta óptica. Esto no quiere decir que nada se aprenderá de esas historias ni niega que se cometieron errores. Pero esas narraciones personales tergiversan los acontecimientos, el movimiento de masas y las principales tendencias de la Revolución Cultural. Impiden ver claramente los intereses de clase y los programas sociales que estaban en conflicto.
Para empezar, la Revolución Cultural conservó el poder en manos del proletariado e impidió por 10 años (1966 a 1976) la restauración capitalista. Además, llevó a profundos cambios sociales e institucionales, y popularizó la orientación de una sociedad organizada según el principio de "servir al pueblo". He aquí unos ejemplos:
* La educación. Se transformaron las universidades, donde predominaban los hijos e hijas de intelectuales, cuadros del partido y las viejas clases privilegiadas. Se revisó completamente el plan de estudios para que concordara con las necesidades de una sociedad igualitaria. Se criticaron los métodos autocráticos de enseñanza. En todos los niveles, la educación se veía como más que lecciones aprendidas en la clase y como un proceso social de toda la vida. Los estudios y la investigación se combinaron con el trabajo manual productivo. Se consideraba que la política y el estudio revolucionarios eran esenciales para el proceso educativo. La Revolución Cultural atacó la idea de que la educación es una palanca para conseguir un mejor puesto y que el conocimiento es una herramienta para ganar mayores privilegios. Al contrario, fomentó nuevos valores y la orientación de que el conocimiento se adquiere y se usa para el bien colectivo.
Las universidades aceptaron a estudiantes sin exámenes de entrada y a comienzos de los años 70 la gran mayoría de los estudiantes eran de familias de obreros y campesinos. Aumentaron enormemente los recursos destinados a la educación en las zonas rurales; por ejemplo, el estudiantado en las escuelas secundarias aumentó ¡de 15 millones a 58 millones!6 La acusación de que la Revolución Cultural fue una "década perdida" en cuanto a la educación es una tergiversación absurda... y otro ejemplo de prejuicios de clase.
* La cultura. "Las obras modelo" de la ópera y el ballet ensalzaron a los obreros y campesinos y retrataron su resistencia a la opresión (en lugar de los viejos dramas de emperadores). Se combinaron técnicas occidentales y tradicionales chinas, y muchas obras nuevas pintaron el desafío de mujeres revolucionarias a las relaciones sociales patriarcales. Hubo una explosión de creatividad entre las masas: en cuento, poesía, pintura y escultura, música y danza. Brotaron muchos grupos culturales y de cine en las zonas rurales. Entre 1972 y 1975, hubo cuatro exhibiciones nacionales de arte en Beijing (en que artistas no profesionales crearon el 65% de las obras) y acudieron 7.8 millones de personas, una cantidad jamás vista antes de la Revolución Cultural.7
* Administración económica. La tradición de gerentes individuales en las fábricas y otros lugares de trabajo se desvaneció. Nuevas combinaciones de "tres-en-uno" (trabajadores, técnicos y militantes del Partido Comunista) se encargaron de la administración diaria de las fábricas. Los trabajadores pasaban parte del tiempo en administración y los administradores pasaban parte del tiempo en las máquinas como cualquier obrero.8
* Nuevas maneras de hacer investigación científica. Se inició la "investigación a puerta abierta": los institutos de investigación se mudaron al campo e invitaron la participación de campesinos; los laboratorios técnicos abrieron sus puertas para admitir a obreros; y las universidades establecieron laboratorios en las fábricas y barrios populares. Se publicaron manuales de ciencias para las masas.9
La Revolución Cultural fue un movimiento histórico sin precedentes. Con el sistema socialista ya establecido, Mao y los revolucionarios del Partido Comunista de China movilizaron la actividad consciente y la creatividad de las masas para impedir la restauración del viejo sistema e impulsar la revolución socialista hacia el comunismo: hacia la eliminación de las clases y de toda relación de explotación. En toda la historia, jamás se ha visto un movimiento de masas o una lucha de esa magnitud, guiada por una política y unos principios tan revolucionarios. Jamás se ha visto un esfuerzo tan radical por transformar relaciones económicas, instituciones políticas y sociales, cultura, costumbres e ideas.
¿Hubo fallas o se cometieron errores durante la Revolución Cultural? Sí, y a veces bastantes serios. Pero en el contexto de los enormes logros, y en comparación con los horrores de la sociedad capitalista, esos problemas eran secundarios.
Pero la revolución comunista no debe estancarse. Los revolucionarios tienen que aprender críticamente de la experiencia, sin temor a interrogarse, seguir adelante y llegar más lejos cada vez. Bob Avakian ha desbrozado nuevos terrenos del marxismo-leninismo-maoísmo que nos capacitan para hacer eso.
Bob Avakian plantea una visión vibrante del socialismo y el comunismo. Ha profundizado el conocimiento de cuáles son las tareas y las contradicciones de la dirección revolucionario, y de cómo desencadenar a las masas a gobernar y transformar la sociedad. Ha hablado del papel indispensable del disentimiento en la sociedad socialista, y de su contribución al espíritu de crítica que debe imbuir toda la sociedad. Ha señalado la importancia de las esferas intelectuales y culturales en el socialismo, resaltando que la sociedad socialista necesita --y debe fomentar-- gran efervescencia, creatividad y experimentación intelectuales.10
Si anhelas un mundo diferente... tienes que explorar la verdad de la Revolución Cultural... tienes que explorar las obras con visión de futuro de Bob Avakian.
1 Bob Avakian, Las contribuciones inmortales de Mao TseTung (Chicago: RCP Publications, 1979), capítulos 6 y 7.
2 Mobo C. F. Gao, "Debating the Cultural Revolution: Do We Only Know What We Believe", de Critical Asian Studies , tomo 34, No. 3, p. 428.
3 "Decisión del Comité Central del Partido Comunista de China Sobre la Gran Revolución Cultural Proletaria" (adoptada el 8 de agosto de 1966), de Importantes Documentos de la Gran Revolución Cultural Proletaria (Pekín: Ediciones en Lenguas Extranjeras, 1970).
4 Han Suyin, Wind in the Tower (Boston: Little, Brown, 1976), parte II, capítulos 3-5.
5 Por ejemplo, Xueping Zhong, et al, Some of Us: Chinese Women Growing Up in the Mao Era (New Brunswick: Rutgers University Press, 2001).
6 Dongping Han, The Unknown Cultural Revolution: Educational Reforms and Their Impact on China's Rural Development (New York: Garland Publishing, 2000), p. 88; Suzanne Pepper, "Education" in Roderick MacFarquhar and John K. Fairbank, editores de The Cambridge History of China , tomo XV (Cambridge: Cambridge University Press, 1991), p. 416; Ruth Gamberg, Red and Expert: Education in the People's Republic of China (New York: Schocken, 1977).
7 Gao, " Debating the Cultural Revolution", páginas 427-430. Gao, quien participó en la Revolución Cultural, describe así el impacto de la nueva cultura en las aldeas: "Los campesinos organizaron por primera vez grupos de teatro y montaron obras que combinaban el contenido y la estructura de las ocho óperas de Pekín modelo con la lengua y la música de la localidad. Además de divertirse, aprendieron a leer y escribir. También organizaron competencias deportivas con otras aldeas. Todas esas actividades eran una oportunidad para conocer a otras personas, comunicarse, enamorarse. Les daban disciplina y organización, y creaban una esfera pública de reuniones fuera de la familia y los clanes tradicionales. Eso nunca había sucedido antes y no ha vuelto a suceder después".
8 Stephen Anders, China's Industrial Revolution (New York: Pantheon, 1977).
9 Science for the People, China: Science Walks on Two Legs (New York: Avon, 1974).
10 Por ejemplo, Bob Avakian, "Empeñarse en la revolución, Promover la Producción - Cuestiones de concepción y método"; "Escalar las alturas y Volar sin una red de seguridad"; y "Dictadura y democracia, y la transición socialista al comunismo". Todos están en rwor.org.