Revolución #215, 31 de octubre de 2010


Una contradicción histórica: Cambiando el mundo en lo fundamental sin "apagar las luces"

Siete

“Y el mundo sigue sin cambiar en lo fundamental. El capitalismo-imperialismo sigue operando en el ‘fondo’, aplastando vidas y destruyendo espíritus en este molino de explotación. Y los horrores continúan sin cesar”.

Esta es nuestra refutación poderosa y constante de las demás tendencias en el mundo. De otro lado, la manera en que muchas personas entienden lo que nosotros representamos —y no es que no tengan ninguna justificación en absoluto— es: “Ahí vienen los comunistas, apaguen las luces, ya se acabó la fiesta”.

Algunas reflexiones sobre ganar y mantener el poder y dejar que las luces brillen a todo esplendor:

¿Cómo podemos evitar esta dinámica que no es sólo cuestión de llegar a una sociedad más viva y vibrante de lo que hemos podido hacer en el pasado, sino de realmente llegar al comunismo? ¿Cómo podemos, en cambio, construir una sociedad en la que las vías para llegar al comunismo sean cada vez más abiertas, y sean despejadas donde se encuentren bloqueadas y calcificadas, incluso mientras el poder sea sostenido firmemente?

La clave a eso se halla en la nueva síntesis mediante la aplicación de sus diversas dimensiones. Pero la nueva síntesis no es sólo una forma más viva de llegar al comunismo — es la diferencia entre llegarle y, tarde o temprano, sufrir un revés, con la restauración del capitalismo explotador y opresor.

Para empezar, la epistemología. Volviendo al libro Dictadura y democracia, y la transición socialista al comunismo, llama la atención el punto en que comienza: el verdadero reto de trabajar con las ideas de una manera crítica y creativa, al tiempo que se es miembro de un partido de vanguardia, y con el contraste entre el enfoque comunista hacia otros puntos de vista y eso de leer un texto a fin de refutarlo (“proof-texting”). Con la conversación sobre la epistemología [Véase “Conversación de Bob Avakian con unos camaradas sobre epistemología: Sobre conocer, y cambiar, el mundo”, Obrero Revolucionario (ahora Revolución) #1262, 19 de diciembre de 2004, en línea en http://revcom.us/a/1262/avakian-epistemologia-s.htm.]), se explica esto. No voy a repetir todo eso aquí, pero es muy esclarecedor, y estimulante, solo para refrescar y recordar algo de lo que se ha atribuido por ahí. La cuestión de la “verdad de clase” frente a una “metodología que permite llegar más plenamente a la verdad”... de si los intelectuales “están, básicamente, creando problemas para nosotros...” — esta conversación trata todo eso. Creo que gran parte de la capacidad de sintetizar algo más elevado —y otra vez, todo esto en última instancia se reduce a gran parte de la capacidad de hacer que las vías al comunismo sigan abriéndose cada vez más, en un proceso que incluye afluentes que se ramifican y luego se reúnen con la corriente principal y actual, para seguir adelante en ese camino y no hacia las corrientes del pasado— sale de las ideas que se pueden agrupar en torno a esta cuestión de la epistemología.

En resumen, ¿es necesario que te reten, que estés interactuando, con vigor? Y no sólo “tú” en el sentido de la vanguardia — es todo eso (el vigoroso debate llevado a cabo por los más apasionados defensores de los puntos de vista contendientes, iniciativas e ideas provenientes de todas partes y una lucha ideológica abierta en la que las personas que no creen en el comunismo no sean obligadas ya sea por ley o por presión social a vestir sus ideas de esa tela) la única manera —la única— de que la sociedad en su conjunto pueda llegar a una comprensión más profunda de la verdad, y a través de ese proceso general, transformar el mundo y transformarse a sí misma y a su propio punto de vista, sensibilidades, moral, estética —su propia conciencia y humanidad— en el proceso?

En esto quiero resaltar un cierto punto en la conversación sobre epistemología:

No es que Mao no tuviera aspectos de esta orientación, pero lo que estoy planteando es un poco distinto. Tengamos confianza en las masas; si les planteamos los problemas, podemos luchar con ellas, aprender de ellas, dirigirlas y ganar a un gran sector.

y esto se relaciona con un punto un poco más adelante:

Esa es la síntesis de objetivo y partidista. O captamos la verdad fundamental de la naturaleza del capitalismo y comunismo... O sea, o captamos científicamente por qué el comunismo debe y puede reemplazar al capitalismo en el mundo entero o no lo captamos, y si no, entonces tememos la verdad.

Ahora todo eso trae consigo la exigencia de un montón de trabajo. Creo que esto está relacionado de manera importante con el “punto acerca del paracaídas” — que en realidad es un reconocimiento de la verdad del asunto... de que la mayoría de las personas no dan el salto a convertirse ideológicamente en comunistas simplemente a través de su participación en la revolución socialista, por monumental y sin precedentes que sea dicha revolución, ni mediante el vivir en dicha revolución. Esto no niega que tal experiencia sirva de crisol, que cambie los puntos de vista y enfoques hacia la vida en formas que sean increíblemente transformadoras. Pero las personas aún tendrán otras ideas, otras maneras de tratar estas cuestiones.

Creo que esto se relaciona a la tremenda importancia de esa carga de profundidad (de manera metafórica) en un pasaje de la charla Dictadura y democracia….

Pero, ¿qué onda con eso de que todo mundo tiene que profesar la ideología oficial? A mi juicio, nos falta analizar más ese aspecto de la historia de la sociedad socialista y la dictadura del proletariado hasta la fecha.

En cuanto al partido, dos cosas son ciertas, sin lugar a dudas. Primero, se necesita un partido de vanguardia que dirija la revolución y el nuevo estado. Segundo, el partido necesita una ideología unificadora que concentra correctamente la realidad y permite cambiarla conscientemente: la ideología comunista.

Pero, ¿es necesario que todo mundo profese esa ideología para que le vaya bien en la sociedad? No. Los que estén de acuerdo deben defenderla y luchar por ella. Los que no estén convencidos deben decirlo, y los que discrepen también, y debe haber lucha de ideas. Algo tiene que dirigir: debe guiar la ideología correcta, que en realidad ayuda a la gente a captar la verdad y usarla por sus verdaderos intereses fundamentales; pero eso no quiere decir que todo mundo debe profesarla, en mi opinión. Claro, es solamente mi opinión. Pero vale la pena explorar esta cuestión y debatirla. [“Tres alternativas para el mundo”, citado en “El mundo en que queramos vivir”, Obrero Revolucionario (ahora Revolución) #1257, 31 de octubre de 2004, en http://rwor.org/a/1257/avakian-democracy-communism-6-s.htm]

Como parte de esto volví y traté de encontrar la Constitución de la República Popular China, la que aprobaron en 1974. Lo mejor que pude encontrar fue un informe de Chang Chun-chiao en el libro Con Mao son cinco. Aquí va lo que él dice, en la discusión de la primera importante revisión entre los años 1954 y 1974:

Empezando por el preámbulo, el proyecto registra la gloriosa historia de la heroica lucha del pueblo chino. “El Partido Comunista de China es el núcleo dirigente de todo el pueblo chino” y “el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung constituye la base teórica que guía el pensamiento de nuestro país”: ésta es la conclusión extraída por el pueblo chino de su experiencia histórica de más de un siglo y queda incluida ahora en los principios generales del proyecto. [“Informe sobre la reforma de la constitución”, de Chang Chun-chiao, en Pekín Informa #4, 29 de enero de 1975, en Con Mao son cinco]

La primera afirmación es correcta, pero la segunda no, o en el mejor de los casos está abierta a una interpretación muy ecléctica, porque da a entender o ciertamente se deja a sí misma abierta a la interpretación de que todos los habitantes del país, o la mayoría, parten de la “base teórica del marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung”. Esto fue, y lo sería en cualquier futura sociedad revolucionaria incluso tras varias generaciones de transición, una ficción. Y las ficciones, en especial las denominadas “ficciones útiles”, tomadas literalmente, provocan un grave daño a la larga, y a veces no tan a la larga; disfrazan la realidad que confrontamos. Dichas ficciones impiden ver lo disparejo concreto de los fenómenos y por lo tanto impiden ver también las vías (múltiples) de desarrollo potencial en relación a cualquier fenómeno dado (y su interacción con los otros fenómenos muy diversos del mundo). Si se dice que esta base teórica guía el pensamiento de la nación —y si bien hay concepciones del mundo o etos que tienen iniciativa en una nación y podría decirse que la guían en ese sentido, me parece a mí que esta formulación está definitivamente abierta a la insinuación de que todos o la gran mayoría de los habitantes de la nación están metidos en esto o deberían estarlo—, las personas que están en desacuerdo con ello van a callarse y retirarse, o bien “aprender la jerga” y encontraron la manera de utilizarla para enmascarar y promover intereses más limitados.

El hecho de que la mayoría de las personas no parten y no partirán por algún tiempo de esta ideología es una de esas contradicciones todavía por resolver la cual es una enorme fuente potencial de dinamismo en la sociedad socialista. En la sección del reciente discurso de Raymond Lotta sobre el medio ambiente reimpreso en el periódico, se discute la necesidad de reducir concretamente la producción1. Mientras tomo en cuenta que Lotta está repensando ese punto (la cuestión del carácter de la producción así como la necesidad que supone para el nuevo estado la necesidad de defenderse a sí mismo y la necesidad de un cierto nivel de industria para hacerlo), existirá todavía definitivamente una necesidad de un tipo diferente de producción, un nivel y tipo diferente de consumo de mercancías y un cambio radical en las condiciones de vida y de las expectativas y aspiraciones, etc. Se establecerán condiciones; pero si esto simplemente se impone sobre la población, en definitiva no prosperará. Será necesario tener una enorme cantidad de lucha y efervescencia en la superestructura en torno a cuestiones acerca de la moral y la naturaleza humana — donde las personas luchen sobre qué tipo de personas van a ser, con qué clase de moral, punto de vista, etc. y luchen por definir todo eso. El papel del arte en esto (y he estado pensando mucho acerca del papel fundamental del arte en particular en la síntesis de lo visceral y lo teórico) será de gran importancia, como también lo será el papel de los debates, discusiones y otras cosas de manera libre y alborotada con personas procedentes de todo tipo de puntos de vista… En realidad, vale la pena profundizar aún más en lo que respecta al carácter de la participación de las personas como Arundhati Roy… a un nivel, sería posible desencadenarlas en muchos aspectos pero también es cierto que estas personas, o gente como ellas, podrían complicar enormemente el proceso. El partido estará bregando con las masas sobre cuestiones de punto de vista y el objetivo final, y los intelectuales no comunistas, procedentes de diversos lugares y posiciones, tendrán sus propias ideas, y eso entrará dramáticamente en el remolino, aunque al mismo tiempo los contrarrevolucionarios estarán tratando de operar en medio de este gran caldo. A corto plazo todo eso podría generar problemas para llevar a cabo en los hechos las transformaciones que serán literalmente cruciales y eso hasta podría poner en peligro el control sobre el poder, pero aquí la “apuesta” es que la comprensión de la realidad que de ella sale, será infinitamente más profunda y el proceso general un debate agudo llevado a cabo por apasionados defensores será de mucha más participación de las masas en lo que se refiere a comparar, contrastar y averiguar lo que realmente es verdad y lo que corresponde a los intereses más elevados de la humanidad, de manera que se vea fortalecida la capacidad de distinguir entre el gato negro y el gato blanco (lo cual es en definitiva en lo que debe basarse el poder estatal de la dictadura del proletariado [DDP]).

Mucho de esto girará en torno a cuestiones de internacionalismo: ¿cómo será, y cuál será el proceso en que la gente de este país llega a sentir una conexión visceral con, por ejemplo, la gente del Himalaya que ya está sufriendo la devastación del cambio climático mundial? Avakian habla, en esa misma charla, de la cuestión de la contradicción que está concentrada en la necesidad de que en China se hicieran manifestaciones de apoyo a Vietnam durante la Gran Revolución Cultural Proletaria (GRCP)… bueno, para repetir, si no se apoya en lo mismo en que ellos se apoyaban, o sea, la educación más la influencia del partido, y al contrario se abre la cuestión al debate y a la iniciativa de todos, es posible que eso llegue a ser una fuente más de efervescencia y de “mantener encendidas las luces”; pues ¿te meterás en la refriega de tal manera que la población realmente participe en bregar sobre su conexión con los pueblos de otras partes del mundo que están luchando contra el imperialismo y para hacer la revolución, y en llegar a tener una actitud distinta sobre esa conexión? (Uno de los puntos fuertes de los años 60 en este país fue la forma en que un buen sector de jóvenes llegó a no sólo oponerse a la guerra, sino a identificarse de manera visceral con los vietnamitas.) Al mismo tiempo, no es poco lo que estará en juego en ganar esas luchas.

La analogía con la película Duelo de titanes (a la cual Avakian se refiere en esa charla) también es interesante en ese respecto. En la película, había cierta efervescencia que llegó a influir en la situación en tanto todo “se cuajaba”: véase el joven surfista, hippy, con cierta ambigüedad de género, y el papel del joven blanco de clase trabajadora de Bayonne. Se tiene la sensación de que “las luces se iban prendiendo” dentro de una situación que podría haber resultado muy sofocante si lo único que hubiera pasado fuera que el personaje de Denzel Washington impusiera su autoridad (aun cuando cierta autoridad coercitiva fue necesaria para siquiera empezar todo ese proceso y ponerlo en marcha, y aun cuando dicha autoridad con su poder coercitivo fue necesaria para continuar dándole “fibra”). Así que, siguiendo ese hilo por un minuto, con una buena dirección hay una manera en que los muchos canales pueden ser desencadenados así como se les puede dar más espacio para desarrollarse, y también maneras en que eso llegue a su vez a ser parte de los elementos potencialmente favorables para que la dirección mantenga las cosas en marcha en la dirección del comunismo.

Otro ejemplo: en una reunión de salón que realizamos hace unas dos semanas, entre ocho personas de muy diferentes niveles de partidismo o siquiera conocimientos básicos de quiénes somos nosotros y qué representamos, un camarada planteó la idea de que habría en la sociedad socialista regiones autónomas de nacionalidades oprimidas con un control autónomo sobre la educación, la cultura, etc. Una persona preguntó sobre eso y analizamos un poco más por qué haríamos eso, cómo serían esas regiones autónomas y qué relación tendrían con la sociedad en general; y luego otra persona (que lleva bastante tiempo conociendo el partido) expresó su desacuerdo, diciendo: “¿No alimentaría eso mucho nacionalismo y, además, cómo prevendrían ustedes que las mujeres o incluso la gente gay tuvieran sus propias regiones autónomas?” Otra vez entramos en la cuestión de “ninguna ideología oficial” (aunque sí una vanguardia que dirige el nuevo estado y que SÍ está unida en torno a la ideología comunista) y el fenómeno del paracaídas y todo eso como una fuente potencial de viveza y dinamismo. Pues, es un hecho: si se desencadena a muchas personas diferentes de modo que éstas piensen que ésta es SU sociedad y que ELLAS tienen un papel que desempeñar en rehacer el mundo, al mismo tiempo que hay lucha con ellas para chequear y adoptar la ideología comunista (y, se espera, que esa lucha se libre de una manera que provoca su interés, invita su participación y esclarece sus dudas), aunque todavía sin lograr que la mayoría se convenzan de ella: pues en tal situación las personas entrarán en tropel a la vida política y social, con toda suerte de nociones e ideologías diferentes (o por lo menos, bajo la influencia de diferentes ideologías), incluidos el nacionalismo y el feminismo. Y aunque debemos tomar en cuenta las oportunidades que eso presentará para fuerzas contrarrevolucionarias, ¿por qué debemos temblar ante eso? (Esto está relacionado al punto sobre los charales y los tiburones, en la citada conversación con algunos camaradas sobre la epistemología). ¿Por qué no deberíamos darle la bienvenida y por qué no daríamos la bienvenida a la oportunidad de entablar discusiones con personas que estén metidas en el nacionalismo o el feminismo como parte de su búsqueda de una manera de rehacer la sociedad sin opresión, o por lo menos sin ciertas formas de opresión, y así trabajar de cerca con ellas, discutir cosas, debatir, aprender y dirigir...? Si lo nuestro es tan requete-correcto, entonces seguramente deberíamos tener la capacidad de debatirlo con gente que está metida esas otras tendencias, y aprender muchísimo en el proceso. Y eso será una manera mucho más interesante en que muchísimas personas determinen por sí mismas cuál ES la ideología que podría conducir a un mundo sin opresión, a diferencia de que la única manera en que la consiguen es en una atmósfera de invernadero o una en que le da a esa ideología misma un lugar privilegiado en el discurso que va más allá de “fijar los parámetros del debate” y de hecho se enrumbe en el camino hacia “un monopolio de la verdad” (o por lo menos un “acceso especial” a la verdad)... lo que SÍ ha sido un problema, como señala la nueva síntesis.

Dicho “monopolio de la verdad” ha sido, en mi opinión, un factor importante en “apagar las luces”. El hecho de que no pretendemos tener un monopolio así, ni pretenderemos tenerlo, es una parte importante del “no” en nuestra respuesta a la pregunta: “¿No serán ustedes simplemente otra versión de la República Islámica de Irán [RII]? sí o no”. Es una razón por la que la sociedad futura no parecerá a la RII es que los dirigentes de esta futura sociedad no abrigarán la ilusión, ni obligarán a otros a abrigarla, de tener un monopolio de la verdad ni nada que no sea una metodología que capacita a las personas a conocer la verdad de una manera más completa (y tenemos que estar muy alertos contra la posibilidad de que éste se convierte paulatinamente en aquél, debido a la tendencia de las personas de hacer una mezcolanza de cosas muy distintas y además a la poderosa influencia de la espontaneidad en situaciones en las que el poder estatal pende en la balanza y de hecho se enfrenta el peligro de ir más allá del borde del precipicio y de hecho resultar descuartizado).

¿Por qué debemos tener miedo de cosas como el establecimiento de algo parecido a regiones autónomas para mujeres que simplemente no quieren tratar con los hombres por algún tiempo? ¿Por qué estas, y las regiones autónomas para las nacionalidades oprimidas, no pueden ser una fuente de dinamismo en la sociedad, interactuando con la sociedad en general (y a veces no) y planteando diferentes retos ante ella, unos centrados en la eliminación de determinadas formas de opresión y otros que van por otras tangentes (e incluso las cuestiones de opresión nacional y la opresión de la mujer no deben ser vistas de una manera limitada, como si no guardaran relación a otras cuestiones importantes), y no solo dejar que salgan diferentes contradicciones sino esforzarnos para que “salgan a la superficie”, cuando intuimos que están revolviéndose debajo de la superficie? ¡No se debe reducir todo esto a una especie de concesión; al contrario se debe verlo como un elemento de la sociedad socialista que tiene el potencial de ser genuinamente emocionante!

Relacionado a este punto epistemológico: en "Un enfoque científico acerca del maoísmo, un enfoque científico acerca de la ciencia" hay una discusión que también viene al caso, en cuanto a la cuestión de resistir las presiones para “apagar las luces” y tener suficientes bases científicas como para saber por qué lo de apagar las luces minaría el avance (por medio de zigzagueos) hacia la verdad y por lo tanto el mayor avance hacia el comunismo, y que a final de cuentas lleve de nuevo al capitalismo.

¿Vamos o no vamos a tener un enfoque científico por lo que se refiere a nuestra ciencia? Eso no significa que estemos refugiándonos en la “filosofía contemplativa”, pensando en las cosas o contemplándolas solamente por sí mismas, en el sentido de no estar aspirando a cambiar al mundo. Lo que he tratado de plantear es una manera distinta de abordar lo de conocer y cambiar el mundo, incluyendo el hecho de que retomé la formulación de Mao de “abarcar pero no reemplazar” y la desarrollé más, con respecto a todo el proceso dialéctico entre el marxismo y otras escuelas de pensamiento. Lo que sostengo, con relación a “abarcar pero no reemplazar”, es algo muy complejo. Es algo muy dinámico. Se basa en la comprensión y la orientación de que, de fondo y en un sentido fundamental, podemos y debemos abarcar todo. El marxismo es una forma de bregar con toda la realidad, y no solamente ciertas partes de ella. [Bob Avakian, Observations on Art and Culture, Science and Philosophy, p. 83. Chicago: Insight Press, 2005]

Avakian luego se adentra en “El comunismo y diferentes escuelas de pensamiento”. Dice: “En realidad es bueno que contiendan diferentes escuelas de pensamiento. En esta etapa [nota: me parece que en este contexto, “esta etapa” se refiere al período general previo al surgimiento de la sociedad comunista] es bueno incluso que haya contienda entre las escuelas marxistas y no marxistas de pensamiento. No lo digo porque el marxismo no sea capaz, a final de cuentas, de abarcar todo, sino porque no se quiere convertirlo en un ‘sistema cerrado’. Y, aunque todos los marxistas deben aprender a pensar de formas igualmente, o más, creativas y críticas que las demás personas, también es bueno que existe durante ese período general una dinámica entre eso y las personas que no son marxistas, o quienes al menos no lo son sistemáticamente”. [obra citada, p. 84]

Tengo que preguntar: ¿nos damos cuenta de precisamente qué tan nuevo y qué tan radical es todo eso en realidad? ¿Que el descubrimiento de Mao de “abarcar, pero no reemplazar” se ha ampliado cualitativamente en esta visión mucho más expansiva y mucho más materialista (y no religiosa) de cómo la humanidad cambiará el mundo y a sí misma? ¿Nos damos cuenta de la magnitud, y estamos expresándola y aplicándola en este mismo momento, con la que todo esto puede ser una fuente de dinamismo y efervescencia y de no simplemente no apagar las luces sino de encenderlas y mantenerlas resplandecientes?

He aquí una visión de una sociedad en la cual el debate radical florece en cada esfera —porque, una vez más, nadie tiene un acceso especial a la verdad y no hay ningún requisito de que las ideas tengan que pasar por algún tipo de tamiz ideológico para que se considere que tienen potencial de ser verdad o siquiera son admisibles para el discurso— es decir, no habrá ningún “tamiz” salvo la investigación y debate científico y riguroso con que corroborar si corresponden con la realidad… una sociedad en que el pensamiento comunista se desarrolla interactuando con diferentes corrientes, contendiendo con ellas y, al final, sintetizando y abarcando lo mejor de ellas… aunque incluso será controvertido este último punto, que se apoya en un punto de vista que dice que el comunismo lo abarca todo... y francamente sería una buena controversia. (Obviamente habrá restricciones materiales en cuanto a lo que se podrá publicar y filmar, etc. y la restricción de las teorías falaces acerca de las que se ha probado claramente su falsedad... pero aquí estoy enfocándome en un punto distinto).

Ésta es la única manera en que las masas llegarán a la posición, método y perspectiva comunista de un modo que está bien basado pero “ágil”. La gente aprenderá a través de investigación y debate (así como a través de otros tipos de práctica), por medio de la comparación y el contraste — y por lo que se refiere al debate, será un debate con consecuencias, un debate que le da impulso a la gente a buscar más profundamente por sí misma, y también con otros, etc., porque habrá una urgencia de saber, tan profundamente como sea posible, exactamente lo que constituye “la verdad del caso”. Publicaciones independientes, hilos de discusión en línea, conferencias, reuniones de salón, seminarios independientes…. el florecimiento de un tipo determinado de sociedad civil que precisamente se herviría y tendría la viveza y dinamismo de grandes debates y discusiones… todo esto puede ser y será parte de una sociedad completamente distinta. Se presentarán desafíos —cómo no “perderlo todo”—, pero también fomentará un enfoque mucho más científico a través la sociedad.

Eso está relacionado al ejemplo anterior sobre el nacionalismo y el feminismo. ¿Es posible que el comunismo se sostenga por sí solo? Yo creo que efectivamente habrá un florecimiento del nacionalismo y del feminismo y también creo que existirá el potencial de una contienda/colaboración fructífera entre aquellas tendencias y el comunismo (aquí viene al caso el énfasis de la reciente plática sobre cómo hubiera resultado mejor haberse participado en el trabajo teórico que hacían las feministas en los años 60). Una tensión, sí, pero lo debería ser y puede ser una tensión fructífera… siempre que estas contradicciones queden sin resolución, se expresarán en tendencias ideológicas distintas, distintos senderos hacia adelante que contienden por granjearse a seguidores de entre las masas… y siempre que haya cosas desconocidas, habrá distintas escuelas de pensamiento que se presentarán para investigarlas y explicarlas, métodos distintos y avances en métodos (en parte impulsados por un entendimiento más profundo de la realidad objetiva — de la precisa manera en que los avances en la física motivaron avances distintos en método, incluyendo, hace muy poco, en el artículo de Bob Avakian publicado hace un año en el periódico titulado “Las ‘crisis en física’, las crisis en filosofía y en política” [Revolución #161, 12 de abril de 2009]). Y siempre y cuando las cuatro todas no sean abolidas, estas diferencias en última instancia reflejarán distintas clases, y algunos de estos desafíos pueden dar fuerza a otras fuerzas de clase, a otros caminos que, de seguirlos, conducirían las cosas de regreso al capitalismo. Pero, para repetir, ésta es la mejor manera para la sociedad en general y la gente que constituye aquella sociedad de llegar a la verdad... sí, requiere de liderazgo y le planteamás desafíos que nunca al núcleo sólido… pero eso es el único camino a seguir. Si no se puede decretar que algo esté fuera de lugar (y no deberíamos querer hacer eso), usted —y todos los demás— van a tener que trabajar mucho más duramente para llegar a la verdad y a las condiciones subyacentes detrás de lo que se está irrumpiendo en este gran debate y efervescencia. Pero, mientras más y mejor aprendamos a hacer esto, más se prenderán y más luminosas brillarán las luces.

¿Cómo MANEJARÍA usted la baja asistencia en una manifestación de solidaridad internacional (se refiere al ejemplo dado en la charla Dictadura y democracia, y la transición socialista al comunismo [Chicago: RCP Publications, 2005])? Se podría apoyar en la coacción social de un grado mayor o menor de severidad… o se podría hacer lo que tenemos que hacer ahora, o sea esforzarse para determinar por qué carajo sucede esto y pretender transformarlo. Es curioso, y muchas veces Avakian lo ha observado — cuando no tienes el poder estatal, de hecho no puedes hacer nada sin convencer y ganar a la gente a respaldarlo, y aquello requiere de trabajo. ¿Cuántas veces el Presidente nos ha regresado, y nos ha dirigido a regresar, al problema de la parálisis que surge de la configuración de la pirámide en el frente político así como el parasitismo subyacente de la sociedad de los Estados Unidos (entre otras cosas) y que lo ha tratado desde tantos ángulos distintos? Seguimos trabajando aquel problema de convencer y ganar a la gente para que emprenda acción en torno a los abusos y el rumbo general de la sociedad…

También creo que se aplica a esto una parte de lo que se señala respecto a la importancia de una constitución. Tanto las garantías de los derechos como darle a la gente un sentido de las reglas del juego… pero también la lucha que eso abarcará —la efervescencia y debate de masas— en el proceso de cambiar la constitución. Se trata de algo sobre lo que quiero reflexionar más, pero se puede imaginar un gran debate cuando eso se hace en torno al rumbo que de todos modos debería tomar la sociedad, lo que deberían ser nuestros objetivos como una sociedad, cuál conjunto de reglas y procedimientos más podrían abarcar eso sin refrenarlo innecesariamente, cómo los organismos de poder en cualquier momento dado estarían relacionados concretamente al proceso de llegar a las 4 todas y en cuáles maneras empezarían a oponerse a eso, etc. Ese tipo de debate y lucha puede atraer una enorme participación de la gente y muchas nuevas olas de gentes pueden surgir a través de cosas de ese tipo…

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Unas palabras sobre cómo Bob Avakian ha desarrollado la dialéctica. En la historia de nuestro movimiento, demasiadas cosas se han juntado para tapar la contradicción y lo disparejo. Mao señaló esto en la negación de parte de Stalin de la existencia de las clases antagónicas en el socialismo. Pero esa situación era más prevaleciente que eso. Combinar el partido y las masas (no es que nadie haya dicho que son idénticos, pero existían tendencias a tratarlos como lo mismo — es decir, el centralismo democrático como una forma de organización no sólo para el partido sino para la sociedad entera, o el comunismo no sólo como la ideología del partido sino también la ideología del resto de la sociedad)… combinar el proletariado y la verdad (o un entendimiento erróneo del “partidismo” de la ideología comunista)... todas estas ideas se prestan a tapar la contradicción, lo disparejo y hasta el antagonismo a la vez que dan la apariencia de ingeniárselo. La ruptura de Mao fue sumamente importante —sus contribuciones sobresalen aún más en su perspectiva histórica—, pero él tuvo que oponerse a un sistema general de pensamiento que se había entrelazado con un método general de dirigir y “manejar” la sociedad, con una dinámica que se reforzaba mutuamente. Mao heredó un sistema de pensamiento que aceptaba ese modelo general y respecto a algunos puntos esenciales, estuvo en lo incorrecto. No se trata de que Mao no hiciera grandes avances y contribuciones verdaderamente inmortales en el método dialéctico, especialmente en la comprensión de la interpenetración/lucha fluida de todas las cosas, del papel de los saltos y las rupturas, etc. y, de importancia, la ruptura con algo de la metafísica y el idealismo, y el materialismo mecánico, que Marx y Engels llevaban consigo, a pesar de su propia ruptura monumental. Pero todavía existen maneras importantes en que el método y enfoque dialéctico desarrollado por Avakian interrogan y diluciden más nítidamente la realidad — por ejemplo, el mapa de las múltiples capas y los múltiples niveles; el papel de lo disparejo, etc. La reciente charla, por ejemplo, considera tres cuestiones sumamente espinosas y difíciles, todas las cuales han sido situaciones de verdaderos reveses o al menos el estancamiento cruel (relativo) durante las últimas décadas… y muestra la vida que bulle debajo del hielo.

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Unos pocos puntos adicionales, escritos un poco más tarde:

En la citada reunión de salón, la gente primero escuchaba la sección “Imagina” del DVD [la charla Revolución de Bob Avakian] y luego la pregunta 21 de las preguntas y respuestas de las 7 Charlas, que trata las diferencias entre una sociedad organizada sobre la base del centralismo democrático y lo que Avakian ha venido desarrollando con el núcleo sólido con mucha elasticidad (además de un punto sobre la financiación para Amy Goodman y lo que va con eso en términos de “complicar las cosas”). A comienzos de esta reunión, recalqué un punto sobre la cumbre climática de Copenhague y la capacidad de realmente lidiar con esa situación trabada por el capital e impuesta por el estado, y la apremiante necesidad de la revolución y un poder estatal completamente nuevo para lidiar efectivamente con eso. Todos se pusieron vigorosamente de acuerdo. Pero más tarde, el otro camarada que dirigía la reunión mencionó el citado punto sobre Amy Goodman de aquella sesión de preguntas y respuestas y la necesidad de darle fondos a la vez que ella estaría en contra, al menos en parte… y los demás se pusieron de acuerdo entusiasmada y aún más firmemente — en el sentido de ¿cómo no, por qué no? Pero luego el otro camarada preguntó: “¿¿pero qué pasa si Amy Goodman moviliza a gente para oponerse a su plan para salvar al medio ambiente?? ¿Qué pasa si la gente, o mucha gente, no quiere que una reducción del consumo de mercancías sea lo que tendremos que estar haciendo en gran parte… y ustedes están llevando lucha contra esta gente… y luego entra en escena Amy Goodman diciendo que ustedes están haciéndolo de una manera completamente equivocada? ¿O supóngase que alguien como Howard Zinn, desde un punto de vista pacifista, se opusiera a hacer cosas para ayudar a la lucha revolucionaria en otros países? “Ah…”, y los participantes en la reunión empezaban a tener una idea muy distinta de la complejidad y de lo que está en juego en todo este asunto.

Creo que hasta cierto punto existe una analogía al hecho de que si realmente podemos cohesionar hoy a un núcleo de estudiantes alrededor de nuestra línea, como parte de una efervescencia más amplia en las universidades, eso será una parte concreta de estimular el crecimiento de otras tendencias de pensamiento… aunque la cosa sería más dialéctica que eso en la manera en que se desenvolvería de hecho la interacción entre las otras tendencias que van ganando adherentes y nuestro núcleo sólido que va echando raíces y creciendo. En efecto la reunión de salón en sí fue un ejemplo de un núcleo sólido con mucha elasticidad… aunque había solamente ocho personas aparte de mí y el otro camarada, tenían una variedad de puntos de vista y experiencias, entre ellos al menos uno o dos quienes todavía no habían visto la sección “Imagina” de la charla Revolución. Pero nos fue posible dirigir la reunión medio en forma de espiral donde los participantes pudieron poner sus ideas sobre la mesa, ponerlas a prueba unas contra otras (y contra, o mejor dicho, en el contexto de lo que se dice en la charla Revolución y el audio, que a veces retomamos en la discusión) y analizar y resolver las cosas de una manera en que todos participamos a un nivel en bregar con lo que serían las contradicciones y el carácter de una sociedad socialista y que estimuló a todos y les diera ganas a todos para entrarle más profundamente a esto. La reunión distó mucho de ser aburrida.

Vale la pena señalar que una importante característica de esta reunión de salón era el debate y discusión sobre la naturaleza humana y si puede ser transformada… y el papel del poder estatal y qué clase de poder estatal en esa transformación. En gran parte, lo que condicionaba y era tema de forcejeo en la discusión fue por qué la gente es tan pasiva hoy, está tan desenfocada, tiene tan poca participación no sólo en la política sino en cualquier forma de efervescencia en absoluto — y cómo y por qué se podría hacer de hecho una revolución y en qué grado es necesario que la gente cambie para poder hacer eso y si la gente podría cambiar y cómo sería posible hacer que cambie. No dijimos: “Sí, pero de eso no hablamos” o “Sí, sí, está bien si eso es lo que quieres discutir, pues discutámoslo y olvidemos la agenda”, pero al contrario pudimos escuchar lo que la gente decía, dejar que la discusión se desenvolviera un poco y luego ver dónde sus inquietudes importantes y muy reales efectivamente estaban relacionadas al proyecto más grande que es la nueva síntesis, lo cual incluye la dimensión de qué tipo de poder estatal y cómo aquel poder estatal concibe la transformación de la naturaleza humana (de una manera distinta a eso de “aplicar la ingeniería a la alma humana” o una dialéctica limitada y restringida entre el partido y las masas que no tomaría en cuenta, y suprimiría con el paso del tiempo, los distintos tipos de iniciativas que la gente anhelaría tomar, las escuelas de pensamiento contendientes, la sociedad civil, etc.).

La cuestión de la naturaleza humana también surgió en una reunión de salón muy interesante que otro camarada y yo dirigimos justo antes del Año Nuevo — con personas que están trabajando de manera más constante en el centro de varias iniciativas dirigidas por el Partido o que están interactuando de otras formas con el Partido de manera constante. Ésta fue una reunión muy viva, centrada en la cuarta parte del Manifiesto [El comunismo: El comienzo de una nueva etapa. Un manifiesto del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos] y en particular los elementos de la filosofía y la dictadura del proletariado (DDP) de la nueva síntesis y también (como parte de eso) un poco acerca de la persona de Bob Avakian. Un participante es un psicólogo y está forcejeando mucho sobre cuánto podemos cambiar a la gente ahora y algo de lo que él abiertamente reconoce como quizás ilusiones de exagerar cuánto se puede lograr de esto sin tener un nuevo poder estatal… esto acompañó —de parte de él, pero también salió lo mismo cuando otros trataron de hablar de esto— cierta dificultad de imaginar cómo ese poder funcionaría, a “qué se parecería”… y fue importante y esclarecedor adentrarnos en esto de diferentes maneras. Luego, a partir de otra cuestión, nos entramos más profundamente en la cuestión de la dictadura y la democracia (y lo que realmente deberíamos popularizar: “¡la democracia: es sólo otra dictadura!”).

La gente realmente sí necesita saber —y nosotros necesitamos tener un sentido mejor y expresar más claramente— qué hará el nuevo poder. Necesitamos imbuir a las personas de un sentido mucho más vivo, ahora, de cómo el poder estatal será una cosa muy buena, algo por lo que vale la pena hacer sacrificios, algo crucial a que mantenerse… y también darles un sentido vivo de nuestro entendimiento de cómo asegurar que siga valiendo la pena mantenerlo. Un sentido más vivo y concreto de la gran diferencia entre la dictadura de la burguesía y la del proletariado… y la democracia burguesa y la del proletariado. Por decirlo de otra manera, un sentido más vivo y concreto de lo que queremos decir por el núcleo sólido con mucha elasticidad… tanto por medio de la discusión como por medio de su experiencia vivida de trabajar con nosotros (y aún hay mucho más que mejorar en ambos frentes). Porque de nuevo, entre más nosotros estemos haciendo todo esto ahora… adecuando realmente a las personas para que sean ahora emancipadores de la humanidad, en el mayor grado que podamos… en mejores condiciones estaremos para ese futuro momento cuando se presente la oportunidad —NO para dejar que el mundo continúe como está— y en mejores condiciones estaremos de mantener las luces encendidas al rojo vivo.

* * * * *

Una cosa emocionante sobre la nueva síntesis es que da a conocer que nosotros NO tenemos una visión preconcebida o estática de lo que será el “hombre nuevo” (para usar el término de Guevara que tuvo prominencia en los años 60)… nosotros no sabemos exactamente qué sentirá y cómo actuará el primer ser humano que naciera en el tiempo cuando realmente han sido abolidas las 4 todas, cuando el “ya no más” realmente es el “ya no más”… pero en vez de eso se tratará del trabajo y el resultado de que las personas mismas que cada vez más y con mayor conciencia luchen con esas 4 todas como la estrella guía, sobre “¿qué clase de personas somos nosotros? ¿Qué significa ser humano? ¿A dónde estamos tratando de ir?”

Esto nos lleva a otra fuente de “luminosidad”: la lucha para forjar una nueva moralidad y la lucha muy relacionada para transformar la naturaleza humana2. Efectivamente se emprendió esta lucha en China de una manera que realmente allanó nuevos terrenos. Escuché una charla dada por el curador de una exhibición de arte de la GRCP en la Sociedad Asiática el año pasado; él era un estudiante urbano de arte en 1949 y le entró a la revolución, y después fue objeto de una aguda lucha en su contra durante la GRCP. Aunque distaba de ser un partidario de la GRCP o de Mao, tampoco era un oponente ciegamente amargado, y cuando uno de nosotros le hizo una pregunta provocadora, salió una especie de “moralidad socialista” latente en él. Luego, otra persona en el público se compadeció de él por el hecho de que él había producido todo ese arte muy popular durante los años 50 y 60 y nunca recibió crédito personal por eso, ni hablar de dinero. Él replicó: Bueno, sí, eso fue verdad, pero usted tiene que entender —a ninguno de nosotros nos importaba eso en ese entonces—, nosotros estábamos más interesados en servir al pueblo.

En otras palabras, en realidad existía una moralidad diferente que el pueblo asumió, muy ampliamente, y eso dio un salto con la GRCP (y eso lo puedes escuchar en las charlas de Bai Di y Dongping Han). Al mismo tiempo, creo que en las sociedades futuras las masas necesitan entrar a esto mucho más consciente y creativamente y bregar y forcejear sobre ello. ¿Existe una analogía a la constitución socialista? Al igual la constitución en un punto dado corresponderá al nivel de desarrollo de la lucha por las 4 todas, así también será con la moralidad… y todo esto estará en movimiento y no será estático y debería haber efervescencia, debate e iniciativa en este campo también al igual que lo habrá con la constitución, y puntos nodales cuando las cosas den un salto. Con la constitución, eso culminará con una nueva redacción; yo no pienso que vayamos a querer codificar la moralidad de esa misma manera, pero creo que hay maneras que puedes ver cómo esto funciona.

No quiero irme mucho por otras tangentes, pero eso es una característica fluida muy importante de toda lucha revolucionaria y hasta todo auge de lucha radical. La guerra de Secesión de Estados Unidos de hecho encarnó dos visiones morales muy diferentes de lo que es la libertad y lo que es la justicia y lo que significa ser humano, y los protagonistas de ese conflicto lo entendieron con conciencia propia de esta manera, aunque ellos no vieran las relaciones de clase de fondo que estaban moldeando esas visiones antagónicas. Esto se reflejó en las maneras en que las principales denominaciones protestantes se escindieron durante los años que llevaron a la guerra de Secesión. Arno Mayer afirma en el libro Las furias que las moralidades y nociones contendientes acerca de lo que significa ser humano estaban desplegadas unas contra otras en las revoluciones francesa y rusa (también sostiene que en ambos casos las moralidades revolucionarias asumieron el carácter de una religión, lo cual parece ser una descripción trazada con una brocha demasiada amplia en el segundo caso pero también en dicho caso tiene un elemento de la verdad: la momificación del cuerpo de Lenin que mandó hacer Stalin es un ejemplo del boato religioso).

Hasta los hippies y anteriormente los beatniks — ¿no eran dos moralidades diferentes? Se daban otras cosas, pero en esos años también se trataba de una generación que declaró que la moralidad dominante estaba en quiebra, colmada de hipocresía y, en el mejor de los casos, carente de toda relevancia. Los hippies fueron un fenómeno muy espontáneo — no hubo ningún Moisés que repartía un nuevo código moral elaborado con 613 mandamientos. Pero se daba algo diferente en la esfera de la moral, con su propio arte, estilos y normas de belleza, principios morales sexuales, educación, puntos de vista sobre el trabajo y el dinero, y esta moral les puso un desafío a la sociedad en general y a sus autoridades y sin duda fue percibida como tal (es interesante que los muchachos hippies que andaban con el pelo largo en particular sacaban de quicio a los policías y a los reaccionarios — una de las ocurrencias favoritas de los reaccionarios de esos años era: “¿cómo distingues a los chicos de las chicas?”). Visto desde la óptica de no apagar las luces, probablemente hay mucho más que extraer de ese fenómeno hippie en general. De todos modos, la sociedad de la cual estamos hablando debería estar generando esa clase de desafíos, a la vez que debería existir un núcleo sólido que en sí esté tomando la iniciativa en esa esfera en general así como también esté tendiendo los brazos a su alrededor, a la vez que le dé caña a la efervescencia, que ésta se borbotee.

Existe un rol particular y muy importante del arte en todo esto. A mi parecer, es interesante que dos películas muy importantes del año pasado —Avatar y antes Distrito 9— desafiaron (entre otras cosas) al público sobre lo que realmente significa ser humano y lo hicieron en una forma muy visceral y literal (Distrito 9 en particular deliberadamente induce al público a considerar como repulsivos a los extraterrestres y después a descubrir que su lealtad ha cambiado a través de la película). Y a mi parecer ambas películas lograron que la gente repensara sus suposiciones, incluyendo sus suposiciones morales. Al grado de que habrá un florecimiento de eso —y por muchas razones debería haber ese florecimiento en el tipo de nueva sociedad de la que estamos hablando y por la que estamos luchando—, habrá estímulo para estar pensando y repensando constantemente estas cuestiones.

Habrá muchas esferas en que se le entra a esto, tanto en relación a las coyunturas y sucesos políticos agudos, como por derecho propio. El internacionalismo seguramente será una de esas esferas. La cuestión de la mujer será otra. Y en la de la mujer en particular, las personas no se limitarán a debatir sino que querrán vivir sus propias morales, como las comunidades experimentales de diferentes tipos donde ellas mismas se basaron en diferentes relaciones sociales (tal como sucedió en un grado limitado en los años 70)… Algunas de esas darán resultados y otras no, pero tiene que haber espacio para este tipo de cosas, y un liderato que sabe cómo dejar que esto se desenvuelva y a la vez lo engloba y aprende de ello en pos del rumbo más amplio, aunque a veces eso se tope contra las necesidades y metas inmediatas en algunos sentidos cortoplacistas. El poder estatal en la sociedad de Estados Unidos, que en esos años se enfrentó a lo que fueron desafíos verdaderamente sorprendentes y maravillosos y toda clase de creatividad en toda esfera, tuvo muy poco con el que responder salvo la represión y la implacable cosificación. En esencia, un montón de impulsos muy creativos fueron aplastados o “hambreados”, dejados para que se murieran en flor.

Qué formas se crean para criar hijos… qué clase de relaciones románticas y sexuales se desarrollan entre las personas… cómo “emanciparse al máximo grado” en estas esferas mientras que se lidian y se transforman las restricciones muy reales de la base material de la sociedad (pero que también, como Mao insistió, serán restricciones relativamente fluidas): todo eso representarán cuestiones vivas y bulliciosas en la nueva sociedad. Al igual que las obras de arte como Camino revolucionario interrogarán agudamentelas relaciones de los períodos anteriores, en parte a fin de desenterrar las cosas que hoy continúan ejerciendo su influencia, también existirán obras de arte que señalan las raíces de las contradicciones todavía por resolver y que plantearán con insistencia la cuestión sobre qué tanto la situación ha cambiado realmente. Y al igual que otras obras de arte como La mujer al borde del tiempo se proyectan tan lejos como puedan al futuro tanto para criticar profundamente las relaciones de hoy como para dar inspiración, también dichos trabajos tendrán un alcance e influencia aún más profundos en la futura sociedad… expresando las frustraciones inquietas que muchos sentirán incluso con lo que en un momento fueron avances importantes.

A mi parecer, el arte es crucial hoy tal como lo será en el futuro para darles a las personas un sentido visceral de “cómo se siente” ser una persona diferente. Desde luego, eso no es su única función y no se le debería reducir a eso… pero desde luego esto es una función importante y se logra de muchas formas diferentes y en toda esfera (¡incluyendo la música no programática!).

Eso no quiere decir que esta esfera es “nuestra” o algo por el estilo, que el arte como arte naturalmente te conduce al comunismo. Existe también arte que endurece el corazón, que refuerza lo limitado y existirá arte en el futuro que será muy mixta — en que una y la misma obra abarque tanto la venganza y/o la añoranza de elementos (y relaciones) del pasado como simultáneamente los sentimientos más excelsos. Además, habrá arte del pasado, en el sentido literal, que tiene todas sus limitaciones pero no se puede echar así no más en el bote de la basura. Pero en estas situaciones, que también pongamos los términos... y dejemos que haya contienda. Pues sin duda el arte que refleja más acertadamente las posibilidades futuras puede dejar atrás ese arte que insiste en enfocarse mucho en el terreno de los límites y la defensa de los privilegios y que a final de las cuentas los ensalza.

A manera de conclusión: nada de esto es posible sin el poder estatal. Queremos el poder estatal. Pero al mismo tiempo debemos recordar por qué lo queremos y en última instancia a lo cual éste debe servir. Para citar: “El fin de una etapa — el comienzo de una nueva etapa” (Revolución #60, 1990):

Así como salvo el Poder todo es ilusión, la razón de ser del poder estatal del proletariado es continuar la revolución y avanzar al comunismo. De no ser así, ¡el propio poder estatal se convertirá en ilusión para el proletariado!

Notas

1. Además de la discusión sobre la reducción del consumo y otros puntos, a mi parecer son importantes algunos de los puntos de Raymond Lotta sobre la nueva síntesis, la sociedad socialista y la economía — lo que SE NECESITARÁ a fin de avanzar, y no sólo lo que el estado tendrá que soportar mientras “se tape la nariz”…

[Del discurso de Raymond Lotta (“El elefante en la sala: ¿Es posible que algo menos que la revolución solucione la crisis ambiental?”, Revolución #188, 10 de enero de 2010):]

Una de las cosas que Avakian ha estado enfatizando es la importancia de la efervescencia intelectual, científica y cultural en la sociedad socialista. Hay que liberar la ciencia de todas las trabas y restricciones institucionales del capitalismo que mencioné antes, como el imperativo comercial, el papel del ejército, etcétera.

Por un lado la sociedad socialista tendrá que movilizar a científicos, ingenieros y ecologistas para trabajar en torno a problemas enormes como el medio ambiente. Habrá la necesidad de organizar grandes movilizaciones, grandes esfuerzos y proyectos enormemente focalizados para tratar el tipo de situación desastrosa que enfrentamos. Pero la sociedad y la humanidad también necesitarán la investigación de gran alcance, nuevas ideas y experimentación que no tendrán una relación tan directa con estos proyectos focalizados. Los científicos tendrán espacios para investigar cuestiones que no se aplican directamente a los problemas de la sociedad. Habrá que apoyar y financiar esta experimentación, y desencadenar la ciencia.

A la vez hay que desenclaustrar la ciencia. Hay conocimientos provenientes de las personas básicas en los lugares de trabajo y las comunidades. La sociedad socialista tiene que promover toda forma de polinización cruzada de conocimientos y experiencia: el intercambio de conocimientos acerca de las ciencias y el método científico entre los meteorólogos e ingenieros y las personas básicas que están chequeando la ciencia, mientras los profesionales aprenderán de los descubrimientos, observaciones y aspiraciones de las personas básicas.

Se popularizará la ciencia en la sociedad. Los grandes debates entre los científicos y ecologistas acerca de cómo resolver el problema del calentamiento global, sobre su escala y cómo se desarrolla: se popularizarán y se aplicarán debates, discusiones e ideas en la sociedad. La sociedad socialista, por medio del estado socialista dirigido por un partido de vanguardia, tendrá que establecer prioridades en el desarrollo: reconfigurar la industria, repartir fondos e insumos, y proteger los recursos naturales.

Tendremos que crear ciudades sustentables. Tendremos que desarrollar sistemas agrícolas que no dañan innecesariamente el medio ambiente, que promoverán tecnologías y prácticas que se pueden adaptar a las localidades y condiciones particulares, y que pueden lidiar con los cambios del clima, que pueden innovar y que pueden responder a los cambios de las necesidades.

Tendremos que satisfacer las necesidades grandes e inmediatas de las masas populares: centrar atención en aquellos que han estado en la parte de abajo de la sociedad, en sus necesidades y requerimientos, y a la vez tendremos que estar desarrollando una economía que ya no está basada en combustibles fósiles. Eso requerirá innovación y esfuerzos extraordinarios además de un entendimiento correcto de las prioridades y cómo movilizar y desencadenar a la gente para que aborde estos problemas.

Pero estas políticas, y en realidad la misma dirección de la sociedad, deberían estar al centro de debates ampliamente en la sociedad socialista: las contradicciones todavía no resueltas de la sociedad socialista, el hecho de que todavía existen diferencias sociales entre profesionales e intelectuales y aquellos que trabajan principalmente con las manos, el hecho de que en la sociedad socialista es necesario usar algunas formas de dinero y precios, el hecho de que en la sociedad socialista todavía existen brechas en el desarrollo entre regiones diferentes además de todavía enormes luchas sociales y batallas ideológicas para vencer el patriarcado y el legado de la opresión de las nacionalidades oprimidas, además del hecho de que no tenemos todas las respuestas para la crisis ambiental.

Todas estas cosas en la sociedad socialista generarán el cuestionamiento…generarán nuevas ideas…generarán protesta, descontento, lucha… hasta levantamientos. ¿Es eso bueno o malo?

Pues, Avakian considera que todo eso es una fuerza que impulsa la continuación de la revolución. En el caso de la crisis ambiental, ha hablado de lo que llama las y los Arundhati Roy bajo el socialismo. Como se sabe, Arundhati Roy estuvo en las primeras filas de las luchas contra la construcción de diques que contribuyen a la destrucción del medio ambiente en la India. ¿Arundhati Roy y personas como ella tendrán el derecho de protestar bajo el socialismo? Avakian ha recalcado que el socialismo tiene que ser una sociedad que no solamente permite el disentimiento sino lo estimula y lo valora. También hay que tomar en cuenta y luchar con personas como Arundhati Roy a que ayuden a desarrollar soluciones para estos problemas ambientales muy profundos y serios, aunque a la vez con ellas habrá lucha ideológica sobre las cuestiones del socialismo, el comunismo y dónde está yendo la humanidad y hacia dónde tiene que ir.

Todo esto es parte del proceso de llegar a la verdad de la sociedad y del mundo, de promover el pensamiento crítico en la sociedad socialista y capacitar a las masas para que conozcan y transformen más profundamente el mundo. Todo eso se pondrá a veces muy tenso y alborotado, incluso con protestas y levantamientos que podrían desestabilizar la sociedad. Pero todo esto es parte del proceso de llegar al comunismo. La máxima elasticidad y experimentación sin perder el poder, sin perder la revolución y sin perder todo lo que significa para la humanidad del mundo. Hace falta una dirección comunista visionaria, un núcleo sólido como lo llama Avakian, para dirigir hacia adelante este proceso complejo. [regresa]

2. Con algunos miembros del partido también sostuvimos una reunión de salón enfocada en la nueva charla durante estos días festivos. Una camarada en un momento, muy vigorizada y estimulada por lo que había estado leyendo sobre la cuestión de la mujer, señaló que para ella, esto plantea de una manea diferente la cuestión de una esfera general de lucha alrededor de la moralidad en el socialismo. “¿Cómo realmente será la moralidad en torno a los adolescentes que experimentan con el sexo?” Sí, es cierto que eso traerá mucha contienda y riqueza — pero si siquiera llegáramos a tener la oportunidad de tener el poder estatal, ¿no sería ahora mismo el momento en que tenemos el derecho de estar luchando sobre esto y de estar forjando respuestas a esta cuestión? ¿El proceso de hacer eso no debería ser un proceso de “luces encendidas” que le dará a gente un sentido de cómo sería la situación con un poder completamente diferente… y ser parte de “capacitar a la gente para gobernar?” Desde hace muchos años, yo recuerdo que el Presidente planteó que la cuestión de capacitar a las masas para gobernar no es algo que puede esperar hasta la toma del poder. [regresa]

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