Revolución #203, 13 de junio de 2010


Una contradicción histórica: Cambiando el mundo en lo fundamental sin "apagar las luces"

Ocho

Me enteré de la frase y canción “Apaguen las luces, ya se acabó la fiesta” por primera vez por medio de Don Meredith en el programa de televisión, Fútbol Americano los Lunes por la Noche. Él usaba esa frase para declarar que el partido que estaban transmitiendo en esencia se acabó, que ya era obvio quién iba a ganar y quién a perder. Así que cuando oí esa frase como algo que dirían los intelectuales cuando veían llegar a los revolucionarios, la primera cosa que pensé fue que tenían y expresaban su impresión de que la revolución (la fiesta) ya se ha intentado y ha fracasado. Y que ya era hora de apagar las luces respecto a ese proyecto. Pero al prestar un poco más atención a lo que se nos encomendó, me quedó en claro que la frase sobre la que se nos pidió tratar tenía que ver con su impresión de que el tipo de mundo que crearían los revolucionarios si lográramos dar nuestro primer gran salto sería un mundo en que las luces se apagarían en torno a muchas de las cosas que lo harían un mundo en la gente querría vivir.

Una buena parte de esta impresión de una revolución como uno en que las luces se apagarían tiene sus raíces en las mentiras e ideas erróneas promovidas por la ofensiva anticomunista que los imperialistas intensificaron tras el derrumbe de la Unión Soviética. La idea de que Stalin, y Mao, mataron a millones, que se quitaron todas las libertades a los individuos, que se restringió la vida intelectual, etc. Y por la ausencia de pensamiento crítico acerca de lo que intentaban lograr esas revoluciones y lo que confrontaban. Por ejemplo, eso de ver que los adultos en la China revolucionaria se vestían de ropa del mismo color y de atribuirle eso a un deseo de crear un mundo en que el color y vida se hubieran exprimido a la gente y la sociedad.

Sin entender lo que confrontaban allí. Que dada la falta de recursos, decidieron no dedicar recursos a teñir la ropa de adultos. Pero sí empezaron a teñir la ropa de los niños, lo que claramente tuvo su origen en la decisión de que los niños deberían tener más “luz” en su vida. Pero cuando la gente piensa de las cosas que se dice acerca de esas revoluciones, nunca considera el motivo de esas decisiones y otras medidas tomadas por los revolucionarios en el poder en China y la Unión Soviética. Los veredictos respecto a esas revoluciones quedan sin examinar.

Hay otra parte de la impresión de que las luces se apagarían si los revolucionarios triunfaran. Que los revolucionarios cometieron errores, hicieron mal algunas cosas y en otras se quedaban cortos. En una discusión sobre el Manifiesto, un joven que trabaja de cerca con el Partido hablaba de un científico de la Unión Soviética en los años 30 que quería explorar un campo de investigación que el Partido decidió que fue algo que no avanzaría directamente los objetivos que estaba tratando de lograr. No se le permitió hacer esa investigación y por eso se arriesgó la vida exiliándose para hacerla. Si bien lo recuerdo, el joven dijo que el científico caminó sobre un río congelado, y en un momento una parte delgada del hielo se rompió y él tenía que nadar en el agua helada para salir del río. Otra persona muy cerca del partido que participaba en esta discusión preguntó si hubiera sido posible que la Unión Soviética destinara recursos al campo de investigación que el científico quería estudiar, que tal vez fuera mejor que se destinaran esos recursos a otro proyecto.

Juzgo que eso fue exactamente lo que pensaban en la Unión Soviética en ese entonces, y que habrá una atracción enorme hacia esa clase de pensamiento en la futura sociedad revolucionaria. “Existen muchas cosas que tenemos que hacer ahora mismo. Muchas necesidades inmediatas que satisfacer así como transformaciones necesarias que hacer. ¿Cómo podemos malgastar nuestros recursos siguiendo caminos que tal vez vayan a dar a nada más que callejones sin salida?” También existirá una base social para ese tipo de pensamiento.

(El que pudiéramos ganar a personas como este individuo muy cerca del Partido a entender y hacer suya la nueva concepción del comunismo que Bob Avakian ha estado desarrollando es un indicador clave del potencial de lograr trazar el camino no trazado — hacer la revolución en este tipo de país. Un elemento clave de tener la posibilidad de hacer este tipo de revolución será que millones y millones de personas de la base social de la revolución tengan un entendimiento sólido, si bien básico, del importante papel de ganar a la revolución la lealtad de sectores amplios de la intelectualidad y ganarlos a dejar de alinearse con el imperialismo.)

Parece que la cuestión aquí no fue solamente los recursos sino: ¿era un problema para la revolución si los intelectuales estaban siguiendo varios caminos de investigación y conocimiento sin la supervisión del estado? No solo se trataba de que mucho de eso, si no la mayor parte, no conduciría directamente a hacer avanzar los objetivos muy reales e importantes que la revolución tuviera que alcanzar como asunto de vida o muerte, sino que habría muchas de estas personas siguiendo sus propios caminos, investigando cosas, descubriendo cosas cuyo descubrimiento o desenmascaramiento tal vez si, tal vez no serviría a la revolución.

Esto va más allá de las restricciones inmediatas que afrontó la Unión Soviética en cuanto a los recursos, y de la experiencia aún mejor en cuanto a esto en China. Allí tuvo lugar la campaña de las cien flores, y entiendo que la opinión común sobre esta, o al menos lo que dicen muchos libros y artículos, es que fue esencialmente una trampa. Dejar que las personas expresaran sus formas burguesas de pensar para que se pudiera identificar a aquellos que fueron el problema y arrestarlos. Entiendo que era una realidad compleja — que las fuerzas que se oponían a la dirección de Mao aprovecharon las dificultades tras el Gran Salto Adelante para ganar la iniciativa y revertir mucho de lo que él estaba tratando de hacer. Y es posible que esas fuerzas sí utilizaran la campaña que Mao había iniciado—la de las Cien Flores—para un propósito que no fuera lo que pretendió él. Y que en los hechos arrestaron a algunos de los que habían alzado la voz durante las cien flores.

Dejando de lado estas complejidades por un momento, parece que Mao, aunque entendía más el papel de la intelectualidad, aplicó el enfoque de dirigir un proceso controlado. Un proceso en que lo que se hacía no era suprimir a las personas debido a sus ideas impopulares e integrar a las masas en el proceso de dirigir la nueva sociedad, pero en que todo eso fuera guiado en la dirección deseada en que la autoridad revolucionaria creyera que fuera necesario llevar las cosas. Como que "todos marcharan al compás" hacia la deseada meta comunista.

Eso es algo distinto al núcleo sólido con mucha elasticidad, de crear un ambiente que alienta la diversidad, cuestionamiento, participación y disentimiento, incluso de parte de los que se oponen a los objetivos de la revolución. También es distinto a eso de desencadenar y tratar de dirigir un proceso que repetidas veces te arrastra al borde de ser descuartizado. No se trata de que si te metieras la pata, podrías terminar arrastrado hasta ese borde, sino de que si haces las cosas bien, eso ocurrirá repetidamente.

¿Por qué tenemos que asumir este enfoque? Estamos tratando de crear un mundo comunista sin clases. ¿Por qué se requiere la participación de las personas que se oponen a esa meta? No solo no saben cómo alcanzar esa meta, sino no quieren que sea alcanzada. ¿Por qué darles la oportunidad de expresar su opinión?

Eso me hace recordar otra conversación con una persona que trabajaba con el partido y que estaba forcejeando con la nueva síntesis de Avakian — uno de los padres de las víctimas del asesinato policial que ha sido un luchador incondicional en ese movimiento y que ha apoyado algunas de las cosas que los revolucionarios han hecho que no tenían relación directa con la lucha contra la brutalidad policial. (Esto tiene más de un aspecto. Algunas de esas iniciativas que apoyó fueron guiadas en general por un enfoque revisionista. Pero él vio la charla Revolución en DVD, además. Y le gustaron mucho las charlas de Bob Avakian sobre la religión y la democracia.) Al oírnos hablar sobre por qué sería importante crear un ambiente de cuestionamiento y disentimiento, incluso de parte de las personas que no apoyan los objetivos de la revolución, dijo: "Ustedes pueden tratar con esa gente. No creo que voy a querer escuchar a esa gente que no estaba con nosotros cuando hicimos la revolución".

Hay mucha gente que piensa así. Y cuando salga a la palestra la cuestión de la revolución, cuando ya no sea “lo más lejos de la mente de la gente” como lo es para la mayoría hoy día, habrá muchísimos otros que pensarán así. Y tendremos que conectarnos con ellos, desatarlos y dirigirlos a hacer la revolución en un país come este. Eso quiere decir que tendremos que ganar a grandes números de personas a ver la razón por la cual sí tenemos que estar dispuestos a escuchar a las personas que no están con los objetivos de la revolución, y alentarlas a decirnos lo que opinan sobre las cosas, incluso lo que opinan sobre lo que está haciendo la autoridad revolucionaria y lo que no.

De nuevo sobre por qué tenemos que asumir este enfoque — se trata de la importancia de entender profundamente la realidad y cómo es de hecho y cómo se desarrolla a fin de transformarla en la dirección deseada. Es importante que nuestro objetivo sea poner fin a la explotación y opresión de una vez para siempre, pero tener unas buenas intenciones no garantiza que no perdamos el rumbo al tratar de alcanzar esa meta. Tenemos que conocer lo más que posiblemente podamos con qué estamos tratando y sobre la marcha tenemos que tener la capacidad de corroborar ese entendimiento de la realidad a menudo desde ángulos diferentes a fin de mantener el rumbo. Nuestro enfoque debería darnos más capacidad para entender la realidad como es en los hechos, pero incluso aplicar ese enfoque correctamente no será suficiente. Será necesario que todas las fuerzas en la sociedad que podemos desatar también estén investigando la realidad y planteando lo que están descubriendo y al analizar lo que es correcto e incorrecto en el entendimiento de la realidad de nosotros y de los demás, podremos llegar a entender la realidad lo más profundamente que podamos.

Existirán fuerzas que intentarán pescar en este río revuelto: los reaccionarios que querrán aprovechar el caos que este enfoque necesariamente desatará van engendrar fuerzas cuyo objetivo será derrocar la autoridad revolucionaria. Repito, no se trata de que si nos metiéramos la pata, eso pudiera ocurrir, pero al parecer esto va a ser parte del proceso. Tales fuerzas no cederán el terreno a la autoridad revolucionaria para ver qué tan bien ésta haga las cosas, y estarán al tanto de las oportunidades que les ofrezca nuestro enfoque. La autoridad revolucionaria tendrá que trabajar para impedir que tales fuerzas alcancen su objetivo de hacer que la sociedad vuelva al capitalismo, pero sin apagar la elasticidad en la cual tales fuerzas estarán tratando de pescar. Porque sin esa elasticidad, no podremos desencadenar el proceso de modo que el proceso de dominio revolucionario se mantenga en el camino de la revolución.

Al analizar esto, al comienzo pensaba en cosas como la investigación científica y la expresión política, pero eso también se aplica al terreno de la cultura, considerada en un sentido amplio. Fíjese que después de una revolución en un país como este, es probable que no sería posible de inmediato poner a la disposición de la sociedad un sistema de televisión con cientos de canales como lo que tenemos hoy en esta sociedad. Pero si resulta que después de la revolución la gente tiene que dejar su acceso a una amplia variedad de expresiones culturales, muchas personas van a empezar a decirnos que la situación fue mejor antes de la revolución.

No conozco todos los términos correctos para esto, pero vamos a necesitar la capacidad de tener expresiones culturales al nivel de las bellas artes — pintura, escultura, películas, música y otras clases de representaciones, así como expresiones culturales de nivel popular en diversas esferas. Una parte de esto será la de ir eliminando las barreras que impiden que amplios sectores de la población participen en estas esferas, pero esto no puede reducirse simplemente a eso. Soy suscriptor de una lista radical del internet y alguien puso allí un correo al estilo de un monólogo interior que, entre otros temas, despotricó contra el hecho de que los revolucionarios rusos financiaron el ballet Bolshoi después de tomar el poder. Después de todo, ¿no fue el ballet simplemente algo para aquellos que tienen más dinero? Algo que no les importa un comino a las masas.

He aquí a alguien que se dice una especie de revolucionario que explícitamente llama a apagar las luces si se diera una revolución en un país como este. Nosotros no vamos a hacer eso, pero tendremos que ver que no terminemos por apagar las luces en nombre de centrarnos la atención y los recursos de la sociedad en satisfacer las necesidades de las masas y en llevar a cabo la reconstrucción que será necesaria. Y ver que no manejemos mal eso de mantener la lealtad de la intelectualidad y/o la lucha de clases de maneras que podrían terminar por afectar nuestra capacidad de mantener las luces encendidas. Porque no es cierto que los revolucionarios podrán alentar todas las expresiones culturales que harán falta en la nueva sociedad. No simplemente se trata de impedir que la gente llegue a estar descontenta con la nueva sociedad sino de hacer que la nueva sociedad sea una en que se estén transformando continuamente las relaciones entre las personas y entre las personas y el estado en la dirección del comunismo.

Será necesario desarrollar expresiones culturales sobre la base de principios comunistas que están afectando la opinión pública en la sociedad. Pero también será necesario tener otras expresiones culturales que contienden con ellas en la sociedad y otras personas que crean cosas que cuestionan lo que están produciendo los revolucionarios y con las cuales las amplias masas están interactuando. Será necesario tener algunas obras modelo pero si éstas son lo único a que tienen acceso las masas, pues éstas dirán, como dije arriba, “la situación fue mejor antes de la revolución”.

Cuando la gente considera en serio lo que esto implica, algo que hemos oído es que, tal vez ustedes quieran manejar las cosas así, pero a la hora de la verdad ustedes van a hacer uso de lo que tienen bajo control. Es decir, desatar los organismos del estado para asegurar que las cosas no se salgan de control y además quizás desatar a esas masas que apoyan la revolución a coaccionar a aquellos que se están desviando en una dirección equivocada (especialmente entre la intelectualidad) para que vuelvan a conformarse.

Será necesario hacer algo de eso en ciertos momentos. Después de todo, una parte de la síntesis que Avakian ha desarrollado incluye la amplia participación de las masas en la administración de la nueva sociedad y abordar las cosas de una manera que apunte conscientemente a eliminar la necesidad de tener una estructura estatal que dirige la sociedad por encima de la misma. Sin desencadenar a las masas revolucionarias, no se puede actuar para llevar a cabo esas partes de la síntesis que Avakian ha estado desarrollando. Pero el propósito de hacer esto no puede ser eso de mantener a todo el mundo marchando en fila en la misma dirección. Y habrá momentos clave cuando la autoridad revolucionaria tendrá que desistir de desencadenar a las masas revolucionarias precisamente porque en caso de desencadenarlas, eso apagaría el proceso o los procesos que están yendo en algunas direcciones que no corresponden directamente a lo que la autoridad revolucionaria tiene en mente o que no contribuyen directa o inmediatamente a los objetivos que son las prioridades más altas de esa autoridad.

Será complejo manejar todo eso. Vivimos en una sociedad rica como Estados Unidos donde el sentimiento anti-intelectual está muy generalizado. Piensa en qué tan intenso podría ser tal sentimiento en una sociedad pobre en otras partes del mundo. Donde la gente ha vivido al borde de la supervivencia, ésta tendría muchos motivos para unirse a la causa de la revolución, pero también motivos para intensos sentimientos de venganza contra los que habían llevado una vida más acomodada en esas sociedades. Podría haber una contienda aguda sobre eso de prestar atención a ganar y mantener la lealtad de los intelectuales en el curso de prepararse para la revolución en semejantes sociedades y de llevar a cabo la transformación socialista en esas sociedades. Y también habrá una contienda aguda sobre tal atención en una sociedad como ésta, debido en parte al mundo de diferencia entre el intelectual y el tendero, y el impacto que las tendencias anti-intelectuales, populistas han tenido históricamente sobre sectores de la población en este país. Además, debido al sentido de venganza que será parte de lo que surge cuando la idea de la revolución esté de nuevo en el mapa en la sociedad y que de hecho ya se manifiesta con algunas de las masas que la revolución ya ha atraído.

Esto me devuelve a la frase malentendida que mencioné al principio. Lo que nos da la posibilidad de impedir que las luces se apaguen en el proyecto comunista es la nueva concepción del comunismo de Bob Avakian y cómo llevarla a cabo. Sin esa concepción y la revolución cultural que él ha dirigido en nuestro Partido, esta vanguardia habría seguido su rumbo al pantano revisionista y con ello se habría ido el potencial de que la revolución de nuevo llegue a ser un polo de atracción para las masas en este país. Y el potencial de un comunismo revolucionario que ha identificado los problemas clave que la experiencia anterior de los revolucionarios en el poder tuvo que tratar a fin de volverse un polo de atracción entre los comunistas, y las masas que anhelan una salida del infierno infligido en el planeta entero por el imperialismo.

Al mismo tiempo, esta síntesis es lo que nos da el potencial de crear una sociedad en que las luces no se apagan una vez que estén en el poder los revolucionarios en una sociedad como esta, o en cualquier tipo de sociedad. Una sociedad en que la gente no solo pueda participar en el cuestionamiento y el disentimiento, sino que cuente con aliento para hacerlo. Una sociedad en que, a partir de haber creado un núcleo sólido sobre la base de la revolución y el comunismo, se desencadene una elasticidad en que las personas estén yendo en diversas direcciones, chequeando una variedad de campos diferentes y desarrollando una variedad de expresiones. Para impedir que las luces se apaguen en esos dos sentidos, es necesario esgrimir la síntesis que Avakian está desarrollando.

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Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es
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