Un preso responde al Llamamiento a Dar Testimonio:
"La pesadilla continúa..."
14 de abril de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us
El 3 de febrero de 2013 en Revolución, Carl Dix, un representante del Partido Comunista Revolucionario quien estuvo preso en el ejército por rechazar órdenes de ir a Vietnam; Clyde Young, un revolucionario comunista quien estuvo preso en su juventud; y Gregory Koger, un revolucionario comunista quien estuvo preso cuando era joven y pasó muchos años en aislamiento, lanzaron "Un llamamiento a los compañeros y compañeras encerrados en las prisiones de esta sociedad:¡A dar testimonio acerca de la tortura en las prisiones estadounidenses y de todos los abusos de parte de las fuerzas del orden público!" El Fondo de Literatura Revolucionaria para Presas y Presos recibió la siguiente respuesta de un preso:
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12 de febrero de 2013
Al Proyecto A Dar Testimonio:
Tortura. Privación sensorial. Despersonalización. Almacenamiento en frío. Éstas son las terminologías que describen adecuadamente lo que ha sido mi estado de existencia durante los últimos seis años y por casi 10 años en total — siendo el último el título de un informe por parte de Human Rights Watch (La Observación de Derechos Humanos) en 1997, llamado El almacenamiento en frío: El confinamiento de super máxima seguridad en Indiana. Si hay algo en mis revelaciones en esta carta que parezca un poco inverosímil y exagerado, puedo comprender el escepticismo pero Ud. debe comprender que he vivido una existencia inverosímil y exagerada por largo tiempo ahora y sigue la pesadilla. Antes de que hubiera una Bahía de Guantánamo o un Abu Ghraib, había un MCC [Centro Correccional Metropolitano] y una SHU [Unidad de Vivienda de Seguridad] en Indiana y en otros estados regados por los Estados Unidos, aquí mismo.
La profesora Colin Dayan escribió un libro titulado La ley es un perro blanco, lo que trata la conexión entre las practicas penológicas internas en los Estados Unidos, la política exterior y las prácticas de Estados Unidos en los "centros de detención" en el extranjero y la justificación siempre en expansión para esta forma de tortura en los precedentes de casos civiles en Estados Unidos. En el Prefacio de su libro, ella escribe:
Una gran parte de este libro posee una resonancia contemporánea — obviamente Guantánamo y los sitios de cárceles secretos en este país y alrededor del mundo, donde el país nuestro ha hecho a otros cómplices en la carencia de derechos y la deliberada desconsideración de las leyes de las naciones y de las obligaciones internacionales que este país, como otros, se ha asumido a sí mismo. Se trata de un libro político, entonces, pero no es un folleto de asuntos políticos. Lo que he tratado de hacer es mostrar que la vergüenza que es Guantánamo tiene una historia en nuestra nación y en su tratamiento de su gente propia. (p. xiv).
La experiencia mía con una estadía en las instalaciones de super máxima seguridad tiene su origen allá en el año 2000. Había estado yo encarcelado por un poco más de un año. Para darles una idea de los antecedentes de este cárcel en particular y el tipo de circunstancias que me orillaron a ser uno de los rebeldes "esclavos de campo" a lo largo de mi entera estadía y pasar años en confinamiento solitario, tengo que explicar lo que sucedió ANTES de que fuera sentenciado en forma administrativa a esta Bahía de Guantánamo nacional por un período indefinido.
En los primeros dos meses de haber estado en este sitio, cuando vine primero a esta cárcel en el 99, un grupo de oficiales correccionales, un lugarteniente y un gerente de trabajo social habían golpeado brutalmente y asesinado a un preso que tuvo una enfermedad mental el 27 de mayo de 1999, y se salieron con la suya. Hasta la oficina del gobernador tuvo complicidad en este encubrimiento. Según el reporte oficial, alegaban que este 'mano se murió por haberse "atragantado en su propio vómito". Todos los presos que estaban en esa unidad de segregación declararon unánimemente lo que realmente había sucedido. Un tipo estaba tan insistente de quedarse con su declaración que lo colocaron en la SHU (el centro de super máxima seguridad) por un año por haber dado un "reporte falso". Semejante a Guantánamo y Abu Ghraib, las unidades de super máxima seguridad no se usan muy a menudo para retener "lo peor de lo peor", sino para quebrantar la resistencia de la persona en una forma u otra.
Pero lo que a mí más me ha enojado sobre aquella situación no solo fue que el hermano murió sin ninguna razón, sino la transparencia de cómo lo encubrieron deliberadamente, hasta la capital al sur del estado. En mi caso, me sentenciaron a casi 40 años por un robo pero yo no había matado a NADIE, pero en mis primeros dos meses de encarcelación, unos individuos quienes habían ofrecido un juramento al mismo estado —el que me había sentenciado a décadas en la cárcel— habían ASESINADO a alguien y no pasaron ni un día en la cárcel. ¡Ni un solo día! En vez de eso, se les facilitó la libertad de seguir dándonos órdenes, reportándonos en un resumen por haber cometido violaciones pequeñas de las reglas de la cárcel y manteniendo su dominación y "autoridad" encima de nosotros. Desde mi punto de vista, yo tendría que señalar el incidente ese que más deslegitima su "autoridad" sobre mí, especialmente una vez que me diera cuenta de que el incidente de verdad no era una aberración por su parte. Aquella era la regla no escrita, lo normal.
Como ya he dicho, considerando los antecedentes aquellos, empecé mi tiempo de super máxima seguridad en 2000. La mayor parte de la ocasiones cuando me mandaban a la SHU, se debió a mi resistencia contra el régimen de la cárcel en una forma u otra. Uno de los casos de asalto de que me acusaron fue contra un guardia a fin de sacar a la luz el incidente del asesinato de aquel hermano allá en 1999 cuando llegué aquí por primera vez. Se me ocurrió entonces que la única manera de poner en el banco de los acusados al sitio este sería hacerlo en el marco de un juzgado criminal. Aunque yo gané el caso ese en particular en una apelación sobre una base técnica, por ello he pasado muchos años en la SHU. Algo que temen todos los regímenes carcelarios son aquellos que no temen de dar testimonio sobre sus crímenes y se niegan a renunciar a su humanidad, incluso bajo condiciones inhumanas. Hoy en día la mayoría de las personas quienes pertenecen a la categoría esa terminan por pasar años hasta décadas en este tipo de unidades.
En casi toda la década que pasaba yo en la SHU (conocido ahora como SCU [Unidad de Confinamiento Especial]), he experimentado y visto mucho. No solo he experimentado sus efectos sobre mi propia persona, sino he visto vez tras vez su efecto sobre otros en múltiples maneras. Es imposible enumerar todas las técnicas y prácticas en una sola carta que han empleado para tratar a quebrantar la voluntad de resistir de una persona, pero indicaré unos pocos para que el lector tenga una idea de cómo son estos tipos de unidades.
Normalmente se emplean los allanamientos de celda para encontrar "contrabando" prohibido, pero muchas veces se usan como una forma de intimidación en estas unidades con más frecuencia que se usan en la población general. He vuelto a mi celda muchas veces después de que un allanamiento, con todo —mis cartas personales, fotos, documentos legales, periódicos, libros, etc.— amontonados en lo que fácilmente se pudiera considerar erróneamente como un montón de basura en un vertedero, y flotaban la manopla y la toalla en el excusado. En este allanamiento en particular que se me ocurre, ellos no buscaban nada en particular en absoluto, solo quisieron destrozar la celda y restregármelo en la cara meramente porque tenían el poder de hacerlo. (No puedo ni comenzar a describir el grado de odio y amargura que ocasiona eso en una persona.) Además, sé que usan la amenaza de tales allanamientos para impedir que otros salgan de las celdas para tomarse una ducha o su una hora de recreación solitaria. Ellos ocasionalmente hacen eso para disminuir su trabajo por el día ese, ya que muchos de los encarcelados se negarán a tomar su recreación y duchas por miedo de ver que ellos les arruinen las celdas y por lo tanto tener que pasar una hora sin sentido para volver a poner sus cosas en orden. Para repetir, las cosas así fomentan un odio intenso en una persona en contra de ellos cada vez que ésta experimenta algo así porque se ve como un ataque indirecto contra su humanidad, su individualidad y su dignidad como una persona.
Otras tácticas de intimidación que he experimentado son el uso de luces brillantes en las celdas. Muchas veces arbitrariamente mantienen las luces brillantes prendidas por casi 16 horas por día, y luego varios meses más tarde suspenden la práctica, antes de hacerlo de nuevo arbitrariamente un año más tarde — aseverando que lo hacen solo para "la seguridad y vigilancia" de la cárcel. ¿Si de verdad fuese cierto eso, ¿por qué no es así los 24/7? ¿Cómo se trata de "la seguridad y vigilancia" las 16 horas por día y no una preocupación PRIMARIA durante las otras 8 horas o algo así en el mismo período de 24 horas? Nada de eso… Se trata del control, la intimidación y la privación sensorial. Por simple que sea un cambio así, representa una forma de privación sensorial que puede alterar completamente sus patrones de sueño y estado de ánimo. Se trata de otra forma de modificación de conducta que se emplea para inducir un sentido de impotencia. Y en muchos casos desafortunadamente es efectivo.
Como ya he dicho, he experimentado algunos de estos efectos a veces pero también he visto cómo se ha afectado a otras personas en muchas formas distintas. Conozco a varios tipos con el paso de los años —blancos así como negros— que se suicidan porque ya no pudieron soportar la privación sensorial, la tortura y la despersonalización de la SHU. He conocido a otros que se cortan a sí mismos y prenden fuego a sus colchones, y no para matarse sino simplemente para obtener un traslado a una unidad de psiquiatría para que pudieran escaparse de este sitio, Personalmente conozco a un tipo que se cercenó uno de los testículos y se le dio a un guardia para que simplemente se fuera al hospital por unas cuantas horas. Él era uno de los casos más extremos y nunca lo debieron haberse colocado en la SHU en primer lugar por una variedad de razones, pero en ese entonces más de la mitad de los tipos que vivían en la SHU tenían enfermedades mentales. Afortunadamente para ellos y para nosotros, ya no pueden alojar a los presos con enfermedades mentales en ninguna de las unidades de super máxima seguridad en Indiana. Pero en ese entonces, sí lo pudieron hacer y estoy seguro que lo hacen todavía en muchos otros estados.
Aquello en sí le agrega una dinámica degenerativa a tal ambiente. Me acuerdo de cuando solían almacenar a los presos con enfermedades mentales en la SHU, los guardias así como los presos aprovechaban de aquellos tipos en toda clase de modos distintos. En cuanto a los guardias, algunos de éstos los convertían en su "asesino a sueldo" personal al darles armas adicionales para "balear" a un preso que no les gustaba. En la terminología de la cárcel, cuando quiera que "baleen" a alguien, eso quiere decir que alguien le había rociado con una botella de orina o de excremento en forma de liquido o una combinación de las dos cosas). Para alguien que ha experimentado que lo "baleen", eso probablemente sea la experiencia más humillante que uno pudiera experimentar en toda la vida. Después de que se termina, nunca jamás quieres volver a ser una victima. Eso hasta puede hacer aflorar las peores características personales de la víctima.
En ese entonces, también me acuerdo que muchos de los guardias correccionales solían divertirse al agredir a un preso en grupos de 5 ó 6 guardias y darle una sonora paliza. Dado que nos mantienen las 23 horas al día a todos nosotros en una celda diseñada para una sola persona, las probabilidades siempre estaban en nuestra contra cuando quiera encontraran alguna justificación para entrar en la celda y apalearnos. Y en los años 1990 y comienzos de los 2000, las extracciones de celda eran una parte cotidiana de cada semana. Usaban la menor justificación para llevar a cabo estas extracciones y apalearnos. En caso de que le entregaran a alguien dos pedazos de pan menos de lo que debieron entregar, y el preso se negó a devolver su bandeja en protesta, ellos entrarían en su celda, equipados, sacarían la bandeja de la celda y le darían una paliza en el proceso. Para muchos de ellos eso no solo era un "deporte" sino también un modo "autorizado" de represalia contra nosotros por cualquier razón sin tener que preocuparse de cualquier repercusión. En ese entonces, me acuerdo que había un número de muertes y muchos sujetos con lesiones severas en muchas de aquellas extracciones. Unos pocos de esos carceleros fueron despedidos, pero la mayor parte del tiempo encubren esas situaciones como aquella cuando llegué por primera vez a la cárcel.
Aunque ha habido algunas "reformas" que se habían hecho a través de los años en las unidades de super máxima seguridad de Indiana, la reforma no lidia con lo que yo creo que es el componente más debilitante de estos tipos de instituciones: el lado psicológico de la ecuación. En los casos de la Corte Suprema federal, como Wilson v Seiter 501 U.S. 294 (1991) y Beard v Banks 548 U.S. 521 (2006), esta Corte excluye totalmente el componente psicológico subjetivo de la salud mental del preso, lo que así resulta en su despersonalización. En vez de considerar su salud mental con relación a la severidad de las condiciones, la corte solo considera la intención de los carceleros. La profesora Colin Dayan ha indicado la absurdidad de aquel método, al escribir que:
En este espectáculo de deferencia a las autoridades de la cárcel, la Corte busca el fondo y las razones después del hecho. La evidencia reside en el lugar más oscuro y no comprobable: el pensamiento privado de los carceleros. Si se estima que la severidad objetiva de las condiciones sea inconstitucional solamente cuando esté presente la intención subjetiva de aquellos quienes tienen el control, las violaciones de la VIII Enmienda son totalmente imposibles de comprobar en la práctica. (p. 194)
He conocido a un montón de tipos, que han pasado por esta experiencia y ahora están "locos" o tan desconectados en lo social y ajenos a lo que estaban anteriormente, que sus perfiles de "ANTES" y de "DESPUÉS" se quedan en agudo contraste entre sí. Ni los hubiera reconocido si los hubiera conocido "ANTES". He experimentado esto personalmente.
Hace pocos años un gran amigo mío se terminó en la SHU. Lo colocaron en estatus indefinido en la celda de al lado. He conocido a este 'mano varios años y yo siempre lo había considerado como un hombre fuerte y sólido. Después de haber pasado varios años en esta unidad y de haber sido trasladado varias veces, la última vez que lo vi en el mismo pabellón, me fue inmediatamente claro que no era el mismo tipo que conocía durante los años atrás. Tenía una mirada de estar lejos y desconectado. Luego él lo confirmó, cuando me envió una cometa (carta) que me decía que su mente le había estado haciendo bromas. Me dijo, aunque sabía que lo que estaba viendo no estuvo tomando lugar, que frecuentemente observaba que una manada de arañas invadía a su celda por debajo de las puertas de la celda. Creo que alrededor del segundo o tercer día que temprano por la mañana oí lo que sonaba como un televisor en el acto de estrellarse contra el piso. Al salir de mi celda para ver qué onda, descubrí que él había estrellado el televisor en el piso, y saltó sobre la cama con excremento embarrado sobre un lado de la cara. Un guardia me dijo más tarde que cuando llegaron a su celda, él estuvo mirando al techo y no respondía a nadie.
Antes de que lo habían trasladado de la SHU, se quedó conmigo en el pabellón lo suficiente tiempo como para que nos intercambiáramos unas cometas. Al comienzo, francamente creía que él estaba ansioso para salir de la SHU y estaba dispuesto a jugar el "papel psiquiátrico", pero me di cuenta después de leer sus cometas que este tipo realmente tenía problemas psicológicos muy serios. En verdad, derramé unas lágrimas aquella noche después del incidente porque he conocido a otros quienes eran víctimas de la SHU, pero nunca esperé que eso le sucediera a uno de mis propios tipos. El hecho de que a él solo le quedaba unos cuantos años más de prisión, y que ya había pasado 10 años ahí, me consternó el que tal vez resultara dañado por el resto de su vida. Digo eso porque oigo que todavía ve cosas que invaden a su celda.
Por loco que sea todo eso aún hoy, muchos psicólogos han atestiguado que estos centros de super máxima seguridad también causan el deterioro de la salud mental. La profesora Dayan ha dedicado una parte de su libro al fenómeno este, recalcando este mismo hecho; escribe:
Después de años de analizar los efectos de confinamiento en la super máxima seguridad sobre la salud mental, el psiquiatra de Harvard Stuart Grassian definió el ambiente como "impresionantemente tóxico". Lo que él llamó "un síndrome psiquiátrico específico" causado por el confinamiento solitario incluye tales síntomas como las alucinaciones, la paranoia y los delirios. Los reclusos tienen dificultades en quedarse alertos, pensar, concentrar y recordar debido a la privación sensorial prolongada. Durante un episodio en la transmisión del noticiero 60 Minutos sobre la prisión estatal"Pelican Bay" de California del 15 de enero de 1995, Grassian se quejó: "De algunas maneras, a mí me parece el ridículo que tenemos estos debates acerca de la pena capital cuando lo que sucede en la Unidad de Manejo Especial de Pelican Bay es una forma de castigo que es mucho más atroz". (p. 85)
No existe espacio suficiente para poder darle una idea global de una experiencia como ésta al público en una carta, pero sentí la necesidad de escribir tanto como he hecho porque ya sé qué tan perjudiciales que sean estos lugares. Ni hice comentario sobre mis propias luchas psicológicas en aguantar esto, pero sinceramente creo que cualquiera quien haya pasado tiempo en este tipo de unidades, especialmente durante años, han resultado cicatrizado de muchas maneras. No solo es necesario abolir los lugares como estos y construir un movimiento para llevar a cabo esta tarea, sino que todos los 'manos y las 'manas que logren salir de los lugares como estos necesitan el tipo de apoyo social que les ayude a enfrentar a los problemas sociales y psicológicos cuyo origen está en estas instituciones. Estoy seguro de que algunos saldrán con el trastorno de estrés postraumático y otros padecimientos lo que hará que les sea difícil socializarse y conectarse con otros por un tiempo — no todos, pero sí algunos. El público tiene que estar consciente de esto.
Por último, creo que nunca debemos perder la vista que también usan estas unidades en el contexto del fenómeno del nuevo Jim Crow de la encarcelación en masa. Como muchos de nosotros ya sabemos, el nuevo Jim Crow se inició para poder evitar que ningún otro movimiento de liberación negra surja como ocurrió en los años 1960 y 1970 y llegue a representar una amenaza revolucionaria al statu quo. Para obtener el objetivo ese, tuvieron que criminalizar, estigmatizar y neutralizar a la población negra masculina. Una vez que dicho sector demográfico particular resultara atrapado por la "guerra contra la droga", la etiquetación racial y la epidemia de la cocaína crack, el segmento más rebelde y radical de la creciente población se encontraron más tarde totalmente neutralizados en las unidades de encierro de super máxima seguridad regadas por el país. En efecto, el axioma militar de Sun Tzu sobre lo que constituye la cumbre de la excelencia en la guerra se había adoptado a una forma civil. Como Sun Tzu había dicho en El arte de la guerra:
"Porque obtener cien victorias en cien batallas no es el colmo de la habilidad. Someter al enemigo sin combatir es el colmo de la habilidad". (Sun Tzu, El arte de la guerra, p. 3)
¿Qué mejor manera de impedir que una situación revolucionaria eche raíces y madure que neutralizar a ese sector de la población que más probabilidades tenga de verse atraído por dicha situación, en unas unidades cuyo propósito es de quebrar indefinidamente la voluntad de resistir en el individuo antes de que se politicen y busquen la revolución en primer lugar? ¿Cuántos individuos que hoy están en estas unidades son negros y latinos? En los años 1960 y 1970, muchos de estos mismos tipos hubieran sido los líderes de los Panteras Negras, los Young Lords y diverso grupos y partidos combativos de esa época. Hace unos años, la prisión donde me encuentro dejó de permitir que recibiéramos todo material sobre los Panteras, alegando que tal material representaba una "amenaza a la seguridad de la prisión". ¡Vaya, qué argumento!
Yo sostendría que las instalaciones de encierro de super máxima seguridad por el país constituyen "la Solución Final" (una expresión nazi) de ese genocidio lento del cual habla Carl Dix en relación al nuevo Jim Crow de la encarcelación en masa. Se trata de una población siempre en expansión de individuos como yo quienes encarnan todo lo que representa Lo Básico 1:13, quienes se encuentran hoy en estas unidades.
Para terminar, me gustaría felicitar a aquellas personas en California y en otros estados quienes han llevado a cabo estas varias huelgas de hambre en resistencia a este tipo de condiciones. Es necesario que este tipo de resistencia no sólo se extienda a los centros de super máxima seguridad en otros estados sino es necesario que lleguen a verse colectivamente como constitutivos de este movimiento más grande contra el Nuevo Jim Crow de la encarcelación en masa, porque si bien los dos tienen sus contradicciones particulares propias, al mismo tiempo están interconectados; en la práctica se refuerzan mutuamente. Además, quisiera elogiar a Carl Dix, Clyde Young, Gregory Koger y al PCR por haber trazado esta conexión y por haber edificado un movimiento para una vez para siempre poner fin al Nuevo Jim Crow de la encarcelación en masa y de estas mazmorras de tortura. Tomo partido firmemente en solidaridad con ustedes y además, seguiré haciendo todo lo que esté a mi alcance para continuar Luchando contra el poder, y transformando al pueblo, para la revolución. De verdad, tal es la única alternativa que tenemos.
La Lucha Continúa.
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