Carta de un lector:

Trump no está “atendiendo” a los supremacistas blancos ... Él los está liderando

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Un rasgo legítimamente aterrador de los últimos meses son las acciones cada vez más frecuentes y beligerantes de supremacistas blancos armados y otros fascistas que asaltan las capitales de los estados, aterrorizan a una familia multirracial en un viaje de campismo, atropellan a manifestantes con sus coches o los balean1 (a menudo con la ayuda o protección de policías y otros agentes del orden).

Trump defiende y alaba todo esto. Cuando los nazis de Charlottesville atacaron a los manifestantes antirracistas, y mataron a uno de ellos en 2017, Trump dijo que había “gente muy buena en ambos lados”. Cuando un convoy de camionetas de fascistas invadió a Portland en agosto, y disparaba pistolas de pintura y spray de pimienta a los manifestantes del movimiento La vida de los negros importa (BLM), Trump tuiteó “¡GRANDES PATRIOTAS”. Después de que en Kenosha, Wisconsin, un pistolero que apoyaba a Trump matara a dos manifestantes e hiriera gravemente a uno —manifestantes blancos que protestaba en contra del racismo y el asesinato por policías contra los negros—, Trump mintió que el pistolero fue “atacado muy violentamente” y actuó en “defensa propia”.

Sin embargo, con demasiada frecuencia vemos titulares como éste de la CNN: “Trump se niega a denunciar las acciones violentas de los agitadores de derecha”. O declaraciones como esta de Joe Biden, que dice que Trump “se negó a reprender la violencia... Está demasiado débil, demasiado asustado por el odio que ha despertado para ponerle fin”. (Todo énfasis añadido.) Como si Trump fuera sólo un espectador que no sabe cómo detener a los golpeadores supremacistas blancos o carece de valor para detenerlos. Se nos dice que Trump está “atendiendo a su base” y “teme ofender a los potenciales votantes”.

¡Esto es OBSCENO! En primer lugar, Trump no critica a los supremacistas blancos porque él ES uno de ellos un racista genocida, con un historial de casi 50 años para probarlo.

Pero más fundamentalmente, Trump no los critica porque él los está LIDERANDO — ellos son un componente clave de su impulso para amarrar una sociedad totalmente fascista2 .

Cuando Trump quiso “abrir” el país a pesar de la mortal epidemia de la Covid, escribió en Twitter “LIBEREN A MICHIGAN” — pronto se organizaron protestas encabezadas por hombres fuertemente armados en las capitales de los estados de todo el país, obligando como estampida a la mayoría de los estados a abandonar las medidas de salud pública, como mandatos sobre el uso de máscaras faciales y el cierre de negocios. Esto condujo a decenas de miles de muertes innecesarias por la Covid.

Cuando millones de personas en todo el país protestaron contra el asesinato policial de George Floyd, Trump provocó una histeria por la “violencia en las calles”, “ciudades en llamas” e “invasiones antifa”. Al poco tiempo, milicias fascistas se presentaban en masa para amenazar, atacar y a veces matar a los manifestantes, tanto en las ciudades como en las zonas rurales.

Y al aproximarse las elecciones, Trump hace un llamamiento a “su gente” a que impida el “fraude electoral” — un eufemismo fascista que se refiere a intimidar a los negros, los latinos y los indígenas para que no voten. Trump quiere a sus camisas pardas armadas en las calles para suprimir el voto, y si eso no le “gana” la elección, estos golpeadores estarán “pre-posicionados” (junto con los policías y agentes federales del orden) para mantener, con la fuerza, a Trump en el poder de todos modos.

A medida que las cosas se intensifiquen en el período venidero, debemos esperar que cada vez más, Trump tenga que confiar en estas milicias fascistas. Es imperativo que protestas masivas no violentas decididas contrarresten esta situación, que crezcan de semana en semana, que se nieguen a abandonar las calles hasta que este régimen fascista sea sacado del poder.

 


1. Ha habido “500 casos de extremistas de derecha que se han reunido en respuesta a las protestas de La Vida de los Negros Importa desde el asesinato policial de George Floyd a finales de mayo, lo que ha generado 64 casos de agresión simple, 38 asaltos a vehículos y nueve casos de disparos a manifestantes que han provocado tres muertes”. [volver]

2. Heidi Beirich, experta en grupos de odio “antigubernamentales”, dijo que “Trump ha cambiado ese cálculo — las milicias, el mundo antigubernamental más amplio, es esencialmente una formación política pro-Trump”. [Énfasis añadido.] [volver]


Una milicia armada ocupa el Capitolio del estado de Michigan y exige un fin a las órdenes de “quedarse en casa” cuyo propósito es desacelerar la propagación de la Covid-19.

Noche Díaz lee en voz alta en inglés la Primera parte de "Donald Trump — Racista Genocida", escrita por Bob Avakian

 

 

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