Despliegue de cerdos policías federales contra manifestantes y comunidades negras por todo Estados Unidos

DOS “OPERACIONES” — UNA OFENSIVA FASCISTA

| revcom.us

 

De un lector:

En las últimas semanas, el régimen de Trump y Pence ha lanzado dos operaciones cuasimilitares diferentes. Hasta ahora han enviado las fuerzas federales a Portland; Kansas City, Misuri; y Seattle. Albuquerque y Chicago están en la lista; Detroit está en la mira. Y el 23 de julio, Trump dijo: “Iremos a todas las ciudades, a cualquiera de las ciudades”, con 50.000 a 75.000 agentes federales1. [énfasis añadido.]

Estas dos operaciones, “Operación Valor Diligente” y “Operación Legend”, son diferentes en muchos sentidos. Pero cada una es un escandaloso ataque a las masas de personas y a las reglas y normas constitucionales de Estados Unidos. Y si se le permite al régimen salirse con la suya, en conjunto constituyen un gran salto en la consolidación del dominio plenamente fascista: el “ejercicio de la dictadura descarada de la clase burguesa (capitalista-imperialista), gobernando apoyándose en el abierto terror y violencia...”2.

Operación Valor Diligente (ODV)

ODV es un ataque directo al levantamiento de millones de personas en contra de la brutalidad policial y el racismo sistémico tras el asesinato de George Floyd. Comenzó en Portland (y ahora en Seattle). En Portland, a principios de julio, agentes federales no identificados con equipo paramilitar empezaron a agarrar a las personas en las calles y a meterlas en furgonetas sin identificación; rociaron a los manifestantes no armados con gas lacrimógeno y les dispararon con balas de goma, con lo que le fracturaron el cráneo a un hombre.

Además, esto se está haciendo a pesar de que el alcalde y el consejo municipal de Portland y el gobernador y el fiscal general de Oregón no solicitaron estas fuerzas y están exigiendo que se vayan, junto con muchos otros alcaldes. De hecho, el propio alcalde de Portland fue gaseado mientras asistía a una protesta.

La ODV surgió de la Orden Ejecutiva de Trump del 26 de junio, en la que Trump describió las protestas contra el racismo como “un asalto sostenido a la vida y la propiedad de los civiles...” llevado a cabo por “alborotadores, incendiarios y extremistas de izquierda”, algunos de los cuales “se han identificado explícitamente con ideologías —como el marxismo— que llaman a la destrucción del sistema de gobierno de Estados Unidos”. Y estos radicales “...promueven una ideología marginal que califica a Estados Unidos de América de fundamentalmente injusta... [y] atacan descaradamente a la legitimidad de nuestras instituciones y el propio estado de derecho”3. Desde ese entonces, Trump ha justificado la represión a las protestas pretextando que la demanda de “desfinanciar a la policía” (¡que no se ha implementado en ninguna parte!) ha causado un supuesto aumento de los delitos violentos4.

Además de las obvias calumnias y tergiversaciones de las demandas de millones de manifestantes que han sido en su inmensa mayoría víctimas de la violencia policial, hay algo aún más ominoso en juego. Trump está criminalizando a las protestas sobre la base de que son “ideologías marginales”, o critican a las instituciones esenciales de Estados Unidos, es decir, por sus creencias. Esta es una violación flagrante de la Primera Enmienda. Así, el régimen está declarando que puede decretar cuáles formas de disentimiento son permisibles y cuáles serán aplastadas. Y esto está ocurriendo a plena vista.

Y no sólo se está criminalizando a los manifestantes, sino también a los oponentes de Trump en la clase dominante. La Orden Ejecutiva de Trump afirma que los líderes locales y estatales “han perdido la voluntad o el deseo de enfrentarse a los grupos marginales radicales y de defender la verdad fundamental de que Estados Unidos es bueno, su gente es virtuosa y que la justicia prevalece en este país...”. Así pues, aunque estos son los líderes elegidos en sus regiones, y aunque la Constitución de los Estados Unidos delega la responsabilidad de la vigilancia policial en los gobiernos locales, Trump (con el pretexto de que la propiedad federal ha sido dañada) está sustituyendo la autoridad de estos líderes por su propia autoridad. Y más que eso, ha comenzado a calificar públicamente a los demócratas de la “extrema izquierda radical” que son responsables de los “crímenes” que alega que están cometiendo los manifestantes.

Esto lleva a otros dos puntos cruciales:

Primero, las fuerzas paramilitares en ambas operaciones están directamente bajo el mando del régimen. Como revcom.us señaló la semana pasada: “El régimen de Trump y Pence ha enfrentado cierta oposición por parte de las fuerzas armadas de Estados Unidos debido a varias maniobras relacionadas con la aplicación de la represión interna, la ley y el orden”. Por lo tanto, estas operaciones se están apoyando en fuerzas bajo el mando directo de Trump y de importantes elementos leales como Chad Wolf, del Departamento de Seguridad Interior, y el procurador general Bill Barr. Y la ODV en particular, aparentemente, proviene principalmente de agentes de la Patrulla Fronteriza y del ICE, dependencias entrenadas para ver a las personas que vigilan (es decir, los inmigrantes) como menos que humanos y sin derechos. Son tristemente célebres golpeadores y fanáticamente leales a Trump personalmente, y están preparados para hacer lo que el régimen ordene que hagan, sin respetar la ley o la Constitución.

Una fuerza de este tipo, insertada en las ciudades de Estados Unidos y que trabaja en estrecha colaboración con la policía local (que por lo general también son partidarios de Trump) podría darle al régimen un enorme apalancamiento contra la oposición de cualquier sector.

Segundo, este despliegue tiene implicaciones ominosas para las elecciones de noviembre. Trump es el líder de un régimen fascista que no respeta para nada las reglas y normas de la democracia liberal y está emperrado en consolidar el poder. Ha dejado muy en claro que sólo aceptará los resultados de las elecciones si los considera “justos”, y sólo los considerará “justos” si él gana.

Muchas personas señalan que es muy probable que la situación entre el día de las elecciones y el día de la inauguración sea confusa y con mucha contienda. Imaginen el impacto del despliegue de estos paramilitares federales en importantes ciudades en caso de estallidos de lucha de masas en torno a los esfuerzos ilegítimos de Trump para mantenerse en el poder. Imaginen su potencial para asegurar una “transición tranquila”... ¡al fascismo!

Operación Legend (OL)

OL se llama así por LeGend Taliferro, de cuatro años, asesinado en junio en Kansas City, Misuri. Desde 2017, Trump ha amenazado con “enviar a los federales” a Chicago, utilizando el cínico pretexto de la preocupación por la terrible violencia entre los jóvenes negros5. En ese momento afirmó que un policía de Chicago le había dicho: “Conocemos los nombres de todos los maleantes”. Lo único que se necesitaba para “solucionar el problema” a los ojos de Trump era declarar no ha lugar a los políticos “demócratas liberales” que están “refrenando” a la policía, enviar a los federales y arrestar en rastrillajes a todos aquellos que los policías dicen que son “maleantes”.

Eso no ocurrió en ese momento, pero Trump continuó presionando por ello. Ahora con la OL, está amenazando a múltiples ciudades que tienen grandes comunidades negras y/o latinas. El 21 de julio declaró: “No vamos a permitir que Nueva York y Chicago, y Filadelfia y Detroit y Baltimore y toda esas ciudades — Oakland es un desastre. No vamos a dejar que esto ocurra en nuestro país”.

Las características exactas de la Operación LeGend no se han aclarado. Según se informa, involucra a “cientos de agentes federales” del FBI, la ATF (Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos) y la DEA (Agencia Antidrogas). Ya se han enviado doscientos agentes a Kansas City y 200 están planeados para Chicago. Pero teniendo en cuenta la solicitud de Trump de 50.000 a 75.000 agentes, es probable que estos despliegues iniciales simplemente representen meter un pie en la puerta, con más a seguir.

¿Y qué harán estas fuerzas para “poner fin al derramamiento de sangre”? Se le dijo al alcalde de Kansas City que sería “una operación de mucha precisión que busca resolver asesinatos no aclarados, particularmente los asesinatos de jóvenes, en particular los casos difíciles”. Y utiliza recursos, el gobierno federal para hacer cosas como analizar la balística de las armas de fuego, hacer cosas como rastrear armas ilegales a través de los límites estatales”. El procurador general Barr y el secretario interino del Departamento de Seguridad Nacional Wolf también se aferran a esta versión.

Sin embargo, ¡es inverosímil que en medio de la intensa crisis actual, un régimen fascista encabezado por un supremacista blanco que es todo menos abierto esté desplegando cientos, tal vez miles, de agentes federales en importantes ciudades para ayudar a los policías con exceso de trabajo a resolver sus expedientes sin resolver y proteger la vida de los jóvenes negros!

Para los fascistas (y para los imperialistas en general) los jóvenes negros (y otros jóvenes de color) son el “problema” que tiene que ser “resuelto”. Este sistema los ha explotado, robado y oprimido cruelmente durante generaciones, y ahora no les ofrece ningún futuro, consideran que estos jóvenes oprimidos son “peligrosos” e “indeseables”. La brutalidad y asesinato policial, la etiquetación racial y el encarcelamiento en masa han sido el programa de los políticos fascistas así como demócratas durante décadas.

Pero para Trump, incluso los horrores que han ocurrido han sido muy pocos — la policía tiene que dejar de ser “demasiado amable”, los disidentes tienen que ser “sacados en camilla”, y así sucesivamente. Trump admira abiertamente al presidente filipino, Rodrigo Duterte, cuya “solución” a la delincuencia era desatar a la policía y a los justicieros para que mataran a cualquier persona “sospechosa” de consumir drogas. Se estima que en tan sólo seis meses 7.000 personas fueron asesinadas.

Eso no significa necesariamente que el régimen vaya a seguir ese enfoque exacto, pero subraya que los fascistas creen profundamente que la forma de resolver los problemas a los que se enfrenta el sistema es la violencia despiadada de una forma u otra, sin que la Constitución, las leyes, la compasión o los reparos o desacuerdos estratégicos de sus oponentes de la clase dirigente lo impidan.

Así que mientras Trump se embarca en este camino de echar a un lado a los demócratas para poder aplastar a un masivo movimiento de protesta, y para arrestar en rastrillajes a “los maleantes” en las comunidades de los oprimidos, ESO ES EXTREMADAMENTE PELIGROSO, UN MOMENTO DE “ROMPER EL CRISTAL”. RefuseFascism.org (Rechazar el Fascismo) ha dicho desde hace tiempo que hay que detener el fascismo “antes de que sea demasiado tarde”, antes del momento en que cualquier voz o acto de resistencia sea sofocado antes de que pueda cobrar impulso.

¡Estamos peligrosamente cerca de ese momento!

En ese contexto, es sumamente inspirador ver que amplios sectores de la población —enfermer@s, veteranos, “mamás”— se están tomando las calles por miles para defender a los manifestantes en Portland, noche tras noche. Y las protestas de solidaridad han estallado ahora en ciudades de todo Estados Unidos.

Pero que no se subestime la gravedad de la situación o lo que está en juego, y que no haya ilusiones de que sea posible detener el impulso hacia el fascismo sin expulsar del poder al régimen fascista.

 


 

1. “Trump: We could deploy 50,000-75,000 federal agents to cities facing increased violence” [Trump: Podríamos desplegar de 50 a 75 mil agentes federales en las ciudades para hacerle frente a la creciente violencia], Washington Examiner, 24 de julio de 2020. [volver]

2. “El fascismo es cuando la clase burguesa (capitalista-imperialista) ejerza una dictadura abierta, la que gobierna por medio del uso del abierto terror y la violencia, pisotea lo que se supone son derechos civiles y legales, utiliza el poder del estado y moviliza a grupos organizados de golpeadores fanáticos para cometer atrocidades contra las masas populares, particularmente contra los grupos de personas que identifica como ‘enemigos’, ‘indeseables’ o ‘peligros para la sociedad’”. Vea “¿Qué ES el fascismo?” en revcom.us. [volver]

3. Vea “El régimen de Trump aumenta la represión fascista en respuesta al Hermoso Levantamiento”, revcom.us, 15 de julio de 2020. [volver]

4. “En las últimas semanas ha habido un movimiento radical para desfinanciar, desmantelar y disolver nuestro departamento de policía”, dijo Trump el 22 de julio en un acto en la Casa Blanca, echándole la culpa al movimiento por “una impactante explosión de tiroteos, asesinatos y atroces crímenes de violencia”. [volver]

5. Vea otros comentarios en “Todo menos la verdad” de Bob Avakian en revcom.us sobre esta “preocupación” cínica. [volver]

Lea el texto de la película en español.

Vea unos cortos y las preguntas y respuestas de esta película en inglés.

 

 

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