A medida que Estados Unidos acelera sus maniobras bélicas contra Irán... y a medida que Irán intensifica la represión contra su población... ¿Qué es lo que está en juego para la humanidad?

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Introducción: Un pueblo en la mira, un mundo al borde del precipicio

En las últimas semanas, Estados Unidos, junto con su aliado y sicario Israel, ha estado amenazando y atacando a Irán. Hace poco, uno de los más importantes científicos de tecnología nuclear de Irán fue asesinado. Irán acusó a Israel de haberlo asesinado, e Israel no lo ha negado. Anteriormente, los medios de comunicación estadounidenses informaron de que Trump había solicitado a sus comandantes militares y a los encargados de la formulación de políticas estratégicas un plan para bombardear los laboratorios de tecnología nuclear iraníes. Según se informa, los asesores lo convencieron de que no lo hiciera. Trump no negó haber solicitado tales planes, y todavía se habla de que él podría lanzar algún tipo de ataque.

Estados Unidos e Israel dicen que tienen que impedir que Irán obtenga armas nucleares. Sin embargo, el propio Estados Unidos tiene miles de armas nucleares con capacidad de dar en blancos en grandes extensiones del mundo, y según se informa, Israel tiene cerca de 100 ojivas nucleares, algunas de las cuales sin duda están apuntadas hacia Irán. Cualquier guerra entre Irán y Estados Unidos o Israel fácilmente podría “salirse de control”, y los imperialistas podrían terminar por decidirse a usar una de sus bombas nucleares para pulverizar a Irán — con consecuencias genocidas para los 80 millones de seres humanos que viven en Irán, y con consecuencias potencialmente catastróficas para el mundo. En otras palabras, las 24 horas del día todas las semanas, Estados Unidos tiene un arma apuntada a la cabeza de la humanidad y a Irán en particular — ¡y no obstante tratan de actuar como si Estados Unidos fuera la víctima!

Estados Unidos dice que también tiene que impedir que Irán cobre fuerza e influencia en la región del Medio Oriente (véase el mapa). No obstante, el propio Estados Unidos ha dominado a la región durante años con ayuda militar y el uso de títeres y sustitutos, manteniendo a la gente suprimida y explotada de forma asesina1.

A veces Estados Unidos incluso dice que se preocupa por la libertad y el bienestar del pueblo iraní. No obstante, estos ataques ocurran en adición a los años de punitiva guerra económica contra Irán — una guerra económica que ha causado enormes penurias, sufrimiento y muerte en la población iraní. Y, como este artículo demostrará, Estados Unidos ha apoyado, bajo los regímenes tanto republicanos como demócratas, a regímenes tan represivos como el que actualmente gobierna en Irán.

Así que, ¿por qué Estados Unidos está haciendo esto? Para entender esto, necesitamos poner las cosas en perspectiva. Necesitamos examinar la historia, y necesitamos examinar las dinámicas y fuerzas que los medios de comunicación casi nunca mencionan o, cuando lo hacen, casi nunca las representan correctamente.

Dos siglos de dominación imperialista

La cultura de Irán se remonta al imperio persa que surgió hace unos 2.500 años. Fue una cultura de grandes hazañas — y además, como todos los imperios antes y desde ese entonces, se basó en la brutal explotación y el horrendo sufrimiento de las masas de personas, lo que incluye por medio de despiadadas guerras de conquista, generación tras generación. Con el paso del tiempo, este imperio fue derrotado y reemplazado por otros imperios.

Irán posee enormes reservas de petróleo. Con el ascenso del capitalismo, y luego del imperialismo, el petróleo llegó a tener una inmensa importancia para la producción, y a tener una inmensa rentabilidad. El petróleo es un recurso crucialmente necesario para el funcionamiento de una economía de hoy día, en la actual configuración de las cosas. Eso implica que los países que controlan el petróleo —ya sea porque tienen esos recursos en su propio territorio o porque dominan a otras naciones que tienen esos recursos— tienen un poder tremendo. Irán no sólo posee ese petróleo en sí, sino que se ubica en medio de una región en la que hay otras grandes reservas de petróleo.

En el siglo 19, Gran Bretaña —la potencia imperialista dominante en el mundo en ese entonces— empezó a ejercer el control y dominación sobre Irán, explotando sus recursos y su población a favor de su imperio. Luego, después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos se hizo cargo. Cuando un político nacionalista iraní, Mohammad Mossadeq, llegó al poder en unas elecciones democráticas, prometió nacionalizar el petróleo —es decir, convertirlo en propiedad del estado iraní— y la CIA de Estados Unidos fraguó una violenta toma militar de Irán para eliminar a Mossadeq y reemplazarlo por medio de un títere, Reza Pahlavi, que se autodenominó el sha o el rey, de Irán.

Durante décadas, Estados Unidos controló este petróleo por medio de este sha títere que instalaron con la violencia. Los presidentes estadounidenses, tanto demócratas como republicanos, le dieron miles de millones de dólares al sha, para impulsar y entrenar al ejército iraní y al tristemente célebre organismo de espionaje iraní —la SAVAK— en actividades de vigilancia, infiltración y tortura. En 1976, Amnistía Internacional informó que Irán tenía “la tasa más alta de penas de muerte en el mundo, ningún sistema válido de tribunales civiles y un historial de tortura que es incomprensible”. Ningún país del mundo tiene peor historial de derechos humanos que Irán”2. Los gobernantes estadounidenses ataron la economía iraní a Estados Unidos y a otras potencias imperialistas en una relación opresiva. Desmantelaron y reconfiguraron la agricultura y la industria al servicio de las necesidades, y las superganancias, del capitalismo-imperialismo estadounidense — en el que el Occidente exprimió la sangre a los agricultores y trabajadores iraníes, en que el potencial de un pueblo entero fue asfixiado.

¿Cómo sirvió todo esto o algo de esto —el hambre y la degradación; la represión y la tortura; la negación de la independencia nacional, la distorsión de las fuerzas productivas de la nación y la mutilación de su cultura; la asfixia de decenas de millones de seres humanos, generación tras generación— a los intereses de la humanidad? No estuvo al servicio de la humanidad. De hecho, todo eso es lo que hay que eliminar, y que es posible eliminar, por medio de una revolución, y nada menos.

La revolución iraní: el heroísmo, la traición y el gobierno reaccionario contrarrevolucionario del fundamentalismo islámico

En 1978, el pueblo iraní se levantó y trató de eliminar esa opresión. Con heroísmo, el pueblo se lanzó contra la maquinaria represiva del sha, construida y respaldada por Estados Unidos. En un día particularmente sangriento, ¡las fuerzas del sha asesinaron a diez mil personas! Pero el pueblo se negó a arrodillarse, y de hecho más y más gente se unió al levantamiento.

En este levantamiento surgieron muchas tendencias diferentes, que representaban muchas perspectivas diferentes sobre el futuro de Irán — y que, en última instancia, representaban intereses de clase diferentes. Estados Unidos empezó a preocuparse de que a medida que se desarrollara la revolución contra el régimen del sha, las cosas pudieran desarrollarse de tal manera que los comunistas pudieran pasar al frente y amenazar directamente el dominio del imperialismo. Además, en este hervidero actuaban movimientos que no eran comunistas revolucionarios, sino que estaban más susceptibles a la influencia y al control del principal rival de Estados Unidos en ese momento — la Unión Soviética, que para ese entonces ya era una potencia imperialista y una potencia que colindaba directamente con Irán.

Una corriente muy poderosa fue el movimiento fundamentalista islámico encabezado por Ruhollah Musavi Jomeiní, un importante ayatolá de Irán (los ayatolás son figuras religiosas prominentes). Las fuerzas político-clericales en torno a Jomeiní representaban una mezcla de terratenientes y fuerzas gobernantes “tradicionales” en el campo con un sector de comerciantes en las ciudades que buscaban un “mejor trato” en relación con Estados Unidos.

En cierto punto, el sha había perdido la lealtad de casi todos los sectores de la sociedad iraní. Así pues, tuvo que asilarse bajo la protección de Estados Unidos, con cierta estancia en el propio Estados Unidos. A la vez, Estados Unidos comenzó a trabajar para influir en lo que ocurriera después.

Dado los temores de Estados Unidos ante la situación, maniobraron para trabajar con las fuerzas de Jomeiní e influenciarlas. Al escribir sobre ese período, Bob Avakian (BA) ha dicho:

[Estados Unidos tomó] medidas para acortar un proceso en que las masas hubieran sido capaces de poner a prueba más completamente en la práctica así como debatir al nivel de teoría y línea los programas y con las fuerzas diferentes que representaban soluciones diferentes. En cambio, los imperialistas yanquis y los elementos por medio de los cuales podían trabajar, maniobraron de modo que las fuerzas agrupadas alrededor de Jomeiní consiguieran en realidad el respaldo necesario para tener posibilidades de tomar el poder y consolidarlo. Los imperialistas calcularon que podían manejar tal situación mejor que una situación revolucionaria en continuo desarrollo — una situación en la cual los comunistas, suponiendo que hubieran sido capaces de encontrar su rumbo y comprender y aplicar más profundamente una línea auténticamente comunista y revolucionaria, hubieran sido capaces de ganarse a una cantidad cada vez mayor de las masas durante esta turbulencia social, en la que las masas pusieran a prueba diferentes programas y hubieran visto cuáles de ellos llevaban en realidad en la dirección que correspondía a sus intereses fundamentales, y cuáles se detenían a la mitad del camino pretendiendo refrenar la situación y mantenerla confinada dentro de un marco de opresión.

Una vez más, esto es algo que se necesita explorar más completamente — aunque ha sido explorado de manera importante, particularmente por nuestros camaradas comunistas iraníes. Simplemente pretendo esbozar una figura básica aquí para ilustrar este punto extremadamente importante de que diferentes fuerzas de clase entran en la refriega y especialmente en el contexto de turbulencias sociales mayores y más particularmente con inminentes revoluciones, pretenden tomar las riendas e imponer sus soluciones — y cuáles son las consecuencias cuando diferentes fuerzas de clase son capaces de hacer esto3.

La llegada al poder de los fundamentalistas islámicos

Estos fundamentalistas islámicos llegaron al poder con el consentimiento de Estados Unidos y progresivamente aumentaban su control. En 1982 reprimieron violentamente a la oposición, incluidos los comunistas y muchos otros. Instituyeron una República Islámica de Irán (RII). Ésta tenía como base un gobierno religioso de parte del establecimiento religioso islámico chiíta, ejerciendo la ley sharia (las leyes del Corán) sobre la población. Su objetivo era expulsar la influencia cultural secular moderna en Irán —que en la mente de muchas personas estaba asociada con el Occidente imperialista— y maniobrar entre las potencias imperialistas, contraponiendo las unas contra las otras. No aspiraban a romper con el sistema imperialista, sino a fortalecer la posición de Irán dentro de él. Fortificaron y fortalecieron ciertas relaciones atrasadas y opresivas: la opresión de las mujeres, la opresión de las nacionalidades minoritarias, la supresión del pensamiento crítico y del disentimiento4.

Durante los años 1980, el régimen encarceló, torturó y ejecutó a miles, quizá decenas de miles, de activistas políticos y revolucionarios. Irán se vio envuelto en guerras reaccionarias en toda la región. A veces estas guerras fueron instigadas por Estados Unidos como una forma de mantener al nuevo régimen bajo control. Pero en todos los casos, y cada vez más en las últimas décadas, éstas han sido guerras reaccionarias, con el objetivo de impulsar la influencia de la República Islámica del Irán sobre los países menos poderosos en la región. Obligaron a las mujeres a ponerse el hiyab y las vigilaban de manera violenta si se atrevieran a salir en público sin él. Castigaban severamente el disentimiento, el “Consejo de los Guardianes” —un poder supremo formado por teócratas religiosos que tomaban las decisiones finales— controlaba fuertemente la vida política y cultural.

En los últimos pocos años, el disentimiento y la rebelión han vuelto a surgir en Irán. Las mujeres se han resistido al hiyab, han estallado huelgas y rebeliones contra las penurias y privaciones, y la gente ha respondido con lucha de otras formas. El régimen fundamentalista islámico ha contraatacado duramente, matando a cientos y encarcelando y torturando a miles de personas.

¿Cómo sirve esto, cómo sirve algo de esto —la terrible represión y miles de ejecuciones, el gobierno sofocante de los teócratas religiosos, y lo demás, que ya ha durado más de cuatro décadas— a los intereses de la humanidad? No le ha servido a la humanidad — y hay que apoyar a las personas en Irán que se le oponen valientemente, entre ellas aquellos que luchan por romper final y completamente con el yugo del imperialismo mundial, los comunistas revolucionarios.

Dos clases dominantes anticuadas ... en contra de los intereses de la humanidad

Estados Unidos trata de adjudicarse el manto de “la democracia, los derechos humanos y el individuo” mientras tortura al pueblo iraní y amenazan con emprender una guerra potencialmente catastrófica. Irán trata de adjudicarse el manto del “combatiente antiimperialista”, a medida que maniobra por sacar ventajas dentro del sistema imperialista mundial y reprime brutalmente al pueblo iraní. De hecho, tanto Irán como Estados Unidos defienden y luchan por sistemas anticuados — formas económicas y políticas de organizar la sociedad que desde hace mucho tiempo han alcanzado su fecha de caducidad y que hay que reemplazar por sociedades socialistas en el camino hacia el comunismo. Bob Avakian lo ha expresado de esta manera:

Lo que vemos en contienda, con la jihad por un lado y McMundo/McCruzada [el imperialismo occidental en creciente globalización] por el otro, son sectores históricamente anticuados de la humanidad colonizada y oprimida contra sectores dominantes históricamente anticuados del sistema imperialista. Estos dos polos reaccionarios se oponen, pero al mismo tiempo se refuerzan mutuamente. Apoyar a uno u otro de esos polos anticuados, acabará fortaleciendo a los dos.

Esta es una formulación muy importante y crucial para entender muchas dinámicas que impulsan el mundo en este período, pero tenemos que tener en claro cuál de “los dos sectores históricamente anticuados” ha causado más daño y representa la mayor amenaza a la humanidad: los sectores dominantes históricamente anticuados del sistema imperialista, y en particular los imperialistas estadounidenses. (Lo BAsico 1:28)

Las implicaciones de esto son claras.

Primero, la gente tiene que oponerse firmemente a cualquier ataque por parte de Estados Unidos y sus títeres (Israel, Arabia Saudita, etc.) contra Irán. Como dice BA, Estados Unidos “representa la mayor amenaza a la humanidad”. Y aquellos que estamos en Estados Unidos tenemos que trabajar políticamente para derrotar a “nuestros propios” gobernantes en cualquier guerra que éstos emprendan en el Medio Oriente.

Segundo, por todo el mundo la gente tiene que hacer causa común con aquellos que están luchando contra la represión en Irán y apoyarlos, y exigir que se ponga en libertad a todos los prisioneros políticos en Irán.

Tercero, así es la única manera de detener la dinámica reaccionaria en la que la situación obliga la gente a vivir entre estos dos polos reaccionarios; como dice BA: “Apoyar a uno u otro de esos polos anticuados, acabará fortaleciendo a los dos”.

En resumen, la gente de este planeta necesita urgentemente otro camino —uno que se niegue a alinearse con un opresor en nombre de combatir contra otro opresor— el camino de la revolución auténtica, con el objetivo de emancipar la humanidad.

En este contexto, es algo genial que EXISTE un partido en Irán —el Partido Comunista de Irán (marxista leninista maoísta)— que se basa en el nuevo comunismo que ha desarrollado Bob Avakian y que tiene una orgullosa historia de lucha revolucionaria dentro de Irán. Para todos los que luchan por un mundo más allá de toda explotación, toda división opresiva, toda ignorancia, degradación y sufrimiento innecesario, esto es gran motivo de esperanza... y una gran responsabilidad a la cual apoyar.

 


1. Para obtener más información sobre algunos de los crímenes de Estados Unidos tan sólo en el Medio Oriente, vea estos artículos. La mayoría es de la serie “Crimen Yanqui” de revcom.us:

2. William Blum, Killing Hope [Matando la esperanza], de un pasaje en inglés en http://www.thirdworldtraveler.com/Blum/Iran_KH.html. [volver]

3. De: CAVILACIONES Y FORCEJEOS: Sobre la importancia del materialismo marxista, el comunismo como una ciencia, el trabajo revolucionario con sentido y una vida con sentido, de Bob Avakian. [volver]

4. Vea ¡Fuera con todos los dioses! Desencadenando la mente y cambiando radicalmente el mundo de Bob Avakian, en particular el pasaje, que está disponible en revcom.us: ¿Por qué está creciendo el fundamentalismo religioso en el mundo actual— y cuál es la verdadera alternativa? [volver]

 


Mapa del Medio Oriente


En 1953, la CIA de Estados Unidos fraguó un golpe de estado para derrocar al gobierno democráticamente electo encabezado por el primer ministro nacionalista Mossadeq e instalar al brutal régimen títere pro Estados Unidos encabezado por el sha (el rey).


Cuando el fundamentalismo islámico llegó al poder tras la caída del sha, el régimen encarceló, torturó y ejecutó a miles de activistas políticos y revolucionarios. Obligó a las mujeres a ponerse el hiyab y las vigilaba con la violencia si se atrevieran a salir en público sin él. En la imagen, cien mil mujeres marchan en 1979 contra el hiyab en Teherán.


Armamento de guerra de Estados Unidos —cazas F-35— se alinean para un ejercicio de lanzamiento, enero de 2020. (Foto: Twitter de la Fuerza Aérea de Estados Unidos)


“¡No a la guerra con Irán!” La gente tiene que oponerse a todos los ataques de parte de Estados Unidos y sus títeres (Israel, Arabia Saudita, etc.) contra Irán. (Foto:  AP)

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