Protestan los cubanos contra las crecientes penurias y represión; buitres imperialistas de Estados Unidos ávidos de sangre

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De la redacción: El carácter político exacto de las protestas recientes en Cuba —y a veces incluso los hechos básicos— no están completamente claro, principalmente porque el gobierno de Estados Unidos, los medios de comunicación y otras fuerzas reaccionarias conscientemente están tratando de crear una “narrativa” sobre lo que está sucediendo que sirva a los intereses de estas fuerzas reaccionarias. El gobierno cubano también está presentando una narrativa en su propio beneficio y tratando de suprimir cualquier cosa que la contradiga.

Pero incluso con esta escasez de “testigos confiables”, sabemos lo suficiente para abordar la situación básica y las preguntas más importantes que resultan de ella.

TRES PUNTOS DE ORIENTACIÓN SOBRE EL ESTALLIDO DE PROTESTAS EN CUBA:

1) El imperialismo estadounidense no tiene derecho a amenazar, intervenir o actuar de ninguna manera para hacer ocurrir un “cambio de régimen” en Cuba, y la gente en Estados Unidos debe oponerse a tales maniobras. Durante más de un siglo y hasta la actualidad, el imperialismo estadounidense ha causado una miseria incalculable para el pueblo cubano. La “libertad” que avalan los imperialistas es la libertad de explotar, controlar y saquear. El embargo económico de larga data impuesto por Estados Unidos a Cuba es injusto e inmoral.

2) Las manifestaciones y protestas que estallaron en julio de 2021 son una mezcla de protestas justas e indignación por las condiciones intelectuales y políticas represivas y económicas opresivas en Cuba — y de sentimientos y movilizaciones reaccionarios y proyanquis [pro estadounidenses]. A estas alturas, no es una cuestión resuelta a dónde irá esto y qué fuerzas pasarán a primer plano.

3) Cuba no es un país socialista auténtico — aunque se declara socialista. La solución a los problemas de la sociedad cubana no es cobijarse bajo el ala y la dominación del imperialismo estadounidense, ni simplemente aguantarse y defender este régimen contra Estados Unidos. Más bien, la solución es forjar el camino y luchar por una auténtica revolución socialista guiada por el nuevo comunismo emancipador desarrollado por Bob Avakian.

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¿Qué está pasando en el terreno en Cuba?

El domingo 11 de julio, estallaron protestas en las que participaron miles de personas en múltiples pueblos y ciudades a lo largo de Cuba. Aunque principalmente eran pacíficas, algunas estallaron en choques con la policía antimotines y civiles progubernamentales. Según los informes, la policía utilizó gas lacrimógeno y gas pimienta en algunos lugares, y hay informes no confirmados de que la policía abrió fuego en algunos casos. Hubo al menos decenas y quizás cientos de arrestos. Se confirma que murió un manifestante en circunstancias poco claras, y puede haber varias otras muertes. También se llevaron a cabo algunas manifestaciones el 12 de julio.

Estas protestas expresaron la profunda ira de un gran sector de la población cubana por las penurias que enfrentan. Una crisis económica1 ha conducido a una severa y persistente escasez de alimentos y otros bienes. A menudo, la gente tiene que esperar en las filas durante horas todos los días para comprar artículos de primera necesidad. También escasean medicamentos en medio de un importante repunte de las infecciones por COVID2. Junto con esto, la represión gubernamental de larga data de protestas y de la libertad artística y periodística se ha agravado en los últimos años3, y los artistas rebeldes parecen haber jugado un papel importante en impulsar estas protestas.

Todo esto se combina para darle una pinta “antigubernamental” a las protestas, en que mucha gente está exigiendo la dimisión del actual presidente de Cuba. Hay cierto sentimiento de “antisistema”, sistema el que el pueblo cubano —en general, y erróneamente— cree que es un sistema socialista. El gobierno cubano ha respondido a todo esto con una combinación de represión y algunas concesiones, como levantar temporalmente los impuestos sobre los alimentos y medicinas importados.

Una vez más, el carácter y el rumbo exactos de todo esto no están claros. Pero lo que está muy claro es que el imperialismo yanqui ve una gran oportunidad para volver a poner a Cuba bajo su yugo y está pintando a las protestas como si fueran esencialmente pro estadounidenses.

Las manifestaciones fueron aclamadas rápidamente por el presidente Biden4, y los medios de comunicación estadounidenses las caracterizaron como un “punto de viraje potencial” en la lucha contra el gobierno “comunista”, informando que “la gente sintió lo que es gritar libertad en las calles de Cuba”. El New York Times habló con entusiasmo sobre las acciones las que condenaría si ocurrieran en Estados Unidos, como: “personas que saquean una de las tiendas gubernamentales tan detestadas, que venden artículos tremendamente sobrevalorados en monedas que la mayoría de los cubanos no poseen”.

Y los medios de comunicación estadounidenses han transmitido la demanda de las viles fuerzas reaccionarias del exilio cubano en Miami a favor de una intervención militar estadounidense. Incluso el alcalde de Miami, Francis Suárez, sugirió que los ataques estadounidenses son “una posible opción” que debería “explorarse”.

Si bien una intervención militar real no parece probable en este momento, Estados Unidos definitivamente está tratando de convertir este descontento popular en un “cambio de régimen” que llevara al poder a un gobierno que cumpla obedientemente con los intereses económicos estratégicos, políticos y económicos de Estados Unidos.

El imperialismo estadounidense es parte del problema que enfrenta Cuba, y no parte de la solución

Como Raymond Lotta señaló en 2014, en el artículo: “Lo que motiva la reanudación de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba” (el que vale la pena volver a leer en su totalidad):

Durante más de 100 años, Estados Unidos le ha causado una incalculable miseria y sufrimiento al pueblo cubano. Cuba cayó bajo la dominación de Estados Unidos como resultado de la guerra hispano-estadounidense de 1898. El pueblo cubano había estado luchando por su independencia de España, pero Estados Unidos se aprovechó de la situación para poner a Cuba bajo su control….

Estados Unidos envió a su infantería de marina a Cuba cuatro veces en la primera mitad del siglo 20…. Para los años 1950, Estados Unidos ya controlaba el 80 por ciento de los servicios públicos de Cuba, el 90 por ciento de las minas, casi el 100 por ciento de las refinerías de petróleo, el 90 por ciento de los ranchos ganaderos y el 40 por ciento de la industria de ingenios. Los trabajadores en los cañaverales sufrían condiciones increíblemente opresivas — trabajaban como esclavos entre períodos de desempleo. Además, Cuba se convirtió en un paraíso para los inversionistas — para los carteles estadounidenses del juego, las empresas inmobiliarias, los propietarios de hoteles y los mafiosos. Los hombres de negocios y los viajeros de Estados Unidos frecuentaban a La Habana, la capital de Cuba, como un centro del turismo sexual. ¡Había unas 100.000 prostitutas en Cuba! Estados Unidos le daba apoyo económico y militar a uno tras otro régimen odiado para reforzar estas relaciones políticas, económicas y sociales.

Estos horrores constituían el marco de la revolución cubana que llegó al poder en 1959. Estas condiciones espantosas eran las que los exiliados cubanos en Miami y la maquinaria de propaganda de Estados Unidos han alabado como “la Cuba perdida”.

Lotta muestra que la revolución cubana fue “justa y popular”, y que su éxito —ahí mismo tan cerca de Estados Unidos— inspiró a millones de personas por todo el mundo.

Pero no cumplió su promesa. Al contrario de la retórica en su propio beneficio de parte de los dirigentes cubanos y estadounidenses, Cuba no tomó el camino del socialismo y no rompió con la dominación imperialista en su conjunto. Frente a amenazas muy reales de un ataque estadounidense, la dirigencia cubana se asoció con la Unión Soviética (que había dejado de ser una sociedad socialista a mediados de la década de 1950).

Cómo entender la actual crisis de la economía cubana

Lotta dice:

Antes de 1959, Cuba era una economía basada en el “monocultivo” del azúcar para el mercado mundial, dominada por el imperialismo estadounidense. [Pero después de la revolución] Castro no dirigió ni movilizó al pueblo cubano para reestructurar radicalmente ese legado económico. En cambio, el liderazgo cubano recurrió a un remedio fácil y rápido. El azúcar seguía dominando la economía cubana, y la economía de Cuba seguía siendo rehén del mercado mundial. Pero en lugar de Estados Unidos, Castro recurrió a la Unión Soviética social-imperialista como su mercado para el azúcar y su principal fuente de crédito.

Así que, si bien las sanciones y el embargo impuestos por Estados Unidos han causado inmensas dificultades y penurias para el pueblo cubano, el embargo estadounidense no es la causa principal de la crisis en Cuba.

La causa principal es que la economía cubana sigue siendo dependiente y distorsionada, sus altibajos están vinculados al sistema imperialista mundial y están impulsados por éste. En lugar de organizarse en torno a la producción para satisfacer las necesidades materiales y sociales generales de la población, la economía cubana está orientada a producir para el mercado imperialista mundial.

¡Un ejemplo contundente de esto es que Cuba, con su extensa agricultura, importa entre el 70% y el 80% de sus alimentos! La dirigencia y el gobierno de Cuba no priorizaron el desarrollo de la agricultura para satisfacer las necesidades nutricionales de la población; se centraron masivamente en vender el azúcar.

Otro ejemplo, Cuba se ha vuelto muy dependiente del turismo, que representa alrededor del 10% de la economía. El dinero generado por el turismo se utiliza luego para financiar la atención médica y compras de alimentos. Así que, cuando la pandemia de la COVID paró en seco los viajes por el mundo, se desintegró la capacidad de satisfacer las necesidades básicas de los cubanos, causando una enorme agudización de la crisis.

Otro aspecto es que la parte de la fuerza laboral que atiende a los turistas también obtiene ciertos beneficios (como un mayor acceso a las divisas) y esto a su vez contribuye a ampliar las desigualdades sociales en Cuba. Para colmo, la dependencia distorsionada del turismo ha aumentado la opresión de las mujeres cubanas, quienes encuentran cada vez más que el “turismo sexual” —la prostitución— quizá sea la única forma de mantenerse a sí mismas y/o a sus familias.

Y todo esto hace que la economía de Cuba sea muy vulnerable a las condiciones internacionales. Desde la década de 1960 hasta 1990-1991, la supervivencia económica de Cuba se basó en su relación con la Unión Soviética — en su dependencia económica y su asistencia de la Unión Soviética. Cuando la Unión Soviética se derrumbó en 1990-1991, Cuba entró en una profunda crisis. En años más recientes, Cuba ha dependido del petróleo y la asistencia financiera de Venezuela. Pero en la última década, la propia Venezuela ha entrado en crisis y ya no pudo desempeñar ese papel, lo que socavó fuertemente la economía de Cuba, un factor importante en las actuales penurias y protestas.

Una auténtica economía socialista revolucionaria no operaría así. Ésta no es una sociedad revolucionaria vibrante en la que las masas de personas se están convirtiendo cada vez más en amos de la sociedad. Más bien, Cuba es una especie de estado de bienestar represivo.

Pero como señala Lotta, aunque Cuba “no avanzó para romper con el férreo dominio del capitalismo-imperialismo mundial”, ni lanzó “una auténtica revolución social liberadora”, si se zafó del control yanqui. Y, “los imperialistas estadounidenses nunca se resignaron a la derrota”. [énfasis agregado]

Este es el meollo de la contradicción actual.

Por un lado, la mera existencia de un país que se había zafado de su control fue y es intolerable para Estados Unidos. Durante 60 años, Estados Unidos emprendió invasiones, atentados y otros ataques contra Cuba. Durante casi todos los 60 años ha tenido un embargo en efecto que bloquea prácticamente todo el comercio con Cuba5 —esto ha tenido un efecto paralizante en la economía de Cuba, incluido en el suministro de medicamentos vitales— ¡una de las cosas clave que ahora está impulsando a la gente a las calles en protesta!

Por otro lado, debido a que Cuba no había desarrollado una sociedad socialista revolucionaria y no había roto con la dominación del imperialismo mundial, no pudo resolver los problemas básicos de la sociedad y de las masas, incluidos los problemas creados por el embargo estadounidense. Estos problemas se han intensificado y han afectado profundamente la vida de las masas. Y todo esto se ha agudizado en los últimos pocos años.

La necesidad de forjar otro camino

Si bien no está clara la mezcla de fuerzas con un papel en organizar, dirigir y participar en las protestas recientes (y es casi seguro que incluye a algunas fuerzas abiertamente reaccionarias, aunque su grado de influencia tampoco está claro), lo que sí está claro es que miles de personas están encabronadas por las condiciones intolerables. Pero en la medida en que el camino por delante se enmarque y se presente entre “apoyar al gobierno ‘socialista’” o “volver a ser una neocolonia de Estados Unidos”, las masas en esencia serán peones de los opresores y el futuro será amargo y desmoralizador.

Cuba —y el mundo en su conjunto— claman por un futuro diferente, un futuro de una auténtica revolución socialista con el objetivo de abolir todas las formas de opresión, sin jugar a las sillas musicales con sistemas ruines y opresivos.

 

1. La economía de Cuba se contrajo en casi un 11 por ciento en 2020 y un 2 por ciento adicional en los primeros seis meses de 2021. Las principales causas son el colapso del turismo, un sector importante de la economía cubana — debido a la pandemia de la COVID y a las severas sanciones económicas impuestas por Trump, que Biden ha continuado hasta ahora. [volver]

2. No obstante, la atención médica en Cuba es mejor que en la mayoría de los países del Sur global. Su tasa de vacunación por la COVID lo coloca en el tercio superior de todos los países. [volver]

3. Según el Instituto Internacional de Prensa, bajo una regulación de 2018, “se requiere que los artistas e intelectuales obtengan el visto bueno del estado antes de exhibir su obra”. Una norma de 2019 estableció multas por difundir información “contraria al interés social, la moral, las buenas costumbres y la integridad de las personas”. Y una regulación de febrero de 2021 prohibió el periodismo independiente como forma legal de trabajo por cuenta propia. [volver]

4. El 8 de enero, Biden emitió un comunicado en el que decía que “el pueblo cubano está haciendo valer con valentía derechos fundamentales y universales”. [volver]

5. En 1961, Estados Unidos financió y dirigió una invasión de 1.300 exiliados cubanos en Playa Girón, la que el pueblo cubano derrotó. En 1962, durante la Crisis de los Misiles en Cuba, Estados Unidos amenazó a Cuba con un ataque nuclear. En 1976, la CIA admitió estar involucrada en ocho de los cientos de complots para asesinar a Fidel Castro, a menudo con la participación de la mafia o exiliados cubanos reaccionarios en Miami. Y desde 1960 hasta el presente, Estados Unidos ha impuesto un embargo casi continuo, bloqueando la capacidad de Cuba para tener un comercio normal con los países occidentales, para obtener necesarios medicamentos y productos agrícolas e industriales. [volver]


Miles de manifestantes antigubernamentales marchan en La Habana el 11 de julio, en una de las muchas protestas a través de Cuba contra la escasez de alimentos y condiciones intelectuales y políticas represivas. Foto: AP

 

 

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