Represión en todo Nepal

Obrero Revolucionario #1135, 20 de enero, 2002, en rwor.org

El gobierno de Nepal ha lanzado una sangrienta ofensiva militar e impuesto severas medidas represivas: arrestos, censura y la suspensión de los derechos constitucionales.

El 26 de noviembre, el rey Gyanendra declaró "estado de emergencia". Esto ocurrió pocos días después del inicio de una pujante nueva ofensiva de la guerrilla maoísta, que lanzó una serie de ataques en más de 20 de las 75 capitales de distrito (véase el OR No. 1130). La nueva ofensiva rompió el alto el fuego de cuatro meses y puso fin a charlas entre el gobierno y la dirección de la guerra popular: el Partido Comunista de Nepal (Maoísta).

Hasta hace poco, la policía era la principal fuerza que combatía la guerra popular. Pero ahora el rey movilizó los 50.000 soldados del Ejército Real, que atacó con helicópteros y rodeó varias zonas.

Un ex jefe del Estado Mayor del ejército le comentó a un corresponsal: "Lo más importante era ganar el apoyo del pueblo y de todos los partidos políticos. Luego impusimos el estado de emergencia y declaramos que los maoístas son terroristas. Gracias a esas medidas, ahora el ejército puede hacer lo que quiera: matar, bombardear, arrestar".

El pretexto del "terrorismo"

En las últimas semanas los periódicos nepaleses han señalado que la "guerra contra el terrorismo" de Estados Unidos le permite al gobierno nepalés imponer sus propias medidas represivas. El gobierno atacó docenas de organizaciones vinculadas a los maoístas; cerró las oficinas de sindicatos, grupos estudiantiles y varios periódicos. Además, declaró que el PCN (Maoísta) es una organización "terrorista", como pretexto para la embestida.

El rey instituyó la "Ley para la prevención y castigo del terrorismo y de actividades subversivas", que permite declarar que una zona está "afectada por el terrorismo" o que un individuo es "terrorista". La ley define "terrorista" como "un individuo que apoya directa o indirectamente, con dinero o de otra manera, a personas, grupos o instituciones metidos en actividades terroristas o subversivas", y permite arrestar, acusar y meter a la cárcel de por vida a esas personas.

Asimismo, la nueva ley permite cerrar periódicos que simpatizan con los maoístas y permite a la policía puede registrar sin orden. Suspendió el derecho a la información, la libertad de expresión o el derecho a la privacidad. La policía puede congelar cuentas bancarias y pasaportes. Ha recibido nuevos poderes para registrar y detener 90 días y el Ministerio del Interior puede extender el término.

El gobierno advirtió a los médicos que si atienden a maoístas heridos, los castigará. Se han prohibido actividades públicas y publicaciones de apoyo a los maoístas. En muchos distritos, se ha declarado toque de queda. A la policía se le ha ordenado matar a los que pegan afiches o apoyan a los maoístas de otra forma.

Igual que en Estados Unidos, pretenden crear un país de soplones: prometen recompensas a los que entreguen a los maoístas y los simpatizantes de la guerra popular. El 9 de enero, conforme a otra medida estadounidense, el banco central congeló las cuentas bancarias de una docena de individuos que presuntamente tienen "lazos con los maoístas".

Desde que empezó la guerra popular hace seis años, el gobierno ha matado, violado, torturado y detenido a miles de combatientes o simpatizantes de la guerra popular. Ahora, en la nueva "guerra contra el terrorismo", que apenas lleva dos meses, ha matado a centenares y arrestado a centenares más. Un grupo de derechos humanos calcula que tiene 1300 presos.

Censuran los medios

Las autoridades han registrado las oficinas de periódicos que simpatizan con los maoístas y buscan controlar los medios de varias maneras.

El Ministerio de Información y Comunicaciones publicó pautas que tienen que obedecer. No se puede publicar nada que genere odio o falta de respeto al rey o a la familia real, al ejército, a la policía o a los funcionarios del gobierno. Tampoco se pueden publicar noticias a favor de los maoístas o que proponen tumbar al gobierno.

Se permite publicar tres clases de noticias: 1) "Noticias que condenan las actividades criminales de los maoístas terroristas. Pero hay que tener cuidado de no levantar el estado de ánimo de los terroristas". 2) "Noticias sobre la heroicidad y logros del Ejército Real Nepalés, la policía y los funcionarios del gobierno", y 3) "Noticias oficiales del gobierno y los medios gubernamentales".

El Ejército Real le informó a los medios que tienen que pedir permiso del Departamento de Información para publicar noticias sobre la situación militar, y no les permite entrar a zonas de combate. Los periodistas tienen que citar los informes "oficiales", que tienen pocos detalles y son muy contradictorios. Eso le permite al gobierno amoldar las noticias a su gusto. Exagera las bajas de la guerrilla y no dice casi nada sobre las derrotas y pérdidas de la policía y el ejército. También disemina un montón de mentiras, como que los maoístas mutilan los cadáveres de sus combatientes caídos y que hay grandes escisiones en la dirección del PCN (Maoísta).

Un corresponsal contó lo que le pasó a él y a otros periodistas cuando fueron a una zona de combate de la Región Occidental. Los llamaron del cuartel del ejército y del puesto policial al hotel, y les advirtieron que no fueran al campo. Un oficial les dijo: "Sugerimos que no vayan a las zonas de los maobadis [maoístas]. Pero si quieren ser unos Rambos y correr el riesgo, no vamos a decir nada... Recuerden que pueden terminar en el fuego cruzado entre el ejército y los maobadis". Luego dos tipos del gobierno les dijeron: "El gobierno acaba de informarnos que ustedes no deben quedarse aquí... Tienen prohibido entrar a las zonas maoístas... Ni piensen en desafiar esa orden. La haremos cumplir".

La advertencia de no escribir nada que "apoye" a los maoístas significa que ni siquiera pueden citar a los dirigentes.

El 17 de diciembre la policía arrestó a Gopal Budhathoki, editor del periódico semanal Sanghu. Budhathoki fue presidente de la rama de Katmandú de la Federación de Periodistas Nepaleses y actualmente es asesor del grupo. También es secretario general de la Sociedad de Editores. Sanghu publicó citas de una declaración de Prachanda, el presidente del PCN (Maoísta).

El 31 de diciembre, arrestaron e interrogaron a Pushkar Lal Shrestha, editor en jefe del diario Samachcarpatra, a raíz de un artículo que cita a Prachanda.

El Comité para Proteger a los Periodistas envió una carta desde Nueva York al primer ministro para protestar contra el arresto de periodistas y la censura. La carta dice que la policía registró las oficinas de tres publicaciones que simpatizan con los maoístas (Janadesh, Janadish, y Dishabodh), arrestó a nueve periodistas y confiscó equipo y materiales escritos. A los arrestados los pueden acusar de "terrorismo", lo que conlleva cadena perpetua. Además, la carta dice que el 28 de noviembre el gobierno confiscó todos los ejemplares del Kathmandu Post, el mayor periódico en inglés de Nepal, porque publicó una foto de combatientes maoístas y que el gobierno le advirtió que no debe publicar artículos ni fotos que "glorifiquen" al movimiento maoísta.

El 10 de enero, la Federación de Periodistas Nepaleses informó que las fuerzas de seguridad han arrestado a tres docenas de periodistas.

Protestas

Varios grupos de derechos humanos de Nepal e internacionales han condenado el estado de emergencia.

El director del Programa de Asia y el Pacífico de Amnistía Internacional le escribió al primer ministro: "Nos preocupa que la policía y el ejército interpreten la declaración del estado de emergencia y la suspensión de los derechos fundamentales como licencia para matar. Nos inquietan mucho los informes de que en ciertos distritos les han dado autoridad para `disparar a matar' a los que violan el toque de queda. Nos parece que esto equivale a un permiso para ejecuciones extrajudiciales". La carta señala que desde el comienzo de la guerra popular, la policía ha matado con impunidad a centenares de personas.

La Organización de Derechos Humanos de Nepal protestó contra el arresto de periodistas, activistas de derechos humanos, abogados, maestros y otros sectores, y Corresponsales sin Fronteras condenó el arresto de periodistas y las redadas de periódicos que simpatizan con los maoístas.

Los revolucionarios y las masas de Nepal viven un brutal estado de emergencia. Como ha dicho el Buró de Información del Movimiento Revolucionario Internacionalista: "En esta importante encrucijada de la guerra popular de Nepal es muy importante que el Movimiento Revolucionario Internacionalista y sus partidos y organizaciones ratifiquen pleno apoyo a la lucha de los camaradas de Nepal y confianza en su victoria final".


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