Revolución #041, 2 de abril de 2006

voz del partido comunista revolucionario, eu

El propósito de esta página es imprimir rápidamente todo el número. Es posible que unos enlaces no funcionen y que no aparezcan ciertas imágenes. En este caso recomendamos ir directamente al artículo

Centenares de miles dicen NO

¡El porqué de la lucha de los inmigrantes… y por qué tenemos que apoyarla!

Revolución #041, 2 de abril de 2006, se encuentra en revcom.us

Una gran ola de lucha está recorriendo el país: cientos de miles de inmigrantes han salido a la calle a protestar. En Chicago, casi medio millón de personas llenaron el centro coreando “¡Se siente, se siente; el inmigrante está presente!”. En Milwaukee, hogar del congresista Sensenbrenner (el autor del cruel proyecto de ley que prendió las protestas), hubo una marcha de 25,000 personas. Docenas de miles llenaron las calles de la capital. En Phoenix, más de 20,000 manifestantes fueron a la oficina del senador republicano Jon Kyl, coautor de otro proyecto de ley que propone dar a los indocumentados cinco años para irse. En Georgia, docenas de miles de inmigrantes realizaron un paro laboral contra una nueva ley estatal que quiere negar servicios médicos a los adultos indocumentados y cobrarles 5% extra por mandar giros. Al cierre de esta edición, se están realizando paros estudiantiles por todo el sur de California y se calcula que un millón de personas están protestando en las calles de Los Ángeles.

Estas protestas se deben al inminente peligro de que el Senado apruebe el proyecto de ley Sensenbrenner, que aprobó la Cámara de Representantes el año pasado. La ley propuesta por Sensenbrenner haría que la vida de los indocumentados sea mucho más cruel [ver recuadro].

TODOS los que han sido explotados, oprimidos, censurados, perseguidos, discriminados, jodidos y los que valoran la justicia tienen que apoyar este movimiento. Se están operando cambios traumáticos que buscan empeorar la vida del planeta. Pero esos mismos cambios podrían dar al proletariado (la clase mundial de trabajadores que no tienen nada que perder más que sus cadenas) la posibilidad de llevar a la humanidad a sacar de esto algo mucho mejor… si hay resistencia y alzamos las miras a la revolución.

En este contexto, sería fatal que los nacidos en este país se limiten a ver esta justa lucha desde la barrera o, peor aún, que se dejen manipular y llevar a temerla o atacarla. Por eso es importante examinar cómo se ha desarrollado esta situación y ver cuáles son los intereses fundamentales de la vasta mayoría de la gente del mundo y de este país.

Las fronteras encarnan relaciones de poder; no tienen nada sagrado

La prensa repica constantemente que los inmigrantes son una amenaza a la seguridad nacional y que se roban trabajos. Por ejemplo, en el programa de TV “O'Reilly Factor”, el congresista Tom Tancredo dijo: “Estamos viendo una invasión de nuestras fronteras”, “No es inmoral proteger nuestras fronteras” y “¿Qué tiene de malo pensar en justicia para el trabajador que hoy gana menos porque millones de personas vienen dispuestas a hacer ese mismo trabajo por menos? Cuando hablen de justicia, piensen en el panorama general porque en este país hay mucha gente que también merece justicia”.

Bueno, viejo hipócrita, veamos el panorama general en serio. ¿Por qué tiene que venir a este país gente de todo el mundo? Eso no se puede contestar simplemente viendo una frontera y diciendo que es inmoral cruzarla. Hay que preguntar por qué esa frontera está ahí y qué representa.

Hace más de 10,000 años, un pequeño grupo de seres humanos cruzó el estrecho de Bering que conecta a Alaska y Rusia. Así empezó el poblamiento del continente.

Hace unos 500 años llegaron los conquistadores españoles y trazaron nuevas fronteras para saquear a los pueblos y los recursos de este continente. Los historiadores calculan que los europeos mataron de 60 a 80 millones de personas con enfermedades, masacres y trabajo brutal. Fue una orgía de muerte y violación. Trataron de borrar la cultura y el idioma de los pueblos conquistados. Como dijo con gran sarcasmo Karl Marx, el fundador del comunismo, la esclavitud de los amerindios en las minas y el secuestro de los africanos “señala los albores de la época de la producción capitalista”.

La guerra de Estados Unidos y México que terminó en 1848 fue un robo descarado de la mitad de México. Estados Unidos se apoderó de los territorios de Texas a California. Aquí de nuevo la pregunta es a qué se debió eso. ¿Qué fuerzas lo impulsaron y con qué fines? México se había independizado de España y poco después, en 1824, abolió la esclavitud. Pero en Estados Unidos la esclavitud estaba en su apogeo y se necesitaban más tierras para expandir el capital norteño y la esclavitud sureña. Eso impulsó el sangriento robo de la mitad de México.

Así llegamos al día de hoy, cuando la frontera es un submundo de horror, hambre y violencia para los que tienen que cruzarla y venir a trabajar como esclavos para enriquecer a los capitalistas. Los capitalistas pueden superexplotar a esos trabajadores porque no tienen derechos. Esa falta de derechos, ese terror, empieza en la frontera con la Migra y, ahora, con paramilitares armados.

Esa frontera no tiene nada de sagrado. Se estableció por la fuerza para matar y saquear: así lo hicieron los conquistadores españoles en el siglo 16, los dueños de esclavos hacia 1840 y los capitalistas de hoy. La justicia no entra para nada en la ecuación.

¿Quiénes son los verdaderos parásitos? Pista: No son los que trabajan como esclavos en talleres, campos, restaurantes y obras

Hoy, ¿qué impele a la gente de México, por ejemplo, a arriesgarse a morir de sed en el desierto cruzando la frontera para cortar carne en una empacadora de Iowa, coser ropa en un taller de costura de Los Ángeles o limpiar un rascacielos de Chicago?

Los nativistas dicen que los inmigrantes son una carga para la economía. Un estudio muy citado del Dr. Donald Huddle (profesor emérito de economía de la Universidad Rice) sostiene que la inmigración, legal e ilegal, le costará al país $932 miles de millones de dólares de 1997 a 2007. Grupos antiinmigrantes como FAIR (Federation for American Immigration Reform) difunden el mito de que la “inmigración es una sangría para la economía; se estima que el costo neto anual es de $67 a 87 mil millones al año” (fuente: portal de FAIR).

En realidad, muchos estudios serios han documentado que los inmigrantes contribuyen mucho más en impuestos locales y federales de lo que usan en servicios, en parte porque tienen miedo de solicitarlos.

De todos modos, el mito de que los inmigrantes son “parásitos” pone la situación al revés. Por un lado es totalmente absurdo decir que los que construyen casas, limpian pisos, cultivan los alimentos y trabajan como esclavos en mataderos y fábricas peligrosas son “parásitos”. Por otro lado, es el colmo de la hipocresía que los que tienen un nivel de vida más alto debido a la superexplotación de los inmigrantes y al hecho de que viven en un país que roba al mundo, se unan a ese coro.

Para entender científicamente quiénes son los verdaderos parásitos, hay que saber que vivimos en un mundo en que un puñado de capitalistas explota a miles de millones de proletarios y un mundo en que el capitalismo ha llegado a una fase en que un puñado de países imperialistas explota y saquea a naciones enteras: ese saqueo es vital para el sistema. Esa es la relación entre Estados Unidos y México: Estados Unidos domina política y económicamente a México como parte de ese sistema mundial de extraerle riqueza a las masas. Ese parasitismo se desenvuelve de muchas formas; una de ellas es que los mexicanos se ven obligados a venir a que los superexplote el mismo sistema capitalista que los saca de México.

Un artículo que sacó el New York Times sobre el Tratado de Libre Comercio (“NAFTA to Open Floodgates, Engulfing Rural Mexico”, 15 de diciembre de 2002) da una idea de cómo opera esto en la vida real. El artículo cuenta la historia de Eugenio Guerrero, un criador de puercos que se arruinó a raíz del Tratado de Libre Comercio (NAFTA en inglés) que firmaron Estados Unidos y México en 1994. Dicho tratado permitió al capital estadounidense entrar a México como Pedro por su casa. Poco después, el sistema financiero mexicano se fue a pique por el peso de la deuda externa. Estados Unidos acudió con un paquete de “ayuda” que reestructuró el presupuesto nacional para beneficiar más al capital imperialista extranjero. En 1995, el gobierno mexicano canceló la mayoría de los subsidios al campo. (El artículo indica que un campesino mexicano típico recibía $722 al año en subsidios mientras que un granjero estadounidense recibe subsidios por más de $20,000 anuales).

La combinación carne de puerco importada de Estados Unidos a precios más bajos que los mexicanos y la cancelación de subsidios encadenó más la vida de los agricultores mexicanos al imperialismo. A fines del 2002, un tercio de los criadores de puercos que operaban cuando se inició el TLC estaban en quiebra. Eugenio Guerrero le dijo al Times:“Estamos poniendo nuestra independencia en peligro. Ahora somos un país que necesita importar sus alimentos”.

Hay millones de historias similares: de gente que cultivaba verduras o criaba pollos o puercos y lo perdió todo. Un reporte del 2004 del Carnegie Endowment for International Peace informa que por los menos 1.5 millones de agricultores mexicanos perdieron su fuente de subsistencia con el TLC.

Unos acabaron en el cinturón de maquiladoras de la frontera, donde especialmente las jovencitas trabajan por una décima parte de lo que se paga en Estados Unidos.

Pero el incesante movimiento del capital ha enviado muchos de esos trabajos a Asia, donde los salarios son todavía menos y los trabajadores viven bajo más represión. Todo esto es un aspecto de un sistema mundial que desplaza a cientos de millones a otros países para subsistir, donde los van a explotar más.

Por ejemplo, gran cantidad de trabajadores de México y de otras partes han terminado en la industria de la carne, una industria que se ha podido reestructurar y se ha vuelto lucrativa gracias a los bajos salarios que les paga a los inmigrantes. El capital estadounidense saca otra tajada cuando la carne empacada se vende en México (que tiene que importar buena parte de sus alimentos). El costo humano de esa ganancia es enorme. Pero la cosa no para ahí: los parásitos que destruyeron la economía mexicana y la reestructuraron a su acomodo, que han expulsado a los trabajadores del campo mexicano y los explotan en las industrias estadounidenses, ahora los usan como chivos expiatorios de la inseguridad económica que causa su sistema capitalista.

Internacionalismo versus chovinismo nacional

Vale la pena darle otro vistazo a la historia de este país. Después de la guerra de Secesión (1861-65, que abolió formalmente la esclavitud), los negros quedaron encadenados a las plantaciones como aparceros, sin derechos políticos, bajo la constante amenaza de violencia, con una vida muy parecida a cuando eran esclavos. En ese entonces se forjó una nación negra dentro de las fronteras de Estados Unidos, pero era una nación oprimida en un sistema de superexplotación por los barones agrícolas del Sur. Pero con las innovaciones tecnológicas de la producción de algodón el trabajo de los negros “dejó de ser necesario”; en cambio, las fábricas del Norte necesitaban trabajadores. Esa demanda de mano de obra y el temor a los linchamientos hicieron que miles de negros se fueran al Norte.

Los negros terminaron haciendo los trabajos más duros y peligrosos en los mataderos de ganado, igual que los mexicanos hoy. En ambos casos, el movimiento del capital los lanzó de un lugar a otro y los encadenó a la industria.

En esa época también había reaccionarios como el congresista Tancredo y los Minutemen, que azuzaban ataques contra los negros. (En la misma época se dieron ataques racistas contra chicanos, como los Zuit Suit Riots, y deportaciones en masa de chicanos y mexico-americanos, fueran ciudadanos o no). En las ciudades del Norte, a los trabajadores blancos les decían que sus problemas los causaban los negros,no el sistema.

En la primavera de 1943 ascendieron a tres negros de la fábrica automotriz Packard de Detroit al trabajo de lustradores de metal, que era un trabajo de blancos. En las fábricas de Detroit los negros hacían los trabajos más sucios, peligrosos y peor pagados, como cuidar las calderas. Los trabajadores blancos hicieron una huelga de una semana. En junio estallaron peleas entre blancos y negros en Belle Isle, el mayor parque de la ciudad, y en 24 horas murieron 25 negros y 11 blancos. A 17 negros los mató la policía, que tomó partido con las chusmas blancas. (Esto se relata en The Origins of the Urban Crisis: Race and Inequality in Postwar Detroit,de Thomas J. Sugrue). Igual que hoy, el sistema fomentó odio racista, al tiempo que decía librar una guerra mundial por la democracia y la libertad.

Una característica de este sistema ha sido alentar y manipular la supremacía blanca, y dirigir la furia de los trabajadores blancos explotados hacia los negros. Los que ven cómo se ha usado el racismo contra los negros deben reconocer cómo se está usando hoy con otro grupo como chivo expiatorio: los inmigrantes.

El proletariado es una clase mundial. Los proletarios de todos los países tienen un interés común: un mundo sin clases ni diferencias de clase, sin todas las ideas e instituciones que las acompañan; un mundo en que se haya superado mediante lucha la división entre naciones opresoras y naciones oprimidas y en que las fronteras sean algo del pasado. Esa es la cosmovisión del internacionalismo proletario,y dicta luchar contra la opresión de las naciones y contra la persecución de cualquier sector del proletariado.

La burguesía trata constantemente de dividir al proletariado de una nacionalidad contra el de otras y fomenta la mentalidad de “nosotros primero”. Esto es chovinismo nacional. Es la cosmovisión y la ideología del enemigo, y hay que rechazarla en el campo de las ideas y, muy concretamente, sumándose a la lucha contra la opresión nacional.

Una denuncia del sistema, un toque de clarín a la resistencia

La ola de resistencia de los inmigrantes ocurre en un momento en que Bush y Cía están implementando peligrosos cambios radicales negativos,como concentración del movimiento del capital. Hoy está bajo un fuerte ataque el nivel de vida y la relativa seguridad económica que el imperialismo ofrecía a amplios sectores del país; pero ese ataque no procede de los inmigrantes sino del imperialismo, que tiene la necesidad de explotar más a “su propia” fuerza de trabajo. El sistema también está eliminando los derechos que se daban por sentados con el pretexto de la “seguridad”. Por otra parte, también hay cambios muy positivos, como el cuestionamiento de la supremacía de los blancos y de los hombres, y la expresión de otras culturas.

En esta situación, el sistema está fomentando miedo y movimientos fascistas que ofrecen “certeza” (y chivos expiatorios), ahora que mucha gente siente que le están moviendo el tapete. La principal fuerza fascista es el movimiento que encabezan predicadores fundamentalistas como Jerry Falwell, Pat Robertson y James Dobson. Estos fascistas cristianos les echan a los pobres la culpa de que sean pobres o les dan falsas ilusiones de que “Jesús les dará una vida mejor”. Pero buscan imponer por ley una moral cruel basada en una interpretación literal de la Biblia, que dicta medidas muy duras e inclusive medidas con implicaciones genocidas para los negros y otras nacionalidades oprimidas. Los fascistas cristianos también buscan reconstituir una “América cristiana unida” con los principios de supremacía blanca, supremacía masculina y chovinismo nacional.

Por otro lado, está surgiendo un movimiento nativista, antiimigrante (por ejemplo, los Minutemen), con fuerte apoyo del gobierno. Unos son unos patanes racistas y otros son más finos, pero todos son una extensión de los grupos de civiles armados y de las chusmas de linchamiento que han sido parte integral de la historia y la cultura de este país. Este movimiento paramilitar fascista se traslapa y se combina con los fascistas cristianos, pero tiene su propia dinámica. Su base son sectores retrógrados de la clase media blanca, pero también busca movilizar a los trabajadores blancos y negros (e inclusive a los inmigrantes documentados) contra los indocumentados. Sin embargo, considerando sus intereses fundamentales, dichos trabajadores deberían apoyar a los inmigrantes.

El imperialismo ha dominado naciones de todo el mundo militar y políticamente. Ha saqueado sus economías, encadenado la vida de sus pueblos a su sistema y los ha sacado de su país. Cuando llegan aquí, los explota salvajemente. Y después dice que son ilegales, que son una amenaza a la “seguridad nacional” y que son la causa de los problemas de todos los demás. Todo eso para beneficio de un sistema global de saqueo.

Romper estas cadenas de explotación y opresión global requiere una revolución: una revolución socialista, que lleve en última instancia a un mundo sin clases y sin fronteras, al comunismo. Y una revolución requiere un movimiento revolucionario. Esto implica no solo apoyar la actual ola de protesta (lo que es muy importante), sino también (y a fin de cuentas más importante) difundir un análisis científico de los motivos de estos ataques, de qué son parte, y evitar que el movimiento sea cooptado por un programa u otro que lleve a algo peor.

En ese contexto, es necesario que muchas, muchas más personas se conecten con Bob Avakian y con su análisis del mundo y de cómo cambiarlo. Es necesario que lean este periódico, se suscriban, contribuyan a él y lo distribuyan.

Desde la perspectiva de las víctimas globales de este sistema, la presencia de millones de inmigrantes, documentados o no,es una gran contribución potencial a los preparativos para cuando se presente la oportunidad de hacer una revolución a fin de tumbar el sistema que tanto dolor causa a los pueblos del mundo.


Protestas de abajo y peleas en la cúpula: El debate sobre las leyes de inmigración

En diciembre la Cámara de Representantes aprobó el proyecto de ley de inmigración Sensenbrenner (o HR 4437). Entre las figuras prominentes que apoyan esa ley está el congresista Tom Tancredo, feroz enemigo de los inmigrantes que ha pedido medidas más radicales, como revocar la enmienda 14 a la Constitución para negarle la ciudadanía a los niños nacidos en Estados Unidos si sus padres son indocumentados. La HR 4437 desatará una fuerte ola de represión. Dice que será un delito mayor el estar en este país sin documentos legales y califica como crimen federal ayudar a inmigrantes indocumentados. También destina fondos para construir un muro de 1125 km en la frontera (que sin duda llevará a más muertes al cruzarla).

A comienzos de marzo, el Comité Judicial del Senado inició un debate sobre otro proyecto de ley de inmigración. Si el Senado aprueba una ley de inmigración, tendrá que “conciliarla” con la de la Cámara y enviarla al presidente, quien tendrá que firmarla. Sea cual sea, llevará a importantes cambios para la situación de los inmigrantes… y podría entrar en vigor pronto.

Bush tiene varios desacuerdos con el proyecto de ley Sensenbrenner. Apoya las medidas represivas pero está a favor de un programa de “trabajadores huéspedes”. Otro proyecto de ley de los senadores Ted Kennedy y John McCain no tiene las medidas más draconianas del de Sensenbenner. Les dará visas especiales a algunas personas en el extranjero que quieren trabajar en Estados Unidos y permitirá que estos trabajadores “provisorios” pidan residencia permanente (“tarjeta verde”) tras varios años de empleo. Hasta algunos inmigrantes sin documentos que actualmente están en el país cumplirían los requisitos de una visa provisional (si pueden demostrar que no son un “problema de seguridad”, que tienen un “historial de empleo” y que “no tienen antecedentes penales”). Más tarde podrían pedir residencia permanente (si cumplen todos los requisitos de seguridad, pagan miles de dólares de multas e impuestos, y pasan exámenes de inglés y de cívica). La posibilidad de legalizarse es lo que distingue el proyecto de ley Kennedy-McCain de los demás (como el de Bush y el de los senadores republicanos Cornyn y Kyl) que tienen programas de “trabajadores huéspedes”.

Pero desde el punto de vista del pueblo, el problema con el proyecto de ley Kennedy-McCain es que parte de la premisa de Sensenbrenner de que hay un grave problema en la frontera que pone en peligro la “seguridad nacional”. [Ver el artículo acompañante, que explora las causas de la inmigración y los intereses del pueblo]. Si bien no tiene todas las medidas de Sensenbrenner, de todos modos es un ataque contra los inmigrantes. Por ejemplo, manda al Departamento de Seguridad de la Patria crear una “Estrategia nacional para la seguridad fronteriza” con “tecnologías de espionaje aéreo” para “aumentar la seguridad”. La militarización de la frontera en la última década (con más patrullas de la Migra, muros, detectores de movimiento y otros artefactos de alta tecnología, y paramilitares “extraoficiales” como los Minutemen) ya ha causado más muertes, porque ha empujado a muchos inmigrantes a cruzar en zonas más remotas y desérticas. Más medidas de “seguridad” causarán más sufrimiento y muerte.

¿Y los programas de “trabajadores huéspedes” y “regularización” del proyecto de ley Kennedy-McCain? Algunas fuerzas de la clase dominante apoyan esas medidas porque creen que son la mejor manera de explotar a esos trabajadores y porque le permitirán al gobierno vigilarlos mejor. Tal programa institucionalizaría un sistema de castas que relegará a millones de inmigrantes a una condición “provisional” y a vivir vigilados de cerca por el gobierno.

El presidente del Comité Judicial del Senado, Arlen Specter, ofreció su propia versión de la ley, que tiene muchas de las medidas fascistas de la HR 4437 (como declarar que estar en el país sin documentos será un delito grave) y el programa de “trabajadores huéspedes”. Pero, a diferencia de Kennedy-McCain, Specter no ofrece ningún camino a la regularización. La Casa Blanca alabó el proyecto de ley de Specter como “una propuesta exhaustiva a la reforma migratoria” y Tancredo lo condenó como “un desastre total” y una amenaza a “la seguridad nacional y económica”.

Al cierre de esta edición, no se sabe cuál proyecto de ley se aprobará. Pero no cabe duda de que ninguno beneficiará al pueblo. Las discrepancias en torno a la inmigración son diferencias entre los imperialistas sobre la mejor manera de extender su imperio global y forjar un nuevo pacto social más represivo en la “patria”. El debate se realiza en un marco totalmente reaccionario, y sea cual sea el “acuerdo” que negocien, no augurará nada bueno para los inmigrantes ni el pueblo en general.

Escoger el mal menor es una estrategia de callejón sin salida. Por ejemplo: en la batalla en defensa del aborto, varios líderes del movimiento pro derecho de escoger no quieren defender la moral del aborto y han hecho una concesión tras otra. Ahora el derecho pende de un hilo y la iniciativa la tienen los enemigos de la mujer.

Tenemos que romper con la lógica que empieza con la ley Kennedy-McCain, luego pasa a aceptar la de Specter y a fin de cuentas termina con la de Tancredo.

Puntos sobre el socialismo y el comunismo: Una clase de estado radicalmente nuevo, una visión radicalmente diferente y mucho más amplia de libertad

La transformación ideológica así como material que se requiere para llegar al comunismo (las “dos rupturas radicales” y las "4 todas"), y su relación con “el núcleo sólido con mucha elasticidad”

Bob Avakian, presidente del PCR, EU

Revolución #41, 2 de abril de 2006, se encuentra en revcom.us

Nota de la Redacción: A continuación publicamos partes de una charla que dio Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, a un grupo de militantes y partidarios el año pasado (2005). A esta edición se le agregaron subtítulos y notas al pie de página.

Esta charla saldrá en seis entregas. Hasta la fecha han salido:

1. “Puntos sobre el socialismo y el comunismo: Una clase de estado radicalmente nuevo, una visión radicalmente diferente y mucho más amplia de libertad”, en el #37 (5 de marzo de 2006).

2a. “El materialismo vs. el idealismo... la contradicción fundamental del capitalismo y la resolución revolucionaria de esa contradicción, primera parte”, en el #39.

2b. “El materialismo vs. el idealismo... la contradicción fundamental del capitalismo y la resolución revolucionaria de esa contradicción, segunda parte”, en el #40.

Toda la charla – “Puntos sobre el socialismo y el comunismo: Una clase de estado radicalmente nuevo, una visión radicalmente diferente y mucho más amplia de libertad”— está en la internet en inglés en revcom.us.

Lo que queremos y lo que necesitamos se determina socialmente

Para comenzar, es necesario hacer hincapié en algo sumamente importante que con frecuencia se ignora, se pasa por alto, se minimiza, se tergiversa e incluso se suprime: la verdad fundamental de que los deseos (lo que queremos) y las necesidades se determinan socialmente,y cambian con los cambios del “ambiente” material, social e ideológico. Bueno, esta es una de las grandes acusaciones contra el comunismo, que siempre andamos tratando de cambiar la “naturaleza humana” y de cambiar lo que los individuos quieren y necesitan, e inclusive de cambiar cómo perciben sus propios deseos. Pero si lo analizamos a fondo, vemos que los deseos y las necesidades se determinan socialmente, en varios niveles.

Por ejemplo, Marx explicó que la producción en sí crea necesidades. Pensemos en las computadoras, ahora que las tenemos y las usamos. Pensemos cómo sería tener que volver a trabajar con máquinas de escribir [ risas], a trabajar con esa “tecnología primitiva”. Bueno, hoy tenemos una profunda necesidad y un profundo deseo de computadoras. Ahora es un deseo y una necesidad. ¿Por qué? ¿Porque un día nos levantamos y dijimos: “Estoy harto de escribir a máquina y de mandar cartas por correo postal; cómo me gustaría tener una computadora, aunque no sé qué será eso"? [ risas] "Y quiero mandar emails, aunque tampoco sé qué es eso”. [ risas] De modo que la producción crea necesidades: el desarrollo de la tecnología, el desarrollo de las fuerzas productivas y de la producción, crea necesidades y deseos. En ese sentido, los deseos y las necesidades se determinan socialmente.

Asimismo, la cultura y las relaciones de producción crean deseos y necesidades. Los chavos de los ghettos compran rines de miles de dólares. Imaginemos que vamos a una sociedad comunal primitiva, que todavía existen; vamos a África a hablar con los !Kung y les decimos: “¿Quieren comprar estos rines?” [ risas] “¿Qué?” Si se los damos, seguro se sentarán en ellos o los usarán para otra cosa, pero no pagarán por algo así. [ risas] El hecho de que unos rines son brillantes y llamativos, especialmente cuando dan la vuelta en las ruedas de un coche, no significa mucho para ellos; podrían pensar que son un objeto artístico interesante o algo así, pero la importancia que le dan los chavos de los ghettos sería algo totalmente ajeno a ellos porque no corresponde a las relaciones de producción y a la correspondiente superestructura de una sociedad comunal primitiva. No voy a dar ejemplos más grotescos de consumo de la cultura estadounidense.

Lo esencial es que esos deseos y necesidades se determinan socialmente. Cuando hablamos del lema del comunismo, “De cada cual, según su capacidad; a cada cual, según sus necesidades”, no nos referimos a las necesidades determinadas socialmente por el capitalismo y el imperialismo. Un paréntesis interesante: durante la confirmación de Roberts a la Suprema Corte salió a la luz que cuando trabajaba en el gobierno de Reagan, hace un par de décadas, escribió lo siguiente para refutar la idea de que los hombres y las mujeres deben recibir el mismo salario: “Todos ellos ignoran el hecho de que hay razones, que han evolucionado con el curso de la historia, para que los hombres reciban mejor salario. Solo falta que digan ‘De cada cual, según su capacidad; a cada cual, según su sexo’”. Que no se nos ocurra que nuestros adversarios no piensan.

Decía que la sociedad determina lo que pensamos que queremos y necesitamos, o lo que efectivamente queremos y necesitamos en determinado contexto. En esta sociedad, tener coche es casi siempre una necesidad, pero no en Manhattan. En París también uno se puede desplazar sin coche; es más fácil no tener coche. Son cosas condicionadas por la sociedad, moldeadas, influenciadas y en última instancia determinadas por la sociedad.

Otro ejemplo de la sociedad capitalista, con todo su consumismo, es la noción de que ir de compras es una actividad por excelencia de las mujeres (especialmente pero no solo de la clase media). Para los hombres el deporte y para las mujeres las compras. Los dos son deseos y necesidades creados y determinados socialmente. Una canción de Public Enemy me hacía reír mucho porque Flavor Flav se quejaba en un rap de que su compañera se la pasaba viendo telenovelas y él no podía ver el partido de béisbol ni la pelea de Sugar Ray. [ risas] Como si el béisbol o la pelea de Sugar Ray fueran algo superior a las telenovelas. [ risas] Pero cada uno es una variante, para los hombres y para las mujeres, de deseos y necesidades creados y determinados socialmente.

Todo este consumismo, la idea de que comprar es una actividad esencial, acompañada de cavilaciones existenciales, de que es esencial para una vida plena y auténtica [ risas], eso es parte de la modalidad actual de la economía de la sociedad y el capitalismo estadounidense, con una estructura de deuda a todo nivel, del consumidor para arriba, reforzada por una industria publicitaria que crea artificialmente deseos y necesidades. Ahora la moda son los programas de “TV de realidad”. Nadie pedía “programas de realidad” hace 10 años, pero ahora son imprescindibles para mucha gente.

Da la impresión, entonces, de que son cosas que uno efectivamente necesita o que son parte intrínseca de su propio carácter. Es esencial de “mi identidad” que me gusta coleccionar esto o tener aquello o comer lo de más allá. Inclusive la forma de consumir lo imprescindible para vivir está determinado socialmente. No solo hay una necesidad de comida, ropa, techo y demás, sino la necesidad de hacerlo de cierta forma y el deseo de hacerlo de cierta forma: comer esta comida y no aquella, beber esto y no aquello, vivir en tal casa y no en otra, tener cierto vehículo y no otro. Todo eso se determina socialmente y varía en distintos períodos históricos y de una sociedad a otra; y también varía en distintas clases y grupos de la misma sociedad.

Hay Pepsi y Coca Cola, y cuando yo era niño, a los negros les gustaba RC. Ese es un deseo y una necesidad diferente. Lo mismo pasa con los cigarros y con muchas otras cosas. Los distintos grupos y capas de la sociedad tienen preferencias distintas, o deseos y necesidades determinados socialmente. Debido al constante refuerzo del individualismo en esta sociedad (cuya base material subyacente es la producción e intercambio de mercancías, y que la cultura refuerza constantemente), se puede pensar que es algo esencial e inherente a “mi propia naturaleza e identidad” y que “no puedo vivir sin esas cosas”; pero si uno toma un poco de distancia se da cuenta de que las que nos parecían importantes hace 10 años ya no nos parecen importantes, no las necesitamos o no las queremos; y hoy nos parecen indispensables deseos o necesidades que hace 10 años no teníamos. Eso se ve más patentemente cuando consideramos varias sociedades a lo largo de la historia o en distintas partes del mundo.

Para los cristianos fundamentalistas de Estados Unidos, la Biblia es una absoluta necesidad y deseo. [ risas] Pero no para los fundamentalistas de Pakistán; para ellos es el Corán. Las dos cosas son deseos y necesidades determinados socialmente que han evolucionado históricamente.

El individualismo, también, se determina socialmente

En la conversación con Bill Martin para el libro Conversations1, cuando hablamos de Kant, yo indiqué que Marx planteó un punto muy profundo en su Contribución a la crítica de la economía política cuando dijo que la formación de los individuos se da en un contexto social y no se puede dar de otro modo. Esto lo han comprobado los descubrimientos científicos. Se han encontrado niños “salvajes”, así los llaman, que crecen por su cuenta en la naturaleza. Pasado cierto tiempo, es muy difícil que aprendan ciertas funciones humanas básicas y que asuman ciertas características humanas, como el habla. Estas son capacidades que se aprenden y se desarrollan en sociedad. El aprendizaje e inclusive el desarrollo fisiológico para ellas se compenetra con el desarrollo social. La formación y el desarrollo de los individuos, así como sus deseos y necesidades, no se puede dar sino en un ambiente social. Es más, la individualidad extrema, o individualismo, solo puede darse en un ambiente social, en conflicto con otros individuos. Imaginen que viven solos en una isla: “¡Voy a expresar mi individualidad!” [ risas] Bueno, ¿a quién carajos le importa? No hay nadie a quien le importe. [ risas] En ese contexto no se puede expresar la individualidad porque todo existe con relación a su contrario. No hay contrario a esa individualidad. Eres tú y ya. [ risas] Tu individualidad no tiene el significado que tiene en otro contexto, en un contexto social.

De modo que es muy importante que entendamos que los deseos, las necesidades y las opiniones sobre ellos se determinan socialmente y evolucionan históricamente. Se relacionan con el carácter de la producción, de las relaciones de producción, y la correspondiente superestructura.

La ruptura tradicional con las maneras tradicionales de pensar

Del mismo modo que no hay una naturaleza humana inmutable sino, por el contrario, distintas nociones de naturaleza humana en distintas sociedades e inclusive en las distintas clases de la misma sociedad, tampoco hay deseos y necesidades inherentes. Y cuando los comunistas decimos, muy correctamente, que vamos a llevar a cabo las “4 todas” (no solo las tres primeras, sino también la cuarta, que es la revolucionarización de la manera de pensar) y las dos rupturas radicales2 que describieron Marx y Engels (no solo la primera, sino también la segunda, que es la ruptura radical con las ideas tradicionales), lo decimos con razón. Esto no es una noción catastrófica de imponer cambios antinaturales que van contra la naturaleza humana. Es una concepción materialista, dialéctica, de cómo se moldean y cambian estas cosas, inclusive sin nuestra intervención, aunque los cambios de que estamos hablando son cualitativos, son rupturas radicales; por eso se oponen a ellos fuertemente personas que podrían aceptar ciertos cambios cuantitativos o ciertos cambios en la forma en que se da la explotación, pero no la extirpación y eliminación de la explotación. [Con una voz de sarcasmo exagerado:]“Eso va contra la naturaleza humana y contra el impulso natural de competir con los demás”.

Pero es muy correcto decir que vamos a realizar las “4 todas”: la abolición de todas las diferencias de clase, de todas las relaciones de producción en que estas descansan, de todas las relaciones sociales que acompañan esas relaciones de producción, y la revolucionarización de todas las ideas que surgen de esas relaciones sociales. Es absolutamente correcto que reconozcamos que esto es posible y necesario. Y, del mismo modo, vamos a realizar la ruptura radical no solo con las relaciones de propiedad tradicionales (que es otra forma de expresar las relaciones de producción subyacentes de las cuales las relaciones de propiedad son una manifestación), sino también una ruptura radical con las ideas tradicionales. Es absolutamente correcto que digamos que esto es tanto necesario como posible. Y, sí, se tiene que hacer sin “ingeniería social” en el sentido coercitivo, fundamentalmente. Pero no se puede hacer, no se hará, sin una gran cantidad de lucha en la esfera de la ideología y la cultura, así como lucha política y lucha para, a su vez, transformar las condiciones materiales de la base económica y las relaciones dialécticas de todo eso. Cambiar la manera de pensar de la gente en relación dialéctica con cambiar sus circunstancias, como dijo Marx.

Esta revolución busca cambiar a las personas y las circunstancias, y hacerlo correctamente, hacerlo en la relación dialéctica correcta. Las ideas a veces se adelantan y se tienen que adelantar a las circunstancias. Si eso no fuera cierto, no podría haber teoría comunista. No se podría contemplar una sociedad futura sin adelantarse a las circunstancias. Pero si tratamos de imponer ideas que no corresponden a las circunstancias (en vez de manejar correctamente la relación dialéctica en la cual las ideas llevan a cambiar las circunstancias de modo voluntario y consciente), caeríamos en los horrores de los que nos acusan. Donde se ha tratado de hacer eso en nombre del comunismo, ha llevado a horrores.

La “naturaleza humana” inmutable no existe

Hay que manejar esto correctamente, pero la idea de que hay una “naturaleza humana” inmutable es incorrecta; veamos un poco de historia para examinar más a fondo por qué es incorrecta. Para empezar, no es cierto que el desarrollo de la sociedad comunal primitiva a la sociedad de clases y de ahí al comunismo represente una especie de “negación de la negación”, en el sentido que lo dijeron Engels y Marx (el surgimiento de la sociedad de clases representa la negación de la sociedad comunal primitiva y básicamente sin clases, de la que emerge la sociedad de clases; a su vez, la transición a una sociedad sin clases representa una negación del surgimiento de la sociedad de clases = negación de la negación). Más bien, representa un complejo desenvolvimiento de contradicciones a través de varias formas y etapas, tal como lo describí antes: un constante tira y afloja entre los diferentes aspectos de las contradicciones entre las fuerzas y las relaciones de producción, y la base económica y la superestructura, y entre esas contradicciones y otras contradicciones que suscitan. En medio de toda esa complejidad, la historia se desarrolla y surge la “conexión” de que hablaba Marx, y se llega al umbral, a la posibilidad, de un salto al comunismo, aunque no con certeza e inevitabilidad. Aquí surge, de nuevo, un principio muy importante, otra forma de hablar de la cuestión de necesidad y libertad: la declaración de Marx de que los seres humanos hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio. La hacen conforme a las condiciones materiales que heredan, con la necesidad que se les presenta en un momento dado. Pero, por otra parte, como materialistas dialécticos, entendemos que esas condiciones materiales se reflejan en la conciencia. Los seres humanos se forman ideas y conceptos sobre las condiciones materiales y sobre cómo cambiarlas; y si tales ideas y conceptos corresponden a la realidad material subyacente (si no son una distorsión fundamental o esencial de ella), y si corresponden a la dirección en que tienden esas contradicciones, pueden hacer esos cambios y, es más, acelerarlos.

Ahí es donde radica la libertad y la iniciativa. Ese es el papel de la vanguardia comunista consciente y por eso es tan valiosa, inapreciable y, sí, indispensable. Porque, debido a las relaciones de clase que existen, no todo mundo va a tener un reflejo correcto (no absolutamente, pero más o menos) de la realidad en sus ideas, conceptos, planes y programas, del carácter contradictorio, el movimiento y desarrollo de esa realidad, al mismo tiempo y espontáneamente.

De modo que los seres humanos hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio. Esto lleva de nuevo al punto de los anarquistas y los utopistas. Cuando uno debate con ellos, dicen: “Bueno, ¿para qué quieren tener líderes? Eso es parte del problema”. No, en esta etapa de la historia primordialmente es una parte esencial de la solución; la cuestión fundamental es cuál es el carácter de ese liderato y si sus ideas, conceptos, programas, planes y demás corresponden a la resolución de las contradicciones motrices subyacentes, conforme a los intereses de las masas populares. Esa es la cuestión esencial.

Como dije, la materia se refleja en la conciencia humana y, a su vez, la conciencia afecta la materia y la cambia. ¿Cómo lo hace? ¿En qué dirección, en beneficio de quién, con qué propósito, con qué objetivos? Esa es la pregunta fundamental con respecto a los líderes. Sí, entraña mucha complejidad, pero esa es la pregunta esencial y fundamental.

Todo mundo tiene ideas, ya sean espontáneas o sistemáticas. Todo mundo tiene ideas y responde de una forma u otra a la realidad material. La cuestión es: ¿qué tan sistemática y rigurosamente reflejan esas ideas las fuerzas motrices subyacentes de la realidad y qué tienen que ver con resolver esas contradicciones conforme a los intereses de las masas? Esa es la cuestión. Y esa es la cuestión decisiva sobre el liderato. Decir que otra cuestión es la decisiva es desviarse de lo fundamental y esencial. Obvio que tenemos que abordar otras cuestiones que se presentan al respecto, pero son una desviación, aunque haya que abordarlas para llegar a lo esencial.

Los seres humanos, entonces, hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio. Esto también está relacionado con lo que vimos sobre las restricciones y la relación dialéctica entre restricciones y transformación. Está relacionado con lo que vimos de que el socialismo nace con los sellos del capitalismo y con el comentario de Lenin de que no hacemos la revolución con personas como nos gustaría que fueran, aunque tratamos de cambiarlas. Sí, tratamos de cambiarlas. “¿No van a querer cambiar lo que sentimos, no?” Sí,sí vamos a hacerlo. Porque los sentimientos fundamentalmente se desprenden de la concepción y el punto de vista sobre algo. No vamos a mandar que los sentimientos cambien ni a hacerlo a la fuerza; pero sí vamos a tratar de transformar a las personas, inclusive sus sentimientos, porque los sentimientos son una expresión de cómo ven el mundo. Si uno realmente entiende a fondo lo que significa y a lo que lleva que un ser humano o un grupo de seres humanos use a otros para beneficio personal y privado, por qué esto es una traba no solo para los individuos explotados sino para toda la humanidad, y especialmente si ve que la humanidad ha alcanzado el punto en que tales relaciones de explotación son innecesarias y son un obstáculo para el desarrollo de la sociedad humana y de los seres humanos, entonces sentirá un deseo apasionado de que todo eso se elimine. Pero si uno no entiende realmente lo que entraña esa clase de explotación, por qué es innecesaria ni que se puede eliminar, sentirá algo muy distinto; podría sentir que no está tan mal o que no se puede hacer nada para cambiarla o que tratar de cambiarla empeorará la situación. ¿No debemos tratar de cambiar las ideas y, sí, los sentimientos sobre cosas fundamentales como estas?

En El origen de la familia, la propiedad privada y el estado,Engels hace este comentario, que es muy importante y merece reflexión: "Cuanto menos desarrollado está el trabajo, más restringida es la cantidad de sus productos y, por consiguiente, la riqueza de la sociedad, con tanta mayor fuerza se manifiesta la influencia dominante de los lazos de parentesco sobre el régimen social". Esto se ve en las sociedades comunales primitivas, que todavía existen en África y en pequeños focos en Latinoamérica; se ve en la historia de las sociedades indígenas de América del Norte y todavía se ve hoy. La declaración de Engels postula un análisis materialista de la organización de la sociedad: que no es una organización arbitraria de la sociedad sino que es, repito, una manifestación del carácter de las fuerzas productivas. Inclusive las unidades básicas de la sociedad (lazos de familia y de parentesco, en el caso de las sociedades comunales primitivas) tienen que ver con el carácter de las fuerzas productivas de esas sociedades. Engels examinó sociedades comunales primitivas de distintas partes del mundo (Asia, Europa, el Mediterráneo y otras) y demostró que, con el cambio de las fuerzas productivas, el carácter de la organización de la sociedad (es decir, las relaciones de producción y sociales) también cambia.

En la misma obra, El origen de la familia, la propiedad privada y el estado,Engels dice que en la sociedad comunal primitiva “la fuerza de trabajo humana no produce aún excedente apreciable sobre sus gastos de mantenimiento”. Mejor dicho, en una sociedad cazadora y recolectora, salen a recoger frutas y nueces y de vez en cuando salen a cazar para suplementar la alimentación, y básicamente consumen de inmediato todo lo que recogen y cazan. En esta forma de sociedad, los seres humanos no son capaces de producir un excedente sobre lo que necesitan para su mantenimiento. Engels agrega: "Pero al introducirse la cría de ganado, la elaboración de los metales, el arte del tejido, y, por último, la agricultura, las cosas tomaron otro aspecto". Engels después dice que la separación del trabajo artesanal y la agricultura fue otro salto clave.

Regresando por un momento al lado positivo de Jared Diamond, su libro Guns, Germs and Steel (Armas, gérmenes y acero)examina esto desde un punto de vista primordialmente materialista. Hace poco el canal de televisión pública PBS presentó una serie basada en el libro y Diamond explicó un poco de esto: que, cuando el trabajo artesanal se separa de la agricultura, cuando puede haber especialización, cuando la agricultura produce lo suficiente para sostener a una parte de la sociedad que se dedica a la especialización, empezando con el trabajo artesanal y pasando de ahí al mayor desarrollo de la tecnología, se crea una dinámica en que la tecnología afecta a la agricultura, aporta nuevos medios de producción, nueva tecnología para la agricultura, y a su vez la agricultura produce más excedentes, más de lo que se necesita para el consumo inmediato, y eso a su vez sienta la base material para más especialización. Junto con esto, como es sabido, se da el desarrollo y desenvolvimiento de diferenciaciones de clase en esa sociedad.

Otro modo de decirlo es que conlleva importantes cambios en las relaciones de producción y las relaciones sociales. Engels explicó que eso sucedió especialmente con la esclavitud en la antigüedad: que cuando no se podía emplear a individuos para que produjeran mucho más de lo que consumían, la esclavitud no tenía mucho sentido económico. Por eso cuando una tribu capturaba miembros de otra tribu o grupo familiar, los mataba, los soltaba o los absorbía como miembros de la tribu; pero no tenía sentido ir a capturar una gran cantidad de personas como esclavos porque las fuerzas productivas no eran capaces de emplearlos de modo que produjeran más de lo que consumían. Si no, era añadir más gente sin mayor beneficio.

Pero cuando se instauró la agricultura, especialmente la agricultura sedentaria, y empezó la diferenciación entre agricultura y trabajo artesanal, la posesión de esclavos adquirió sentido económico. No somos románticos acerca de la historia de la humanidad: entre los grupos comunales primitivos de América del Norte y de otras partes de las Américas había conflicto, hostilidad y guerra, o por lo menos conflicto violento. Pero dentro de cada tribu no existían las divisiones y la opresión tan comunes hoy entre clases ni entre hombres y mujeres, que surgieron con el surgimiento de relaciones de producción diferentes a partir del mayor desarrollo de las fuerzas productivas.

Precisamente uno de los ejemplos más destacados y notables de esas transformaciones de las relaciones de producción y las relaciones de clase fue capturar y emplear esclavos. Una vez que el carácter de las fuerzas productivas era tal que la posesión de esclavos tenía sentido económico, en vez de matarlos o absorberlos como iguales, echó raíces la esclavitud. Eso no quiere decir que todo mundo pensara que la esclavitud era buena ni que de repente todos se volvieron “malos” (como en el mito de Adán y Eva de la Biblia), que fue la caída de la humanidad y todos se corrompieron. Naturalmente que el punto de vista de la gente cambió. ¿Y adivinen qué? Se crearon la necesidad y el deseo social de poseer esclavos. Una necesidad y un deseo determinados socialmente que evolucionaron históricamente, basados en los cambios del carácter de las fuerzas productivas y no en una tendencia humana inherente de desear poseer otros seres humanos. Si fuéramos a una sociedad comunal primitiva y dijéramos: “¿Por qué no se esclavizan unos a otros?”, nos dirían: “¿Que qué? ¿De qué hablan?” Y la respuesta sería: “Pues por lo visto todavía su naturaleza humana no está plenamente desarrollada”. [ risas] No. Dicha sociedad tiene distintas ideas, distintas expresiones de la superestructura, que corresponden a su modo distinto de producción, que corresponden al carácter de las fuerzas productivas. Pero cuando la esclavitud empieza a “tener sentido” económico, se va arraigando, a pesar de la resistencia de los que no pueden tener esclavos o de los que piensan que no es una buena idea por las razones que sea.

La esclavitud se va volviendo lucrativa. Existe la base material para ella y capturar esclavos es ahora parte de la actividad del grupo: asaltar otras tribus, en particular, u otros grupos. Engels dice: "El régimen de la gens en pleno florecimiento… suponía una producción en extremo rudimentaria y, por consiguiente, una población muy diseminada en un vasto territorio". La cadena TNT presentó una serie ficticia sobre los indígenas de América del Norte titulada “Into the West” que habla de esto, del conflicto entre esos dos modos de vida: de los lakota, los cheyenne y otros grupos, por un lado, y por el otro los colonos blancos que llegaban del Este. La serie muestra la llegada de los colonos blancos ola tras ola, encarnada en el Pony Express, en el telégrafo y en el ferrocarril. Se va viendo que el modo de vida de los lakota y otros grupos no puede perdurar en esas circunstancias porque requería un extenso territorio para una pequeña cantidad de personas. No era una vida sedentaria que produciría más y más rendimiento en un territorio colonizado desarrollando continuamente las fuerzas de producción. Esto no es una forma de decir que un modo de vida fuera “superior” y el otro “inferior”; no hay nada intrínsecamente superior en la caza y la recolección o en la agricultura sedentaria con el concomitante desarrollo de tecnología. Es una forma de decir, desde un punto de vista materialista científico, que esos dos modos de vida estaban cada vez más en conflicto directo y antagónico; y es una forma de reconocer por qué, con la combinación de circunstancias del momento, uno predominó sobre el otro por la fuerza. Cuando llegaron más y más colonos, con el respaldo del ejército, pero también reforzados por todas esas fuerzas productivas y por un modo de vida que utilizaba esas fuerzas productivas (repito, no hablo de la justicia o injusticia de esto sino de su realidad material), la base del modo de vida de los indígenas se redujo más y más porque no podían seguir viviendo como poblaciones pequeñas, relativamente escasas, en un gran territorio para cazar y recolectar. Jared Diamond examina el mismo fenómeno en Nueva Guinea.

Hay otros ejemplos de grupos de escasa población que ocupaban extensos territorios y que no dependían de la agricultura permanente ni del correspondiente desarrollo tecnológico; por ejemplo, en la antigua Grecia, antes del desarrollo de las ciudades-estado, había grupos similares. Engels comenta algo que vale pena reflexionar: "El sistema monetario en desarrollo [en la Atenas de la antigua Grecia] penetró como un ácido corrosivo, en la vida tradicional de las antiguas comunidades agrícolas, basadas en la economía natural". En la antigua Grecia este proceso, que implica desarrollo de tecnología y diferenciación de distintos grupos sociales (la organización que rebasa y empieza a resquebrajar los lazos de parentesco, y organiza a la gente según el territorio y según clase), como dice Engels, “penetró como un ácido corrosivo, en la vida tradicional de las antiguas comunidades agrícolas, basadas en la economía natural"; y la resultante fue la economía de esclavitud y la sociedad esclavista en las ciudades-estado de Grecia.

O veamos otro ejemplo. Cuando los germanos y otros “bárbaros” conquistaron Roma y se vieron en la necesidad de mantener y administrar lo que habían conquistado (si no querían arrasarlo y destruirlo todo, tenían que mantenerlo y administrarlo), su propia forma de organización social se resquebrajó significativamente y en su lugar surgió una forma de organización más acorde con el modo de existencia de la sociedad que conquistaron. Con el tiempo se adaptaron al modo de existencia de Roma.

En la charla Revolución,que está en DVD3, di ejemplos del antiguo México y el antiguo Egipto de cuando los grupos humanos se asentaron, se dedicaron a la agricultura permanente, y empezó a desenvolverse una desigualdad y diferenciación de clase, que dio origen al estado y a todo lo que conlleva. Con esto vino la separación del quehacer intelectual y de la actividad productiva subyacente; la dedicación a la actividad cultural, por un lado, y a la actividad productiva, por el otro. Expliqué que en una parte del antiguo México, cerca del río Coatzacoalcos, se establecieron grupos que llevaban siglos cazando y recolectando; pero no fue que un día decidieron “vamos al río, quedémonos ahí y sembremos”. No tenemos estudios psicológicos ni encuestas [ risas]. Pero podemos asumir que estaban acostumbrados a su modo de vida y no deseaban cambiarlo; pero las investigaciones históricas muestran que la caza y la recolección agotaron la región, y que asimismo se dieron cambios climáticos. De modo que tuvieron que establecerse en otra parte.

Como he dicho muchas veces, como recalca el materialismo histórico, los seres humanos a menudo inician cambios de su modo de existencia que tienen consecuencias de gran alcance, pero que no buscaban ni podían prever. Esos cambios a su vez son una fuerza material que afecta a los seres humanos que los iniciaron. Los grupos de México que pasaron a la vida sedentaria en las orillas del Coatzacoalcos encontraron que unas tierras estaban más cerca del río y eran más fértiles, y otras no. Así, sin ser algo mecanicista ni en una correlación directa, pero relacionado con lo anterior, se va dando diferenciación y unos acumulan más que otros; a unos les va bien y a otros no. ¿Qué les pasa a los que no les va bien? Los otros los emplean.

Eso es lo que ha pasado en China últimamente con la restauración del capitalismo después de la muerte de Mao: cuando se desintegran las comunas y se regresa al modo capitalista de producción, muchos campesinos se vuelven muy pobres y no pueden subsistir en su propia tierra, así que se van a las ciudades o trabajan para los campesinos a los que les va bien. Surgen grandes brechas y polarización, y muchos terminan explotados por los otros. Cuando esto sucedió en la sociedad humana primitiva, como en el México antiguo, surgió gente especializada en distintas tecnologías, gente especializada en las actividades intelectuales y culturales, y gente especializada en las actividades del estado.

En Egipto se dio un proceso similar, ya antes de los faraones, en el río Nilo. Toda la sociedad egipcia está organizada en una estrecha franja a ambos lados del Nilo. Los que están más lejos del río tienen una posición menos favorable y se va dando diferenciación. El mismo proceso general se dio antes de los faraones: diferenciación, polarización, explotación y represión, con el surgimiento de distinciones sociales, de clase, y del estado.

¿Es el resultado de una característica humana intrínseca? Cuando estaban cazando y recolectando en México hace miles de años, ¿sentían un anhelo irresistible de crear un estado y de explotar y oprimir a otros? ¿Y esto sencillamente no se puede prevenir sin crear una monstruosidad porque refrena el espíritu humano inherente e innegable? ¡Puras pendejadas! [ risas] Eso sucedió por razones muy materiales, provocadas por cambios en el carácter de las fuerzas productivas, impulsados por la necesidad que se planteaba y que a menudo llevaron a resultados y consecuencias no previstos: llevaron a cambios en las relaciones de producción y, a su vez, a los correspondientes cambios en la política, la ideología, la cultura, la manera de pensar y, sí, los deseos, las necesidades y los sentimientos.

Así es como se ha desarrollado la sociedad humana; no ha sido el desenvolvimiento de un plan de un diseñador consciente sino un proceso básicamente inconsciente de respuesta a la necesidad y de cambios que tienen resultados de gran alcance y profundos, no buscados y no previstos.

Así que cuando llegamos a la era presente de la historia humana y miramos la cuestión del comunismo y de las “4 todas”; cuando miramos las “dos rupturas radicales”, no solo con las relaciones de propiedad tradicionales sino con las ideas tradicionales; cuando pensamos en el principio de “De cada cual, según su capacidad; a cada cual, según sus necesidades”, tenemos que entender la relación dialéctica entre los cambios que se operan en la base económica de la sociedad, en las relaciones de producción y las correspondientes relaciones sociales, y en la superestructura de política e ideología, hasta que se haya creado una abundancia que aleje a los seres humanos más y más de la necesidad de la lucha diaria por la subsistencia (donde en términos fundamentales eso esté garantizado y no sea la preocupación de los miembros de la sociedad), en relación dialéctica con los cambios correspondientes de los deseos y las necesidades.

En este sentido es como tenemos que concebir el avance al comunismo, no en un sentido utópico. Esto lo voy a elaborar más: el comunismo no es una idea utópica en donde todos hacen lo suyo, sin ninguna restricción, y de algún modo todo contribuye al bien común. Esa no es una concepción materialista de cómo llegar al comunismo ni de cómo será. Es algo muy diferente y corresponde a una concepción del mundo que no tiene nada que ver con el comunismo. Lo profundizaré más adelante.

Continuará

Notas:

1 Bob Avakian y Bill Martin, Marxism and the Call of the Future: Conversations on Ethics, History, and Politics (Chicago: Open Court, 2005).

[Regrese al artículo]

2 Las “4 todas” se refiere a una declaración de Marx en La lucha de clases en Francia, 1848-50de que la dictadura del proletariado representa la transición necesaria hacia la abolición de todas las diferencias de clase, de todas las relaciones de producción en que estas descansan, de todas las relaciones sociales que acompañan esas relaciones de producción, y la revolucionarización de todas las ideas que surgen de esas relaciones sociales. Las “dos rupturas” se refiere a la declaración de Marx y Engels en El Manifiesto Comunista de que la revolución comunista es la ruptura más radical con las relaciones de propiedad tradicionales y con las ideas tradicionales.

[Regrese al artículo]

3 Revolución: Por qué es necesaria, por qué es posible, qué es. A la venta en DVD (inglés/español), VHS (inglés) y VHS (español). $34.95 + $4 franqueo. Pedidos en línea a: threeQvideo.com o amazon.com; o envía un cheque o giro postal a: Three Q Productions, 2038 W. Chicago Ave. #126D, Chicago, IL, 60622.

[Regrese al artículo]

Con los voluntarios en Nueva Orleáns
Trabajar juntos y debatir grandes asuntos

Philip Watts

Revolución #041, 2 de abril de 2006, se encuentra en revcom.us


Durante el mes de marzo, temporada de vacaciones de primavera, miles de estudiantes universitarios han ido a Nueva Orleáns. Han ido a trabajar en lo que el gobierno nos ha demostrado constantemente que no está dispuesto a hacer: la reconstrucción de los hogares destruidos. Gran parte de lo que hacen es limpiar las casas de las zonas más afectadas por el huracán Katrina para que puedan ser reconstruidas. Los voluntarios también ayudan a las personas afectadas a cubrir necesidades básicas tales como la distribución de alimentos y servicios sociales. Distintos grupos han convocado y organizado a todos los voluntarios.

Unos compañeros fuimos a Nueva Orleáns para observar lo que sucede y poner de nuestra parte en todo el trabajo. También para crear un vínculo entre el partido, su presidente y la gente de acá. Llevamos dos días y se han sentido como semanas enteras. A continuación un poco de lo que hemos visto.

A nuestra llegada a Nueva Orleáns nos pusimos en contacto con Common Ground Collective, uno de los primeros grupos de voluntarios en proporcionar ayuda a los afectados después del huracán. Common Ground Collective estima que ya ha organizado alrededor de 2,500 voluntarios en lo que va del año. El fundador del grupo, Malik Rahim, testificó ante el Tribunal Internacional Investigadora sobre los Crímenes del Gobierno de Bush el octubre pasado en Nueva York sobre la limpieza étnica que tomó lugar en la ciudad, específicamente en las zonas predominantemente negras del 9th Ward.

Common Ground Collective ha organizado distintos proyectos y gran parte de ellos han sido para limpiar las casas que se destruyeron con las inundaciones para que los dueños puedan renovarlas y regresar a ellas, lo cual resulta difícil porque el gobierno se resiste a permitir que regresen a ciertas zonas.

Darell, residente del 9th Ward y quien ha trabajado en Common Grounds, nos dio un tour cuando llegamos a la ciudad; fuimos a su vecindario, una de las zonas más afectadas. La comunidad se encuentra al este de lo que se conoce como el 9th Ward y los separa el Canal Inner Harbor Navigation, conjunto de agua contenido por un dique que se rompió.

Mientras pasábamos por el puente desde el 9th Ward pudimos ver desde arriba la magnitud de la devastación que se extiende por calles y calles. Darell nos dijo que estaba peor que con las casas aplastadas como lo vimos. Conforme nos acercamos vimos que muchas casas estaban totalmente destruidas, aplastadas o hechas pedazos. También fue impresionante ver que muchas de ellas aún seguían con su estructura firme. Hay un tiradero dentro de las casas, llenas de lodo y moho por todos lados. Aún más impactante es ver que todo esto sean las pertenencias destruidas de las personas.

La mayoría de las casas en el 9th Ward eran propiedad de sus residentes, muchas de ellas heredadas de generación a generación. Es muy duro ponerlo en un contexto histórico de la opresión sobre los negros, el Sur y la esclavitud, y pensar en lo que significó para las generaciones anteriores comprar esta tierra y construir sus hogares.

Este barrio fue una zona de desastre y la más afectada por el huracán y la inundación. Darell nos dijo que después de que el agua sumergiera al vecindario, las casas nadaban por las calles, como si a un vecindario lo metieran a la lavadora; los carros sobre las casas, los objetos en otros lugares. De hecho había muchos refrigeradores en la calle porque los utilizaron para flotar en la corriente.

Aprendimos mucho de Darell sobre lo que sucedió exactamente y lo que continúa sucediendo. Es impresionante ver que la mayoría de las personas trabajando con sus trajes protectores y respiradores para la reconstrucción de la ciudad sean voluntarios y no trabajadores del gobierno, de FEMA. Ellos, se supone, deberían ser la fuerza mayor en la limpieza y los arreglos. Le pregunté a Darell dónde estaba el gobierno y dijo “no más no está” y que si no fuera por los voluntarios todo seguiría igual. También le pregunté su opinión sobre los voluntarios y después de pensarlo respondió que significaba mucho lo que hacían. Mientras lo escuchaba pude darme cuenta del coraje y frustración acumulada por la forma en que los residentes, sobre todo los negros, han sido tratados, la ineficacia del gobierno para cubrir las necesidades básicas y la constante negación para hacerlo.

Darell dijo: “Has pasado un día aquí y ¿cuántos trabajadores gubernamentales has visto? Hay una iglesia en frente de Common Ground, se llama River of Hope, y ahí están todos los voluntarios. Son los únicos que hay. Aparte de la policía de Nueva Orleáns, que anda hostigando, los trabajadores gubernamentales no vienen por aquí. Si no fuera por los voluntarios, Nueva Orleáns todavía sería un montón de basura”.

Hablando de los voluntarios, continuó: “Me levantan el ánimo. Les agradezco y no les voy a criticar nada. Hay chavos de Washington, de Chicago, se enteraron de Common Ground en la internet y vinieron en carro o por avión, con dinero de su propio bolsillo”. Dijo que antes pensaba en sí mismo, pero que conocer a los voluntarios lo ha cambiado: “Al comienzo pensaba que yo no iba a ayudar a nadie sin que me pagara. Pero esos chavos trabajan tan duro, le echan muchas ganas”.

Le comenté sobre la segunda de las tres lecciones del PCR poco después de Katrina, de que las masas tomaron la situación en manos propias a pesar del gobierno y de que en todo esto se ve el potencial de un futuro diferente. (Ver: “Tres lecciones fundamentales” en: http://rwor.org/a/014/declaracion-pcr-huracan-katrina-s.htm) Darell expresó acuerdo y asintió con la cabeza inmediatamente. Me habló de un joven blanco que conoció, un plomero, que se ofreció de voluntario: “Me dijo que antes tenía poca experiencia con los negros, pero que ahora empieza a entender que lo que le enseñaron no es cierto, que la situación es diferente de lo que siempre le habían dicho sus antepasados”. Darrell dijo que ver los cambios que experimentó ese hombre blanco al vivir por primera vez con los negros lo cambió a él también.

Le pregunté qué aprendió de toda la experiencia de Katrina, y me contestó: “No tengo confianza en el gobierno. La política nunca me interesaba, pero ahora sé que no le tengo confianza”.

En la tarde nos fuimos a la escuela Santa María de los Ángeles, que sirve de albergue para cientos de voluntarios, administrada por el padre Bart en el 9th Ward. Dejó abierto el edificio durante la tormenta y los pisos de arriba, segundo y tercero, sirvieron de refugio para las personas. Ahora es el centro de operaciones de los estudiantes que vienen de todo el país a servir de voluntarios. Cuando llegamos, había actividades por todos lados, unos cocinaban, otros tocaban música; vimos algunos descansando o simplemente platicando.

Conocimos a un grupo de estudiantes de Mills College, una universidad de mujeres en Oakland, California. La propia escuela donó alrededor de siete mil dólares en boletos de avión para 19 personas. Conversé con algunas de ellas, Alex, Heidi y Amanda que ya tenían como una semana en Nueva Orleáns. Habían estado sacando el agua y limpiando casas en el 9th Ward entre otras cosas. Heidi dijo: “Me pareció muy interesante ver que todos nos unimos para trabajar como equipo”. También les pregunté sobre la ausencia del gobierno y me Amanda me dijo: “Está aquí pero no tiene mucha presencia. El otro día vimos gente de OSHA (Administración de Salud y Seguridad por sus siglas en inglés) mientras íbamos al centro para mujeres y vemos a FEMA venir esporádicamente aunque acaban de correr a 8,000 personas de los hoteles. Así que sí andan por aquí pero la presencia principal es de los voluntarios y los activistas políticos que tratan de abrir escuelas y ayudar a que las personas recuperen sus hogares. El gobierno solo quiero arrasar las casas y deshacerse del resto”. Alex, otra estudiante de Mills, nos dijo: “Han venido personas de todo el país. Es conmovedor darse cuenta que tantas personas de todo el país comparten el mismo deseo de unirse a ayudar a otras personas”.

Repartimos montones de copias de Revolución, y la edición especial sobre el huracán Katrina, lo cual nos ayudó bastante para entablar una conversación sobre el fracaso de este sistema en cubrir las necesidades básicas de las personas y del tremendo potencial que existe de tantas personas ayudándose los unos a los otros. Muchos voluntarios querían saber más sobre el comunismo, así que les dimos copias del DVD de muestra de la charla de Bob Avakian para poder responder estas preguntas. Una joven que ha leído a Marx nos dijo durante una discusión que no veía cómo sería posible una sociedad como la que menciona. Me reí por dentro y pensé en los brotes de comunismo que surgen de cada sector de la sociedad que menciona Lenin. Pensé en que había muchas personas unidas, sacrificándonos, trabajando por un fin común y discutiendo esa gran pregunta. Hemos aprendido del coraje y la frustración de los residentes de Nueva Orleáns y visto personalmente a qué grado llega la opresión y el racismo en este país. Le pregunté: ¿qué me dices de lo que sucede aquí? ¿Crees que algo más es posible? Dijo que sí, que todo esto le hizo pensar mucho en todo lo que es posible.

Hablamos con un grupo de 20 estudiantes negros de Nueva York que se movilizaron para ayudar. Gwenamo vino de New Jersey; nos dijo que pensaba ir de vacaciones a las Bahamas, pero que Katrina cambió sus planes: “Limpiamos el interior de esta casa del barrio Lower 9th Ward. La inundación la destruyó y parecía imposible hacerlo en un solo día, pero trabajando juntos lo hicimos. Hablamos con los dueños y nos contaron lo que les pasó. Nos dijeron que tienen esperanza, que quieren regresar. Oír cuánto les importa esta ciudad nos llenó de deseos de ayudar. Nos dio compasión”. Le pregunté sobre Bush y me dijo: “No es casualidad que la mayoría, o sea el 73% de la población de Nueva Orleáns, es afroamericana. No es casualidad y me enfurece pensar en lo que les hicieron. Que un presidente que vive en una mansión pueda dormir cómodamente a sabiendas de que aquí la gente sigue sufriendo, que ha perdido la casa. Me molesta. No tiene sentido. Así es el país donde vivimos, ‘suelo de los libres que defienden su hogar’”.

Al día siguiente nos despertamos a las 7 a.m. y nos preparamos para trabajar. Omar, residente de Nueva Orleáns, recogió a nuestro grupo y nos llevó a Ponchartrain Park, un vecindario que se formó después de la II Guerra Mundial por negros de la clase trabajadora. Nueve de nosotros nos subimos a su camioneta junto con las herramientas de trabajo. La casa de Omar fue afectada por el huracán y se quedó en Nueva Orleáns cinco días después de la inundación para ayudar lo más posible a todos los vecinos a arreglar sus casas y poderlas recuperar. “He pasado todo el tiempo en mi vecindario. Hemos limpiado alrededor de 30 casas y 100 patios”. Luego le pregunté cuál es el fin de limpiar las casas; dijo: “Depende de cada barrio, en el mío no están derrumbando casas. Vivo en el 7th Ward, un barrio negro de clase media, de trabajadores de oficina. Ahora son sus nietos quienes habitan esas casas. Estamos limpiándolas para poder regresar a ellas”. Le pregunté qué va a pasar con las propiedades y me dijo: “Esa es la pregunta, nadie lo sabe. Existen varias propuestas pero no hay planes específicos, es lo que le preocupa a la gente porque no hay rumbo claro”.

Hablamos también de su opinión sobre el hecho de que haya tantos voluntarios y de que sean ellos y no el gobierno quien está encargándose del trabajo. Omar me dijo: “No me sorprende. Siempre es lo mismo. Los ciudadanos son quienes responden, no el gobierno. En mi propia experiencia he visto que las cosas no cambian porque el gobierno lo decide sino porque las personas quieren que las cosas cambien. Respecto a los voluntarios, pues los necesitamos y necesitamos más para poder echar a andar a la ciudad”.

Al final quedamos muy cansados de limpiar una casa. Pero lo que nos quedó claro después de todas las conversaciones que tuvimos es que una lucha muy grande está tomando forma. La lucha del derecho de las personas a regresar a sus hogares y reconstruirlas. Muchas zonas de la ciudad aún continúan sin electricidad y no tienen la recolección de basura de forma regular, y lo que se dice es que esas zonas posiblemente no serán reincorporadas. Hay casas remolque por todo el 9th Ward frente a las casas dañadas. El gobierno los ha prestado a las familias mientras reconstruyen sus hogares por 18 meses, comenzando el día después del huracán. Lo que significa que a las personas que los obtuvieron seis o diez meses después de Katrina solo les quedan poco tiempo.

Lo que está pasando en Nueva Orleáns me hace pensar en lo que decía Lenin de que “el comunismo brota… de todos los aspectos de la vida social”. Se rompen las barreras que dividen a la gente de diferentes nacionalidades y clases. Se enseñan el uno al otro cómo es la vida. Aquí se han operado muchas transformaciones, hay muchos brotes de lo que se podría crear en una sociedad futura.

Cuando trabajamos con Omar limpiando una casa, hablé con la dueña de la casa de al lado, Predina Jordan, de 47 años de edad. Ella y su hijo limpiaron el interior de su casa, que le pertenece desde hace 15 años. Lleva esperando más de seis meses que FEMA le dé una casa remolque para vivir ahí mientras reconstruye la casa. Le pregunté sobre los voluntarios y me contestó: “Unos pasaron por aquí y son buena gente. Me platicaron justo como tú me estás platicando. Los invité a cenar, a comer frijoles rojos, arroz y pollo frito. Vinieron ocho y cocinamos cinco libras de frijoles. Les dije que volviéramos a hacerlo, con frijoles blancos o algo por el estilo. Les dije que lleváramos frijoles adonde dormían para darles a todos”.

Comentarios de lectores sobre artículos de Bob Avakian

Revolución #041, 2 de abril de 2006, se encuentra en revcom.us


Revolución recibió los siguientes comentarios relacionados con los artículos de Bob Avakian:

De: Quorri Isra, estudiante de maestría en Seattle

Comentario sobre: “Un acto de fe” y un “salto” al conocimiento racional: Dos cosas muy distintas, dos cosmovisiones y métodos radicalmente diferentes (http://rwor.org/a/010/cosas-muy-distintas-dos-cosmovisiones-s.htm)

Me encantó este artículo porque me identifiqué mucho con él. Hace como 10 años yo tenía la enfermedad parálisis del sueño, pero no estaba consciente de ello (mucha gente sufre de esto). Unas noches me despertaba y me daba cuenta de que estaba despierta y muy consciente, pero no podía moverme. Después de un tiempo de esto, una noche me desperté y sentí que una presencia “maligna” estaba en mi habitación. Esa presencia se acercó a mí, se sentó en mi pecho y trató de asfixiarme. Fue una experiencia espeluznante. Desafortunadamente, al día siguiente me encontré a los papás de un amigo mío que son súper religiosos y les conté lo que me pasó. Me dijeron que me había atacado un “demonio” y, como me sentía yo en ese momento, les creí. “Salté”, por decirlo así, y acepté la primera explicación con que me topé. Antes no estaba convencida de la existencia de Dios. Después de este encuentro con los papás de mi amigo, me sentí salvada y llevé una vida cristiana y devota durante cerca de un año. Un día, después de haber tenido conflictos con el cristianismo y la Biblia (que sí leía) acerca de los gays y las mujeres y todo eso, me encontré un artículo médico que hablaba sobre la parálisis del sueño y documentaba alucinaciones en la fase final. Todas las personas que habían llegado a esa fase de la parálisis del sueño habían tenido alucinaciones muy parecidas o casi idénticas a la mía, y los científicos explicaban en el artículo por qué sucedía esto y las sustancias químicas involucradas en el proceso. Finalmente di el salto del razonamiento perceptual al razonamiento racional. Ahora apoyo al partido y me encanta lo que escriben en Revolución.Bob, tú me mantienes sana. ¿Qué haríamos sin líderes como los que tenemos?

*****

De: Un ex miembro del consejo municipal de Oakland

Comentarios sobre el artículo: “Reforma o revolución” (http://rwor.org/a/032/avakian-reforma-revolucion-s.htm)

En el penúltimo párrafo del artículo “Reforma o revolución”, Bob utiliza el término “cambio radical” como sinónimo de revolución.Me gusta más ese término. La palabra revolución tiene connotaciones que no tienen que ver con lo que considero un verdadero “cambio radical”. Por ejemplo, la Revolución Americana [la guerra de independencia de Estados Unidos] quería derrocar la monarquía del rey de Inglaterra y reemplazarla con una oligarquía de terratenientes. A eso se le llama una revolución, pero no fue un cambio radical porque no hubo cambio para la mayoría de la población de Estados Unidos, especialmente para los esclavos y los indígenas. Los “revolucionarios” les dijeron a los esclavos e indígenas que su situación mejoraría si ayudaban con la “revolución”.

Resalto esto último para presentar lo que creo que es una medición real del cambio radical. El cambio radical está en la manera en que nos relacionamos unos con otros. Si tú y yo tenemos relaciones comerciales, materialistas o jerárquicas, ¿cómo puedo creer que estás en pro de un cambio radical? Si me llamas para que asaltemos las barricadas para obtener antibióticos para curar la peste y no has demostrado que te importa lo que me ocurre a mí y a los míos, tengo que cuestionar si de verdad estás en pro de un cambio radical o solamente te interesa la revolución en el sentido de la Revolución Americana.

De manera que ponerles toallas en la frente a las víctimas de la peste no es un acto patético; es una pequeña demostración de que te importa y de que existe una conexión; y es necesario ganarse la confianza para que exista una verdadera comunicación y para que se dé la oportunidad para unirse a la causa. Ponerles toallas en la frente a las víctimas es una demostración de cambio radical en las relaciones en el lugar donde puede percibirse y verse que es auténtico.

Esto es en parte lo que tengo en mente y a lo que me refiero cuando digo que la perspectiva de hacia dónde nos dirigimos debe presentarse y estar presente. No debe motivarnos el miedo ni el “a mí qué me toca”. Si no ocurre AHORA un cambio radical en la forma en que nos relacionamos los que queremos el cambio, no ocurrirá. No importa a cuántas bodegas con antibióticos nos metamos a la fuerza, ni a cuántos George Bush derroquemos, el cambio radical no ocurrirá. Esto es una lucha por los corazones y las mentes; no se trata de una SIMPLE lucha por cosas que se pueden almacenar en alguna bodega.

A decir verdad, los grandes avances en el campo de la medicina en la historia de la humanidad han sido los cambios de hábitos sanitarios. Esto ha representado mucho más para el avance de la salud humana que todos los antibióticos y máquinas para hacer tomografías. Bob tiene razón al decir que está mal y hace daño resignarse a la idea de que ponerles toallas en la frente a las víctimas de la peste “es todo lo que se puede hacer”. Pero no hay que caer en la trampa de creer que la única solución es asumir los mismos “instrumentos de poder” que poseen los actuales opresores y creer que “nosotros” podemos usarlos mejor. Para usar el mismo ejemplo de Bob sobre la peste, se podrían obtener los mismos buenos resultados si se conocieran y adoptaran mejores hábitos de higiene. Gandhi derrocó (a su manera) al gobierno británico al enseñarle a su pueblo cómo tejer su propia ropa y recoger sal de mar en lugar de comprarle esos productos a los ingleses. Al concentrarnos en los antibióticos, le damos al opresor poder sobre nosotros. Al concentrarnos en un conocimiento más profundo de la enfermedad, no solo superamos la peste, sino que avanzamos también en el control de otras enfermedades y “destronamos” a los que llevaron “un gran contrabando de antibióticos”. Sería un gran salto adelante en el cambio radical. Será más difícil para cualquiera oprimirnos de nuevo porque habremos aprendido a reconocer y retener el poder que tenemos en nosotros mismos y no se lo daríamos a nadie.

*****

De: Un programador y analista desempleado de 58 años

Comentarios sobre las repentinas críticas de los demócratas a ciertos aspectos de la guerra de Irak (http://rwor.org/a/026/avakian-sobre-repentinas-criticas-s.htm)

Hay que oponerse a una acción inmoral e injusta porque es inmoral e injusta. Criticarla solamente porque no ha llevado al triunfo es la postura de un sinvergüenza, o peor.

Eso es correcto. Estoy de acuerdo con la mayor parte de su filosofía, pero sus argumentos contra la religión y contra Dios son contraproducentes. Alienan a los aliados. Jimmy Carter advirtió que “la guerra nunca es buena” antes de empezar la guerra. Los líderes religiosos de todo el mundo condenaron las acciones del gobierno estadounidense antes de que iniciara la guerra. La codicia, virtud capitalista que hace girar al mundo, se considera un vicio, o pecado, en el pensamiento cristiano. ¿Qué tan difícil es para un rico entrar al reino de los cielos? Es prácticamente imposible según el nuevo testamento. El problema es que los ricos de Estados Unidos (la mayoría de las corporaciones) secuestraron al gobierno y engañaron tanto a una gran parte del pueblo como a sí mismos haciéndoles creer que ellos hablan por Dios. Que la acumulación de riquezas es “buena”. Que “hay que ser competitivo”. Que “es justo (es la voluntad de Dios) que yo sea rico”. Si una acción produce dinero, ya sea la guerra o la siembra del terror para justificar la guerra, entonces es buena. Es “la voluntad de Dios”. En realidad, si se sigue la pista del dinero, se verán las mentiras y la miseria que ha dejado a su paso. El agresor de una guerra está en un error. “Lo hice por su culpa” es la lógica de un niño de 5 años que está a punto de recibir una zurra. Tanto el Partido Republicano como el Demócrata me dan asco.

¡Aquí estamos! ¡Aquí nos quedamos! ¡Y aquí luchamos!

Travis Morales

Revolución #041, 2 de abril de 2006, se encuentra en revcom.us


A continuación, las palabras de Travis Morales en la protesta del 25 de marzo en Los Ángeles:

Soy militante del Mundo No Puede Esperar, Hay que Sacar Corriendo al Gobierno de Bush. Presidente Bush, escúchanos. Escúchanos, presidente Bush. ¡Aquí estamos! ¡Aquí nos quedamos! ¡Y aquí luchamos!

No hemos llegado para suplicar ni rogar ni pedir migajas. Hemos llegado a demandar y tomar lo que necesitamos para vivir con igualdad y dignidad y no vivir como esclavos ni animales.

No hay un salvador en el Congreso. No hay un salvador en el Partido Demócrata. El único salvador que nosotros tenemos es nosotros mismos en las calles en lucha.

No nos digan. No nos digan que los inmigrantes son criminales porque cruzaron la frontera para trabajar y sobrevivir mientras los criminales más grandes del mundo están en la Casa Blanca. El gobierno de Bush tortura y lo defiende. Lanza guerras injustas e ilegítimas basadas en mentiras. Militariza la frontera causando miles de muertes. Construye campos de concentración para los inmigrantes. Arresta a los inmigrantes, y los detiene en secreto sin el derecho de ver su abogado ni su familia y los deporta en secreto. El ataque al inmigrante es una piedra angular de todo un programa fascista. Si queremos derrotarlo debemos organizar un movimiento de millones en las calles para pararlo.

No a la militarización de la frontera. No a la discriminación. No a la criminalización. No a las leyes antiinmigrantes.

Tenemos razón. El Mundo No Puede Esperar, Hay que Sacar Corriendo al Gobierno de Bush.


Los Ángeles, 25 de marzo:De 700,000 a más de un millón de personas se reunieron en el centro para protestar contra la HR 4437. La víspera, las emisoras informaron que estaban llegando camiones del Suroeste y del norte de California, y que todos los moteles estaban llenos. La mañana del 25 grandes cantidades de personas esperaban subirse a los camiones, el metro y los trenes para ir al centro, y las carreteras y calles estaban paralizadas. Los manifestantes empezaron a llegar a las 6 de la mañana, cuatro horas antes del comienzo de la marcha, y llenaron una zona de 26 cuadras de la Broadway y las calles colindantes. Llamaron a los trabajadores de la costura y de construcción a lo largo de la ruta a que se unieran.

La víspera, miles de estudiantes de prepas del sur y el este de la ciudad hicieron un paro. Desafiaron a los directores, escalaron cercas (cuando les cerraron las puertas con llave) y marcharon muchos kilómetros por los barrios chicanos y latinos. Los estudiantes de la prepa Jordan marcharon por un proyecto habitacional de Watts.

Washington, D.C.:

Marcha de inmigrantes

Revolución #041, 2 de abril de 2006, se encuentra en revcom.us


El 7 de marzo entre 30 y 40 mil inmigrantes latinos llegaron al Capitolio de todos los rincones de Washington, D.C., y sus alrededores en metro y en docenas de autobuses. Grupos de personas que trabajan en la misma empresa llevaban sus uniformes puestos. Jornaleros, trabajadores de hoteles, obreros, congregaciones eclesiásticas, estudiantes de secundaria y preparatoria y familias de Maryland y Virginia estuvieron ahí. Inundaron el enorme área frente al edificio del Capitolio para reclamar que se abatiera la cruel ley antiinmigración HR4437. Llegaron por lo menos 10,000 personas más de las que esperaban los organizadores. La gran cantidad de gente que acudió a la manifestación contribuyó sin duda a que unos días más tarde se manifestaran casi medio millón de personas en la ciudad de Chicago.

Esta manifestación es una expresión patente del profundo descontento que existe y el creciente deseo de resistencia que se desborda en las comunidades de inmigrantes. La gente quiere respuestas: ¿están destinados los inmigrantes a ser siempre cazados y explotados o hay alguna opción distinta? Un grupo de trabajadores llevaba una manta grande escrita a mano que decía: “¿Por qué atacan a los trabajadores que hacen el trabajo que otros no quieren hacer?”. Un hombre dijo “Somos como los judíos de la Alemania nazi, o como los esclavos negros. El gobierno quiere que seamos esclavos sin derechos. Hacemos el trabajo que nadie quiere hacer por una bicoca, y encima de una patada nos deportan cuando les conviene”. Otro hombre comentó acerca de la conexión entre la inmigración y el dominio imperialista de sus países de origen: “A nuestros países los explotan enormes corporaciones millonarias. En El Salvador el gobierno dice que esto es el progreso, ¡pero están fomentando la pobreza! Porque la pobreza es el motor de las grandes economías. El dinero que podría alimentar a los pobres lo están absorbiendo las compañías extranjeras. Por eso los más pobres tienen que venir aquí. Y aquí es la misma situación, los ricos no pueden hacer nada sin el trabajo de los pobres”. Hubo una intensa búsqueda de respuestas y una gran apertura hacia las soluciones revolucionarias y al movimiento comunista. Se repartieron cientos de paquetes de ejemplares de Revolución y se vendieron docenas de DVDs de Revolución: Por qué es necesaria, por qué es posible, qué es

En una rueda de prensa antes de la marcha, líderes religiosos y profesionales de servicios sociales se esposaron las muñecas en señal de protesta contra el plan de extender la definición de “contrabandear ilegales” a toda persona que los ayude. Días antes de la marcha, líderes de iglesias católicas, judías, protestantes y evangélicas sacaron una declaración conjunta contra la HR4437. En la marcha, un sacerdote católico anunció: Las iglesias evangélicas, protestantes y católicas no cerraremos las puertas a ningún indocumentado ni a ningún ser humano. Si ayudar es un acto de desobediencia, entonces desobedeceremos las leyes aunque tengamos que ir a la cárcel”. A su lado, 40 niños tenían camisetas de “No somos criminales”. Si la HR4377 llega a ser ley, esos niños serían criminales por ir a la escuela.

Varios oradores apoyaron el proyecto de ley Kennedy-McCain. Dijeron que es mejor porque ofrece una ruta a la (posible) legalización para los que cumplan los requisitos y paguen multas por miles de dólares. Este proyecto de ley mantiene viva la esperanza de legalización y de reunificación familiar, porque a sus autores les parece que eso es un elemento necesario para mantener la paz de la fuerza de trabajo inmigrante, que es de una importancia estratégica. Pero por otra parte, propone la misma represión de alta tecnología en la frontera que la HR4437.

Los presentes sabían en carne propia qué es la “seguridad fronteriza”. Un campesino salvadoreño, arruinado por la dolarización de la economía de su país, dijo que él fue el único que sobrevivió de un grupo que entró por el desierto tras una caminata de un mes desde El Salvador. Otro dijo: “No importa cuántos muros o militares pongan en la frontera, los hambrientos seguirán llegando. No queremos soluciones que no abarquen a los que vendrán el año entrante”.

Con el actual clima de miedo irracional contra los inmigrantes, las autoridades están pintando a los albañiles, las empleadas domésticas y los agricultores como terroristas y pandilleros peligrosos. Pero a pesar de eso, miles y miles salieron a la manifestación. Un señor de México dijo: “Quieren meternos más y más en la oscuridad, pero salimos al sol”.

En Virginia, la policía ya se está portando como agentes de la Migra y detiene y manda deportar por una infracción de tránsito. En Manassas, una ciudad a unos 50 kilómetros al sur de Washington, los dueños de casa o los que alquilan departamentos han recibido órdenes de desalojo o de arresto si en la misma casa viven muchos miembros de la familia. ¡Qué buen ejemplo de “valores familiares” y qué envidia le daría a Hitler esa maniobra! En diciembre, el consejo municipal cambió la definición de “familia” y excluyó a primos, tíos y demás. Esto le ha dado alas a los que quieren sacar a las familias inmigrantes de las colonias blancas, y también les ha dado los medios judiciales para arrestarlos por el crimen de vivir cerca de donde trabajan. Esto se ha aplicado inclusive a las familias que son dueñas de su casa. Debido a las protestas, el consejo tuvo que anular esa medida, pero la alcaldía sigue distribuyendo folletos que explican cómo identificar “conglomeraciones ilegales de personas” y tiene una línea telefónica destinada a recibir quejas anónimas. La edición en español del volante recomienda dejar encendidas las luces toda la noche para que la policía pueda ver si se está haciendo algo ilegal, como que un tío entre por la puerta de atrás. Hace poco la policía fue a arrestar a una familia china a raíz de una llamada anónima.

En el norte de Virginia también han estado operando las “Patrullas de Defensa Civil de los Minutemen”: las tropas de choque contra los inmigrantes que tantas alabanzas han recibido del Congreso y varios gobernadores de ambos partidos por “valor y patriotismo en defensa de las fronteras”. Han dicho que las actividades de los Minutemen en la frontera son “un clamor popular” y con eso justifican la militarización de la frontera. Ahora los Minutemen operan en ciudades y pueblos lejos de la frontera: se ponen a sacarle fotos a los jornaleros y a los que los contratan a fin de meterles temor.

En el norte de Virginia la mayoría de la población ha sido de familias de clase media blancas del ejército, el gobierno, el Pentágono y la CIA. En Herndon, hubo protestas cuando los Minutemen se pusieron a fotografiar a los jornaleros latinos que se reúnen en una tienda 7-11, pero han seguido en las mismas. En el condado Montgomery de Maryland viven muchos inmigrantes y tradicionalmente les ha ofrecido muchos servicios sociales; unas ciudades, como Tacoma Park, tienen leyes para proteger a los inmigrantes. Pero aquí también los Minutemen se han puesto a fotografiar a los jornaleros que esperan que los contraten en los centros de CASA Maryland, una organización de apoyo a los inmigrantes que los organiza para luchar por derechos y servicios básicos. Cuando CASA Maryland recomendó a los inmigrantes fotografiar a los Minutemen fotografiándolos y protestar donde estos viven y trabajan para que sus vecinos y colegas se enteraran de sus actividades fascistas, los Minutemen corrieron a quejarse a la policía y a sus amigachos del gobierno. Pidieron una investigación de cómo usa la CASA Maryland los fondos públicos y acusaron a su director de “alevosía” y de ¡poner en peligro a sus niños! En la marcha un señor dijo con toda razón: “Los Minutemen tienen el apoyo del gobierno y, más que eso, hacen lo que el gobierno quiere que hagan”.

El pueblo de Gaithersburg, Maryland, financió un centro de contratación de jornaleros que antes se paraban en el estacionamiento de una iglesia. Los Minutemen se pusieron a “patrullarlo”. Eso ha movilizado un polo reaccionario de racistas patrióticos, que de otra forma estaba disperso. Ahora es posible que la alcaldía cierre el centro de contratación.

En Riverdale, Maryland, muy cerca de Bladensburg, donde golpearon, le rociaron gas pimienta y arrestaron a Joe Veale y AT por repartir volantes de “Bush: Lárgate con todo y tu programa” en una prepa, los jornaleros que se reúnen en una tienda 7-11 dicen que la policía los vigila todo el tiempo, les agarra la ropa, los golpea y les quita los papeles de identificación. Uno dijo: “A veces tenemos temor de qué nos pueda pasar mañana, nos han rociado con gas pimienta, nos mueven del parqueo… suben los carros a la banqueta para corrernos”. En respuesta, los jornaleros organizaron una rueda de prensa y denunciaron la conducta de la policía. También formaron un comité para abrir un centro de contratación.

En vista de este clima de ataques, la ola de resistencia de docenas de miles de proletarios del fondo de la sociedad en esta ciudad, y de cientos de miles en el país, es muy positiva y estimulante. Lo que se vio aquí el 7 de marzo, y más aún en Chicago el 10, es el potencial de crear una polarización y un futuro muy, muy diferentes de lo que quieren los proponentes de la HR4437.

Hay que ver

“Sir! No Sir!” Una película sobre el movimiento de los soldados contra la guerra de Vietnam, De David Zeiger

Revolución #041, 2 de abril de 2006, se encuentra en revcom.us



Larger jpg


De vez en cuando, Revolución publicará recomendaciones de nuestros corresponsales y lectores sobre películas, libros, exposiciones de arte, obras de teatro u otros tipo de eventos culturales. Estas recomendaciones no buscan obtener la aprobación del público, sino contribuir a ampliar la visión de nuestros lectores acerca de lo que ocurre en la actualidad.

“Hay centenares de películas (de ficción y no ficción) sobre la guerra de Vietnam, pero esta es la primera vez que se cuenta la historia de la rebelión de miles de soldados estadounidenses contra la guerra. Y no es por falta de información…

“‘Sir! No Sir!’ cambiará eso. Tiene cuatro aspectos: 1) hace cobrar vida a la historia del movimiento de los soldados con entrevistas a los participantes; 2) presenta por primera vez imágenes de archivo de la resistencia de los soldados; 3) examina el gran impacto del movimiento en las fuerzas armadas y en la guerra, y 4) la versión de largometraje de 90 minutos cuenta cómo y por qué han borrado de la memoria pública el movimiento de los soldados”.*

* del website http://www.sirnosir.com/the_film/synopsis.html

(donde se encuentran reseñas, fechas de presentaciones, avances y demás)

“Pongamos las cosas en claro” en la Universidad Harvard

Revolución #041, 2 de abril de 2006, se encuentra en revcom.us


El 23 de febrero, el economista político maoísta Raymond Lotta dio su charla “El socialismo es mucho mejor que el capitalismo, y el comunismo será un mundo mucho mejor” en la Universidad Harvard. Asistieron estudiantes de las facultades de economía, antropología e idiomas románicos, de Europa oriental y académicos de otras partes del mundo. Un profesor de Medicina fue el maestro de ceremonias.

Esta fue la tercera presentación de la charla; las dos primeras fueron en la Universidad de California de Berkeley y en la Universidad de California de Los Ángeles. El proyecto “Pongamos las cosas en claro” combate las mentiras y desinformación acerca del comunismo y de la experiencia de la revolución socialista en el siglo 20. Presenta hechos y análisis acerca de los logros sin precedentes de las revoluciones socialistas en la Unión Soviética (1917-1956) y China (1949-1976), y populariza la innovadora visión del comunismo de Bob Avakian.

Siempre nos dicen que “este es el mejor mundo posible… el único mundo posible… y por qué no aceptarlo”, y que la revolución comunista siempre termina en una pesadilla. Toda una generación no ha oído más que esa conclusión de la historia y de lo que los seres humanos podrán lograr, y esto ha tenido influencia hasta en muchos profesores que participaron en los movimientos políticos de los años 60. Hoy predomina la opinión de que la revolución socialista tiene profundas fallas.

La gira busca iniciar una conversación honesta y muy necesaria sobre la experiencia del socialismo (tanto los grandes logros, que son el aspecto principal, como las deficiencias y errores), y discutir cuál es el camino hacia un futuro mejor.

La charla despertó mucho interés en Harvard. Los organizadores repartieron miles de volantes, postales y un quiz “sorpresa” sobre los logros sociales de la revolución china durante los años de Mao, especialmente de la Revolución Cultural. Pusieron centenares de afiches en edificios y quioscos por toda la universidad, y sacaron desplegados en el periódico estudiantil Harvard Crimson.La víspera de la charla la emisora de la universidad MIT entrevistó a Lotta.

Los organizadores hicieron correr la voz en la internet, de boca en boca y por medio de postales. Un ayudante de la clase de historia china la iba a anunciar en clase pero el profesor (un prominente académico chino) no lo permitió.

La charla explica qué es el comunismo y examina la compleja experiencia de crear sociedades liberadoras en un mundo dominado por el imperialismo. Lotta hace trizas muchas ideas falsas y tergiversaciones sobre las medidas revolucionarias (como por ejemplo, haber mandado intelectuales y estudiantes al campo durante la Revolución Cultural). Describe la “curva de aprendizaje” de la revolución comunista: que Mao aprendió de la revolución bolchevique y la superó, y que Bob Avakian está sacando un balance de la “primera ola” de la revolución proletaria y ofrece un nuevo modelo radical de la sociedad socialista.

La charla cuestionó las ideas establecidas de gran parte del público. Se plantearon preguntas acerca del Gran Salto Adelante, de si Mao hubiera debido hacerlo de otro modo y de por qué la revolución fue derrotada tras su muerte. Un profesor de una universidad cercana discrepó con la evaluación de Stalin. Un participante hizo preguntas acerca de los derechos políticos y el debate político en el socialismo y de cómo se tratarán las diversas tendencias marxistas.

Harvard es uno de los mayores centros de investigación y estudio del mundo. Como universidad de la élite, proporciona recomendaciones y personal a las principales instituciones de la sociedad. Pero aquí también se debaten las grandes ideas innovadoras… se encuentran pensadores progresistas y radicales… y muchos estudiantes buscan conocimientos para forjar un mundo mejor. También hay mucha oposición a la guerra.

Harvard es un centro de debate y controversia. El mismo día de la charla de Lotta, habló Niall Ferguson, prominente historiador inglés y defensor del imperialismo occidental y de la guerra de Irak. Dos días antes, el presidente de Harvard, Lawrence Summers, renunció bajo presión. Summers perdió el apoyo de muchos profesores progresistas cuando atacó la obra de Cornell West, prominente intelectual afroamericano, y cuando comentó que hay pocas mujeres en las ciencias porque intrínsecamente tienen menos aptitud científica que los hombres. Tras la renuncia de Summers, varias fuerzas y comentaristas conservadores acusaron al profesorado de “political correctness”, que es una forma conservadora de decir que son progresistas y valoran los ideales de los años 60.

En medio de tal atmósfera, “Pongamos las cosas en claro” inició el debate sobre la historia y el futuro del comunismo. El proyecto está aprendiendo de las preguntas y desacuerdos del público, de las investigaciones y análisis de otras personas, y de las sugerencias de los organizadores y participantes.

Este proyecto es muy necesario y tiene mucho potencial.

En Revolución, la serie: "El socialismo es mucho mejor que el capitalismo, y el comunismo será un mundo mucho mejor," de Raymond Lotta

La serie está en la internet en revcom.us

La próxima parte: Parte 13: “La Revolución Cultural, Lucha compleja y liberadora”



Pongamos las cosas en claro


El proyecto “Pongamos las cosas en claro” se inspira en los escritos de Bob Avakian.

Nuestro propósito es combatir la distorsión y falsificación de los hechos sobre la primera ola de revoluciones socialistas (en la Unión Soviética de 1917 a 1956 y en China de 1949 a 1976) que predomina en las universidades.

En oposición al veredicto simplista de que el socialismo ha sido una pesadilla o un experimento que fracasó terriblemente, presentamos los históricos logros concretos de esas revoluciones, especialmente las lecciones de la Revolución Cultural de China, sin tapar los errores y deficiencias.

Nuestro objetivo es fomentar debate y discusión acerca de por qué estas experiencias iniciales son esenciales para crear sociedades liberadoras. También presentamos los planteamientos de Bob Avakian sobre los aspectos del socialismo que deben mejorar la próxima vez, y sobre cómo llevar el proyecto comunista a un nuevo nivel de conocimiento y práctica para que sea viable y deseable en el siglo 21. En pocas palabras, el comunismo sigue vivo y sigue desarrollándose.

Diseminamos hojas de información y artículos, volanteamos, organizamos foros, forjamos redes con profesores progresistas y queremos aprender de las diversas percepciones de otras personas.

Buscamos influenciar a los universitarios y a los profesores.

Queremos contribuir a crear una atmósfera intelectual que refute las calumnias y conclusiones superficiales; que examine honestamente lo que se propusieron esas revoluciones, las dificultades que encararon y lo que lograron; y que reconozca lo importante que es todo esto para los muchos que anhelan ver un mundo radicalmente diferente.

Ponte en contacto con “Pongamos las cosas en claro”:

Box 981
Chicago IL 60690-0981
SetTheRecordStraight@hotmail.com
www.thisiscommunism.org

Los artículos de “Pongamos las cosas en claro” están en http://rwor.org/plcec/index.htm