Revolución #63, 1° de octubre de 2006

voz del partido comunista revolucionario, eu

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Revolución #63, 1° de octubre de 2006

La ley de la tortura: Transigir hasta llegar al fascismo

El fascismo viene… con un despliegue de oposición, seguido por un acuerdo y garantías de que todo está bien.
El fascismo viene… con calles calladas y la impresión de que no ha pasado nada.
El fascismo viene… con un disfraz democrático.
Un proyecto de ley presentado al Senado el 22 de septiembre (que casi con seguridad aprobará en una semana) le da al presidente nuevos poderes escalofriantes.

Muchos abogados y expertos por todo el país han condenado este proyecto de ley. Los horrorizan las implicaciones morales y constitucionales. Hasta el principal abogado de la Oficina de Comisiones Militares del Departamento de Defensa, el coronel Dwight Sullivan de la Infantería de la Marina, dijo que “destripa metódicamente” los derechos amparados por las leyes y los tratados, y parece ser anticonstitucional.

Lo que es nuevo… y por qué lo hacen hoy

Que quede en claro una cosa: Estados Unidos ha torturado durante toda su historia, en Wounded Knee (masacre de sioux en 1890), Filipinas, Vietnam, El Salvador y en muchas partes más. Lo nuevo son los tres puntos siguientes:

Primero, ahora la tortura estará amparada por el derecho. Ya no tendrán que aceptarla extraoficialmente, taparla o de vez en cuando hacer un show de juzgarla. Será totalmente legal, hasta buena y moral. Inevitablemente, esto significa que será más común y más sistemática, y que irradiará de las cárceles secretas a las demás.
Segundo, están anulando procedimientos constitucionales que han sido parte del sistema penal desde hace siglos: el derecho a un juicio, el derecho de ver las pruebas de cargo, la inadmisibilidad del testimonio de oídas y de pruebas sacadas por la fuerza. Esta es una enorme ruptura con los cimientos constitucionales y judiciales de este sistema. Por el momento “solo” se aplica a los 430 “combatientes enemigos” que están en Guantánamo y los 14,000 presos enterrados en penales militares estadounidenses por todo el mundo. ¿Y qué impide aplicarlo a cualquier ciudadano, si Bush declara que “pone en peligro nuestra seguridad”?

Tercero, la agresiva campaña de Bush para hacer aprobar la tortura ha tenido un fuerte componente teocrático. “En América mucha gente cree que es una confrontación entre el bien y el mal, y entre ellos me cuento yo”, dijo Bush el 12 de septiembre en una entrevista que le hicieron reporteros derechistas. Dijo que su presidencia ha provocado “un tercer gran despertar [religioso]”. Según Bush (o según lo que dice), él (y Estados Unidos) son los “buenos” e, implícitamente, pueden hacer todo lo que quieran contra los “malos”. Si uno está de acuerdo con esto, pues la campaña de Bush para legalizar la tortura tiene sentido.

Las maniobras políticas del proyecto de ley han sido repugnantes y siniestras. Bush lanzó la ofensiva el 6 de septiembre con un discurso en que admitió con jactancia la existencia de centros de detención secretos de la CIA, llenos de personas desaparecidas de ciudades de todo el mundo. Con el eufemismo de “procedimientos alternativos” en vez de “tortura”, prácticamente admitió que han torturado en esos centros. Pero dijo que ha valido la pena porque han obtenido información valiosa que ha “salvado vidas americanas”. Y desafió a que lo pararan.

Los únicos que le contestaron fueron tres senadores republicanos (McCain, Graham y Warner) y el ex secretario de Estado y general del ejército Colin Powell. Pero las objeciones fueron sumamente estrechas: les preocupa que todo esto le dé a Estados Unidos una mala reputación en el mundo y que, con la misma lógica de Bush, otros gobiernos le nieguen a los militares estadounidenses y los agentes de la CIA las protecciones de los Convenios de Ginebra. Una semana de presiones de Bush y unos pocos cambios superficiales los apaciguaron.

De hecho, Bush y su camarilla saben que todo esto engendrará odio hacia Estados Unidos por todo el mundo, pero tienen otros objetivos. Uno es sembrar miedo y terror. Cuando admiten que torturan, y lo dicen de una manera agresiva y descarada y sin pedir disculpas, le dicen al mundo que no tienen límites. Otro objetivo es aumentar el poder del ejecutivo a expensas del Congreso y los tribunales. Cuando la Suprema Corte se atrevió a oponerse a Bush en esto, este fue al Congreso y demandó que legalizara su conducta ilegal. En vez de aceptar un castigo por violar la Constitución, decidió otorgarse un premio político. En ambos objetivos ha salido victorioso.

¿Y los demócratas? Primero se jactaron de su brillante estrategia de no decir nada y dejar que John McCain sacara la cabeza (si no dicen nada, nadie puede atacarlos). Pero esa estrategia le dio legitimidad a la posición de Bush y le dio a McCain toda la responsabilidad de la oposición. El jueves los demócratas rompieron el silencio y aprobaron el acuerdo de la Casa Blanca y los senadores republicanos. El senador Harry Reid, líder de los demócratas del Senado, dijo: “Cinco años después del 11 de septiembre, es hora de tomar decisiones difíciles e inteligentes para darle al pueblo americano la seguridad que merece”. Hablando anónimamente, un asistente demócrata de la Cámara dijo: “Esperábamos que la Casa Blanca aflojara, pero parece que los senadores [McCain, etc.] aflojaron”. Y los demócratas no dijeron ni mu.

Así viene el fascismo. Con la promesa de seguridad, calles calladas y leyes aprobadas por los dos partidos en el Congreso.

A menos que…

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Revolución #63, 1° de octubre de 2006

¡Échenle ganas, ahora, al 5 de octubre!

El conjunto de los artículos de este número esbozan un cuadro: de México a Irán, de Guantánamo a Nueva York, se ve un sistema imperialista basado en explotación internacional. Sobre esa base se yergue todo un aparato de dominación militar, cárceles, represión, ignorancia cultivada, tortura y muerte. Un sistema de explotación y opresión que tiene que acabar, y que solo puede acabar por medio de la revolución comunista.

En estos momentos, el gobierno de Bush ocupa la cima de este sistema. Los crímenes que ha cometido, y los que está planeando, han prendido justa furia por todo el mundo. Pero el mundo todavía no ha visto una fuerza que desafíe todo esto de un modo visible y serio en este país. En su ausencia, muchos se acercan al fundamentalismo islámico (un callejón sin salida que lleva a relaciones sociales arcaicas) o a programas reformistas que buscan ascender un poco de categoría en el mundo de la dominación imperialista. Ninguno de los dos lleva a la liberación; pero para los que anhelan algo diferente la idea de una alternativa seria parece algo muy lejano.

Por otro lado, cada semana empeoran los crímenes de este sistema y de sus dirigentes. Bombas de dispersión en Líbano, Made in USA. Matanzas en las calles de Bagdad, gracias a la democratización al estilo de Bush. Tortura, legalizada por parejo por los dos partidos. Más pasos por el camino de la teocracia, y guerra religiosa de presidentes, papas y ulemas.

¿Qué sigue? ¿Guerra contra Irán? ¿Quizás con armas nucleares?

Ya la están preparando.

¡ESTO TIENE QUE PARAR!

Sin embargo hoy, el discurso y el debate político de este país lo dominan los dirigentes demócratas y republicanos, y se centra en “quién es mejor para dirigir la guerra contra el terror”. Esto no toma en cuenta los intereses esenciales del pueblo ni toma en cuenta los profundos sentimientos de docenas de millones por todo el país. Dejar que la situación siga así… confinarse a votar por el mal menor… lleva a un círculo más profundo del infierno. Hoy, quedarse en ese marco es complicidad.

El discurso y el debate tienen que cambiar, radical y urgentemente. Tiene que surgir algo diferente: una fuerza masiva en las calles el 5 de octubre que exija contundentemente que se largue el gobierno de Bush, resuelta a luchar hasta echarlo políticamente. Esa lucha puede cambiar políticamente el mortal curso de los acontecimientos en este país y en el mundo, haciéndole saber a millones y millones por todo el planeta que aquí hay quienes proclaman que no van a escoger entre McWorld/McCruzada y jihad… hay quienes están resueltos a no “protestar como de costumbre” sino a sacar corriendo a este gobierno…

Gestar esa fuerza es el próximo paso urgente, tanto para los revolucionarios como para todos los que piensan en el futuro de la humanidad.

Existe una fuerte posibilidad de hacerlo. En las últimas semanas, las manifestaciones planeadas para el 5 de octubre han adquirido fuerza. La cantidad de gente que asistió a las juntas organizativas del 7 de septiembre, la publicación de la convocatoria de El Mundo no Puede Esperar en USA Today, la respuesta a la desobediencia civil en Naciones Unidas, las acciones de personas conocidas y desconocidas… todo esto y más, mucho más, muestra el potencial. Pero ese potencial necesita concretarse el 5 de octubre, y eso requiere lucha y trabajo.

Poderosas manifestaciones el 5 de octubre pueden cambiarlo todo. Manifestaciones sumamente resueltas, que empiecen con decenas de miles y crezcan, pueden electrizar políticamente de la noche a la mañana, y cambiar el discurso de modo que el tema central sea la necesidad de PARAR estos crímenes; cambiar el debate a cómo echar políticamente a los responsables de esos crímenes tan pronto como sea posible, ¡e impedir que hagan algo peor! Manifestaciones masivas que no sean cosa de un día, sino el salto de un movimiento que avanzará y seguirá a la ofensiva política e impondrá los cambios que se necesitan, pueden poner en movimiento una dinámica totalmente diferente. Pueden cambiar los asuntos que todo mundo aborda, y la forma de abordarlos… desde el fondo hasta la cúpula de la sociedad, y de vuelta abajo.

Esto ha sucedido antes. Hoy, cada vez más, se evocan los años 60, cuando mucha gente resolvió que un siglo de segregación y racismo, junto con una guerra sangrienta en el sudeste asiático, ya no eran tolerables ni aceptables… y cuando un suceso u otro llevó a miles a darle un giro a su vida, a veces de la noche a la mañana, asumir grandes riesgos y dirigir a millones a sumarse a movilizaciones de masas para pararlo… y al hacerlo, esos miles y millones cambiaron la dirección de la sociedad y dejaron entrever la posibilidad de algo mucho mejor para la humanidad. La evocación de esos tiempos de cambio en sí es evidencia del potencial… y de la urgencia de concretarlos en los hechos.

Repitiendo, se requiere un trabajo urgente, hoy, para transformar ese potencial en realidad. Este periódico se publica a poco más de una semana del 5 de octubre. Los que están leyendo este editorial tienen que dedicar esta semana al 5 de octubre, a que sea una realidad. Lo que hagan, lo que contribuyan, puede y debe ser parte de cambiar el mundo.

¿Qué darían por parar este monstruo de guerra y represión, por darle la vuelta a esta sociedad?

¿Qué sacrificarían?

Empiecen con una semana.

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Revolución #63, 1° de octubre de 2006

Piden más tropas para la guerra de Irak

Hace seis meses los políticos y los medios de comunicación decían que la cantidad de militares estadounidenses en Irak iba a disminuir a 100,000 en noviembre y seguiría bajando después.

Pero hoy no se oye nada de eso. Esta semana los jefes de las fuerzas armadas dijeron que habrá que mantener el actual nivel de tropas (147,000 efectivos) por lo menos hasta abril del 2007. Bush les hizo eco. Y poderosas fuerzas de la clase dominante andan diciendo que hay que despachar más tropas.

El senador John McCain, republicano y aspirante a la presidencia en el 2008, recomendó enviar más tropas en el programa “Meet the Press” de NBC el 20 de agosto. Unas semanas después, William Kristol y Rich Lowry (editores de las revistas de la extrema derecha The Weekly Standard y National Review) publicaron un llamado conjunto a Bush a “aumentar de manera sustancial la cantidad de tropas en Irak, y despachar la mayoría a Bagdad para controlar la ciudad”. Escribieron que la estrategia militar actual no tendrá éxito y “la situación requiere más tropas”. Citaron a William Stuntz, de la facultad de Derecho de la Universidad Harvard, quien escribió:

“El territorio en contienda es uno de los de más importancia estratégica del mundo. Nuestra victoria pondrá en grave peligro el gobierno más peligroso del planeta, la teocracia fascista de Irán. Una derrota lo dejará incalculablemente más fuerte. Si existe una buena posibilidad de que la presencia de más tropas aumente las probabilidades de una victoria, no despacharlos es un crimen”.

(De pasada hay que decir que la caracterización de Stuntz del gobierno iraní como “el gobierno más peligroso del planeta” en realidad describe al gobierno estadounidense… y es posible que pronto se le aplique también la descripción de “teocracia fascista”. En cuanto a la importancia estratégica del “territorio en contienda”, eso significa cuál potencia imperialista controlará los yacimientos petroleros, o sea, qué esclavista tendrá la mayor cantidad de esclavos).

El 11 de septiembre el Washington Post informó que el jefe de los servicios de inteligencia de la Infantería de Marina, Peter Devlin, dijo que perderán la provincia de Anbar a menos que envíen otra división (10,000 efectivos). Jim Miklaszewski, corresponsal de NBC, informó dos días después que “un alto oficial militar” fue más allá y dijo: “Necesitamos otros 50,000 a 60,000 soldados de infantería para retomar el control de al-Anbar”. El comandante de todas las fuerzas en Irak repostó que seguirán concentrados en Bagdad, pero admitió que necesitan más tropas en Anbar. Este inusual conflicto público demuestra la intensidad de la contradicción dentro del ejército y del gobierno de Bush.

También hay oposición a una escalada militar. ¿Por qué? Porque en este momento el ejército no tiene suficiente personal y, de hecho, ¡el actual nivel de operaciones lo ha puesto en peligro! En una respuesta a Kritsol y Lowry, Lawrence J. Korb (subsecretario de Defensa del gobierno de Ronald Reagan) y Peter Ogden escribieron: “Despachar más tropas a Irak en este momento podría hacer añicos el ejército voluntario y socavar la seguridad nacional. Este no es un riesgo que puede correr el país”.

Empeora la situación militar

La intensidad del debate se debe a que para Estados Unidos la situación militar en Irak sigue empeorando. (Lo mismo está pasando en Afganistán, pero eso rebasa el alcance de este artículo). La resistencia a la ocupación ha ganado terreno; asimismo, la guerra sectaria entre las fuerzas chiítas y sunitas (con ataques de las milicias de ambos lados a la población civil del otro) se ha redoblado, especialmente en Bagdad. El hecho de que Estados Unidos no ha logrado forjar un nuevo pacto social y político que cuente con un apoyo significativo complica la situación. Distintas fuerzas iraquíes tienen posiciones radicalmente distintas sobre cómo dividir la riqueza petrolera (la mayoría de la cual está ubicada en el sur, una zona principalmente chiíta); cómo relacionarse con Irán; cuánta autonomía debe tener cada provincia; cuánta influencia debe tener la religión en la vida civil; etc. Estados Unidos no ha podido forjar una estructura política capaz de cohesionar la sociedad y no tiene la fuerza militar necesaria para impedir que los iraquíes a) sigan oponiendo resistencia o b) sigan peleando entre sí sobre el carácter de la estructura política que surja al final.

Pero la cantidad de soldados no es el único obstáculo a la victoria. Además las fuerzas armadas discuten cómo responder a las dos batallas en curso: la insurgencia contra la ocupación y la guerra civil entre diferentes sectores de la sociedad iraquí. Esas batallas son distintas pero están relacionadas, y este hecho causa dificultades tácticas y a veces estratégicas para las fuerzas yanquis: ¿están librando una guerra de contrainsurgencia o conteniendo una guerra civil (o a lo mínimo dirigiéndola hacia un camino que le convenga a Estados Unidos)? Por otra parte, la moral de las tropas estadounidenses sigue sufriendo, lo que agrava el reconocimiento de que el pueblo iraquí las odia y con razón. El largo tiempo de servicio y los conflictos del alto mando también contribuyen a los problemas de moral. Y el meollo es este: son fuerzas armadas imperialistas que oprimen el país que están ocupando, pero son principalmente de la clase obrera y los sectores bajos de la clase media (cuyos intereses fundamentales se oponen a los imperialistas). Esto influencia quiénes luchan, cómo luchan y con qué luchan, y se han presentado problemas inherentes a esto.

Por su parte, la clase dominante no acepta la posibilidad de una derrota en Irak. Esto no se debe a que “los terroristas nos seguirán aquí”, como dijo hace poco el comandante de las fuerzas armadas (lo que repitió Bush en seguida). No, el problema lo ven así: tal derrota demostraría las limitaciones del poder militar estadounidense a rivales de varios tipos, y una variedad de fuerzas correrían a llenar el “vacío de poder”. Tal derrota desbarataría las metas de la clase dominante de dominar el mundo de modo indisputable. Esto no lo pueden tolerar, y están dispuestos a sacrificar la vida de docenas de miles de iraquíes y de miles de soldados estadounidenses para impedirlo.

Por su parte, los demócratas no han podido forjar una estrategia que vaya más allá de decir a medias que se necesita una “reubicación en fases” (lo que no significa nada específico) y que no están a favor de “salir corriendo”. No es que carezcan de ideas, sino que sus ideas están al servicio del mismo sistema que los republicanos y ven las cosas por medio del prisma de ese sistema y los que lo dirigen. (Hasta John Kerry, que ha pedido fijar una fecha para retirar las tropas, también dijo el 10 de septiembre que se deben despachar más tropas a Afganistán, donde ya hay 21,000 soldados yanquis y 19,000 de la OTAN). Ningún demócrata tiene el deseo o interés de decir la verdad: esta es una guerra criminal, justificada con mentiras, con el fin de seguir dominando y explotando el mundo y sus pueblos.

Con toda probabilidad los imperialistas tendrán que encontrar la forma de aumentar el tamaño de las fuerzas armadas y despachar más tropas a Irak. Y aquí se plantea el tema del servicio militar obligatorio, aunque casi ningún participante del debate lo menciona. La única excepción es John Murtha, congresista demócrata de Pensilvania, que anunció su oposición a la guerra hace un año y advirtió que el ejército está en peligro. Mucha gente que se opone a la guerra pero todavía tiene fe en el Partido Demócrata vio esto como un rayo de esperanza.

El 6 de septiembre, Murtha dijo: “No podemos mantener la política del presidente de guerra sin límite, vaga y desacreditada indefinidamente. Debe recurrir menos a la retórica y más a la acción. Si vamos a librar esta guerra con la misma dedicación y vigor que otras guerras en el pasado, no podemos hacerlo sin aumentar nuestras fuerzas”. Murtha instó a Bush a cambiar de curso o volver a instituir el servicio militar. La mayoría de los demócratas no lo apoyan abiertamente, pero sí piden un “sacrificio compartido” y “servicio nacional”, los cuales crean los cimientos ideológicos para el servicio militar.

La meta de la farsa de debate electoral (“reubicación en fases” vs. “salir corriendo”; quiénes pueden librar la “guerra contra el terror” más eficazmente) es forjar un consenso a favor de una escalada militar y, quizá, el servicio militar. Volver a instituirlo sería una maniobra política muy arriesgada. Pero los imperialistas se encuentran entre la espada y la pared. Por eso oímos la retórica con que preparan el terreno: “Nosotros” no podemos darnos el lujo de una derrota. “Nosotros” no estamos a favor de salir corriendo. “Nosotros” necesitamos despachar más tropas. “Nosotros” debemos compartir la carga. Por eso, “nosotros” necesitamos el servicio militar, y ustedes deben responder al llamado a pelear en esta guerra… o acabar en la cárcel.

Y “ellos”, el pueblo iraquí, deben seguir muriendo, miles de ellos cada mes, por la codicia del imperialismo yanqui.

Tenemos que rechazar y frenar esa horrorosa lógica imperialista, y parar la guerra que justifica.

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Revolución #63, 1° de octubre de 2006

La rebelión popular de Oaxaca

4 páginas

Edición especial de Revolución sobre México
ingles PDF (1.5 meg)
español PDF (1.1 meg)

Con los artículos:
“México: El volcán político retumba” y
“¿Quién es AMLO, cuál es su programa y hacia dónde va?”

En el estado de Oaxaca, en el sur de México, las masas populares se han levantado en una rebelión popular contra el viejo orden en un momento crítico para México. Lo que empezó como una huelga militante de maestros que ocupó el centro de la capital con demandas salariales, se ha convertido en una lucha política independiente para expulsar al gobernador priísta Ulises Ruiz Ortiz.

Por casi cuatro meses maestros y partidarios se han apoderado del zócalo, bloqueado carreteras, clausurado edificios gubernamentales, y tomado emisoras de radio y canales de televisión.

La fuerza policial no puede funcionar; en su lugar, hay 1,500 barricadas de vecinos montadas con camiones de la policía, autobuses y llantas que prenden cuando viene la policía. Las amas de casa llevan pan, atole, café y comida a los que patrullan las barricadas y al campamento del zócalo. Las masas organizan sus propias patrullas para proteger a la comunidad de ataques policiales y para resolver contradicciones entre ellas. Una brigada móvil de 200 personas se ha apoderado de los edificios gubernamentales.

Al gobernador lo han proscrito y lo han exiliado; no se sabe dónde está. Los senadores estatales anunciaron que iban a sesionar en un hotel, pero las organizaciones populares les dijeron a los dueños del hotel que “lo ocuparían pacíficamente”. Los maestros y los estudiantes cuentan con el apoyo de campesinos, trabajadores, médicos, abogados, artistas y amas de casa, así como de algunos tenderos, pequeños empresarios y sacerdotes que también quieren que el gobernador renuncie. En una sociedad muy tradicional, las mujeres han desempeñado un importante papel en la lucha.

Las masas sienten nueva fuerza ya que cada conato de represión ha acicateado la lucha, ha movilizado a más gente y redoblado su resolución. En los últimos meses, la policía y otros hampones del gobierno han matado a cinco personas; una de ellas es un arquitecto que murió en una balacera de la policía contra una emisora tomada. Hay muchos heridos por balas y gas lacrimógeno, muchos arrestados, e informes de torturados y desaparecidos.

La huelga de maestros se convierte en rebelión popular

El 15 de mayo, el Día de los Maestros en México, los maestros de Oaxaca establecieron un campamento en el zócalo para demandar un aumento de salario y reformas al sistema educativo, y ahí se quedaron para que cumplieran sus demandas. El 14 de junio, el gobernador, con el apoyo de la legislatura estatal, compuesta de miembros del PRI, el PAN y el PRD, mandó a reprimirlos salvajemente, pero eso suscitó amplio apoyo de las comunidades vecinas.

En la madrugada, cuando unos 3,000 maestros y partidarios dormían con sus familias en el zócalo, la policía lanzó gas pimienta desde helicópteros. Unos 2,000 policías atacaron el campamento con porras y gas lacrimógeno. La policía destruyó el campamento y los maestros se dispersaron, pero regresaron con miles más de maestros, universitarios y gente de pueblos cercanos, se defendieron de la policía con palos y piedras, y volvieron a ocupar el zócalo.

A raíz de esta de la lucha se formó la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, una coalición de maestros, organizaciones indígenas y un amplio sector de la población del estado.

En APPO, así como en el movimiento en general, hay una variedad de fuerzas políticas de “izquierda” que tienen diferentes puntos de vista sobre las causas de la situación en que se encuentran y sobre su solución. Hay tendencias anticapitalistas, fuerzas radicales y revolucionarias, otros que quieren reformar el sistema existente y, muy importante, hay comunistas revolucionarios que luchan por una visión radical de la solución. Aunque APPO es una coalición con muchos puntos de vista, líneas políticas e ideologías, ha sido un medio por el cual las masas han podido tomar mucha iniciativa, en medio de debates y acciones, para dar a conocer su lucha a gente por todo el estado y el país.

El 1º de agosto, hartas de las mentiras de la prensa oficial, miles de mujeres se apoderaron de la Corporación de Radio y Televisión Oaxaqueña del Canal 9. Dijeron: “Sabemos que por este medio nos desinforman y nunca nos dejan expresar la realidad que vivimos”. Empezaron a transmitir y a invitar a todos a denunciar, debatir e informar al público sobre el movimiento APPO. Las noticias del movimiento llegaron a comunidades indígenas lejanas, donde por mucho tiempo se ha luchado contra empleados públicos despóticos, y por la protección de los bosques y la tierra que las corporaciones multinacionales quieren robarse.

Las mujeres se tomaron la emisora por tres semanas y hablaron de la vida del pueblo, del Tratado de Libre Comercio (TLC), el Plan Puebla Panamá, el saqueo por parte de las corporaciones de papel y de las pésimas condiciones de vida de la mayoría. El Canal 9 presentó un documental de la vida del pueblo palestino en los territorios ocupados.

El gobierno no lo pudo tolerar y en las primeras horas del 20 de agosto mandó destruir la torre de transmisión; unos paramilitares ametrallaron el edificio para que no pudiera seguir funcionando. APPO hizo un llamamiento a las masas: “Ante este panorama de provocación, terror y represión, hacemos la más amplia convocatoria a nuestro pueblo para concentrar todas nuestras fuerzas en torno a la demanda única que es la caída del tirano y, por consiguiente, a reforzar los puntos fijos, los campamentos y las distintas tomas de oficinas”.

El 22 de agosto, el estado lanzó otro ataque contra la antena, pero las masas contestaron apoderándose de 12 emisoras más. Las campanas doblaron, quemaron fuegos artificiales y extendieron las barricadas del centro varias cuadras. Cuando se acercó un convoy de 30 vehículos blindados con policías enmascarados, la emisora anunció: “¡Compañeros, no se duerman, deténganlos!”. Montaron barricadas de fuego, piedras, ladrillos, árboles, llantas y carros viejos. “Entre el humo pululaban decenas de siluetas con piedras en las manos, resorteras, bates de béisbol, varillas, mangos de madera sin el hacha. Autobuses atravesados por todas partes. La resistencia se expandió más rápido que los comandos de la policía”. La emisora informaba sobre los movimientos de la policía. Más tarde se apoderaron de 12 emisoras y al momento han consolidado dos.

También se han dado megamarchas para denunciar los ataques y para exigir la renuncia del gobernador.

* * * * *

La ira y furia del pueblo oaxaqueño ha estado al rescoldo por mucho tiempo. Oaxaca es uno de los estados más pobres y marginados, con el mayor porcentaje de población indígena. Las condiciones de vida son de extrema pobreza, desnutrición, desempleo, migración a las ciudades (y al Norte) en busca de trabajo y una profunda discriminación contra los indígenas. El TLC, el Plan Puebla Panamá y la “modernización imperialista” han invertido en maquiladoras, la expansión del comercio, la deforestación y otros medios de apoderarse de los recursos naturales que han arruinado a los campesinos y hecho la vida imposible.

En los últimos dos años, Oaxaca ha sufrido una sangrienta represión contra los campesinos, los estudiantes y las organizaciones de oposición. El actual gobernador tomó posesión en diciembre del 2004 y a los pocos meses 250 policías rodearon una comunidad en Santiago Xanica durante un día de trabajo comunal y abrieron fuego contra 80 personas. El gobernador también ha reprimido la lucha de los universitarios con cientos de policías armados de porras, gas lacrimógeno y perros, porque se oponen al Plan Juárez, que entre otras cosas quiere privatizar la educación. La víspera de tomar posesión, hubo un ataque contra la imprenta del El Diario, que tiene mucha circulación en Oaxaca. Unos meses después volvieron a atacar las oficinas del periódico y esa vez secuestraron a 31 empleados; la policía hostiga a los vendedores del periódico.

* * * * *

Acaba de empezar una marcha de miles de personas desde Oaxaca a ciudad de México para dar a conocer la lucha a todo el país, así como para presionar al gobierno federal a que intervenga del lado del pueblo y de su demanda de que renuncie el gobernador. Otras demandas son: alto a la represión contra el movimiento y partidarios, libertad para los presos políticos, castigo para el gobernador y otros empleados del gobierno, especialmente los policías asesinos, y un aumento de salario para los maestros.

El Congreso de Oaxaca acaba de redactar un decreto dirigido al presidente Fox que pide tropas federales para acabar con el campamento del zócalo, levantar las barricadas y reestablecer el “orden”. La represión contra APPO y las masas de Oaxaca es una clara posibilidad. En Los Ángeles, California, ha habido marchas de apoyo al pueblo de Oaxaca frente al consulado mexicano. Unas organizaciones oaxaqueñas en Estados Unidos le escribieron al presidente Fox para que no mande tropas federales. Además, acaba de llegar a Oaxaca un contingente de 30 activistas de organizaciones de derechos de latinos en Estados Unidos para conversar con APPO sobre la lucha.

La cupúla está maniobrando para controlar la situación de ingobernabilidad en Oaxaca. Lo que buscan todos los partidos oficiales es cómo desarmar la situación y sacarle ventaja. Por ejemplo, los gobernadores priístas le advirtieron a Fox que si permite la destitución del gobernador de Oaxaca como resultado de este levantamiento, la posición de Calderón también estaría en peligro. Andrés Manuel López Obrador también se ha distanciado de la lucha de APPO, aparentemente porque no quiere ese tipo de lucha popular independiente, a pesar que fuerzas ligadas al PRD también pertenecen a APPO.

La heroica rebelión de las masas oaxaqueñas está demostrando el potencial de las masas cuando se apoyan en su propia fuerza y creatividad y no se subordinan a los partidos electorales de la clase dominante. A nivel social se abren nuevas vistas y las masas empiezan a ver nuevas ideas y posibilidades; en medio de esto se debate cómo podría ser el futuro y qué clase de sistema necesitan las masas.

La situación está abriendo las puertas para una lucha por un nuevo amanecer en México, y está repercutiendo por todo el país y a este lado de la frontera. Es una lucha que hay que apoyar en todo el mundo.

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Revolución #63, 1° de octubre de 2006

México: Nueva etapa de la crisis poselectoral

El fin de semana del 15 y 16 de septiembre fue un punto nodal de la crisis poselectoral de México. Las instituciones encargadas de decidir el resultado de las elecciones declararon que el ganador fue Felipe Calderón, del PAN, pero los seguidores de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), del PRD, siguieron sosteniendo que las elecciones fueron chuecas y sin validez. Ahora, el movimiento de resistencia que se manifestó en campamentos en el centro de la ciudad ha entrado a una nueva etapa.

Al acercarse el Día de la Independencia aumentó la tensión y todos los lados maniobraron y presionaron. El 13 de septiembre, terminó el bloqueo de 48 días que montó (AMLO) para poner presión a su demanda de recuento de los votos. Se dijo que el bloqueo se levantó para no interferir con el desfile militar del 16. Fox juró que daría el “Grito” desde el balcón del Palacio Nacional, en el Zócalo. AMLO y el PRD también hicieron planes de dar su propio “Grito” en el Zócalo. A último momento, Fox salió corriendo para Guanajuato, su estado natal, donde se dio el primer “Grito”, y le dejó el Zócalo a AMLO y sus seguidores. Fue la segunda vez en dos semanas que Fox no pudo cumplir sus deberes presidenciales debido a la oposición y a las maniobras de los círculos dominantes.

El 16 de septiembre, después del desfile militar, AMLO inauguró la Convención Nacional Democrática en el Zócalo, organizada por la Coalición por el Bien de Todos, con un millón de delegados de todo el país.

La CND declaró que AMLO es el “presidente legítimo de México”, y tomará posesión el 20 de noviembre. La mayoría rechazó “la usurpación y se desconoció a Felipe Calderón como presidente de la República”; también pidió “la abolición del régimen de privilegios”. Se decidió formar un “gobierno en resistencia”, que tendrá su propio gabinete con “secretarios de Estado” y demás. La capital será la base del gobierno, pero tendrá un “carácter itinerante”. AMLO propone un gobierno que “sería un acto permanente de desobediencia civil, ante la violación a la voluntad popular y la usurpación”. AMLO viajará por el país para desarrollar una “resistencia civil pacífica”, y posiblemente organizará un referendo para ver si existe la voluntad de convocar un “nuevo constituyente que transforme las instituciones y reforme la Constitución”.

La CND aprobó un plan de resistencia civil: protestas pacíficas donde quiera que asome la cara el usurpador, boicot a los productos y servicios de compañías que financiaron la campaña de Calderón (Coca-Cola, Kimberly Clark, Banamex, etc.), boicot de la prensa mentirosa, actividades culturales relacionadas con sus demandas, una campaña nacional contra la usurpación, poner letreros detrás de los reporteros, llamadas a los programas de radio y televisión, una página web, un canal de TV virtual y campañas mediáticas sorpresivas y creativas. También se planea bloquear la toma de posesión de Calderón el 1º de diciembre. Pero han dejado en claro que el PRD seguirá por la vía electoral. Leonel Cota, líder del PRD, puntualizó: “Si algo debe quedar claro es que el PRD no se aparta de la lucha electoral; por el contrario, sigue creyendo que la lucha electoral debe llevarnos, justamente, a las transformaciones que el país necesita”.

Del otro lado del conflicto, las fuerzas de Calderón (en México y Estados Unidos) se apresuraron a generar las reformas económicas que buscan. Tienen la esperanza de que la crisis de las elecciones se haya resuelto y de que puedan poner manos a la obra. En reunión reciente de ejecutivos (Forbes CEO Forum), organizada en ciudad de México por Steve Forbes, capitalista y ex candidato presidencial, los empresarios discutieron planes para “diseñar un Nuevo México” y alternativas para “modernizar” el sector de energía, las leyes laborales y el sistema fiscal (de impuestos) a fin de eliminar las barreras a la inversión y generar más ganancias.

Los fallos de los tribunales y la difusión de la confrontación en las calles de la capital han llevado a cierta resolución de la situación, pero es claro que la lucha interna no ha terminado. Dentro de las instituciones de gobierno, seguirá la lucha por definir el programa de la nación, pero el nuevo presidente confrontará un serio desafío de legitimidad y rebelión de las fuerzas de los círculos dominantes reunidas en torno a AMLO, que seguirán presionando por su programa, lo que se cruzará con el descontento de los de abajo.

Hay una nueva situación que puede permitir un auténtico debate y lucha de las masas sobre cuál es la solución a los graves problemas económicos, políticos y sociales. A pesar de que la controlaba AMLO, la resistencia que llenó las calles en buena medida estaba en manos de las masas, y se dio mucho debate de toda clase de tendencias e ideas políticas. Se organizaron círculos de lectura, bibliotecas, obras de teatros, conciertos, pintura, escritura, poesía, presentaciones de libros, debates de toda clase de temas, filmación de películas y demás. Sucedieron matrimonios, muertes y nacimientos: fue una ciudad dentro de una ciudad, con docenas de miles de habitantes, con sus propias patrullas de seguridad, estructura por estados y organizaciones de masas, cocinas regionales en las que no faltó la comida (cada día llegaban puntualmente 100 kilos de tortillas; de Jalisco mandaron tres novillos, y de todo el país llegaron alimentos), clínicas gratuitas de médicos y enfermeros que atendían de noche con sus propios recursos, etc. Se vieron muy pocos delitos. Todo esto mostró el gran potencial de que las masas manejen la sociedad con mucha creatividad.

En resumen, aunque el movimiento de resistencia ha estado esencialmente bajo la influencia de un partido de la clase dominante, se abrieron muchas posibilidades y espacios en estos intensos meses. Queda por verse adónde llevarán las cosas las fuerzas e individuos que abrieron más los ojos y la conciencia en estos días.

Envíenos sus comentarios.

¡Difundir las 7 charlas en las universidades!

En las próximas semanas, las 7 charlas de Bob Avakian deben oírse, verse y sentirse en las universidades con calcomanías por todas partes, postales en los buzones de los profesores, presentaciones en clases, grabadoras en sitios de reunión y en mesas de información, etc. Todo esto debe ser parte de la vida universitaria, despertar debate y discusión, y estimular una nueva efervescencia política. Si consiguen un patrocinador que los invite a una clase o un club, magnífico. Pero si no, pueden poner una mesa en una universidad o cerca de ella, tocar las charlas e invitar a los que pasen a oír y comentar.
Exhortamos a los lectores a llevar las 7 charlas a las universidades ahora mismo… y a escribirnos sobre sus experiencias.

Revolución #63, 1° de octubre de 2006

“Tenemos que pararlos. Y podemos pararlos. Pero tenemos que unirnos”

Entrevista de Revolución al padre Luis Barrios

La entrevista de Revolución: Una sección especial para que nuestros lectores se familiaricen con las opiniones de importantes figuras del arte, el teatro, la música y la literatura, la ciencia, el deporte y la política. Los entrevistados expresan sus propias opiniones, naturalmente, y no son responsables de las ideas que aparecen en Revolución o en nuestra página web.

Luis Barrios
Al padre Luis Barrios
in front of UN
Arrestan al padre Luis Barrios frente a la ONU durante el discurso de Bush, 19 de septiembre.
Foto: Stanley Rogouski

El reverendo Luis Barrios es profesor asociado de psicología y estudios étnicos en la Universidad John Jay de Justicia Criminal y la Universidad de la Ciudad de Nueva York, y sacerdote de la iglesia Episcopal St Mary’s de Manhattan. Además, desde 1997 es columnista del periódico El Diario/La Prensa, uno de los periódicos en español más antiguos del país. Realiza la mayor parte de sus investigaciones con organizaciones de la calle, el sistema de justicia penal juvenil y los derechos de los inmigrantes. Nació en Puerto Rico y es líder nacional de El Mundo no Puede Esperar, Fuera Bush y su Gobierno.

El 19 de septiembre, el padre Barrios fue una de las 16 personas arrestadas en frente del edificio de las Naciones Unidas.

La declaración que publicaron ese día dice: “Estamos aquí ante las Naciones Unidas hoy para participar en un acto de desobediencia civil no violenta. Exigimos un fin inmediato a la guerra de Irak. Nos oponemos a todo ataque contra Irán. Declaramos ante el mundo que se ha dictaminado que el presidente Bush es culpable de crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad. No habla por nosotros”.

Mientras adentro Bush justificaba sus crímenes de guerra pasados y se preparaba para cometer futuros crímenes, en las calles la policía atacaba y arrestaba al padre Barrios por oponerse a esos crímenes de guerra. Lo han acusado de agresión grave a un policía, de resistencia a la autoridad y de desorden público.

Lo entrevistamos esta semana.

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Revolución: A ti y a otros los arrestaron el 19 de septiembre ante las Naciones Unidas cuando George Bush estaba dando su discurso. ¿Qué nos puedes decir de qué estaban haciendo?

Barrios: Ante todo quiero decir que es un placer participar en esta entrevista.

La primera reacción de uno de los policías cuando se dio cuenta de que era padre fue: “Pero padre, ¿qué hace aquí? Usted no debe estar aquí”.

Yo le contesté: “Soy sacerdote. Y tengo que estar aquí, al mismo tiempo que el presidente de Estados Unidos está dirigiéndose a las Naciones Unidas y a todo el mundo. Él va a mentir otra vez, va a mentir otra vez como antes de invadir a Afganistán y a Irak, y ahora lo va a hacer para invadir a Irán. Va a hacer lo mismo contra Irán. Y va a seguir haciendo lo que ha estado haciendo contra Irak y Afganistán”.

Lo que entendemos es que el imperialismo estadounidense esta robándose los recursos que pertenecen a otros países.

Así que tenía que estar ahí, ¡era el momento y el lugar donde teníamos que estar! Por eso organizamos la desobediencia civil. Queríamos hacer más que una manifestación y repartir volantes. Queríamos demostrar un poco más de sacrificio. Porque lo que la gente de Irak y Afganistán está viviendo en este momento no es comparable a lo que nosotros vivimos en ese momento.

Revolución: ¿Quién más estuvo contigo ese día?

Barrios: Diferentes personas de diferentes organizaciones, en total éramos 16.

Una de las personas que más me impresionó fue Geoff Millard, un veterano de la guerra de Irak. Apenas tiene 25 años, es un joven, como todos los otros jóvenes que sueñan con ir al ejército o la infantería de marina para luchar “por la democracia” o “para defender nuestro país”. Son tonterías que se tragan. Además, es el “oficio de oportunidad”. Se tragan todas esas tonterías, y él fue a Irak con todas esas fantasías y lo que vivió en Irak como que lo despertó, como que lo que vio no fue correcto.

Así que, parado al lado de ese joven de 25 años, aprendí muchísimo. La valentía e inspiración de que podemos confiar en que hay gente que de veras quiere hacer algo para parar a George Bush.

Queríamos desobediencia civil, que nos arrestaran en una protesta pacífica para hacer una declaración. Queríamos hacerlo de la manera “usual” para que el sistema registrara que lo hicimos como había que hacerlo. Pero la situación se salió de las manos con el Departamento de Policía de Nueva York, como siempre. Como siempre hacen las cosas. Hubo un choque físico, porque la policía no sabe hablar. Fue una protesta pacífica, no nos resistimos a la autoridad, pero ellos sí se pusieron a empujar, pegar, patear, todo, porque así tratan al pueblo, a nosotros.

Revolución: ¿Podrías decirnos desde tu perspectiva por qué estás haciendo lo que estás haciendo?

Luis Barrios: Queríamos distribuir un mensaje al mismo tiempo que el presidente estaba dando su discurso. Porque ese hombre se estaba representando como si fuera un salvador, como si él fuera la esperanza, como si él representara la paz y la justicia, la democracia. ¡Pero la verdad es todo lo contrario! Porque ese hombre, tal como dijo el presidente Chávez, es el diablo, es una amenaza a la humanidad. Nosotros dijimos que lo acusamos de crímenes a la humanidad, de crímenes de guerra, de violar derechos humanos y derechos civiles. Esas son las acusaciones graves que entablamos contra él. En ese momento queríamos hacer ver que este hombre debe ser juzgado, que tiene que responder por las atrocidades que se están cometiendo.

Yo soy cristiano, soy sacerdote. Cuanto más leo de Jesús veo que Jesús estaba en las calles, no solo con las personas adoloridas, desesperadas y necesitadas, sino encarando la injusticia y a quienes eran injustos contra el pueblo. Él no los ignoraba, él no se hacía el que no los veía. No, él buscaba el enfrentamiento, él los acusaba, rompía el silencio, decía: “no me quedaré callado, los voy a denunciar y voy a hacer algo contra la injusticia”. Nosotros pensamos que tenemos que ser igual que él.

Tenemos muchas organizaciones religiosas en este país, pero así no es como hacen el trabajo de Dios. Pero Dios esperaba que así lo hiciéramos, ¡que nos lanzáramos a la calle! Ahí es donde uno encuentra a Dios. Hay gente destechada. Hay niños golpeados. Hay violencia doméstica. Hay gente que no tiene nada de comer en el país más rico del mundo. Hay brutalidad policial. Hay explotación de negros y latinos. Hay ataques a los inmigrantes. ¿Qué diablos voy a hacer yo adentro? ¡Tengo que estar en la calle! ¿Habrá consecuencias? Pues claro. Si desafiamos a los que tienen el poder, ¿acaso van a celebrarlo? No, se van a ir en contra de uno. Eso es parte de la situación. Uno tiene que aprender a aceptar las consecuencias. Así es. Tenemos buenos maestros que nos enseñan eso, por ejemplo los ejemplos contrarios de Malcolm X y Martin Luther King. Tenemos protestas pacíficas como las de César Chávez. Las de Mother Jones. Tenemos a Ernesto “Che” Guevara. Sí, esperamos la reacción de las personas a quienes acusamos.

Revolución: Si la gente en este país monta esa resistencia, ¿qué impacto crees que tendrá en el mundo y en el curso de los acontecimientos? Tanto en el sentido bueno como en el malo. Mira, este país está dictando los patrones políticos, económicos, religiosos y socioculturales. Esa es la realidad.

Barrios: Si empezamos a ir en esa dirección, vamos a construir la clase de movimiento que va a llevar a la gente a decir: “Eso es bueno, copiemos esa clase de movimiento, lo podemos hacer”. No es que eso no va a suceder, ya se está viendo. En muchos lugares es invisible porque la prensa corporativa no deja ver que eso está sucediendo.

Tenemos que crear un movimiento de masas grande en este momento. Y no lo vamos a hacer adentro, tenemos que salir a la calle, así es cómo lo vamos a hacer.

Unos dicen: “No van a echar al presidente”. Eso es precisamente lo que pasó con Richard Nixon. La víspera de que renunciara salió por la tele y dijo, con esa mueca chueca: “No voy a renunciar”. Y al día siguiente tuvo que irse.

La presión política es muy importante. ¡Ahora lo sabemos!

Este señor Bush está desbocado. Él no sabe qué hacer cuando lo atacan, solo le gusta atacar. Sabemos que no sabe qué hacer cuando está a la defensiva. Así es como vamos a lograr nuestros objetivos.

Los países europeos lo están aislando y ahora vemos que muchos republicanos también se están alejando de él. Queremos acorralarlo. El gobierno entero puede cambiar, porque no queremos que él se vaya para que Dick Cheney se quede a cargo. No. El gobierno entero tiene que cambiar y tenemos que llevarlos ante un tribunal de justicia penal.

Revolución: Con tu experiencia, explícanos el papel que pueden jugar los inmigrantes en este país.

Barrios: Lo primero que tenemos que hacer es reconocer que este es un país de inmigrantes. Es un país en el que los únicos que pueden decir “lárguense de este país, no es su país” son los indígenas. Unos fueron tan bondadosos que permitieron que llegaran inmigrantes. Pero a muchos los invadieron a la fuerza, no fue una invitación, fue una invasión de europeos. Pero ahora estamos aquí y tenemos que buscar el modo de vivir juntos. Unos dicen: “Esta es mi tierra y nadie más puede vivir aquí”. Así han apelmazado un odio contra los que llaman inmigrantes (cuando ellos mismos ya no se llaman inmigrantes). Llaman inmigrantes a los que llegaron en los últimos 20 ó 25 años, los que vinieron antes ya no son inmigrantes; es una manera muy peculiar de definir el concepto.

Nosotros estamos aquí, y no nos vamos. Esa es la realidad. Así que tienen que encarar esa realidad.

Pueden cerrar las fronteras, lo cual es una contradicción porque este es un sistema capitalista que necesita a gente indocumentada para hacer los trabajos que nadie más quiere hacer. Es una verdad que duele, pero esa es la realidad. Tenemos dos fronteras. ¿Por qué van a cerrar una de ellas y mantener abierta la otra?

Creo que eso tiene que ver con otro aspecto importante del movimiento de inmigrantes. Uno es que tenemos que seguir haciendo entender que aquí estamos y no nos vamos. El segundo es que nadie se despertó en un país como Colombia, Honduras o El Salvador, y de buenas a primeras decidió irse a Estados Unidos. No. Es un proceso. Es un proceso en el que los gobiernos nacionales obedecen a los intereses del gobierno de Estados Unidos. Los tratados de libre comercio solo benefician a las corporaciones capitalistas que explotan a la gente. Crean desempleo, destruyen la infraestructura económica de esos países y la única opción es emigrar a Estados Unidos. Así que uno tiene que entender que el gobierno de Estados Unidos hace que vengan a este país. Si no se quiere que vengan a este país, entonces tenemos que mejorar la economía de esos países. Crear trabajos. Así no tienen que venirse.

Revolución: ¿Qué papel tienen los inmigrantes en la lucha para sacar al gobierno de Bush?

Barrios: En primer lugar tienen que entrar a la política. Unos dicen: “No queremos hacer nada contra el presidente porque eso va a perjudicar nuestra posibilidad de conseguir la amnistía”. ¡No les van a dar amnistía! Veamos la realidad.

Otros dicen: “Vamos a votar por los demócratas porque ellos son mucho mejores”. ¡Pero es lo mismo! Es un partido político con dos opciones. Es gente que responde a los intereses de la clase dominante. No es gente que busca una solución al “asunto de inmigrantes”.

En tercer lugar, los que estamos organizando el movimiento de los inmigrantes tenemos que comprender que esto tiene que conectarse con un movimiento político. No es puramente cuestión de conseguir amnistía, es más serio. Tenemos que deshacernos de este sistema político. Tenemos que implementar algo diferente.

¿Donde está la conexión política? Los afroamericanos tienen que saber que hay una conexión. Esto es opresión, exclusión y marginalización. Los afroamericanos, los asiáticos, las mujeres, los gays y las lesbianas, todos tienen que ver que esta fragmentación contra los inmigrantes no va a dar resultados. Esto va contra los pobres, la clase trabajadora, los negros, los gays y las lesbianas, las mujeres, y los latinos y las latinas. ¡La clase dominante no los quiere! La clase dominante es la que decide quién entra y no entra.

Tenemos que pararlos. Y podemos pararlos. Pero tenemos que unirnos.

También quiero decir, como sacerdote, que tenemos un presidente que quiere presentarse como cristiano. Él tiene su propia manera de presentarse como cristiano, que no se asemeja a la Biblia. Está armando un gobierno teocrático. Crítica a los musulmanes por ser fanáticos. También hay mucho fanatismo en el gobierno israelí. No digo que todo judío es fanático, sino que los que están en el gobierno son fanáticos. Pero Bush no se opone a ellos, y tampoco se opone a los cristianos fanáticos (empezando con él mismo). Cada religión tiene sus fanáticos. Yo entiendo eso. Los musulmanes tienen sus fanáticos, los judíos tienen sus fanáticos y los cristianos tienen sus fanáticos. Tenemos que oponernos a ellos y reemplazarlos con gente que piensa en el bienestar de la mayoría. Ese fanatismo es contrario a esas religiones. Y si alguien quiere poner en práctica los verdaderos principios de esas religiones, va a tener que volverse revolucionario por la paz y la justicia.

El 5 de octubre es el día de resistencia masiva, lo que llamamos El Mundo no Puede Esperar; sabemos que el mundo no puede esperar, que tenemos que hacer las cosas de otra manera. Necesitamos un gobierno que responda a los intereses de la gente y no de las corporaciones. Y necesitamos forjar paz y justicia.

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Revolución #63, 1° de octubre de 2006

16 manifestantes arrestados durante discurso de Bush ante la ONU

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C. Clark Kissinger, uno de los que convocaron la Comisión sobre los Crímenes del Gobierno de Bush, con el veredicto frente a la ONU, 19 de septiembre.

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De izquierda a derecha: Ann Wright, ex diplomática y jueza de la Comisión sobre los Crímenes del Gobierno de Bush; Beth Lamont, representante a la ONU de la American Humanist Association; Peter Cobb, Proyecto No en Nuestro Nombre; Elaine Brower, El Mundo no Puede Esperar; Laurie Arbeiter, de la “Campaña no nos Quedaremos Callados”; Aimara Lin, Proyecto No en Nuestro Nombre. 19 de septiembre frente a la ONU.

Ann Wright

Ann Wright, ex diplomática y jueza de la Comisión sobre los Crímenes del Gobierno de Bush.
Fotos: Stanley Rogouski

Nueva York, 19 de septiembre: Un grupo de manifestantes estaban justo enfrente del edificio para declarar ante la prensa nacional e internacional que “Bush es un criminal de guerra” y “Fuera Bush”, mientras George Bush subía al podio en las Naciones Unidas para dar un discurso ante la Asamblea General. Los manifestantes, organizados por la Comisión Investigadora Internacional de Crímenes contra la Humanidad Perpetrados por el Gobierno de George Bush y El Mundo no Puede Esperar, Fuera Bush y su Gobierno, estaban en las Naciones Unidas para entregarle a Bush el veredicto de la comisión que lo declaró CULPABLE. (El veredicto de la comisión “Verdict and Findings of Fact” está disponible en PDF en bushcommission.org).

Una declaración de los manifestantes decía: “Estamos aquí ante las Naciones Unidas hoy para participar en un acto de desobediencia civil no violenta. Exigimos un fin inmediato a la guerra de Irak. Nos oponemos a todo ataque contra Irán. Declaramos ante el mundo que se ha dictaminado que el presidente Bush es culpable de crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad. No habla por nosotros.

“Se les tiene que poner fin a estos crímenes. Como dice la Declaración de Conciencia de No en Nuestro Nombre (enero del 2005): “Nuestra responsabilidad es cambiar el curso de los acontecimientos que se ha propuesto el gobierno de Bush. Sabemos que la historia nos juzgará severamente si no actuamos con decisión”.

De acuerdo a un reporte publicado en bushcommission.org, “Para callar esta expresión de disentimiento la policía arrestó a 16 personas y a dos de los manifestantes se les imputaron cargos falsos. Al padre Luis Barrios, de la iglesia episcopal Saint Mary’s y líder nacional de El Mundo no Puede Esperar, se le acusó de agredir a un agente de policía. De hecho, la policía lo tiró al piso por detrás mientras él levantaba las manos diciendo: ‘No me resisto’. A Geoff Millard, un veterano discapacitado de la guerra de Irak y miembro de Veteranos de Irak contra la Guerra, le levantaron cargos por resistencia a la autoridad cuando se cayó al subir a la camioneta de la policía”.

También arrestaron a: Ann Wright, funcionaria del Departamento de Estado quien renunció a manera de protesta contra la guerra de Irak; Elaine Brower, madre de un marine que está en Faluya y vocera de El Mundo no Puede Esperar; C. Clark Kissinger, miembro de la Comisión de Crímenes de Bush; Beth Lamont, representante de la Asociación Humanista Americana a las Naciones Unidas; miembros de la Brigada Granny Peace, Acción pro Paz de Nueva York, el Proyecto No en Nuestro Nombre, Estudiantes y Jóvenes Judíos contra la Guerra y la campaña “We Will Not Be Silent”.

La semana anterior, el 13 de septiembre, una delegación de la Comisión de Crímenes de Bush presentó el veredicto de culpable a las puertas de la Casa Blanca. La protesta ante las Naciones Unidas fue parte de los Días Nacionales contra los Crímenes de Bush del 19 al 21 de septiembre a nivel nacional.

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Revolución #63, 1° de octubre de 2006

El movimiento de derechos de los inmigrantes
Y la batalla para echar al gobierno de Bush

Travis Morales

Parece que la nueva ley de inmigración está en compás de espera mientras Bush se dedica a preparar la guerra de Irán y a promover la tortura y los juicios en Guantánamo. Sin embargo, las medidas contra los inmigrantes y la militarización de la frontera siguen adelante. La Cámara de Representantes acaba de aprobar, por segunda vez, un plan para construir un muro de 700 millas (1,120 km) en la frontera; han aumentado las redadas y las deportaciones, y así sucesivamente. Como explicaré más adelante, estos ataques contra los inmigrantes y todo el programa fascista de Bush están más estrechamente ligados de lo que mucha gente capta.

Aunque la nueva ley general de “reforma” (leer “represión”) de inmigración está en suspenso, la Cámara de Representantes acaba de aprobar tres proyectos de ley con muchas de las mismas medidas del proyecto de ley de Sensenbrenner, que prendió las megamarchas de la primavera. Si el Senado aprueba esos tres proyectos de ley y pasan a ser ley, el resultado sería: dar a las corporaciones policiales estatales y municipales la autoridad de aplicar las leyes de inmigración y de buscar indocumentados, con lo que más fuerzas del gobierno se pondrán a cazarlos y deportarlos; suspender dos decisiones de la Suprema Corte que prohíben condenar en la práctica a cadena perpetua a ciertos presos que han cumplido su sentencia; negar a los condenados de un delito el derecho de apelar ante un juez por una orden de deportación; permitir al secretario de Justicia designar a cualquier grupo como “pandilla” y castigar a cualquier individuo por pertenecer a ese grupo, sin que haya cometido un crimen; etcétera.

Por otra parte, la división policial del Departamento de Seguridad de la Patria (que se llama Immigration and Custom Enforcement y es la nueva migra) ha desatado una ola de redadas y detenciones por todo el país. Dice que cada semana hace 1,000 arrestos. Por ejemplo, el fin de semana del Día del Trabajo cayó en Stillmore, Georgia, con armas y chalecos a prueba de balas, y arrestó a 120 mexicanos. Eso llevó a la alcaldesa a decir: “Esto me hace pensar en lo que leí sobre la Alemania nazi y las redadas de la Gestapo”.

En este contexto, hay mucha desazón en el movimiento de derechos de los inmigrantes. Las concentraciones y marchas del Día del Trabajo fueron mucho menores que las de la primavera, aunque contaron con decenas de miles de participantes. Hay grandes interrogantes. Millones salieron a la calle, pero el gobierno no ha tomado medidas para otorgarles derechos; por el contrario, la respuesta han sido redadas, deportaciones y más leyes represivas. En la primavera muchos grupos de inmigrantes decidieron apoyar uno u otro proyecto de ley que proponía crear castas y segregación, dándole a unos una pequeña posibilidad de legalizarle mientras muchos otros seguirían por siempre en la categoría de “ilegales”. Pero hasta esos proyectos de ley murieron. Esos grupos y muchos que nunca apoyaron ninguno de esos proyectos de ley ahora están viendo cuál es el siguiente paso.

¿Y ahora qué?

Hay mucha controversia sobre lo que lograron las megamarchas, si sirve de algo protestar, y cómo evaluar lo que se logró y lo que no se logró. Para empezar, esas grandes protestas lograron mucho. Millones se echaron a la calle a decir que no se iban a dejar apalear y criminalizar por la ley de Sensenbrenner; esto les permitió calar su propia fuerza y les mostró a millones lo que es la vida en el fondo de la sociedad. La firme determinación de las marchas fue un estímulo para millones. Las marchas paralizaron muchas ciudades. A mí, que hasta hace poco viví en Texas, me quedó el ojo cuadrado cuando leí que en Dallas salieron medio millón de personas. Mucha gente vio un vistazo del poder que tienen en el escenario político los que han sido criminalizados y superexplotados. Las marchas alegraron a muchos de los movimientos progresistas. En medio de la avalancha de ataques del gobierno de Bush, millones de inmigrantes salieron a manifestar con coraje que no se dejarán tratar como esclavos.

Por otra parte, a muchos de los que salieron a las protestas les dijeron que se esforzaran por obtener la ciudadanía para votar, que sacaran la bandera estadounidense, que no ofendieran a los americanos, que le bajaran el volumen a la lucha, que depositaran la fe en los demócratas y que aceptaran uno de los proyectos de ley que proponía un sistema de castas con la vaga esperanza de la “legalización”. Se destinó un gran esfuerzo a canalizar todas las energías del movimiento hacia los caminos habituales, a que permaneciera dentro de los límites políticos aceptables y a que no llegara a ningún lado.

Además del esfuerzo de desmovilizarlo, el movimiento se ha tropezado con el afán del gobierno de Bush de “redefinir la sociedad con un molde fascista por muchas generaciones”, como dice la convocatoria de El Mundo no Puede Esperar—¡Fuera Bush y su gobierno! En la primavera, se hablaba mucho de que este era el nuevo movimiento de derechos civiles [comparándolo con el movimiento de derechos civiles de los negros en los años 50 y 60—Trad.] y flotaban muchas falsas ilusiones. Pero ese no es el rumbo por el que el gobierno de Bush ha encaminado el país. El gobierno de Bush no va a darle plena igualdad y una mejor vida a los inmigrantes, al tiempo que arrasa el mundo y este país, que tortura, tiene cárceles secretas, mete a la cárcel sin cargos y sin límite de tiempo, impone un gobierno fundamentalista fanático aquí, elimina el derecho de la mujer a controlar su reproducción y mucho más. Mientras este gobierno siga en el poder, no hay ninguna perspectiva de una mejor vida para los inmigrantes ni para el resto del planeta. Eso quiere decir que los que buscan igualdad plena y el tratamiento digno que todos los seres humanos merecen, tienen que aunar esfuerzos el 5 de octubre con el movimiento para echar al gobierno de Bush.

Organización del 5 de octubre y controversia

En la organización del 5 de octubre participan activistas del movimiento de derechos de los inmigrantes. Por ejemplo, la Coalición 25 de Marzo de Los Ángeles (que organizó la masiva marcha de uno a dos millones de personas en esa fecha y las acciones de “No ir al trabajo ni a la escuela” el 1ºde mayo) apoya el Día de Resistencia del 5 de octubre y está organizándolo. Asimismo, la Red Nacional de Solidaridad con los Inmigrantes lo refrendó en su conferencia nacional en la capital y exhorta a participar. En San Francisco, la Coalición 1º de Mayo también apoya y se suma a la resistencia del 5 de octubre.

Hace unos días, empezó a circular “Un llamado general a los inmigrantes y al movimiento de derechos de los inmigrantes de parte de activistas de este movimiento y de otros—5 de octubre: Aporten su espíritu y determinación a la lucha para sacar al gobierno de Bush”. Lo escribimos activistas de Los Ángeles, Chicago, Nueva York y la capital; varios de los signatarios participamos en la organización de las marchas de la primavera. Exhorta precisamente a lo que dice el título (ver la página 7).

La prensa latina de Los Ángeles, Nueva Jersey, Nueva York y Chicago va a sacar desplegados del 5 de octubre, y entre los signatarios figuran activistas del movimiento de derechos de los inmigrantes.

Las respuestas que oigo del movimiento de derechos de los inmigrantes caen básicamente en dos categorías. Los que escribieron el llamado, los grupos que apoyan el 5 de octubre y otros dicen que la lucha por los derechos de los inmigrantes está ligada con la lucha contra todas las injusticias de la sociedad y que, además, esta ola de represión contra los inmigrantes es parte de todo el programa fascista del gobierno de Bush. Unos hablan del inminente ataque a Irán y del desastre que sería. Reconocen que los inmigrantes no pueden parar solos esta ola de represión contra ellos, que necesitan aliados y que el gobierno de Bush es la fuente de esta represión contra ellos y contra todos los demás.

De parte de los que todavía no se han sumado al 5 de octubre, oigo dos argumentos. Un grupo dice que esta ola de represión contra los inmigrantes no es nueva y que la militarización de la frontera empeoró con Clinton y los demócratas, y tienen razón. Dicen que republicanos y demócratas por parejo atacan a los inmigrantes y que en ese sentido el gobierno de Bush no es nada especial. Coincido con ellos en que los demócratas muchas veces han liderado la ofensiva, especialmente en el gobierno de Clinton. Pero mi respuesta es que este gobierno está encaminando toda la sociedad en una dirección fascista como ningún otro. Como decimos en el llamado: “El gobierno de Bush tiene a los inmigrantes en la mira. Todos los proyectos de ley que están en el Congreso y las nuevas leyes son inaceptables: el programa de trabajadores huéspedes de Bush; el despliegue del ejército contra los inmigrantes en la frontera y dentro del país; los nuevos poderes a la policía para que pida los ‘papeles’; los campos de detención masiva; la detención obligatoria; las tarjetas de identificación biométricas; la segregación racial legalizada; las muertes innecesarias en la frontera”. Piensen en lo que todo esto significa para los inmigrantes; es vivir en un estado policial.

Otro argumento más común es que el 5 de octubre y la lucha por sacar al gobierno de Bush son una distracción de la lucha por los derechos de los inmigrantes, y que tenemos que concentrarnos en eso porque no tenemos los recursos para entrar en otras batallas y porque nuestro mensaje se diluirá. Como decimos en la convocatoria de El Mundo no Puede Esperar: “Es necesario dejar de luchar contra las atrocidades de Bush una por una, perdiendo terreno constantemente”. Lo que yo respondo es que todas estas medidas contra los inmigrantes son un elemento crítico de la implementación del programa fascista del gobierno de Bush. Que el ejército sirva de policía dentro del país (empezando en la frontera), los centros de detención, las tarjetas de identificación biométricas, la detención indefinida sin acusaciones, los tribunales militares y demás son medidas que usarán contra todos. El gobierno de Bush está imponiéndose, estableciendo los precedentes para todo esto y armando este aparato represivo con el pretexto de proteger la frontera y luchar contra el terrorismo. Las medidas contra los inmigrantes son vitales para crear un estado policial; por eso no las va a abandonar. Luchar por sacar al gobierno de Bush no es una distracción de la lucha por los derechos de los inmigrantes; por el contrario, es esencial para que los inmigrantes tengan un chance de obtener sus derechos. Es como dijo el pastor Martin Niemoller sobre su experiencia en la Alemania nazi:

“Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista…”, excepto que en este país primero vinieron por los musulmanes, los árabes y los sudasiáticos, y ahora vienen por el resto de los inmigrantes.

En cuanto a recursos, existe una reserva de docenas de millones de personas que odian este gobierno. Tenemos que atraer a millones de ellos a esta gran lucha, y rápido. Piensen dónde estaremos si una fuerza de millones de personas politizadas y movilizadas sale a la calle el 5 de octubre diciendo “¡Fuera Bush y su gobierno!”. Piensen en cuánto más cerca estaremos todos de lograr nuestras metas de un mundo mejor.

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Revolución #63, 1° de octubre de 2006

Este llamado es del portal de El Mundo no Puede Esperar (worldcantwait.org):

Un llamado general a los inmigrantes y al movimiento de derechos de los inmigrantes de parte de activistas de este movimiento y de otros

5 de octubre: Aporten su espíritu y determinación a la lucha para sacar al gobierno de Bush

El gobierno de Bush tiene a los inmigrantes en la mira. Todos los proyectos de ley que están en el Congreso y las nuevas leyes son inaceptables: el programa de trabajadores huéspedes de Bush; el despliegue del ejército contra los inmigrantes en la frontera y dentro del país; los nuevos poderes a la policía para que pida los “papeles”; los campos de detención masiva; la detención obligatoria; las tarjetas de identificación biométricas; la segregación racial legalizada; las muertes innecesarias en la frontera.

LAS MEGAMARCHAS DE LOS MESES PASADOS DEMOSTRARON EL ESPÍRITU Y LA DETERMINACIÓN QUE EXISTE PARA PONERLE FIN A ESTOS ATAQUES. ¡EL MISMO ESPÍRITU TIENE QUE MANIFESTARSE EN LAS PROTESTAS MASIVAS DEL 5 DE OCTUBRE PARA PONERLE FIN A LOS CRÍMENES DEL GOBIERNO DE BUSH!

¿Por qué es necesario? Sabemos que aunque esas medidas empiezan con los inmigrantes, significan una amenaza para todos. Son parte integral del programa de Bush:

El criminal gobierno de Bush ha aumentado la “guerra contra el terror” dentro de Estados Unidos contra todos. Ha destripado derechos con la Ley Patriota y está usando la guerra en contra de los inmigrantes para quitarnos más… para criminalizar a los indocumentados y a cualquier persona que les ofrezca ayuda.

El criminal gobierno de Bush viola el derecho internacional y los Convenios de Ginebra al justificar la tortura de los detenidos aquí, en Irak y en Guantánamo en sus guerras ilegales e inmorales.

El criminal gobierno de Bush nos ha mentido aquí y por todo el mundo para justificar la guerra inmoral en contra de Irak. Ahora planea atacar a Irán e incluso amenaza con ataques nucleares. Nuestros hijos son las presas de los reclutadores militares para abastecer sus tropas. El mundo no es más seguro gracias a “la guerra contra el terror” de Bush; es más peligroso que nunca desde que inició la guerra de Irak.

El gobierno de Bush se está acercando, día a día, a prohibir el derecho al control de la natalidad y el aborto, aquí y en el mundo entero.

Tenemos que hacer más que luchar en contra de las atrocidades de Bush una por una… y seguir perdiendo terreno ante toda esta embestida. No tenemos que luchar solos; tenemos que unirnos en contra del gobierno que nos amenaza a todos.

¡Hay una manera de hacerlo; hay un día en que podemos hacerlo! Únanse a nosotros, organicen a sus familiares y amigos para salir a la calle el 5 de octubre, un día nacional de resistencia masiva. No compren nada, no vendan nada, no trabajen, sálganse de la escuela. ¡El 5 de octubre debemos ponerle fin a todo esto! ¡Fuera Bush y su gobierno… porque El mundo no puede esperar!

Vayan al portal worldcantwait (inglés y español) o llamen al 866-973-4463.

Llamado escrito por:

Padre Luis Barrios, profesor adjunto, John Jay College of Criminal Justice; Comité directivo nacional, El Mundo no Puede Esperar, Nueva York
Jesse Díaz, Jr., Coalición 25 de Marzo, UC-Riverside, Los Ángeles, California
Lee Siu Hin, coordinador nacional, National Immigrant Solidarity Network, Los Ángeles, California
Travis Morales, El Mundo no Puede Esperar, Washington, D.C.
Carlos Pérez, fundador, Mayan Calendar News; co-fundador, Movimiento 10 de Marzo, Chicago, Illinois

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Revolución #63, 1° de octubre de 2006

Entrevista a Carlos Mauricio, torturado

La tortura como medio de represión

Carlos MauricioEn 1983, Carlos Mauricio, profesor de la Universidad de El Salvador, fue secuestrado de su salón de clases por unos tipos vestidos de civil que lo hicieron subirse a un vehículo sin placas. Estuvo detenido por aproximadamente una semana y media en la central de la Policía Nacional en San Salvador. Durante la primera semana, Mauricio fue torturado e interrogado en el centro clandestino de tortura de la Policía Nacional porque pensaban que era comandante del FMLN. Los captores de Mauricio le amarraron las manos detrás de la espalda sobre la cabeza y lo golpearon repetidamente con una barra de metal cubierta de goma, y le dejaron heridas en la cara y el torso. Durante los primeros dos o tres días de la detención, no le dieron comida ni agua. No lo dejaron ir al baño durante su estancia en el centro de tortura.

En 2002, Carlos Mauricio, junto con otras dos victimas de tortura, ganó un veredicto de $54 millones en contra de dos generales retirados de El Salvador. Sigue manifestándose en contra de la tortura y otros abusos de los derechos humanos. Nuestro periódico habló con él afuera de la facultad de Derecho Boalt Hall durante su participación en la manifestación en contra del profesor Yoo.

Revolución: ¿Nos puedes decir por qué estás aquí hoy?

Carlos Mauricio: Estoy aquí porque me han torturado. Así que es muy importante para mí venir y decir lo que me pasó durante esa experiencia horrible. Me capturó el ejército salvadoreño en 1983 y me torturaron durante nueve noches seguidas. Fue horrible. Pero el fin de manifestarme en contra de John Yoo es precisamente porque la legalización de la tortura en Estados Unidos es para poder torturar ciudadanos estadounidenses. La tortura ahora se practica abiertamente en todas partes. El ejército de Estados Unidos ha torturado prisioneros durante muchos años. Se documentó en Vietnam, así que no es nada nuevo. Pero la idea de legalizarla aquí, porque la Constitución la prohíbe, es muy importante para el gobierno que quiere torturar a ciudadanos estadounidenses. Estoy muy preocupado con esto porque creo que el gobierno ha erosionado los derechos de los ciudadanos. Ahora mismo tenemos desaparecidos, y les dicen “entregas extraordinarias”. Tenemos células clandestinas de la CIA. Tenemos al gobierno de Estados Unidos torturando en Abu Ghraib y Guantánamo. ¿Y qué sigue? Los que sigue es aquí en el país, torturar ciudadanos estadounidenses. Esa es mi preocupación. Por eso quiero denunciar a John Yoo.

Estoy aquí porque quiero contar la historia de lo que me pasó, porque no quiero que se repita en otros. La tortura es muy, muy horrenda.

Revolución: ¿Existe evidencia de que Estados Unidos estuvo involucrado en tu arresto y tortura?

Carlos Mauricio: El gobierno de Estados Unidos estuvo involucrado en lo que le pasó a muchos salvadoreños y muchos latinoamericanos porque entrenó a los torturadores en la Escuela de las Américas. Si observas los peores abusos a los derechos humanos en Latinoamérica, la mayoría son de graduados de la Escuela de las Américas. Esa es la participación directa de Estados Unidos en la tortura en Latinoamérica.

Revolución: ¿Qué le dices a las personas que como Bush piensan que la tortura es necesaria para proteger a Estados Unidos?

Carlos Mauricio: No, no, no. La situación es la siguiente: el gobierno de este país sabe que el miedo funciona muy bien. La tortura funciona como medio de represión. El gobierno ha maniobrado de tal forma que hace que el país sienta miedo. Una de las formas es la amenaza del terrorismo, lo cual puede ser cierto o no. El hecho es que la tortura no sirve para obtener información. La tortura es para meter miedo y el gobierno lo sabe; por eso ahora quiere hacerlo en el país. Así que el fin principal de la tortura no es obtener información y cualquier persona de las agencias de inteligencia lo sabe.

En mi caso, confesé tras ocho noches de horribles torturas. Dije que lo hice aunque no era cierto para que me dejaran de torturar. De modo que la tortura no es para obtener información; es para infundir miedo en la sociedad. Ahora Estados Unidos y el gobierno de Bush quieren jugar esa carta en el país.

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Revolución #63, 1° de octubre de 2006

Manifestantes se enfrentan a un profesor de tortura

Yoo Protest

Protesta de El Mundo no Puede Esperar contra la tortura frente al salón de clase de John Yoo, UC Berkeley, 19 de septiembre

El 19 de septiembre, mientras Bush hablaba ante las Naciones Unidas, estudiantes de la Universidad de California en Berkeley y activistas del capítulo de San Francisco de El Mundo no Puede Esperar se manifestaron fuera del salón de clases del profesor de Derecho de la Universidad de California John Yoo.

Mientras Yoo estaba en el Departamento de Justicia, escribió una serie de memos que ampliaron el marco legal del gobierno de Bush para cometer tortura y expandir su uso alrededor del mundo. Los memos de Yoo decían que para que se pudiera considerar tortura, los actos tendrían que ser “equivalentes en intensidad, al dolor que acompaña una herida física seria, tal como el fallo de un órgano, el impedimento de funciones del cuerpo, o hasta la muerte”. Cualquier cosa menos de eso podría ser autorizada por el presidente, de acuerdo a Yoo. Durante un debate con un abogado de derechos humanos en Chicago, Doug Cassel, Yoo insistió que el derecho del presidente a torturar incluye el derecho de aplastarle los testículos al hijo de un sospechoso (ver “Si aplastarle los testículos a un niño no es un acto nazi, ¿qué es?”, Revolución #27 -- audio en ingles).

Los manifestantes se vistieron con capuchas negras y overoles anaranjados para representar las escenas impactantes de tortura en Abu Ghraib y Guantánamo con un fondo de 10 imágenes de tortura. Todo esto coincidió con la semana de vigilia y educación que se llevó a cabo en la universidad en contra de la tortura y del profesor Yoo, impartida por el monje budista Taigen Leighton.

“Sigo escuchando a estudiantes que dicen que solo faltan dos años”, un estudiante que participó en la manifestación dijo. “Pero mira los últimos dos años: los ataques a los derechos de la mujer, la criminalización de los jóvenes y los inmigrantes, lo que hacen en contra del medio ambiente, la guerra a la vuelta de la esquina en Irán. Nos están quitando nuestros derechos. No tenemos proceso legal establecido. Ahora van a legalizar la tortura. ¿Dónde vamos a estar en los próximos dos años? No podemos ser cómplices de esto. No podemos seguir yendo a clases o al trabajo y hacer como que no pasa nada, y caminar por la otra banqueta para no agarrar un volante… ¡porque todo esto es real! Le sucede a personas reales y ya no podemos tolerar todo esto”.

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Entrevista a Bill Ayers: Sobre la educación progresista, el pensamiento crítico y la cobardía en tiempos peligrosos

Revolución #63, 1° de octubre de 2006

Entrevista a Bill Ayers:
Sobre la educación progresista, el pensamiento crítico y la cobardía en tiempos peligrosos

La entrevista de Revolución: Una sección especial para que nuestros lectores se familiaricen con las opiniones de importantes figuras del arte, el teatro, la música y la literatura, la ciencia, el deporte y la política. Los entrevistados expresan sus propias opiniones, naturalmente, y no son responsables de las ideas que aparecen en Revolución o en nuestra página web.


Bill Ayers
Bill Ayers

Bill Ayers, distinguido profesor de Educación e investigador reconocido de la Universidad de Illinois en Chicago (UIC), regresó de sus vacaciones de verano y encontró una carta de colegas con quienes ha colaborado desde hace décadas. La carta le avisaba de una conferencia sobre educación progresista que planeaban para la primavera, y le informaba ¡que no estaba invitado!

Ayers es autor de Teaching Toward Freedom (Enseñanza hacia la libertad) y muchos otros libros, antologías y ensayos sobre educación progresista publicados en muchas revistas, como Harvard Educational Review, Journal of Teacher Education, Teachers College Record, Rethinking Schools, The Nation y el Cambridge Journal of Education. También es autor de Fugitive Days (Días de fugitivo), que relata sus experiencias como uno de los fundadores del grupo de los años 60-70 Weather Underground.

Hace poco el corresponsal Reggie Dylan de Revolución habló con Bill Ayers sobre la carta de sus colegas y sus implicaciones.

Reggie Dylan: Cuéntanos cómo te enteraste de que te habían “desinvitado” a una conferencia de tus colegas y cuál fue tu reacción.

Bill Ayers: Regresé de las vacaciones de verano y encontré una carta sobre el escritorio. Los remitentes eran un administrador de una universidad, un decano y dos pedagogos que de hecho conozco bastante. Me sacó de onda porque decía que vamos a hacer una conferencia importante sobre educación progresista y lo contamos entre los educadores importantes de nuestros tiempos. Por eso tenemos el deber de explicarle por qué no lo vamos a invitar. Cuando la leí por primera vez, no más me reí y la dejé a un lado. Pero luego me quedé pensando que… No hay una sola señal de los tiempos, hay muchas, muchas señales de los tiempos, algunas muy positivas y estimulantes, pero esta es una señal funesta. Estos tipos no son solamente progresistas, son socialistas, se consideran activistas; y aun así creen que para hacer una reunión legítima tienen que decidir a quién excluir, y me excluyeron a mí. Decidí que no se trataba de mí personalmente. No es cuestión de mis sentimientos, y en lo personal no me dolió. Sin embargo, el razonamiento me empezó a perturbar mucho. No la tengo a la mano, pero lo que me acuerdo que me perturbó mucho fue esto:

La carta decía que querían presentar la educación progresista como algo conocido y bueno, no radical. Ahora, esto en sí me dio mucho coraje, porque si uno dice que es un educador progresista… Es algo que de hecho me viene irritando desde hace 40 años que soy educador progresista: la separación del concepto de la educación progresista del concepto de la política y el cambio político. No se pueden separar… a propósito, esta es una contradicción que existe desde el comienzo de la educación progresista y de hecho desde el comienzo de las conversaciones sobre la relación entre la educación y la sociedad. John Dewey fue un autor muy brillante que escribió cómo sería la educación democrática, y era socialista independiente. Pero nunca resolvió una contradicción central en nuestro trabajo, la de tratar de cambiar el sistema educativo y al mismo tiempo vivir dentro de una sociedad que propaga valores culturales, políticos y sociales diametralmente opuestos de los que enseñamos en la escuela. Es una contradicción que el educador progresista debe abordar, no esquivar. Eso es, en pocas palabras. Entonces, me dio coraje.

Reggie Dylan: En respuesta, escribiste que la posición de la carta representa en sí mucho daño para la educación progresista.

Bill Ayers: Hay dos cosas. Primero, le quitan toda la fuerza a la crítica. Dicen que presentemos la educación progresista como algo conocido, que no choque. Entonces, no van a criticar las pruebas estandarizadas ni la categorización de niños ni la privatización del espacio público ni la embestida contra los maestros y su movimiento sindical. Entonces, para mí, eso no es más que ofrecer la educación progresista “de dieta”. Yo no le veo el chiste. Ese es el primer problema.

El segundo problema es no abordar el hecho de que el sistema educativo sirve a la sociedad de modos sutiles y de modos francos. Por eso toda escuela en toda sociedad es un microcosmo de esa sociedad, de alguna forma la representa… Este es un buen ejemplo. A veces es difícil ver eso en nuestra propia sociedad, ya que es muy común y corriente. Pero ve a otro país. Por ejemplo, si fueras a Sudáfrica, cuando existía el apartheid, verías escuelas para blancos con clases de 15 alumnos, alta tecnología, maestros bien preparados y un ambiente plácido. Pero en los ayuntamientos las clases serían de 85 alumnos, sin aparatos y con salones indescriptibles. Aunque no supieras nada del apartheid, verías el apartheid. Una escuela está preparando a los alumnos para manejar la sociedad; la otra los está preparando para trabajar en las minas y las fábricas, y para la prisión.

Bueno, eso es cierto en todas las sociedades y en la nuestra también. Ve a ver las escuelas en los ghettos y barrios pobres. Luego ve a las comunidades adineradas y verás. Sería como vivir en un mundo de fantasía separar la educación progresista de las desigualdades atroces de nuestras escuelas, de la memorización embrutecedora, de la separación de los niños por categorías, del castigo. No cambiarás nada sin abordar las desigualdades sociales reinantes. Y ahora, estamos viendo una de las formas más crueles de eso en la preparación de los jóvenes para la prisión, el desempleo y la guerra. Lo vemos en las escuelas urbanas. ¿Adónde van las fuerzas armadas a reclutar? No reclutan en New Trier [secundaria de clase media de los suburbios], no reclutan en Adover y Exeter [preparatorias privadas]. Ahí no les abren la puerta. No, reclutan en DuSable High School y Lawndale High School [prepas negras y pobres].Y eso no es justo.

Reggie Dylan: Tú estás en la lista de David Horowitz [Horowitz es un agente de alto nivel al servicio del gobierno de Bush que está atacando el disentimiento y el pensamiento crítico en las universidades. Bill Ayers es uno de los maestros que Horowitz ataca vehementemente en su libro The Professors: The 101 Most Dangerous Academics in America]. Qué tal si hablamos de los ataques contra el disentimiento y el pensamiento crítico que se están dando en los círculos académicos en general. Lo que describes es todo un frente de esto, lo que está pasando en los niveles primarios y secundarios, pero también se está dando en las universidades…

Bill Ayers: En efecto; no son solo las escuelas primarias y secundarias. Eso es algo que estos días veo con más claridad. El otro día estaba escuchando a Berlusconi, el cabrón que gobernaba Italia, y él decía que los critican porque tienen mucho poder, pero la verdad es que no tienen en su poder ni las escuelas ni la economía. Y lo mismo pasa en Estados Unidos. Mira, veamos a Chicago, o cualquier otra ciudad: la derecha no solo es conservadora, es probablemente la cábala de ideólogos más reaccionarios que he visto en mi vida. Tienen objetivos ideológicos muy, pero muy bien definidos: el control de las tres ramas del gobierno federal, de muchos gobiernos estatales, de la prensa, de esa prensa amarilla y servil que solo obedece y cumple con lo que quieren. Sin embargo, de oírlos a ellos, se quejan del poco poder que tienen, de lo marginados que están, de que están bajo ataque. Uno podría decir, es pura demagogia, puras tonterías. Pero la verdad es que ellos ven algo que tal vez nosotros no captamos bien, y es que su poder es endeble y no es duradero. La razón por la que creo que van a bombardear a Irán es porque saben que tienen un tiempo muy limitado en el cual quieren hacer todas las cosas malas que quieren hacer o, desde su punto de vista, sentar las bases para lo que quieren alcanzar en la próxima década, y lo están haciendo con una resolución frenética. Y aunque los saquen del poder, el espacio público que más los encabrona es la educación. Es uno de los espacios públicos que se está peleando.

¿Qué vemos? Un ataque frontal contra la idea misma de la educación pública. Es un ataque contra la idea de que debe haber educación gratis y pública y común para todos. Eso lo vemos de maneras sutiles y no tan sutiles. Formas sutiles como la tolerancia cero. ¿De qué sirve la tolerancia cero en una democracia? En un sistema educativo democrático, la justicia en el aula es flexible, pero no en una sociedad autoritaria. En una sociedad autoritaria, la justicia en el aula es autoritaria. Tolerancia cero, ¿ves? Ese es un ataque. Otro es la obsesión con la estandarización de los estándares. Repito, yo estoy a favor de los estándares, pero me opongo a estándares que para mí, en un sentido fundamental, son antidemocráticos. Estoy a favor de estándares fijados por los que trabajan en las aulas unos con otros. Luego vemos que ponen como ideal, como ejemplo de la escuela, al mercado metafórico. Por eso hay escuelas chárter y el sistema de vales para ellas (vouchers). Detrás de todo eso está la idea de que todo es un mercado, que hay consumidores y productores, etc.

Con respecto a la educación universitaria, por ejemplo en mi caso, nos deja con la boca abierta cuando dicen que pertenecemos a un bastión de pensamiento liberal rodeados de radicales. No tenemos la menor idea de qué están hablando. Bueno, es cierto que yo estoy aquí, pero tengo un montón de colegas derechistas que promueven el statu quo y creen en él. Eso es cierto en todas partes. Entonces, hay que preguntar: ¿por qué son ellos los que atacan? Porque es cierto que aquí las personas que piensan críticamente tienen un espacio y pueden hacer cosas; tienen una tribuna pública para esa discusión. Eso es intolerable para los derechistas, no lo pueden aceptar. Por eso, a mi manera de ver las cosas, es por lo que están atacando de frente la educación en general.

De kinder al grado 12, están atacando el espacio público. En la educación universitaria, el ataque al espacio público adopta la forma de atacar la idea de que hay un lugar para la libertad intelectual. Creo que eso es muy, muy importante.

Reggie Dylan: Y hay una conexión. Porque ahora los jóvenes que entran a la universidad llegan con un conocimiento muy estrecho de la realidad, enredado con la religión fundamentalista, con la idea que la evolución no es un hecho sino una teoría. Entran a la universidad y chocan con ideas que no conocían. Se les anima a cuestionar como nunca antes. Parece que la meta de Horowitz es eliminar eso. Y, como estábamos diciendo, Ward Churchill es una concentración de eso.

Bill Ayers: Bueno, el ejemplo de Ward Churchill va al grano porque creo que mucha gente, hasta de la izquierda, pierde de vista el contexto, lo que tú y yo estamos platicando, y en cambio quiere examinarlo por partes: “Bueno, ¿qué es lo que dijo y concuerdo o no con cada punto?”. A mí, ¿qué chingaos me importa? Primero, un comité universitario, que no debe haberse establecido, hizo un estudio meticuloso y encontró tantititos casos, una menudencia, donde usó una frase que ya se había publicado, pero nada como lo que hizo Doris Kearns-Goodwin [historiadora conocida que cometió plagio en uno de sus libros], nada como lo que han hecho los académicos de peso de Harvard, tú sabes, como Dershowitz [acusado de plagio]. Sin embargo a él sí que le exigen todas las normas al pie de la letra. Encima de eso hay gente de izquierda que se siente obligada a decir, “bueno, no concuerdo con esta u otra parte de lo que dice Ward”. ¿Eso qué tiene que ver? A él lo están poniendo en la picota por su política, por ser de izquierda, por criticar al imperialismo yanqui en lo que se relaciona con los indígenas. Nosotros de socialistas o comunistas o izquierdistas, ¿cómo podemos dejarlo al abandono, cómo vamos a decir, soy un izquierdista de los buenos porque no hablo como habla Ward? Para mí eso es atroz. Ojalá que cuando vengan por Ward todos nos tomemos del brazo y no dejemos que se lo lleven.

Reggie Dylan: Hay otra relación entre el ataque a Ward y el libro de Horowitz The Professors, que tiene 100 profesores en la lista, y lo que escribiste al final de tu carta, o sea, ¿hasta dónde llegará esto? Escribiste que la limpieza no tendrá fin.

Bill Ayers: Aparte de ser cobarde, es cínico. Pero también es suicida. Digo cínico porque, por no tenerle confianza al pueblo, se buscan un espacio muy apretado para gozar de su carrera de izquierdista. Me da tristeza si es que no me da asco. Uno tiene que confiar que si dice la verdad, si se declara y dice la verdad, y si está dispuesto a escuchar y dialogar, que la gente agarrará la onda. Esta cobardía de no declararse la vemos todo el tiempo en el Partido Demócrata. ¿Por qué no se declaran contra la guerra? Muchos de ellos saben que es lo debido. Pero no lo harán. Por una parte, porque ya son del sistema. Incluso los que saben que es lo debido, no se declaran y el motivo es que no le tienen confianza al pueblo. Nosotros como revolucionarios tenemos que decir que al fin de cuentas, el pueblo tendrá la cabeza, la fuerza y las agallas necesarias para alzarse. Pero ¿por qué ha de hacerlo si ni nosotros tenemos el valor? Y la carta que recibí era una carta cobarde. Es cínica, es cobarde y va por un camino resbaloso.

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Revolución #63, 1° de octubre de 2006

Ataques militares israelíes y estrangulación económica

La vida en Gaza: Infierno diario para los palestinos

“Desde el holocausto, lo peor que le ha pasado al pueblo judío es el estado de Israel”.
Bob Avakian,
presidente del Partido Comunista Revolucionario, EU

El 21 de septiembre el ejército israelí mató a balazos a tres pastores palestinos adolescentes en el norte de Gaza: Zidan Abu Rashid, de 16 años, Ala Abu Dahruj, de 16, y Muhammad Masaleh, de 15. El ejército dijo que los encontró con un lanzamisiles que hacía poco había disparado al territorio israelí, pero admitió que no sabía si los tres muchachos lanzaron los misiles. Ese mismo día, en una redada en Rafah, en el sur de Gaza, el ejército mató a Muhammad Abu Maamar, de 28 años, supuestamente por ser “militante”, y a Itimad Abu Maamar, una señora de 35 años.

Esas muertes son parte de una ofensiva militar contra Gaza que se caracteriza por ataques diarios de aire y tierra, y que utiliza escuadrones de la muerte secretos. Empezó en junio, tras la captura de un soldado israelí, y ha llevado a la muerte de más de 240 palestinos.

A esto se suma el colapso total de la estructura económica de Gaza, donde la vida diaria es un infierno. Desde febrero Estados Unidos y los países europeos han suspendido toda la ayuda económica a la Autoridad Palestina. Asimismo, Israel ha suspendido los pagos que debe darle a la Autoridad Palestina conforme a los Acuerdos de Oslo de la década pasada.

Esto es un castigo a los palestinos por haber escogido al grupo islámico fundamentalista Hamas en las elecciones de enero. Esos fondos son la gran mayoría del dinero que alimentaba la economía, el gobierno y los servicios sociales.

En junio, Israel bombardeó la única central eléctrica de Gaza y ahora solo hay electricidad ocho horas variables al día. Esto ha dañado los sistemas de agua potable, aguas negras y comunicaciones. Se avecina una crisis de salubridad.

El sistema de salud pública está en ruinas. El Programa Alimenticio Mundial de la ONU informa que más del 70% de los 1.4 millones de habitantes dependen de la comida que lleva. Agrega que la cantidad de personas que recibe esta ayuda aumentó un 14% en 2006 y que el programa es “un esfuerzo insuficiente para impedir que deteriore más la situación y la nutrición de los más necesitados” (comunicado de prensa del 28 de agosto, en www.wfp.org)

La Organización Mundial de Salud informa que en los hospitales de Gaza casi se han agotado del 20% al 25% de las medicinas esenciales. En julio, la OMS informó que la tasa de raquitismo de niños menores de cinco años aumentó al 11.4% en Gaza y 8.8% en Cisjordania. Eso es un aumento de un tercio desde 1996. La anemia debido a deficiencia de hierro afecta a casi la mitad de los niños menores de cinco años. Más de la mitad de la población de Gaza son niños y esta crisis amenaza destruir toda una generación.

Israel ha pisoteado la poca infraestructura que existía. La ONU informa que Israel ha destruido más de 400 hectáreas de tierras agrícolas junto con tuberías de irrigación e invernaderos. No permite que los palestinos crucen la frontera para trabajar en Israel y ha bloqueado la costa e impide que los pescadores se acerquen a las zonas de pesca.
La mayoría de los habitantes de Gaza vive en campos de refugiados desde 1948, cuando se estableció el estado de Israel en tierras robadas del pueblo palestino. Los constantes ataques de misiles y la demolición de casas han obligado a muchos a abandonar los campos de refugiados y a vivir en tiendas o escuelas. Gaza tiene una de las mayores densidades poblacionales del mundo. Por ejemplo, en el campo de refugiados Jabalaya hay aproximadamente 28,571 personas por milla cuadrada.

Es importante captar que esta crisis no surge de la nada y que no empezó cuando Israel recortó los fondos en febrero o volvió a invadir y ocupar Gaza en junio.

Sara Roy, economista política de la Universidad Harvard, escribió en el London Review of Books (3 de noviembre de 2005):

“No cabe duda alguna de que la destrucción causada por Israel durante los últimos cinco años —la demolición de casas (unas 4,600 entre 2000 y 2004), escuelas, carreteras, fábricas, talleres, hospitales, mezquitas e invernaderos, la destrucción de campos agrícolas, el desarraigo de árboles, la confinación de la población y la negativa de acceso a la educación y a los servicios de salud como consecuencia de los bloqueos de ruta y los puntos de control israelíes— ha sido ruinosa para los palestinos, especialmente para los de la Franja de Gaza. Pero basta con considerar la economía de Gaza antes de la insurrección para comprender que la devastación no es reciente. Al estallar la segunda Intifada [en septiembre del 2000], la política de cerco de Israel ya existía desde hacía siete años, lo que causó niveles sin precedentes de desempleo y pobreza (que pronto fueron excedidos).

“Pero la política de cerco solo tuvo efectos tan destructivos porque los 30 años de integración de la economía de Gaza en la de Israel habían llevado a una profunda dependencia de la economía local. Como resultado, cuando clausuraron la frontera en 1993, la auto-sustentación ya se había hecho imposible; ya no existían los medios necesarios. Décadas de expropiación y de desinstitucionalización habían privado a Palestina de su potencial para el desarrollo, para que no surgiera una estructura económica (y por lo tanto política) viable”.

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Revolución #63, 1° de octubre de 2006

Nuevos ataques al teniente Watada, que rehusó ir a Irak

Lt. Watada and family
El teniente Ehren Watada, el primer oficial que desobedeció órdenes de ir a Irak, en una rueda de prensa con miembros de Veteranos de Irak contra la Guerra, Seattle, 12 de agosto.
(Foto: Jeff Paterson)

El 15 de septiembre, el ejército anunció una nueva acusación de “conducta impropia de un oficial” contra el teniente Ehren Watada, el primer oficial que rehusó órdenes de ir a Irak. Ahora podrían sentenciarlo a ocho años de cárcel a raíz de sus declaraciones públicas contra la guerra y sus denuncias de las mentiras del gobierno de Bush. La nueva acusación es un castigo directo por hablar el 12 de agosto ante una convención de Veteranos por la Paz en Seattle, y en particular por decir que “para parar una guerra injusta e ilegal, los soldados pueden decidir dejar de combatirla”. (Ver “El teniente Ehren Watada, que rehusó ir a Irak, contra las FFAA”, #60, en línea en revcom.us)

El abogado de Watada. Eric Seitz, dijo: “Cuando lo arrestaron, el comandante le dijo si seguía criticando, lo acusarían de más delitos. Lo único que él hace es decir la verdad, lo que él y nosotros consideramos la verdad. Por eso no cabe duda de que este es un ataque político y que lo ha sido desde el comienzo”. (Citado de “Lt. Watada Faces New Charges”, de Sara Olson)

El gobierno busca castigarlo y silenciarlo por su oposición a la guerra; por sus denuncias de las mentiras para justificar la invasión y ocupación de Irak; y por decir que los soldados pueden obedecer su conciencia y desobedecer las órdenes de luchar. Han amenazado con acusarlo de amotinamiento y sedición.

Hay que oponerse a este ataque injusto, como parte de una oposición amplia y resuelta a la guerra de Irak y los demás crímenes de este gobierno.

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