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Revolución #114, 30 de diciembre de 2007
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El jueves 20 de diciembre, el consejo municipal de Nueva Orleáns iba a votar sobre las demoliciones de las viviendas públicas. El plan es demoler más de 4,600 viviendas para personas de bajos ingresos. Esto sucede en una ciudad en la que la cantidad de personas sin techo está creciendo, en la que docenas de miles no han podido regresar desde el huracán Katrina, donde FEMA está desalojando a personas que han estado viviendo en remolques y donde están levantando a la fuerza los campamentos improvisados. Pero este plan ha chocado con la resistencia de los que están comprometidos a hacerse oír y resueltos a parar las demoliciones.
Aun antes del voto del consejo municipal, el sistema dio su respuesta con salvajismo:
La policía atacó y arrestó a los manifestantes en la reunión del consejo. Afuera, atacó con CACHIPORRAS, GAS PIMIENTA Y TASERS a los que protestaban contra las demoliciones.
Una manifestante que estuvo en la reunión nos dijo: “Nos negaron nuestros derechos humanos. HANO (la Autoridad de Vivienda de Nueva Orleáns) movilizó a mucha gente a favor de la demolición. Ellos consiguieren sillas relativamente rápido y sin problemas. Nosotros preguntábamos que por qué no dejan entrar a nuestra gente, y a otra gente que se opone a las demoliciones. Registraron a los hombres. Pedimos que nos dejaran entrar porque vimos que había por lo menos unos 20 asientos, pero en eso cerraron la entrada... Empezamos a protestar, a gritar: ‘¡Déjennos entrar! ¡Déjennos entrar!’. En eso los policías decidieron callarnos. Uno me agarró con las manos. Le dije que no me tocara. La gente seguía coreando ‘¡déjennos entrar!’, porque empezaron la reunión ilegalmente. En eso vino otro policía y empecé de nuevo a gritar ‘¡Déjennos entrar!’. Al ver eso, otro policía me agredió para callarme. Luego varios policías me agredieron, me pegaron, me golpearon. Me tiraron al suelo y uno de SWAT me disparó con una pistola taser. Otro policía me gritaba que pusiera las manos atrás, pero estaba paralizada del choque eléctrico, del voltaje. Me volvieron a disparar con el taser. Ya me dispararon dos tasers cuando me dispararon un tercero. O sea que me dispararon tres veces con pistolas eléctricas después de que me agredieron y golpearon. Me esposaron y me sacaron de la sala; me metieron en una radiopatrulla y me llevaron a la cárcel”.
Luego el consejo municipal votó: siete a favor y CERO en contra de demoler cuatro grandes proyectos de vivienda pública.
La democracia burguesa en acción con todo lujo de detalles.
Una infamia más encima de todas las demás
La víspera, los noticieros anunciaron que la mayoría de los miembros del consejo municipal iban a votar a favor de demoler las viviendas. También anunciaron que la policía estaría presente para asegurar que no hubiera disturbios durante la reunión. El mensaje: ni piensen en protestar contra esta descarada injusticia; las autoridades ya han decidido demoler más de 4,600 unidades de vivienda pública, que hubieran podido remodelar para las personas que necesitan desesperadamente un hogar. El plan es destruir las 4,600 unidades y reemplazarlas con viviendas para “personas de ingresos mixtos”, con menos de 800 unidades para los de bajos ingresos.
El día de la reunión, el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano y la Autoridad de Vivienda de Nueva Orleáns llenaron la reunión con sus partidarios que favorecen las demoliciones. Fueron también cientos de personas que se oponen a la demolición. Pero la policía cerró con candado las puertas antes de que empezara la reunión. Dijo que no había cupo, a pesar de que había docenas de asientos vacíos y mucho espacio para estar parado.
Afuera, más de 100 personas coreaban “¡Alto a las demoliciones!”. Fueron residentes de Nueva Orleáns exiliados desde el huracán, que han estado viviendo en lugares lejanos como Houston y Nueva York, para oponerse a las demoliciones. Estaban enfurecidos cuando no les permitieron entrar. Adentro, no les permitieron empezar la reunión hasta que dejaran entrar a más personas. Los policías agarraron a varios jóvenes por el pelo. Unas madres y abuelas de los proyectos, junto con jóvenes y otros, condenaron ese maltrato una y otra vez durante toda la reunión. Para mantener el “orden”, la policía golpeó, disparó pistolas taser y arrestó a los manifestantes.
Afuera, la multitud se enfureció al ver que sacaban a los manifestantes esposados. La multitud se lanzó contra la cerca de hierro y abrió paso, y cuando unos intentaron entrar la policía arrestó a varias personas, roció gas pimienta indiscriminadamente y descargó pistolas taser. A tres mujeres les disparó con las pistolas taser; a una le dio un ataque de convulsiones tras un disparo en la espalda. Arrestó a por lo menos 15 personas.
DESPUÉS de eso, después de golpear, electrocutar y arrestar a los que se oponen a las demoliciones, el consejo municipal hizo la formalidad de escuchar argumentos sobre las demoliciones. Luego votó unánimemente a favor de demoler las viviendas de miles de familias negras pobres.
¿A los concejales les molestó esta represión? Para nada. El Los Angeles Times informó: “Los concejales, unos bebiendo agua, otros ojeando expedientes, miraron tranquilos mientras atacaron a un hombre con una pistola taser, lo esposaron y lo arrastraron de la reunión”.
Desde el huracán Katrina, los residentes de Nueva Orleáns han sufrido una infamia tras otra. A decenas de miles los abandonaron a morir en la inundación. No los evacuaron y les privaron de agua y alimentos. Los calumniaron de ladrones y matones cuando tomaron las cosas que necesitaban para sobrevivir.
Y ahora ESTO: en una ciudad que necesita desesperadamente más viviendas para las personas de pocos recursos, las autoridades han empezado la demolición de las viviendas públicas. Hasta la fecha, más de 200,000 vecinos de Nueva Orleáns todavía viven fuera de la ciudad (de ellos 150,000 son negros), sin posibilidad de regresar, en buena medida por los altos alquileres. FEMA va a desalojar a miles más y más de 12,000 personas —el doble de antes del huracán— viven en la calle.
Pero la lógica del capitalismo no ve ganancias en la construcción de viviendas para personas de bajos recursos. Los planes para la reconstrucción de Nueva Orleáns apuntan a convertirla en una ciudad donde hay menos negros, menos pobres y más empresas rentables como el turismo.
Aumenta la resistencia, pero se necesita más
La resistencia a las demoliciones creció en los días antes de la reunión de consejo municipal. En el proyecto BW Cooper, donde las demoliciones ya empezaron, varias personas ocuparon apartamentos la víspera de la reunión. Dos se encadenaron al edificio y frustraron las demoliciones por buena parte del día. Las autoridades respondieron al declarar que el proyecto entero fue un escenario de delito y amenazó con arrestar a quienquiera que saliera de su hogar. Una inquilina llamó por teléfono a una conferencia de prensa que se estaba llevando a cabo en defensa de la ocupación y le dijo a la prensa que a ella la “tiene de rehén” la policía. A los que se apoderaron de los apartamentos los acusaron de delitos graves por sembrar terror con “un aparato que parecía explosivos”.
Los titulares y fotos de la resistencia popular recorrieron el mundo. Pero se necesita mucha más resistencia para parar las demoliciones. Para las autoridades, el único detalle pendiente es cómo demoler las viviendas. Pero para muchos vecinos la lucha acaba de empezar. De hecho, es muy importante que esta infamia no ha pasado a escondidas, sino que ha tropezado con una resuelta resistencia popular. Y es otra infamia más que, para llevar a cabo su voto y su plan, tuvieron que excluir a los manifestantes de la reunión, y atacarlos y arrestarlos.
Hay mucho en juego en esta batalla. Aquí y por todo el mundo se vio la manera criminal con que el sistema trató a la gente tras el huracán. Y que continúa ese maltrato y abandono de los residentes de Nueva Orleáns, por el cual no pueden regresar ni reconstruir la casa y la vida. Los políticos y la prensa siguen calumniando a los negros; los llaman criminales y matones y les echan la culpa de la situación en la que el sistema los ha metido. ¡Es justo rebelarse contra todo eso! Y es alentador e inspirador ver la resistencia popular en Nueva Orleáns.
Nueva Orleáns representa algo especial para la gente. Antes de que la azotara el huracán, era una ciudad vibrante con una cultura distintiva. Desde el huracán, simboliza una concentración descarada de toda la historia y la presente realidad de cómo este sistema oprime al pueblo negro. Millones de personas han expresado el deseo de solidarizarse con los vecinos de Nueva Orleáns, de ayudar de alguna manera. Y, a pesar de la negligencia y los obstáculos que ha puesto el gobierno, decenas de miles de voluntarios, de diversas nacionalidades y sectores sociales, han viajado a Nueva Orleáns para ayudar en la reconstrucción, la limpieza de escuelas y otros esfuerzos similares. En tal situación, la RESISTENCIA repercute en muchos otros que podrían ser aliados en esta lucha, que piensan que esta resistencia ES JUSTA, y que podrían defender a la gente.
La resistencia a las demoliciones ya ha tocado la fibra sensible. A mediados de diciembre, docenas de jóvenes acudieron a un llamamiento a ayudar a luchar contra las demoliciones. Inmediatamente después de la reunión del consejo municipal, un grupo, entre ellos unos jóvenes de Jena, fueron a Nueva Orleáns para distribuir el periódico Revolución.
El 5 de diciembre, Brad Pitt salió en el programa de Larry King y habló del proyecto para reconstruir viviendas en el Ninth Ward (un barrio negro pobre devastado por las inundaciones). Expresó preocupación por la situación de los vecinos. Hablando de la reunión del consejo municipal, dijo: “Lo que sucedió ayer refleja la frustración y la desesperación de las familias aquí. Y, repito, ya son dos años y medio. Y, repito, yo no conozco los detalles. Sé que unos decían que estos lugares engendran crimen. No he oído el argumento que para mí le daría la respuesta a eso, o sea que hay que hablar de la educación, hay que hablar de los servicios médicos, hay que hablar de las oportunidades. Y hasta que se hable de eso, ¿qué se puede esperar? Así que no se trata solo de la vivienda. Pero, repito, yo no conozco eso bien. Lo que sé es que eso demuestra que este lugar sigue siendo un nervio expuesto. Y con todo el gran espíritu de los residentes, la verdad es que necesitan ayuda”.
Hay mucha necesidad, y una gran posibilidad, de que la resistencia a estas demoliciones crezca y que se haga más amplia y resuelta. Las autoridades están resueltas a reconstruir una ciudad más pequeña, más blanca, con menos residentes negros. Esto es una concentración del programa mortífero que el sistema tiene para los negros por todo el país.
A medida que la resistencia crezca y se haga más resuelta, podría atraer a quienes odian las infamias que este sistema sigue cometiendo y que quiere ver una manera de vivir diferente y mucho mejor. Podría movilizar a muchos a unirse a la lucha y, a través de la resistencia, podrían aprender contra qué están luchando y qué se necesitará para ganar. Podría atraer a aliados de diferentes capas sociales. Y todo eso puede y debe ser parte de forjar un amplio movimiento revolucionario.
Revolución exhorta a sus lectores a enviar declaraciones de apoyo a la gente de Nueva Orleáns, que remitiremos.
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Revolución #114, 30 de diciembre de 2007
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New Orleans
A la redacción de Revolución:
La noche de jueves, después de que el consejo municipal de Nueva Orleáns votó a demoler las viviendas de miles de residentes pobres y principalmente negros —eso cuando miles de residentes siguen desparramados y dispersos, y con el peligro de tener que vivir en la calle— quedé mirando una y otra vez el reportaje de Youtube, en que la policía rocía con gas pimienta a los que protestan contra el voto, los golpea y luego los arresta por el simple delito de observar y alzar la voz contra este voto de sus “representantes” sobre el futuro de la vivienda.
Bill Quigley, profesor de la Universidad Loyola de Nueva Orleáns que toma partido con las masas y ahora se encuentra amenazado, le preguntó al equipo de televisión: “¿Así funciona la democracia?”. Es una pregunta que hay que contestar: así ES la democracia capitalista, y cuando los intereses de los capitalistas están en juego (y puedes leer los artículos recientes de Carl Dix desde Nueva Orleáns para ver por qué es así) y tu derecho de protestar obstaculiza lo quieren hacer los representantes políticos del capital, pues te van a golpear, rociar, arrestar... y votar en contra lo que tú quieres de todos modos.
Al día siguiente, estaba repasando “Hacer la revolución y emancipar a la humanidad”, la nueva charla de Bob Avakian, y encontré lo siguiente:
“Cuando un monopolio del poder político —y, de una manera concentrada, el monopolio de la fuerza armada ‘legítima’— está en manos de un grupo de la sociedad, y ese grupo excluye a otros de ese monopolio de poder y fuerza, pues esto es una dictadura del grupo —o clase— en el poder, no importa si ese grupo en el poder permite que los que excluye del poder, y que domina en los hechos, participen en elecciones para escoger entre diferentes representantes de la clase dominante, como ocurre en Estados Unidos y varios otros países”.
Tengo que decir que, a raíz de ver el video de Youtube, eso me impactó con fuerza. Fue un “trato hecho”. Los peces gordos se habían asegurado de que el consejo municipal votara “correctamente”: a favor de limpiar los multifamiliares, desparramar aún más a la gente negra de Nueva Orleáns y abrir el camino para desarrollar la ciudad de una manera mucho más conveniente a los intereses económicos y políticos del capital. Para eso, el consejo municipal disponía de la fuerza armada del estado para poner fin a cualquier protesta que siquiera les pusiera en una situación embarazosa y, tal vez más importante, para dejar en claro que si te opongas, te las verás... y con severidad.
Gozaban de un MONOPOLIO de esa fuerza. Piénsalo. No hay manera —no la ha habido jamás y nunca la habrá en este sistema— en que los residentes de los multifamiliares puedan llamar a la policía a protegerse de los funcionarios del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD) que mandan arrasar sus viviendas. Esta es una dictadura, una dictadura de la clase capitalista sobre las masas. Y el hecho de que las masas pueden votar por sus dictadores no cambia eso en nada.
El pasaje citado es la verdad; describe lo que es, de hecho, la realidad. Se podría citar literalmente miles y miles de otros ejemplos que comprueban también que la democracia de Estados Unidos es en esencia una dictadura de clase: sea por el uso de las tropas y las milicias para aplastar las rebeliones de los esclavos; o el asesinato de Fred Hampton, un líder del Partido Pantera Negra, mientras dormía en su cama; o lo que pasó ayer a la entrada al consejo municipal; o lo que se les hizo a los migrantes que hacían protesta en Los Ángeles el 1º de Mayo.
Un reto: ¿Alguien puede mostrarme un solo hecho que desmiente todo eso?
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Revolución #114, 30 de diciembre de 2007
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¿Qué pensarías si vieras lo siguiente en las noticias: Las autoridades serbias enviaron bulldozers y fuerzas armadas a tumbar 5,000 unidades de vivienda en Kosovo donde vivían unos albaneses ya expulsados? Si vieras esto en la televisión, dirías que es un ejemplo de limpieza étnica. Si las autoridades serbias dijeran que lo hicieron porque las viviendas eran peligrosas, también dirías que es limpieza étnica. Si las autoridades serbias persuadieran a unos albaneses del consejo municipal a votar a favor de tumbar las viviendas, también dirías que es limpieza étnica. Ahora veamos lo que está pasando en Nueva Orleáns. ¿Puedes reconocer la limpieza étnica cuando ocurre en tu propio patio trasero?
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Revolución #114, 30 de diciembre de 2007
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Aplausos para Nicolai Ouroussoff, crítico de arquitectura del New York Times, que se opuso fuertemente a la destrucción de la vivienda pública de Nueva Orleáns. Ouroussoff escribió que tumbar los proyectos de vivienda pública “evoca las más brutales estrategias de renovación urbana de la posguerra. La historia del barrio no tiene ninguna importancia; la idea imprecisa de ‘empezar de nuevo’ es la justificación para borrar comunidades enteras”. (“High Noon in New Orleans: The Bulldozers Are Ready”, New York Times,19 de diciembre de 2007)
Desde el punto de visto arquitectónico, Ouroussoff observó que los proyectos habitacionales de Nueva Orleáns “son entre los primeros y mejores ejemplos de vivienda pública construidos en Estados Unidos, en cuanto al diseño y la calidad de la construcción”. Del proyecto habitacional Lafitte, escribió: “Con apartamentos de pocos pisos con porches angostos, alrededor de lo que eran jardines muy bonitos, fomentaba un espíritu de comunidad”. El deterioro de estos proyectos, Ouroussoff escribió, se debe a “la decisión del gobierno hace varias décadas de destripar la mayor parte de los servicios públicos que los apoyaban”. Continuó: “Asignados el papel de salvadores de la ciudad, se aprovechan de los arquitectos para exacerbar uno de los mayores crímenes de la planificación urbana estadounidense”.
Ouroussoff también se opuso a las demoliciones hace un año. En un artículo de noviembre del 2006 escribió: “No es de extrañarse que muchos vecinos [de Nueva Orleáns] sospechan que se trata de una agenda siniestra. Excluidos del proceso de planificación, temen que las demoliciones son parte de un amplio esfuerzo de impedir que la población pobre desplazada regrese a Nueva Orleáns”. (“All Fall Down”, New York Times, 19 de noviembre de 2006)
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Revolución #113, 23 de diciembre de 2007
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Hace seis años, el 11 de enero de 2002, Estados Unidos abrió el campamento de tortura de Guantánamo. Amnistía Internacional, la Campaña Nacional Religiosa Contra la Tortura, El Mundo no Puede Esperar y otros están organizando un Día Internacional de Acción para Cerrar Guantánamo el 11 de enero de 2008. Habrá una protesta frente a la Casa Blanca seguida por un “Desfile de presos de Guantánamo” a la Suprema Corte. También habrá protestas de solidaridad por todo el país y el mundo. La ACLU está distribuyendo brazaletes de naranja que dicen “Cerrar Guantánamo”. La convocatoria dice: “Dondequiera que estés el 11 de enero, te exhortamos a tener puesto algo de naranja para concientizar al público y fortalecer el movimiento para demandar un fin a la tortura y las detenciones sin límites”. Se puede encontrar información sobre el día en WitnessTorture.org.
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Revolución #114, 30 de diciembre de 2007
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HACER LA REVOLUCIÓN Y EMANCIPAR A LA HUMANIDAD
SEGUNDA PARTE: TODO LO QUE HACEMOS TIENE QUE VER CON LA REVOLUCIÓN (CONTINÚA)
Propagar audazmente la revolución y el comunismo
De la Redacción: Lo que sigue es el segundo pasaje de la segunda parte de una charla que dio Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, este año (2007). La charla ha sido revisada en preparación para su publicación y se han incluido notas al pie de página. Estos pasajes se publican en dos partes. La primera parte (en español e inglés) está en línea en revcom.us, tanto como la segunda parte en inglés. La primera parte ha salido en español como una serie de pasajes en la edición impresa del periódico Revolución (ver los números 105, 21 de octubre; 106, 28 de octubre; 107, 4 de noviembre; 108, 11 de noviembre; 109, 18 de noviembre; 110, 25 de noviembre; 111, 9 de diciembre; y 112, 16 de diciembre de 2007). Los pasajes de la segunda parte también se publicarán como serie en Revolución.
La labor revolucionaria significativa
Propagar audazmente la revolución y el comunismo
A partir de lo que se ha dicho hasta aquí, quiero dirigirme al tema: ¿cuál es la labor revolucionaria significativa—especial, pero no únicamente, para las masas básicas que se incorporan al movimiento revolucionario en este período cuando todavía no hay una situación revolucionaria. Como se puede ver en otras charlas y escritos míos desde hace varios años, he regresado repetidamente a este tema y bregado con él—es un problema sumamente crucial y desconcertante. ¿Cómo se encuentran los medios para que las masas se metan en la labor revolucionaria significativa —y esto se enfoca particular pero no exclusivamente en la juventud de las masas básicas, pero en otros también—, cómo se puede hacer esto sin dejarnos llevar por el camino equivocado? ¿Cómo se puede dar una expresión correcta, en las circunstancias actuales, al deseo de la juventud del cambio radical, y a su militancia?
Relacionado a esto, quiero contar algo que leí en un informe acerca del trabajo con un tipo que es maestro de educación especial. Le contaba que algunos jóvenes carecen de todo sentido de la posibilidad de algo mayor que la situación en la que se encuentran atrapados diariamente. Bueno, un día entró en un salón de clase y una estudiante tenía puestos unos auriculares y escuchaba “gangster rap”, con toda la misoginia y todo lo demás, y él le preguntó, básicamente: “¿Por qué estás escuchando estas pendejadas?”. Y ella le contestó: “Bueno, a ellos no les importa un carajo—me encanta su indignación”. En respuesta a esto, él le hizo esta pregunta: “Si podrías dirigir la indignación que sientes y con la que te identificas hacia algo más útil, algo que podría llevar a un cambio positivo, ¿lo harías?”. Y ella contestó claro: “En un minuto. Pero nunca va a pasar”. Y volvió a ponerse los auriculares.
Este es el reto que tenemos ante nosotros. Mucha gente ni siquiera puede reconocer el aspecto positivo de esta marginación e indignación porque su expresión —la forma en que se presenta— muchas veces es negativa en términos inmediatos. Hay una represa de indignación que surge repetidas veces en formas muy diversas y, sí, muchas veces inútiles y hasta dañinas. ¿Pero cómo vamos a dar expresión revolucionaria a esto, y a la vez mantener la tensión necesaria para no dejarnos llevar por el camino equivocado, y no ceder o dar rienda suelta a impulsos equivocados y no tratar de actuar prematuramente, antes de que se haya desarrollado una situación revolucionaria y antes de que pueda surgir y surja un pueblo revolucionario de millones? Este es un problema con que tenemos que bregar. Esta es una de nuestras mayores responsabilidades —abrir paso en cuanto a esto—, no simplemente sacudir la cabeza y quejarnos de lo difícil que es responder a esta contradicción pero, en relación mutua con las masas, aceptar y no abdicar nuestra responsabilidad de ser los que aplican la ciencia para resolver este problema.
Quiero hablar de esto aquí —y lo que he dicho hasta este punto en cuanto al papel crucial del periódico es el elemento central y decisivo en esto—, pero tenemos que seguir lidiando con esto, continuamente, porque tenemos que hacer más avances. No vamos a tener la clase de movimiento revolucionario que se necesita —y a fin de cuentas no vamos a hacer una revolución— a menos que, en particular entre la juventud pero también más ampliamente, abrimos paso y atraemos a una cantidad cada vez mayor de masas a participar en la labor revolucionaria significativa en este período, cuando todavía no haya una situación revolucionaria en la que existe la posibilidad, y la base, para librar la lucha total por el poder.
Bueno, vinculado a esto, es importante la relación entre los factores ideológicos— que, definidos ampliamente, abarcan no solo denunciar los crímenes y la naturaleza de este sistema sino, como lo dijo Lenin, exponer ante todos nuestras convicciones y objetivos comunistas, y atraer a las masas de todas las capas, entre ellas las masas básicas, a lidiar con la ciencia, la filosofía, la cultura, y así sucesivamente, tanto como los principales sucesos políticos y sociales—, la relación entre todo esto, por un lado, y los factores políticos, entre ellos el deseo y la capacidad de oponerle resistencia a la opresión y a la injusticia, y hacerlo de tal manera que contribuya a forjar un movimiento revolucionario y comunista, y no de una manera sin norte y/o una vez más caer bajo el ala de un sector de la burguesía.
Un aspecto clave de proveer un medio y vehículo para que cada vez más masas —en particular la juventud y las masas básicas en general, pero gente de otras capas también— participen en la labor revolucionaria significativa, es la orientación de propagar la revolución por todas partes—audaz y, en el sentido correcto, agresivamente. En el sentido correcto, en oposición directa a todo este reformismo y todos los esfuerzos de descartar la revolución y los ataques contra la revolución y el comunismo. Tenemos que desencadenar esto y guiarlo y dirigirlo por todas partes, audazmente y con un espíritu conquistador. Una vez más, nuestro periódico, Revolución, es crucial y fundamental para hacer eso. Pero queda más por hacer, sobre los cimientos de este papel crucial y fundamental.
Hace poco hablaba con alguna gente sobre esto: todos los días, si le presta atención a lo que está pasando en el mundo, y lo examina con un punto de vista científico, comunista, encuentra que la vida continuamente clama por la revolución y la dictadura del proletariado. Al ver los informes sobre varios sucesos y la discusión de varios temas en los medios burgueses, uno se encuentra constantemente con el deseo de gritar: dictadura del proletariado. Si lee los artículos, o mira los informes televisivos, sobre Jena, Louisiana —las infamias que se cometen ahí, con las injusticias contra los jóvenes negros, los 6 de Jena, y las contradicciones que están hirviendo—, y lo que se le ocurre, si lo aborda como comunista, es dictadura del proletariado: esto es lo que se necesita para lidiar con esto, para deshacernos de las injusticias profundas como estas, y todo lo que representan. Con la dictadura del proletariado, con una revolución que lleva al gobierno del proletariado y cuya meta es el comunismo, será posible abordar estas cosas de una manera que nunca se las puede abordar con el sistema actual y su clase dominante de capitalistas. Este sistema y su clase dominante nunca pueden resolver todo esto—salvo de una manera que perjudique a las masas.
O veamos la polémica y agitación social en torno a la inmigración, con todas las declaraciones sobre “la seguridad de las fronteras” y los varios programas que han propuesto diferentes sectores de la burguesía, y el debate reaccionario que esto ha desencadenado. Y, junto con esto, hay las contradicciones entre los negros y los latinos que fomentan y agudizan, con el fenómeno de que muchos migrantes no entienden toda la historia de los negros y están dispuestos a aceptar la línea burguesa, con sus mentiras y tergiversaciones acerca de los negros, mientras que por otro lado muchos negros están resentidos hacia los migrantes, atraídos por la idea de que estos migrantes “nos quitan nuestras trabajos, nos están empujando hacia los márgenes y de alguna manera los migrantes tienen la culpa”. Si se aborda esto como comunista, lo que se le ocurre inmediatamente es: dictadura del proletariado. Con la dictadura del proletariado, podríamos resolver estas contradicciones —no con un chasquido de los dedos, sino por medio de la lucha de tal manera que concuerde con los intereses de todos estos diferentes sectores de las masas. Sí, entrañará contradicción y complejidad—pero no será tan difícil. Pero es imposible en este sistema, y dentro de los confines de este sistema, resolver estas contradicciones de una manera que concuerde con los intereses de las masas populares—que es otra cosa que apunta a la necesidad fundamental de hacer a un lado este sistema por medio de la revolución.
O cuando surjan los conflictos entre proteger el medio ambiente, por un lado, y desarrollar la economía, por el otro —y, sí, las preocupaciones que tiene mucha gente por su trabajo y manera de ganarse la vida—, cuando vemos que estas cosas chocan fuertemente en este sistema y no hay manera de resolverlo… dictadura del proletariado.
O examinemos otra dimensión clave de esto: hace poco, Revolución publicó un artículo que denunció la represión de la juventud en las escuelas—en este caso de Nueva York, pero este es un fenómeno que ocurre por todo el país.1 Y recibimos una respuesta a este artículo de un maestro desilusionado y descontento, que dijo en efecto: “Ustedes tratan de enseñarles a estos jóvenes; tienen todas estas ideas idealizadas acerca de estos jóvenes, pero no entienden qué tan indisciplinados son”. Bueno, ¿cuál es la respuesta a esto —no solo al punto de vista tergiversado de esta persona sino también a las verdaderas contradicciones que señala—, cómo se puede responder a esto y resolverlo de una manera positiva? Dictadura del proletariado. Esto es lo que necesitamos para lidiar con todas estas contradicciones. Los aspectos positivos que hay —no solo entre la juventud, sino incluso en el deseo de gente como este maestro de hacer algo bueno, que las relaciones dominantes y las ideas correspondientes que prevalecen en este sistema sofocan y corrompen— se los podrían volver a estructurar y sintetizar de una manera positiva con el gobierno del proletariado.
O veamos la contradicción relacionada con las diferencias entre el trabajo intelectual y el trabajo manual, y entre las diferentes capas que, en esta sociedad, llevan a cabo el uno o el otro (lo que llamamos la contradicción intelectual/manual, en pocas palabras): en un sentido fundamental, es imposible abordar esta contradicción de manera positiva en esta sociedad. Esta contradicción se puede resolver, y solo se puede resolver, de manera positiva con la dictadura del proletariado y el avance al comunismo. Vinculado a esto, tenemos el ejemplo que mencioné en una charla hace varios años sobre la dictadura del proletariado (“Dictadura y democracia, y la transición socialista al comunismo”) en cuanto a la religión con referencia a la película “Contact”, en que salta a la vista la contradicción de que a las masas, que tienen el mayor interés en la revolución comunista, en gran medida las agarran y atrapan la religión y otras cadenas mentales, mientras que hay una sección relativamente pequeña de la población del mundo actual que capta estos temas (en cuanto a la religión y —la no existencia de— dios) con mayor claridad pero que, en gran medida, está alienada de las masas básicas y no las entiende. ¿Cuál es la respuesta? La dictadura del proletariado. La revolución.
E incluso ciertas contradicciones que surgen en el curso de forjar la lucha señalan esta necesidad. Por ejemplo, en la batalla para defender el disentimiento y el pensamiento crítico en las universidades (y a fin de cuentas en la sociedad en general), podemos ver que ciertos individuos que pasan a ser blancos del ataque de las fuerzas reaccionarias, y del estado, tienen una “actitud distante” hacia otras personas en el mundo académico que se encuentran esencialmente en la misma situación. En un sentido inmediato, esto destaca la necesidad de presentar, y bregar a hacer captar, el cuadro más amplio de que todo esto es parte, y reconocer lo importante que es forjar unidad en la lucha contra todos los esfuerzos de reprimir el disentimiento y el pensamiento crítico; y al mismo tiempo, y fundamentalmente, señala la realidad de que para resolver las contradicciones relacionadas a todo esto, necesitamos la revolución—necesitamos la dictadura del proletariado.
Sí, es cierto —y es una verdad muy importante y profunda— que la mayor meta, y la meta de la dictadura del proletariado misma, es llegar al comunismo, por todo el mundo, donde se haya eliminado y superado la necesidad, y la base, de todas las formas en las que una parte de la sociedad domina a otra—todas las formas de la dictadura de clase. Pero la realidad es que, sin la dictadura del proletariado, sin la revolución comunista, nunca podremos avanzar hacia y llegar a esa meta más elevada.
Todo esto es otra manera de expresar el punto de Lenin de que el comunismo emana de todo poro de la sociedad. La necesidad de la revolución comunista emana continuamente de todos los sucesos de la sociedad y el mundo. Una vez que se haya adoptado el punto de vista y método científicos del materialismo dialéctico, se puede ver esto claramente. Y sobre esta base debemos dirigir y atraer a una cantidad cada vez mayor de masas a llevar esto por todas partes, entre todas las capas de la gente muy audazmente—con un espíritu conquistador y, en el sentido correcto, muy agresivamente. Como hemos recalcado varias veces, no hay nada menos realista que la idea de reformar este sistema en algo que se acercara a cuadrar con los intereses de la gran mayoría de la gente, y a fin de cuentas de la humanidad en general. Sobre la base de nuestro análisis y método científicos, tenemos que tener —y tenemos que inspirar a otros a tener— un espíritu conquistador acerca de esto. Esto es extremadamente importante: propagar muy amplia, audaz y, en el sentido correcto, agresivamente la revolución.
Vamos a lo que importa: Necesitamos una revolución. Cualquier otra cosa, en el último análisis, es una pendejada. Bueno, esto no quiere decir que no nos unamos a otra gente en toda una variedad de luchas que no apuntan a la revolución. No hay duda de que necesitamos hacer esto. Pero presentar cualquier otra solución a estos problemas e infamias monumentales y monstruosos es una ridiculez, francamente. Y necesitamos tomar la ofensiva y movilizar a una cantidad cada vez mayor de masas para abrirse camino por entre esta mierda y poner en primera plana la verdadera solución a esto, y responder a las preguntas y, sí, a las acusaciones que se presenten en respuesta a esto, mientras aumentamos nuestra base científica para hacerlo. Y el punto es esto: no solo nosotros tenemos que hacer esto, sino que además tenemos que atraer, desencadenar y dirigir, y posibilitar que cada vez más masas hagan esto. Hay que inspirarlas, no solo con la idea general de la revolución, sino con un análisis cada vez más profundo, una base sólida científica, de por qué y cómo la revolución realmente es la solución a todo esto.
Esta serie continuará en el próximo número de Revolución.
1 “Las escuelas públicas de Nueva York y la criminalización de los estudiantes: ¿Qué clase de sistema le hace esto a la juventud?”, Revolución #93, 24 de junio de 2007. [back]
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Revolución #114, 30 de diciembre de 2007
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El 11 de enero se necesita: Un mar de naranja
Justo cuando pareció que iban a meter de nuevo en la botella al escándalo de los videos de tortura destruidos por la CIA, casi a diario han surgido nuevas revelaciones y polémicas. Este escándalo refleja el hecho de que la legitimación de la tortura está haciendo trizas algunas cosas que supuestamente eran “normas aceptadas” de esta sociedad. La posibilidad de que este proceso podría deshacer la sociedad de una manera imprevisible es lo que ha causado las diferencias y riñas en la cúpula del poder sobre dejar de fingir que “Estados Unidos no tortura”. Y estas diferencias han llevado a algunas de las filtraciones y escándalos en torno a la tortura y los encubrimientos.
En este momento, se están convocando protestas el 11 de enero contra el campamento de tortura estadounidense en Guantánamo. Esta situación tiene oportunidades potenciales para dar saltos en la resistencia política independiente masiva, si los que se indignan ante la tortura y los demás crímenes de la clase dominante aprovechan el momento.
Según los informes, los videos de la CIA duran cientos de horas y muestran la tortura de detenidos en penales secretos. Los destruyeron en el 2005. El Comité sobre Inteligencia de la Cámara de Representantes ha demandado que el gobierno de Bush le dé información sobre los videos. El secretario de Justicia, Michael Mukasey, se ha negado a entregarla; dice que afectaría una investigación que supuestamente están llevando a cabo el Departamento de Justicia y la CIA.
Un nuevo giro es que la CIA ha pedido que el Departamento de Justicia investigue si el ex agente John Kiriakou dio a conocer “información clasificada” cuando habló de los videos en unos programas televisados. Kiriakou dio varios detalles de lo que probablemente mostraban los videos, como el uso del submarino (una forma de tortura en que hacen pensar al preso que se va a ahogar, y en ocasiones lo matan).
Además, el 19 de diciembre el New York Times informó que por lo menos cuatro altos abogados de la Casa Blanca (entre ellos los abogados de Bush y Cheney) hablaron de qué hacer con los videos entre el 2003 y el 2005. El Times escribió: “Unos congresistas han sugerido que la destrucción [de los videos] podría ser un caso de obstruir la justicia”. La implicación de esto es que altos funcionarios del gobierno de Bush participaron en un delito que podría merecer un juicio de destitución. Los directores de la comisión que estudió los sucesos de 11 de septiembre del 2001 han dicho en un memorando a la fiscalía federal y al Congreso que la CIA les mintió acerca de los videos.
El gobierno de Bush demandó que el Times retirara el subtítulo del artículo, que decía: “El papel de la Casa Blanca fue más amplio de lo que admitió”. Lo retiró pero no refutó el contenido del artículo.
“Nuevas normas” fascistas
Como dijimos la semana pasada (“Tortura… Videos destruidos… ¿La nueva normalidad? ¡A MOVILIZARSE!”, en revcom.us), el escándalo de los videos demuestra que se están dando otros pasos en la dirección fascista en que está encaminado este país. La rama ejecutiva ha declarado que lo que decida y haga es más importante que cualquier decisión del Congreso o los tribunales, y que lo que diga es la ley. Hacetrizas las “normas” y “principios básicos” con que “ha mantenido unido” al país e impone nuevas “normas para legitimar” que concuerdan con toda la trayectoria fascista.
Las “normas” previas de Estados Unidos, como la tortura, siempre han sido un horror para los pueblos del mundo entero y para mucha gente en este país también. He aquí unos pocos ejemplos: Estados Unidos invadió Filipinas en 1898 y usó el submarino para torturar a los insurgentes; la CIA y las fuerzas armadas torturaron a mucha gente durante la guerra de Vietnam; la policía de Chicago torturó a “sospechosos” para obligarlos a “confesar” crímenes que no cometieron, entre ellos delitos por los que los sentencian a la pena de muerte. Pero es algo nuevo y muy peligroso que a la tortura, las intervenciones telefónicas sin orden judicial y la detención sin acusación o juicio, y otras medidas ilegales, antes prohibidas formalmente, las legitiman y se vuelven rutinarias.
Lo que impulsa todo esto son las necesidades y compulsiones del sistema capitalista-imperialista y las ambiciones de la clase dominante estadounidense de forjar un imperio indiscutible y hasta indisputable. El punto de partida fundamental para los demócratas, tanto como los republicanos, son los intereses de la clase dominante estadounidense, y todos están de acuerdo básicamente con la necesidad de la “guerra contra el terror”, que en realidad es una guerra por el imperio. Los dirigentes demócratas, por ejemplo, están metidos hasta las cachas en la política de tortura del gobierno. Nancy Pelosi, la actual presidenta de la Cámara de Representantes, participó en unas reuniones de la CIA en el 2002 sobre la tortura de presos en los penales secretos.
Por otro lado, las medidas muy serias y radicales de los que detentan el poder para cambiar aspectos fundamentales de esta sociedad (junto con el desastre en Irak y sus consecuencias) también han desatado tensiones y conflictos en la estructura del poder. Hay mucho que aprender acerca de todo el incidente de los videos, pero es posible que el escándalo que ha surgido tenga que ver con las tensiones y conflictos en el seno de la clase dominante sobre Irak, la posibilidad de atacar a Irán y otros asuntos.
Tales riñas de la clase dominante, por su cuenta, NO pararán la trayectoria hacia el fascismo en este país. Como dice El Mundo no Puede Esperar, no habrá “salvadores” del Partido Demócrata. Los demócratas temen la posibilidad de que millones de personas políticamente despiertas se lancen a la calle mucho más que cualquier cosa que haga Bush. Las cosas no se van a ir al otro extremo. La situación actual es muy mala para la gente, y va de mal en peor rápidamente.
Hay una amplia y profunda corriente de indignación en esta sociedad por todos los crímenes e infamias del gobierno de Bush. Pero no se va a parar toda la dirección reaccionaria a menos que esta profunda presa de indignación se manifieste en una resistencia masiva desde abajo.
Las protestas del 11 de enero: Un momento crucial
Por todo esto, las protestas que se realizarán el 11 de enero serán sumamente cruciales. La demanda es cerrar el campamento de tortura de Guantánamo. Hace seis años, llevaron a los primeros presos encadenados y encapuchados en monos naranjas a Guantánamo, y han tenido y torturado a centenares de ellos sin acusaciones ni juicios. Amnistía Internacional, la Campaña Nacional Religiosa Contra la Tortura, El Mundo no Puede Esperar-Fuera Bush y su Gobierno y otros están organizando una protesta frente a la Casa Blanca y la Suprema Corte. La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) exhorta a ponerse brazaletes de naranja que dicen “Cerrar Guantánamo”.
Este es un momento decisivo y fundamental. Por el momento la tortura recibe mucha atención. Una amplia gama de fuerzas ha convocado las protestas del 11 de enero. La situación ha creado nuevas oportunidades para movilizar a muchos miles de personas y alcanzar a millones más. Todo esto podría atraer a nuevas fuerzas y darle un impulso al movimiento para sacar al gobierno de Bush y parar todo su programa.
Si no aprovechamos este momento para actuar, si las protestas del 11 de enero no movilizan a mucha gente, una vez más podrán ahogar esta amplia indignación en la política oficial. A esta indignación de millones de personas la podrán reemplazar el cinismo y una mayor parálisis política.
¿Pero si los que están indignados aprovechan el momento? ¿Si aprovechan la indignación para movilizar una protesta que tenga un impacto significativo nacional e internacional? La gravedad del momento, con todos los peligros que conlleva, también significa que si grandes cantidades de personas participan ahora en una resistencia política que se zafe del control de la política oficial, podría tener un impacto enorme y creciente.
Una protesta así podría inspirar a muchos más a quitarse de encima los temores y la parálisis y meterse a la acción política. Piensen en el impacto que esto podría tener, por ejemplo, en las universidades y prepas cuando los estudiantes regresan a clase. El Mundo no Puede Esperar ha convocado un paro en las prepas para el 31 de enero. O piensen en el efecto que podría tener en el movimiento de resistencia contra la guerra de los ex combatientes y de los mismos soldados.
Y piensen en cómo la convocatoria de El Mundo no Puede Esperar “Vístete de naranja” podría propagarse por todas partes. Varios organizadores de las protestas del 11 de enero exhortan a vestirse de naranja ese día. La ACLU tiene una página web sobre vestirse de naranja. Amnistía Internacional publicó un desplegado de una página de color naranja en el New York Times el 5 de diciembre cuando la Suprema Corte vio unos casos de presos de Guantánamo. El 11 de enero podría ser una manera de estimular a muchos a vestirse de naranja por toda la sociedad, como una oleada amplia y visible de oposición, que podrían adoptar diversas personas y fuerzas y que podría unirse con los estallidos de resistencia política y reforzarlos.
Una creciente resistencia política también podría relacionarse de maneras imprevisibles con varios sucesos en la sociedad en general. Tal resistencia, y la posibilidad de que se zafe del control de la clase dominante, podría agudizar los conflictos en el seno de la estructura del poder y llevar a más fisuras y riñas intestinas. Esto a su vez podría crear aperturas para que surja una mayor resistencia masiva desde abajo.
A través de todo esto, cada vez más personas podrían poner en duda la legitimidad no solo de Bush y Cía., sino también de todo el sistema que ha producido un gobierno tan monstruoso. Millones podrían pensar en los grandes interrogantes sobre el futuro: que necesitamos un mundo totalmente nuevo, qué clase de mundo debe ser y cómo vamos a llegar a él.
Todo esto es posible… si aprovechamos este momento y nos movilizamos con resolución, valentía e iniciativa para organizar poderosas protestas el 11 de enero.
¡Alto a la tortura!
¡Vístete de naranja y protesta el 11 de enero!
¡Fuera Bush y su gobierno!
“Si no nos oponemos y movilizamos para parar esto, nos obligarán a aceptarlo”.
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Revolución #114, 30 de diciembre de 2007
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ENTREVISTA DE REVOLUCIÓN
Entrevista al profesor de derecho Peter Erlinder
La entrevista de Revolución es una sección especial para que nuestros lectores se familiaricen con las opiniones de importantes figuras del arte, la música y la literatura, la ciencia, el deporte y la política. Los entrevistados expresan sus propias opiniones, naturalmente, y no son responsables de las ideas que aparecen en otras páginas de este periódico o la página web.
El 23 de octubre, con pocas noticias en la prensa, la Cámara de Representantes aprobó un proyecto de ley llamado “Ley de Prevención de Radicalización Violenta y Terrorismo Interno del 2007” (HR 1955). Este proyecto de ley es una enmienda a la Ley de Seguridad de la Patria del 2002, que permitió la mayor reorganización del gobierno federal desde la II Guerra Mundial y aumentó dramáticamente sus poderes represivos. El proyecto de ley ha pasado al Senado. Hace poco Revolución entrevistó a Peter Erlinder, profesor de derecho de la Facultad de Derecho William Mitchell de St. Paul, Minnesota, y ex presidente del Gremio Nacional de Abogados, sobre este proyecto de ley y sus implicaciones.
Revolución: Usted y otros han dado la alarma sobre el proyecto de ley de “Prevención de Radicalización Violenta y Terrorismo Interno”. ¿Qué tiene de peligroso este proyecto de ley?
Peter Erlinder: Una congresista de nombre Harman, una demócrata conservadora de California, propuso el borrador del proyecto de ley, y la dirección de la Cámara de Representantes lo aceptó como una medida no polémica. Por tanto, los demócratas y republicanos lo aprobaron con un voto de 404 a favor y 6 en contra y sin mucha discusión o debate. Eso es comprensible porque se llama la “Ley de Prevención de Radicalización Violenta y Terrorismo Interno”, y hace dos cosas. Una es que le da fondos al Departamento de Seguridad de la Patria para llevar a cabo una especie de investigación académica sobre “la radicalización violenta y el terrorismo interno”. Y quizás eso cae en el ámbito del gobierno.
El problema es que la definición que da de “radicalización violenta y terrorismo interno” es tan amplia que podría someter a prácticamente todo activista político o grupo de activistas políticos a la investigación de una comisión legislativa, que es otra cosa que establece el proyecto de ley. El problema con la comisión legislativa —por lo menos de la manera que la describe el proyecto de ley— es que no deja en claro qué precisamente serán sus poderes inherentes. Por tanto, lo peligroso del proyecto de ley no es obvio a quien lo lea por primera vez y no recuerde la historia.
La definición que el proyecto de ley da para “terrorista interno” es cualquier persona que “intimida o coacciona al gobierno de Estados Unidos, la población civil... o una parte de estos, para apoyar creencias políticas o sociales”. Esto abarca, o podría abarcar, a los estadounidenses que organizan marchas masivas en Washington, D.C., con el fin de coaccionar cambios en la política gubernamental. La definición que da de “radicales violentos” (tanto ciudadanos como no ciudadanos que residen en Estados Unidos) es “promover un sistema de creencias extremistas con el propósito de facilitar la violencia basada en la ideología para fomentar el cambio político, religioso o social”. Mejor dicho, esto se aplica a estadounidenses que no han hecho nada ilegal, pero que los miembros de la comisión piensan que tienen ideas que podrían conducir a la violencia. El proyecto de ley no ataca a todos los pensamientos o sistemas de creencias que podrían conducir a la violencia, sino solo los que podrían recurrir a la fuerza o la violencia para promover creencias políticas, religiosas o sociales. Y esto es precisamente el tipo de violencia que podría darse como resultado de una manifestación a favor o en contra de asuntos importantes. Por ejemplo, la protesta contra la Organización Mundial del Comercio en Seattle cabe en esta definición.
El proyecto de ley dice que la comisión durará 18 meses, realizará audiencias por todo el país e informará cada seis meses sobre lo que ha concluido con respecto a las personas “peligrosas” que viven entre nosotros. Eso quiere decir que prácticamente todas las personas o grupos que son activistas políticos, sociales o religiosos podrían ser el blanco de investigación de la comisión para determinar quién es o no es el “enemigo escondido”. El problema es que a los testigos que se niegan a dar testimonio los podrían acusar de desacato al Congreso, como se están enterando ahora unos ex funcionarios del gobierno de Bush, como Harriet Miers y otros. Y si dan testimonio y dicen cosas que a los miembros de la comisión y sus asesores les parecen que no son ciertas, se los podría acusar de perjurio o de mentirle a un funcionario federal, como le pasó a Scooter Libby. En todo caso, requiere que hablen de sus asociaciones políticas y sus creencias so pena de ir a la cárcel si no acceden.
Revolución: Ha comparado estas audiencias al Comité de la Cámara de Representantes sobre Actividades Antiamericanas (HUAC).
Peter Erlinder: Sí, a HUAC. Es prácticamente lo mismo, porque cuando establecieron HUAC en 1938, el propósito original era investigar a los estadounidenses “peligrosos” de ese entonces. Al Ku Klux Klan se lo nombró, pero una vez que empezaron las investigaciones, obligó a comparecer ante las audiencias a personas que pensaba que sabían algo sobre los comunistas o el comunismo. Y durante 40 años HUAC investigó a toda clase de grupos e individuos, metió presos a los 10 de Hollywood cuando se negaron a dar testimonio, puso en la lista negra a personas como Arthur Miller, Paul Robeson, Pete Seeger, Richard Wright. Obligó a delatar a conocidos so pena de que lo condenaran al ostracismo, que es precisamente el poder que tiene esta comisión. George Santayana, el filósofo estadounidense del siglo 20, dijo: “Los que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo”. Parece que los congresistas que votaron a favor de esto se han olvidado de la historia. Otro gran filósofo estadounidense, Yogi Berra, lo dijo mejor: “Es como volver a repetir el deja vu”. Y eso es precisamente lo que es.
Revolución: ¿Nos podría decir más sobre los poderes de esta comisión?
Peter Erlinder: Son los poderes que conlleva cualquier cuerpo investigador legislativo. Eso quiere decir —y esto es inherente a cualquier comité de investigación del Congreso— que tiene el poder de obligar a comparecer a una persona a dar testimonio, y si no lo hace lo podría meter preso por desacato al Congreso, que es lo que les está pasando a Harriet Miers y otros miembros del gobierno de Bush que se han negado a comparecer ante comités del Congreso. Además, si alguien jura que va a decir la verdad pero no lo hace, lo pueden acusar de perjurio. Incluso si no da testimonio bajo juramento, hay una ley que se ha hecho cumplir desde que se disolvió HUAC en 1975 que penaliza mentirle a un funcionario del gobierno federal, o decir cualquier cosa que un funcionario federal piensa que es una mentira. Así que la estructura general inherente a esta comisión es obligar a comparecer y dar testimonio so pena de ser acusado de desacato, y si uno da testimonio, corre el riesgo de que lo acusen de perjurio o de mentirle a un funcionario federal, si los miembros de la comisión o sus asesores piensan que no ha dicho la verdad. En todo caso, si la comisión cumple con el mandato del Congreso, tendrá por necesidad que mandar comparecer a personas que podrían tener información sobre estadounidenses que según la comisión tienen “sistemas de creencias extremistas”, o que podrían tener vínculos a individuos u organizaciones en los cuales podría haber personas con “ideas violentas”. Por ejemplo, podrían obligar a comparecer a los miembros de una mezquita para dar testimonio sobre lo que saben sobre los demás miembros de la mezquita, o de una iglesia, o un grupo de activistas sociales o un grupo político.
Revolución: Este proyecto de ley no cambia específicamente las leyes existentes ni establece nuevos castigos. ¿Pero podría ser la base para nuevas leyes represivas?
Peter Erlinder: Lo que hace es crear un blanco para investigar. Y el blanco que establece es tan amplio que cualquier persona en territorio estadounidense que haga más que mirar la televisión e ir a las urnas podría ser blanco.
Revolución: Al principio mencionó el papel de los demócratas y en particular de la congresista Jane Harman, que ha salido últimamente en las noticias porque resulta que sabía de los videos de tortura de la CIA desde el 2003. ¿Podría hablar un poco sobre el papel de los demócratas?
Peter Erlinder: El voto fue tan desigual, según lo que me han dicho unos congresistas de Minnesota, porque la dirección de la Cámara de Representantes lo presentó como un proyecto de ley que no requería mucha atención por no ser polémico. Y las personas que no han estudiado HUAC, aunque solo se disolvió en 1975, ya hace 30 años y pico, esas personas que no están familiarizadas con lo que hizo HUAC y el daño que causó, y porque el proyecto de ley no menciona los poderes inherentes de la comisión, las personas a quienes hubiera debido preocupar aparentemente decidieron no poner objeciones. Pero este es, a todas luces, un proyecto de ley presentado por los demócratas y promovido por la dirección de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi y Cía.
Revolución: ¿Cómo ve este proyecto de ley en el contexto del ambiente represivo general de este país, y las leyes y medidas de Bush como la Ley Patriota, las intervenciones electrónicas, la legitimación de la tortura y cosas por el estilo?
Peter Erlinder: Bueno, creo que muchos conocen la famosa cita del pastor Niemoller: “Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista...”. Luego vinieron por los sindicalistas, y luego vinieron por los judíos. Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada. Esa es una descripción de la realidad política que se está desenvolviendo y que podemos ver. Y eso sucede siempre que se le acusa a un grupo de ser “el enemigo”. Inevitablemente, empiezan a borrarse los lindes de esa mancha. Como hemos visto una y otra vez en nuestra historia, una vez que empieza a rodar el proceso, lo que se requiere para pararlo es la oposición política consciente.
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Revolución #114, 30 de diciembre de 2007
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Revolución #114, 30 de diciembre de 2007
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Personas que hicieron una contribución positiva al mundo y que fallecieron este año:
St. Clair Bourne, 64 años, cineasta y panafricanista revolucionario que hizo documentales sobre Paul Robeson, historiador/educador/escritor John Henrik Clarke, fotógrafo Gordon Parks, poeta Langston Hughes, así como el aclamado documental “Making ‘Do the Right Thing’” (La filmación de “Do the Right Thing”). De su trabajo, Bourne dijo: “Todo mi trabajo siempre trata con personas fuera del sistema que quieren corregir los males…”. (entrevista a KPFK)
Alice Coltrane, 69 años, pianista de jazz que introdujo el arpa al jazz y que promovió el legado de su fallecido esposo John Coltrane, uno de los gigantes de la innovación en la historia del jazz.
Molly Ivins, 62 años, comentarista política de la prensa grande, escritora y tejana que apodó a George W. Bush “Shrub” [“bush” quiere decir matorral y “shrub” arbusto]. Escribió libros y columnas que castigaba al gobierno de Bush; su lema era: “Armar más escándalo”. Una de sus últimas columnas empezó así: “En algún país va a haber un debate en el Senado sobre un proyecto de ley para legalizar la tortura. ¿Qué tan extraño es esto?”. Exhortaba a sus lectores a protestar “ahora, inmediatamente”, y los retaba: “¿Cómo se sentirán si no hacen nada? ‘Pues, mi amor, cuando Estados Unidos decidió adoptar la tortura de manera oficial, yo le estaba quitando los piojos al perro’”. (“A Tortured Debate”, 20 de septiembre de 2006)
Norman Mailer, 84 años, autor. Escribió su primera novela contra la guerra, The Naked and the Dead (Los desnudos y los muertos), en 1948. Su libro Armies of the Night (Ejércitos de la noche) describió y apoyó el movimiento contra la guerra de Vietnam, y habló del tiempo que pasó en la cárcel por protestar contra la guerra. Sobre la guerra de Irak, dijo: “Se imaginaron que la guerra de Irak sería un paso rápido, dramático, que les pondría en control del Medio Oriente como una base poderosa —por él petróleo y el control del agua de los ríos Tigris y Éufrates— para construir un imperio mundial”. Mailer fue rebelde y contradictorio. Mailer fue una persona muy contradictoria; por ejemplo fue un machista que no pidió disculpas (en un incidente conocido, que el mismo Mailer dijo que fue el punto más bajo de su vida, apuñaló a su esposa). Lo atacaron ferozmente por su campaña por la libertad de Jack Henry Abbott, autor de la aclamada autobiografía sobre sus años en la prisión In the Belly of the Beast (En las entrañas de la bestia).
Stanley Miller, 77 años, científico. En 1953, como estudiante posgrado, fue pionero del estudio de los orígenes de la vida en la Tierra con un experimento inspirado por el científico Harold Urey. Urey sugirió que los científicos podrían crear la vida combinando compuestos orgánicos que existían en la Tierra primitiva. Con un experimento que simuló químicamente la atmósfera y los océanos, agregaron relámpagos. Como consecuencia crearon aminoácidos, uno de los componentes de la vida.
Herbert Muschamp, 59 años, crítico de arquitectura del New York Times por muchos años. En el 2003 escribió mordazmente sobre el diseño de Daniel Libeskind para Ground Zero, donde antes estaban las Torres Gemelas: “Aun en tiempos de paz el diseño parecería demagógico. A medida de que este país se prepara para mandar soldados a la guerra, el mensaje del diseño parece aun más cargado. Sin querer, el plan encarna la condición orweliana que los críticos de Estados Unidos nos acusan de hacer nuestra: la guerra perpetua para la paz perpetua”.
Ousmane Sembène, 84 años, director de película senegalés y escritor conocido como “el padre del cine africano”. Después de la II Guerra Mundial, y antes de hacerse una gran fuerza de la literatura y el cine, Sembène trabajó en fábricas en Francia y participó en una huelga contra enviar armas a las fuerzas coloniales francesas en Vietnam. Luego se hizo estudiante del marxismo. En su arte, con la sátira castigaba al imperialismo, el neocolonialismo y su influencia en las clases altas africanas, y se esforzaba por representar el heroísmo de la gente común y corriente. Cuando regresó a Senegal en 1960, produjo su primera película “La Noire De...” (1966), una hermosa y conmovedora historia de una criada africana en Francia. Su película “Moolaadé” (2004) aborda el choque entre el patriarcado tradicional y la mujer sobre la mutilación genital femenina en una aldea africana de Burkina Faso. Varias de las películas de Sembène se pueden conseguir en DVD.
Grace Paley, 84 años, destacada escritora y activista que escribió colecciones literarias sobre la vida de la mujer. Fue activista toda la vida y lo metieron presa por las protestas contra la guerra de Vietnam. Su poema, “Responsibility” (Responsabilidad), que se leyó después de que empezó la guerra de Irak, empieza así: “Es la responsabilidad de la sociedad dejar al poeta ser poeta | Es la responsabilidad del poeta ser mujer | Es la responsabilidad de la poetisa pararse en las esquinas y repartir poemas y volantes hermosamente escritos y otros que a duras penas los puede mirar por lo escandalosa que es la retórica.
Francine Parker, 81 años, directora del documental “FTA” (Fuck the Army (A la mierda el ejército) de 1972, sobre una gira a bases militares yanquis por todo el mundo de activistas contra la guerra de Vietnam, como Jane Fonda, Donald Sutherland y otros, durante la guerra de Vietnam. El documental de Dave Zeiger, “Sir, No Sir!” presenta escenas de “FTA”.
Max Roach, 83 años, músico que cambió el papel de la percusión en el jazz al explorar las posibilidades musicales y al ponerla en el centro de la escena. En 1960, Roach grabó la sensacional y militante “We Insist—The Freedom Now Suite” (Insistimos—La suite libertad ya), una condena contundente del racismo, un acto de desafío político y artístico que destaca un intercambio ardiente y prolongado entre Roach y la cantante Abbey Lincoln. Roach sorprendía y alegraba a muchos, escandalizaba a unos y siempre experimentaba. Con Archie Shepp hizo dos grabaciones de esperanza: sobre la China revolucionaria de ese entonces y la lucha popular de Sudáfrica: “Long March” (La gran marcha, parte 1 y parte 2) y “Force: Sweet Mao—Suid Africa ‘76” (Fuerza: Dulce Mao—Suite Africa 1976). La portada del álbum tiene un puño negro que sale de un mar de agua agitada verde, con Mao Tsetung que nada en el fondo). Aunque más tarde, bajo la influencia de balances burgueses, Roach vaciló con respecto a Mao, su grabación sigue siendo una poderosa declaración artística. Escribió música para la compañía de ballet de Alvin Ailey así como para piezas de teatro. Luego, en 1983, hizo suyo el rap y se presentó en el escenario a raperos y breakdancers. Dijo que tenía su puesto en “la paleta inagotable” de la música.
Tom Snyder, 71 años, presentador en los años 70 y 80 del programa de entrevistas televisado “Tomorrow”. Snyder se arriesgó al escoger sus invitados, como la entrevista que le hizo a Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, EU.
Sekou Sundiata, 58 años, poeta que militó en el movimiento de liberación negra de los años 60 y 70. Sobrevivió la adicción a la heroína, un accidente automovilístico y un trasplante de riñón, todo lo cual es tema de sus obras. Un activista contra las guerras yanquis de agresión, exploró el teatro musical y la danza, así como la poesía. Su obra de teatro “The Circle Unbroken Is A Hard Bop” (El inquebrantable círculo es un bop duro) fue una poderosa interpretación del efecto que tuvo en toda una generación la derrota del Partido Pantera Negra.
Kurt Vonnegut, 84 años, novelista y escritor de ciencia ficción, que escribió divertidos, indignados e indignantes relatos que se burlaban del gobierno de Estados Unidos y el estado del mundo en general. Su más famosa obra, “Slaughterhouse Five or The Children’s Crusade”, trata el bombardeo aéreo de Dresde por Estados Unidos e Inglaterra durante la II Guerra Mundial. Publicado durante la guerra de Vietnam, el libro resaltó los crímenes de guerra que se cometen en las guerras imperialistas. Vonnegut dijo: “El sistema promueve a las posiciones más altas a personas a quienes no les importa el planeta’’. Dijo que sus tramas locas que están al borde de la realidad nos hacían ver lo intolerable que es la situación. A Vonnegut le encantaba la ciencia, y jugaba con sus posibilidades en su ficción. Creó personajes, culturas enteras y hasta mundos aparte que aparecían una y otra vez en sus novelas. Fue signatario fundador de la organización ¡Rehusar & Resistir! En el 2000 firmó la convocatoria “Una declaración de conciencia: ¡NO EN NUESTRO NOMBRE”, que termina con estas palabras: “No permitamos que el mundo que nos contempla se desespere por nuestro silencio y nuestra incapacidad de acción. Hagamos que pueda sentir nuestro compromiso. Resistiremos frente a la máquina de la guerra y la represión y haremos todo lo posible para detenerla”.
Floyd Red Crow Westerman, 71 años, músico, actor y activista amerindio (lakota). Su primer álbum, de 1969, fue “Custer Died For Your Sins” (Custer murió por sus pecados). En los años 70, trabajó con el Movimiento Indígena Americano y fue actor en películas como “Dances With Wolves” (Bailando con lobos). Westerman fundó su propia compañía en los años 90 y hace poco fue presentador del programa piloto de la serie “Exterminate Them: America’s War on Indian Nations” (A exterminarlos: La guerra estadounidense contra las naciones indígenas).
Ernest C. Withers, 85 años, fotógrafo de documentales del movimiento de derechos civiles del Sur, la escena musical de Memphis y las ligas de béisbol negras, la Negro Baseball Leagues. Fue el único que fotografió todo el juicio de los que mataron a Emmett Till, un adolescente negro asesinado por silbarle a una señora blanca. Su foto más famosa, tomada en 1968 durante la huelga de los trabajadores de servicios sanitarios, muestra en blanco y negro un grupo de hombres negros con pancartas que dicen I AM A MAN (SOY HOMBRE).
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Un vecino blanco de Jena, Louisiana, nos envió la siguiente carta para publicar:
El caso: Seis jóvenes negros podrían pasar décadas en la cárcel por su oposición al racismo: los dogales, los seis jóvenes blancos que atacaron a un negro en la feria, el joven blanco que les apuntó un arma en la gasolinera GottaGo y como consecuencia acusaron a la víctima negra de robo y los comentarios racistas diarios en la prepa Jena.
La causa: Hombres, mujeres y niños linchados por todo el país, que es nuestra historia y nuestra lucha actual. En Jena, Louisiana: Bobby Ray Smith, Ray Hunter. Money, Mississippi: Emmett Till. Texas: John Byrd. Y hasta en el Norte. Cuando pienso en que esto continúa, me enojo. Tengo sed de un cambio. Un sistema que no ha cambiado su racismo y opresión de los negros, hoy tiene cárceles y policías para llevar a cabo este terror y discriminación; penales, trabajos de bajo salario y sin futuro, o el desempleo, la brutalidad policial y el hostigamiento de las minorías para mantener a la juventud negra “en su lugar”.
Los hombres negros y las mujeres negras trabajan duro para mantener a la familia y sus hijos van a escuelas segregadas y toda la familia vive en el barrio “negro” del pueblo. Las viviendas para los de bajos ingresos, los proyectos, o los “quarters” como los llaman en Jena. Destaca la represión de nuestra juventud todos los días.
Este caso es un ejemplo de tanto de lo que ocurre en nuestra sociedad y en esta comunidad. ¡Esta causa es una parte del contexto mayor! Ahora entiendo por qué este caso es una parte enorme de esta causa mayor. Ahora estoy mirando a toda la sociedad y no solo a los 6 de Jena. Y con respecto a esto, al contexto mayor, vale la pena hacer sacrificios y arriesgarnos para tomar partido con este caso y la causa de los 6 de Jena. El contexto mayor, la lucha para liberar a los jóvenes negros y otras minorías de la opresión que experimentan todos los días por todas partes, vale el tiempo, el esfuerzo, la fuerza de un movimiento unido para liberar a nuestra juventud y nuestra sociedad de la opresión.
Como vecino blanco del pueblo de Jena, exhorto a la “mayoría”, a los que se oponen a la opresión de la sociedad, el racismo, que los supremacistas blancos quieren justificar, a ponerse de pie y proteger el futuro de nuestra juventud.
Un joven de 16 años condenado de causar lesiones agravadas y conspiración. Anulan ambas condenas y vuelven a juzgarlo por el mismo crimen como menor. Pasó un año en la cárcel, 10 meses en un penal de adultos, sentenciado a 18 meses en un penal de menores supuestamente por violar la libertad condicional. Luego le ofrecen dos opciones malas y lo obligan a aceptar un acuerdo del fiscal, y lo sentencian a 18 meses más. No hubieran debido juzgarlo, volver a juzgarlo, meterlo a la CÁRCEL ni acusarlo en primer lugar. Este joven podría ser cualquier persona, su hijo, su vecino, su hermano, tío o nieto. Pero no lo es. Se llama Mychal Bell. Es hijo de Melissa Bell, hermano, primo, nieto, vecino de toda una comunidad de jóvenes negros, sentenciada a una vida de discriminación. ¿Permitirían que nuestros jóvenes, su hijo, su hermano, vayan sin que nadie hablara en su defensa? ¿Que pasara años en la cárcel por defender sus derechos, por protegerse de la opresión de los negros? Yo no lo haré y exhorto a ustedes, a todas las madres y todos los padres a ponerse de pie. A hacer lo que sea necesario y animar a otros a hacer lo mismo.
Yo voy a ir a los juicios, a las protestas, para apoyar a los 6 de Jena y demandar que los pongan en libertad. ¿Estarán presentes? ¿Qué van a hacer?
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Revolución #114, 30 de diciembre de 2007
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Quince miembros del Grupo de Congresistas Negros han pedido clemencia por Mychal Bell y los demás jóvenes de los 6 de Jena a la gobernadora de Louisiana, que rechazó su solicitud. Su vocera le dijo a la prensa que no puede indultar sin una recomendación de una comisión estatal, cuya próxima reunión será el 17 de enero. El mandato de la gobernadora termina el 14.
Unos separatistas blancos planean realizar una marcha en Jena el 21 de enero, el día de Martin Luther King. Han demandado a la alcaldía por violar sus derechos constitucionales, porque les pidió no llevar armas de fuego y requiere comprar un bono (en caso de problemas). ¡Estos racistas ya han exhortado a llevar DOGALES y ahora quieren el derecho de marchar por el pueblo con armas! ¡NO SE PUEDE TOLERAR QUE UNOS RACISTAS BLANCOS SE DESMANDEN Y ATERRORICEN A LOS NEGROS!
Se puede encontrar los informes de Revolución sobre el caso de los 6 de Jena en revcom.us.
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Revolución #114, 30 de diciembre de 2007
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CARTA de Los Ángeles
El hombre de Riverside, de unos veinte años de edad, se acomodó en el asiento al lado del periodista de Revolución y personalidad de la radio Michael Slate. A la derecha estaba la señora que conoció la semana anterior en un evento para recaudar fondos. Justamente cuando la discusión iba a comenzar, dos jóvenes de prepa se sentaron en la primera fila. Así Libros Revolución quedó lleno de gente: jóvenes y viejos, hombres y mujeres, negros, latinos, blancos, iraníes y asiáticos... madres de Watts, migrantes de habla hispana, activistas experimentados y revolucionarios jóvenes. Clyde Young del Partido Comunista Revolucionario y el corresponsal de Revolución Reggie Dylan pidieron la atención de todos. Estaban ahí para hablar de “Hacer la revolución y emancipar a la humanidad”, una charla que se está publicando por partes Revolución (disponible en línea en revcom.us). Se leyó un pasaje breve de la charla y comenzó la discusión.
Hablaron de qué significa “querer recibir más” y “recibir más” por inventar algo. Una persona comentó que la música llega a ser una mercancía en el capitalismo y quería saber qué pensaban los demás. Otra persona bregaba con la contradicción intelectual/manual: la brecha que existe en la sociedad entre los que trabajan con la mente y los que trabajan mayormente con las manos. Para esa persona, el problema principal con querer recibir más por una invención es que da un valor mayor al trabajo intelectual. Otra persona dijo en respuesta que las mercancías ocultan una profunda desigualdad y que eso se relaciona con la manera en que la sociedad se organiza. Un joven de una fila de atrás opinó que en una sociedad distinta, la fama y el reconocimiento sería recompensa suficiente por la creación de la música. Luego pensó un minuto y preguntó si en el comunismo todavía se ganaría fama por crear música. Un profesor respondió que esta sociedad nos bombardea con la idea de que todos merecen reconocimiento por lo que hacen y que eso va de la mano con la idea de que todo lo que se hace merece un pago. Otra persona añadió que el problema son los valores que tenemos en la sociedad capitalista, por ejemplo la idea de que la autoestima viene de la clase de zapatos que se ponen. Luego otra persona opinó que el problema de “querer recibir más” no radica simplemente en lo que se piensa, sino que “recibir más” significa que debe haber explotación y todos los horrores que eso trae.
Varias personas querían saber cómo cambiar la manera de pensar y cómo estimular a las masas a cambiar la situación. Una persona dijo que el problema es que la gente simplemente no piensa y quería saber cómo lidiar con eso. Otra persona dijo que la solución es el temor: por ejemplo, si captan que el planeta va a morir, ese temor los provocará a querer cambiar la situación. Una tercera persona dijo que se necesita educación para captar el impacto de lo que está pasando. En medio de todo eso, un hombre mayor preguntó: ¿cómo será el nuevo sistema “cuando estoy viejo y ya no puedo trabajar”? Un joven proletario le dijo que el comunismo es “trabajar conforme a su capacidad”. Agregó: “Esta sociedad no le da esperanza para el futuro, pero como dice ‘Imagínate’ de Bob Avakian, en una nueva sociedad habrá algo para todos. Con la edad viene una sabiduría, que puede contribuir a la sociedad”.
Regresando al tema de cómo cambiar la manera de pensar de la gente, una persona dijo que el problema es la falta de conciencia, porque el capitalismo es un sistema que engaña. Dijo: “Tenemos que empezar a cuestionarlo todo”. Dijo que se le engaña a comprar cosas que no se necesitan, y que no se aprenderá nada diferente de la escuela o de los padres, así que “empieza dentro de ti, al concientizarte más”. Una señora volvió al tema del temor. Dijo que debemos plantear la visión de un mundo distinto. Dijo: “No creo que la solución sea el temor, porque el temor hace que la gente sea más cerrada. Me gusta el concepto de la esperanza y no el temor”.
Clyde Young preguntó, ¿por qué si quieres recibir más por inventar algo, eso hará retroceder a la sociedad?
Una señora dijo que la gente necesita dejar atrás la competencia y darse cuenta de que hay suficiente para todos. Pero tiene dudas acerca del poder revolucionario y si eso es bueno o no: “El poder es una cosa espinosa. ¿Cómo prevenimos el abuso del poder?”. Hubo otros comentarios sobre el pensar popular: que si se piensa en términos de comprar y vender, entonces su visión no irá más allá del marco del capitalismo; que el problema es que educan a los niños a pensar en conseguir más por sí mismos cuando sean adultos. Una persona respondió al comentario sobre la competencia y dijo que en esta sociedad se siente una necesidad de competir el uno contra el otro porque “si no trabajas, no comes”. Agregó que una actitud de “quiero recibir más” llevará a la China actual, donde unos se enriquecieron pero otros viven en la miseria.
Reggie Dylan dijo que la revolución comunista es “cambiar las circunstancias y cambiar a la gente”, y habló del proceso de transformar la sociedad y seguir revolucionándola durante el socialismo para que al final se pueda trascender los estrechos horizontes de “recibir más”. Otra persona agarró la onda y habló de las relaciones de mercancía que siguen existiendo en el socialismo y que si no se empuja siempre para restringirlas, llevarán la sociedad de nuevo al capitalismo.
Volviendo de nuevo al tema de cambiar la mente de las masas para que le entren a la política, unos hablaron del periódico Revolución. Una estudiante de la prepa Locke dijo que este periódico debe estar en las prepas: “Hay cosas que no nos enseñan en las escuelas y el periódico nos trae esas verdades y desempeña un papel importante”. Dijo que el periódico dirigió el paro que ocurrió en la prepa Locke a favor de los 6 de Jena, y comentó: “Los estudiantes de prepa y de las universidades necesitan leer lo que Bob Avakian escribe, pues es ciencia y rompe las fronteras que el gobierno impone en las escuelas”. Luego otra estudiante de la Locke dijo que le dio el periódico Revolución a su profesor y más tarde él empezó a enseñar sobre el socialismo y el capitalismo. Ella comentó: “A los estudiantes les interesa. Dijeron que Estados Unidos necesita una revolución. Salieron de la rutina”.
La discussión sobre la charla de Bob Avakian continuó, con varias ideas sobre la ciencia y cómo entender la realidad. Pero lo que dijo la estudiante de prepa al terminar resultó ser un sentimiento compartido entre muchos. Dijo que la charla es algo que todos ahí debían propagar. Dijo que iba a tener una discusión como esta con sus amigas y amigos, y que todos iban a hablar con otros más. Dijo que eso es la manera de “hacer que otros participen y no dejar decaer todo el movimiento”.
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Revolución #114, 30 de diciembre de 2007
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Carta de un lector:
Trabajo en una fábrica. La mayoría de los obreros trabajan a tiempo parcial y ganan muy poco, aunque hay otros que trabajan de tiempo completo y son como una capa superior. Trabajo con muchos migrantes de todo el mundo, de todas las nacionalidades.
Unos obreros negros tienen suscripciones al periódico y más las tenían en el pasado. Entre los sucesos que los influencian o los han influenciado son Katrina, los 6 de Jena, los dogales, la brutalidad policial y el racismo. En cuanto a los blancos, especialmente los que son más progresistas y se encuentran menos atrapados por la política del Partido Demócrata, muchos están buscando soluciones, están buscando una alternativa. Ven que existe una atmósfera de fascismo y guerra, y muchos están hartos de todo esto.
Muchos de los nacidos en otros países han leído el periódico en respuesta a lo que hace Estados Unidos por todo el mundo. Unos son de África oriental y ven lo que está pasando en Somalia, lo que pasó en Eritrea, cómo Estados Unidos empuja y se aprovecha de Etiopía como potencia regional para aumentar su influencia; estos son unos ejemplos de lo que capta la gente de otros países.
Unos obreros blancos que son liberales o creen más en la política oficial tienen menos esperanza y menos interés en otros temas; tienen sus perspectivas más restringidas. Pero otros han visto lo jodido que es este sistema y captan que se necesita algo muy duro para cambiar la situación de una manera fundamental.
El artículo de la contraportada de la semana pasada, “¡Atención blancos! ¡¿Qué les pasa?!”, tuvo un fuerte impacto. Unos liberales se oponen a la inmigración y se tragan todo esto de que se les beneficiará. O que de alguna manera los migrantes degradan su estilo de vida o algo por el estilo. Pero por otro lado también es una señal de que su situación está bajo ataque, de que se sienten que están bajo presión. Pero piensan que si aceptan todo esto de los migrantes, de alguna manera se van a beneficiar. Es otro aspecto de la supremacía blanca como la normalidad. Si uno menciona la raza, entonces dicen, “siempre hablas de la raza”, así que tú eres el racista. Todavía hablan de OJ de vez en cuando, es una ridiculez.
En cuanto a los 6 de Jena, frente a la escuela hay un árbol solo para blancos desde hace muchos años. ¿Qué se puede decir al respecto? Pienso que el periódico desempeña un papel importante y hay que seguir hablando de esto. Porque tratan de responder que “son unos matones que le dieron una paliza a ese joven”. Me gusta lo que dijo el periódico: “están luchando contra la segregación en el 2007, y por eso los han atacado”. Le hace frente directamente a la propaganda.
Me sorprendió cuando me pidieron enviar una carta al periódico acerca de vender 16 suscripciones a Revolución en el trabajo, porque debe pasar mucho más de lo mismo. Me molesta que no haya más suscripciones y que alguien no haya vendido 50 o más. Pero pienso que demuestra el potencial que existe. Si 16 personas compraron suscripciones aquí, o sea casi 10% de los obreros, y ni siquiera he hablado con todos.
Puse el número especial sobre la campaña para recaudar fondos en todos los periódicos que repartí y les dije a todos que iba a regresar para hablar de qué piensan, cómo quieren participar y si quieren hablar más a fondo. Tengo muchas ganas de enterarme de lo que piensan.
La gente necesita el periódico. Hasta cierto punto lo quiere. No entiende que es un sistema, que hay clases y puntos de vista de clase, y que la prensa, el gobierno, el Partido Demócrata, todos son representantes del sistema. Esto es algo que puede liberar a la mente a actuar de una manera diferente, que es lo que quieren, pero necesitan que alguien los lleve a pensar de una manera diferente.
Hay que distribuir Revolución más ampliamente y vender más suscripciones. El mundo está apaleando nuestra conciencia en este momento, la situación siempre está cambiando, así que hay que seguir tendiéndoles una mano.
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Revolución #114, 30 de diciembre de 2007
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“Allí iremos…”
Anduvimos en el carro yo y unos amigos y ya nos habíamos llenado de cotorrear y cantar; yo por viejito estaba dando cabeceadas cuando uno de mis amigos preguntó que si queríamos escuchar el nuevo de Springsteen. Yo había escuchado “Long Way Home” (Largo camino a la casa) en YouTube y mi impresión fue: “Ah qué novedad, Springsteen quiere que Estados Unidos cumpla con ‘su promesa’, noticias a las 11”, pero dije, ¿por qué no darle otra pruebadita?
Y me quedé embelesado desde la explosión rítmica de rabia “¿hay alguien vivo por allá?” de la primera pieza. Al escuchar el resto del disco, lo que me afectó más a fondo no eran tanto lo memorable y variado de las melodías ni lo poética de la letra sino lo que expresaban: una profunda rabia contra lo que considera traición. (Al investigarlo más tarde, descubrí que esa era la intención explícita de Springsteen). Aunque me había caído bien Ghost of Tom Joad, Springsteen no se ha entregado con la intensidad de este nuevo disco desde Darkness on the Edge of Town o unas de las canciones en The River, dos discos que compuso hace casi 30 años. “El golpe a la tripa” de Darkness regresa en Magic, pero en muchas maneras la rabia y angustia que expresa son más profundas o quizás más tajantes, y ciertamente más políticas.
Sea como sea, Magic es una obra de arte para hoy día. Canción tras canción hace uso de esta tensión para abrir las venas de la sociedad estadounidense y inspeccionar el veneno que corre por ellas en estos días. No voy a analizarlas detalladamente aquí: escuchen el disco desde el principio hasta el fin. Luego darle otra pasada con la letra en la mano. Tiene muchas dimensiones, pero un tema principal es el impacto de los años criminales de Bush en el corazón de los millones de estadounidenses callados. En algunas canciones las relaciones románticas interpenetran con el horror de estos tiempos de una manera tanto alegórica como textual; lo que la gente hace, y lo que no hace, le tiña políticamente y le corrompe la vida más íntima. Un beso sencillo el día de los comicios deja “el sabor a sangre en la boca”. Escuchen “Last to Die” (El último que muere) en la cual se entrelazan una relación que está por terminar y las guerras yanquis en el Medio Oriente.
De la sangre derramada ni cuentas sacamos
A la calle sacamos los muertos anónimos
Luego, como a la mitad del disco, traído por y en contaste con el rock del E Street Band, sale la canción del título “Magic” (Magia), de bajo volumen y de salvaje intensidad. El narrador es un charlatán que se reconocerá como elemento histórico y profundamente arraigado de la psique estadounidense, pero al mismo tiempo es tan contemporáneo como la más reciente rueda de prensa presidencial. Explora ese cruce de caminos donde, como dijo una vez Bob Avakian, “la epistemología y la moral se encuentran”, donde “voluntarios dispuestos” a sabiendas tragan el cuento de que (en las palabras de otra canción del disco) “aquí todavía no ha pasado nada de eso”. Es una canción muy impactante, que resuena en muchas dimensiones y se entiende por distintos niveles de profundidad. Sus últimos versos recuerdan la canción antiracista “Strange Fruit” (Fruta extraña) de Billie Holliday”:
Por el camino caen las tinieblas
Por los árboles cuelgan los cuerpos
Por allí iremos, por allí iremos
Esta vez cuando escuché “Long Walk Home”, la penúltima canción del disco, se me hizo más significante, como si la angustia que expresa fuera producto de todo un proceso y el “largo camino” ya no trataba tanto de consolarse con un “punto de vista de largo plaza de que el péndulo regresará” sino una tentativa a captar lo lejos que hemos caminado hasta una situación tan abiertamente cruel y malévola: hasta cuestionar, o empezar a cuestionar, si “la casa” aún existe siquiera. He aquí una paradoja: el hecho de que Springsteen cree inveteradamente en lo que él se refiere a la “idea americana” puede que le cause más coraje que a los que tienen una crítica más radical de la sociedad. Estuve platicando con una amiga que se está dándole con todo el corazón para El Mundo no Puede Esperar, y a los dos nos afectó mucho el disco y sentimos que expresa la profunda fuente de apoyo en potencial para este movimiento. Springsteen, y los millones por quién y a quiénes canta, son parte de las personas que podría y debería vestirse de naranja, salir a la calle, actuar de una manera que valga la pena contra todo el malo que nos está cayendo encima, personas a las cuales debemos luchar para que no “queden cruzadas de manos y dejen que así sea” (para usar las palabras de Springsteen en “Jungleland”). Cierto, no hemos descubierto cómo abrir las puertas para que se suelte la fuente y bañe esta tierra manchada de sangre, pero carajo este disco es otro comprobante más de que existe la base para hacer precisamente eso y de que no debemos aspirar a menos.
Pero Magic trae una gran contradicción. Ofrece canciones muy conmovedoras que evocan las dudas y sufrimientos de los veteranos estadounidenses de la guerra de Irak. Pero, aparte de “a la calle sacamos los muertos anónimos”, no aparecen personajes afganos ni iraquíes en el disco. Escuchamos a los soldados estadounidenses muertos o destruidos y sus amigos y seres queridos heridos, y sentimos su dolor. ¿Pero dónde están las voces y los retratos de los presos de Abu Ghraib, de las víctimas y sobrevivientes de Haditha o Faluya o Guantánamo? Sí, sí, yo sé: Springsteen habla de lo que conoce. Pero llamó a los sobrevivientes del 11 de septiembre que desconocía como parte de componer The Rising, y goza de los recursos para conocer y hacer arte para las masas en sus millones que trata las víctimas que Estados Unidos ha jodido más. Este disco tiene valor, pero pudo haber sido más valiente, y debió haberlo sido.
Este tipo de limitación viene de paquete con la “idea americana”, ya altamente idealizada y a estas alturas, brutalmente ridícula, que mantiene encerrado a Bruce Springsteen y a tantos más. Su esperanza en la dichosa “promesa americana”, ante tanto comprobante al contrario, los lleva inevitablemente a una estrechez de miras que no permite rebasar la idea de que las vidas estadounidenses valgan más y que el sufrimiento estadounidense sea más significante que las vidas en el extranjero y el sufrimiento que Estados Unidos les inflija. Se niega a desafiar a los demás estadounidenses a imaginarse en “otro pellejo” que no sea el estadounidense. No se desencadenará esa fuente contra las “nuevas normas” criminales del gobierno de Bush en la gran escala necesaria, ni menos habrá un cambio más fundamental, sin desafiar y luchar duro contra las creencias arraigadas y todo el modo de pensar que por una parte impelen a Springsteen a hacer un disco como Magic y por otra encierran a él y a muchos de sus fieles aficionados en un chaleco de fuerzas mental de que “hay que volver a nuestro país a lo que antes era”.
¿La “idea americana”? Me recuerda de una pregunta que plantea “The River”: “¿si un sueño no se realiza, sería mentira... o algo peor?” Se expresa una alienación profunda en unas de las canciones de Magic: escuchen de nuevo “Long Walk Home” y fíjense cómo el narrador ni reconoce a la gente con quien creció, cómo llora la pérdida de la idea de que “hay cosas que no hacemos” y cómo incluso duda de que si “la casa” aún exista (“las ventanas del restaurancito estaban cerradas con tablas, con un letrero que solo dijo ‘no están’”). Esa alienación o se resbala hacia una retirada cínica de los sin esperanza (y al último ufanos)... o abre una brecha hacia una oposición y comprensión mucha más profundas, basadas en la plena realidad de esta sociedad. Esa pregunta de “The River” ha quedado suspendida para Springsteen y su público durante casi 30 años, pero no puede quedar así para siempre. Y mucho depende de cómo llegan a contestarla millones de personas.
Escuchen a Magic. Luego desafíen a quienes para las cuales y a las cuales habla.
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Revolución #114, 30 de diciembre de 2007
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HAY QUE VER
The Golden Compass (La brújula dorada) es un cuento de aventuras emocionante e imaginativo que defiende a los que luchan contra la obediencia a la autoridad y la iglesia. La película, que está en los cines actualmente, está basada en la primera parte de una trilogía de libros llamada His Dark Materials (La materia oscura), de Philip Pullman. The Golden Compass es la historia de dos mundos paralelos. La protagonista es una muchacha tosca, valiente y de recursos llamada Lyra, que desobedece una autoridad religiosa represiva cuya meta es moldear una población sumisa y obediente. En el mundo actual, a la iglesia católica no le gustan estos libros ni tampoco esta película. La Liga Católica publicó un folleto que ataca The Golden Compass; del autor dice: “Su objetivo es despotricar contra el cristianismo y fomentar el ateísmo”. Un distrito escolar católico de Toronto acaba de prohibir los libros en su biblioteca. El Vaticano condenó la película y está presionando a la compañía productora, New Line Cinema, a no producir otras dos películas basadas en la trilogía.
En una entrevista que le hizo Canadian TV, Philip Pullman dijo: “Lo que deben hacer si no quieren que nadie lea el libro es no decir nada al respecto… Si uno quiere que el libro se lea, debe armar un lío para que sea polémico. Diles a los niños que bajo ninguna circunstancia deben leer este libro. ¿No es esto lo que los va a convencer a leerlo?” Ve a ver The Golden Compass y juzga por ti mismo… y lleva tus amigos contigo.
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Revolución #114, 30 de diciembre de 2007
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