Miles de personas marchan en Washington, D.C. en defensa de los derechos de los pueblos indígenas y en oposición al oleoducto Dakota Access
“¡Ciudad por ciudad! ¡Bloque por bloque! ¡Debemos respaldar a Standing Rock!”
17 de marzo de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us
Come on out for lunch DC ppl. Make #StandingRock March even longer!#NoDAPL #NativeNationsRise pic.twitter.com/K6IvIZkSrS
— ChuckModi (@ChuckModi1) March 10, 2017
Miles de personas llenaron las calles de Washington, D.C. en apoyo de lucha en Standing Rock. (Foto: @collinrees / Twitter)
Los manifestantes desafiaron el viento, la lluvia y el granizo, y el régimen fascista de Trump. (Foto: @tommiesunshine / Twitter)
Frente al Hotel Trump en el D.C., los manifestantes corean “¡Trump debe irse!” (Foto: @aku_matu / Twitter)
Coreando “¡Ciudad por ciudad! ¡Bloque por bloque! ¡Debemos respaldar a Standing Rock!”, miles de personas de todo Estados Unidos marcharon en Washington, D.C a la Casa Blanca para oponerse al oleoducto Dakota Access y defender los derechos de los pueblos indígenas. La marcha desafió al régimen de Trump así como al frío, viento y granizo intensos. Fue el eje de cuatro días de protesta, un concierto y otros eventos en el D.C. La gente llevó enormes marionetas como un “oleoducto” de forma de una serpiente negra con “NO AL OLEODUCTO” inscrito en ella, y estandartes y banderas de muchas tribus indígenas.
Durante el año pasado y más, la batalla de la tribu de Standing Rock en las Dakotas contra un oleoducto de $ 4 mil millones ha sido un epicentro de la batalla por la supervivencia de los pueblos indígenas y la defensa del medio ambiente. Miles de personas, de todas partes del mundo, se unieron a la resistencia en Standing Rock. Participaron más de doscientas tribus nativas, la mayor reunión de tribus nativas en resistencia en la historia de Estados Unidos. La marcha en el D.C. incluyó un contingente de unas 200 personas de la tribu sioux de Standing Rock.
Bajo la administración de Obama, arrestaron a casi un millar de personas simplemente por oponer resistencia al oleoducto, muchas de ellas brutalizadas por policías militarizados y mercenarios privados que trabajaban para la compañía de oleoductos. Al mismo tiempo, ante la indignación mundial por el insulto, los daños y el peligro de un oleoducto masivo que infringe los derechos de los pueblos indígenas, la administración Obama suspendió temporalmente la construcción justo antes de las últimas elecciones. Pero solo cuatro días después de la toma de posesión de Trump, uno de los primeros actos de su régimen fue el de eliminar todos los obstáculos gubernamentales al oleoducto. (Ver “Orden de Trump da luz verde al oleoducto Dakota Access”). Y el 7 de febrero, detuvieron a 77 personas en Standing Rock, algunas bajo graves cargos penales.
Defender a los pueblos indígenas y el medio ambiente en la era de Trump
En el período desde que Trump asumió el cargo, y en las acciones en el D.C., los activistas en la batalla de Standing Rock han expuesto las conexiones entre la batalla de Standing Rock, los crímenes históricos y actuales del presente sistema y la crisis particular que el régimen de Trump representa. La ruta de la marcha pasó por delante de la puerta del hotel de Trump en el D.C., donde los manifestantes montaron un tipi y corearon: “¡Donald Trump tiene que irse!”
Kristina Elote de la Nación Apache Jicarilla en Nuevo México llevaba una enorme gorra de “Hacer que Estados Unidos vuelva a ser grandioso” con una decoración especial: dijo a los periodistas: “Vi la gorra por todas partes y la odié. Quería hacer algo al respecto, así que puse una flecha a través de ella”.
En un discurso cerca de la Casa Blanca el viernes, el presidente de los sioux de Standing Rock, David Archambault II, dijo: “Muchas tribus de todo este país y las naciones indígenas de todo el mundo se forcejean con este mismo problema: el espíritu imperialista y conquistador está tan profundamente arraigado en la sociedad occidental y capitalista que cientos de años más tarde, nuestro gobierno utiliza los mismos argumentos para negar la seguridad y el bienestar de poblaciones enteras. No sólo desprecian a las personas de origen diferente, sino que no respetan los derechos de tratados de los americanos originales.
“Estamos en territorio oscuro y desconocido. Cada día se emiten amenazas muy concretas a nuestra forma de vida y nuestra libertad, y hacemos frente a un verdadero desmantelamiento de nuestro país tal como lo conocemos”.
Y dijo: “Compañeros estadounidenses; aliados — estoy con ustedes. Espero que entiendan que esta es la manera que mis compañeros indígenas nos hemos sentido durante siglos. Ahora estamos todos en el mismo barco. Nos enfrentamos a un régimen que no tiene ningún respeto por los valores estadounidenses, y que no vacila en desafiar la ley para beneficiar a las payasadas inmaduras de un líder desquiciado y sus amigos adinerados.
“Estamos aquí para resistirnos al odio y al miedo. En todo el país vemos protestas y marchas. Es obvio que estamos en un punto de inflexión donde inevitablemente debemos defender lo justo. Nunca antes en el Territorio Indio hemos experimentado el nivel de conciencia pública y fuerza en diversos números que vemos ahora. Hemos llegado a un momento crítico en el que los ciudadanos se dan cuenta de que debemos defender el núcleo de la humanidad”.
Entrevistado poco después de su arresto en Standing Rock el 7 de febrero, Chase Iron Eyes —que ha estado en la primera línea de la resistencia en Standing Rock y es un iniciador de Refuse Fascism / Rechazar el Fascismo— le dijo a Carl Dix: “[e]stá claro que Trump representa los intereses del estado corporativo. Efectivamente, se sabía desde el comienzo que era el fascismo, en su forma verdaderamente moderna. Y Standing Rock va a ser uno de los epicentros, como lo fue cada aeropuerto durante la prohibición contra los musulmanes, como probablemente otra reserva india vaya a ser cuando traten de construir el muro. Hay algunas naciones indígenas que van a decir, no, no van a construir un muro aquí.”. (Ver “Sobre la batalla en Standing Rock y oponer resistencia a Trump: ‘Todo el país va a tener que ponerse de pie y correr riesgos’”).
La resistencia al pisoteo de los derechos de los pueblos indígenas y la destrucción del medio ambiente se ha extendido en los últimos meses. Las personas indígenas y otros, incluidos veteranos del campamento de Standing Rock, se resisten al oleoducto Trans-Pecos en Texas, el oleoducto Bayou Bridge en Luisiana y el oleoducto Sabal Trail que transportaría gas natural de Alabama a Florida central. Estos oleoductos amenazan la seguridad del agua de millones de personas, son pesadillas ambientales y contribuyen a llenar el aire con aún más productos de combustibles fósiles, así intensificando el cambio climático mortal.
Hay grupos de personas que siguen acampados en el área de Standing Rock, y al mismo tiempo los activistas han pedido que se difunda la lucha por todo Estados Unidos. Ha habido protestas en ciudades y universidades alrededor del país, entre ellas una marcha de 2.000 personas en Los Ángeles el 5 de febrero.
La resistencia heroica en Standing Rock y más allá arroja una luz brillante sobre el crimen histórico y actual del genocidio y el robo de las tierras de los pueblos indígenas que es parte de los cimientos de lo que los gobernantes estadounidenses llaman “la tierra de los libres”. El régimen de Trump y Pence está empeñado en llevar las cosas a un estado completamente diferente y mucho peor. En sus primeros días en el cargo, comenzaron a destruir las muy mínimas restricciones a la devastación ambiental y a despreciar las demandas justas de los pueblos indígenas. Pretenden cohesionar la sociedad estadounidense en base de la supremacía blanca más extrema y abierta. Y, aun más allá de todo eso, se apuran a imponer la represión fascista. La resistencia y el apoyo a Standing Rock deben propagarse y estar más decididos. Y lo más importante, por el bien de la humanidad, hay que expulsar a este régimen antes de que pueda consolidar plenamente su control de las riendas del poder.
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