Charlottesville, Virginia:
Mil manifestantes se enfrentan a unos defensores klanistas de la esclavitud
19 de julio de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us
Anteriormente este año, el consejo municipal de Charlottesville, Virginia decidió retirar una estatua del general confederado Robert E. Lee de un parque público — Lee, el general que dirigió una guerra para defender y expandir la esclavitud de la gente negra. El consejo también cambió el nombre del parque del Parque de Lee al Parque de la Emancipación.
Como ha ocurrido en otras ciudades, la decisión de eliminar estos símbolos / celebraciones flagrantes de la ESCLAVITUD provocó la indignación de toda clase de escoria supremacista blanca — tanto aquellos con posiciones oficiales como los trogloditas. En mayo, una manifestación nocturna de 100 personas con antorchas encendidas, algunas con armas automáticas, coreó: “A nosotros [los blancos] no nos reemplazarán”. El sábado 8 de julio, los del Ku Klux Klan (KKK) volvieron a celebrar un mitin, y se encontraron frente a una enorme contra-protesta.
El KKK había anunciado de antemano que iban a llegar armados a su manifestación, y la ciudad les concedió un permiso para su marcha.
Un pequeño puñado, unas dos docenas, de klanistas se presentó con las batas blancas del KKK puestas, pistolas en fundas, izando banderas confederadas y gritando consignas sobre el “poder blanco”. Y una multitud de unos 1.000 contra-manifestantes, de muchas nacionalidades, se reunieron para CALLAR A ESOS HIJOS DE PUTA. La contra-protesta la organizaron miembros de La Vida de los Negros Importa y el grupo Charlottesville Se Planta a Favor de la Justicia Racial. La gente gritó, “vergüenza” y “lárguense racistas”.
Más de un centenar de policías estaba presente y (como de costumbre) formaron una línea para PROTEGER al KKK, y atacaron a aquellos que tomaban una posición decidida contra la supremacía blanca y la esclavitud. Vestidos de equipo antidisturbios, los policías les declararon “una asamblea ilegal” a los contra-manifestantes, lanzaron gas lacrimógeno y spray de pimienta para dispersar a la multitud, y arrestaron a 23 manifestantes anti-KKK.
Jalane Schmidt, profesora de la Universidad de Virginia quien está entre los que han estado pidiendo la remoción de la estatua, estaba presente y dijo a los periodistas: “Es importante para mí estar aquí porque se ignoró al Klan en los años 1920 y metastatizaron. Necesitan saber que su ideología no es admisible. Doy clases sobre la esclavitud y la historia afroamericana y es importante enfrentarse al Klan y hacer frente a los demonios de nuestra historia colectiva y nuestro pecado original de la esclavitud. Lo hacemos en nombre de nuestros antepasados a quienes aterrorizaron”. (Washington Post, 8 de julio de 2017)
Se crecen la demanda y el movimiento en muchas ciudades para derribar los monumentos confederados. Y el KKK y los supremacistas blancos se emergen reptando de abajo de las rocas, armados, para defender la “cultura blanca”, su “estilo de vida” racista y lo que consideran una historia gloriosa del Sur, es decir, para defender la ESCLAVITUD.
Esta batalla entre defensores de la esclavitud y todos aquellos que reconocen la necesidad de adoptar una posición decidida en contra de la supremacía blanca se intensifica ya que los del KKK en varias ciudades prometen celebrar más protestas contra la eliminación de los monumentos confederados. En Charlottesville se programa un mitin para “Unificar a la derecha” para el próximo mes.
¿Qué dice acerca de Estados Unidos que más de 100 años después de la guerra de Secesión hay alrededor de 1.500 nombres de lugares y otros símbolos confederados en espacios públicos, tanto en el Sur como en toda la nación; y que ahora, cuando se comienzan a quitar estos símbolos odiados de la supremacía blanca, provoca una acalorada batalla?
Este es un sistema completamente ilegítimo cuya historia entera está empapada de la supremacía blanca y la opresión de los negros, las que continúan en muchas formas hoy en día. Y como señaló revcom en mayo, cuando el KKK se reunió en Charlottesville: “Esta defensa, teñida de violencia, de los dueños de esclavos y regímenes genocidas del pasado no tiene que ver solamente con ‘la historia’, sino que es el terrorismo FLAGRANTE dirigido específicamente contra el pueblo negro, y más ampliamente contra todos los grupos bajo ataque por el régimen de Trump y Pence: los inmigrantes, los musulmanes, las personas LGBTQ, y cualquiera que los apoye”.
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