América Latina:
El saldo espantoso de la dominación imperialista y el negacionismo del coronavirus

| revcom.us

 

El virus de la Covid-19 llegó tarde a América Latina, con el primer caso confirmado el 5 de marzo. Pero en los últimos dos meses se ha propagado como un fuego rugiente entre los 700 millones de personas de la región. Se ha cebado de la desesperada pobreza, endeudamiento y sistemas sanitarios disfuncionales que son el resultado de 500 años de pillaje por el colonialismo europeo y la continua dominación del imperialismo, especialmente el estadounidense. Y el “negacionismo del coronavirus” ha contado con cancha libre de parte de varios importantes dirigentes políticos burgueses, “dirigentes” que primero se burlaron de la enfermedad, luego se resistieron a toda medida para contenerla o mitigarla, y luego mintieron sistemáticamente en relación al saldo de muertos, aunque los hospitales ya estaban abrumados y los cadáveres se amontonaban en las morgues.

Los efectos combinados de todas estas fuerzas han convertido los hospitales, las morgues, los vecindarios e incluso ciudades enteras en literales paisajes infernales que hacen que las creaciones de Stephen King se parezcan a cuentos infantiles.

Pobreza profunda, endeudamiento, atención sanitaria limitada

A los defensores del imperialismo les gusta jactarse de la “modernización” de América Latina en los últimos decenios, y señalan el crecimiento de una clase media modesta, fábricas modernas y distritos prósperos en las grandes ciudades. Ostentan a Brasil, en particular, diciendo que está “en camino” de ser una nación “desarrollada”.

Pero debajo del brillo se ve la realidad de que la riqueza generada en estos países se hace sobre la base de la explotación brutal y pulverizadora de los trabajadores de las minas, los molinos y las fábricas, los campesinos de los pequeños cultivos y las grandes plantaciones, las personas que tratan de escapar de la pobreza desesperada que atrapa a cientos de millones. Y se exprime la mayor parte de esa riqueza en beneficio de los países imperialistas y los banqueros que son los dueños o hacen fuertes inversiones en gran parte de la capacidad productiva, dejando atrás un delgado barniz de “prosperidad”.

En Brasil, “...casi la mitad de la población no tiene acceso a servicios de saneamiento y una cuarta parte vive en la pobreza.... en las favelas más pobres quizás de 8 a 10 personas compartan una casa de dos habitaciones, sin perspectivas de distanciamiento social”. Las enfermedades prevenibles o tratables, como el dengue, la fiebre amarilla y el paludismo, siguen acechando y debilitando a millones de personas. En América Latina en su conjunto, el 45 por ciento de las personas trabajan en la “economía informal” sin prestaciones ni seguridad, y el gasto público en atención sanitaria es menos de una cuarta parte per cápita de lo que es en muchos países europeos1.

Además, los gobiernos latinoamericanos tienen que evaluar cómo manejar una crisis sanitaria pública tomando en cuenta a los gobiernos e inversionistas imperialistas que ejercen un enorme apalancamiento financiero. Así que hay una tremenda presión para mantener la economía en marcha, mantener esas fábricas produciendo productos que encajen en la cadena de suministro global, mantener la recaudación de esos impuestos para que puedan pagar los préstamos.

Los gobiernos que no cedieron a esta presión han manejado mucho mejor la pandemia, pero se les está haciendo pagar un precio terrible. Según la NPR, a fines de marzo, el gobierno argentino reconoció que “su sistema de salud, que carece de fondos suficientes, se vería rápidamente desbordado” y que “podríamos tener 250.000 muertes si no hacemos nada”. Así que el 20 de marzo, impusieron un cierre y prohibición de viajar por ocho semanas a nivel nacional. Como resultado, Argentina, con 45 millones de habitantes, sólo ha tenido 363 muertes confirmadas de la Covid-19 hasta ahora.

Pero ahora los buitres imperialistas les están presionando: el cierre hizo imposible que Argentina cumpliera con el próximo pago de 500 millones de dólares de su deuda, lo que significa que podrían entrar en mora. Según el New York Times: “Los acreedores internacionales han rechazado el plan que presentó Argentina para reestructurar su deuda” a fin de tomar en cuenta el impacto de la pandemia, así que el incumplimiento es casi seguro. ¡Quieren su dinero y lo quieren ya!

Esa experiencia arroja cierta luz sobre la “epidemia” de negacionismo del coronavirus entre muchos otros dirigentes latinoamericanos que temían más el trastorno económico que implica enfrentarse seriamente a la pandemia, que la muerte en masa que traería el virus. El presidente fascista de Brasil, Jair Bolsonaro, imitó a su amigo Donald Trump al afirmar que la Covid era tan sólo “una pequeña gripe” y que “los brasileños no se contagiarán de nada... ya tienen los anticuerpos para impedir que se propague”. Bolsonaro chocó fuertemente con los gobernadores de los estados en torno a las órdenes de refugiarse en el lugar.

Y asimismo, según la Brookings Institution, el presidente “populista” de México “Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se empeñó en vagar públicamente por las calles, tuiteando fotos y besando a un bebé el 21 de marzo. Instaba a la gente a relajarse y a leer la famosa novela de García Márquez El amor en los tiempos del cólera”. Fue necesario que los tribunales federales le dieran una orden a AMLO para que tomara medidas para proteger a la gente contra la epidemia. El ex guerrillero de izquierda y actual presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, encabezó un desfile “El amor en los tiempos de la Covid-19” el 14 de marzo.

El infierno sin frenos

Guayaquil, Ecuador:

La ciudad portuaria de Guayaquil, con unos tres millones de habitantes, fue duramente golpeada, con hospitales completamente desbordados. Un médico le dijo al New York Times: “Había gente muriéndose a las puertas de nuestras clínicas y no teníamos cómo ayudarlas. Madres, esposos, pidiendo entre lágrimas una cama, porque ‘tú eres doctor y tú nos tienes que ayudar’”. En otro hospital, un médico informó: “‘Había cadáveres en sillas de ruedas, en camillas, y en el piso en el área de urgencias, y el olor era tal que el personal se negaba a ingresar a esa zona….’ Varios de sus colegas, médicos en el mismo hospital, se enfermaron y esperaron en sillas de ruedas a que los pacientes murieran para tener la oportunidad de usar un ventilador [respirador]”.

La CNN informó sobre una mujer que esperó 24 horas en el hospital para que su madre consiguiera una cama; finalmente una enfermera la llevó a un lado y le dijo: “Si tienes el dinero para tratar a tu madre en casa, hazlo. Si la dejas aquí, ella morirá”. Otro hombre le dijo a la CNN que cuando su padre se enfermó, manejó cuatro horas y se le negó la admisión en 10 hospitales, antes de ser finalmente aceptado en el onceavo. Y cuando a su padre le dieron una habitación, ¡la tuvo que compartir con dos cadáveres!

Pero no sólo los hospitales estaban abrumados, sino también las morgues y las funerarias. Cuando el padre del hombre se murió, el hospital perdió el rastro de su cuerpo entre los cientos de muertes, así que lo enviaron a la morgue para buscarlo: “Había cuerpos amontonados uno encima del otro. Entrar en esa habitación, es como entrar al infierno”. Incapaz de encontrarlo, volvió cuatro días seguidos y buscó entre 250 cuerpos, muchos de ellos descompuestos en espacios no refrigerados.

Las funerarias también estaban abrumadas. Primero la gente hacía los entierros en ataúdes de cartón, luego incluso eso se hizo imposible y los dejaban en la calle para que los recogieran. Según el New York Times: “En los vecindarios más pobres de la ciudad, algunos habitantes dijeron que tenían que esperar hasta seis días a 90 grados de temperatura para que los servicios de urgencias recogieran los cadáveres de los parientes y vecinos fallecidos”.

En este momento, el número oficial de muertos por la Covid-19 para todo el Ecuador es de 2.688. Pero como dijo el alcalde de Guayaquil: “Nunca sabremos cuál es la cifra real, porque no hay pruebas”.

Manaos, Brasil:

Manaos, una ciudad de más de dos millones de habitantes, se considera la “puerta de entrada” a la vasta región del Amazonas. En abril, aparecieron fotos impactantes de entierros en masa. The Guardian informó:

El domingo enterraron 140 cuerpos en Manaos, la capital flanqueada por la selva del estado de Amazonas. El sábado, 98. Normalmente la cifra estaría más cerca de 30, pero ya no son tiempos normales.

“Es una locura, de plano una locura”, dijo Gilson de Freitas, un trabajador de mantenimiento de 30 años de edad cuya madre, Rosemeire Rodrigues Silva, fue una de las 136 personas enterradas allí el martes pasado... [Freitas] recordó haber esperado con desesperación mientras bajaban sus restos a una zanja fangosa junto a quizá otros 20 ataúdes.

“Los arrojaron ahí como perros”, dijo. “¿Cuánto valen nuestras vidas ahora? Nada”.

El alcalde de la ciudad, Arthur Virgílio, pidió ayuda internacional urgente. “No estamos en estado de emergencia, estamos mucho más allá de eso. Estamos en un estado de desastre total... como un país que está en guerra, y ha perdido”, dijo.

Una vez más los hospitales se vieron desbordados. La CNN informó que ponían a las personas que llegaron por enfermedades o lesiones no relacionadas con la Covid en habitaciones con pacientes positivos para la Covid, y contrajeron la enfermedad y murieron. Un médico informó que “las salas de maternidad se convirtieron en una de las principales áreas de infección porque no existe un plan de aislamiento”, y que los médicos están expuestos al virus debido a los bajos niveles de personal y a la falta de equipo protector personal (PPE).

El 5 de mayo, Bolsonaro dijo que “lo peor ya había pasado” en Brasil. Ese día el saldo de muertes a nivel nacional rompió su anterior récord. Y al día siguiente, lo rompió de nuevo. Al cierre de esta edición, según el recuento oficial, Brasil es el quinto país con más casos en el mundo, con casi 16.000 muertes. Las cifras reales son ciertamente mucho más altas.

Ciudad de México, México:

Al parecer, el presidente López Obrador (AMLO) ha hecho un trabajo efectivo... de ocultar la devastación causada por el coronavirus a gran parte de la población y más o menos mantener las fábricas en marcha para complacer a Estados Unidos. El gobierno ha suprimido la verdad del número de muertes — según el New York Times, las cifras que el gobierno nacional da a conocer públicamente para las muertes en la Ciudad de México son un tercio del número de muertes que la ciudad está reportando al gobierno federal (que ciertamente también son subestimaciones). El secretario de salud de AMLO afirmó que “hemos aplanado la curva”, y el propio AMLO dijo hace poco: “Lo que el mundo sabe de México es que estamos domando la pandemia, y estamos haciendo esto básicamente porque los mexicanos están haciendo un esfuerzo consciente”.

Esto ha sido mortal. A principios de mayo un médico de la Ciudad de México le dijo al New York Times: “Es como si viviéramos nosotros los doctores en dos mundos distintos, uno es dentro del hospital, donde los pacientes están muriendo y están muy graves. Y el otro es cuando salimos a la calle y vemos a la gente caminar, despreocupada, viviendo su vida normal sin idea de qué tan grave es la situación”. El mismo artículo incluía una foto de una estación del metro densamente hacinada en la Ciudad de México con muy poca gente con máscaras. Sky News cita a un hombre que acababa de enterrar a su madre: “La gente no lo entiende porque hay mucha gente que sigue saliendo sin máscara, siguen jugando en los parques. Pero el gobierno tiene la responsabilidad de dar números reales, cifras reales, para que la gente esté informada de lo que pasa, que hay muchos casos”.

Y reportan que “prácticamente no hay distanciamiento social, y los mercados al aire libre y algunos negocios operan normalmente”.

Pero de nuevo, ¿cuál es la realidad? Un informe de Sky News:

Actualmente hay un atraso de tres días para la cremación en todos los crematorios públicos de la ciudad y los trabajadores de los crematorios en los últimos días han indicado que se tendrán que hacer más entierros porque la capacidad de quema está desbordada. Grandes nubes de humo negro salen sobre los panteones porque los hornos están haciendo cremaciones a nivel industrial en la ciudad, pero los cadáveres no dejan de llegar.... En trajes de protección contra materiales peligrosos, el personal del crematorio trabaja las 24 horas al día llevando los cuerpos a enormes hornos para su disposición.

Sky News visitó o habló con 30 crematorios, y determinó que creman un promedio de 600 cadáveres al día, aproximadamente el 90 por ciento de ellos son víctimas de la Covid-19, y esto no cuenta a las personas que están enterradas. Además, calcularon que el número oficial de muertes del gobierno en la capital es menos de una quinta parte de las muertes reales.

Sky News concluye su informe sobre México con estas palabras:

A falta de una vacuna o un milagro, el efecto en esta sociedad y en la ciudad podría ser totalmente catastrófico.

¡Eso es muy cierto! Pero lo que tiene aún más importancia es que a menos que se haga una revolución que se deshaga del sistema imperialista y cree una sociedad socialista que priorice las necesidades de la humanidad, el efecto sobre la humanidad será “completamente catastrófico”.


1. Vea The Lancet, South America prepares for the impact of COVID-19 [América del Sur se prepara para el impacto de la Covid-19], 29 de abril de 2020, y Brookings Institution, Order from Chaos: As coronavirus hits Latin America, expect serious and enduring effects [Orden en medio del caos: Al azotar el coronavirus a América Latina, se esperan efectos serios y duraderos], 26 de marzo de 2020. [volver]


En las palabras de un médico: “Había gente muriéndose a las puertas de nuestras clínicas y no teníamos cómo ayudarlas. Madres, esposos, pidiendo entre lágrimas una cama, porque ‘tú eres doctor y tú nos tienes que ayudar’”. Algunas personas se acurrucan cerca de un joven en la acera fuera de una clínica, Guayaquil, Ecuador, 16 de abril. (Foto:  AP)

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En América Latina la Covid-19 se ha cebado de la desesperada pobreza, endeudamiento y sistemas sanitarios disfuncionales que son el resultado de 500 años de pillaje por el colonialismo europeo y la continua dominación del imperialismo, los hospitales están muy abrumados por los enfermos y los cadáveres se están amontonando en las morgues. En la imagen, acomodan los cadáveres hasta que puedan enterrarlos, Guayaquil, Ecuador. (Foto: Toma de pantalla de Al Jazira)


En Brasil, los panteones llevan a cabo los entierros en fosas comunes debido a la gran cantidad de muertes por la Covid-19. Unos familiares lloran en el sitio de un entierro en masa, Manaos, Brasil, 21 de abril. (Foto:  AP/Edmar Barros)

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La pandemia del coronavirus: Una página de recursos

  • Bob Avakian sobre la revolución y la pandemia del coronavirus
  • ¿Qué ES el coronavirus de la Covid-19 y qué saben los científicos sobre esto?
  • ¿De qué manera el sistema capitalista-imperialista hace que el efecto del coronavirus sea peor de lo que tiene que ser?
  • ¿De qué manera las “crueles desigualdades” del sistema se manifiestan en la forma en que este virus afecta a diferentes sectores de la gente? ¿A quiénes impacta peor y por qué?
  • ¿De qué manera la revolución manejaría el coronavirus o epidemias similares si tuviera el poder del estado?
  • ¿Cómo se está resistiendo la gente en Estados Unidos y en todo el mundo? ¿Qué es lo que deberíamos estar haciendo en este momento?

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