ALERTA: El proyecto de ley de Georgia tipo Jim Crow para suprimir el derecho de votar (de los negros) ya es ley… y “modelo” para otros estados

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El 25 de marzo, la guerra de los republi-fascistas contra el voto de la gente de color de las nacionalidades oprimidas dio un gran salto cuando el gobernador de Georgia, Brian Kemp, rubricó como ley un proyecto de ley de 98 páginas que pone múltiples obstáculos nuevos en el camino de los votantes negros, latinos y de color y los votantes pobres, por encima de los obstáculos que ya enfrentan. El objetivo es amarrar el control republi-fascista del estado de Georgia, garantizar que Georgia “vote por los republicanos” en las próximas elecciones al Congreso federal y a la presidencia, sin importar lo que quiera la mayoría de la gente, y reducir a los negros a una ciudadanía de segunda clase despojándolos de derechos fundamentales.

Ahora Georgia te enviará a la cárcel por ofrecer agua a alguien que está esperando para votar

Esta nueva ley restringe drásticamente el voto por correo postal, lo que asegura que estén aún más largas las colas de esperar para votar de hoy que ya duran horas en los distritos electorales de negros y latinos... y además hace que sea delito distribuir comida o agua a las personas que esperan en esas colas. Bajo la ley las urnas se cierran a las 5 p.m. Como bien saben los fascistas, muchas o la mayoría de las personas de color tienen trabajos de baja paga y no pueden simplemente “tomarse el día libre” para votar ni decirle a su jefe “Tengo que tomar unas horas, ya volveré”.

El proyecto de ley permite que cualquier georgiano impugne el derecho de votar de todas las personas que quiera: potencialmente una magnífica oportunidad para los supremacistas blancos y una horrible campaña de intimidación contra los negros y otras personas de color.

En su conjunto, estas medidas son una tapadera, que desempeña exactamente el mismo papel que el impuesto para votar, la prueba de alfabetización, el “recuento de dulces pequeñitos”1 y el terror abierto del Ku Klux Klan habían desempeñado durante casi 100 años: impedir que los negros voten en cantidades significativas.

Y lo más siniestro es que el proyecto de ley autoriza que la legislatura controlada por los fascistas nombre (o despida) a la mayoría de la junta electoral del estado, y que suspenda a los funcionarios electorales locales. Esto significa que la legislatura puede intervenir y “recontar” (es decir, voltear a su favor) cualquier resultado electoral que no le guste. Georgia, como quizás recuerden nuestros lectores, fue uno de los estados en que la mayoría de los votantes votó por Biden en las últimas elecciones presidenciales, y Trump ejerció una presión sin precedentes para anular el resultado, yendo al extremo de hacer llamadas telefónicas intimidatorias al secretario de estado republicano, Brad Raffensperger.

“...La línea directa de la Confederación a los fascistas de hoy”

Como ha señalado repetidamente Bob Avakian:

Hay una línea directa que conecta la Confederación esclavista de los años 1860 con los fascistas de hoy, y una conexión directa entre su supremacía blanca, su franco odio y repudio tanto a la gente LGBT como también a las mujeres, su repudio abierto a la ciencia y al método científico, su cruda xenofobia tipo “Estados Unidos Ante Todo”, y su proclamada “superioridad de la civilización occidental”, y su belicoso uso del poderío militar, inclusive su declarada disposición y abiertas amenazas de que están dispuestos a usar armas nucleares para destruir países.

Y ese vínculo estuvo en plena exhibición con la aprobación de la nueva ley de supresión de votantes de Georgia.

Este proyecto de ley fue aprobado con vía rápida en la legislatura en un par de días y fue remitido al gobernador Kemp para su firma. Kemp tiene triste fama por haber purgado ilegítimamente del padrón electoral a más de 300.000 votantes empadronados, y por impedir el empadronamiento de otros 40.000 votantes negros en 2018, cuando era el secretario de estado de Georgia y estaba en una campaña electoral muy reñida contra un demócrata. Kemp se reunió en privado en su despacho con seis hombres blancos para firmar el proyecto en ley.

¿Y qué era ese cuadro que colgaba detrás de él mientras se sentaba ante su escritorio para firmarlo? Era una representación romantizada de la plantación de esclavos Callaway, en la que al menos 100 negros fueron forzados a trabajar, en un condado en el que cazaban a los “fugitivos” con sabuesos. Este cuadro es atractivo para aquellos que piensan que los tiempos de la esclavitud abierta y luego de la franca discriminación y terror del Jim Crow eran “los buenos tiempos”. El uso del cuadro como telón de fondo de la firma es en esencia una declaración de intenciones respecto a la reconfiguración de la sociedad que los fascistas están tratando de imponer a la fuerza.

Y para hacer que esto quede claro, cuando una legisladora estatal negra tuvo la audacia de tocar la puerta del despacho de Kemp para poder ser testigo de la actividad criminal que pasaba adentro, ¡fue arrestada, sacada a rastras por una manada de cerdos policías y acusada de un delito grave!

Estos fascistas están en marcha.... ¡Nosotros asimismo debemos estar en marcha!

Esto constituye una afirmación extremadamente fea de la supremacía blanca por parte de un importante partido político. Despojar a los negros de su derecho de votar es una declaración de que no son seres humanos iguales y no son iguales ante la ley. Es una señal y un indicio del nuevo despertar de los horrores del “viejo” Jim Crow, de la segregación abierta, de la falta de respeto y del terror contra los negros. Estos fascistas no van a “desaparecer” y no están bromeando. Hay que tomar esto extremadamente en serio.

Tampoco es simplemente “una cosa de Georgia”. Los republi-fascistas en 43 estados, en más de 20 de los cuales tienen el control total, se están apresurando a aprobar proyectos de ley similares. Si lo logran incluso en un puñado de estados decisivos, ello podría ser más que suficiente para amarrar el control del Senado federal y la Casa Blanca en futuras elecciones.

Muchas personas, incluidos los dirigentes del Partido Demócrata, han denunciado con razón esta situación como un “Jim Crow Versión 2.0”, y algunos de ellos han evocado al Movimiento por los Derechos Civiles de los años 1950 y 1960 que luchó contra el Jim Crow original. Han presentado un proyecto de ley ante el Congreso federal que anularía gran parte de lo que contienen la ley de Georgia y otras leyes similares que se están presentando en otros estados, y Biden ha prometido apoyar ese proyecto y luchar contra estas leyes, pero dista de estar claro hasta qué extremo están dispuestos a luchar por ello.

Más fundamentalmente, como Bob Avakian muestra en su “Declaración de Año Nuevo, Un año nuevo, la necesidad de un mundo radicalmente nuevo — Para la emancipación de toda la humanidad” y en otros lugares (vea aquí y aquí): “La realidad es que la supremacía blanca está incorporada en este sistema de capitalismo-imperialismo, y ninguno de estos partidos de la clase dominante podría ponerle fin, incluso si quisieran hacerlo”. Y él se adentra con profundidad en los cambios ocurridos en los últimos 75 años a nivel internacional y dentro de Estados Unidos que han conducido a la nefanda situación actual.

En ese contexto, el ataque al derecho de votar de las personas de las nacionalidades oprimidas, o sea los negros y otras personas de color, forma parte de toda una ofensiva que no sólo tiene por objetivo volver a imponer las formas más opresivas y horrorosas de la supremacía blanca, sino que tiene un carácter definitivamente genocida. La situación es urgente.

URGE asumir la defensa de los derechos fundamentales en los días y meses por venir, y aquellas personas que entienden lo que está realmente en juego y las verdaderas fuentes de todo esto deben hacerlo audazmente, presentando la postura, luchando por la postura y organizando a la gente en torno a la postura de que únicamente la revolución puede lidiar con esto, de una vez para siempre.

1. En el “Viejo Sur”, a veces los funcionarios blancos les decían a los negros que lograran superar todos los otros obstáculos para empadronarse: “puedes votar si nos cuentas exactamente cuántos dulces hay en este tarro”. [volver]


Fila de votantes, Augusta, Georgia, diciembre de 2020. El letrero dice “VOTE AQUÍ”. Foto:  AP

Bob Avakian sobre la línea directa de la Confederación a los fascistas de hoy

Video en inglés.
Lea el texto de la película en español aquí.

 

 

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