Carta de un miembro de la Gira “Revolución”

Reflexiones acerca de la controversia sobre la liberación de Bill Cosby

| revcom.us

 

Después de cumplir tres años de una condena de entre 3 y 10 años, Bill Cosby salió de prisión después de que la Corte Suprema de Pensilvania dictaminó que se le había privado de un juicio justo y anuló su condena de 2018 por agresión indecente agravada contra Andrea Constand. La Corte decidió que la fiscalía violó el derecho de Bill Cosby bajo la V Enmienda de la Constitución de Estados Unidos contra la autoincriminación al utilizar declaraciones que Cosby hizo en un juicio civil de 2005, entre ellas la declaración de que en la década de 1970 él había obtenido quaaludes (un fármaco sedante) para dárselos a las mujeres con las que quería tener relaciones sexuales, y que de hecho le dio la droga a cuando menos una mujer. Cosby había hecho estas declaraciones a condición de la promesa del entonces fiscal de que no sería procesado penalmente. De hecho, la eliminación de la posibilidad de enjuiciamiento penal hizo que fuera imposible que Cosby se acogiera a la V Enmienda en el caso civil y lo obligó a dar testimonio. La Corte Suprema de Pensilvania describió el uso de este testimonio en el juicio penal de 2018 como un “enganche y engaño coercitivo” por parte de la fiscalía. La Corte también dictaminó que, debido a la promesa original del fiscal, Cosby no puede ser procesado penalmente de nuevo.

Independientemente de que el fiscal debiera haber hecho esta promesa a Bill Cosby o no en el caso civil, la Corte reafirmó una norma básica desde hace mucho vigente del debido proceso. La Corte no se pronunció sobre si Cosby es culpable de las acusaciones hechas por Constand, ni por ninguna de las otras mujeres que lo han acusado de agresión sexual.

Este fallo, y la liberación de Cosby de la cárcel, han provocado una amplia controversia. Un artículo de opinión del New York Times, escrito por la profesora de derecho Barbara McQuade, defiende la decisión de la Corte, argumentando que “El debido proceso es importante, incluso para crímenes monstruosos”, y que “en nuestro sistema de justicia penal, incluso los fines justos no pueden justificar los medios inconstitucionales”. Otros han argumentado que para hacer frente a la epidemia de agresiones sexuales, en esencia hay que desechar el debido proceso. Un comentarista escribió: “Cincuenta mujeres acusan a un hombre de violación y nuestra mayor preocupación es que obtenga el debido proceso. En Estados Unidos ocurren unas doscientos mil violaciones al año, de las que sólo una pequeñísima parte resulta en un proceso y de ellas sólo una pequeña parte resulta en una condena. A mi parecer, no es nuestro problema que los hombres no cuenten con el debido proceso en estos casos”. Por todas las redes sociales se debate sobre la culpabilidad o la inocencia de Cosby, pero con demasiada frecuencia esto adopta la forma de reacciones irreflexivas y subjetivas, escogiendo y eligiendo “hechos” (o simplemente inventándolos) que se ajustan a lo que las personas sospechan, o quieren que sea cierto, en lugar de partir de la presunción de la inocencia y hacer un riguroso análisis científico de toda la gama de la evidencia y de si basta para demostrar la culpabilidad más allá de toda duda razonable.

Este caso, y la controversia relacionada, concentra tantas cosas sobre lo que realmente se necesita para poner fin a la opresión de la mujer y otros ultrajes de este sistema opresivo, y el tipo de normas y procedimiento que se necesita para llegar a conocer la verdad y tener una sociedad justa. Estas son cuestiones críticas sobre las que Bob Avakian ha escrito extensa y profundamente, y animo a todos a leer su nuevo artículo: “Estoy tan harto de toda esta onda de la ‘política de identidad’ y ‘concienciación’, REVOLUCIÓN Y EMANCIPACIÓN — Y NO REFORMAS MEZQUINAS Y VENGANZAS: Sobre movimientos, principios, métodos, medios y fines”.

Aquí van algunas de las preguntas centrales que el caso y la controversia sobre Cosby implican:

  • ¿Por qué es importante el debido proceso? Bob Avakian escribe:

    Hay que decir —y no es posible exagerar— que en el mundo actual, no puede haber sociedad justa alguna sin el estado de derecho; no puede haber estado de derecho alguno sin el debido proceso de la ley; y no puede haber debido proceso alguno sin la presunción de inocencia (y que esa presunción de inocencia sea auténtica — y no una farsa, tal como lo es en esta sociedad). Por eso se da tanto énfasis a estos principios en el nuevo comunismo, incluido específicamente en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de mi autoría.

  • Algunas personas insisten en que el hecho de que tantas mujeres hayan hecho acusaciones similares contra Bill Cosby significa que debe ser culpable. Bob Avakian escribe:

    como ha enfatizado un artículo importante en revcom.us:

    Es un fenómeno muy real, y un escandaloso ultraje, que muchas mujeres violadas y agredidas sexualmente son objeto de posterior intimidación u otros obstáculos para que no alcen la voz y no denuncien tales ataques. Es preciso oponerse y luchar resueltamente contra esta situación.

    Pero, una vez más:

    por escandalosa que sea esta situación, por mucho que constituya un asalto adicional a estas mujeres y a las mujeres en general, no es lo mismo que decir y no debe conducir a un enfoque que dice que toda acusación de violación o agresión sexual sea automática (o casi seguramente) cierta — ni que si muchas personas hacen acusaciones semejantes, por lo tanto tales acusaciones son ciertas (se han dado muchos casos en los que las múltiples acusaciones contra una persona han resultado falsas). Hay que determinar lo que es cierto por medio de un enfoque científico, a partir de la evidencia y el análisis y síntesis correctos de lo que indica la evidencia en su conjunto. Las acusaciones son una forma de evidencia —tal como lo es la negación de esas acusaciones— pero no constituyen en sí una base suficiente para sacar conclusiones definitivas.

  • Más de 50 mujeres han acusado a Bill Cosby de agresión sexual. Pero únicamente una, Andrea Constand, llegó a juicio. En algunos casos esto se debió a que los fiscales decidieron que no había suficiente evidencia para presentar cargos penales. En muchos otros casos se debió a que la prescripción (la fecha límite en la que se puede presentar una denuncia penal) ya había vencido. Algunos han argumentado que, dado que a menudo es muy difícil para las víctimas de agresiones sexuales presentarse en busca de justicia, no debería haber una prescripción para ello. Bob Avakian ha defendido la necesidad de:

    crear un ambiente en la sociedad en general y en distintas instituciones y sectores de la sociedad el que dificulta mucho más que se cometan violaciones y agresiones sexuales, y el que aliente y apoye a las mujeres para que se opongan a esas cosas y alcen la voz para denunciar estas cosas y pidan justicia en estas situaciones….

  • Al mismo tiempo, el artículo “Bob Avakian sobre las leyes, la justicia y la eliminación de la opresión y explotación” incluye esta provocadora declaración sobre la importancia de la prescripción:

    El objetivo de la prescripción de una ley (o la limitación estatutaria) no es de establecer un límite de tiempo más allá del cual las personas pueden “salir impunes a raíz de cometer un crimen”. Más bien el objetivo es que, tras haber transcurrido cierto período de tiempo, se vuelve cada vez más difícil, si no casi imposible, tener un juicio justo, ya que la evidencia (la que incluye pero no se limita a la memoria de los posibles testigos) se contamina irreparablemente y/o se vuelve mucho más difícil, si no imposible, de refutar. Y, entre más grave el crimen y más severo el castigo, más consideración y más cuidado hay que tener de evitar un juicio en que el acusado podría acarrear una condena, y una pena más severa, sobre la base de un proceso (un juicio) viciado por el paso del tiempo. Por lo tanto, todos los crímenes deben prescribirse — y entre más grave el crimen, más corto debe ser el plazo de prescripción, en vez de más largo.

  • Es llamativo cuántas personas en Twitter repiten cosas como “Cosby admitió haber drogado y violado a mujeres”. No. En realidad no lo hizo. Admitió tener drogas para dárselas a las mujeres con las que quería tener relaciones sexuales. Pero no admitió haberles dado drogas sin su consentimiento. Y nunca admitió haber cometido ninguna agresión sexual. Esto es lo que Bob Avakian ha escrito sobre esta cultura del “juicio por las redes sociales”, en que tratan las alegaciones como “evidencia”, la “presunción de culpabilidad” prevalece y la gente saca conclusiones precipitadas a partir de sus propias inclinaciones subjetivas:

    También cabe decir que no puede haber justicia alguna, y se hará gran daño, en los casos en que se considere el “juicio en los medios de comunicación y las redes sociales” como un equivalente al debido proceso o sustituto por él — y esto es especialmente cierto cuando no salgan acusaciones contra representantes del poder estatal, como la policía, sino que salgan acusaciones contra “gente común”, incluso personas adineradas y/o prominentes.

  • El hecho de que haya una horrible epidemia de violaciones, que fuerzas poderosas en la sociedad la avalen, que las mujeres que presentan denuncias a menudo son DESacreditadas y calumniadas, que no habrá justicia para la mayoría de las víctimas de este crimen bajo este sistema, no es motivo de desechar el debido proceso, sino motivo de emprender una lucha de masas contra este sistema y trabajar por la revolución para derrocar este sistema — y no para que podamos vengarnos de los individuos, sino ¡para que podamos dejar atrás todo ello! Bob Avakian escribe:

    La frustración e ira completamente legítima que resulta del reconocimiento (o de la sensación) de que no existe, ni puede haber, ninguna solución totalmente justa para todo esto bajo este sistema — debe convertirse en una profunda determinación a abolir este sistema, y crear algo mucho mejor. Como se enfatiza en Esperanza para la humanidad sobre una base científica: “Es muy real el trauma que resulta de sufrir directamente formas horrorosas de opresión y degradación, y que nadie lo niegue o le reste importancia”. Pero es necesario que esto se convierta en algo más que angustia personal o un deseo de venganza — “hay que transformarlo en ira y determinación a ser parte de una lucha colectiva para poner fin a todas las atrocidades, en todas partes, cuya fuente y causa fundamental es este sistema del capitalismo-imperialismo”.

    Esto significa y requiere la construcción de movimientos que sean verdaderos movimientos de masas que se movilicen para luchar contra la opresión y la injusticia perpetradas constantemente por este sistema — movimientos de masas que, en palabras y en hechos rechacen la noción venenosa de que “los fines justifican los medios” y que, a cambio, empleen medios que sean coherentes con el objetivo de poner fin a las injusticias y ultrajes a los que las masas de personas están sometidas continuamente bajo este sistema, y que sean una expresión de ese objetivo.

    En lo fundamental —y como cuestión de urgente importancia— implica trabajar activa y sistemáticamente ahora para acumular las fuerzas organizadas, para gestar condiciones más favorables para hacer una revolución y luego llevar a cabo una revolución con el objetivo de conseguir que se eliminen y arranquen de raíz toda la injusticia y la opresión, toda la explotación y la degradación, por medio del derrocamiento de este sistema del capitalismo-imperialismo, que es la fuente fundamental y la causa raíz de todo esto, y hacer nacer una sociedad y mundo radicalmente diferente y emancipador, sobre una base completamente nueva.

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“La opresión de las mujeres y las relaciones opresivas de género”, un corto en inglés del discurso filmado de Bob Avakian Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución. Compártalo ampliamente en las redes sociales. Léalo en español aquí.

 

 

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