Carta
El impacto de Mobile
Revolución #33, 5 de febrero de 2006, posted at revcom.us
La siguiente carta es de un organizador de la Gira de Comunistas Revolucionarios en Washington, D.C. El corresponsal escribe sobre la respuesta del pueblo a la declaración de Bob Avakian respecto a la muerte del camarada Willie "Mobile" Shaw, comunista revolucionario conocido en todos los proyectos de Watts. Mobile murió en noviembre del año pasado debido a complicaciones después de una cirugía. La "Declaración de Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, con motivo de la muerte de Willie ‘Mobile’ Shaw" y el tributo de Joe Veale, portavoz del Partido Comunista Revolucionario en Los Ángeles, se encuentran en el número 27 de Revolución (18 de diciembre de 2005), o en http://www.rwor.org/home-s.htm.
Muchas de las personas con quienes hablamos de Mobile, o que leyeron las declaraciones, se emocionaron.
James, un veterano de guerra retirado de 50 años de edad, estaba leyendo el desplegado que pegué en un edificio. Regresé adonde él estaba, le ofrecí el desplegado y le conté acerca de Mobile. James me contó acerca de él y de cómo el Departamento de Asuntos de Veteranos lo está perjudicando, por lo que está muy cerca de quedarse sin casa. También me dijo que se da cuenta de que están empujando a los negros hacia las orillas literalmente y de manera figurada. Cuando le describí el mundo por el cual Mobile estaba luchando, dijo: "Eso es lo que me gustaría ver, pero no puede suceder".
Le pedí que me permitiera leerle la declaración de Bob Avakian, presidente del partido. Probablemente he usado en exceso la expresión "escuchó atentamente" durante las últimas semanas, pero esa expresión describe la manera en que las personas escucharon lo que les dije. James escuchó atentamente, de vez en cuando negaba o asentía con la cabeza en reconocimiento o cuando estaba de acuerdo. "Willie quería que su vida contara para algo: algo más que la locura asesina y la mentalidad de ‘me jodes o te jodo’ en que este sistema enreda a la gente de mil formas todos los días". Esta oración capta el interés desde el principio. Saben muy bien de lo que se está hablando y asienten con la cabeza.
Cuando terminé de leerle la declaración, James me dijo: "Es imposible no respetar a una persona como él". Y agregó: "Estás diciendo que esta persona es un héroe, es decir un modelo que debemos seguir".
"Eso es exactamente lo que estamos diciendo, y necesitamos más personas como él", le dije a James. "¿Qué onda brother, también eres un héroe?", le pregunté.
James se rió y no respondió. Dijo que lo veríamos por ahí. Me dio su número de teléfono.
Uno de los camaradas dijo algo que me pareció muy importante. Dijo que muchas personas respondían a la declaración acerca de la muerte de Mobile con un poco de reverencia. Un muchacho preguntó si podía dejar su trabajo para unirse a nosotros. El esposo de una señora estaba en diálisis, consumiéndose, y ella quería que su esposo escuchara acerca de Mobile. Una trabajadora de una escuela primaria dijo que el tributo a Mobil era hermoso. Agregó que ella no podía ser como él porque ella cree en dios, pero que le hubiera gustado conocer a Mobile y que haría lo que pudiera para ayudar.
Una mujer, Tina, se había acercado a nosotros. Cuando la comparé con Mobile se sintió halagada y me agradeció.
Jerome hablaba de cuán jodida está su vida y de que nuestro mensaje, donde hablábamos de Mobile también, lo hizo sentir bien. "No saben lo que esto significa para mí", dijo. "Quizás este es mi llamado, tal vez por eso me puso dios aquí".
Le dije que parte de lo que distinguía a Mobile es que él creía en responder a la realidad como es: sin dios y sin magia que pueda salvar a la humanidad. "Él sabía que dios no existe y que todo depende de nosotros".
Jerome, con un gesto de disculpa, corrigió: "Quizás esto es lo que debo hacer".
Me dio su número de teléfono. "Llámame, brother. Llámame… Dios te bendiga", me gritó cuando se subía al autobús.
Gran parte del sabor de las conversaciones se pierde al ponerlas por escrito. Algunas de ellas fueron tan sinceras y serias, que es difícil hacerles justicia.
Una de las razones por las cuales las declaraciones tienen tal impacto es que reflejan quiénes son estas personas. Mobile fue uno de los millones de personas que no cuentan, que son anónimos, que no tienen rostro. La gente lo conoce porque ellos son lo que él fue. Creo que ambas declaraciones, especialmente la de Bob Avakian, junto con la sinceridad que los camaradas expresaron, dice algo acerca de quiénes somos como organización, es decir, de la clase de personas que tratamos de ser, de la clase de liderazgo que tenemos y del mundo que estamos luchando por crear. Todo esto se conjugó y contribuyó a que las personas fueran serias y honestas y, sí… incluso reverentes.
Alguien —creo que fue Tina— dijo: "Se puede ver por qué él (Bob Avakian) le tenía tanto respeto a Mobile". Cuando ella dijo esto, quise asegurarme de que ella comprendía por qué Mobile respetaba tanto a Bob Avakian. Pero yo no me había dado cuenta de algo muy importante. Ella reconocía algo de Bob Avakian —quién es él, cómo ve a las masas, sus sueños y su misión—, reconocía su tipo de liderazgo.
Todas las respuestas me recordaron a un amigo con el que crecí y que vivió en la capital durante el tiempo en que estábamos aquí en los años 70 y 80. Él no era una persona política y nunca lo había sido. Era solamente uno de millones. Le di una copia del casette de El sistema está perdido ( The System is Doomed), de Bob Avakian. Después de unos meses volvimos a vernos. Me dijo que cuando se sentía mal o deprimido ponía el cassette, apagaba todas las luces y se sentaba en el suelo a escuchar a Bob Avakian. Sin forzarlo mucho, creo que en parte hay esa especie de conexión entre las declaraciones acerca de Mobile y el llamado a ponerse en sus zapatos a los millones de personas que no cuentan para este sistema. Mobile es la expresión concentrada de la experiencia de la vida de todas estas personas y de sus sueños más anhelados, y ellos lo sienten a su manera.
Cuando abrí la edición de Revolución del año nuevo y vi la foto de Mobile junto con las fotos de otras personas que murieron el año pasado, entre ellas, Richard Pryor, August Wilson y Ossie Davis, tuve que hacer un gran esfuerzo para contener la emoción. Las contribuciones de Mobile, su memoria y su legado pertenecen hoy al proletariado internacional. Necesitamos mil o dos mil personas más como él; mujeres y hombres, viejos y jóvenes, homosexuales y heterosexuales, extranjeros y nacidos aquí, enfermos y sanos. ¡Hoy necesitamos más héroes!