Venezuela: Maternidad obligatoria para las mujeres

De un miembro de la Gira Nacional “Revolución”

Actualizado el | revcom.us

 

Esta es una versión actualizada del artículo.

¡La maternidad obligatoria constituye la esclavitud femenina! Así es la realidad de pesadilla que enfrentan miles de mujeres en Venezuela quienes están obligadas a dar a luz contra su voluntad — debido al hecho de que es casi imposible conseguir anticonceptivos y el aborto es ilegal. Algunos de los hechos de esta situación salen a la luz en un reciente artículo en el New York Times, a pesar de que es un importante vocero y pilar del sistema imperialista de Estados Unidos, el que es profundamente responsable por las mismas relaciones que han engendrado este horror.

Mujeres que antes soñaban con llegar a ser maestras o científicas o con seguir otros caminos en la vida ahora están condenadas a criar a familias de 6, 8 o hasta 10 hijos. “Yo sentía que me ahogaba”, dijo una madre de cinco hijos que lloraba a lágrima viva cuando descubrió que se había embarazado con un sexto hijo. Había estado buscando en vano cualquier método anticonceptivo al alcance de ella y su esposo. Pero un paquete de condones cuesta $4.40, y el salario mínimo mensual es $1.50, por lo que es completamente inaccesible a ella y a la mayoría de otras mujeres en Venezuela. Incluso cuando las mujeres tratan de controlar su reproducción evitando las relaciones sexuales durante sus días más fértiles, no es insólito que sus parejas las obliguen porque consideran que es su “derecho” tener relaciones, por lo tanto están sometidas al abuso y por encima de eso están obligadas a dar a luz aún más hijos. Las mujeres que eligen tratar de terminar el embarazo se arriesgan y pierden la vida — el aborto no sanitario es la tercera causa de la muerte materna, eso en un país con un índice de muerte materna terriblemente alto. Y muchachas de la edad tan tierna como de 14 años están eligiendo más bien la esterilización que pasar la vida sin ningún control en absoluto sobre su propia reproducción.

Las mujeres de Venezuela cargan las múltiples cadenas del patriarcado, el catolicismo, el imperialismo y el funcionamiento del sistema capitalismo.

La economía capitalista venezolana se encuentra en una crisis severa — el producto de una economía totalmente dependiente de la venta del petróleo y enredada en la red global de relaciones imperialistas de mercancías en la cual el desarrollo social y humano pende de una estructura desigual de producción y comercio mundiales — y de los altibajos de los precios en el mercado mundial. Y el precio del petróleo se ha venido desplomándose durante la última década. Empeoran catastróficamente la situación las sanciones que Estados Unidos impuso a Venezuela para castigar al gobierno por declararse “socialista” en camino a la “revolución bolivariana” — a pesar de no tener nada en común en absoluto con el auténtico socialismo y una revolución real1. Estas sanciones están estrangulando peor aún a una economía que ya viene cayendo en picada, al desplomarse el precio del petróleo en los años recientes, lo que impide nuevas inversiones o el desarrollo de otros sectores de la economía. Todo esto ha resultado en la extrema escasez de necesidades básicas como pañales, leche, arroz, medicinas — y métodos anticonceptivos. Anteriormente, estos estaban ampliamente disponibles en Venezuela —píldoras, condones y otros— pero ahora están completamente ausentes en el 90 por ciento de las farmacias. En la mayoría de los casos se consiguen solamente en el mercado negro a precios tan desorbitados que esta necesidad básica de la salud femenina está disponible solamente para los más ricos.

Venezuela es un país azotado desde hace mucho tiempo por una enorme brecha de género, en que solamente un 52 por ciento de las mujeres participan en la fuerza laboral, comparado con un 80 por ciento de los hombres, y con una disparidad salarial de 28 por ciento entre los sueldos de mujeres y hombres. El colapso de la economía con la desaparición resultante del control de la natalidad está agravando atrozmente estas desigualdades que son una parte integral de la sociedad venezolana y de todas las sociedades capitalistas, y está apretando más las cadenas de las relaciones familiares y valores tradiciones.

Un factor clave en esto es la enorme influencia histórica de la iglesia católica en la sociedad venezolana, que ha creado una situación en que las ideas patriarcales sobre la mujer —como propiedad del hombre y reproductora— reinan poderosamente entre numerosas partes de la población, sin mucha oposición. El aborto está prohibido en Venezuela en todos los casos excepto al peligrar la vida de la mamá — penalizado por una condena posible de uno a tres años de prisión para el proveedor y de seis meses a dos años para la mujer. Sin embargo, numerosas mujeres se arriesgan la vida buscando abortos ilegales o haciéndose abortos médicos a sí mismas sin contar con los medicamentos y condiciones apropiados para hacerlo sanamente. Las mujeres que sí consiguen un aborto —y sobreviven— sufren bajo la carga de la vergüenza y el velo del secretismo. El reciente arresto notorio de una profesora universitaria por ayudar a una muchachita de 13 años a obtener un aborto les ha infundido terror a las mujeres y a los que les han ayudado con servicios clandestinos del aborto.

Esta situación es insostenible. Un mundo que priva a las mujeres hasta del derecho más básico de controlar su propia reproducción, de decir si quieren tener hijos y cuándo hacerlo, es un mundo en que nadie debe tener que vivir. Estas cadenas de opresión y patriarcado están apretándose y reforzándose cruelmente sobre las mujeres de Venezuela. La cascada de consecuencias en la vida de las mujeres que surgen de la pérdida del acceso al control de la natalidad revela qué tan profundamente están entretejida la opresión de la mujer en la estructura de la sociedad capitalista, qué tan profundamente está arraigada en la estructura familiar patriarcal tradicional y una economía que se basa en satisfacer las exigencias de la acumulación imperialista de capital en vez de las necesidades materiales, sociales y culturales de la gente. Por esta razón, no es posible arrancar de raíz la opresión de la mujer dentro de los confines del sistema capitalista-imperialista mundial.

Solamente es posible arrancar de raíz esta opresión por medio de la revolución socialista en el camino hacia el comunismo y la emancipación de toda la humanidad. La siguiente cita de Bob Avakian aborda lo central que es la liberación de la mujer para semejante revolución y cómo un sistema económico y político socialista podría desencadenar todo un proceso mediante el cual no sólo se conferiría de inmediato a las mujeres plenos derechos reproductivos, sino que por fin se eliminarían todas las desigualdades entre el hombre y la mujer.

En mis recientes escritos sobre la cuestión de la moral, recalqué el siguiente punto fundamental: durante todo el proceso revolucionario que se propone crear las condiciones para el comunismo, es necesario luchar continuamente y cada vez más a fondo para superar y arrancar de raíz las relaciones de desigualdad y opresión que encadenan a las mujeres; para promover relaciones personales, familiares y sexuales que se basen en el amor y respeto mutuo y la igualdad entre el hombre y la mujer; y para ir desarrollando formas por medio de las cuales las masas populares —mediante actividades cooperativas con la participación de hombres y mujeres en pie de igualdad— puedan desempeñar las funciones que hoy están concentradas de manera primordial en la familia y que son una carga para la mujer en particular. Mediante este profundo proceso revolucionario, por fin se abolirá la “familia nuclear” y se crearán en su lugar nuevas formas de relaciones sociales en la sociedad comunista —una sociedad basada en la cooperación consciente y voluntaria entre las personas— sin dominación y desigualdad económica, política y social.

De ¡A romper TODAS las cadenas! Bob Avakian sobre la emancipación de la mujer y la revolución comunista

 

¡Romper las cadenas! ¡Desencadenar la furia de la mujer como una fuerza ponderosa para la revolución!

 


1. Vea en Hugo Chávez tiene una estrategia petrolera… pero ¿conducirá a la emancipación? de Raymond Lotta, Revolución, 1º de julio de 2007, un análisis del programa y enfoque concretos detrás de de la “Revolución Bolivariana” de Hugo Chávez, que no representa una ruptura fundamental con el imperialismo, ni encarna una visión o un camino a una transformación social verdaderamente liberadora. [volver]


Las mujeres de Venezuela cargan las múltiples cadenas del patriarcado, el catolicismo, el imperialismo y el funcionamiento del sistema capitalismo. En la imagen, una protesta de mujeres fuera del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Interiores, Justicia y Paz en Caracas, con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, 25 de noviembre de 2020. (Foto: AP)

Bob Avakian, “La supremacía masculina: entretejida con el capitalismo”, vídeo en inglés.
Lea el texto de este corto en español aquí.

 

 

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