¿Con cuál modo de producción se lidiará con cualquier problema social?
Esta es la pregunta más fundamental que hay que plantear, acerca de los cambios en la sociedad. Y para determinar lo que hay que hacer para efectuar los cambios que se entiende que son necesarios y deseables, será decisiva la respuesta a tal pregunta. ¿Por qué? Porque el modo de producción —las relaciones económicas básicas y las dinámicas básicas del sistema económico— es el factor decisivo para determinar el carácter de una sociedad y sus relaciones sociales, política e ideología dominantes.
Para aplicar esto a la pregunta específica de si es posible que este sistema capitalista imperialista elimine la opresión de la mujer o que exista sin ésta, es necesario plantear, y contestar, unas preguntas esenciales que es necesario tratar para determinar esto, entre las que figuran:
Bajo este sistema y dadas sus relaciones y dinámicas fundamentales, ¿cómo se transformaría radicalmente el papel de la mujer en el proceso de parir y criar hijos, el carácter y papel de la familia y el sistema de producción e intercambio de mercancías que caracteriza al capitalismo, así como las muchas expresiones y manifestaciones directas e indirectas de eso en la superestructura de política e ideología, de modo que llevara a la abolición de la opresión de la mujer?
Dentro de los límites de este sistema, ¿cómo se transformarían concretamente las podridas relaciones sociales y cultura que dominan en esta sociedad —las que en mil formas, incluidas las más viles y violentas, oprimen y denigran a la mujer— de una manera que contribuyera a eliminar toda la opresión y denigración de la mujer?
¿Cómo se lograría todo eso, no sólo en un país particular, como Estados Unidos —y no sólo para un sector de la población, particularmente las personas más adineradas y privilegiadas— sino para toda la sociedad en su conjunto, a nivel mundial, sobre todo en vista del carácter sumamente globalizado de este sistema, y sus relaciones y dinámicas fundamentales?
Ya se ha sacado a la luz muchas cosas que demuestran que en la historia y todavía hoy día, la opresión de la mujer ha estado completa e íntegramente relacionada con la división de la sociedad en amos y esclavos, en explotadores y explotados. Al mismo tiempo, hace falta hacer más análisis y síntesis — sobre la situación de la mujer en el mundo y su relación actual con las relaciones y dinámicas fundamentales del sistema dominante en el mundo, el capitalismo-imperialismo. Pero es necesario hacerlo con un método y enfoque plena y consecuentemente científico. Y estoy firmemente convencido de que tal análisis y síntesis científica —inclusive sobre las preguntas básicas que se han planteado aquí— reforzará y profundizará más el entendimiento fundamental de que es imposible obtener la emancipación de la mujer bajo este sistema y que solamente es posible obtener esta emancipación plena y finalmente por medio del avance revolucionario hacia el comunismo y como una parte clave de ese avance, por todo el mundo.
Si alguien quiere argumentar que sería posible eliminar la opresión de la mujer bajo este sistema de capitalismo-imperialismo, que haga tal argumento, pero tal argumento tiene que incluir una respuesta a las preguntas esenciales semejantes que he planteado aquí.