Revolución #81, 11 de marzo de 2007

voz del partido comunista revolucionario, eu

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Mes de la Historia de los Negros

Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, EU<br />
        La opresión del pueblo negro y la lucha revolucionaria para acabar 
        con toda la opresión

Cuarta parte

Nota de la Redacción: Esta es la cuarta y última parte de una serie de pasajes de escritos y charlas de Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, EU, que analizan la amarga realidad, y la fuente fundamental, de la opresión del pueblo negro a lo largo de la historia de Estados Unidos, desde la época de la esclavitud hasta hoy, y muestran el camino revolucionario para acabar con esa opresión, así como con todas las formas de opresión y explotación. Estos pasajes se publican con motivo del Mes de la Historia de los Negros, pero por supuesto son muy pertinentes e importantes para la lucha de todos los oprimidos y el futuro de la humanidad entera, aquí y en todo el mundo. Exhortamos a los lectores a estudiar los pasajes que saldrán este mes (y las obras que mencionan) y a sumergirse más en la obra de Bob Avakian. En particular recomendamos la charla (en DVD) "Revolución: Por qué es necesaria, por qué es posible, qué es", que empieza poniendo al descubierto los crímenes de este sistema contra los negros a lo largo de la historia de Estados Unidos y que demuestra que todo esto (y las demás infamias e injusticias que sufre el pueblo todos los días en este país y por todo el mundo) se desprende de la naturaleza del sistema capitalista-imperialista y solo se puede abolir por medio de una revolución cuya meta es eliminar el capitalismo-imperialismo y forjar un mundo comunista libre de las relaciones de esclavo y amo en todas sus formas. Las 7 Charlas que dio Bob Avakian el año pasado, junto con una sesión de preguntas y respuestas y la conclusión, abordan desde una gran diversidad de ángulos estos y otros temas fundamentales. Uno de esos temas es por qué estamos en la situación de hoy y cómo se relaciona con el reto histórico de emancipar a toda la humanidad de las cadenas de la opresión y la explotación. Las 7 Charlas, las preguntas y respuestas, y la conclusión están en la internet (en inglés) en BobAvakian.net y revcom.us.

Nuestra ideología es el marxismo-leninismo-maoísmo; nuestra meta es la emancipación de toda la humanidad

La última parte de esta serie empieza con el artículo "El comunismo no es una ideología ‘europea’, es la ideología del proletariado internacional", que se publicó en el Obrero Revolucionario #593, el 17 de febrero de 1991.

Después siguen pasajes de otro artículo de Bob Avakian titulado "El odio a la opresión--no es solo algo personal", que se publicó en el Obrero Revolucionario #583, el 2 de diciembre de 1990.

(Los artículos tienen leves cambios editoriales. Hemos agregado unas frases entre corchetes para aclarar y el autor ha agregado una nota de pie de página).

El comunismo no es una ideología "europea", es la ideología del proletariado internacional

(Del Obrero Revolucionario #593, 17 de febrero de 1991).

"Los obreros avanzados de las nacionalidades oprimidas pueden y deben ser una tremenda fuerza para la revolución proletaria, y una chispa y palanca para despertar y activar a otros del proletariado, y aún de la pequeña burguesía, a la actividad y lucha política y revolucionaria."

Bob Avakian, "Entre las masas de este país, de veras existen las fuerzas potenciales para la revolución", Obrero Revolucionario #110, 19 de junio de 1981, p. 3

En ocasiones, los nacionalistas reclaman que el comunismo es una "ideología europea". Hace poco leí un informe sobre una discusión de unos compañeros nuestros con unos universitarios afroamericanos, quienes decían eso e insistían en que "el pueblo afroamericano no puede seguir una ideología europea, que tiene que seguir una ideología creada por nosotros mismos".

Primero que todo, como punto básico, el comunismo no es una ideología de una parte del mundo, de un pueblo ni de una nación (o raza) en particular. Es la ideología del proletariado, del que forman parte los pueblos de todas las regiones y de todas las naciones. En Estados Unidos el proletariado está compuesto por gente de muchas nacionalidades, que incluyen afroamericanos, latinoamericanos, asiáticos y aborígenes, como también blancos de ascendencia europea. Y más aún, el proletariado es una clase internacional; sus filas las integran los pueblos de todos los países, de los cuatro puntos cardinales del mundo, de todas las razas; y el comunismo es la ideología del proletariado internacional.

Pero veamos esta pregunta más detenidamente.

Desarrollo histórico de la ideología comunista

Es cierto que la ideología comunista fue desarrollada en Europa por Carlos Marx (junto con Federico Engels), a mediados del siglo 19. ¿A qué se debió esto?

En esos tiempos la revolución industrial asociada con el rápido desarrollo de la sociedad capitalista estaba en pleno apogeo en varias partes de Europa. Se estaban dando grandes avances tecnológicos y científicos, que fueron integrados al desarrollo de esa empresa capitalista. Junto al rápido desarrollo de la industrialización capitalista, las relaciones sociales del capitalismo también se estaban haciendo más patentes. En particular, se hacía más y más claro que los intereses de las dos principales clases de la sociedad capitalista—la burguesía (los explotadores capitalistas) y el proletariado (la clase trabajadora, explotada por los capitalistas)—estaban fundamentalmente en conflicto.

Partiendo de esta base, Marx fundó la ideología del comunismo, pero no sin antes hacer un amplio estudio: investigó extensamente diversos ángulos de la experiencia y el conocimiento de la humanidad, como la filosofía y las ciencias, la economía y la política. Examinó la historia del desarrollo de la sociedad humana y analizó el amplio campo de la experiencia humana internacional.

Marx no solo demostró que el capitalismo significaba la cruel explotación de los obreros por los capitalistas en Europa. También demostró que, desde sus inicios, el capitalismo se había alimentado con la esclavitud y el exterminio de muchos pueblos, desde África hasta América. Marx denunció y atacó la opresión de pueblos por todo el mundo—como Irlanda, Egipto, India y China—por las potencias coloniales de esos tiempos.

Es verdad que Marx esperaba que la revolución comunista estallara primero en Europa, donde el capitalismo había alcanzado su máximo desarrollo, y que creía que eso le mostraría el camino al resto del mundo. Pero, más adelante, al ver que la revolución no llegaba todavía a Europa, cambió algunos de sus puntos de vista. Por ejemplo, dijo que primero pensó que una revolución de los obreros para tumbar el capitalismo en Inglaterra llevaría a la liberación de Irlanda del dominio inglés. Pero después se dio cuenta de que era a la inversa: a no ser que los obreros ingleses lucharan por la liberación de las colonias británicas, como Irlanda, esos obreros nunca podrían emprender una revolución comunista. Marx tomó la misma posición con relación a la esclavitud en Estados Unidos: apoyó de todo corazón la lucha por la abolición de la esclavitud y, además, señaló que la clase obrera de Estados Unidos nunca podría emanciparse del sistema capitalista de esclavitud asalariada si la mitad de su población estaba encadenada a una atroz esclavitud.

La revolución rusa: Un puente hacia el Este

A pesar de las expectativas de Marx—y de su trabajo tanto teórico como práctico—en Europa no se dio la primera revolución comunista. Estalló en Rusia, o mejor dicho, en lo que había sido el imperio ruso, que cubría el vasto territorio de Rusia y muchas otras naciones. La mayor parte de dicho imperio no estaba en Europa sino en Asia y era como un puente entre el Oeste y el Este… como también lo fue la revolución proletaria que ocurrió allí, en octubre de 1917.

Esta revolución no solo produjo la emancipación de los obreros de la explotación capitalista. También produjo la liberación de más de cien naciones y minorías nacionales tras la cruel opresión a que habían sido sometidas por el imperio ruso. Antes de la revolución proletaria, al imperio ruso se le daba el nombre de "cárcel de pueblos", pero gracias a la revolución de octubre a esa "cárcel de pueblos" la remplazó la Unión Soviética. Por varias décadas, primero bajo la dirección de Lenin y luego de José Stalin, la Unión Soviética mantuvo una genuina unión revolucionaria entre los pueblos del país, basada en la igualdad y con el poder estatal en manos del proletariado.

El marxismo nos enseña que la teoría se desarrolla en el furor de la práctica y basada en ella. La experiencia acumulada por la revolución de octubre, y la situación general en que se desarrolló, llevó a un desarrollo más profundo de la teoría del comunismo. Esa revolución ocurrió a finales de la I Guerra Mundial, que a su vez surgió como resultado del desarrollo del capitalismo en pos de un sistema de explotación y opresión a través del mundo, el imperialismo. Lenin fue el artífice del análisis de estas nuevas tendencias del desarrollo del capitalismo, y tomó las riendas de la situación con el fin de romper las cadenas del imperialismo y hacer una revolución proletaria. Lenin no solo se concentró en dirigir la revolución en el imperio ruso; además, hizo lo posible por extender esa misma lucha revolucionaria a otros países de Europa y de todo el mundo. Así Lenin llevó el marxismo a un nivel más alto de desarrollo. El marxismo se convirtió en marxismo-leninismo.

A pesar de que algunos brotes de revolución proletaria en otros países no triunfaron—ya sea porque fueron descaminados o violentamente aplastados—la revolución dirigida por Lenin en Rusia cambió por completo la faz de la Tierra. Una de sus más importantes contribuciones fue la propagación del comunismo hacia el Este y su vinculación con la lucha de los pueblos colonizados por su emancipación del imperialismo. Así, como Mao Tsetung manifestó sólidamente, los salvos de la revolución de octubre trajeron el marxismo-leninismo a China, y una vez que los revolucionarios chinos descubrieron y asumieron esta ideología, fueron finalmente capaces de emprender el camino en dirección a una liberación total.

Desde entonces, el comunismo ha sido aún más un movimiento internacional. Se ha ligado con las luchas de liberación de los pueblos oprimidos (que hoy reciben el nombre de países del tercer mundo) y se ha colocado en su vanguardia. Cuando estas luchas son dirigidas por comunistas revolucionarios, se abre la posibilidad de dar el gran primer paso—derrotar la dominación imperialista y las fuerzas reaccionarias locales títeres del imperialismo—y es posible dar un paso aún mayor: continuar la lucha revolucionaria hasta alcanzar el socialismo. El socialismo es un sistema político-económico regido por el proletariado, como transición al comunismo, que será la erradicación de las clases sociales y con ellas el fin de toda opresión y explotación.

Marxismo-leninismo-maoísmo

Fue en China, un país del tercer mundo con la cuarta parte de la población mundial, que esta revolución alcanzó su cima más alta bajo la dirección del Partido Comunista, con Mao Tsetung a la cabeza. Bajo la dirección de Mao las masas populares de China, además de lograr su liberación en 1949, avanzaron al socialismo; y después, ya en la etapa socialista, hicieron otra revolución: la Gran Revolución Cultural Proletaria.

Esta revolución buscaba cambios radicales en las relaciones entre el pueblo y en su manera de pensar. A la vez, trató de prevenir que tomaran el poder nuevas fuerzas capitalistas, que se hacían pasar por comunistas pero que en realidad buscaban restaurar el capitalismo: imponer otra vez el antiguo sistema de explotación y opresión. Dicha restauración del capitalismo se dio en la Unión Soviética a mediados de la década de 1950. La Gran Revolución Cultural Proletaria, desatada y dirigida por Mao a mediados de la década de 1960, recogió las experiencias negativas de la Unión Soviética, como también un cuidadoso análisis de la situación mundial. Por 10 años la Gran Revolución Cultural Proletaria combatió los intentos de los falsos comunistas de llevar a China de nuevo al capitalismo. Sin embargo, después de la muerte de Mao en 1976, esos “seguidores del camino capitalista”, dirigidos por Deng Xiaoping, finalmente le quitaron el poder al proletariado y pusieron en marcha atrás la revolución china.

A pesar de este retroceso, la revolución china, y especialmente la Gran Revolución Cultural Proletaria, es el más alto baluarte que ha alcanzado el proletariado—y la humanidad en general—en el camino a una sociedad comunista donde no exista la división de clases. Las contribuciones de Mao Tsetung como líder de esa lucha revolucionaria a través de muchas etapas, a la vez que prestaba mucha atención e hizo muchas contribuciones a las luchas del mundo entero, llevaron la ideología comunista a un nuevo nivel de desarrollo: el marxismo-leninismo hoy es el marxismo-leninismo-maoísmo.

Los pueblos del mundo tenemos un denominador común

Con todo esto debe quedar bien claro que hoy, más que nunca, es absurdo considerar el comunismo como una "ideología europea". Hoy, más que nunca, la ideología comunista, el marxismo-leninismo-maoísmo, es una ideología internacional e internacionalista: es la ideología del proletariado internacional en su lucha histórico-mundial por su liberación y la liberación de la humanidad de toda explotación, opresión y la división de la sociedad en clases.

Pero fuera de eso, es imposible para el marxismo ser una "ideología europea" en un sentido "puro". Lo que quiero decir es que Europa y la gente de ascendencia europea son el producto de diferentes mezclas e influencias, tanto biológicas como culturales. De hecho, los pueblos africanos han jugado un importante papel en ese desarrollo, como han demostrado muchos intelectuales negros: sus civilizaciones e imperios, del antiguo Egipto a los moros más recientemente, han influido, interactuado y en ocasiones dominado a Europa, o partes de ella. Sería muy difícil, si no imposible, identificar ideas "europeas" que no tengan influencias africanas, así como de otras partes del mundo.

Por otra parte, no hay, y no puede haber, "una ideología africana pura". África también ha estado bajo la influencia directa o indirecta de muchos pueblos y culturas. Por supuesto, mucho de esto ha sucedido a través de las conquistas y la dominación del imperio islámico, como también de colonizadores europeos y otros. La religión cristiana, como la islámica, fueron impuestas al pueblo africano con la espada (y a punta de fusil). O para tomar otro ejemplo, algunos de los productos básicos de la alimentación del pueblo africano en la actualidad (como los cacahuetes, el maíz y la mandioca) proceden de las Américas. Los conquistadores y colonizadores europeos tomaron muchos productos alimenticios de los pueblos que encontraron en América y los llevaron a Europa y a muchas otras partes del mundo, como Asia y África. (A su vez, parece que los "aborígenes" de las Américas son originarios de Asia que emigraron a las Américas miles de años atrás a través de un estrecho que una vez unió a los dos continentes y ahora está cubierto por mar).

¿Cuál es la fuente de las ideas?

Aun si en una parte aislada de África (u otra parte del mundo) se descubrieran personas que nunca han tenido contacto con extranjeros, algunas partes de su manera de pensar serían comunes a todos los seres humanos—serían un reflejo de la experiencia humana en general—y otras partes serían el reflejo de su experiencia local y particular. Pero esa experiencia local y particular, por definición, no puede ser la base de una ideología universal: de una ideología que reflejara la experiencia de todo el pueblo africano (o del mundo) en general. La fuente del conocimiento es la experiencia misma, ya sea directa o indirecta; es decir, la experiencia de una persona o grupo de personas o las experiencias de otros que les han sido comunicadas. Entre más estrecha la experiencia, más limitado será el conocimiento; entre más amplia la experiencia, más rica la fuente de conocimiento.

En el mundo de hoy, especialmente, una ideología que ejerce una influencia en grandes multitudes no puede ser "puramente" propia de ninguna nación (o raza). Y si una ideología dice ser el reflejo de la experiencia particular de una nación (o raza), entonces, la pregunta fundamental es: ¿Cómo refleja esa experiencia? ¿Cómo y qué tan precisa y completamente refleja esa experiencia y qué tan correctamente se relaciona esa experiencia con la experiencia de los seres humanos y su sociedad en términos generales, histórica e internacionalmente?

En el mundo de hoy todas las ideologías son ideologías de clase

En la actualidad, las sociedades en que vive el pueblo africano están divididas en clases sociales. (Y así fue en las grandes civilizaciones africanas del pasado, tales como la antigua civilización egipcia, que era una sociedad esclavista).* Como Mao Tsetung claramente resumió: "En la sociedad de clases, cada persona existe como miembro de una determinada clase, y todas las ideas, sin excepción, llevan su sello de clase". ("El libro rojo", Citas del Presidente Mao Tsetung, p. 9) Mao también explicó que como la clase proletaria es la única clase de la historia que solo puede liberarse mediante la emancipación de todos los seres humanos—la única clase cuya meta histórica es borrar de la faz de la Tierra la división de la sociedad en clases—la ideología del proletariado es la única ideología que tiene el sello de una clase determinada y a la vez es científica.

Regresemos a la idea de que el pueblo negro "tiene que seguir una ideología creada por nosotros mismos". Esta manera de pensar lleva claramente "el sello de una clase", pero no es el proletariado. Lleva el sello de la clase media (o pequeña burguesía), como también de la burguesía negra, que es la burguesía de una nación oprimida.

La clase media precisamente está en el medio, entre las dos principales clases rivales en la sociedad de hoy: la burguesía y el proletariado. La pequeña burguesía lucha a toda costa por no dejarse absorber por ninguna de las dos. Siempre trata de moldear una posición "independiente" entre estas dos clases. Pero en realidad termina balanceándose entre la burguesía y el proletariado, y tiende a dividirse; algunos sectores terminan con la burguesía y otros con el proletariado. Y especialmente en tiempos de un levantamiento revolucionario de las masas populares, algunos de la pequeña burguesía se unen al proletariado de una manera firme y con gran espíritu combativo, y se transforman en revolucionarios proletarios.

La pequeña burguesía como clase es incapaz de gobernar una sociedad y de hacer que sus ideas sean las ideas dominantes de la sociedad. Pero es típico de esta clase confundir sus propios y limitados intereses de clase con los intereses generales de la sociedad. Así es como los intelectuales de esta clase muy a menudo tratan de crear una ideología "independiente u original"… que, sin embargo, es la misma vieja y trillada ideología de la pequeña burguesía, o en ocasiones de la gran burguesía. Esto se expresa de diferentes formas, dependiendo de su posición concreta y función en la sociedad.

Entre los pueblos oprimidos, tales como los afroamericanos, muy a menudo toma la forma de un nacionalismo que se opone militantemente a las estructuras e ideas gubernamentales, pero que rehúsa tomar la posición del grupo de la sociedad que se opone fundamentalmente a esas ideas y estructuras gubernamentales: el proletariado. La noción de crear una ideología "negra" o "africana" diferente y opuesta a la ideología del proletariado, es un ejemplo de cómo tal nacionalismo refleja la posición y la cosmovisión de la pequeña burguesía del pueblo negro.

Pero, como se anotó antes, también es un reflejo de la posición y la cosmovisión de la burguesía negra. Una de las preocupaciones principales de cualquier burguesía es tener control sobre los asuntos de "su" nación. Fundamentalmente, esto significa control económico, pero también control político, ideológico y cultural. Cuando la burguesía de una nación oprimida presenta la demanda de independencia para su nación, quiere decir independencia bajo el liderazgo de la burguesía con el ánimo de servir sus propios intereses de clase. La idea de crear una "ideología nacional independiente"—como la idea de que "los negros tienen que seguir una ideología creada por nosotros mismos"—corresponde a los intereses y puntos de vista de la burguesía negra, como la burguesía de una nación oprimida.

Por supuesto, ideas como estas, que llevan el sello de la pequeña burguesía y de la burguesía negra, ejercen influencia en personas de otras clases, por ejemplo de la clase proletaria. El nacionalismo de este tipo ejerce influencia en los proletarios afroamericanos especialmente porque ellos sufren opresión por ser negros y confrontan el extendido nacionalismo reaccionario de la nación europea-americana, que es la nación dominante en Estados Unidos. Este reaccionario chovinismo blanco (racismo) ejerce una gran influencia en el pueblo blanco, de la que no escapan los proletarios blancos, y es el problema contra el que sin duda más se tiene que luchar. Es necesario unirse a la pequeña burguesía negra y tanto como sea posible a la burguesía negra, en la lucha contra el opresor común: la clase dominante imperialista. Al mismo tiempo es importante luchar contra toda forma de ideología nacionalista y defender firmemente la ideología internacionalista del proletariado.

Esta es una parte importante de la lucha ideológica general que debe librarse al mismo tiempo que se lucha contra la clase dominante en la esfera práctica. Es crucial atraer a las masas a la ideología del proletariado, en oposición a la ideología de la clase dominante, y en oposición a la ideología de todas las otras clases. Solo de esta manera el proletariado y las masas populares pueden librar una lucha revolucionaria conforme a sus propios intereses más altos para así finalmente obtener su propia emancipación.

La conclusión es esta: la pregunta más básica sobre una determinada manera de pensar, una ideología, es ¿a qué clase representa? Solo hay una ideología que nos puede dirigir a una liberación total. Solo hay una ideología que tiene un claro carácter de clase—que toma partido abiertamente con un solo lado de la lucha—y es verdadera, que puede reflejar correctamente la realidad y hacer un balance de la experiencia de la manera más amplia y profunda. Es la ideología que representa a la clase más revolucionaria del mundo: la clase cuyo interés radica en la transformación de la sociedad, en el exterminio de toda forma de explotación y opresión, todas las formas retrógradas de pensar, en el mundo entero. Esa clase es el proletariado internacional y su ideología es el marxismo-leninismo-maoísmo.

(Pasajes de “El odio a la opresión--no es solo algo personal”, del Obrero Revolucionario #583, 2 de diciembre de 1990).

He estado leyendo informes sobre la campaña de la gira de Carl Dix, y una de las cosas que me impresionó fueron los comentarios de un par de chavos de base que entraron a la Brigada [de la Juventud Comunista Revolucionaria]. En palabras un tanto diferentes pero con el mismo significado, ambos hablaron de la venganza, especialmente de vengarse por lo que hace la policía, porque la policía les ha pegado, porque la policía ha matado a familiares o amigos, porque han visto a la policía desbocarse por su barrio sin ningún respeto por la gente. Y ellos mismos han estado pensando sobre la relación entre ese deseo de venganza y la revolución.

Bueno, primero que todo, es justo odiar al opresor, es absolutamente necesario y sin ese odio es imposible pensar en acabar con la opresión. Además, la forma en que el sistema nos trata y lo que nos hacen sus capataces no es solo algo personal. La forma en que nos trata la policía, el departamento de welfare, los jueces, los administradores de las escuelas…etc., etc.,… todo eso es producto de cómo funciona el sistema. Este sistema explota, oprime y degrada a sectores enteros de la población. Es más, esa explotación, opresión y degradación es la esencia de este sistema; así es cómo opera y cómo se mantiene en pie.

El odio a cómo nos tratan puede y debe ser una base, un punto de partida, para avanzar a la revolución a acabar con este sistema. Pero para llegar a esa posición revolucionaria hay que ir más allá del deseo de venganza, más allá de pensar cómo uno puede acabar con su propia opresión; significa dar un salto y desear sacar y arrancar las raíces de la opresión no solo en un lugar, en un país o región, y no solo para un grupo o nación, sino en todo el mundo y para toda la humanidad. Esa es la posición del proletariado internacional y su ideología, el marxismo-leninismo-maoísmo.

Leyendo un informe sobre la descripción que dio un chavo que vio a la policía matar a un amigo a sangre fría, se me vinieron a la cabeza muchas imágenes: imágenes de otros asesinatos salvajes de la policía e imágenes de los actos de salvajismo que cometen los secuaces del mismo sistema en muchas partes del mundo. Algo que me vino a la memoria fue el incidente sobre el que escribí al comienzo del libro Democracia: ¿Es lo mejor que podemos lograr?:

". . .en Guatemala, numerosos testimonios han documentado en los últimos años una y otra vez que cuando las tropas del gobierno toman un pueblo, ejecutan a todos los que tengan edad de combatir y después se ocupan de asesinar brutalmente a los ancianos, violar y matar a las mujeres y rajarles la cabeza a los niños".

Pensemos en esto: los soldados responsables de este salvajismo no solo son los "primos" de la policía de Estados Unidos. De hecho, tienen los mismos jefes: el gobierno del imperialismo estadounidense, que es responsable de esas atrocidades en Guatemala y de monstruosidades similares por todo el mundo. Por otro lado, las víctimas de esas atrocidades—por todo el mundo—son nuestra gente: sufrimos la misma explotación y opresión y tenemos el mismo destino: alzarnos para acabar con todo esto.

Si la gente de un país pudiera sentarse a platicar con gente de otras partes de ese país—y si pudiera sentarse a platicar con gente de otros países—se daría cuenta de que las masas populares viven en las mismas condiciones en todas partes. Y la verdad es que eso es posible: las fuerzas de vanguardia de la revolución proletaria—en Estados Unidos el PCR,EU—deben ser el medio por el cual los oprimidos pueden "sentarse a platicar". O sea, por medio de su vanguardia (y el periódico y otras publicaciones del partido son indispensables para esto) las masas llegan a conocer la situación de otros como ellos mismos, no solo en su país sino por todo el mundo. Llegan a entender que tienen un problema en común—el sistema imperialista y las relaciones de explotación y opresión—y una solución común: la revolución proletaria para arrancar de raíz todos esos sistemas y todas esas relaciones por todo el mundo.

Para terminar quiero volver al punto con que empecé: la venganza y su relación con la revolución. Me parece que lo que sigue puede servir como resumen del punto de vista marxista-leninista-maoísta sobre este asunto:

"Lo que necesitamos no es simplemente devolverle golpes al opresor, no únicamente tomar un poco de revancha, sino más que todo eso, levantarnos completamente, perseverar y hacer la revolución".

(BALAS, de los escritos, charlas y entrevistas de Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, EU, RCP Publications, 1985, p. 22)

"Si no tuviéramos el deseo candente de acabar con todo esto y enterrarlo de una vez para siempre, no tendríamos el derecho de llamarnos revolucionarios y nunca seríamos capaces de guiar a nadie a la revolución. Pero con ese espíritu solo, jamás se hará la revolución. Tiene que ser templado con una teoría revolucionaria y un método científico para poder lidiar con las complejidades intrínsecas a una revolución y para poder atraer la fuerza que en realidad puede hacer la revolución, los millones de masas populares".

(Balas, p. 210)

"El único que no necesita justificar, de una forma u otra, la explotación, la opresión de la mujer y de naciones y minorías nacionales, la guerra y enemil monstruosidades más, es el proletariado internacional; solo el proletariado revolucionario consciente de clase sostiene que se pueden eliminar y se eliminarán todas estas cosas de la faz del planeta. Cuando se combina este punto de vista y dirección con la ira y deseo ardiente de las masas oprimidas de ponerle fin a todo esto, se forja una fuerza invencible".

(Reflexiones, notas y retos, Bob Avakian, RCP Publications, 1990, p. 133)


Nota

* NOTA DEL AUTOR PARA LA PUBLICACIÓN DE ESTE ARTÍCULO EN REVOLUCIÓN, FEBRERO DEL 2007: En cuanto a la esclavitud en Egipto en la época de los faraones, existen puntos de vista contradictorios y habrá que hacer más investigación y análisis para determinar mejor el papel social preciso de la esclavitud. Pero ya se sabe que la esclavitud, y la esclavización de los pueblos conquistados y subyugados por el estado egipcio (como los nubios del sur de Egipto), fue un fenómeno importante (a pesar de que, en otros momentos, los nubios conquistaron a Egipto y pasaron a ser el grupo dominante); y se sabe en general que, además de la esclavitud directa, la fundación de la sociedad y el estado egipcios eran la explotación y la opresión de las masas populares, en varias formas, por la élite de los faraones.
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Revolución #81, 11 de marzo de 2007

ADVERTENCIA:
La nazificación de las
universidades estadounidenses

Nazificacion

“... los profesores universitarios son el eslabón débil de la respuesta de América al ataque [del 11 de septiembre del 2001]... La historia nos enseña que cuando los intelectuales de una nación no quieren defender su civilización, cooperan con sus adversarios”.

American Council of Trustees and Alumni
(ACTA, grupo de rectores de universidades y exalumnos),
informe de diciembre de 2001

“... así como durante la guerra fría, cuando había una izquierda muy grande que apoyaba al enemigo comunista, ahora tenemos una izquierda aun mayor (porque la izquierda ‘progresista’ y comunista se ha unido a los musulmanes radicales para crear una quinta columna [enemigo entre nosotros] en este país) que desea nuestra derrota en esta guerra y en la guerra contra el terrorismo en general... De hecho, sus ‘críticas’ [se refiere a Noam Chomsky, Howard Zinn, Eric Hobsbaum y Todd Gitlin] han influido en el islam radical. Los seguidores de Bin Laden y Zarqawi siguen la línea ideológica de la izquierda estadounidense en el aspecto laico de sus acusaciones a Estados Unidos”.

David Horowitz,
Frontpagemag.com,
4 de julio de 2005

Crece la oposición organizada a los ataques al pensamiento crítico

Se han formado varias iniciativas y redes para concientizar sobre el ataque derechista al pensamiento crítico, para defender a los profesores bajo ataque y para construir una amplia oposición. Entre los grupos figuran: Defend Dissent and Critical Thinking (Defender el disentimiento y el pensamiento crítico), Teachers for a Democratic Society (Maestros por una sociedad democrática), Ward Churchill Solidarity Network (Red de solidaridad con Ward Churchill) y la coalición Free Exchange on Campus (Libre intercambio de ideas en las universidades). El portal defendcriticalthinking.org es un recurso importante, donde se encuentra análisis y debate desde varios puntos de vista e información sobre la lucha.

El título de esta sección especial de Revolución — ADVERTENCIA: La nazificación de las universidades estadounidenses — no se escogió a la ligera. Está en marcha un proyecto de fuerzas políticas derechistas y fascistas cristianas, concentradas hoy en el gobierno de Bush, que busca reorganizar las instituciones de educación superior y convertirlas en socios directos del imperio, la represión y la teocracia (un gobierno basado en la religión).

La mayoría de la población no se da cuenta del alcance ni de la magnitud de este ataque creciente contra el disentimiento y el pensamiento crítico en las universidades, ni de la visión de la sociedad y la universidad de quienes lo están llevando a cabo. Pero esta ofensiva ya ha causado daño y sigue adelante con una determinación peligrosa.

A la cabeza de esta arremetida están David Horowitz, quien dirige el Centro para el Estudio de la Cultura Popular y la revista electrónica FrontpageMag.com, y el American Council of Trustees and Alumni (ACTA), un grupo conservador de “vigilancia” académica fundado por Lynne Cheney, la esposa del vicepresidente. Están luchando sistemáticamente para transformar las universidades en varios planos:

Primero, quieren convertir la administración universitaria en un instrumento de coacción y control de los profesores y estudiantes, mediante intimidación, amenazas y purga de pensadores disidentes, cuando se requiera; y dejar que los académicos bajo ataque se las arreglen por su cuenta.

En otro plano, quieren que la universidad sea una zona de adoctrinamiento incuestionable, con límites severos al discurso permitido; se proponen silenciar a los profesores que hacen denuncias o debaten temas polémicos; y restringir y eliminar los programas, como Estudios Afroamericanos o de la Mujer, que desafían y refutan la narrativa oficial de la historia estadounidense y de la desigualdad y el desequilibrio del mundo actual.

En un plano muy fundamental, quieren romper el compromiso de la universidad con el discurso racional y científico, y evitar que oriente la sociedad en esa dirección. Los intentos de los fascistas cristianos de introducir el “diseño inteligente” en las universidades, confundir y borrar la distinción entre la ciencia y la religión, y enseñar y movilizar a una generación de proponentes de la “ciencia creacionista” son una manifestación importante y peligrosa de esto.

El objetivo general de este ataque contra el disentimiento y el pensamiento crítico es transformar el funcionamiento de la universidad, su vida interna y su influencia social. Si este proyecto reaccionario logra implantarse, las universidades terminarán preparando a estudiantes que tendrán muy poca (o ninguna) oportunidad de pensar críticamente para vivir en una sociedad cualitativamente más represiva que lo que se haya visto en este país.

Precisamente en estos momentos, el pensamiento crítico y el disentimiento son más necesarios y urgentes que nunca; precisamente en estos momentos, se deben fomentar no simplemente la ciencia, sino el método científico, el método de pensar que se necesita para poder conocer el mundo.

Estos fenómenos, por ejemplo el crecimiento de un movimiento derechista de estudiantes agresivos en las universidades, tienen paralelos alarmantes con la experiencia de Alemania a finales de los años 20 y comienzos de los 30 del siglo pasado (ver el artículo acompañante). La situación actual tiene ciertos aspectos distintos, pero se encamina en una dirección muy peligrosa. Debemos aprender de la historia y no dejar que esta ofensiva reaccionaria siga cobrando fuerza, porque después será mucho más difícil pararla.

Por otro lado, la seriedad de la situación en las universidades plantea serias preguntas acerca de la sociedad que la ha generado; y la resistencia a esa situación podría ser parte y fuente de inspiración de un amplio movimiento que se oponga a toda la dirección de la sociedad, con la guerra contra el mundo y el programa fascista interno. Hay mucho en juego.

Señales y precedentes peligrosos

Esta ofensiva multifacética ya ha tenido muchos efectos:

* Se han montado campañas amarillistas contra profesores disidentes y radicales; el ataque al catedrático Ward Churchill, profesor de Estudios Amerindios de la Universidad de Colorado en Boulder, es el ejemplo más extremo. Importantes agentes derechistas y políticos republicanos se unieron a Bill O’Reilly y el resto de la “máquina de ruido” republicana para crear una histeria nacional que ha tenido un impacto dramático y duradero. La campaña le dice a los académicos: los análisis críticos sobre las causas del 11 de septiembre y el papel mundial de Estados Unidos pueden considerarse herejías y, por consiguiente, a los profesores culpables se les puede castigar quitándoles su tribuna, su carrera y hasta la seguridad personal.

* Los derechistas de la radio y la internet identifican y calumnian a profesores progresistas, quienes después reciben correos electrónicos y amenazas de muerte. Al estilo de la Inquisición, se publican listas de profesores radicales y “peligrosos” en libros de alta visibilidad como The 101 Most Dangerous Professors (Los 101 profesores más peligrosos); otras listas circulan en cada universidad. De esa manera, alertan a una base social conservadora y fundamentalista religiosa de que en su seno hay una “amenaza traidora”.

* Los ataques a los profesores que estudian el Medio Oriente, que llegaron a un punto crítico en la Universidad Columbia a finales del 2004, tienen el propósito de crear un ambiente en que las críticas a la conducta de Estados Unidos en el Medio Oriente o en otras partes se consideren apoyo al “enemigo terrorista”; asimismo, cualquier crítica del estado de Israel se considera antisemitismo. Al poeta irlandés Tom Paulin y al profesor de la Universidad de Nueva York Tony Judt les cancelaron presentaciones públicas porque han criticado el tratamiento israelí a los palestinos. El académico progresista y antisionista Norman Finkelstein, autor del libro The Holocaust Industry (La industria del holocausto), es víctima de una campaña derechista para impedir que obtenga una cátedra con titularidad en la Universidad DePaul o en cualquier otra institución.

* Los grupos como Campus Watch (sionista y derechista) y Students for Academic Freedom (Estudiantes pro Libertad Académica, creado por Daniel Pipes y David Horowitz) organizan estudiantes reaccionarios en universidades por todo el país (en la Universidad de California en Los Ángeles les ofrecieron recompensas monetarias por un tiempo). Esos grupos acosan, hostigan, espían y vigilan a los profesores progresistas e izquierdistas. En la Universidad Columbia, han atacado a estudiantes que protestaban contra una presentación del líder de los Minutemen, un grupo paramilitar y antimigrante. Todo eso hace pensar en una versión estadounidense de la Juventud Nazi.

* El gobierno impone restricciones al pensamiento crítico en las universidades. Los republicanos han presentado la Carta de Derechos Académicos de David Horowitz (ARBOR) en el Congreso y en las legislaturas de por lo menos 23 estados para que sea ley. Esa Carta propone reglas para todos los profesores bajo la rúbrica de un plan de estudios “imparcial y equilibrado”. En Florida, propusieron darles a los estudiantes el derecho de entablar demandas contra profesores que mencionen temas polémicos “inapropiados” o planteen dudas sobre la oposición creacionista a la evolución (Democracy Now!, 6 de abril de 2005). En Arizona, un comité del senado estatal hace poco aprobó un proyecto de ley que prohíbe que los profesores de las universidades públicas aboguen por “una u otra posición en polémicas partidarias sobre asuntos sociales, políticos o culturales(insidehighered.com, 19 de febrero de 2007).

Puntas de lanza del ataque

David Horowitz es un izquierdista de los años 60 que se volvió ideólogo derechista. Se describe como defensor de los estudiantes y profesores conservadores que son víctimas de la "persecución" de una "dictadura izquierdista". Esa “dictadura” supuestamente se apoderó de las universidades, les está metiendo ideas radicales a los estudiantes e impide la contratación de académicos conservadores. Dice que ARBOR es un esfuerzo de llevar "equilibrio" y diversidad al mundo académico, por la fuerza de la ley. (Ver el artículo "La derecha pide 'equilibrio' en el sistema educativo: Un pretexto para el adoctrinamiento")

En realidad, eso de que "la izquierda se ha apoderado" de las universidades es un cuento, y muy pocos profesores o estudiantes lo creen. Por eso a Horowitz lo consideran descabellado en vez de amenazador.

Pero este tipo, que se describe como "ariete" del contraataque a la izquierda, de ninguna manera es una "víctima". Desafortunadamente, tampoco es irrelevante. Es un agente político reaccionario bien conectado a la cúpula del poder. Horowitz trabaja de la mano con Karl Rove y altos dirigentes del Partido Republicano, así como con poderosas figuras de los servicios de espionaje (James Woolsey, ex director de la CIA), el Departamento de Justicia (Edwin Meese, ex secretario de Justicia), personajes radiales derechistas (Rush Limbaugh y otros) y dirigentes del movimiento fascista cristiano (Pat Robertson).

Las acusaciones de que en las universidades rige una “tiranía” izquierdista le endulzan el oído al enorme y creciente movimiento de evangelistas y fundamentalistas cristianos. A estos les gusta decir que todavía se encuentran en el coliseo peleando con los leones, cuando en realidad su religión es cuasioficial.

Además, la campaña de Horowitz es sumamente racista. Lanza ridículo intelectual y vilipendio político contra los especialistas de las facultades de estudios étnicos afroamericanos y de otras nacionalidades. En la primavera del 2001, Horowitz sacó desplegados en periódicos universitarios por todo el país contra las solicitudes de indemnización a los afroamericanos por los horrores de la esclavitud. Preguntaban: “¿Y qué me dicen de la deuda que los negros tienen con América?”. Imagínense las consecuencias de restaurar la legitimidad de tales declaraciones de supremacía blanca y la posición de dominación que ocupaban en las universidades, esta vez con el pretexto del “equilibrio” académico.

Otra punta de lanza del ataque contra el pensamiento crítico es el grupo de rectores de universidades y exalumnos ACTA (American Council of Trustees and Alumni). Después de los ataques del 11 de septiembre del 2001, ACTA publicó una lista de 117 declaraciones de profesores y estudiantes que considera “moralmente ambiguas”, “antiamericanas” o las dos. Un ejemplo es la siguiente: "Debemos construir puentes y relaciones, y no solo bombas y muros".

ACTA trabaja especialmente con legisladores republicanos y exalumnos conservadores (y se jacta de que entre sus miembros figuran los gobernadores de Nueva York y Colorado, que condenaron públicamente a Churchill en el 2005 y pidieron despedirlo). ACTA dice que es la mayor fuente de fondos no gubernamentales destinados a las universidades. Moviliza al sector adinerado e influyente de la derecha para ejercer control de las universidades por medio del control de los fondos gubernamentales y particulares, y de la selección de los consejos directivos (que nombran a los presidentes universitarios).

Todo lo que hace es muy deliberado. Cuando la presidenta de la Universidad de Colorado comentó que se estaba creando una atmósfera macartista en relación con Ward Churchill, la presionaron hasta que renunció. La reemplazaron con Hank Brown, un cofundador de ACTA. Ahora Brown tomará la decisión sobre el despido de Churchill. Cuando el gobernador Jeb Bush de Florida abolió el consejo directivo del sistema universitario y lo reemplazó con un consejo en cada universidad en el 2001, invitó al vicepresidente de ACTA a dar la principal charla en las sesiones de orientación. (WorkingForChange.com, 19 de noviembre de 2001)

¿Por qué hacen esto ellos?

No hay un solo "ellos". Por el contrario, existe una gama de poderosas fuerzas políticas y sociales (en la clase dominante y la sociedad en general) con programas distintos pero que coinciden en parte. Lo que los une es el reconocimiento de que en las últimas décadas, miembros de la generación de los años 60 han entrado a las universidades, obtenido cátedras, ganado cierta influencia en el mundo académico, y escrito obras que refutan la versión oficial de la historia de Estados Unidos y su papel en el mundo. Tales obras progresistas no predominan en las universidades hoy, pero ese reto intelectual es muy positivo y es precisamente el papel social que deben desempeñar las universidades.

Pero desde la perspectiva de los reaccionarios, es intolerable. No quieren que los que entren a la universidad descubran que el mundo "aislado" de donde salieron no concuerda con el mundo como realmente es. Todavía hay espacio para el pensamiento crítico en el mundo académico y otras partes de la sociedad, y a los ojos de los reaccionarios eso es una fuente de contaminación. Quieren eliminarlo. Desde hace tres décadas, la batalla para cambiar las universidades es un frente crítico de la guerra cultural/intelectual que está librando la derecha. Para ella la situación en las universidades es una causa del "deterioro cultural y moral" y una fuente de "deslealtad" que debilita la voluntad nacional.

La campaña de transformación radical de las universidades cobró fuerza y ferocidad tras el 11 de septiembre del 2001.

El gobierno de Bush tiene grandes ambiciones para reconfigurar el mundo y establecer un imperio indiscutible e indisputable que dure décadas. Lo está haciendo en un período de grandes cambios y trastornos en el mundo y en la sociedad estadounidense. Las fuerzas de la cúpula de la clase dominante necesitan forjar cohesión social en una sociedad cada vez más diversa y sobre una base muy distinta a la que ha prevalecido hasta hoy. Buscan imponer nuevas normas sociales cuya base es la moral fundamentalista, una visión religiosa, absolutista y anticientífica de la realidad y de cómo se adquiere el conocimiento, y una política agresiva de "dios y patria". Han iniciado una época represiva con la Ley Patriota, espionaje e intervenciones telefónicas sin restricciones, advertencias a "tener cuidado con lo que diga" (como dijo el vocero de Bush tras el 11 de septiembre) y tortura "si decimos que la necesitamos".

En este contexto, en una situación donde esa visión de la sociedad tiene mucho poder y mucha iniciativa hoy, poderosas corrientes empujan a las universidades a funcionar de una manera distinta. El pensamiento crítico, el disentimiento y los valores académicos que fomentan una búsqueda sin trabas de la verdad dondequiera que se encuentre están en conflicto con este programa político e ideológico extremista.

Bob Avakian, en su análisis de los objetivos centrales de este ataque organizado contra el mundo académico, ha subrayado que el programa imperialista actual no resiste el escrutinio del pensamiento crítico y la búsqueda racional de la verdad. Por eso, los proponentes de ese programa tienen que cambiar la definición de la verdad y de cómo encontrarla. Tienen que prohibir y declarar inaceptable el pensamiento crítico y el disentimiento que ponga en duda los pretextos, ya sea de una medida en particular o de los cimientos de todos esos pretextos. (Exhortamos a escuchar la charla grabada “'Balance' Is The Wrong Criterion – And A Cover for a Witch-hunt – What We Need is the Search for the Truth: Education, Real Academic Freedom, Critical Thinking and Dissent" [Lo del “equilibrio” es para despistar… y justifica la represión en las universidades. Lo que necesitamos es la búsqueda de la verdad: La educación y una auténtica libertad académica, pensamiento crítico y disentimiento]).

Las universidades "liberales" e "izquierdistas" son un blanco especial de esa campaña por su papel como centros de pensamiento crítico y disentimiento; para forjar un movimiento estudiantil derechista; y para azuzar prejuicios contra lo intelectual, lo laico y lo modernista. Por otro lado, el creacionismo disfrazado de "diseño inteligente" se ha vuelto más común y el gobierno de Bush somete a pruebas religiosas y políticas la investigación científica que recibe fondos federales. (Ver las declaraciones "Defender la ciencia" y "Restaurar la integridad de la ciencia al proceso político").

Todo esto explica por qué decimos que este ataque al pensamiento crítico y el disentimiento es una "nazificación" de las universidades. No son incidentes aislados sino parte de un programa coordinado para hacer que las universidades se ajusten al proyecto de conquista imperial y reconfiguración social en una dirección fascista.

Ecos históricos: El "macartismo" y la Alemania nazi

Por eso también creemos que la situación de hoy es potencialmente más peligrosa que la de la época de McCarthy, aunque hasta la fecha no hemos experimentado las peores infamias de esa época. A finales de los 50, purgaron a miles de profesores de las universidades y la vida pública en general con el pretexto de una amenaza de guerra con la Unión Soviética. No se podía permitir oposición a esa agenda. A pesar de que no estalló la guerra, de todos modos sacaron a los profesores progresistas.

Hoy, cuando están librando una "guerra contra el terrorismo" que "durará generaciones", y cuando están socavando los principios laicos fundamentales del país (que han perdurado 200 años) y derechos básicos como el hábeas corpus… existe el potencial de que surja una situación mucho peor que hace 50 años… si no nos movilizamos para impedirlo. Una lección importante de la época macartista es que las "salvaguardas" de la libertad académica no impidieron que pasara. De hecho, la diversidad y efervescencia intelectual no regresaron a las universidades sino hasta que estallaron las luchas y rebeliones de los años 60.

El programa actual de reestructurar las universidades tiene fuerte apoyo de un sector poderoso de la clase dominante, y ningún otro sector tiene un programa coherente alternativo para confrontarlo. Esta situación tiene muchas semejanzas a la República de Weimar en Alemania, en los años 20 y comienzos de los 30, que precedió la toma del poder de Adolfo Hitler. Tal como los socialdemócratas de ese período en Alemania, los dirigentes actuales del Partido Demócrata no son capaces ni están dispuestos a desafiar la dirección en que el núcleo dominante está llevando al mundo ni la reconfiguración social que considera necesaria.

Así, se redobla la ofensiva contra el pensamiento crítico; se moviliza a millones de fundamentalistas cristianos en torno a una ideología fascista, absolutista y apocalíptica; y se preparan nuevas guerras criminales.

El reto

El reto ante los directores, los profesores y, especialmente, los estudiantes universitarios es confrontar este ataque… en unidad con amplios sectores sociales. Tenemos que defender a Ward Churchill y otros académicos que están bajo ataque y, en general, defender el derecho de los profesores a disentir y tener ideas radicales. Es sumamente importante que la nueva generación defienda la búsqueda sin límites de la verdad, la efervescencia intelectual y el disentimiento. De una u otra manera, la lucha en torno a la vida universitaria e intelectual tendrá repercusiones profundas en el futuro de la sociedad estadounidense y las posibilidades de forjar una sociedad totalmente nueva.

Como decimos en el artículo "La nazificación de las universidades por Hitler": "Hoy, los fuertes ataques contra las ideas radicales y el pensamiento crítico en las universidades deben dar la alarma. ¿CUÁNDO es hora de actuar para cambiar el curso de los acontecimientos? En Alemania, ¿era a comienzos de los años 30, antes de que Hitler 'llegara a ser Hitler' en el sentido más completo y en la forma más horripilante, o DESPUÉS? ¿Es prudente descartar esas lecciones históricas, en este contexto, o sacar las debidas lecciones de esa experiencia amarga y actuar antes, y no después, cuando sea demasiado tarde?".

No cabe duda de la lección… y del reto.

Envíenos sus comentarios.

Revolución #81, 11 de marzo de 2007

El pensamiento crítico y la búsqueda de la verdad: Hoy y en la sociedad socialista

Raymond Lotta

La búsqueda de la verdad es un aspecto crucial de conocer y cambiar el mundo. La gente necesita y puede saber cómo funciona la sociedad y cómo se dan los cambios sociales. Puede conocer las diferentes esferas del conocimiento, la ciencia y el método científico. No tiene que aferrarse a la superstición, a la religión o a la tradición, las cuales oscurecen la realidad. Tiene que conocer el mundo para cambiarlo. En una palabra, la gente tiene que saber qué es real y por qué importa.

Conocer la verdad es clave para crear la clase de sociedad liberadora que nosotros, como comunistas, queremos. También explica por qué nos preocupa lo que está pasando hoy en las universidades, así como lo que no está pasando.

La universidad es un lugar donde se profundiza el conocimiento del mundo y de la sociedad, y donde muchos aprenden a pensar rigurosa y críticamente sobre el mundo en general… y a actuar en consecuencia. Lo que sucede en "el mundo de las ideas" y en la universidad tiene una enorme influencia en la discusión y el debate de la sociedad. En la década de los 60, la agitación radical intelectual y las rebeliones en las universidades inspiraron cuestionamiento y protesta por toda la sociedad.

Pensamos que una parte importante de la lucha por un nuevo mundo es la defensa del pensamiento crítico y la promoción del cuestionamiento intelectual hoy en las instituciones educativas, así como en la sociedad en general. Asimismo, estamos conscientes de que esto no se puede realizar plenamente en las condiciones actuales.

La universidad, zona disputada

La universidad es parte del sistema social. Si damos un vistazo a la administración de las universidades, al proceso de conceder contratos gubernamentales y de las corporaciones, al financiamiento y el trabajo de los centros de investigación, y a los vínculos de las universidades con la economía global y la maquinaria militar de Estados Unidos… vemos que la universidad está dominada por los mismos intereses que gobiernan la sociedad. Por medio de las universidades, muchos jóvenes entran al mundo laboral y a la sociedad: a esta sociedad en particular, con sus valores y prioridades.

Pero en esta sociedad capitalista, la universidad es una de las pocas instituciones en las que la investigación libre y el pensamiento crítico tienen un poco de iniciativa. Es una zona disputada: donde las corrientes intelectuales y movimientos políticos chocan con el statu quo político-intelectual... y donde hoy poderosas fuerzas quieren sofocar todo pensamiento crítico.

Piensen en lo que significará para la sociedad si logran eliminar la investigación y el cuestionamiento intelectuales, si reina un ambiente de intimidación en las artes, si imponen un régimen de verdades absolutistas y certezas incuestionables.

Piensen en lo que significará para los pueblos del mundo que sufren bajo la "guerra contra el terror" de Bush si los sectores intelectuales de este país dejan de protestar enérgicamente (y, por qué no, con valentía) contra las infamias… y en vez marchan al compás. El hecho es que tal convicción y valentía son muy escasas hoy, aun en las universidades; es algo que tiene que multiplicarse y que hay que defender, y no callar.

Todo esto quiere decir que hay mucho en juego en la lucha para defender el disentimiento y el pensamiento crítico en los círculos académicos. Para nosotros, hay una conexión entre esta batalla y la forja de una sociedad radicalmente diferente, en la que florezcan el pensamiento crítico y el disentimiento.

El comunismo requiere la búsqueda sin trabas de la verdad

Pensamos que la humanidad puede alcanzar niveles completamente nuevos, que puede acabar con todas las formas de explotación, superar las divisiones de clase, eliminar todas las instituciones y relaciones sociales opresivas, y eliminar todos los valores e ideas que refuerzan las instituciones y relaciones opresivas.

La dirección comunista y el estado socialista tienen que dirigir el proceso para lograr ese mundo. Y tiene que ser un proceso caracterizado en todos los sectores de la sociedad por pensamiento y acción diversos, lleno de cuestionamiento, disentimiento y efervescencia.

Hasta la fecha ha habido dos importantes intentos de transición socialista al comunismo: en la Unión Soviética (de 1917 a 1956) y en la República Popular de China (de 1949 a 1976, con la muerte de Mao Tsetung). En ambos casos una “nueva burguesía” volvió a tomar el poder y restauró el capitalismo, a pesar de que en ambos casos conservó, inicialmente, muchos símbolos del socialismo. Cada una de estas experiencias hizo historia y, a pesar de las calumnias y lo que se acostumbra decir hoy, logró avances sin precedentes. Sin embargo, las dos experiencias también se quedaron cortas en importantes aspectos. El trabajo de sacar las lecciones de estas experiencias, de hacer un análisis más profundo de la dinámica del período del socialismo y de forjar una nueva síntesis, es lo que Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, EU, ha estado dirigiendo. Lo que sigue se basa en su trabajo innovador.

El socialismo es el primer paso indispensable para llegar al comunismo, donde la gente aprende del mundo y lo transforma conscientemente. El socialismo hace posible satisfacer las apremiantes necesidades del pueblo: trabajo con sentido, asistencia médica, vivienda digna, educación estimulante... extirpar de raíz el racismo y superar la opresión de la mujer... cuidar el medio ambiente. Pero el socialismo verdaderamente emancipador es mucho más que eso. Es una sociedad en la que las masas populares bregan enérgicamente con los asuntos mundiales, la filosofía, la ciencia y el arte… responsabilizándose del rumbo y el futuro de la sociedad… y dominando cada vez más todas las esferas sociales.

Históricamente, a los de abajo los han excluido de la esfera del "trabajo con las ideas". La sociedad burguesa crea islas donde una minoría participa en esa esfera, mientras que la gran mayoría de la humanidad vive explotada y excluida de las actividades intelectuales y creativas. La sociedad socialista tiene que capacitar a los otrora oprimidos (cuya vida ha sido restringida o limitada por la lucha para subsistir) para que trabajen cada vez más con las ideas y participen plenamente en la sociedad.

Asimismo, la sociedad socialista tiene que darles espacio a los intelectuales, los artistas y los científicos. El socialismo no será una sociedad liberadora si sofoca a los intelectuales. No será un paso hacia una sociedad de seres humanos libremente asociados a menos que desencadene el espíritu crítico, inquisitivo y de exploración de los intelectuales. Los científicos, intelectuales y artistas seguirán haciendo su trabajo y profundizando el acopio de conocimientos de la humanidad, al mismo tiempo que se van derribando las barreras entre el trabajo intelectual/artístico y los demás sectores de la sociedad.

La sociedad socialista requiere la más plena contienda de ideas para llegar a la verdad y para transformar la sociedad de una manera liberadora. Todo eso tiene consecuencias importantes con respecto a la libertad académica en el socialismo.

En el socialismo el sistema educativo tendrá un plan de estudios básico, que se basará en las esferas establecidas del conocimiento humano. Por otro lado, tiene que haber espacio para investigación e instrucción que rebasen ese plan, así como para teorías y corrientes intelectuales que van "contra la corriente". Eso es importante porque el socialismo tiene que ser una sociedad que vibra con nuevas ideas y descubrimientos. Es posible que mañana se demuestre que lo que hoy sabemos que es cierto (y es importante defender y aplicar para conocer más) sea parcial o completamente equivocado. Las teorías que se ha demostrado que son incorrectas, como el "creacionismo", no serán parte del sistema educativo, aunque los defensores de esas teorías podrán seguir expresándolas.

El marxismo se promoverá en las universidades y la sociedad porque es el enfoque más científico para comprender el mundo, así como para lograr la síntesis más fértil posible de diferentes ideas y avances de disciplinas y campos. Muchos académicos e intelectuales no abrazarán el marxismo y seguirán estudiando otros esquemas filosóficos. Se enseñarán y estudiarán otras filosofías, y estas contenderán con el marxismo. En ese ambiente, a medida que se aplique, el marxismo seguirá desarrollándose y conociéndose.

Esto suscita una pregunta: ¿en el socialismo, serán las universidades centros de crítica social y protesta política? Sí, queremos una sociedad en la que los estudiantes y los intelectuales critiquen las medidas del gobierno y las instituciones sociales, y cuestionen el programa y la visión de la sociedad. La gente debe tener el derecho de expresarse libremente sobre todos los aspectos de la sociedad y de organizar sus propias protestas, fuera de los límites de los canales y la política “oficiales”. Estamos hablando de una situación “plenamente abierta” en el marco de una sociedad que busca superar todas las formas de explotación, opresión y desigualdad social. El cuestionamiento político e intelectual y el disentimiento son indispensables para el proceso de profundizar el conocimiento de la realidad y la transformación social.

Como ha dicho Bob Avakian, si uno de veras capta esta epistemología —la búsqueda, sin trabas, de la verdad en aras de llevar a la humanidad a una etapa completamente nueva—, entonces querrá que lo cuestionen, y si somos fieles a eso, habrá momentos sumamente alocados.

Disentimiento, protesta y agitación en la sociedad socialista

Eso le plantea enormes retos al estado socialista. Por ejemplo, si se organizan movimientos y luchas de protesta contra las medidas del estado socialista con respecto al ambiente, ¿qué pasa si hacen bloqueos y plantones que trastornan la economía? Por un lado, la economía tiene que funcionar para satisfacer las necesidades del pueblo y los requisitos del estado socialista. Pero también hay que bregar con los temas que suscitaron la protesta y lo que eso quiere decir para el desarrollo de una economía socialista sostenible, e involucrar a muchos más en el debate.

No estará del todo claro el propósito de esos levantamientos y unos desafiarán importantes medidas sobre la dirección de la sociedad. Sería fácil simplemente imponer la autoridad del estado socialista, pero, repito, el estado socialista tiene que aclarar lo que es correcto y lo que es incorrecto, y luchar por lo correcto (y poner toda esa complejidad ante el pueblo y luchar por resolver los problemas políticos, como en el ejemplo arriba mencionado). El estado socialista y su dirección tienen que basarse en eso, y no en la fuerza.

¿Y la gente que se opone plenamente al socialismo y exhorta regresar al capitalismo? ¿También tendrá el derecho a disentir? Sí, es importante que esos puntos de vista se conozcan y se debatan. Es importante que los más fervientes defensores de esas ideas las expresen y las defiendan, en la prensa, los libros, etc. Aunque esos puntos de vista sean incorrectos, arrojarán luz sobre los problemas y defectos de la sociedad, y las contradicciones más profundas. La sociedad entera tiene que bregar con esos puntos de vista para entender el mundo más a fondo.

Si no se permite la expresión del disentimiento y oposición al gobierno, afectará la sociedad de una manera negativa. Enfriará el ambiente, tanto en los círculos académicos como en la sociedad en general. No queremos una situación en que la gente tema expresarse contra el gobierno.

Hay una diferencia crucial entre los que pregonan reemplazar la sociedad socialista con el capitalismo, y los que organizan o complotan para sabotear o tumbar el socialismo. Esa diferencia es algo que se tendrá que dar a conocer a la sociedad entera y delinear en la constitución.

La historia enseña que los estados socialistas tendrán que repeler ataques e invasiones imperialistas y derrotar a contrarrevolucionarios e intentos de reestablecer el viejo orden. Pero el estado socialista no debe confundir las acciones de quienes organizan sabotaje y el derrocamiento del estado socialista con los que expresan desacuerdos u oposición al socialismo. Las sociedades socialistas anteriores no siempre manejaron bien esta distinción, aunque en China, durante el tiempo de Mao, hubo experiencias positivas importantes, como durante la Revolución Cultural. Tenemos que manejar esto mucho mejor en el futuro.

Para el estado socialista ha sido relativamente fácil reprimir, por un tiempo, la oposición reaccionaria. Pero lo difícil (y ese es el gran reto) es fomentar el debate, la experimentación y el cuestionamiento, y exponerse a levantamientos sin perder el poder. Queremos un estado socialista que sea un instrumento poderoso y necesario para los oprimidos; una transición enérgica que avanza hacia una sociedad de seres humanos libremente asociados y un mundo sin estados ni aparatos de represión. No alcanzaremos eso sin un estado socialista y una dirección comunista que valoran y promueven el pensamiento crítico y la contienda de ideas; sin disentimiento y agitación social generalizados, y sin la búsqueda sin trabas de la verdad.

Cuanto más profundo sea ese proceso, tanto más deseable y emancipador será el resultado.

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Revolución #81, 11 de marzo de 2007

La derecha pide “equilibrio” en el sistema educativo: Un pretexto para el adoctrinamiento

David Horowitz, el arquitecto de la Carta de Derechos Académicos, pide “equilibrio” en las universidades "dominadas por la izquierda”. Los defensores del “diseño inteligente” piden “equilibrio” en las clases de ciencia de las prepas “laicas”. El canal Fox News dice que está restaurando la “imparcialidad” a la prensa dominada por el “sesgo liberal”.

¿Por qué piden “equilibrio” estas fuerzas derechistas? ¿Y debe ser el equilibrio la esencia de la actividad intelectual?

Primero, consideremos el verdadero “desequilibrio” de la prensa y el sistema educativo de esta sociedad. Cuando el gobierno de Bush preparaba el terreno para atacar a Irak, ¿estaban los periódicos y las noticias llenos de análisis serios y críticos de los propósitos del gobierno de Bush? La respuesta es obvia. En las universidades, ¿están los cursos de negocios, ciencias políticas y gobierno llenos de profesores que critican el capitalismo? No. De hecho, la gran mayoría de los jóvenes no se gradúan de la universidad con un conocimiento serio de la verdadera naturaleza de esta sociedad. En general, a la mayoría de la población no se le enseña a fondo la teoría de la evolución, a pesar de que todos los científicos serios saben que es verdad y que es un elemento fundamental de la ciencia moderna.

Seamos claros: nadie dice en serio que los profesores progresistas impiden que los estudiantes presenten un punto de vista diferente de la historia ni que los castigan cuando lo hacen. La campaña de Horowitz y demás no busca exhortar a los estudiantes conservadores a hacer el estudio y el trabajo necesarios para desafiar las ideas progresistas, sino organizarlos a espiar y entregar a esos profesores, y ayudar a fuerzas más poderosas a intimidarlos, como parte de un plan de "limpiar" las universidades.

¿Pero es el equilibrio la guía metodológica y meta de la erudición y la enseñanza? Obviamente, en la búsqueda de la verdad, para ver qué corresponde y no corresponde a la realidad, es indispensable que se dé plenamente un choque de ideas; pero eso no es lo mismo que el equilibrio. De hecho, como guía de la enseñanza y la búsqueda de la verdad, el equilibrio es un concepto y un criterio erróneo.

Si sabemos, de manera concluyente, que la Tierra es una esfera, ¿debemos seguir investigando y enseñando que la Tierra es plana, en aras del equilibrio? Si sabemos, de manera concluyente, que la evolución es cierta, ¿debemos seguir investigando y enseñando como ciencia los mitos bíblicos de la creación en aras del equilibrio? No, no los debemos seguir investigando y enseñando. Estas son verdades concluyentes, a pesar de que seguimos aprendiendo más sobre los orígenes y el desarrollo de la vida en la Tierra, como en cualquier otro campo de conocimiento humano.

Sostener que hay que aplicar el criterio del equilibrio a todo interrogante importante tendría consecuencias desastrosas en la vida y la integridad intelectual. Sería un obstáculo a la verdad, a la acumulación del conocimiento que corresponde a la realidad y a la interrogación científica para profundizar el conocimiento. Llevaría a dedicar una enorme cantidad de tiempo y recursos al estudio y a la enseñanza de algo que patentemente no es cierto, y eso tendría consecuencias sociales devastadoras.

Algo muy peligroso está sucediendo. Con el pretexto del “equilibrio”, ideólogos y políticos derechistas han lanzado un ataque contra la búsqueda y la exposición de la verdad. Este es un ataque sin precedentes en la historia moderna de este país, al servicio de un programa político e ideológico que requiere mentes cerradas y faltas de sentido crítico.

Hoy, ciertas verdades establecidas y definitivas son inconvenientes y están bajo ataque: por ejemplo, que las raíces de este país son la esclavitud y el genocidio, o que nuestra especie evolucionó. Esas verdades están en conflicto con el programa de los que detentan el poder. Ante las investigaciones de las últimas décadas que cuestionan la versión oficial de la historia, los reaccionarios piden “equilibrio” con profesores conservadores que, como dice David Horowitz, aprecian que “a los estudiantes hay que presentarles un punto de vista alternativo de la historia más conforme a la realidad”. ¡El “punto de vista alternativo de la historia” de Horowitz es que la esclavitud fue buena para los negros porque hoy son más ricos que los pueblos de África! Los fascistas cristianos piden “equilibrio” en la enseñanza de la evolución: que además de la evolución se enseñe, como ciencia, que "dios creó a Adán" (o, de forma disimulada, que un "diseñador inteligente" no identificado creó la vida). Para Fox News “equilibrio” quiere decir que George Bush dice la verdad.

Otro aspecto esencial de la actual cruzada a favor del "equilibrio" es que es un programa temporal y de transición que llevará a algo muy negativo. No es la primera vez que vemos ese método. Por ejemplo, el lema del noticiero Fox News es "Imparcial y equilibrado". Los derechistas se quejan de "los medios liberales", mientras su propia "máquina de ruido" domina la mayor parte de la radio y la televisión. Los medios de la corriente dominante (cuyo papel histórico al servicio de los que detentan el poder es bien sabido y cuya docilidad servil antes las mentiras, el espionaje y las guerras de este gobierno es escandalosa) se adaptan cada día más y dan "respeto y voz" a los puntos de vista de la extrema derecha. Por otro lado, censuran las voces y críticas radicales y las consideran "totalmente intolerables". Los medios, tanto de la corriente dominante como de la derecha, pasan por alto o estimulan el actual ataque al disentimiento y el pensamiento crítico.

Ahora aplican el mismo método en las universidades. La demanda de la derecha de que haya “equilibrio” no es un llamamiento a favor de la contienda sobre lo que es verdadero y lo que caracteriza más acertadamente la realidad, ya sea en la vida en este planeta o en la historia de este país. Por ahora, es un llamamiento a favor de la convivencia de la verdad, la verdad a medias y la falsedad. En manos de David Horowitz, Lynne Cheney, los fascistas cristianos y Fox News, es una cortina de humo para desterrar al pensamiento crítico de las universidades y de la sociedad en general.

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Revolución #81, 11 de marzo de 2007

El caso de Ward Churchill:


¡Una caza de brujas que hay que rechazar!

En enero del 2005, invitaron a Ward Churchill, profesor amerindio de la Universidad de Colorado (UC), a dar una conferencia en Hamilton College, en el estado de Nueva York. Inmediatamente, la derecha se movilizó. Dio a conocer un ensayo que escribió sobre el 11 de septiembre del 2001 tres años antes, en el que critica el papel de Estados Unidos en el mundo. La derecha exigió que cancelaran la conferencia. El gobernador de Nueva York se metió, y locutores derechistas como Bill O’Reilly y varios políticos (entre ellos el gobernador de Colorado) demandaron que lo despidieran.

En una fuerte crítica del papel de Estados Unidos en el mundo, Churchill dijo que las personas que trabajaban como funcionarios de las grandes corporaciones con oficinas en el World Trade Center (y no todos los que trabajaban ahí) eran "pequeños Eichmanns”, o sea los comparó a los funcionarios del gobierno nazi.

Empezó una caza de brujas. Ridiculizaron el trabajo de Churchill sobre el genocidio y la opresión de los indígenas. Llegó a tal punto que él y el Departamento de Estudios Étnicos, del cual era director, recibían mil correos electrónicos amenazadores al día. Poderosas figuras, como el ideólogo republicano Newt Gingrich, pidieron restringir o eliminar la cátedra con titularidad, que protege a los pensadores e investigadores para que no los despidan por expresar sus ideas.

La administración universitaria inició una investigación para determinar si debía despedirlo (o arrestarlo) por lo que había escrito. Mandaron a todos los profesores a comprobar que habían firmado el juramento de lealtad. La presidenta de la Universidad de Colorado, una republicana moderada, dijo ante el profesorado que temía un “nuevo macartismo”. Una semana después le tocó renunciar. En la primavera, los estudiantes escogieron a Ward Churchill como “profesor favorito”, pero la asociación de ex alumnos no le dio el premio. Todo eso planteó preguntas en los sectores más progresistas acerca de si se debe tener que "tener cuidado con lo que diga", políticamente, o correr el riesgo de que lo despidan, especialmente en el mundo académico.

En eso se metió David Horowitz, ex "izquierdista" de los años 60 y ahora reaccionario, para aconsejar a la administración cómo afinar el ataque a Churchill. En un discurso en el que lo acusó de apoyar a los “enemigos terroristas de Estados Unidos”, Horowitz dijo que no se debía despedirlo por lo que escribió sino investigarlo por fraude académico. Instantáneamente, la administración recibió un diluvio de quejas (casi todas viejas y ya consideradas) sobre plagio, falta de ética profesional, notas al pie de página incorrectas, etc., en la obra de Churchill. Con ese pretexto, el canciller inició una investigación de ética profesional.

Se convocó un comité de profesores para darle a la caza de brujas un barniz de “jurado de sus iguales”. Pero la verdad es que la investigación nunca se hubiera llevado a cabo sin la protesta contra sus declaraciones políticas. Incluso el comité admite que la Primera Enmienda debe amparar tales declaraciones y que supuestamente son una parte importante del mundo y la libertad académicos. La investigación fue completamente ilegítima y jamás se debió haber llevado a cabo; es como un principio de derecho que excluye el uso “de una fruta del árbol envenenado”. Un profesor de derecho (y ex subsecretario de Justicia del estado de Texas) dirigió la investigación, y tuvo que admitir que "tenemos inquietudes sobre los orígenes de esta investigación y escepticismo sobre los motivos”. Sin embargo, la realizó. Hay que decirlo sin rodeos: esta investigación ha causado más daño y es un mayor peligro que cualquier falta de ética de investigación que el comité haya descubierto.

En mayo del 2006, el comité anunció sus conclusiones, pero solo después de que dos miembros se vieron obligados a renunciar ante acusaciones de simpatía con la defensa de Churchill. En el informe el comité decía que encontró “una falta seria y repetida de ética profesional en sus investigaciones”. Un profesor de la facultad de Sociología estudió el informe y concluyó que es una exageración grotesca de la magnitud de las faltas (y que las sanciones que recomienda van mucho más allá de las que se han impuesto contra luminarias como Doris Kearns Goodwin, historiadora presidencial, que cometieron errores mucho mayores). También dijo que el informe dedica 44 páginas a tres párrafos de toda la obra de Churchill. Esto es importante: es dudoso que las obras de cualquier profesor resistan esa clase de examen sin que aparezcan faltas; además, ¿cómo se podrían llevar a cabo estudios serios en semejante ambiente?

De los cinco miembros del comité investigador, cuatro recomendaron suspenderlo y el quinto despedirlo. Al mes, el canciller de la universidad recomendó despedirlo. El capítulo de la UC de la Asociación Americana de Profesores Universitarios escribió en una protesta: “Pensamos que aunque se percibe que la investigación es el pretexto para despedirlo, en realidad la razón son sus ideas políticas”.

Hay que rechazar esta caza de brujas. Está en marcha un ataque de poderosas fuerzas derechistas estrechamente aliadas con la cúpula del poder para crear un ambiente de intimidación y de prohibición del disentimiento y el pensamiento crítico con respecto a importantes asuntos sociales. Piense lo que uno piense sobre las palabras que escogió o el argumento específico de Churchill, el intento de despedirlo se basa únicamente en su crítica radical de la historia de Estados Unidos y sus declaraciones sobre el 11 de septiembre del 2001. Si se permite que este ataque tenga éxito, se establecerá un peligroso precedente que ya está causando temor en los círculos académicos. Lo que está en juego es si se permitirá que los profesores digan la verdad sobre la versión oficial de Estados Unidos; y si los campos de estudio como estudios étnicos y de la mujer y el género, que muchas veces se oponen al resurgimiento del patriotismo y el chovinismo, podrán llevar a cabo su indispensable trabajo intelectual y cultural.

Churchill está ganando apoyo, pero se necesita muchísimo más. Los estudiantes y los profesores tienen que cerrar filas y defender a Ward Churchill, así como el disentimiento y el pensamiento crítico en este momento urgente.

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Revolución #81, 11 de marzo de 2007

La nazificación de las universidades por Hitler

Existe un inquietante paralelo entre lo que está pasando en las universidades hoy y la experiencia de Alemania durante la época del ascenso y la consolidación del poder de los nazis.

El movimiento nazi organizó a la juventud y a los estudiantes; a fines de los años 20, tenía un fuerte apoyo estudiantil. En las principales universidades, los estudiantes reaccionarios hostigaban y boicoteaban a los profesores progresistas y judíos.

Cuando Hitler llegó al poder en 1933, se embarcó en la reestructuración del aparato de gobierno, la reconfiguración de las instituciones de la sociedad civil y la difusión de los principios de solidaridad y superioridad racial de los alemanes. Los nazis aplastaron la resistencia política; callaron el disentimiento; sometieron a los abogados y las instituciones que hubieran podido oponer resistencia. Reorganizaron la sociedad alemana para ponerla al servicio de un proyecto de control social y conquista imperial.

El sistema educativo fue uno de los importantes blancos de la nazificación. Expulsaron a muchos profesores universitarios por razones políticas y por su trabajo intelectual, y a muchos más solo por ser judíos. Criticaron la diversidad intelectual y realizaron una “limpieza” de las bibliotecas. A los grupos estudiantiles derechistas y nazis, que en los años 20 molestaban a los profesores, les dieron rienda suelta para quemar libros y arremeter contra profesores indeseables.

Pero pocos administradores o profesores que no fueran judíos protestaron públicamente o renunciaron ante lo que sucedía. Hace pensar: ni una de las 23 universidades, 11 academias de ciencia o 10 politécnicos de Alemania fue un centro de protesta y resistencia.

El gobierno de Hitler pudo forjar una nueva “normalidad” académica. Estableció “institutos de investigación” dirigidos por los nazis que se basaban en una ciencia social y médica falsa; cambió el plan de estudios de varias disciplinas; y cultivó un cuerpo de intelectuales que sirviera y diera legitimidad al proyecto nazi. En otras facultades, propuso un pacto con el diablo: cállense y se les otorgará una apariencia de independencia académica. La gran mayoría de los círculos académicos lo acataron. Así constriñeron la enseñanza superior.

En los años 20, muchos descartaron el fenómeno de Hitler, pero ese movimiento pasó de ser “marginal a ser central”.

Hoy, los fuertes ataques contra las ideas radicales y el pensamiento crítico en las universidades deben dar la alarma. ¿CUÁNDO es hora de actuar para cambiar el curso de los acontecimientos? En Alemania, ¿era a comienzos de los años 30, antes de que Hitler "llegara a ser Hitler" en el sentido más completo y en la forma más horripilante, o DESPUÉS? ¿Es prudente descartar esas lecciones históricas, en este contexto, o sacar las debidas lecciones de esa experiencia amarga y actuar antes, y no después, cuando sea demasiado tarde?. Debemos reconocer el peligro y actuar en consecuencia. En un principio los nazis atacaron a los judíos y a los comunistas, y de ahí ampliaron el ataque. Hoy tenemos que defender a los que están bajo ataque y movilizar a la gente para frenar esta peligrosa trayectoria.

Libros importantes:

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Revolución #81, 11 de marzo de 2007

Hay que ver:

Swing Kids, The White Rose y Sophie Scholl

Swing Kids
The White Rose
Sophie Scholl & White Rose

La película Swing Kids, que salió en 1993, tiene lugar en la Alemania de los años 30, cuando el Tercer Reich de Hitler impuso una cultura de marchas nazis, polkas y canciones populares alemanas, y casi era obligatorio ser miembro de la Juventud Hitleriana. Robert Sean Leonard y Christian Bale desempeñan el papel de integrantes de los "Swing Kids", un movimiento juvenil clandestino que oye jazz a pesar de que está prohibido. Se ponen sombreros y ropa de esa moda, bailan un estilo de jitterbug muy movido, cantan canciones de Harlem, el barrio negro de Nueva York, y escuchan discos de músicos negros y judíos, como Count Basie, Artie Shaw y Bennie Goodman. Pelean con los jóvenes nazis. En una pelea, a un guitarrista le fracturan la mano, y este dice que va a tocar como Django Reinhardt, un extraordinario músico de jazz roma que toca con solo dos dedos de la mano izquierda. En esa época los nazis perseguían a los roma (llamados despectivamente gitanos). Cuando un nazi le pide que toque una canción alemana, dice que no por principio porque "ahora no hay canciones alemanas, solo canciones nazis".

Los Swing Kids viven en una atmósfera sumamente hostil y represiva, donde hay mucho en juego y una intensa presión a ser conformista. Cuando los obligan a ser Jóvenes Hitlerianos, deciden transigir: "ser Swing Kids de noche y Jóvenes Hitlerianos de día". Pero resulta imposible. Por todas partes hay señales de una resistencia dispersa, como una librería donde esconden pasaportes falsos en tomos raros de Faust para ayudar a escapar a los judíos. Pero en general reina una atmósfera de complicidad, y hasta sus propios padres tratan de protegerse y se mantienen callados ante la represión fascista. Los Swing Kids descubren que se puede preservar un poco de privilegio y comodidad vendiéndose al diablo, o se puede ser leal a las convicciones y hacer lo debido, y que eso sí vale la pena.

La historia de otro grupo de jóvenes valientes de la Alemania nazi es el tema de otras dos películas: The White Rose (1982) y Sophie Scholl: The Final Days (2005). The White Rose (La Rosa Blanca) presenta el entusiasmo y la camaradería de los estudiantes de la Universidad de Munich, y su respuesta bulliciosa y crítica a la represión. Un profesor da una conferencia desafiante sobre Spinoza (un filósofo judío), a pesar de que los Jóvenes Hitlerianos interrumpen la clase para espiar e intimidar al profesor y a los estudiantes.

En 1942-1943, se esperaba que todo ciudadano alemán apoyara a las tropas en la II Guerra Mundial. Pero los miembros del grupo Rosa Blanca hacen campaña a favor de la derrota de Alemania y logran repartir volantes por toda la ciudad, bajo las narices de los nazis. Un pequeño grupo de estudiantes católicos forma una organización clandestina antinazi y está resuelto a denunciar el verdadero plan del gobierno. Aparecen volantes en los salones de clase y en libros en la universidad, y se reparten por correo por todo el país; dicen la verdad sobre los campos de concentración y los planes de los nazis y exhortan a los estudiantes y a los demás a actuar. Cuando Sophie Scholl, una estudiante de primer año, se entera de la Rosa Blanca, es la primera mujer del grupo y es uno de los participantes más creativos y audaces.

La Blanca Rosa y los Swing Kids cayeron víctimas de una fuerte represión. Los nazis arrestaron a centenares de Swing Kids y enviaron a unos a los campos de concentración. A Sophie Scholl y otros militantes de la Rosa Blanca los ejecutaron en 1943. Estas películas nos muestran la valentía y convicción de estos jóvenes rebeldes, pero también muestran el peligro de la complicidad y el silencio, y el alto precio de una resistencia que es muy poca y demasiado tarde.

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Revolución #81, 11 de marzo de 2007

Del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar

Mujeres iraníes convocan a acciones del Día Internacional de la Mujer

El Servicio Noticioso Un Mundo que Ganar publica la revista Un Mundo que Ganar (awtw.org/spanish/), una revista teórica y política inspirada por la formación del Movimiento Revolucionario Internacionalista (MRI), el centro embrionario de los partidos y organizaciones marxista-leninista-maoístas del mundo.

12 de febrero de 2007. Servicio Noticioso Un Mundo que Ganar. (Traducción de Revolución). La Campaña de la Mujer para Abolir todas las Leyes Islámicas Misóginas, de Género y Punitivas en Irán está organizando acciones para el 3 y el 8 de marzo con motivo del Día Internacional de la Mujer.

El año pasado la campaña, conocida por su nombre en farsi, Karzar, organizó una serie de marchas durante cinco días de Francfort, Alemania, a La Haya, Holanda. Aproximadamente mil personas participaron el último día, la mayoría mujeres iraníes pero también mujeres y hombres de Europa y muchas partes del mundo; unos viajaron largas distancias para manifestar su compromiso con las mujeres de Irán, cuya opresión la legitima el sistema judicial impuesto por los gobernantes de ese país.

Este año, la Campaña de la Mujer tiene planeadas acciones en dos niveles. El 3 de marzo está organizando días de acción en muchas ciudades europeas, entre ellas: Londres; París; Francfort, Bremen y Gutingen, Alemania; Estocolmo; Helsinski; así como en Toronto, Canadá. La manifestación principal será en La Haya el 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer. De toda Europa se sumarán a la marcha, que comenzará en el centro y se dirigirá a la embajada de Estados Unidos y luego a la de la República Islámica de Irán.

“Es simbólico que la marcha de la Campaña de la Mujer pase enfrente de las dos embajadas”, le dijo al SNUMQG Leila Parnian, una de las coordinadoras. “Primero marcharemos a la embajada estadounidense para expresar nuestra oposición a las amenazas de guerra contra Irán y todo lo que ha hecho Estados Unidos contra la mujer en Afganistán y especialmente Irak. Estamos conscientes de que Estados Unidos no tiene ninguna intención de traer la democracia a Irán ni de liberar a la mujer iraní. La situación de nuestras hermanas en Afganistán e Irak lo dice todo sobre el sufrimiento de la mujer bajo los regímenes fundamentalistas que la ocupación estadounidense ha impuesto en ambos países. También estamos conscientes de cómo Bush trata a la mujer en Estados Unidos, donde hace lo posible para quitarle el derecho al aborto. No nos haremos ilusiones sobre las intenciones y metas estadounidenses para invadir a Irán”. Explicando por qué también protestarán frente la embajada iraní, dijo: “Nuestra consigna principal este año es: ‘No a la reacción, No al imperialismo, Avanzar hacia un mundo nuevo’, pues no queremos inclinarnos hacia una parte ni la otra, ni contar con los imperialistas estadounidenses para acabar con la opresión de la mujer ni tampoco apoyar el gobierno islámico reaccionario que ha sido un gran opresor de la mujer en Irán desde su inicio y ha legalizado la discriminación contra la mujer y hasta la ha convertido en un deber religioso”.

La Campaña de la Mujer se ha definido por su clara posición contra el gobierno islámico de Irán y al mismo tiempo contra el imperialismo estadounidense. Ha hecho importantes esfuerzos para unir en torno a esa posición a un amplio sector de organizaciones femeninas e individuos, y ha tenido cierto grado de éxito.

Esto es imprescindible en la situación actual en que, por un lado, los imperialistas estadounidenses hacen cada vez más preparativos militares y propagandísticos para una guerra contra Irán. Estados Unidos no vacilará en usar como pretexto la opresión de la mujer para invadir a Irán, como lo hizo para invadir y ocupar a Afganistán. Bush pidió más de $75 millones del presupuesto para la promoción de la “democracia en Irán”, o sea un aumento de fondos para la máquina propagandística estadounidense en farsi. Por otro lado, el gobierno iraní, a pesar de su posición precaria y desesperada, no cede nada en lo que concierne a los derechos democráticos y especialmente los derechos de la mujer; al contrario, aprovecha engañosamente el orgullo nacional del pueblo para que lo defienda y que le salve el pellejo. Es la naturaleza de un gobierno reaccionario cuyos intereses están en absoluto conflicto con la liberación de la mujer.

Sin embargo, persiste un modo de pensar erróneo que propone posponer la lucha popular contra los opresores y explotadores inmediatos frente al peligro de un ataque estadounidense. Algunas personas, comenta Parnian, “han dicho que esa posición es una condición previa para apoyar la Campaña. Es especialmente pronunciado en el movimiento izquierdista de los países occidentales, entre gente harta con la intimidación a los países oprimidos por Estados Unidos y otros imperialistas occidentales. Esta línea ha sido un obstáculo concreto para desarrollar el apoyo para la lucha de la mujer. Pero también encontramos otra tendencia opuesta, particularmente en el movimiento iraní, de inclinarse hacia Estados Unidos contra el gobierno islámico”.

Enfatizó lo importante que es que la Campaña de la Mujer mantenga una línea independiente para construir un movimiento de resistencia más fuerte, poniendo en relieve el peligro de líneas erróneas. “Tales puntos de vista (erróneos) obligan al pueblo a tomar partido o con los gobernantes islámicos brutales o con la agresión mortífera estadounidense. Estas líneas no dan oportunidad a una lucha popular independiente que cuenta solo con el poder del pueblo. La única manera de desencadenar plenamente a los oprimidos contra la reacción y el imperialismo, y de oponerse de verdad al imperialismo estadounidense, es la lucha popular independiente, unida contra los imperialistas tanto como contra las autoridades reaccionarias iraníes, no solo en Irán sino con el apoyo activo internacional, un movimiento con una visión de un mundo nuevo donde se haya abolido toda discriminación contra la mujer y se garanticen los derechos democráticos del pueblo”…

www.karzar-zanan.com E-mail – Karzar2005@yahoo.com

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Revolución #81, 11 de marzo de 2007

Del Servicio Noticioso Un Mundo que Ganar:

¡El 8 de marzo de 2007, Día Internacional de la Mujer, unidos y en armonía, exijamos “un mundo distinto”!  

12 de febrero de 2007. Servicio Noticioso Un Mundo que Ganar. (Traducción de Revolución). Esta es la convocatoria a la manifestación en La Haya el 8 de marzo de la Campaña de la Mujer para Abolir todas las Leyes Islámicas Misóginas, de Género y Punitivas en Irán (Karzar).

¿Oyes los gritos de las mujeres iraquíes contra las matanzas de honor de los grupos islámicos o contra las violaciones cometidas por militares estadounidenses y británicos?

¿Oyes las protestas de las mujeres de Afganistán cuyos cuerpos y almas son el campo de guerra en la rivalidad entre el Talibán, otras fuerzas islámicas y las fuerzas de ocupación occidentales y sus socios?

¿Oyes los gritos de la mujer iraní sentenciada a latigazos, obligada a cubrirse la cara y que ahora será ejecutada a pedradas?

¿Oyes las protestas de las mujeres estadounidenses ante la violación de una de sus hermanas cada seis segundos?

¿Eres testigo del incremento de la violencia patriarcal contra las mujeres en los países europeos?

Los responsables de la represión contra la mujer son, por un lado, las potencias imperialistas patriarcales que justifican sus guerras de agresión con el pretexto de defender “los derechos de la mujer” y “los derechos humanos” en la región y, por otro lado, los fundamentalistas islámicos que han esclavizado a la mujer.

Los asesinatos de miles de mujeres y niños con napalm, fósforo y bombas de fragmentación, las violaciones de las mujeres iraquíes por soldados estadounidenses y la imposición de constituciones misóginas islámicas por los fundamentalistas con el apoyo de los asesores occidentales y de Estados Unidos en Irak y Afganistán son solo una parte de la “liberación de la mujer” que proclaman las fuerzas imperialistas. Asimismo, el programa político de las fuerzas islámicas reaccionarias intensifica la represión y la miseria de la mujer. Las leyes que defienden la desigualdad, como también los castigos contra la mujer y obligarla a cubrirse la cara, son manifestaciones de la supremacía masculina de la estructura de poder islámica. La violación y la ejecución de mujeres y muchachas en Afganistán demuestran que el poder islámico en ese país es militarista y reaccionario.

Todo eso nos enseña a las mujeres del Medio Oriente que no sería correcto buscar la emancipación y la liberación dentro del marco del actual orden internacional, ni dentro del marco de la ideología islámica.

Nosotras, las mujeres iraníes, seguiremos en el camino que iniciamos el año pasado, para construir “un mundo distinto” basado en la participación y el poder del pueblo, de los que no tienen interés en mantener las estructuras de poder basadas en la explotación y la injusticia. Buscamos un mundo en que la mutilación de las mujeres se considere un crimen, no una tradición. Buscamos un mundo en que a las niñas no se les someta a la violación “matrimonial”, donde la mujer no tenga que sufrir matanzas de honor”, donde ninguna mujer tenga que suicidarse o quemarse para escapar de la violencia patriarcal, un mundo donde ninguna mujer sea ejecutada a pedradas por amar o por tener relaciones sexuales. Buscamos un mundo que no considere la homosexualidad un crimen, un mundo en que la identidad de la mujer no se base en su matrimonio o en ser madre. Luchamos por un mundo en que no puedan forzar a las mujeres a quedarse en la cocina o dentro de la casa, donde no se les pueda quitar el derecho de participar en la producción social y la vida política. En ese mundo, la mujer controlará su propio cuerpo y tomará las decisiones sobre tener hijos, un mundo en que los hombres y las mujeres son realmente iguales en todos los aspectos de la vida.

Esos son algunos aspectos del horizonte de nuestra liberación, un horizonte que tiene que estar al alcance de millones de mujeres oprimidas, un horizonte que nos da esperanza, una esperanza que nos da valor y que nos da la fuerza para continuar nuestra lucha por la emancipación ante todas las formas de opresión y de clase.

El 8 de marzo del 2007, lanzaremos la consigna: “¡No a la reacción, No al imperialismo, Avanzar hacia un mundo distinto!”, para unir y aumentar nuestras filas. En la actual situación mundial, la emancipación de la mujer marca claramente una raya entre los oprimidos del mundo y los distintos reaccionarios imperialistas y fundamentalistas islámicos.

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Revolución #81, 11 de marzo de 2007


Celebrar el Día Internacional de la Mujer

 


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Revolución #80, 4 de marzo de 2007

Recibimos lo siguiente del portal de El Mundo no Puede Esperar:

Marcha al Pentágono el 17 de marzo

 

Recibimos lo siguiente del portal de El Mundo no Puede Esperar:

Marcha al Pentágono el 17 de marzo
ÚNANSE A EL MUNDO NO PUEDE ESPERAR – FUERA BUSH Y SU GOBIERNO
Y una gran coalición de organizaciones antibélicas para una
MARCHA AL PENTÁGONO el sábado 17 de marzo
¡Alto a la guerra YA! ¡Juicio de destitución a Bush por crímenes de guerra!
Sábado, 17 de marzo

Nos juntaremos al mediodía (12 p.m.) en el Memorial a los Veteranos de la Guerra de Vietnam (Constitution Gardens) de Washington, D.C.
2 p.m.: Marcharemos al Pentágono
El 17 de marzo, con motivo del 4° aniversario de la guerra y ocupación inmoral e injusta de Irak, ÚNANSE para una marcha al Pentágono. Digan al gobierno de Bush que hay que parar la guerra ¡YA! ¡Y que no ataque a Irán!
¡Urge un juicio de destitución a George Bush y Dick Cheney por crímenes de guerra y de lesa humanidad! Millones de personas se oponen a la guerra, el espionaje, la tortura, el abandono de los sobrevivientes del huracán Katrina, la propagación de la teocracia y la supresión de la ciencia... y quieren parar en seco el desastre que es el gobierno de Bush. Con un juicio de destitución en ciernes, Bush se verá con opciones bélicas cada día más limitadas; al sacar a flote sus crímenes de guerra, habrá más ímpetu para sacarlo del poder y repudiarlo.
La Convocatoria Fuera Bush y su Gobierno dice: “TU GOBIERNO ESTÁ LIBRANDO UNA GUERRA ASESINA ILEGÍTIMA CONTRA IRAK, BASADA EN MENTIRAS, Y TIENE A OTROS PAÍSES EN LA MIRA”.

¡Marchen al Pentágono para hacer que nuestra voz se escuche!

Si quieren saber más, chequen worldcantwait.org o llamen al (866) 973-4463.

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