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Revolución #99, 26 de agosto de 2007
Katrina, Jena y todo el maldito sistema
Hace dos años el huracán Katrina devastó Nueva Orleáns. Todo el mundo vio a centenares de miles de personas, casi todos negros y pobres, atrapadas en la ciudad. Katrina arrojó una luz fuerte sobre el hecho de que las masas negras siguen atrapadas en la extrema pobreza, con cada día menos trabajos y peor educación, y peores viviendas y servicios de salud, y para la juventud un futuro de cárcel o muerte prematura. Katrina puso las mentiras y los fracasos de este sistema ante los ojos del mundo; no lo podían negar o suprimir, como en "tiempos normales".
La clase dominante y los medios de comunicación fingieron sorpresa. Al final de sus vacaciones, Bush fue a Nueva Orleáns y declaró solemnemente que el gobierno iba a ayudar a todos a reconstruir la vida y hacer una ciudad mejor que antes. Los demócratas prometieron toda clase de ayuda para los habitantes de los ghettos. Una vez más iniciaron una "conversación nacional sobre la raza". Pero un mes más tarde las promesas se fueron a pique y la realidad volvió a imponerse.
La realidad, como demuestra este número de Revolución, es que para los que sobrevivieron Katrina los problemas acababan de empezar. El sistema no solo los falló… los traicionó.
Katrina concentra y representa la realidad general del pueblo negro en Estados Unidos. En los dos años desde Katrina:
Un hilo común de todo esto es que los blancos son jóvenes afroamericanos. En palabras, el sistema los promete una cosa; en los hechos les dice: no tienen futuro en este sistema.
Para tener una idea de lo extrema que es la situación: en 1954, el año que la Suprema Corte decidió que se debe integrar las escuelas, había 98,000 negros en la cárcel. Unos 50 años más tarde, en 2004, había… ¡910,000! Casi diez veces más. Esa es la clase de "progreso" que ofrece este sistema. Este es el futuro que promete. Esta es la "respuesta" que el sistema tiene a la opresión de siglos que creó y continuamente refuerza.
Este es un sistema, un sistema capitalista
Estados Unidos es un sistema capitalista-imperialista. Este hecho básico y brutal sentó las bases de la suerte de los negros en este país.
La expansión del capitalismo a las Américas y el crecimiento de un mercado mundial hace unos 400 años crearon la enorme demanda de algodón, azúcar y otros productos agrícolas. Para producir y vender esos productos, y sacar enormes ganancias, los capitalistas secuestraron a millones de africanos, los encadenaron y los esclavizaron. Millones murieron durante la infernal travesía antes de llegar a las Américas. Los sobrevivientes sufrieron de una manera inimaginable y en el curso de las generaciones sentaron buena parte de los cimientos de la enorme riqueza de la que tanto se jacta la clase dominante de este país.
Tanto la necesidad del sistema capitalista de "crecer más allá" de la economía esclavista como las rebeliones de los esclavos llevaron a la guerra de Secesión. (Y grandes cantidades de ex esclavos lucharon por su propia libertad en el ejército del Norte y sufrieron bajas desproporcionadas). La necesidad del capitalismo de volver a imponer el orden (y la acumulación lucrativa de ganancias) después de la guerra llevó a la explotación de los ex esclavos en el sistema de aparcería y al establecimiento del sistema de discriminación y segregación oficiales conocido como Jim Crow y a la justicia de las chusmas linchadoras en el Sur.
La II Guerra Mundial, que fue una guerra por el imperio; la necesidad del capitalismo de emplear trabajadores en la industria militar, la automotriz, la siderúrgica, la de hule y otras; y la mecanización de la agricultura en el Sur… todo esto empujó a las masas negras al proletariado urbano. Esta fue la "gran migración", cuando millones de negros se transformaron de aparceros a trabajadores, empujados de la tierra a las ciudades.
Pero hoy el capitalismo ha desplazado las industrias pesadas a los suburbios y a otros países. Aunque los jóvenes negros de las ciudades quieran trabajar, los capitalistas han decidido que son demasiado "rebeldes" para los pocos empleos que quedan. Tienen otros planes para estos jóvenes. Así que durante las últimas décadas, han dejado que se pudran las escuelas y que prospere el narcotráfico. Han creado una dinámica en que millones de jóvenes negros no tienen alternativa que no es la cárcel o la muerte. En los medios pintan a estos jóvenes como "salvajes" e "irredimibles". (Es cierto que durante ese tiempo también abrieron unas pocas puertas —aunque solamente un tantito— para permitir a un puñado de negros a llegar a la clase media. Pero su posición es muy precaria y siguen sufriendo discriminación y opresión del sistema de muchas maneras, como arriesgar la vida manejando un carro).
Para la juventud negra, no es un período de gran expectación, sino de encarcelamiento, demonización y criminalización.
Revolución y resistencia
Se le ha acabado el tiempo a este sistema. Hemos visto cómo ha traicionado a las masas negras. Lo que tiene planeado no es simplemente "volver al pasado", sino algo peor: un programa con implicaciones genocidas. Esto es lo que significa cuando la cantidad de presos negros crece diez veces en 50 años, cuando gente de la calaña de Pat Robertson dice que los presos son una "mancha" y otros hablan de "reprimir más" a los que llaman "depredadores que no se puede rehabilitar" y cuando les quitan sistemáticamente las pocas oportunidades que hay.
No existe la posibilidad de cambios auténticos y duraderos en este sistema.
Esa es una de las principales razones porque necesitamos una revolución comunista y un nuevo sistema. El artículo de Li Onesto sobre Katrina en este número contrasta gráficamente lo que hubiera hecho un sistema socialista ante un desastre como Katrina y lo que hizo este sistema. Por supuesto, la revolución comunista es la revolución más radical y global; su meta es llevar a la humanidad a una etapa en que se hayan abolido todas las divisiones de clase, todas las relaciones de explotación en que estas descansan y las instituciones políticas que refuerzan esas relaciones, y todas las ideas que corresponden a ellas, y en que la gente se relaciona con el mundo y con sí misma como seres humanos libremente asociados. Desde las primeras etapas de esa revolución, impulsaría un cambio fundamental y positivo en todas las esferas, y un elemento y tarea muy clave de la revolución comunista es eliminar la opresión de los pueblos y las naciones, y superar las cicatrices del pasado.
Para llegar a una situación en que esto podría pasar, muchas cosas tienen que cambiar. Un cambio importante es que millones de personas tienen que oponer resistencia política. Tiene que haber una ola de resistencia política contra todas las formas de opresión, que unifica a gente de muchas capas y puntos de vista. Sin esto, no habrá cambios fundamentales; sin esto, habrá más horrores para el pueblo.
Esto empieza a ocurrir. Las protestas contra el asesinato policial de Sean Bell, y las protestas en Chicago contra el asesinato policial de Aaron Harrison, de 18 años; la lucha en defensa de los 6 de Jena; y las protestas de varias formas contra lo que pasó tras el huracán Katrina… todos estos son importantes y positivos. Muchos maestros, escritores, artistas y otros de la clase media negra participan en la lucha de varias formas. Hay descontento en otras comunidades de color y unos blancos empiezan a tomar partido. Pero estas son apenas las semillas de lo que verdaderamente se necesita: un nuevo auge que declare que esto es intolerable. Hay que fortalecer y redoblar estas luchas, llevarlas a un nivel superior y trazar los vínculos a otras batallas clave contra el sistema y a la necesidad de la revolución.
Este otoño tiene que haber una resistencia política mucho mayor contra estas infamias y, sí, estos horrores. Este periódico puede y tiene que ser una parte esencial de la resistencia. Esto tiene que manifestarse el 29 de agosto, el segundo aniversario de Katrina… en la lucha en defensa de los 6 de Jena, y cuando sentencian a Mychal Bell el 20 de septiembre, cuando habrá que forjar una unidad muy amplia… y el 22 de octubre, el Día Nacional de Protesta para Parar la Brutalidad Policial, la Represión y la Criminalización de Una Generación.
(Para entrarle más en los temas de este artículo, lee: "La pura verdad, verdad liberadora" y la serie sobre el Mes de la historia de los negros en el portal revcom.us, y mira el DVD de la charla de Bob Avakian: "Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es").
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Revolución #99, 26 de agosto de 2007
El 29 de agosto de 2007 es el segundo aniversario del día que el huracán Katrina azotó la costa del golfo de México. Desde ese momento hasta hoy, la gran mortandad, el sufrimiento, la falta de viviendas, el desplazamiento de 200,000 personas y el abandono de enormes extensiones de la ciudad de Nueva Orleáns son una dura crítica de lo despreciable que es este sistema y su incapacidad de satisfacer las necesidades básicas de la población.
Cuando las autoridades mandaron evacuar la ciudad antes de la llegada de Katrina, más de 100,000 personas no tenían carro. El gobierno no hizo nada para que pudieran irse y abandonó a muchos a morir. Después, con grandes extensiones de la ciudad inundadas, los que huyeron se encontraron con policías racistas que les abrieron fuego y los hicieron regresar.
Docenas de miles de personas se encontraron atrapadas, sin los artículos y servicios más básicos, en un mar de excremento humano en el estadio Superdome simplemente porque el sistema no proveyó los recursos para evacuarlas. Unas 1,800 personas murieron innecesariamente porque el sistema no movió a todos de la trayectoria del huracán.
Los helicópteros de los noticieros filmaron a los vecinos atrapados en los techos en temperaturas de más de 38 grados sin comida y sin agua. Por todo el mundo miraron horrorizados mientras el país más rico y poderoso del planeta, que puede trasladar a centenares de miles de soldados a invadir y ocupar a Irak, no podía rescatar a los habitantes de Nueva Orleáns ni satisfacer sus necesidades más básicas. Y quién olvidará a Bush que, en medio de todo el increíble sufrimiento y toda la negligencia oficial, felicitó al funcionario encargado y le dijo: "Bien hecho, Brownie".
Y continúa hoy. No están reconstruyen las viviendas que tanto necesitan los habitantes. No los permiten regresar a las viviendas públicas. No les dan los recursos que necesitan para la reconstrucción. Incluso los de la clase media no han recibido los fondos de las compañías de seguros y el gobierno. Están reestructurando el sistema de educación pública de tal manera que los del fondo de la sociedad tendrán una educación peor que antes de Katrina. No han reparado los diques, que no impidieron las inundaciones que causaron gran parte de la destrucción y muertes, para resistir otro huracán. Y han dejado a docenas de miles de personas en el exilio, en tráilers tóxicos, o en Houston y otras ciudades.
Esto NO se debe a la ineptitud del gobierno. Estas infamias ocurren porque corresponden a los intereses y planes de los capitalistas que tienen el poder en esta sociedad.
Las necesidades del pueblo vs. las necesidades del sistema
Construyeron la ciudad de Nueva Orleáns con el sudor y la sangre de los negros. Vendieron los esclavos en sus mercados. Exportaron el algodón que recogían de su puerto. La riqueza de Estados Unidos descansa sobre una base de la esclavitud. Después de la guerra de Secesión, los negros volvieron a trabajar casi como esclavos en las plantaciones en un sistema de aparcería impuesto por el terror de las chusmas linchadoras y el KKK y por el gobierno.
En la gran inundación del río Mississippi de 1927, las autoridades hicieron una redada de negros a punta de fusil y los metieron en campos de concentración. Los hicieron trabajar día y noche para reforzar y reconstruir los diques y no los permitieron irse de la zona inundada. Los dueños de plantaciones, blancos ricos, estaban resueltos a no dejar que su fuerza de trabajo escapara al Norte.
Con los cambios económicos después de la II Guerra Mundial, también cambió el papel de Nueva Orleáns en la acumulación de riqueza del sistema capitalista. A los negros los expulsaron de la tierra. En Nueva Orleáns, como en otras ciudades de este país, los negros hacían los trabajos más peligrosos y sucios en los muelles y la industria. En los años 60 y 70, la ciudad tenía una población grande y relativamente estable de trabajadores negros. Incluso en los barrios pobres, como el Lower Ninth, los residentes podían comprar su propia casa.
Pero como las demás ciudades grandes, en las últimas décadas los cambios de la economía nacional y global afectaron profundamente a Nueva Orleáns. El proceso de desindustrialización eliminó miles de trabajos y en las últimas décadas llevó a una tasa de desempleo de la población mayor que en otras ciudades con grandes poblaciones negras. Hoy, Nueva Orleáns necesita unos 60,000 trabajadores de bajos ingresos para la industria turística. Así que a los ojos del sistema, había y hay docenas de miles de personas "innecesarias".
Los negros pobres no cuadran con la manera rentable de invertir capital en el turismo, el petróleo y el transporte marítimo. Para este sistema, más allá de "obstáculos", los negros pobres de Nueva Orleáns son un sector potencialmente explosivo para quienes el sistema no tiene futuro. Por lo que han visto y experimentado como pueblo, como las grandes luchas de los años 60, hay un aspecto de desafío, que es algo muy positivo para los que queremos cambiar el mundo, pero que la clase dominante considera peligroso. Cuando Katrina azotó la ciudad, en los barrios pobres la mitad de la población en edad de trabajar no tenía trabajo y subsistía de la manera que podía. El sistema no podía explotarlos de manera rentable, a menos que terminaban en la cárcel y trabajaban en las fábricas carcelarias.
William Oakland, un economista jubilado de la Universidad Tulane de Nueva Orleáns que lleva décadas estudiando la economía de la ciudad, dijo: "La población no estaba en equilibrio… No es normal tener ese nivel de falta de participación en el mercado de trabajo". Ahora, hablando del hecho de que la población es solo la mitad de antes de Katrina, unos economistas señalaron cínicamente que tenía demasiada gente de todos modos. Oakland lo dijo así: "Quizás la diáspora sea una bendición".
Ahora tildan de parásitos y delincuentes a los que construyeron la ciudad, y cuyo sudor y sangre contribuyó a los cimientos de este país. Y dicen que un desastre horrible, que mató a 1,800 de ellos y desplazó a 200,000, es "una bendición". El sufrimiento y desplazamiento de docenas de miles de personas cuya vida ha sido arruinada se considera parte de "quitar los escombros" para reconstruir la ciudad.
Por eso, hablando en nombre de toda la clase dominante, el congresista republicano Richard Baker, inmediatamente después de Katrina, dijo: "Por fin se ha limpiado la vivienda pública de Nueva Orleáns. No lo pudimos hacer nosotros, pero dios lo hizo". La clase dominante vio la horrible destrucción y sufrimiento que causó Katrina, y el abandono de los habitantes, ¡como un regalo de dios! Es parte de su plan de eliminar a los negros pobres.
Y todos los desvaríos delirantes de los fascistas cristianos después de Katrina, de que dios castigaba a Nueva Orleáns por el carnaval, por tolerar a los gays, etc., también cuadraban con el programa del sistema de justificar su respuesta, con todas las implicaciones genocidas, como "la voluntad de dios".
Este sistema es inútil… necesitamos un sistema completamente diferente
Después de que pasó el huracán Katrina, la gente abandonada a la muerte demostró un increíble heroísmo. El sistema lo llamó "saqueo", pero en la mayoría de los casos tomó lo que necesitaba para subsistir. (Y como dijo Celine Dion, aunque se estuvieran llevando pantalones o una tele, ¡qué importa!). Una señora dijo: "Esos 'saqueadores' son los únicos que nos han mantenido vivos".
Pero para el sistema esa fue su peor pesadilla. Esa gente que considera superflua y que odia y teme, se estaba salvando a sí misma y a los vecinos. ¿Qué clase de sistema odia y teme eso? Para el sistema capitalista, lo más importante después de Katrina fue el "control social", o sea, la represión, y la protección de la propiedad privada y los negocios. La inviolabilidad de la propiedad privada fue más importante que las vidas humanas. Así que cuando la gente, en situaciones desesperadas, trató de salvarse a sí misma y a los vecinos llevando lo que necesitaba, los calumniaron como "saqueadores" y la gobernadora Blanco anunció: "Vamos a restaurar el orden público… Las tropas saben cómo disparar para matar y están más que dispuestas a hacerlo si es necesario, y espero que lo hagan".
Después, cuando los voluntarios —muchos blancos y/o de la clase media— trataron de ir a Nueva Orleáns para ayudar en el rescate, la limpieza y la reconstrucción, el sistema los consideraba un problema también. A los que trataban de sobrevivir la policía los amenazaba con fusiles. En muchos casos, a los voluntarios que querían ir a ayudar en el rescate no los dejaban entrar a la ciudad y los mandaban irse. A pesar de la retórica al contrario, en un sentido fundamental, el sistema impidió que los voluntarios fueran a ayudar. Cuando la gente quería ayudar a reparar escuelas, el gobierno no hizo nada para ayudarla, en el mejor de los casos. Cuando la gente trataba de ayudar a reconstruir viviendas, los burócratas la impidieron.
Para el sistema capitalista, cuando la gente toma la iniciativa en gran escala y de una manera heroica en una situación desesperada y peligrosa, es algo que hay que suprimir y controlar de cerca. Pero para el proletariado revolucionario, eso es algo que se debe valorar, y que debe servir de base y lección.
¿Qué clase de sistema abandonó, traicionó y atacó a las masas de Nueva Orleáns? Es un sistema que no puede y no quiere hacer nada que no le dé ganancias.
Inmediatamente después del huracán Katrina, vimos no solo la necesidad sino también la posibilidad de la revolución y de una sociedad radicalmente diferente. El gobierno abandonó a las masas a sufrir y morir, y después las acorraló y sometió a condiciones infrahumanas. Así y todo la gente conservó su dignidad y manifestó su humanidad de muchas maneras. Desmintió las calumnias que la pintaban de criminales y animales. Cuando ellas mismas tomaron cartas en el asunto para sobrevivir y ayudar a otros, la gran mayoría lo hizo con toda la justicia y razón. Y recibieron apoyo y ayuda de gente por todo el país.
El poder estatal revolucionario, una sociedad socialista, dará la bienvenida y apoyará los esfuerzos de ayuda mutua. De dejar todo e ir a Nueva Orleáns para ayudar. Proveerá los materiales para la reconstrucción. No "reconstruirá" una ciudad cruel y más eficiente basada en el turismo y trabajos de salario mínimo. Además, dará la bienvenida y promoverá la mezcla caótica de toda clase de personas, la discusión y debate animados que estallan ahí mismo y por toda la sociedad, sobre cómo reconstruir la ciudad al servicio de los intereses del pueblo.
Como dijo la declaración del Partido Comunista Revolucionario después de que azotó el huracán Katrina:
"En todo esto se ve el potencial de movilizar a las masas a forjar una sociedad con relaciones sociales radicalmente diferentes de la competencia por subsistir que impone el sistema capitalista. Pero por otro lado, se ha visto que las masas no captan completamente que este sistema está directa y profundamente en conflicto con sus intereses fundamentales y no se han organizado en consecuencia. Cuando capten eso y se organicen partiendo de esa base, una lucha revolucionaria de millones de personas, sumada al desarrollo y a la agudización de ciertas condiciones objetivas, podría plantear la posibilidad de romper el control de la clase de despiadados explotadores capitalistas que gobierna esta sociedad (y gran parte del mundo), y crear una nueva sociedad y un nuevo estado que coloquen los intereses de la gran mayoría de la población en el centro de todo lo que hagan". ("Sobre el huracán Katrina: Tres lecciones fundamentales", Revolución #14, 18 de septiembre de 2005)
Pero son esas mismas masas que, con una revolución, pueden construir una nueva sociedad y un nuevo estado cuyos cimientos, y el centro de todo lo que representa y todo lo que hace, sean los intereses de la gran mayoría.
No se puede permitir esto
¡Hay que cumplir las demandas de los que están en Nueva Orleáns o en el exilio! Y esa lucha tiene que ser parte de la construcción de un movimiento revolucionario, tiene que contribuir a desarrollar ese movimiento.
La mayoría de la gente desplazada de Nueva Orleáns quiere regresar. Hay que permitirles regresar a sus hogares a las miles de personas que el gobierno desplazó, olvidó, maltrató y abandonó. Hay que reparar y volver a abrir los multifamiliares. Hay que reconstruir las viviendas, ya, y a precios que la gente puede pagar. Hay que restablecer los servicios básicos: servicios de salud, guarderías, escuelas públicas y otros servicios sociales. Y hay que dar trabajos a la gente de Nueva Orleáns, y a los que quieren regresar, aun en la reconstrucción de la ciudad.
Este sistema no reconoce la vitalidad y singularidad de Nueva Orleáns, excepto como una especie de Disneylandia para los turistas. ¡Pero el pueblo tiene que demandar que no destruyan la rica historia negra y cultura de Nueva Orleáns!
La gente tiene el derecho de luchar contra los crímenes que el gobierno está cometiendo contra los habitantes de Nueva Orleáns, ya sea la lucha por los servicios básicos, o los artistas e intelectuales que denuncian la situación ante millones de personas, o las personas en otras partes del país que están buscando diferentes y creativas maneras para apoyar a la gente de Nueva Orleáns. Hay que fortalecer y difundir esa resistencia. En los últimos dos años ha habido una explosión de apoyo de músicos, artistas, intelectuales y otros, que han creado canciones, obras de teatro, documentales y libros que denuncian los crímenes del sistema en Nueva Orleáns y que dan una voz a los habitantes de la ciudad, y que se solidarizan con su lucha.
Muchas fuerzas y organizaciones han lanzado convocatorias para protestar el 28 de agosto, el segundo aniversario de Katrina. El tema de muchas de las protestas es que la gente debe de tener el derecho a regresar a sus hogares. Todos deben aprovechar el aniversario de Katrina como un momento de solidaridad, y participar en diferentes actividades para impulsar la lucha.
Después de Katrina, no se puede permitir que los crímenes horribles del sistema contra las masas negras de Nueva Orleáns, que continúan, sean una infamia más de la historia. Hay que DERROTAR los planes del sistema, que siguen causando miseria y sufrimiento para las masas.
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Revolución #99, 26 de agosto de 2007
A dos años del huracán Katrina, gran parte de Nueva Orleáns sigue siendo un terreno baldío.
En la zona conocida como el Lower 9th Ward, un barrio negro pobre, solo el 20% de los vecinos han regresado a sus hogares y, por lo general, la comunidad sigue en ruinas. La alcaldía tiene planeado demoler buena parte de la comunidad, a pesar de que un estudio reciente realizado por una universidad señala que los cimientos y las paredes del 80% de los edificios son sólidos.
En agosto del 2005, la población de Nueva Orleáns era más de 450,000 habitantes. Hoy solo tiene 250,000.
En la costa del golfo de México, decenas de miles de familias siguen vivendo en tráilers de 240 pies cuadrados (la mayoría con por lo menos tres adultos). Según la agencia noticiosa AP, 45,000 familias viven en tráilers en Louisiana, 20,000 en Mississippi, 17,000 en Texas y 400 en Alabama.
Por lo general, los tráilers están en zonas remotas lejos de los servicios que necesitan y de muchos de los trabajos que podrían pagarles lo que necesitan para regresar a Nueva Orleáns. Por ejemplo, el parque de tráilers Sugar Hill está en medio de un cañaveral cerca de Convent, entre Nueva Orleáns y Baton Rouge, y 20 millas del mercado más cercano. Hay un solo camión que sale a las 9:00 a.m. y regresa a las 4:00 p.m.
Con frecuencia, los habitantes de las comunidades cercanas tienen desdén por la gente que vive en estos tráilers, y las alcaldías aprueban reglamentos de vivienda que solo permiten estacionar los tráilers en zonas remotas o los prohíben por completo. Además, a veces deciden darles apenas unas horas para mudarse. Además, hay un ambiente hostil para hacerles saber a los pobres y negros que no son bienvenidos. En un suburbio de Nueva Orleáns, un sheriff le dijo a la prensa que iba a proteger a su jurisdicción de los “hampones” y “basura” de los multifamiliares de la ciudad. Dijo que quienquiera que tenga estilo de cabello “dreadlocks o chewee” podría esperar que lo detengan las autoridades.
Tráilers tóxicos
Hace poco, en testimonio ante el Congreso, se descubrió que buena cantidad de los tráilers aportados por FEMA tienen altos niveles de formaldehído. Los habitantes se han quejado de que con frecuencia los químicos causan hemorragia nasal, dificultades respiratorias y misteriosos tumores orales y nasales. Cuando FEMA empezó a recibir las quejas sobre los tráilers, no hizo nada. Después de varios meses, en marzo del 2006, examinó varios tráilers y determinó que el nivel de contaminación de formaldehído era 75 veces mayor de lo que el gobierno recomienda en sitios de trabajo. A pesar de eso, FEMA anunció: “Tenemos plena confianza de que no hay riesgos”.
Mary C. DeVany, una ingeniera de seguridad y salud y asesora al Sierra Club, dijo en testimonio que la “mala aplicación y la presentación de manera sesgada de los resultados científicos por FEMA es, en el mejor de los casos, poco ético y tergiversa y busca minimizar los efectos perjudiciales que viven miles de residentes de los tráilers”. El Sierra Club informó que encontró niveles peligrosos de formaldehído en 30 de los 32 tráilers que examinó en la costa el Golfo.
La destrucción de la vivienda pública
Antes del huracán Katrina, unas 5,000 familias, casi todas afroamericanas, vivían en las viviendas públicas de Nueva Orleáns. Unas 2,000 viviendas eran inservibles o desocupadas. Había 8,250 personas en la lista de espera. Dos años después, la mayor parte de las viviendas están cerradas y cercadas por alambre de púas. Según las estadísticas del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano, 1,400 unidades están ocupadas. El plan es demoler los multifamiliares y reemplazarlos con “construcciones para habitantes de ingresos mixtos”. Eso quiere decir que no volverán a reconstruir las viviendas para los pobres en la cantidad que necesitan o que existían antes de Katrina.
Están cambiando la demografía de Nueva Orleáns sistemáticamente y a la fuerza. Antes del huracán, la ciudad era aproximadamente el 67% negro y el 28% blanco, según las estadísticas del censo. Un estudio más reciente del Louisiana Recovery Authority calcula que todavía tiene menos de la mitad de la población de antes del huracán, y que el 47% son negros y el 43% blancos.
El sistema para inundaciones
Según un artículo del New York Times, después de dos años y después de gastar más de mil millones de dólares para reconstruir el sistema de protección de huracanes, si azotara la ciudad una de las inundaciones que se presentan "cada 100 años”, en el barrio Gentilly es probable que el nivel de agua se reduzca por solo 6 pulgadas. En cambio, en el barrio más acomodado de Lakeview, han reducido el nivel de agua de una inundación por casi 5 pies y medio.
El sistema para inundaciones provee menos protección de lo que Nueva Orleáns necesita, y los diques y portones que el gobierno calificó de “un sistema solo en nombre” sigue igual.
Servicios de salud inadecuados
Solo uno de los siete hospitales generales funciona al nivel de antes de Katrina; dos están abiertos parte del tiempo y cuatro siguen cerrados. La cantidad de camas en los hospitales ha bajado dos tercios. El hospital Charity, a cargo de casi todos los servicios médicos para lo pobres, sigue cerrado y no hay planes para volver a abrirlo.
Hay 16,800 menos empleos médicos que antes del huracán Katrina, una reducción del 27%. Más de 4,486 médicos han perdido el trabajo en los tres distritos de Nueva Orleáns, lo que ha creado una escasez que sigue siendo un problema para muchos hospitales.
Donald Smithburg, el director ejecutivo de la División de Servicios de Salud de la Universidad Estatal de Louisiana, dijo: “Si no tiene seguro y se fractura un hueso y requiere cirugía, podría esperar meses y meses. Hay muy pocos ortopedistas y menos que atiendan a los que no tienen seguro médico”.
Sistema educacional de dos niveles
Antes del huracán Katrina, Nueva Orleáns tenía 128 escuelas públicas, 4,000 maestros y 60,000 estudiantes. Un año después, solo cuatro escuelas estaban en manos de la junta escolar local. Hoy, el 70% de las escuelas están en manos privadas, lo que llaman “charter schools”.
A las escuelas públicas que tenían las mejores calificaciones y estaban menos dañadas se las entregaron a compañías privadas para convertirlas en “charter schools”, a las que asisten los estudiantes con las mejores calificaciones y padres que pueden pagar. Los estudiantes con las calificaciones promedias, que tienen impedimentos de aprendizaje o que son de familias con solo un padre, tendrán que ir a escuelas públicas en decaimiento.
En la prepa John McDonough, que construyeron para reemplazar a cinco prepas públicas, todavía hoy, meses después de que la inauguraron, hay escasez de maestros, libros y materiales. Tiene 39 guardias de seguridad y tres policías, pero solo 27 maestros.
Restauración del turismo
El gobierno invirtió millones de dólares para restaurar ciertas propiedades.
FEMA contribuyó $116 millones para restaurar el estadio Superdome, $60 millones para el Centro de Convenciones y $37 millones para un muelle para lanchas de lujo.
Hace unos meses, J. Stephen Perry, presidente de la agencia de turismo, dijo: "Es casi una historia de dos ciudades. Hay unos barrios en la periferia construidos después de la II Guerra Mundial que sufrieron daños increíbles. Pero el centro de la ciudad donde vienen los turistas —el French Quarter, el Garden District y el Arts District— sigue intacto y de hecho parece mejor que antes de la tormenta”.
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Revolución #99, 26 de agosto de 2007
Nota de la Redacción: A continuación publicamos pasajes de una versión editada de una charla que dio Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, EU, a un grupo de simpatizantes en el otoño del año pasado. Esta es la parte 16 de una serie de pasajes que publicaremos. Agregamos los subtítulos y notas de pie de página.
"Mantener nuestro valor estratégico"
En el contexto de todo lo que está pasando hoy, todo lo que hay que confrontar y transformar radicalmente en una dirección mucho mejor, quiero subrayar esta orientación básica: ante las dificultades, ante las derrotas que hemos sufrido en el camino, ante las veces que nos hemos caído, es sumamente importante, especialmente en las encrucijadas cruciales, por así decirlo, que no perdamos nuestro valor estratégico. Ante tan enorme necesidad y tantas dificultades, ante ciertos reveses y confusión, es muy fácil perder el valor estratégico, olvidar lo que impulsa la situación y dejarse arrastrar de una u otra manera --ya sea por los factores positivos o muchas veces por las decepciones--, darse por vencido y capitular, o seguir un camino infantil, que en realidad es la "imagen especular" de la capitulación y lleva al mismo resultado.
Para que conste, quiero decir que a veces me he sentido fuertemente desilusionado (y, sí, he despotricado) por los que se sientan de brazos cruzados y no hacen nada ante las barbaridades y horrores que el gobierno comete en su nombre. Apuesto que he hecho esto tantas veces como cualquier otra persona que se ha dedicado a movilizar a hacer lo que es necesario para cambiar el actual curso desastroso y transformar esta sociedad radicalmente en una dirección positiva. ¿Pero qué debemos hacer ante eso?
Hay una enorme brecha entre lo que está pasando (y la rapidez con que los que detentan el poder en Estados Unidos preparan y cometen mayores infamias y barbaridades) y, por otro lado, lo que se hace, o no se hace, en respuesta para montar la masiva y resuelta resistencia política que se requiere. Esta es una contradicción muy aguda. ¿Pero cómo respondemos a esto? ¿Qué hacemos para transformar esta situación en una dirección positiva? ¿Vamos a mantenernos fieles a nuestra orientación fundamental y estratégica, y esforzarnos por resolver las contradicciones? ¿Vamos a perseverar con la urgencia que la situación requiere? ¿O vamos a buscar trucos o darnos por vencidos? De una u otra manera, ¿vamos a perder nuestro valor estratégico? Cuando hablo del "valor estratégico", me refiero a nuestra orientación estratégica básica, no en el sentido de "valor personal", sin esa orientación y divorciada de ella. Otra manera de decirlo, y otra expresión de eso, es que no podemos perder nuestro materialismo y nuestra dialéctica.
Corremos contra el reloj. No operamos en un vacío: están remoldeando la sociedad estadounidense en una dirección fascista con implicaciones que se sentirán por décadas. Los que detentan el poder están tratando de remoldear más el mundo entero a la fuerza de una manera que corresponda a sus necesidades, metas y objetivos; y las consecuencias de la dinámica en que McMundo/McCruzada y la jihad se refuerzan mutuamente a la vez que se oponen ya son muy reales y negativas, y potencialmente mucho más desastrosas. Pero al mismo tiempo y principalmente como resultado de todo esto, mucha gente ha tropezado con lo que se ha descrito como una "zanja" o un "hoyo": ha tropezado con el hecho de que no puede influenciar la dirección política de esta sociedad y su papel en el mundo de la manera que pensaba, que no lo puede hacer de esa manera. Ha descubierto que esos medios no sirven y que se les están arrebatando esas oportunidades. Pero por otro lado no ha captado (no la hemos convencido todavía) que la situación requiere rupturas radicales en sus ideas y acciones políticas, incluso antes de reconocer la necesidad de hacer la revolución. En ese contexto perder nuestro valor estratégico --es decir, nuestra orientación estratégica y nuestra metodología y enfoque-- sería especialmente criminal.
Por el contrario, tenemos que combinar, de la manera correcta, la perseverancia y la urgencia. Tenemos que perseverar no sin norte y sin fin, sino con la necesaria y debida urgencia; y aprender en medio de luchar para superar esas contradicciones y proseguir en el proceso dialéctico de unidad-lucha-unidad con una amplia y diversa gama de gente y fuerzas políticas, en campañas grandes como El Mundo no Puede Esperar, y en otras también y en el sentido global. Por otra parte, tenemos que plantear nuestra línea comunista revolucionaria mucho más vigorosa y audazmente a las masas, tanto a las masas básicas como a las otras capas. En vista de las grandes y urgentes necesidades, y de nuestra orientación y objetivos fundamentales, tenemos que proseguir cada vez más en la construcción del partido como la vanguardia comunista revolucionaria que las masas necesitan; tenemos que construir y fortalecer el partido, tanto cualitativa como cuantitativamente, y aumentar continuamente su fuerza numérica y su núcleo sólido (en materia de organización y esencial y fundamentalmente en materia de ideología y política), con la correspondiente elasticidad, iniciativa y creatividad que se basan en ese núcleo sólido y se desprenden de él.
La repolarización estratégica… para la revolución
Ya he subrayado la gran importancia de la ideología y ahora quiero hacer hincapié en la necesidad de captar la importancia de la línea y las medidas políticas, y de darles a las masas medios prácticos para movilizarse para cambiar el mundo. Es necesario aplicar las dos "formulaciones complejas". La primera, de "Cuestiones estratégicas",1 tiene que ver con cómo forjar continuamente en el desarrollo de movimientos políticos y de la lucha política (y volver a forjar en nuevas condiciones) la más amplia unidad posible para que concuerde objetivamente con las metas de la revolución proletaria y las impulse, y para que, en todo momento del proceso, se influencie a la mayor cantidad posible de personas en su conciencia subjetiva hacia la posición comunista, sin rebasar y socavar la unidad correcta en las circunstancias concretas, que será menos que apoyo pleno a la posición comunista y la revolución proletaria. La segunda "formulación compleja" (de "Grandes objetivos y gran estrategia")2 tiene que ver con identificar y responder (fomentar resistencia política y movilización en gran escala) a concentraciones de las grandes contradicciones de la sociedad y del mundo, y cómo esto a su vez contribuye a hacer avances hacia la revolución.
El trabajo general de nuestro partido es, en gran medida, una aplicación de esas dos "formulaciones complejas". Es una aplicación del frente único bajo dirección proletaria, en materia de políticas y programa. Es muy importante ver todo aspecto del trabajo del partido no como algo por sí mismo sino como parte de un enfoque estratégico general. ¿Para qué? Para la revolución, para una repolarización más favorable para la revolución y para la preparación del terreno, políticamente, para cuando surja una situación revolucionaria y, con relación a esto, para cuando surja un pueblo revolucionario de millones y millones.
Y si nuestro punto de referencia es la repolarización para la revolución, la siguiente formulación es muy pertinente e importante, no con relación a una situación inmediata en particular sino con los factores estratégicos y generales en mente:
Lo que se propone es que, si hacemos nuestro trabajo correctamente, podremos aprovechar la parálisis de sectores significativos de la burguesía; aislar al máximo posible al sector sólido de la burguesía; y, con el cambio cualitativo necesario en la situación objetiva, buscar el derrocamiento de la burguesía en general.
Footnotes
1 “Cuestiones estratégicas” es una charla que dio Bob Avakian a mediados de la década pasada; publicamos pasajes de la charla en el Obrero Revolucionario (ahora Revolución) en los números 881 y 884-893 (noviembre de 1996 a febrero de 1997) y en los números 1176-1178 (el 24 de noviembre al 8 de diciembre de 2002). Están en http://revcom.us/chair_s.htm. [Regresa]
2 “Grandes objetivos y gran estrategia” es una charla que dio Bob Avakian a finales de la década pasada; publicamos pasajes de esta charla en el Obrero Revolucionario en los números 1127-1142 (el 18 de noviembre de 2001 al 10 de marzo de 2002). Están en http://revcom.us/chair_s.htm. [Regresa]
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Revolución: Otoño de 2007
Revocar los despidos
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Al empezar el nuevo año escolar por todo el país, el ambiente está cargado de peligro. Desde hace años, las fuerzas derechistas han estado trabajando tras bastidores y "debajo del radar" para suprimir el disentimiento y el pensamiento crítico en las universidades. Entre esas fuerzas están Lynne Cheney, la esposa del vicepresidente Dick Cheney, quien inauguró el American Council of Trustees and Alumni (Consejo Estadounidense de Rectores Universitarios y Exalumnos, ACTA), y David Horowitz, quien fundó el grupo estudiantil fascista Estudiantes pro Libertad Académica (SAF) y está vinculado a Karl Rove.
¿Su objetivo? Convertir a las universidades en zonas de adoctrinamiento en los valores y modo de pensar del imperio, sin oposición.
No se reconoce ni entiende muy bien el ámbito y escala de este peligroso ataque, que está creciendo. Este verano dos universidades importantes purgaron a profesores polémicos muy apreciados por sus estudiantes, sus facultades y sus colegas: el profesor de Estudios Amerindios Ward Churchill de la Universidad de Colorado en Boulder y Norman Finkelstein de la Universidad DePaul de Chicago. Además, el consejo rector de la Universidad Antioch en Yellow Springs, Ohio, desde hace mucho reconocida por su radicalismo y enfoque abierto hacia la educación, anunció que va a cerrar la universidad, a pesar de que los estudiantes, los profesores y los ex alumnos por todo el país se oponen vigorosamente.
Si bien las circunstancias en cada uno de estos casos son diferentes, en conjunto indican que esta agenda reaccionaria ha dado un salto peligroso; y esto no se puede permitir.
¿Por qué atacaron a Churchill y Finkelstein?
¿Qué "delito" cometieron estos dos1 profesores? En una palabra: contribuyeron a la investigación y estudio que ponen en tela de juicio suposiciones centrales sobre la historia de este país, su papel en el mundo y el papel de Israel, un aliado estratégico.
El consejo rector de la Universidad de Colorado despidió a Ward Churchill, un profesor con titularidad, el 24 de julio, dos años y medio después de que un ensayo polémico que escribió tras los acontecimientos del 11 de septiembre del 2001 empezó a ser tema de una caza de brujas de dos gobernadores republicanos, los reaccionarios locutores de TV y radio, y Horowitz y ACTA. Al principio el consejo rector trató de despedirlo por el contenido de sus escritos. Luego cambió la forma del ataque y dijo que lo hace por problemas con sus escritos. Muchos profesores han demostrado que las acusaciones de "fraude académico" contra Churchill son completamente falsas o extremadamente exageradas.
Como ha dicho Anthony Romero, director ejecutivo de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU): "No se puede separar la investigación del trabajo del profesor Ward Churchill del escándalo tipo chusma linchadora que generaron las llamadas originales de que lo despidieran. Despedir al profesor Churchill en estas circunstancias no es una declaración de rigor académico o integridad profesional. Todo lo contrario, es una advertencia a la comunidad académica de que los profesores que discrepan sobre temas políticos no populares corren riesgo". De hecho, a Churchill no lo despidieron por errores que supuestamente cometió sino por las verdades inconvenientes que ha planteado: el genocidio de los pueblos indígenas y los ataques contra la oposición política por el FBI en los años 60, y por su disentimiento sobre el 11 de septiembre del 2001.
El 8 de junio, el presidente de la Universidad DePaul, Dennis Holtschneider, le informó al profesor Norman Finkelstein que la mayor universidad católica del país le había negado titularidad y en esencia lo había despedido. Eso sucedió después de una campaña que duró un año iniciada por un profesor de derecho de la Universidad Harvard, Alan Dershowitz, quien promueve la tortura. Finkelstein, cuyos padres sobrevivieron un campo de concentración nazi, es un feroz crítico del tratamiento de los palestinos por Israel, de la complicidad estadounidense y de los sionistas defensores de Israel en este país. Dershowitz es un defensor apasionado de todo lo que Israel le ha hecho al pueblo palestino.
Holtschneider admite que Finkelstein es un profesor "reconocido en todo el país y un intelectual público, que se considera polémico e interesante en el plano intelectual, y que da a pensar". Pero lo acusó de "hacer ataques personales no profesionales" que "polarizan y simplifican conversaciones que se merecen consideración multifacética y sutil". Su trabajo supuestamente "se inclina a favor de la defensa y se aleja de la investigación" y "no se atiene a las normas más básicas del discurso intelectual de la comunidad académica". El presidente de la conferencia de Illinois de la Asociación Americana de Profesores Universitarios (AAUP) mandó una carta a la DePaul para decir que el razonamiento para negarle titularidad es una violación de las normas de la AAUP y de la propia Universidad DePaul.
Un impacto de gran alcance
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Si no revocan estas purgas, su impacto será de gran alcance. Tom Mayer, profesor de sociología de la Universidad de Colorado en Boulder, escribió en medio de la caza de brujas: "La expulsión permanente o provisional de Ward Churchill sería una enorme pérdida para la Universidad de Colorado. De un solo golpe nos volveríamos una institución más tibia, más tímida y más servil. Su expulsión les negaría a los estudiantes la oportunidad de comunicarse con una persona que da a pensar sobre los marcos cognoscitivos aceptados. Las ciencias sociales necesitan desesperadamente la clase de reto que representa Ward Churchill". Raul Hilberg, profesor preeminente del holocausto judío, dijo esto sobre la decisión de la Universidad DePaul: "Temo el daño que esto le causará a la libertad académica".
¿Quién será el próximo? Estas decisiones son una declaración inconfundible: manténganse lejos de la investigación que podría ser un reto a los mitos centrales o "verdades" oficiales, o podrían perder el trabajo y hasta la carrera. Otro profesor de DePaul, Matthew Abraham, relató que un colega había comparado los casos de Churchill y Finkelstein con una ejecución pública y comentó: “No hay que hacerlo diez o veinte veces; basta con cuatro o cinco para mantener a la gente callada y hacerle recordar lo que les pueda pasar si se expresa más allá de lo aceptable. Ward y Norman son académicos de primera categoría; si pueden acabar con ellos, créanme que no pensarán dos veces para acabar con académicos menos prestigiosos”.
El efecto está claro. Los estudiantes que van a la universidad para aprender del mundo y para cambiarlo encontrarán un clima de temor, precisamente lo contrario al espíritu de investigación crítica y de atreverse a desafiar al statu quo que deberían esperar. Se encontrarán con profesores que pensarán dos veces antes de auspiciar a voceros o grupos de activistas, o que no invitarán a oradores polémicos a sus clases por temor al hostigamiento o a que les pase algo peor. Encontrarán a administradores que decidirán retirar las invitaciones de profesores prominentes pero polémicos, como acaba de hacer el Graduate Center de la Universidad de la Ciudad de Nueva York con John Mearsheimer, profesor de ciencia política de la Universidad de Chicago, y el profesor de la Universidad Harvard Stephen M. Walt, que criticaron en un nuevo libro al grupo de presión pro israelí de este país. Los estudiantes encontrarán menos oportunidades y avenidas para explorar el rechazo de la "narrativa oficial" sobre una amplia gama de interrogantes polémicos e importantes: los orígenes de este país con la esclavitud, el genocidio y el robo de territorios; su agresión internacional actual en el Medio Oriente y el resto del mundo; la verdadera historia de la revolución y el socialismo, etc. Es enorme lo que está en juego.
Las universidades de hoy distan mucho de ser las "dictaduras izquierdistas" que afirman los autores de estos ataques. Sin embargo, en los círculos académicos todavía hay más espacio para promover el pensamiento crítico de lo que hay en el resto de la sociedad, así como para el disentimiento de la narrativa oficial. Eso es indispensable para el papel de la universidad, y esa efervescencia académica estimula e influencia al resto de la sociedad. Por eso, estos ataques se proponen no solo cambiar de una manera radicalmente reaccionaria a las universidades sino a la sociedad también.
Hay que ver el cierre de la Universidad Antioch en este contexto. El consejo rector le echó la culpa de su decisión a la falta de recursos económicos y menos estudiantes matriculados, pero el recién nombrado presidente, Steve Lawry, le dijo al New York Times que la universidad “ya no se trata tanto de rigor intelectual sino de una experiencia política y social… El modelo es el campo de entrenamiento para la revolución”. El consejo contrató a un consultar que habla de cerrar la universidad para "limpiar los fantasmas" del espíritu rebelde de los años 60 y principios de los 70. Eso, y no los problemas financieros, es lo que lo llevó a cerrar la universidad, y le inspiró tanto al periodista derechista George Will que dedicó una columna nacional a festejar la decisión. En vista de los despidos, esto es otro golpe serio.
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Como señalamos en Revolución #81, "ADVERTENCIA: La nazificación de las universidades estadounidenses": "Si este proyecto reaccionario logra implantarse, las universidades terminarán preparando a estudiantes que tendrán muy poca (o ninguna) oportunidad de pensar críticamente para vivir en una sociedad cualitativamente más represiva que lo que se haya visto en este país". Hay núcleos de profesores y estudiantes de la Universidad DePaul y la Universidad de Colorado en Boulder que luchan contra los despidos, y los exalumnos de Antioch se están organizando para oponerse a la decisión de cerrarla. Todos los estudiantes y profesores comprometidos con la búsqueda de la verdad, y con la importancia de la efervescencia intelectual y el choque de ideas para llegar a la verdad, deben estar preocupado y deben buscar las maneras de unirse a los esfuerzos para revocar esas decisiones y la dirección misma de las universidades que refuerzan.
Footnotes
1. También le han negado titularidad a la profesora Mehrene Larudee, que organizó apoyo para Finkelstein cuando empezó el ataque. Los que luchan para que vuelvan a contratar a Finkelstein también han emprendido la defensa de la profesora Larudee. [back]
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Revolución: Otoño de 2007
Al comienzo del año escolar… piensa en esto:
Anuncio universitario: debería ser un tiempo y lugar para aprender sobre el mundo… para pasar de lo galáctico a lo microscópico, para aprender de diferentes culturas y formas de arte, para estudiar filosofía e historia y preguntas sobre el significado de las cosas y la verdad… para explorar las cosas de las que no te han contado y de zambullirte en el emocionante proceso del descubrimiento… para conocer a gente de diferentes partes del mundo y que tienen diferentes puntos de vista… para desafiar al máximo las fronteras sociales y políticas y meterte en escenas diversas.
Se supone que debería ser un tiempo para desvelarte, para platicar toda la noche y hacer música, leer poesía… para ser parte de la resistencia y la rebelión contra todo lo malo… para declarar quién quieres ser y en qué clase de mundo quieres vivir… para ver al mundo tal y como verdaderamente es y para empezar a definirte en relación con esto…
Pero lo estás haciendo en un momento en que están poniendo un alto a todo eso, cuando poderosas fuerzas quieren anular todo eso… precisamente porque descubrir cómo el pasado ha moldeado el presente, comprender cómo la vida actual afectará el futuro y ver cómo todo esto está entrelazado y cómo impactará a miles de millones de personas por todo el mundo es más importante ahora que probablemente en cualquier momento del pasado.
El mundo al que entras
No dividiste a la tierra con fronteras artificiales, sometiendo a pueblos enteros, expulsando a millones que dejaron familias y su tierra natal en una búsqueda desesperada de trabajo en esta economía globalizada cada vez más rapaz y feroz. Pero no puedes escapar el hecho de que la ropa que te pones, la comida que comes, las carreteras por las que manejas y las computadoras que usas fueron el producto de este sistema globalizado de explotación y saqueo capitalista, que incluso encadena a millones de niños a máquinas para trabajar 12, 14, 16 horas al día.
No destruiste el hermoso paisaje de la tierra ni quemaste los combustibles fósiles, causando inmensas torres de humo tóxico que cubren el cielo, para alimentar la competencia a muerte de las corporaciones capitalistas… no decidiste que valía la pena destruir bosques y desplazar a pueblos indígenas para criar ganado y distribuir por todo el mundo la comida rápida cancerosa… tampoco decidiste que el gobierno y la prensa grande deben ridiculizar la preocupación por la extinción de especies y el descongelación de los polos, pero estás heredando un mundo en peligro de desvanecer.
No fueron tus manos las que encadenaron a millones de africanos a barcos negreros para cruzar el mar, que vendieron niños arrancados de los brazos de sus madres en subastas, que jinetearon con el KKK y sacaron a los negros de sus casas o los balearon en la calle de los centros urbanos porque se atrevieron a rebelarse o simplemente porque caminaban con la frente en alto, pero vives todos los días en un país cuya riqueza corre de las venas de esos esclavos y cuyo racismo, profundo y arraigado, sigue vivo y coleando en la respuesta criminal al huracán Katrina y la limpieza étnica de Nueva Orleáns que vino después.
No eres entre los que ondeaban la bandera estadounidense cuando soltaron las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki e incineraron a cientos de miles de personas en una muerte lenta y agonizante cuando la piel les colgaba y las ciudades se quemaban y se quemaban en su alrededor, pero vives en el país que hizo todo eso, el país que ha almacenado más armas nucleares que cualquier otro, el país que está amenazando con usar esas armas de destrucción masiva en ataques preventivos.
No fuiste el primero a consagrar la idea de que el único valor de la mujer era el de criar hijos o ayudarle al hombre, o a tratarla como trofeo sexual del saqueo… no eres uno de los patriarcas que consagraron esas ideas en los textos religiosos de todas las religiones grandes, pero vives en momentos en que ninguna mujer, en ningún rincón del mundo, vive sin el temor y la realidad de la violación, el maltrato, el desprecio, la mutilación y la posesión, y en que la subyugación fundamentalista de la mujer está aumentado en todas partes.
Claro, no fuiste el que consagró la presidencia de George Bush, quien con su injusta e inmoral guerra por el imperio, su reestructuración fascista de la sociedad estadounidense y su fundamentalismo de la edad de las tinieblas ha llevado a esta sociedad imperialista en una dirección mucho más extrema, represiva y rapaz, pero en el momento mismo que lees esto hay personas inocentes colgadas de techos con cadenas, desnudas a quienes están torturando en tu nombre.
La alternativa
La verdad es que para ti, como para todos los demás, las circunstancias que enfrentas han sido moldeadas por fuerzas fuera de tu control. Sería fácil esconderte detrás de eso. Sin duda alguna te presentan opciones o razonamientos para que “lo hagas por tu propia cuenta” o tal vez que "hagas tu parte”. Pero aunque no lo escogiste, han puesto a todos esos crímenes a tus pies y lo que hagas, o no hagas, afectará las circunstancias y la vida de millones y millones de personas por todo el mundo y por generaciones.
Tienes ante ti la promesa de la posibilidad de salir adelante, de sacar adquisiciones personales, de tener un lugar en la mesa y las comodidades y seguridad y “protección” y todo lo demás. Puedes usar la educación, el talento, la creatividad y las ambiciones para pedalear esta jaula de hámster, para aprovecharte lo más que puedas de estar en la cima de la “cadena alimenticia” y hacer lo que esperan que hagas los que manejan este sistema de saqueo mundial…
O, puedes rechazar ser confinado a horizontes estrechos. Puedes oponer resistencia. Puedes retar a la autoridad injusta, puedes denunciar las mentiras del gobierno y sus crímenes, puedes entrar en la lucha política contra la guerra que muele a cientos de miles en Irak y contra las guerras que están planeando. Puedes dedicarte a acabar con el racismo y el odio a los migrantes que están atizando, con las mortíferas consecuencias que eso lleva. Puedes dedicarte a hacer añicos la opresión de la mujer y de los gays. Puedes atreverte a quitar la llave estranguladora de una especie de fundamentalismo cristiano odioso que consagra como divino a esa subyugación. Puedes retar a los estudiantes derechistas de camisas pardas que quieren eliminar de las universidades las ideas subversivas y el pensamiento crítico.
Puedes lanzar el puño bien en alto y dar un paso al frente, como la juventud ha hecho en el pasado en toda lucha heroica por la justicia y la liberación, darles esperanza a los pueblos del mundo, y retar e inspirar a gente de todas partes de la sociedad a oponer resistencia. Puedes movilizarte con urgencia y poner en marcha una resistencia política capaz de sacar del poder al gobierno de Bush y abrir las puertas a la posibilidad de un mundo completamente diferente.
Y puedes aprender. Puedes conocer a los seres humanos cuya vida ha sido moldeada y destruida por todo eso. Puedes estudiar más a fondo las estructuras que han causado todo eso y las ideas que lo refuerzan. Puedes investigar soluciones que hasta hoy han sido ocultas detrás de la cinta amarilla de los archivistas oficiales de las ideas y “soluciones”, descartadas incluso por muchos que odian la situación actual pero que se han dejado engañar o conformar, y ver lo que verdaderamente se ha logrado por medio de la lucha revolucionaria de los oprimidos y explotados de todo el mundo.
Puedes indagar y ver debajo del refrán simplista y cínico de que “el poder corrompe”, que es un pretexto para dejar las cosas como están. Puedes —y debes— investigar las maravillas que se han logrado cuando las masas han detentado el poder en lugares como la Unión Soviética y China, cuando de veras eran países revolucionarios. Puedes erguirte sobre los hombros de eso, de quienes han sacrificado y luchado, que se han atrevido a soñar, a vivir y a luchar por la emancipación de la humanidad, y puedes ser parte del proceso de avanzar mucho más.
Si has leído hasta aquí, eres alguien que quiere cambiar el mundo. No les hagas caso a los cínicos y los sabios que te dicen que no puedes, que te quieren bajar los horizontes. La historia demuestra que los soñadores y luchadores tienen la razón. Sé fiel a tus principios, esfuérzate por concretar tus más profundas y más elevadas aspiraciones, y sigue ESO hasta dónde te lleve.
Y al hacer eso, checa y conéctate con este periódico cada semana. Llévalo a otros y habla con ellos sobre él. Difunde la verdad y todo un espíritu de resistencia y revolución. Éntrale a las obras de Bob Avakian: su nueva visión del proyecto comunista; su análisis de los acontecimientos internacionales actuales y los retos ante quienes quieren un mundo diferente; y las respuestas, métodos e interrogantes que plantea sobre lo que implica hacer una revolución capaz de rehacer el mundo de una manera emancipadora, viable y duradera.
Haz todo eso a medida que trabajamos juntos para oponer resistencia y revocar los horrores crecientes, como la lucha que se está gestando para ver si las universidades serán centros de resistencia o sitios de adoctrinamiento imperialista.
Tu vida puede contar para algo… o para nada. El mundo es intolerable y pide la justicia a gritos. No apartes la vista.
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Revolución: Otoño de 2007
Toda una generación de niños que se crió en los años 50 aprendió a jugar el juego de “vaqueros e indios” con sus amigos. Solo después se dieron cuenta de que jugaban al genocidio.
Hoy en las universidades por todo el país están organizando y entrenando a propósito a estudiantes derechistas a jugar un “deporte” mucho más peligroso. Al igual que los “camisas pardas” de la juventud nazi de la Alemania de los años 20 y 30 del siglo pasado, los grupos como Campus Watch (Ojo en la Universidad) y el mal nombrado Students for Academic Freedom (Estudiantes pro Libertad Académica) están movilizando a los estudiantes a espiar, obtener “pruebas” contra los profesores y delatarlos cuando realicen discusiones sobre temas polémicos en la clase, con el fin de callarlos o despedirlos. Ya sea en las universidades élites como la Universidad de Nueva York o las comunitarias, organizan “juegos” como el día de “encontrar al migrante ‘ilegal’”. En una universidad hasta jugaron a “capturar al cimarrón”, ¡y unos estudiantes (y profesores) se pintaron de negro! Se burlan de la lucha contra la opresión de los afroamericanos y otros con “ventas de pasteles por la acción afirmativa” y tienen “fiestas de presentación en sociedad” para los republicanos.
En la Universidad Columbia consiguieron que unos estudiantes derechistas atacaran a los que protestaron contra uno de los líderes del grupo paramilitar antimigrante Minutemen. Los Universitarios Republicanos del Holyoke Community College libraron una campaña de un mes para seguir, intimidar físicamente y hostigar sexualmente a la presidenta del senado estudiantil porque ella quería excluir a los reclutadores militares.
Estos grupos estudiantiles derechistas, financiados y dirigidos por poderosas fuerzas políticas derechistas con lazos a la cúpula del poder, son una fuerza creciente que no se puede ignorar. Son los soldados rasos de una amplia agenda derechista que apunta a la destrucción de la vida académica, a arruinar la carrera de profesores y a incitar persecución oficial y extraoficial de ciertos profesores y estudiantes. Los que encabezan estos ataques contra el pensamiento crítico y el disentimiento quieren cambiar fundamentalmente las universidades, tanto la vida y el funcionamiento internos como su impacto social, para convertirlas en zonas de adoctrinamiento al servicio del imperio.
Esos estudiantes bravucones y fascistas crean un ambiente de intimidación de profesores e inventan “pruebas” de la supuesta “dictadura izquierdista” en las universidades. Esta es una pieza clave del argumento de Horowitz, ACTA y los que detentan el poder de que hay que “recuperar” las universidades y cambiar de manera fundamental su dirección. Las asambleas legislativas de Colorado y Pensilvania han oído testimonio de esos estudiantes sobre la “tendencia izquierdista” de las universidades estatales. Las pruebas son engañosas y ridículas, pero la percepción pública es que los profesores "izquierdistas" persiguen sistemáticamente a los estudiantes conservadores.
Esos estudiantes derechistas participan en foros donde los enseñan a aprovechar el relativismo que tanto se promueve en los círculos académicos. Los enseñan a decir que lo único que promueven es “un punto de vista alternativo” (o lo que unos llaman una “narrativa que compite”) que merece ser oído, sin dejar de quejarse constantemente de que los “persiguen”. Históricamente y hasta hoy, ese método de presentarse como “víctimas” al mismo tiempo que representan y cuentan con el apoyo de las fuerzas más poderosas del país, es un característico de los reaccionarios en el poder. Hasta los enseñan a apoderarse del lenguaje asociado con la izquierda: igualdad, diversidad, libertad académica, justicia, etc.
Es pura pose y estas fuerzas no están a favor de que contiendan diferentes puntos de vista. Todo lo contrario: con el pretexto de “equilibrio” han lanzado un ataque contra la búsqueda y presentación de la verdad. El hecho es que hay ciertas cosas que se puede determinar que son verdades, o sea que reflejan fielmente la realidad. Algunas de esas verdades no solo son definitivas sino que son “inconvenientes” para los que detentan el poder. Esas verdades inconvenientes están bajo ataque con el pretexto del equilibrio. Por ejemplo, la verdad sobre las raíces de este país en la esclavitud y el genocidio; la verdad sobre los intereses de los imperialistas que dictan las guerras que libran; e incluso la verdad sobre la evolución de las especies. Esas verdades están en contradicción con la agenda de los que detentan el poder, y por eso exigen que haya un “equilibrio” entre los que desafían la “historia oficial” de Estados Unidos y los profesores conservadores. Para David Horowitz (que dice que los negros "están endeudados" por la esclavitud porque ahora "tienen una vida mejor" que la de los africanos), el contenido de ese “equilibrio” es obvio, así como para los que dicen que hay que “equilibrar” la enseñaza de la evolución con el creacionismo religioso, que llaman diseño inteligente. En ambos casos, los llamados al “equilibrio” son un paso hacia suprimir la verdad.
Ya hemos visto cómo funciona ese método. Veamos la prensa, por ejemplo el canal Fox News que dice que es “imparcial y equilibrado”. Ese tipo de “equilibrio” cada vez más marca el paso e incluso los liberales de la clase media, como el presentador Dan Rather, se ven obligados a retirarse o callarse, y las verdaderas voces radicales son prohibidas. La demanda derechista de “equilibrio” no es un llamamiento a la contienda de ideas sobre la realidad y lo que la refleja más fielmente, ya sea sobre la vida del planeta o la historia del país. Por ahora es un llamamiento a favor de la coexistencia de verdades, verdades a medias y mentiras, como una transición hacia la sofocación de la verdad. Y en manos de David Horowitz y Lynne Cheney, los fascistas cristianos y Fox News, es una pantalla de humo para prohibir el pensamiento crítico en las universidades primero y después en la sociedad entera.
Esos grupos tienen amplio fondos, son muy despiadados y han cobrado cierta velocidad. Pero también tienen un talón de Aquiles: no aguantan el pensamiento crítico o una auténtica búsqueda de la verdad. Se puede y hay que carearlos y derrotarlos políticamente, y denunciar la verdad sobre sus métodos y su verdadera agenda.
(Hay más información los de la clase dominante que apoyan este movimiento en “El poder detrás del movimiento de las camisas pardas” en revcom.us).
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Revolución #99, 26 de agosto de 2007
Está ocurriendo algo emocionante en la Universidad DePaul. Tras la decisión de negarle titularidad a dos profesores, Norman Finkelstein y Mehrene Larudee, emergió un grupo de estudiantes resuelto a hacer revocar esta decisión. Ante la represión administrativa, unos estudiantes que participaron en el Foro Social Estadounidense de 2007 escribieron una resolución que dice:
"Nosotros, los estudiantes de la Universidad DePaul que asistimos al Foro Social Estadounidense, declaramos que la universidad ha violado su propia misión de garantizar la libertad académica y está haciendo caso omiso de los valores fundamentales de libertad de expresión y justicia social…
"Pedimos que la administración revoque la decisión de negarle titularidad al Dr. Norman Finkelstein y al Dr. Mehrene Larudee y que les pida disculpas a los estudiantes, los profesores, los exalumnos y a los afectados por esta decisión".
Los estudiantes han organizado una importante conferencia titulada "En defensa de la libertad académica" el 12 de octubre en la capilla Rockefeller de la Universidad de Chicago. Hablarán Akeel Bilgrami, Noam Chomsky, Tony Judt y John Mearsheimer. Norman Finkelstein y Mehrene Larudee participarán en una discusión que dirigirá Tariq Ali. La conferencia podría jugar un papel importante en la batalla contra la negación de titularidad y en la construcción de un movimiento en defensa del disentimiento y el pensamiento crítico en las universidades. Por eso, se debe estar alerta por los ataques contra los organizadores y la Universidad de Chicago. Hay más información en el portal: http://www.academicfreedomchicago.org/.
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Revolución: Otoño de 2007
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Revolución: Otoño de 2007
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Revolución: Otoño de 2007
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Revolución: Otoño de 2007
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Revolución #99, 26 de agosto de 2007
El fin de semana del 3 al 5 de agosto, se lanzó en ciudades por todo el país la campaña para ampliar la circulación y recaudar $500,000 para Revolución. En picnics, barbacoas, programas en cafés y reuniones en iglesias… ¡centenares de personas ayudaron a lanzar la campaña de recaudación de fondos! En preparación para esos eventos y durante ellos, los equipos comprometidos a recaudar $100 y otras personas contribuyeron fondos y prometieron recaudar más. Según los informes que hemos recibido, el total recaudado y prometido llegó a más de $45,950.
En Los Ángeles, un equipo de Watts prometió recaudar $1,000 lavando carros y con otras actividades. En la región de San Francisco, el evento se anunció en el noticiero KPFA (la red Pacifica), que entrevistó a uno de los presentadores. En Chicago, entre las actividades del fin de semana fue una recepción en el bufete de un abogado para recaudar fondos para los informes de Alice Woodward sobre el caso de los 6 de Jena, Louisiana. Un reverendo, un profesor, varios abogados, activistas del Partido Verde y otros escucharon atentamente cuando Alice llamó desde Jena para darles un informe. Recaudaron dinero y sentaron la base para ir mucho más ampliamente a comunidades de profesionales.
En un evento, un profesional prometió dar $1,500 e igualar (hasta $500) la cantidad recaudada en una comunidad proletaria. Un hombre de Watts prometió donar $100 de su cheque por discapacidad y se comprometió a pedir donaciones de otras personas. Una joven se comprometió a anunciar un día de cortes y tintes de cabello en que todo el dinero recaudado sería para el periódico. Su amiga se comprometió a hacer agujeros para contribuir.
En los eventos de lanzamiento, se habló de la base que existe para hacer una recaudación de fondos. Un joven dijo que es un reto recaudar fondos ampliamente para un periódico comunista, pero por otra parte dijo que cuando habla de los informes que tiene el periódico, la gente quiere comprarlo inmediatamente. Se unió a un equipo de $100, y con otras personas prometió recaudar $200. En otro evento, una señora dijo que jamás recaudó fondos para nada y no conocía a quien pedirle dinero, pero al ver la hoja sobre “100 maneras de recaudar $100” (en revcom.us) empezó a ver las posibilidades.
En Nueva York, un migrante proletario leyó una declaración: “Para mí, el periódico ha sido un mensajero que transmite la esperanza de un futuro mejor, la esperanza de un cambio que ansiamos y que vemos que es posible. Me permitió tener una visión más clara de lo que este país hace al mundo y a sus propios ciudadanos. Los artículos de Bob Avakian, que son muy perspicaces y detallados y también controvertidos, siempre abren una ventana para la discusión. Eso lo sé porque he discutido esos artículos con mis compañeros de trabajo a lo largo de diez años. Hagamos todo lo posible para apoyar este periódico. Lo he hecho y seguiré haciéndolo. Millones de personas necesitan leerlo, cosa que no hacen todavía. Compárenlo con los demás periódicos que a diario nos mienten, pero que millones leen ahora. Eso tiene que cambiar. Nos toca a nosotros”.
Muchos oradores citaron el número especial “La verdad… en preparación para la revolución”: “Tú, y las personas como tú, lo harán posible… Hay mucho en juego. Para que verdaderamente se entienda lo que está pasando hoy y para que algo bueno surja de las tormentas actuales, el periódico Revolución, con una circulación mucho mayor, tiene que estar en el corazón de ese proceso”.
A raíz del éxito de los eventos de lanzamiento, llevemos esta campaña de recaudación a nuevas alturas, y más amplia y más audazmente a la sociedad, para atraer la participación de más gente en este movimiento sin precedente para recaudar $500,000 para el periódico Revolución.
El fin de semana de “Labor Day” (del 1º al 3 de septiembre), el segundo aniversario del huracán Katrina y el día de la independencia de México y los países centroamericanos, es posible llegar a cientos de miles de personas con el número especial sobre la campaña de recaudación y el periódico. Existe el potencial de atraer a centenares de equipos de $100 (personas que se comprometen a recaudar $100 para esta campaña). Serán oportunidades buenísimas para que las personas nuevas participen en la venta de miles de playeras “Se busca” y las nuevas bolsas en inglés o español.
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Revolución #99, 26 de agosto de 2007
Con el pretexto de "proteger al país"…
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En diciembre del 2005, se filtraron a los medios de comunicación informes sobre la existencia de un programa ilegal y clandestino de intervenciones sin orden judicial de llamadas telefónicas, correos electrónicos y otras comunicaciones de personas en Estados Unidos por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA). Al Gore declaró que el gobierno de Bush "repetida e insistentemente no ha cumplido con las leyes". El senador demócrata Russell Feingold dijo que el Congreso debe "censurar" a Bush. El senador republicano Arlen Specter pidió una investigación.
Menos de dos años después, el 5 de agosto, el Congreso aprobó un proyecto de ley del gobierno de Bush que no solo despenaliza estas intervenciones sin orden judicial sino que permite espiar a una gama más amplia de personas sin orden judicial. La nueva ley se llama "La ley del 2007 para Proteger América". La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) la llama la “Ley del estado policial” y dice que "le da a la NSA carta blanca para interceptar las comunicaciones electrónicas de los estadounidenses sin revisión judicial". (hoja de datos de la ACLU en aclu.org)
El programa de espionaje de la NSA
La nueva ley es una enmienda a la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (FISA), que el Congreso aprobó en 1978 después de muchas denuncias a mediados de los años 70 de intervenciones y entradas ilegales y otras fechorías del gobierno. FISA les da rienda suelta a los servicios de inteligencia para espiar a gobiernos y "agentes" extranjeros, pero pone algunas restricciones formales a las intervenciones de las comunicaciones de "personas de Estados Unidos" (ciudadanos y residentes legales). Requiere que los servicios de inteligencia obtengan una orden judicial del tribunal de FISA.
La meta de esas "restricciones" nunca fue proteger la privacidad o los derechos de la población. En el 2004, por ejemplo, el gobierno pidió permiso parar llevar a cabo 1,758 intervenciones, y el tribunal no rechazó ni una sola solicitud. Además, FISA le permite empezar la vigilancia y pedir la orden judicial más tarde.
Pero el gobierno de Bush decidió en secreto que hasta el tribunal de FISA (que funciona en la clandestinidad y aprueba automáticamente las solicitudes de espionaje de las dependencias policiales) impone restricciones inadmisibles al espionaje gubernamental. Inmediatamente después del 11 de septiembre del 2001, la Casa Blanca inició un programa de intervenciones que pasó por encima a FISA.
Hoy, gran parte de todas las comunicaciones electrónicas internacionales (y muchas llamadas telefónicas y correos electrónicos fuera del país) pasan por los grandes "direccionadores" en Estados Unidos. El programa de la NSA "se pega" a estos "direccionadores" de compañías estadounidenses como AT&T, que dirigen una enorme cantidad de las llamadas telefónicas y correos electrónicos diarios. Dado que gran parte de la información que pasa por esos "direccionadores" es de individuos que viven en Estados Unidos, la NSA ya interviene sus comunicaciones. Hasta ahora hacerlo era una violación de FISA.
Cuando el programa de espionaje sin orden judicial de la NSA salió a flote, el gobierno de Bush lo defendió con el pretexto de que los poderes presidenciales de "tiempo de guerra" lo permiten y de que el blanco de las intervenciones en Estados Unidos son Al Qaeda y otros "terroristas". El secretario de Justicia, Alberto Gonzales, dijo ante un comité del Congreso: "Como ha dicho el presidente, si habla con Al Qaeda queremos saber lo que ha dicho".
Anular las decisiones del tribunal de FISA
Parece que el programa de la NSA tropezó con un problema a comienzos del 2007. El New York Times informó el 6 de agosto que "se han entablado grandes demandas a las compañías de telecomunicaciones por cooperar clandestinamente con el programa de intervenciones electrónicas… y ahora quieren mayores protecciones judiciales para seguir cooperando ". En respuesta, en enero el gobierno de Bush "sometió por primera vez [el programa de la NSA] a la revisión del tribunal de FISA".
El Washington Post informó el 12 de agosto que en mayo un juez del tribunal de FISA falló que "la ley requiere que el gobierno solicite una orden judicial" cuando quiera intervenir las comunicaciones de personas que posiblemente están en Estados Unidos. El Post continuó: "La decisión tuvo consecuencias prácticas inmediatas. Obligó a la NSA a solicitar laboriosamente a los jueces del Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera cada vez que quiera intervenir las comunicaciones extranjeras de un alambre o cable [de fibra óptica] en territorio estadounidense". El Times informó que este cambio "abrumó al tribunal con tantas solicitudes de órdenes judiciales". La Casa Blanca envió al director de Inteligencia Nacional, Mike McConnell, a reunirse con los jueces de FISA para convencerlos a cambiar la decisión, pero no lo hicieron. ¡Parece que el programa de intervenciones sin orden judicial de la NSA fue demasiado incluso para el tribunal acomodaticio de FISA!
El hecho de que las solicitudes "abrumaron" al tribunal de FISA es en sí una denuncia de lo amplio que es el programa de espionaje. Ahora, con la nueva ley, el gobierno de Bush busca eliminar hasta las pocas restricciones que hay y todo el proceso de documentar las intervenciones.
Nuevos saltos represivos
Steven Aftergood, un analista de inteligencia de la Federación de Científicos Estadounidenses, señaló tres maneras en que la nueva ley es un salto de los poderes represivos del gobierno: "Extiende el programa de espionaje más allá del terrorismo para abarcar la inteligencia extranjera. Permite intervenir las comunicaciones de personas en Estados Unidos si no son el blanco principal. Y elimina la revisión judicial del proceso de intervenciones". (Los Angeles Times, 7 de agosto de 2007).
Examinemos estos tres puntos:
1). Extender el programa de espionaje para abarcar la "inteligencia extranjera" en general: Antes los funcionarios del gobierno de Bush justificaban las intervenciones sin orden judicial de la NSA con el pretexto de espiar a grupos extranjeros "terroristas" y las personas vinculadas a ellos. Pero con la nueva ley, la NSA puede espiar a cualquier persona o grupo extranjero si dice que "hay una creencia razonable de que esté en el extranjero". Esta es una categoría mucho más amplia.
2). Permitir las intervenciones sin orden judicial de "personas en Estados Unidos": La nueva ley le permite al gobierno intervenir las llamadas telefónicas y correos electrónicos internacionales de personas en Estados Unidos. En el blog sobre temas judiciales Balkinization, Marty Lederman, profesor de derecho de la Universidad Georgetown, escribió que la ley permite intervenciones sin orden judicial "incluso si interviene comunicaciones de personas en Estados Unidos e incluso si es en parte diseñada para intervenir las comunicaciones en Estados Unidos, si también 'se dirige' a una persona en el extranjero". El Centro por el Estudio de Seguridad Nacional (CNSS), un grupo de libertades civiles, escribió en un análisis de la ley que esto "permitirá la intervención sin orden judicial de un sinnúmero de estadounidenses que viajan, trabajan o luchan en las fuerzas armadas en el extranjero".
3). Eliminar la revisión judicial: La nueva ley dice que los tribunales de FISA pueden revisar el programa de la NSA, pero solo casos individuales y solo para determinar si hay una “creencia razonable” de que el objetivo esté en el extranjero. La ACLU señala que la ley "no requiere que el secretario de Justicia explique qué hacen con las llamadas o correos de estadounidenses ni cuándo los interceptan. El tribunal no tendrá información sobre qué tan amplio es la violación de la privacidad de los estadounidenses, y no tendrá autoridad para remediarla".
Además, la nueva ley les da al secretario de Justicia y el director nacional de inteligencia la autoridad de mandar que "los proveedores de comunicaciones" cooperen con las intervenciones electrónicas federales, y amenaza con castigar a las compañías que no lo hacen. Por otro lado, dice que no se puede demandar a las compañías por participar en el espionaje.
Un tribunal de apelaciones federal de San Francisco está considerando dos demandas contra el programa de intervenciones sin orden judicial de la NSA. La Fundación de Fronteras Electrónicas (EFF) entabló una demanda en nombre de los clientes de AT&T por intervenir sus llamadas ilegalmente. La demanda es contra otro programa de la NSA cuya existencia el gobierno de Bush no ha admitido, que según los informes recopila información sobre todas las llamadas telefónicas en el país de las tres mayores compañías de teléfonos. La EFF recibió información para la demanda de un ex empleado de AT&T. La otra demanda dice que el programa de la NSA intervino ilegalmente las llamadas telefónicas de una organización de beneficencia islámica y sus abogados. Un representante de la EFF nos dijo que su posición es que la nueva ley no es retroactiva y no afecta las demandas por las intervenciones durante los últimos años. El gobierno dice que se debe rechazar las demandas para proteger "la seguridad nacional".
¿Y los demócratas?
Muchos demócratas del Congreso apoyaron la nueva ley. Otros, como todos los candidatos presidenciales demócratas, votaron en contra. Pero los dirigentes del Partido Demócrata sabían que iba a pasar y no hicieron nada extraordinario para bloquearla, a pesar de que la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo que “es una distorsión de la Constitución”.
Gran parte de la base social del Partido Demócrata se siente traicionada. Los blogs pro demócratas recibieron un chorro de correos airados, y Pelosi recibió más de 200,000 cartas de protesta.
Romper con el camino al horror
La lógica de que el gobierno necesita más poderes para espiar todos los detalles de la vida para proteger la "seguridad" de la población es un paso hacia un estado policial. Dice que la "seguridad" de los estadounidenses requiere construir más cámaras de tortura y prohibir el disentimiento. La semana pasada AT&T, que le permite al gobierno intervenir las llamadas telefónicas, censuró las palabras "George Bush, no te metas en el mundo" de la emisión internacional de un concierto de Pearl Jam. Esta idea de la "seguridad" por medio de la represión está vinculada a la lógica de que la "seguridad" de Estados Unidos requiere librar una "guerra contra el terror" más agresiva dentro y fuera del país.
La guerra sin fin y la represión fascista no llevan a la seguridad. Y las guerras, la tortura y los demás crímenes de la clase dominante estadounidense causan un sufrimiento horrible para los pueblos del mundo. Como dijo Craig Murray, ex embajador de Gran Bretaña a Usbekistán despedido porque condenó las torturas por la coalición dirigida por Estados Unidos: "Preferiría morir a que torturaran a alguien para salvarme la vida".
Como dice la convocatoria de El Mundo no Puede Esperar: “Si no nos oponemos y movilizamos para parar esto, nos obligarán a aceptarlo”. (worldcantwait.org)
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Revolución #99, 26 de agosto de 2007
Antecedentes de una confrontación:
Durante más de 100 años, el imperialismo ha dominado a Irán con intrigas clandestinas, intimidación económica e intervenciones e invasiones militares. Esta dominación ha estado profundamente entrelazada en la estructura del imperialismo global, y son los antecedentes de la hostilidad de Estados Unidos hacia Irán hoy y las actuales amenazas de guerra. La primera parte de esta serie exploró la rivalidad de las potencias europeas para explotar a Irán y sus recursos petroleros antes y después de la I Guerra Mundial. La segunda parte detalló cómo Estados Unidos tumbó al gobierno laico nacionalista de Mohammed Mossadegh en 1953 y volvió a poner en el poder a un administrador leal: el brutal sha Mohammed Reza Pahlavi. La tercera y cuarta partes examinaron las consecuencias de 25 años de dominación estadounidense para el país y la población, y cómo sembraron las semillas de la revolución de 1979. La quinta parte examinó cómo la revolución de 1979 y la respuesta de Estados Unidos contribuyeron al ascenso del fundamentalismo islámico. La sexta parte explora la lógica imperialista, el cinismo y las necesidades de la maniobra de 1985-1986 de Ronald Reagan de enviar armas a cambio de poner en libertad a los rehenes.
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En 1986, el presidente Ronald Reagan envió una Biblia inscrita personalmente y un pastel de chocolate en la forma de una clave --junto con ofertas de millones de dólares de equipo militar y una nueva relación estratégica— como gesto conciliador a la República Islámica de Irán, dirigida en ese entonces por el ayatola Jomeini. Unos 16 años más tarde, en el 2002, el presidente George Bush condenó a Irán por ser parte del “eje del mal”; ahora dice que no normalizará las relaciones y amenaza con atacarlo.
Ese cambio al parecer dramático es producto de cambios globales y, por eso, de las diferentes oportunidades y necesidades del imperialismo estadounidense, en los años entre la oferta de Reagan y las amenazas de Bush.
Pero también hay continuidad en esto. El cambio de lo que hizo Reagan a lo que hace Bush puede parecer dramático, pero ambos presidentes trataban, en circunstancias diferentes y con tácticas distintas, de defender los intereses del imperialismo estadounidense, especialmente de fortalecer la dominación de Irán y toda la región.
La oferta de ayuda militar a Irán ocurrió en medio de la sangrienta guerra de 1980 a 1988 de Irán e Irak. El gobierno de Saddam Hussein inició la guerra con la aprobación de la administración de Jimmy Carter. La República Islámica acababa de conquistar el poder en Irán tras la revolución de 1979, que tumbó al odiado títere yanqui, el sha de Irán. La Casa Blanca calculó que el ataque iraquí debilitara al nuevo gobierno, bloqueara sus amenazas a los gobiernos del establo estadounidense en el golfo Pérsico y obligara a Irán a poner en libertad a los empleados de la embajada estadounidense que tenía de rehenes.
No hizo la oferta porque de repente a los imperialistas les gustaba la República Islámica. Todo lo contrario. La caída del sha sacudió al imperialismo, que consideraba el gobierno de Jomeini como un obstáculo a su dominación política, militar y económica. Y le preocupaban mucho los esfuerzos de Irán de fomentar las corrientes islámicas anti Estados Unidos y jugar un papel mayor en el Medio Oriente. Por ejemplo, en 1982 envió 1,500 Guardias Revolucionarios a Líbano durante la guerra contra Israel para ayudar al nuevo grupo armado Hezbolá. En 1984, Estados Unidos puso a Irán en la lista de países que apoyaban el “terrorismo”.
Temores de un golpe soviético en un “eje central geopolítico”
Sin embargo, en 1985 los imperialistas yanquis tenían mayores preocupaciones: temían que la Unión Soviética ganara una gran victoria geopolítica en la lucha por el poder en Irán tras la muerte de Jomeini, que ya tenía más de 80 años.
Después de la II Guerra Mundial, y especialmente desde los años 60, la rivalidad global con la URSS (una potencia imperialista con un disfraz “comunista”) moldeaba las acciones estadounidenses en el Medio Oriente. Esa rivalidad puso grandes limitaciones a lo que podía y no podía hacer. Por ejemplo, una razón que no había intervenido directamente ni en gran escala en la región era que temía que los soviéticos ayudaran al país atacado y sacaran ventaja e influencia. También sabía que una confrontación podría llevar a una guerra nuclear.
Como resultado, durante los años 80, aunque aumentó su presencia militar en el golfo Pérsico, Estados Unidos todavía tenía que actuar por medio de los gobiernos regionales, como Irak, de que muchas veces desconfiaba. A veces tenía que hacer pelear el uno contra el otro para lograr sus propósitos, o librar guerras de sustitutos. La guerra de Irán e Irak era un ejemplo de esto: demostró tanto el cinismo y salvajismo de los imperialistas como sus opciones limitadas.
La dominación del Medio Oriente, con sus enormes recursos energéticos y posición estratégica, ha sido un elemento clave del poderío global estadounidense y de su sistema capitalista desde finales de la II Guerra Mundial. La posibilidad de un triunfo soviético preocupaba tanto a los imperialistas yanquis porque Irán es, en palabras del asesor de seguridad nacional de Carter, Zbigniew Brzezinski, un “eje central geopolítico”, o sea, un país cuyo destino tiene gran influencia en la política estratégica global. Irán es un país grande con un territorio cuatro veces mayor que Irak. Tiene una posición estratégica: domina el golfo Pérsico (tiene una costa de 1,600 km), limita con el mar Caspio (que tiene grandes recursos energéticos) y queda entre la Unión Soviéticas y los yacimientos petroleros del Medio Oriente y entre el Medio Oriente y Asia central. Es el segundo o tercer país del mundo en reservas petroleras.
Un borrador de junio de 1985 de un Directiva de Seguridad Nacional decía: “Si la Unión Soviética saca provecho de la contienda que surge y si se entromete en Irán, esto cambiará el equilibrio estratégico regional”. Surgió un debate en el gobierno de Reagan y se impusieron los que querían iniciar un diálogo estratégico con los dirigentes iraníes. El almirante John Poindexter, asesor de seguridad nacional, escribió: “Tenemos una oportunidad que no debemos pasar por alto… si no tiene éxito, solo perderemos un poco de inteligencia y mil misiles TOW. Si tiene éxito, podríamos llevar a cabo muchos cambios en el Medio Oriente”.
Funcionarios de alto nivel del gobierno fueron a Irán para un pacto. A partir del otoño de 1985, Estados Unidos empezó a enviar misiles TOW, misiles antitanques y aparatos de radar Hawk clandestinamente a Irán por medio de Israel; a partir de comienzos de 1986, los envió directamente. La meta inmediata era que pusiera en libertad a unos empleados estadounidenses capturados por las fuerzas islamistas en Líbano. Pero la meta estratégica era trazar vínculos y ganar palanca con el gobierno iraní e impedir un avance soviético.
Lo que los imperialistas yanquis y los teócratas iraníes tienen en común
La oferta de Reagan también demostró que los imperialistas yanquis reconocían que tenían mucho en común con los teócratas iraníes. A pesar de todas sus muestras de oposición a Estados Unidos, el programa de la República Islámica nunca contemplaba romper con el orden mundial imperialista. Los clérigos iraníes defienden el capitalismo y la propiedad privada explícitamente. Económicamente el país es productor de petróleo para el mercado mundial (80% de los ingresos del gobierno es de la venta del petróleo) y depende de los acuerdos tecnológicos y de mercadeo con las compañías trasnacionales. Da la bienvenida a las inversiones extranjeras. Los clérigos protegen (y en muchos sentidos fortalecen) las relaciones sociales y de clase tradicionales, que son la base interna de la dominación imperialista. Y masacraron a los comunistas, izquierdistas, intelectuales revolucionarios y fuerzas democráticas que luchaban contra la dominación estadounidense.
Por supuesto, para el gobierno de Reagan llegar a un acuerdo no quería decir tratar a Irán con respeto mutuo o igualdad. El punto era incorporar y subordinar al país en un orden dominado por Estados Unidos, por medio de una mezcla de incentivos, amenazas y juegos dobles. La meta era, en palabras del New York Times (1984), “que ambos países [Irán e Irak] pierdan” y que “se agoten mutuamente”. Al estilo de un padrino de la Mafia, al mismo momento que Reagan enviaba regalos y armas a Irán, su equipo cooperaba con los servicios de espionaje iraquíes y les daba inteligencia sobre las acciones de las fuerzas iraníes en el campo de batalla. En un mensaje secreto, Reagan exhortó a a Saddam Hussein a redoblar el bombardeo de Irán.
En el otoño de 1986, la iniciativa estadounidense con Irán se fue a pique (por varias razones, como una profunda desconfianza mutua y las divisiones en el seno de la clase dominante estadounidense) cuando el acuerdo secreto salió a flote en una revista libanesa. Junto con los temores de que Irán derrotara a Irak, esto llevó a Estados Unidos a darle la ventaja a Irak. Redobló la ayuda militar y de los servicios de espionaje al gobierno de Saddam Hussein, y despachó más buques de guerra al golfo. El 2 de julio de 1988, el buque Vincennes derribó un avión comercial iraní y mató a todos los 290 pasajeros. Estados Unidos dijo que era un accidente pero el gobierno iraní lo vio como una amenaza no muy disimulada de las consecuencias de no terminar la guerra. Poco después, el 18 de julio, Jomeini aceptó una resolución de la ONU para un cese del fuego.
Debido en gran parte a la ayuda y el ánimo de Estados Unidos a ambos lados, se calcula que murieron de 262,000 a 367,000 iraníes y 105,000 iraquíes en la guerra, y que otros 700,000 resultaron heridos.
Próxima parte: 1985-2007: De contención a confrontación… y posiblemente la guerra
Fuentes
Larry Everest, Oil, Power & Empire: Iraq and the U.S. Global Agenda (Petróleo, poder e imperio: Irak y el plan global de Estados Unidos), Capítulo 4: “Arming Iraq, Double-Dealing Death in the Gulf”
Zbigniew Brzezinski, The Grand Chessboard—American Primacy and Its Geostrategic Imperatives, p. 41
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Revolución #99, 26 de agosto de 2007
El 24 de julio, el consejo rector de la Universidad de Colorado (CU) despidió a Ward Churchill, profesor de Estudios Étnicos con titularidad. La decisión culminó una campaña feroz encabezada por David Horowitz, autoproclamado “ariete” del asalto contra el pensamiento crítico en la enseñanza superior, y la organización derechista Consejo Estadounidense de Rectores Universitarios y Exalumnos (ACTA). Horowitz es un agente político con estrechos vínculos a Karl Rove y otros líderes nacionales del Partido Republicano. ACTA es un grupo político de peso que vigila el mundo académico; su cofundadora es Lynne Cheney, esposa del vicepresidente.
Este despido no es simplemente “otro ladrillo en el muro” (como dice la canción de Pink Floyd); es mucho más amenazador. Y no tiene nada de cierto ese cuentazo de que hayan descubierto “fraude académico” en una investigación minuciosa. Al contrario: todo el proceso de la investigación fue un fraude, y los cargos contra Churchill o son falsos o son burdas exageraciones (hay más detalles en Revolución #92, 17 de junio de 2007, “Presidente de la Universidad de Colorado pide despedir al profesor Ward Churchill”). Casi al mismo tiempo, la Universidad DePaul de Chicago le negó la titularidad a Norman Finkelstein (ver Revolución #95, 15 de julio de 2007); estos incidentes representan una importante campaña para convertir las universidades en una máquina de adoctrinamiento mucho más controlada.
Construir un fundamento para el adoctrinamiento
En realidad, el despido de Churchill no tiene nada que ver con ninguna supuesta mala conducta académica sino con un ensayo que escribió sobre el 11 de septiembre del 2001 que criticó tajantemente el papel hegemónico estadounidense. Señaló, en una formulación controvertida, que algunos funcionarios de las corporaciones transnacionales de las Torres Gemelas (no todos los trabajadores) eran como "pequeños Eichmanns", o sea, como los funcionarios del gobierno nazi.
Cuando una universidad pequeña en el estado de Nueva York lo invitó a dar una conferencia, la reaccionaria “máquina del escándalo” lo armó en grande contra su asistencia. Los gobernadores de Nueva York y Colorado pidieron despedirlo y el canciller de la Universidad de Colorado, Phil DiStefano, inició una investigación de "todos los escritos" de Churchill para ver si podían despedirlo (o meterlo a la cárcel) por su contenido. Horowitz recomendó públicamente investigar a Churchill por “fraude”: dicho y hecho, el pretexto para despedirlo no es el ensayo sino una investigación hipócrita y engañosa de supuestos “fraudes” en sus escritos. Mientras los reaccionarios armaron todo un escándalo sobre Churchill, los jefes del Partido Demócrata no dijeron ni pío en su defensa.
Los reaccionarios enemigos del pensamiento critico y el disentimiento en las universidades han dicho explícitamente que el despido de Churchill debe abrir el camino para lanzar ataques contra muchos más profesores. Dice una nota publicitaria para el libro de Horowitz, The Professors: The 101 Most Dangerous Academics in America (Los profesores: Los 101 académicos más peligrosos en Estados Unidos): “Las universidades estadounidenses son repletas de profesores radicales como Ward Churchill… hasta peores”. Un informe de ACTA titulado “¿Cuántos más Ward Churchill?" pidió ampliar y extender las cazas de brujas: “¿Realmente hay un solo Ward Churchill? ¿O hay muchos?… Ward Churchill no está solo… Ward Churchill está en todos lados”.
Tras el despido, estas mismas fuerzas (con otras nuevas) piden más ataques. Quieren atacar no solamente a otros académicos disidentes, sino el sistema de titularidad y programas de estudios enteros, como estudios étnicos, estudios de la mujer y del género, una corriente antiimperialista dentro de los estudios regionales, y varios cursos jurídicos y de otras materias que tratan la “justicia social”.
Establecer un precedente intolerable
Despidieron a Churchill a pesar de su titularidad en la Universidad de Colorado, que supuestamente protege a los profesores de que los despidan por sus posiciones políticas. Ahora han hecho muy claro que la titularidad no los protegerá. Es más, la mayoría de los profesores ni siquiera cuentan con la titularidad y siempre han tenido menos seguridad profesional.
En el show de radio de Michael Slate, “Beneath the Surface”, un profesor de DePaul, Matthew Abraham, relató que un colega había comparado los casos de Churchill y Finkelstein con una ejecución pública y comentó: “No hay que hacerlo diez o veinte veces; basta con cuatro o cinco para mantener a la gente callada y hacerle recordar lo que les pueda pasar si se expresa más allá de lo aceptable. Ward y Norman son académicos de primera categoría; si pueden acabar con ellos, créanme que no pensarán dos veces para acabar con académicos menos prestigiosos”.
Desde el principio, el ataque contra Ward Churchill ha servido a las fuerzas reaccionarias como un terreno de pruebas para tácticas y estrategia, y un fundamento para ampliar sus ataques en el mundo académico. Por ejemplo, el marzo pasado el consejo rector de CU votó por acelerar mucho más el proceso de despedir a los profesores con titularidad. Si antes el proceso podría durar años y oír apelaciones, ahora terminaría en poco más de tres meses. Estos nuevos reglamentos se apartan dramáticamente del trato acostumbrado en las universidades; los aprobaron los rectores teniendo muy presente el caso Churchill, para acelerar el castigo y la represión en casos futuros. También los recomendaron explícitamente a otras universidades como modelo.
Lo que está en juego
El despido de Churchill nos pinta muy claramente la trayectoria peligrosa de la sociedad estadounidense. Es importante que capten lo que está en juego no solamente el estudiantado y los académicos sino todo quien odie la dirección actual de la sociedad y que anhele algo diferente, y todo quien defienda la educación como un espacio donde debe haber libertad para buscar la verdad.
Es tan importante porque hay una relación entre la dirección general en que los de arriba están arrastrando el mundo --hacia un salto cualitativo en la consolidación y expansión de su imperio global-- y la necesidad de callar, reprimir, calumniar y eliminar el disentimiento y el pensamiento crítico en el mundo académico, y hacer pegar su consigna de “adoctrinamiento” en vez de “pensamiento crítico”. Su programa requiere mentiras, tortura, violaciones del derecho nacional e internacional y la imposición de mil horrores contra millones de personas. No aguanta el pensamiento critico y requiere cabezas cerradas, intimidadas y ciegas. Les urge limitar todo debate público a una discusión de tácticas en la cual nadie se aparta de las metas y suposiciones acordadas. Lograr eso les es esencial para mantenerse en el poder, visto que han volteado todo un caldero de contradicciones que se les han salido de las manos.
Los intelectuales radicales y críticos que cuestionan las verdades establecidas y crean el espacio intelectual para el debate y la discusión tienen un papel social desproporcionadamente importante. Cuando los callan, repercute gravemente por toda la sociedad.
Muchas personas, especialmente pero no solamente de la clase media, conocen por primera vez las “verdades inconvenientes” de la historia e imperialismo estadounidenses en la universidad. Aún hay mucho más espacio para el pensamiento crítico en el mundo académico que en la sociedad en general. En las últimas décadas, unas personas que se desarrollaron en los años 60 se han recibido de profesores universitarios, tienen titularidad, tienen influencia en ciertos sectores académicos y han hecho nuevas investigaciones que desenmascaran y refutan la narrativa oficial sobre la historia y el papel mundial estadounidense. Para Horowitz, ACTA y el sistema que representan, esto es una pesadilla.
Hay que oponer resistencia: ¡Restituir a Churchill y Finkelstein!
Muchos académicos han defendido a Churchill y criticado fuertemente la caza de brujas contra él. Rechazan las mentiras que envuelven el caso, captan que detrás de ellas hay una grave amenaza al pensamiento crítico y han tomado posición con Churchill como una expresión de principios.
Desgraciadamente, muchos más se han mantenido al margen. Otros se han sumado al ataque o han culpado a Churchill por lo que le han hecho y por poner a otros en peligro. Incluso no han faltado los que recomiendan aventar a Churchill a los tiburones para salvarse ellos mismos, lo que viene a ser lo mismo que tirar sangre al mar donde uno mismo está nadando.
Los académicos y los demás tienen que ampliar las miras y ver el contexto del caso. Una respuesta pragmática o poca preparada al despido de Churchill puede agravar el desastre y acelerar el desarrollo ya muy negativo en las universidades. John K. Wilson, autor de Patriotic Correctness: Academic Freedom and Its Enemies (Lo patrióticamente correcto: Libertad académica y sus enemigos), comentó en su blog:
“Durante la época del macartismo, las universidades pensaron que se podrían protegerse de la intervención ajena sacrificando a unos tantos profesores radicales a la caza de brujas. Al final, solo alborotaron la sed de sangre. No es difícil ver el paralelo en el caso Churchill, y el regodeo de los conservadores que esperan que eso sea el comienzo de despidos en masa y a la abolición de facultades enteras”.
Los académicos tienen una responsabilidad especial de “sonar la alarma” lo más ampliamente posible y movilizar a las masas populares en la defensa de los académicos disidentes y del pensamiento crítico en el mundo académico, y contribuir lo máximo a despertar la sociedad para oponer resistencia fundamental a la cúpula de poder y todo su programa.
Sería un error desastroso pensar que el despido de Churchill (y la negación de titularidad a Norman Finkelstein) sea injusto pero irrevocable. No podemos permitir que despidan a Churchill. Hay que popularizar masivamente la demanda para la revocación de esa decisión, en las universidades y en la sociedad en general. Lo que urge es redoblar la resistencia general a todos estos ataques y demandar que anulen las injusticias contra Churchill y Finkelstein.
Al mismo tiempo que hacemos eso, tenemos que tener en las miras forjar lo que para las autoridades es la peor pesadilla: que el mundo académico despierte y se alce, que rechace cada vez más la dinámica actual de la sociedad y la escalofriante visión del futuro que ofrece; que los intelectuales destacados cuestionen y se opongan públicamente a toda la trayectoria por la cual los de arriba arrastran al mundo a todo vapor. Es más, que entren en el debate y alienten la discusión sobre cómo sería un mundo en el cual queramos vivir, y que hagan grandes contribuciones a fortalecer los apuntalamientos teóricos y prácticos de dicho mundo y de lo que se requiere para lograrlo.
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Revolución #81, 11 de marzo de 2007
“... los profesores universitarios son el eslabón débil de la respuesta de América al ataque [del 11 de septiembre del 2001]... La historia nos enseña que cuando los intelectuales de una nación no quieren defender su civilización, cooperan con sus adversarios”.
American Council of Trustees and Alumni
(ACTA, grupo de rectores de universidades y exalumnos),
informe de diciembre de 2001
“... así como durante la guerra fría, cuando había una izquierda muy grande que apoyaba al enemigo comunista, ahora tenemos una izquierda aun mayor (porque la izquierda ‘progresista’ y comunista se ha unido a los musulmanes radicales para crear una quinta columna [enemigo entre nosotros] en este país) que desea nuestra derrota en esta guerra y en la guerra contra el terrorismo en general... De hecho, sus ‘críticas’ [se refiere a Noam Chomsky, Howard Zinn, Eric Hobsbaum y Todd Gitlin] han influido en el islam radical. Los seguidores de Bin Laden y Zarqawi siguen la línea ideológica de la izquierda estadounidense en el aspecto laico de sus acusaciones a Estados Unidos”.
David Horowitz,
Frontpagemag.com,
4 de julio de 2005
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El título de esta sección especial de Revolución — ADVERTENCIA: La nazificación de las universidades estadounidenses — no se escogió a la ligera. Está en marcha un proyecto de fuerzas políticas derechistas y fascistas cristianas, concentradas hoy en el gobierno de Bush, que busca reorganizar las instituciones de educación superior y convertirlas en socios directos del imperio, la represión y la teocracia (un gobierno basado en la religión).
La mayoría de la población no se da cuenta del alcance ni de la magnitud de este ataque creciente contra el disentimiento y el pensamiento crítico en las universidades, ni de la visión de la sociedad y la universidad de quienes lo están llevando a cabo. Pero esta ofensiva ya ha causado daño y sigue adelante con una determinación peligrosa.
A la cabeza de esta arremetida están David Horowitz, quien dirige el Centro para el Estudio de la Cultura Popular y la revista electrónica FrontpageMag.com, y el American Council of Trustees and Alumni (ACTA), un grupo conservador de “vigilancia” académica fundado por Lynne Cheney, la esposa del vicepresidente. Están luchando sistemáticamente para transformar las universidades en varios planos:
Primero, quieren convertir la administración universitaria en un instrumento de coacción y control de los profesores y estudiantes, mediante intimidación, amenazas y purga de pensadores disidentes, cuando se requiera; y dejar que los académicos bajo ataque se las arreglen por su cuenta.
En otro plano, quieren que la universidad sea una zona de adoctrinamiento incuestionable, con límites severos al discurso permitido; se proponen silenciar a los profesores que hacen denuncias o debaten temas polémicos; y restringir y eliminar los programas, como Estudios Afroamericanos o de la Mujer, que desafían y refutan la narrativa oficial de la historia estadounidense y de la desigualdad y el desequilibrio del mundo actual.
En un plano muy fundamental, quieren romper el compromiso de la universidad con el discurso racional y científico, y evitar que oriente la sociedad en esa dirección. Los intentos de los fascistas cristianos de introducir el “diseño inteligente” en las universidades, confundir y borrar la distinción entre la ciencia y la religión, y enseñar y movilizar a una generación de proponentes de la “ciencia creacionista” son una manifestación importante y peligrosa de esto.
El objetivo general de este ataque contra el disentimiento y el pensamiento crítico es transformar el funcionamiento de la universidad, su vida interna y su influencia social. Si este proyecto reaccionario logra implantarse, las universidades terminarán preparando a estudiantes que tendrán muy poca (o ninguna) oportunidad de pensar críticamente para vivir en una sociedad cualitativamente más represiva que lo que se haya visto en este país.
Precisamente en estos momentos, el pensamiento crítico y el disentimiento son más necesarios y urgentes que nunca; precisamente en estos momentos, se deben fomentar no simplemente la ciencia, sino el método científico, el método de pensar que se necesita para poder conocer el mundo.
Estos fenómenos, por ejemplo el crecimiento de un movimiento derechista de estudiantes agresivos en las universidades, tienen paralelos alarmantes con la experiencia de Alemania a finales de los años 20 y comienzos de los 30 del siglo pasado (ver el artículo acompañante). La situación actual tiene ciertos aspectos distintos, pero se encamina en una dirección muy peligrosa. Debemos aprender de la historia y no dejar que esta ofensiva reaccionaria siga cobrando fuerza, porque después será mucho más difícil pararla.
Por otro lado, la seriedad de la situación en las universidades plantea serias preguntas acerca de la sociedad que la ha generado; y la resistencia a esa situación podría ser parte y fuente de inspiración de un amplio movimiento que se oponga a toda la dirección de la sociedad, con la guerra contra el mundo y el programa fascista interno. Hay mucho en juego.
Señales y precedentes peligrosos
Esta ofensiva multifacética ya ha tenido muchos efectos:
* Se han montado campañas amarillistas contra profesores disidentes y radicales; el ataque al catedrático Ward Churchill, profesor de Estudios Amerindios de la Universidad de Colorado en Boulder, es el ejemplo más extremo. Importantes agentes derechistas y políticos republicanos se unieron a Bill O’Reilly y el resto de la “máquina de ruido” republicana para crear una histeria nacional que ha tenido un impacto dramático y duradero. La campaña le dice a los académicos: los análisis críticos sobre las causas del 11 de septiembre y el papel mundial de Estados Unidos pueden considerarse herejías y, por consiguiente, a los profesores culpables se les puede castigar quitándoles su tribuna, su carrera y hasta la seguridad personal.
* Los derechistas de la radio y la internet identifican y calumnian a profesores progresistas, quienes después reciben correos electrónicos y amenazas de muerte. Al estilo de la Inquisición, se publican listas de profesores radicales y “peligrosos” en libros de alta visibilidad como The 101 Most Dangerous Professors (Los 101 profesores más peligrosos); otras listas circulan en cada universidad. De esa manera, alertan a una base social conservadora y fundamentalista religiosa de que en su seno hay una “amenaza traidora”.
* Los ataques a los profesores que estudian el Medio Oriente, que llegaron a un punto crítico en la Universidad Columbia a finales del 2004, tienen el propósito de crear un ambiente en que las críticas a la conducta de Estados Unidos en el Medio Oriente o en otras partes se consideren apoyo al “enemigo terrorista”; asimismo, cualquier crítica del estado de Israel se considera antisemitismo. Al poeta irlandés Tom Paulin y al profesor de la Universidad de Nueva York Tony Judt les cancelaron presentaciones públicas porque han criticado el tratamiento israelí a los palestinos. El académico progresista y antisionista Norman Finkelstein, autor del libro The Holocaust Industry (La industria del holocausto), es víctima de una campaña derechista para impedir que obtenga una cátedra con titularidad en la Universidad DePaul o en cualquier otra institución.
* Los grupos como Campus Watch (sionista y derechista) y Students for Academic Freedom (Estudiantes pro Libertad Académica, creado por Daniel Pipes y David Horowitz) organizan estudiantes reaccionarios en universidades por todo el país (en la Universidad de California en Los Ángeles les ofrecieron recompensas monetarias por un tiempo). Esos grupos acosan, hostigan, espían y vigilan a los profesores progresistas e izquierdistas. En la Universidad Columbia, han atacado a estudiantes que protestaban contra una presentación del líder de los Minutemen, un grupo paramilitar y antimigrante. Todo eso hace pensar en una versión estadounidense de la Juventud Nazi.
* El gobierno impone restricciones al pensamiento crítico en las universidades. Los republicanos han presentado la Carta de Derechos Académicos de David Horowitz (ARBOR) en el Congreso y en las legislaturas de por lo menos 23 estados para que sea ley. Esa Carta propone reglas para todos los profesores bajo la rúbrica de un plan de estudios “imparcial y equilibrado”. En Florida, propusieron darles a los estudiantes el derecho de entablar demandas contra profesores que mencionen temas polémicos “inapropiados” o planteen dudas sobre la oposición creacionista a la evolución (Democracy Now!, 6 de abril de 2005). En Arizona, un comité del senado estatal hace poco aprobó un proyecto de ley que prohíbe que los profesores de las universidades públicas aboguen por “una u otra posición en polémicas partidarias sobre asuntos sociales, políticos o culturales” (insidehighered.com, 19 de febrero de 2007).
Puntas de lanza del ataque
David Horowitz es un izquierdista de los años 60 que se volvió ideólogo derechista. Se describe como defensor de los estudiantes y profesores conservadores que son víctimas de la "persecución" de una "dictadura izquierdista". Esa “dictadura” supuestamente se apoderó de las universidades, les está metiendo ideas radicales a los estudiantes e impide la contratación de académicos conservadores. Dice que ARBOR es un esfuerzo de llevar "equilibrio" y diversidad al mundo académico, por la fuerza de la ley. (Ver el artículo "La derecha pide 'equilibrio' en el sistema educativo: Un pretexto para el adoctrinamiento")
En realidad, eso de que "la izquierda se ha apoderado" de las universidades es un cuento, y muy pocos profesores o estudiantes lo creen. Por eso a Horowitz lo consideran descabellado en vez de amenazador.
Pero este tipo, que se describe como "ariete" del contraataque a la izquierda, de ninguna manera es una "víctima". Desafortunadamente, tampoco es irrelevante. Es un agente político reaccionario bien conectado a la cúpula del poder. Horowitz trabaja de la mano con Karl Rove y altos dirigentes del Partido Republicano, así como con poderosas figuras de los servicios de espionaje (James Woolsey, ex director de la CIA), el Departamento de Justicia (Edwin Meese, ex secretario de Justicia), personajes radiales derechistas (Rush Limbaugh y otros) y dirigentes del movimiento fascista cristiano (Pat Robertson).
Las acusaciones de que en las universidades rige una “tiranía” izquierdista le endulzan el oído al enorme y creciente movimiento de evangelistas y fundamentalistas cristianos. A estos les gusta decir que todavía se encuentran en el coliseo peleando con los leones, cuando en realidad su religión es cuasioficial.
Además, la campaña de Horowitz es sumamente racista. Lanza ridículo intelectual y vilipendio político contra los especialistas de las facultades de estudios étnicos afroamericanos y de otras nacionalidades. En la primavera del 2001, Horowitz sacó desplegados en periódicos universitarios por todo el país contra las solicitudes de indemnización a los afroamericanos por los horrores de la esclavitud. Preguntaban: “¿Y qué me dicen de la deuda que los negros tienen con América?”. Imagínense las consecuencias de restaurar la legitimidad de tales declaraciones de supremacía blanca y la posición de dominación que ocupaban en las universidades, esta vez con el pretexto del “equilibrio” académico.
Otra punta de lanza del ataque contra el pensamiento crítico es el grupo de rectores de universidades y exalumnos ACTA (American Council of Trustees and Alumni). Después de los ataques del 11 de septiembre del 2001, ACTA publicó una lista de 117 declaraciones de profesores y estudiantes que considera “moralmente ambiguas”, “antiamericanas” o las dos. Un ejemplo es la siguiente: "Debemos construir puentes y relaciones, y no solo bombas y muros".
ACTA trabaja especialmente con legisladores republicanos y exalumnos conservadores (y se jacta de que entre sus miembros figuran los gobernadores de Nueva York y Colorado, que condenaron públicamente a Churchill en el 2005 y pidieron despedirlo). ACTA dice que es la mayor fuente de fondos no gubernamentales destinados a las universidades. Moviliza al sector adinerado e influyente de la derecha para ejercer control de las universidades por medio del control de los fondos gubernamentales y particulares, y de la selección de los consejos directivos (que nombran a los presidentes universitarios).
Todo lo que hace es muy deliberado. Cuando la presidenta de la Universidad de Colorado comentó que se estaba creando una atmósfera macartista en relación con Ward Churchill, la presionaron hasta que renunció. La reemplazaron con Hank Brown, un cofundador de ACTA. Ahora Brown tomará la decisión sobre el despido de Churchill. Cuando el gobernador Jeb Bush de Florida abolió el consejo directivo del sistema universitario y lo reemplazó con un consejo en cada universidad en el 2001, invitó al vicepresidente de ACTA a dar la principal charla en las sesiones de orientación. (WorkingForChange.com, 19 de noviembre de 2001)
¿Por qué hacen esto ellos?
No hay un solo "ellos". Por el contrario, existe una gama de poderosas fuerzas políticas y sociales (en la clase dominante y la sociedad en general) con programas distintos pero que coinciden en parte. Lo que los une es el reconocimiento de que en las últimas décadas, miembros de la generación de los años 60 han entrado a las universidades, obtenido cátedras, ganado cierta influencia en el mundo académico, y escrito obras que refutan la versión oficial de la historia de Estados Unidos y su papel en el mundo. Tales obras progresistas no predominan en las universidades hoy, pero ese reto intelectual es muy positivo y es precisamente el papel social que deben desempeñar las universidades.
Pero desde la perspectiva de los reaccionarios, es intolerable. No quieren que los que entren a la universidad descubran que el mundo "aislado" de donde salieron no concuerda con el mundo como realmente es. Todavía hay espacio para el pensamiento crítico en el mundo académico y otras partes de la sociedad, y a los ojos de los reaccionarios eso es una fuente de contaminación. Quieren eliminarlo. Desde hace tres décadas, la batalla para cambiar las universidades es un frente crítico de la guerra cultural/intelectual que está librando la derecha. Para ella la situación en las universidades es una causa del "deterioro cultural y moral" y una fuente de "deslealtad" que debilita la voluntad nacional.
La campaña de transformación radical de las universidades cobró fuerza y ferocidad tras el 11 de septiembre del 2001.
El gobierno de Bush tiene grandes ambiciones para reconfigurar el mundo y establecer un imperio indiscutible e indisputable que dure décadas. Lo está haciendo en un período de grandes cambios y trastornos en el mundo y en la sociedad estadounidense. Las fuerzas de la cúpula de la clase dominante necesitan forjar cohesión social en una sociedad cada vez más diversa y sobre una base muy distinta a la que ha prevalecido hasta hoy. Buscan imponer nuevas normas sociales cuya base es la moral fundamentalista, una visión religiosa, absolutista y anticientífica de la realidad y de cómo se adquiere el conocimiento, y una política agresiva de "dios y patria". Han iniciado una época represiva con la Ley Patriota, espionaje e intervenciones telefónicas sin restricciones, advertencias a "tener cuidado con lo que diga" (como dijo el vocero de Bush tras el 11 de septiembre) y tortura "si decimos que la necesitamos".
En este contexto, en una situación donde esa visión de la sociedad tiene mucho poder y mucha iniciativa hoy, poderosas corrientes empujan a las universidades a funcionar de una manera distinta. El pensamiento crítico, el disentimiento y los valores académicos que fomentan una búsqueda sin trabas de la verdad dondequiera que se encuentre están en conflicto con este programa político e ideológico extremista.
Bob Avakian, en su análisis de los objetivos centrales de este ataque organizado contra el mundo académico, ha subrayado que el programa imperialista actual no resiste el escrutinio del pensamiento crítico y la búsqueda racional de la verdad. Por eso, los proponentes de ese programa tienen que cambiar la definición de la verdad y de cómo encontrarla. Tienen que prohibir y declarar inaceptable el pensamiento crítico y el disentimiento que ponga en duda los pretextos, ya sea de una medida en particular o de los cimientos de todos esos pretextos. (Exhortamos a escuchar la charla grabada “'Balance' Is The Wrong Criterion – And A Cover for a Witch-hunt – What We Need is the Search for the Truth: Education, Real Academic Freedom, Critical Thinking and Dissent" [Lo del “equilibrio” es para despistar… y justifica la represión en las universidades. Lo que necesitamos es la búsqueda de la verdad: La educación y una auténtica libertad académica, pensamiento crítico y disentimiento]).
Las universidades "liberales" e "izquierdistas" son un blanco especial de esa campaña por su papel como centros de pensamiento crítico y disentimiento; para forjar un movimiento estudiantil derechista; y para azuzar prejuicios contra lo intelectual, lo laico y lo modernista. Por otro lado, el creacionismo disfrazado de "diseño inteligente" se ha vuelto más común y el gobierno de Bush somete a pruebas religiosas y políticas la investigación científica que recibe fondos federales. (Ver las declaraciones "Defender la ciencia" y "Restaurar la integridad de la ciencia al proceso político").
Todo esto explica por qué decimos que este ataque al pensamiento crítico y el disentimiento es una "nazificación" de las universidades. No son incidentes aislados sino parte de un programa coordinado para hacer que las universidades se ajusten al proyecto de conquista imperial y reconfiguración social en una dirección fascista.
Ecos históricos: El "macartismo" y la Alemania nazi
Por eso también creemos que la situación de hoy es potencialmente más peligrosa que la de la época de McCarthy, aunque hasta la fecha no hemos experimentado las peores infamias de esa época. A finales de los 50, purgaron a miles de profesores de las universidades y la vida pública en general con el pretexto de una amenaza de guerra con la Unión Soviética. No se podía permitir oposición a esa agenda. A pesar de que no estalló la guerra, de todos modos sacaron a los profesores progresistas.
Hoy, cuando están librando una "guerra contra el terrorismo" que "durará generaciones", y cuando están socavando los principios laicos fundamentales del país (que han perdurado 200 años) y derechos básicos como el hábeas corpus… existe el potencial de que surja una situación mucho peor que hace 50 años… si no nos movilizamos para impedirlo. Una lección importante de la época macartista es que las "salvaguardas" de la libertad académica no impidieron que pasara. De hecho, la diversidad y efervescencia intelectual no regresaron a las universidades sino hasta que estallaron las luchas y rebeliones de los años 60.
El programa actual de reestructurar las universidades tiene fuerte apoyo de un sector poderoso de la clase dominante, y ningún otro sector tiene un programa coherente alternativo para confrontarlo. Esta situación tiene muchas semejanzas a la República de Weimar en Alemania, en los años 20 y comienzos de los 30, que precedió la toma del poder de Adolfo Hitler. Tal como los socialdemócratas de ese período en Alemania, los dirigentes actuales del Partido Demócrata no son capaces ni están dispuestos a desafiar la dirección en que el núcleo dominante está llevando al mundo ni la reconfiguración social que considera necesaria.
Así, se redobla la ofensiva contra el pensamiento crítico; se moviliza a millones de fundamentalistas cristianos en torno a una ideología fascista, absolutista y apocalíptica; y se preparan nuevas guerras criminales.
El reto
El reto ante los directores, los profesores y, especialmente, los estudiantes universitarios es confrontar este ataque… en unidad con amplios sectores sociales. Tenemos que defender a Ward Churchill y otros académicos que están bajo ataque y, en general, defender el derecho de los profesores a disentir y tener ideas radicales. Es sumamente importante que la nueva generación defienda la búsqueda sin límites de la verdad, la efervescencia intelectual y el disentimiento. De una u otra manera, la lucha en torno a la vida universitaria e intelectual tendrá repercusiones profundas en el futuro de la sociedad estadounidense y las posibilidades de forjar una sociedad totalmente nueva.
Como decimos en el artículo "La nazificación de las universidades por Hitler": "Hoy, los fuertes ataques contra las ideas radicales y el pensamiento crítico en las universidades deben dar la alarma. ¿CUÁNDO es hora de actuar para cambiar el curso de los acontecimientos? En Alemania, ¿era a comienzos de los años 30, antes de que Hitler 'llegara a ser Hitler' en el sentido más completo y en la forma más horripilante, o DESPUÉS? ¿Es prudente descartar esas lecciones históricas, en este contexto, o sacar las debidas lecciones de esa experiencia amarga y actuar antes, y no después, cuando sea demasiado tarde?".
No cabe duda de la lección… y del reto.
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Revolución #81, 11 de marzo de 2007
La búsqueda de la verdad es un aspecto crucial de conocer y cambiar el mundo. La gente necesita y puede saber cómo funciona la sociedad y cómo se dan los cambios sociales. Puede conocer las diferentes esferas del conocimiento, la ciencia y el método científico. No tiene que aferrarse a la superstición, a la religión o a la tradición, las cuales oscurecen la realidad. Tiene que conocer el mundo para cambiarlo. En una palabra, la gente tiene que saber qué es real y por qué importa.
Conocer la verdad es clave para crear la clase de sociedad liberadora que nosotros, como comunistas, queremos. También explica por qué nos preocupa lo que está pasando hoy en las universidades, así como lo que no está pasando.
La universidad es un lugar donde se profundiza el conocimiento del mundo y de la sociedad, y donde muchos aprenden a pensar rigurosa y críticamente sobre el mundo en general… y a actuar en consecuencia. Lo que sucede en "el mundo de las ideas" y en la universidad tiene una enorme influencia en la discusión y el debate de la sociedad. En la década de los 60, la agitación radical intelectual y las rebeliones en las universidades inspiraron cuestionamiento y protesta por toda la sociedad.
Pensamos que una parte importante de la lucha por un nuevo mundo es la defensa del pensamiento crítico y la promoción del cuestionamiento intelectual hoy en las instituciones educativas, así como en la sociedad en general. Asimismo, estamos conscientes de que esto no se puede realizar plenamente en las condiciones actuales.
La universidad, zona disputada
La universidad es parte del sistema social. Si damos un vistazo a la administración de las universidades, al proceso de conceder contratos gubernamentales y de las corporaciones, al financiamiento y el trabajo de los centros de investigación, y a los vínculos de las universidades con la economía global y la maquinaria militar de Estados Unidos… vemos que la universidad está dominada por los mismos intereses que gobiernan la sociedad. Por medio de las universidades, muchos jóvenes entran al mundo laboral y a la sociedad: a esta sociedad en particular, con sus valores y prioridades.
Pero en esta sociedad capitalista, la universidad es una de las pocas instituciones en las que la investigación libre y el pensamiento crítico tienen un poco de iniciativa. Es una zona disputada: donde las corrientes intelectuales y movimientos políticos chocan con el statu quo político-intelectual... y donde hoy poderosas fuerzas quieren sofocar todo pensamiento crítico.
Piensen en lo que significará para la sociedad si logran eliminar la investigación y el cuestionamiento intelectuales, si reina un ambiente de intimidación en las artes, si imponen un régimen de verdades absolutistas y certezas incuestionables.
Piensen en lo que significará para los pueblos del mundo que sufren bajo la "guerra contra el terror" de Bush si los sectores intelectuales de este país dejan de protestar enérgicamente (y, por qué no, con valentía) contra las infamias… y en vez marchan al compás. El hecho es que tal convicción y valentía son muy escasas hoy, aun en las universidades; es algo que tiene que multiplicarse y que hay que defender, y no callar.
Todo esto quiere decir que hay mucho en juego en la lucha para defender el disentimiento y el pensamiento crítico en los círculos académicos. Para nosotros, hay una conexión entre esta batalla y la forja de una sociedad radicalmente diferente, en la que florezcan el pensamiento crítico y el disentimiento.
El comunismo requiere la búsqueda sin trabas de la verdad
Pensamos que la humanidad puede alcanzar niveles completamente nuevos, que puede acabar con todas las formas de explotación, superar las divisiones de clase, eliminar todas las instituciones y relaciones sociales opresivas, y eliminar todos los valores e ideas que refuerzan las instituciones y relaciones opresivas.
La dirección comunista y el estado socialista tienen que dirigir el proceso para lograr ese mundo. Y tiene que ser un proceso caracterizado en todos los sectores de la sociedad por pensamiento y acción diversos, lleno de cuestionamiento, disentimiento y efervescencia.
Hasta la fecha ha habido dos importantes intentos de transición socialista al comunismo: en la Unión Soviética (de 1917 a 1956) y en la República Popular de China (de 1949 a 1976, con la muerte de Mao Tsetung). En ambos casos una “nueva burguesía” volvió a tomar el poder y restauró el capitalismo, a pesar de que en ambos casos conservó, inicialmente, muchos símbolos del socialismo. Cada una de estas experiencias hizo historia y, a pesar de las calumnias y lo que se acostumbra decir hoy, logró avances sin precedentes. Sin embargo, las dos experiencias también se quedaron cortas en importantes aspectos. El trabajo de sacar las lecciones de estas experiencias, de hacer un análisis más profundo de la dinámica del período del socialismo y de forjar una nueva síntesis, es lo que Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, EU, ha estado dirigiendo. Lo que sigue se basa en su trabajo innovador.
El socialismo es el primer paso indispensable para llegar al comunismo, donde la gente aprende del mundo y lo transforma conscientemente. El socialismo hace posible satisfacer las apremiantes necesidades del pueblo: trabajo con sentido, asistencia médica, vivienda digna, educación estimulante... extirpar de raíz el racismo y superar la opresión de la mujer... cuidar el medio ambiente. Pero el socialismo verdaderamente emancipador es mucho más que eso. Es una sociedad en la que las masas populares bregan enérgicamente con los asuntos mundiales, la filosofía, la ciencia y el arte… responsabilizándose del rumbo y el futuro de la sociedad… y dominando cada vez más todas las esferas sociales.
Históricamente, a los de abajo los han excluido de la esfera del "trabajo con las ideas". La sociedad burguesa crea islas donde una minoría participa en esa esfera, mientras que la gran mayoría de la humanidad vive explotada y excluida de las actividades intelectuales y creativas. La sociedad socialista tiene que capacitar a los otrora oprimidos (cuya vida ha sido restringida o limitada por la lucha para subsistir) para que trabajen cada vez más con las ideas y participen plenamente en la sociedad.
Asimismo, la sociedad socialista tiene que darles espacio a los intelectuales, los artistas y los científicos. El socialismo no será una sociedad liberadora si sofoca a los intelectuales. No será un paso hacia una sociedad de seres humanos libremente asociados a menos que desencadene el espíritu crítico, inquisitivo y de exploración de los intelectuales. Los científicos, intelectuales y artistas seguirán haciendo su trabajo y profundizando el acopio de conocimientos de la humanidad, al mismo tiempo que se van derribando las barreras entre el trabajo intelectual/artístico y los demás sectores de la sociedad.
La sociedad socialista requiere la más plena contienda de ideas para llegar a la verdad y para transformar la sociedad de una manera liberadora. Todo eso tiene consecuencias importantes con respecto a la libertad académica en el socialismo.
En el socialismo el sistema educativo tendrá un plan de estudios básico, que se basará en las esferas establecidas del conocimiento humano. Por otro lado, tiene que haber espacio para investigación e instrucción que rebasen ese plan, así como para teorías y corrientes intelectuales que van "contra la corriente". Eso es importante porque el socialismo tiene que ser una sociedad que vibra con nuevas ideas y descubrimientos. Es posible que mañana se demuestre que lo que hoy sabemos que es cierto (y es importante defender y aplicar para conocer más) sea parcial o completamente equivocado. Las teorías que se ha demostrado que son incorrectas, como el "creacionismo", no serán parte del sistema educativo, aunque los defensores de esas teorías podrán seguir expresándolas.
El marxismo se promoverá en las universidades y la sociedad porque es el enfoque más científico para comprender el mundo, así como para lograr la síntesis más fértil posible de diferentes ideas y avances de disciplinas y campos. Muchos académicos e intelectuales no abrazarán el marxismo y seguirán estudiando otros esquemas filosóficos. Se enseñarán y estudiarán otras filosofías, y estas contenderán con el marxismo. En ese ambiente, a medida que se aplique, el marxismo seguirá desarrollándose y conociéndose.
Esto suscita una pregunta: ¿en el socialismo, serán las universidades centros de crítica social y protesta política? Sí, queremos una sociedad en la que los estudiantes y los intelectuales critiquen las medidas del gobierno y las instituciones sociales, y cuestionen el programa y la visión de la sociedad. La gente debe tener el derecho de expresarse libremente sobre todos los aspectos de la sociedad y de organizar sus propias protestas, fuera de los límites de los canales y la política “oficiales”. Estamos hablando de una situación “plenamente abierta” en el marco de una sociedad que busca superar todas las formas de explotación, opresión y desigualdad social. El cuestionamiento político e intelectual y el disentimiento son indispensables para el proceso de profundizar el conocimiento de la realidad y la transformación social.
Como ha dicho Bob Avakian, si uno de veras capta esta epistemología —la búsqueda, sin trabas, de la verdad en aras de llevar a la humanidad a una etapa completamente nueva—, entonces querrá que lo cuestionen, y si somos fieles a eso, habrá momentos sumamente alocados.
Disentimiento, protesta y agitación en la sociedad socialista
Eso le plantea enormes retos al estado socialista. Por ejemplo, si se organizan movimientos y luchas de protesta contra las medidas del estado socialista con respecto al ambiente, ¿qué pasa si hacen bloqueos y plantones que trastornan la economía? Por un lado, la economía tiene que funcionar para satisfacer las necesidades del pueblo y los requisitos del estado socialista. Pero también hay que bregar con los temas que suscitaron la protesta y lo que eso quiere decir para el desarrollo de una economía socialista sostenible, e involucrar a muchos más en el debate.
No estará del todo claro el propósito de esos levantamientos y unos desafiarán importantes medidas sobre la dirección de la sociedad. Sería fácil simplemente imponer la autoridad del estado socialista, pero, repito, el estado socialista tiene que aclarar lo que es correcto y lo que es incorrecto, y luchar por lo correcto (y poner toda esa complejidad ante el pueblo y luchar por resolver los problemas políticos, como en el ejemplo arriba mencionado). El estado socialista y su dirección tienen que basarse en eso, y no en la fuerza.
¿Y la gente que se opone plenamente al socialismo y exhorta regresar al capitalismo? ¿También tendrá el derecho a disentir? Sí, es importante que esos puntos de vista se conozcan y se debatan. Es importante que los más fervientes defensores de esas ideas las expresen y las defiendan, en la prensa, los libros, etc. Aunque esos puntos de vista sean incorrectos, arrojarán luz sobre los problemas y defectos de la sociedad, y las contradicciones más profundas. La sociedad entera tiene que bregar con esos puntos de vista para entender el mundo más a fondo.
Si no se permite la expresión del disentimiento y oposición al gobierno, afectará la sociedad de una manera negativa. Enfriará el ambiente, tanto en los círculos académicos como en la sociedad en general. No queremos una situación en que la gente tema expresarse contra el gobierno.
Hay una diferencia crucial entre los que pregonan reemplazar la sociedad socialista con el capitalismo, y los que organizan o complotan para sabotear o tumbar el socialismo. Esa diferencia es algo que se tendrá que dar a conocer a la sociedad entera y delinear en la constitución.
La historia enseña que los estados socialistas tendrán que repeler ataques e invasiones imperialistas y derrotar a contrarrevolucionarios e intentos de reestablecer el viejo orden. Pero el estado socialista no debe confundir las acciones de quienes organizan sabotaje y el derrocamiento del estado socialista con los que expresan desacuerdos u oposición al socialismo. Las sociedades socialistas anteriores no siempre manejaron bien esta distinción, aunque en China, durante el tiempo de Mao, hubo experiencias positivas importantes, como durante la Revolución Cultural. Tenemos que manejar esto mucho mejor en el futuro.
Para el estado socialista ha sido relativamente fácil reprimir, por un tiempo, la oposición reaccionaria. Pero lo difícil (y ese es el gran reto) es fomentar el debate, la experimentación y el cuestionamiento, y exponerse a levantamientos sin perder el poder. Queremos un estado socialista que sea un instrumento poderoso y necesario para los oprimidos; una transición enérgica que avanza hacia una sociedad de seres humanos libremente asociados y un mundo sin estados ni aparatos de represión. No alcanzaremos eso sin un estado socialista y una dirección comunista que valoran y promueven el pensamiento crítico y la contienda de ideas; sin disentimiento y agitación social generalizados, y sin la búsqueda sin trabas de la verdad.
Cuanto más profundo sea ese proceso, tanto más deseable y emancipador será el resultado.
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Revolución #81, 11 de marzo de 2007
David Horowitz, el arquitecto de la Carta de Derechos Académicos, pide “equilibrio” en las universidades "dominadas por la izquierda”. Los defensores del “diseño inteligente” piden “equilibrio” en las clases de ciencia de las prepas “laicas”. El canal Fox News dice que está restaurando la “imparcialidad” a la prensa dominada por el “sesgo liberal”.
¿Por qué piden “equilibrio” estas fuerzas derechistas? ¿Y debe ser el equilibrio la esencia de la actividad intelectual?
Primero, consideremos el verdadero “desequilibrio” de la prensa y el sistema educativo de esta sociedad. Cuando el gobierno de Bush preparaba el terreno para atacar a Irak, ¿estaban los periódicos y las noticias llenos de análisis serios y críticos de los propósitos del gobierno de Bush? La respuesta es obvia. En las universidades, ¿están los cursos de negocios, ciencias políticas y gobierno llenos de profesores que critican el capitalismo? No. De hecho, la gran mayoría de los jóvenes no se gradúan de la universidad con un conocimiento serio de la verdadera naturaleza de esta sociedad. En general, a la mayoría de la población no se le enseña a fondo la teoría de la evolución, a pesar de que todos los científicos serios saben que es verdad y que es un elemento fundamental de la ciencia moderna.
Seamos claros: nadie dice en serio que los profesores progresistas impiden que los estudiantes presenten un punto de vista diferente de la historia ni que los castigan cuando lo hacen. La campaña de Horowitz y demás no busca exhortar a los estudiantes conservadores a hacer el estudio y el trabajo necesarios para desafiar las ideas progresistas, sino organizarlos a espiar y entregar a esos profesores, y ayudar a fuerzas más poderosas a intimidarlos, como parte de un plan de "limpiar" las universidades.
¿Pero es el equilibrio la guía metodológica y meta de la erudición y la enseñanza? Obviamente, en la búsqueda de la verdad, para ver qué corresponde y no corresponde a la realidad, es indispensable que se dé plenamente un choque de ideas; pero eso no es lo mismo que el equilibrio. De hecho, como guía de la enseñanza y la búsqueda de la verdad, el equilibrio es un concepto y un criterio erróneo.
Si sabemos, de manera concluyente, que la Tierra es una esfera, ¿debemos seguir investigando y enseñando que la Tierra es plana, en aras del equilibrio? Si sabemos, de manera concluyente, que la evolución es cierta, ¿debemos seguir investigando y enseñando como ciencia los mitos bíblicos de la creación en aras del equilibrio? No, no los debemos seguir investigando y enseñando. Estas son verdades concluyentes, a pesar de que seguimos aprendiendo más sobre los orígenes y el desarrollo de la vida en la Tierra, como en cualquier otro campo de conocimiento humano.
Sostener que hay que aplicar el criterio del equilibrio a todo interrogante importante tendría consecuencias desastrosas en la vida y la integridad intelectual. Sería un obstáculo a la verdad, a la acumulación del conocimiento que corresponde a la realidad y a la interrogación científica para profundizar el conocimiento. Llevaría a dedicar una enorme cantidad de tiempo y recursos al estudio y a la enseñanza de algo que patentemente no es cierto, y eso tendría consecuencias sociales devastadoras.
Algo muy peligroso está sucediendo. Con el pretexto del “equilibrio”, ideólogos y políticos derechistas han lanzado un ataque contra la búsqueda y la exposición de la verdad. Este es un ataque sin precedentes en la historia moderna de este país, al servicio de un programa político e ideológico que requiere mentes cerradas y faltas de sentido crítico.
Hoy, ciertas verdades establecidas y definitivas son inconvenientes y están bajo ataque: por ejemplo, que las raíces de este país son la esclavitud y el genocidio, o que nuestra especie evolucionó. Esas verdades están en conflicto con el programa de los que detentan el poder. Ante las investigaciones de las últimas décadas que cuestionan la versión oficial de la historia, los reaccionarios piden “equilibrio” con profesores conservadores que, como dice David Horowitz, aprecian que “a los estudiantes hay que presentarles un punto de vista alternativo de la historia más conforme a la realidad”. ¡El “punto de vista alternativo de la historia” de Horowitz es que la esclavitud fue buena para los negros porque hoy son más ricos que los pueblos de África! Los fascistas cristianos piden “equilibrio” en la enseñanza de la evolución: que además de la evolución se enseñe, como ciencia, que "dios creó a Adán" (o, de forma disimulada, que un "diseñador inteligente" no identificado creó la vida). Para Fox News “equilibrio” quiere decir que George Bush dice la verdad.
Otro aspecto esencial de la actual cruzada a favor del "equilibrio" es que es un programa temporal y de transición que llevará a algo muy negativo. No es la primera vez que vemos ese método. Por ejemplo, el lema del noticiero Fox News es "Imparcial y equilibrado". Los derechistas se quejan de "los medios liberales", mientras su propia "máquina de ruido" domina la mayor parte de la radio y la televisión. Los medios de la corriente dominante (cuyo papel histórico al servicio de los que detentan el poder es bien sabido y cuya docilidad servil antes las mentiras, el espionaje y las guerras de este gobierno es escandalosa) se adaptan cada día más y dan "respeto y voz" a los puntos de vista de la extrema derecha. Por otro lado, censuran las voces y críticas radicales y las consideran "totalmente intolerables". Los medios, tanto de la corriente dominante como de la derecha, pasan por alto o estimulan el actual ataque al disentimiento y el pensamiento crítico.
Ahora aplican el mismo método en las universidades. La demanda de la derecha de que haya “equilibrio” no es un llamamiento a favor de la contienda sobre lo que es verdadero y lo que caracteriza más acertadamente la realidad, ya sea en la vida en este planeta o en la historia de este país. Por ahora, es un llamamiento a favor de la convivencia de la verdad, la verdad a medias y la falsedad. En manos de David Horowitz, Lynne Cheney, los fascistas cristianos y Fox News, es una cortina de humo para desterrar al pensamiento crítico de las universidades y de la sociedad en general.
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Revolución #81, 11 de marzo de 2007
En enero del 2005, invitaron a Ward Churchill, profesor amerindio de la Universidad de Colorado (UC), a dar una conferencia en Hamilton College, en el estado de Nueva York. Inmediatamente, la derecha se movilizó. Dio a conocer un ensayo que escribió sobre el 11 de septiembre del 2001 tres años antes, en el que critica el papel de Estados Unidos en el mundo. La derecha exigió que cancelaran la conferencia. El gobernador de Nueva York se metió, y locutores derechistas como Bill O’Reilly y varios políticos (entre ellos el gobernador de Colorado) demandaron que lo despidieran.
En una fuerte crítica del papel de Estados Unidos en el mundo, Churchill dijo que las personas que trabajaban como funcionarios de las grandes corporaciones con oficinas en el World Trade Center (y no todos los que trabajaban ahí) eran "pequeños Eichmanns”, o sea los comparó a los funcionarios del gobierno nazi.
Empezó una caza de brujas. Ridiculizaron el trabajo de Churchill sobre el genocidio y la opresión de los indígenas. Llegó a tal punto que él y el Departamento de Estudios Étnicos, del cual era director, recibían mil correos electrónicos amenazadores al día. Poderosas figuras, como el ideólogo republicano Newt Gingrich, pidieron restringir o eliminar la cátedra con titularidad, que protege a los pensadores e investigadores para que no los despidan por expresar sus ideas.
La administración universitaria inició una investigación para determinar si debía despedirlo (o arrestarlo) por lo que había escrito. Mandaron a todos los profesores a comprobar que habían firmado el juramento de lealtad. La presidenta de la Universidad de Colorado, una republicana moderada, dijo ante el profesorado que temía un “nuevo macartismo”. Una semana después le tocó renunciar. En la primavera, los estudiantes escogieron a Ward Churchill como “profesor favorito”, pero la asociación de ex alumnos no le dio el premio. Todo eso planteó preguntas en los sectores más progresistas acerca de si se debe tener que "tener cuidado con lo que diga", políticamente, o correr el riesgo de que lo despidan, especialmente en el mundo académico.
En eso se metió David Horowitz, ex "izquierdista" de los años 60 y ahora reaccionario, para aconsejar a la administración cómo afinar el ataque a Churchill. En un discurso en el que lo acusó de apoyar a los “enemigos terroristas de Estados Unidos”, Horowitz dijo que no se debía despedirlo por lo que escribió sino investigarlo por fraude académico. Instantáneamente, la administración recibió un diluvio de quejas (casi todas viejas y ya consideradas) sobre plagio, falta de ética profesional, notas al pie de página incorrectas, etc., en la obra de Churchill. Con ese pretexto, el canciller inició una investigación de ética profesional.
Se convocó un comité de profesores para darle a la caza de brujas un barniz de “jurado de sus iguales”. Pero la verdad es que la investigación nunca se hubiera llevado a cabo sin la protesta contra sus declaraciones políticas. Incluso el comité admite que la Primera Enmienda debe amparar tales declaraciones y que supuestamente son una parte importante del mundo y la libertad académicos. La investigación fue completamente ilegítima y jamás se debió haber llevado a cabo; es como un principio de derecho que excluye el uso “de una fruta del árbol envenenado”. Un profesor de derecho (y ex subsecretario de Justicia del estado de Texas) dirigió la investigación, y tuvo que admitir que "tenemos inquietudes sobre los orígenes de esta investigación y escepticismo sobre los motivos”. Sin embargo, la realizó. Hay que decirlo sin rodeos: esta investigación ha causado más daño y es un mayor peligro que cualquier falta de ética de investigación que el comité haya descubierto.
En mayo del 2006, el comité anunció sus conclusiones, pero solo después de que dos miembros se vieron obligados a renunciar ante acusaciones de simpatía con la defensa de Churchill. En el informe el comité decía que encontró “una falta seria y repetida de ética profesional en sus investigaciones”. Un profesor de la facultad de Sociología estudió el informe y concluyó que es una exageración grotesca de la magnitud de las faltas (y que las sanciones que recomienda van mucho más allá de las que se han impuesto contra luminarias como Doris Kearns Goodwin, historiadora presidencial, que cometieron errores mucho mayores). También dijo que el informe dedica 44 páginas a tres párrafos de toda la obra de Churchill. Esto es importante: es dudoso que las obras de cualquier profesor resistan esa clase de examen sin que aparezcan faltas; además, ¿cómo se podrían llevar a cabo estudios serios en semejante ambiente?
De los cinco miembros del comité investigador, cuatro recomendaron suspenderlo y el quinto despedirlo. Al mes, el canciller de la universidad recomendó despedirlo. El capítulo de la UC de la Asociación Americana de Profesores Universitarios escribió en una protesta: “Pensamos que aunque se percibe que la investigación es el pretexto para despedirlo, en realidad la razón son sus ideas políticas”.
Hay que rechazar esta caza de brujas. Está en marcha un ataque de poderosas fuerzas derechistas estrechamente aliadas con la cúpula del poder para crear un ambiente de intimidación y de prohibición del disentimiento y el pensamiento crítico con respecto a importantes asuntos sociales. Piense lo que uno piense sobre las palabras que escogió o el argumento específico de Churchill, el intento de despedirlo se basa únicamente en su crítica radical de la historia de Estados Unidos y sus declaraciones sobre el 11 de septiembre del 2001. Si se permite que este ataque tenga éxito, se establecerá un peligroso precedente que ya está causando temor en los círculos académicos. Lo que está en juego es si se permitirá que los profesores digan la verdad sobre la versión oficial de Estados Unidos; y si los campos de estudio como estudios étnicos y de la mujer y el género, que muchas veces se oponen al resurgimiento del patriotismo y el chovinismo, podrán llevar a cabo su indispensable trabajo intelectual y cultural.
Churchill está ganando apoyo, pero se necesita muchísimo más. Los estudiantes y los profesores tienen que cerrar filas y defender a Ward Churchill, así como el disentimiento y el pensamiento crítico en este momento urgente.
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Revolución #81, 11 de marzo de 2007
Existe un inquietante paralelo entre lo que está pasando en las universidades hoy y la experiencia de Alemania durante la época del ascenso y la consolidación del poder de los nazis.
El movimiento nazi organizó a la juventud y a los estudiantes; a fines de los años 20, tenía un fuerte apoyo estudiantil. En las principales universidades, los estudiantes reaccionarios hostigaban y boicoteaban a los profesores progresistas y judíos.
Cuando Hitler llegó al poder en 1933, se embarcó en la reestructuración del aparato de gobierno, la reconfiguración de las instituciones de la sociedad civil y la difusión de los principios de solidaridad y superioridad racial de los alemanes. Los nazis aplastaron la resistencia política; callaron el disentimiento; sometieron a los abogados y las instituciones que hubieran podido oponer resistencia. Reorganizaron la sociedad alemana para ponerla al servicio de un proyecto de control social y conquista imperial.
El sistema educativo fue uno de los importantes blancos de la nazificación. Expulsaron a muchos profesores universitarios por razones políticas y por su trabajo intelectual, y a muchos más solo por ser judíos. Criticaron la diversidad intelectual y realizaron una “limpieza” de las bibliotecas. A los grupos estudiantiles derechistas y nazis, que en los años 20 molestaban a los profesores, les dieron rienda suelta para quemar libros y arremeter contra profesores indeseables.
Pero pocos administradores o profesores que no fueran judíos protestaron públicamente o renunciaron ante lo que sucedía. Hace pensar: ni una de las 23 universidades, 11 academias de ciencia o 10 politécnicos de Alemania fue un centro de protesta y resistencia.
El gobierno de Hitler pudo forjar una nueva “normalidad” académica. Estableció “institutos de investigación” dirigidos por los nazis que se basaban en una ciencia social y médica falsa; cambió el plan de estudios de varias disciplinas; y cultivó un cuerpo de intelectuales que sirviera y diera legitimidad al proyecto nazi. En otras facultades, propuso un pacto con el diablo: cállense y se les otorgará una apariencia de independencia académica. La gran mayoría de los círculos académicos lo acataron. Así constriñeron la enseñanza superior.
En los años 20, muchos descartaron el fenómeno de Hitler, pero ese movimiento pasó de ser “marginal a ser central”.
Hoy, los fuertes ataques contra las ideas radicales y el pensamiento crítico en las universidades deben dar la alarma. ¿CUÁNDO es hora de actuar para cambiar el curso de los acontecimientos? En Alemania, ¿era a comienzos de los años 30, antes de que Hitler "llegara a ser Hitler" en el sentido más completo y en la forma más horripilante, o DESPUÉS? ¿Es prudente descartar esas lecciones históricas, en este contexto, o sacar las debidas lecciones de esa experiencia amarga y actuar antes, y no después, cuando sea demasiado tarde?. Debemos reconocer el peligro y actuar en consecuencia. En un principio los nazis atacaron a los judíos y a los comunistas, y de ahí ampliaron el ataque. Hoy tenemos que defender a los que están bajo ataque y movilizar a la gente para frenar esta peligrosa trayectoria.
Libros importantes:
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Revolución #81, 11 de marzo de 2007
La película Swing Kids, que salió en 1993, tiene lugar en la Alemania de los años 30, cuando el Tercer Reich de Hitler impuso una cultura de marchas nazis, polkas y canciones populares alemanas, y casi era obligatorio ser miembro de la Juventud Hitleriana. Robert Sean Leonard y Christian Bale desempeñan el papel de integrantes de los "Swing Kids", un movimiento juvenil clandestino que oye jazz a pesar de que está prohibido. Se ponen sombreros y ropa de esa moda, bailan un estilo de jitterbug muy movido, cantan canciones de Harlem, el barrio negro de Nueva York, y escuchan discos de músicos negros y judíos, como Count Basie, Artie Shaw y Bennie Goodman. Pelean con los jóvenes nazis. En una pelea, a un guitarrista le fracturan la mano, y este dice que va a tocar como Django Reinhardt, un extraordinario músico de jazz roma que toca con solo dos dedos de la mano izquierda. En esa época los nazis perseguían a los roma (llamados despectivamente gitanos). Cuando un nazi le pide que toque una canción alemana, dice que no por principio porque "ahora no hay canciones alemanas, solo canciones nazis".
Los Swing Kids viven en una atmósfera sumamente hostil y represiva, donde hay mucho en juego y una intensa presión a ser conformista. Cuando los obligan a ser Jóvenes Hitlerianos, deciden transigir: "ser Swing Kids de noche y Jóvenes Hitlerianos de día". Pero resulta imposible. Por todas partes hay señales de una resistencia dispersa, como una librería donde esconden pasaportes falsos en tomos raros de Faust para ayudar a escapar a los judíos. Pero en general reina una atmósfera de complicidad, y hasta sus propios padres tratan de protegerse y se mantienen callados ante la represión fascista. Los Swing Kids descubren que se puede preservar un poco de privilegio y comodidad vendiéndose al diablo, o se puede ser leal a las convicciones y hacer lo debido, y que eso sí vale la pena.
La historia de otro grupo de jóvenes valientes de la Alemania nazi es el tema de otras dos películas: The White Rose (1982) y Sophie Scholl: The Final Days (2005). The White Rose (La Rosa Blanca) presenta el entusiasmo y la camaradería de los estudiantes de la Universidad de Munich, y su respuesta bulliciosa y crítica a la represión. Un profesor da una conferencia desafiante sobre Spinoza (un filósofo judío), a pesar de que los Jóvenes Hitlerianos interrumpen la clase para espiar e intimidar al profesor y a los estudiantes.
En 1942-1943, se esperaba que todo ciudadano alemán apoyara a las tropas en la II Guerra Mundial. Pero los miembros del grupo Rosa Blanca hacen campaña a favor de la derrota de Alemania y logran repartir volantes por toda la ciudad, bajo las narices de los nazis. Un pequeño grupo de estudiantes católicos forma una organización clandestina antinazi y está resuelto a denunciar el verdadero plan del gobierno. Aparecen volantes en los salones de clase y en libros en la universidad, y se reparten por correo por todo el país; dicen la verdad sobre los campos de concentración y los planes de los nazis y exhortan a los estudiantes y a los demás a actuar. Cuando Sophie Scholl, una estudiante de primer año, se entera de la Rosa Blanca, es la primera mujer del grupo y es uno de los participantes más creativos y audaces.
La Blanca Rosa y los Swing Kids cayeron víctimas de una fuerte represión. Los nazis arrestaron a centenares de Swing Kids y enviaron a unos a los campos de concentración. A Sophie Scholl y otros militantes de la Rosa Blanca los ejecutaron en 1943. Estas películas nos muestran la valentía y convicción de estos jóvenes rebeldes, pero también muestran el peligro de la complicidad y el silencio, y el alto precio de una resistencia que es muy poca y demasiado tarde.