Del Club Revolución-Los Ángeles:

Protesta antisionista contra la nazificación de las universidades y la consolidación del fascismo

| Periódico Revolución | revcom.us

 

Estudiantes por la Justicia en Palestina, activistas estudiantiles pro-palestinos y el Club Revolución están bajo un ataque severo por la dirección de la UCLA (Universidad de California-Los Ángeles) y fuerzas poderosas de la clase dominante a raíz de una protesta en mayo del año en curso que interrumpió un evento en la UCLA organizado por el grupo conservador sionista “Students Supporting Israel” (Estudiantes en apoyo de Israel), titulado “Pueblos Autóctonos Uníos”. Este evento tuvo lugar tres días después de la masacre del 14 de mayo en la Franja de Gaza en que las Fuerzas de Defensa de Israel mataron a 60 palestinos e hirieron a 2.771. El ataque contra esta protesta es un “ensayo” con el objetivo de sentar precedente contra activistas pro-palestinos — en que las consecuencias serían la penalización y proscripción de toda protesta y disentimiento estudiantil contra el genocidio que se está perpetrando contra el pueblo palestino. Esto es un elemento importante de la nazificación de las universidades en general.

En esa protesta justa y desafiante participaron más de 50 personas, entre ellas estudiantes de muchos diferentes orígenes. Irrumpieron en el evento sionista sonando silbatos y coreando con altavoces: “¡Libertad, Libertad para Palestina!”, “¡1-2-3-4 Abran las puertas de la prisión, 5-6-7-8 Israel es un estado terrorista!” (Vean el video aquí.) Estudiantes leyeron los nombres de las 60 personas masacradas en Gaza por las fuerzas armadas israelíes. Esta protesta increíblemente alegre paralizó el evento completa y decisivamente, y ante la determinación y el desafío de los estudiantes, la policía dio marcha atrás y no hizo ningún arresto.

Días después de la protesta, se inmiscuyó el Centro Louis D. Brandeis por los Derechos Humanos Bajo la Ley, una organización sionista cuyo objetivo es configurar la política jurisprudencial en Estados Unidos y penalizar la protesta contra Israel bajo el pretexto de los derechos civiles. Mandaron una carta a la dirección de la UCLA que exigía que ésta presentara cargos contra los estudiantes y organizaciones que participaron. Nombraron a grupos estudiantiles específicos e incluso a individuos, a los cuales los identificaron por medio de mensajes de texto recabados por infiltrados estudiantiles, posteos en las redes sociales y ¡el propio video de la protesta! Para colmo, presentaron estos como evidencia de una “conspiración para cometer un crimen”. Además, el Centro Brandeis exigió que la UCLA implementara un número de “recomendaciones de política” y amenazó con demandar a la UCLA por violar el Título VI de la Ley de Derechos Civiles si la UCLA no lo hiciera. El Titulo VI prohíbe la discriminación a base de la “raza, color u origen nacional” en programas que reciben fondos federales.

Lo que lo anterior significa es: El Centro Brandeis sostiene que protestar contra Israel es discriminación racista contra la gente judía. Sus demandas incluyeron que la dirección de la UCLA denunciara la protesta públicamente, proscribiera a las organizaciones que no eran del plantel, castigara y procesara a todos los estudiantes participantes y cambiara la definición del antisemitismo (la discriminación contra gente judía) para que incluya el anti-sionismo (la oposición a las políticas y el estado de Israel)1. Si prosperan estas demandas, como consecuencia se proscribiría en la escuela a la organización nacional Estudiantes por la Justicia en Palestina, y penalizaría toda protesta contra el genocidio de palestinos. Las implicaciones de esto tienen gran alcance porque el veredicto tendría aplicación a todas las instituciones que reciben ayuda financiera federal, lo que en efecto significaría la proscripción de la protesta pro-palestina en universidades a lo largo de Estados Unidos.

En respuesta a estas demandas escandalosas, dos rectores de la UCLA escribieron una carta abierta en el periódico del campus, el Daily Bruin; públicamente denunciaron las protestas y prometieron remitir a la Fiscalía municipal angelino a todos los manifestantes de afuera del campus2. Unos días después dieron marcha atrás con esa promesa. Un representante universitario dijo que, debido a que no hubo arrestos y nadie presentó una denuncia policial ni una queja sobre la interrupción, no presentarían cargos. Y clarificaron que su promesa de procesar a los manifestantes de afuera del campus se refiere a un “evento anterior, sin relación alguna, del 26 de febrero de 2018, con el secretario de Hacienda Steve Mnuchin”3.

Esto aludió a una protesta justa contra Mnuchin por estudiantes, miembros del Club Revolución y activistas con Rechazar el Fascismo. Interrumpieron a Mnuchin con agitación y demandas sustantivas, y ¡la policía universitaria los asaltó y los sacó! El video de esta protesta se viralizó a pesar de los esfuerzos de Mnuchin por suprimirlo, esfuerzos los cuales la universidad aceptó al inicio, a pesar de que el video era un documento importante de registro público.

Lo que pasa aquí es que los ataques a los activistas estudiantiles pro-palestinos concurren con la represión contra el Club Revolución. Al parecer, la dirección de la UCLA trata de manejar la crisis, por un lado, sin responder a todas las demandas de los sionistas, pero por otro lado al perseguir agresivamente al Club Revolución “de afuera del campus” así como a las redes nacionales y regionales de grupos como Estudiantes por la Justicia en Palestina, mismas que los directivos universitarios de todos modos prefieren sacar del campus, a raíz de otras protestas y acciones en que han participado en el campus. Esto representa un trato por parte de la dirección universitaria para evitar tener que recurrir a medidas abiertamente represivas contra el estudiantado, lo que podría resultar en que las cosas se salieran aún más de su control y se suscitara una resistencia aún más desafiante.

Esta situación trae a la mente la cita bien conocida “Primero vinieron por los comunistas…” de Martin Niemöller, un pastor alemán encarcelado por Hitler de 1937 a 1945, que resume algunas lecciones, aprendidas a base de duras experiencias, sobre el ascenso del fascismo4.

Estos ataques son parte de maniobras a nivel nacional para perseguir a las organizaciones que se oponen a los ataques contra el pueblo palestino. (Vean “NO es antijudío oponerse a Israel: Importante maniobra fascista para reprimir las críticas a Israel en las universidades”.) Esto incluye a una ola de leyes recientes que penalizan la promoción de un boicot contra Israel, debido a sus crímenes contra el pueblo palestino. Además, en la actualidad se está viendo un caso en la Universidad Rutgers que también haría que criticar a Israel fuera lo mismo que criticar al pueblo judío, lo que tendría un impacto similar a lo antedicho.

Estos ataques contra el Club Revolución también son parte de esfuerzos más amplios de suprimir a este Club que está en las primeras filas de la lucha para impedir la consolidación del fascismo y está haciéndolo como parte de organizar a fuerzas para una revolución real (vean el recuadro). Para colmo, la dirección de la UCLA trató de impedir la presentación en el campus del discurso filmado de Bob Avakian, ¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE! En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista. Un mundo mejor ES posible, aproximadamente 30 horas antes de la función. Esta presentación había sido anunciada ampliamente en el campus durante un par de semanas. La dirección universitaria le dijo a los organizadores que, debido a nuevas reglas de la UCLA, tendrían que pagar miles de dólares para la policía y un “coordinador de eventos” para celebrar este programa porque lo consideraban “controvertido”, y específicamente citaron la interrupción del programa pro-Israel de la semana anterior. Los estudiantes, y en particular los copatrocinadores docentes, lucharon muy duro hasta el último minuto para impedir que cobraran por estos servicios y para permitir que la función continuara. La dirección rescindió los cobros y restricciones apenas siete horas antes del programa.

Una vez que los sionistas supieron que la dirección de la UCLA no iba a cumplir con todas sus demandas, decidieron tomar el asunto en sus propias manos. El Centro Brandeis (la organización sionista antemencionada) mandó un equipo de abogados desde Washington, D.C., en coordinación con abogados y organizaciones importantes como StandWithUs (Tomar Partido con Nosotros). StandWithUs es una organización internacional con sede en Los Ángeles que organiza a jóvenes para oponerse a los desafíos a Israel y está al frente de la lucha contra el movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) en las universidades. El equipo de abogados caminó con miembros de Students Supporting Israel a la delegación del Departamento de Policía de la UCLA y presentó una queja formal y una denuncia policial.

Los fascistas han tomado la ofensiva sobre esto a nivel nacional. Más de 40 artículos han sido escritos y reimpresos en diferentes periódicos y fuentes noticiosas. Varios medios de comunicación fascistas como Breitbart, organizaciones asociadas con David Horowitz y periódicos y revistas sionistas se han sumado a esta lucha. Edwin Black, un columnista prominente, autor en la lista de libros más vendidos del New York Times y un sionista, publicó un ensayo que denunció la protesta como una violenta expresión del antisemitismo. La dirección de la UCLA, tras recibir la queja formal y ser objeto de una presión masiva en su contra, confirmó que perseguiría al Club Revolución y posiblemente a otras personas por protestar contra este evento sionista.

Al cierre de esta edición, no tenemos noticias de que hayan presentado formalmente estos cargos, pero esto es lo que la UCLA ha dicho que hará.

“Este caso es un punto de viraje para todos los estudiantes a lo largo de Estados Unidos”, afirma Roz Rothstein de StandWithUs. Alyza Lewin del Centro Brandeis estuvo de acuerdo, diciendo: “Estudiantes en todas partes de Estados Unidos ahora reconocen la importancia de denunciar inmediatamente, ante la policía, incidentes como éstos”. Edwin Black agregó: “Si procesos y condenas resultan de la interrupción del evento del 17 de mayo en la UCLA, se espera que esto contribuya a tipificar los límites penales de semejantes interrupciones en las universidades por toda la nación”5. Como se detalla aquí, los sionistas tienen en su mira a toda oposición, disentimiento o crítica al estado de Israel, y están usando este caso como un punto de lanza para suprimir y penalizar la protesta estudiantil, en efecto penalizándola al etiquetarla de “antisemitismo”.

Esto está ligado al evento proisraelí que fue interrumpido el 17 de marzo. El evento se titulaba, “Pueblos Autóctonos Unidos”, en el cual los sionistas se esforzaron por hacerse pasar por el pueblo originario de Palestina, al igual que el pueblo kurdo, los armenios bajo asalto y los indígenas de las Américas. Pero, ¡qué tontería más ahistórica!

Israel es un país fundado por medio de ola tras ola del desplazamiento y limpieza étnica contra el pueblo palestino en ataques militares y paramilitares. El evento “Pueblos Autóctonos Unidos” fue parte de esfuerzos conjuntos de fuerzas proisraelíes por borrar esta historia y poner la realidad patas arriba como una parte clave de legitimar la colonización genocida contra el pueblo palestino y la ocupación de tierras palestinas. Los sionistas sostienen que ellos son los habitantes originales y autóctonos de las tierras de Palestina y que todo lo que le hagan al pueblo palestino (y a cualquier otro pueblo) se justifica debido a la terrible opresión que los judíos han sufrido en la historia, y, por lo tanto, toda oposición a esto es antisemita. Esta confusión del antisionismo con el antisemitismo les sirve a los sionistas como importante garrote con el cual atacar a las protestas estudiantiles como ésta a nivel nacional.

Las poderosas fuerzas de la clase dominante que reconocen la relación de los intereses imperialistas estadounidenses con Israel, como el Departamento de Educación del régimen fascista de Trump y Pence y los fascistas como David Horowitz, están trabajando de la mano con los sionistas para reconfigurar las universidades, así como la sociedad en general. Se proponen perseguir, por ser “violaciones de la libertad de palabra”, a toda oposición al programa fascista del régimen de Trump y Pence, todo estudio académico sobre los crímenes del imperialismo estadounidense (así como de Israel) y toda resistencia a los supremacistas blancos que dan conferencias en las universidades. Maniobran para pulverizar las protestas estudiantiles y eliminar las voces de oposición, a medida que suprimen y penalizan cada vez más a las protestas en la sociedad en general. Se proponen suprimir a porrazos la verdad y callar todo pensamiento crítico que se oponga a los intereses imperialistas estadounidenses, como parte de amarrar a porrazos un orden fascista en Estados Unidos. Para hacerlo, tienen que legitimar su nueva versión fascista de la historia y de los hechos en los lugares que tienen un impacto desproporcionado en la diseminación de las ideas, donde se ha permitido brotar cierta oposición a las narrativas falsas del excepcionalísimo estadounidense — es decir, en las universidades. Tienen que borrar los conceptos básicos de la verdad, la ciencia y la realidad objetiva con tal de hacernos tragar a la fuerza su programa supremacista blanco, odiamujer, xenófobo y fascista.

Lo que está en juego aquí no es solamente la penalización y la proscripción, a nivel nacional, de toda protesta estudiantil contra la limpieza étnica del pueblo palestino (con el aval del imperio estadounidense), sino la penalización de incluso discusión y debate sobre la naturaleza y la historia del estado israelí, al etiquetar eso como “discurso de odio”. Además, todo esto es parte de un paquete más grande: la restructuración completa de la sociedad estadounidense en una forma fascista de gobierno.

Es vitalmente importante que una nueva generación de estudiantes y profesores se opongan a los golpeadores fascistas en las universidades, y que se pongan al frente para defender la búsqueda de la verdad sin trabas, la efervescencia intelectual y el disentimiento. Y más allá de las universidades, las personas de todo tipo —abogados, autores, judíos, musulmanes, otras comunidades de fe y muchos millones de otras personas— deberían ponerse de pie en contra de esto. De una manera u otra, esta lucha sobre la vida universitaria e intelectual tendrá repercusiones profundas sobre la lucha para expulsar al régimen fascista, y sobre las posibilidades de gestar una sociedad totalmente nueva.


1. Del artículo en línea (en inglés) del Centro Brandeis: “El que la UCLA no responda de manera oportuna y efectiva a esta protesta discriminatoria podría resultar en una violación del Título VI de la Ley de Derechos Civiles, que prohíbe la discriminación debido a la ‘raza, color u origen nacional’ en los programas que reciben ayuda financiera federal. Bajo la dirección de Kenneth L. Marcus, presidente y Abogado General del Centro, la Oficina de Derechos Civiles del Departamento de Educación de Estados Unidos anunció en 2004 que el Título VI se aplica a los grupos que son objeto de discriminación sobre la base de características étnicas o ancestrales compartidas”.  [regresa]

2. dailybruin.com, 24 de mayo de 2018  (en inglés).  [regresa]

3. frontpagemag.com, 14 de junio de 2018 (en inglés).  [regresa]

4. “Primero vinieron por los comunistas, y no dije nada, porque no era comunista.
Luego vinieron por los judíos, y no dije nada, porque no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas, y yo no dije nada, porque no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos, y yo no dije nada, porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí, y no quedó nadie para hablar por mí”.  [regresa]

5. jewishjournal.com, 22 de julio de 2018 (en inglés).  [regresa]

Despejar la confusión: NO es “antisemitismo” protestar contra Israel

Los judíos han sido víctimas de amargas discriminaciones y opresiones durante siglos, que adquirieron niveles monstruosos que culminaron en el Holocausto cuando seis millones de judíos fueron asesinados en masa en campos de exterminio. Como pueblo oprimido, los judíos de Europa buscaron muchas soluciones. Para la mayoría, esto significaba buscar la integración en la sociedad en general, y para muchos implicaba participar en proyectos de emancipación humana universal, es decir, buscar el fin de la opresión del pueblo judío como parte de buscar la libertad para todos. Para una minoría significaba el movimiento sionista, centrado en construir un estado-nación judío separado para todos los judíos.

El establecimiento de este estado-nación, Israel, con el aval del imperialismo británico y occidental, constaba de olas de limpieza étnica, ataques militares y paramilitares contra aldeas palestinas con el propósito de desplazar al pueblo palestino y luego ocupar y destruir aldeas palestinas a fin de allanar el camino para la expansión de las colonias sionistas. Para diciembre de 1947, los sionistas habían comenzado las expulsiones en masa de los palestinos. Esta ola de terror, conocida como la Nakba (de la palabra árabe que significa “catástrofe”) continuó a los primeros meses de 1949.

Durante la Nakba, casi un millón de palestinos fueron forzosa y brutalmente expulsados de sus tierras, aldeas y hogares, huyendo con las únicas posesiones que podían llevar. Muchos fueron violados, torturados y asesinados. El evento organizado por Students Supporting Israel [Estudiantes en Apoyo a Israel] en la UCLA (Universidad de California-Los Ángeles) titulado “Pueblos Autóctonos Unidos” es parte de un esfuerzo concertado de las fuerzas pro-israelíes para borrar esta historia y poner la realidad patas arriba como una parte central de legitimar la colonización genocida y la ocupación de lo que es tierra palestina. Los sionistas dicen que son los habitantes originales y autóctonos de Palestina, pero ¡no se trata de cuál de los muchos grupos tribales y étnicos mesoorientales vivió en la tierra hace miles de años! Es que durante muchos siglos, Palestina estuvo en su inmensa mayoría ocupada por árabes (con una minoría judía muy pequeña antes del siglo 20) y, además, se formó y forjó ahí una nación palestina con su propia cultura, idioma, economía, historia y demás, la que los europeos, en este caso los europeos judíos, desarraigaron de manera violenta, los cuales trabajaban en estrecho alineamiento político y militar con las principales potencias imperialistas. ¡Así que es ridículo que los representantes de estos invasores imperialistas europeos intenten reclamar el manto de un pueblo autóctono oprimido que lucha por sus derechos!

Oponerse a los crímenes del estado de Israel no es lo mismo que “oponerse al judaísmo” o al pueblo judío. Israel tiene de rehén a dos millones de palestinos en la Franja de Gaza, la que han convertido en una prisión al aire libre. El ejército israelí impone un bloqueo, impidiendo la entrada de toda ayuda, dejando que la gente no tenga acceso a agua potable y atención sanitaria adecuada, e incluso recurre a asaltos a barcos que llevan ayuda y mata a balazos a los valientes voluntarios. Y para colmo, indiscriminadamente lanzan bombas fabricadas en Estados Unidos, incluso sobre escuelas y hospitales, cometen crímenes contra el pueblo palestino que, si los cometiera otro país, la comunidad internacional los denunciaría como políticas de genocidio, asesinato en masa y ocupación brutal. Israel no es una solución a la centenaria opresión del pueblo judío como judíos. Y oponerse a los crímenes brutales del estado israelí no es lo mismo que la discriminación, pero sí es no solo expresión política protegida, sino también justo y justificado.

Lea más: El caso de ISRAEL: ¿Bastión de ilustración o matón para el imperialismo?

Lea el texto en español de la película aquí.

Vea y comparta la película completa, el tráiler, las preguntas y respuestas y cortos selectos en inglés aquí ➧

Los ataques al Club Revolución son parte de un ataque más grande de algunas fuerzas de la clase dominante. El Club Revolución se ha juntado con Rechazar el Fascismo (RefuseFascism.org) para construir un movimiento de masas no violento para expulsar al régimen fascista de Trump y Pence. El Club Revolución está haciendo esto como parte de hacer una revolución para derrocar el sistema del capitalismo-imperialismo. La Fiscalía de Los Ángeles ha presentado cargos penales contra 11 miembros de Rechazar el Fascismo y del Club Revolución. Algunos enfrentan hasta 10 cargos por delitos menores (con más cargos por venir) y hasta 5 años o más en la cárcel si se suman las penas de forma cumulativa. Algunas personas, si son declaradas culpables, enfrentarán condenas de cárcel mínimas obligatorias de 90 días y algunas personas posiblemente se enfrenten a mucho tiempo más que eso. Todo esto es resultado de dos acciones en las que los activistas del Club Revolución y de Rechazar el Fascismo participaron en la desobediencia civil no violenta que cerró la autopista 101 en el centro de Los Ángeles. Esto es así, en adición a todo período de tiempo en la UCLA (Universidad de California-Los Ángeles) en el que, en diferentes ocasiones, las autoridades arrestaron injustamente a miembros del Club Revolución por participar en protestas y discursos políticos. Esto incluyó arrestos múltiples por cuestionar al secretario del Tesoro Steve Mnuchin que habló en la UCLA en febrero de 2018: el primer miembro del gabinete del régimen de Trump y Pence invitado a hablar en la UCLA, que en realidad era una grotesca normalización del fascismo por las autoridades de la UCLA. Mnuchin, y el régimen de Trump y Pence al que está adscrito, fueron desenmascarados con elocuencia como criminales asesinos cuyas políticas fascistas están destruyendo la vida de millones de personas en Estados Unidos y en todo el mundo. Vea el video en inglés.

Durante todo esto, ha quedado en claro que existe represión política selecta tanto contra el Club Revolución como contra Rechazar el Fascismo. Saldrán otros artículos al respecto pronto.

 

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