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¿Qué impulsa las guerras que está librando "nuestro gobierno" y las amenazas de más guerras?
Primera parte, Forjar otro camino

Nota de la Redacción: A continuación publicamos pasajes de una versión editada de una charla que dio Bob Avakian a un grupo de simpatizantes en el otoño del año pasado. Esta es la primera de una serie de pasajes que publicaremos. Agregamos los subtítulos y notas de pie de página.

Bringing Forward Another Way

 

A manera de introducción

Las 7 Charlas que di hace poco (más las preguntas y respuestas y los comentarios finales) 1, “Puntos” y “La base, las metas y los métodos”2 sirven de trasfondo para esta charla y, claro está, no voy a repetir muchas de las cosas que señalé ahí, aunque deben ser puntos de referencia y fundación para lo que voy a decir ahora.

¿Qué impulsa las guerras que está librando “nuestro gobierno” y las amenazas de más guerras?

Quiero empezar explorando no solo la libertad y las ambiciones de los imperialistas estadounidenses, en particular del núcleo de esa clase dominante agrupado en torno al gobierno de Bush, sino también su necesidad y cómo la perciben. Hemos hablado mucho de que han aprovechado cierta libertad como resultado del derrumbe de la Unión Soviética, y de las ambiciones que tienen de ser un imperio mundial indiscutible e indisputable. Pero también es importante que captemos y que ayudemos a otros a captar cómo perciben su necesidad, en particular cómo la percibe el núcleo de la clase dominante que ha estado al timón en los últimos años. Nuestra responsabilidad, en primer lugar, es hacer un análisis plenamente científico de lo que está pasando en el mundo, adónde lo están impulsando las dinámicas de la situación, y por qué, y cuáles son los medios para transformar todo esto radicalmente, con el fin de eliminar todos estos horrores y forjar un nuevo mundo, o sea, una transformación que corresponda a los intereses de la gran mayoría de los oprimidos, de la gran mayoría del mundo y de la humanidad en sí; y, segundo, es llevar ese análisis a la mayor cantidad posible de personas en todo momento.

En cualquier momento, mucha gente se moviliza en respuesta y en oposición a los crímenes de este sistema y, obviamente, necesitamos mucho más de eso. Los que participan en ese movimiento tienen diferentes niveles de conocimiento y diferentes puntos de vista sobre las raíces de esto y qué hacer al respecto. Nuestra responsabilidad, además de unirnos con los que están en movimiento y contribuir a desarrollar una mayor y más pujante resistencia política, es excavar y profundizar continuamente para entender más plenamente qué impulsa la situación y por lo tanto cómo abordarla y, por medio de la unidad y la lucha con una diversa gama de personas y fuerzas, posibilitar que con mayor impacto tomen el rumbo necesario para lidiar con la causa fundamental de todo esto.

Hace poco leí Fiasco, The American Military Adventure in Iraq (Fiasco: La aventura militar estadounidense en Irak), un libro de Thomas Ricks, un corresponsal militar de la prensa burguesa, el Washington Post especialmente. Es muy interesante; no es simplemente obra de Thomas Ricks, el observador militar, sino de un sector de las fuerzas armadas que expresa su profunda inquietud, ira y, en cierto sentido, protesta contra la conducción de la guerra de Irak por el gobierno de Bush. Muchos de ellos han llegado a la conclusión de que el gobierno no debió haber lanzado esa guerra o de que si la iba a lanzar necesitaba un plan, que no existía, para después de tumbar al gobierno de Saddam Hussein. El libro expresa mucho resentimiento de parte de esos militares. Además de ser el análisis de Ricks, el libro es un vehículo para expresar las ideas de muchos oficiales, coroneles y hasta generales, unos de servicio activo y otros retirados.

Un aspecto importante del libro es que al principio Ricks analiza el papel y los motivos de tipos como Paul Wolfowitz (ex subsecretario de Defensa y actual presidente del Banco Mundial) y otros “neconservadores” que querían derrocar al gobierno de Hussein, aun antes de que Bush fuera presidente. Ricks habla de cómo veían la situación, en Irak y el Medio Oriente en general, y por qué estaban tan resueltos a invadir a Irak y tumbar a Hussein. Al leer eso, se me ocurrió una metáfora que después Ricks mencionó explícitamente: a los ojos de los neoconservadores, el Medio Oriente era como un pantano que engendraba toda clase de mosquitos terroristas, y aunque Saddam Hussein no era un peligro para Estados Unidos (ni tampoco para sus “vecinos”), si no hacían nada el Medio Oriente seguiría generando generaciones de monstruos venenosos que obstaculizan los objetivos fundamentales de dominación imperial estadounidense, en la región y por todo el mundo (que son los objetivos del conjunto de la clase dominante, y no solo de los neoconservadores, a pesar de importantes diferencias sobre cómo lograrlos). Así que esa metáfora de tener que secar el pantano, que Ricks menciona explícitamente, capta la posición de gente como Wolfowitz y los demás neoconservadores, que tienen mucha influencia en el gobierno de Bush.

Otra manera de decir eso es que Irak fue más que un “blanco de oportunidad”, a su manera de hablar. Tenían que invadir a Irak para empezar a instalar en esa parte del mundo gobiernos que correspondieran más a los intereses imperiales de Estados Unidos y que posibilitaran implementar su programa para esa región del mundo (y para el resto del mundo). No hacerlo, y dejar a Irak en manos de Saddam Hussein, hubiera dejado intacta la situación del Medio Oriente (con Irán, Saddam Hussein, Arabia Saudita y los demás), hubiera seguido reproduciendo esas condiciones intolerables, desde su punto de vista. Así es cómo veían la situación: si no hacemos algo y pronto, se nos saldrá de las manos.

Es cierto, vieron una oportunidad y cierta libertad que podían aprovechar para atacar a Saddam Hussein como parte de sus ambiciones desenfrenadas de reconfigurar el mundo más bajo su dominación imperial; pero también respondían a una verdadera necesidad, y tal vez más de lo que yo por lo menos me imaginaba previamente. Para ellos, la política de mantener la estabilidad (relativa) que existía en el Medio Oriente ha llevado a una pésima situación, engendrado terrorismo, creado obstáculos y repercutido contra lo que querían hacer. Esto se ve en lo que dice Ricks en el libro Fiasco y en lo que dijeron explícitamente Bush y otros de su gobierno hace poco en una serie de discursos.

Cómo el gobierno de Bush ve la “estabilidad” y la “paz” en el Medio Oriente

Por ejemplo, en septiembre (2006), Bush y Rumsfeld dieron unos discursos muy importantes y hablaron de una manera bastante honesta desde su punto de vista. [risas] Es importante tener en cuenta que su punto de vista no refleja fielmente la realidad y es una distorsión de lo que están haciendo: de sus objetivos, las acciones que emprenden en pos de esos objetivos y del resultado de esas acciones “en el mundo real”, como se dice. Sin embargo, esos discursos tampoco son puras distorsiones y demagogia; son una combinación de demagogia y expresión de puntos de vista y objetivos por Bush y Rumsfeld. Así que, por ejemplo, en un discurso del 5 de septiembre en Washington, D.C., sobre la "guerra global contra el terror”, Bush dijo:

“La única manera de proteger nuestra nación es cambiar el curso de los acontecimientos del Medio Oriente”.

El 11 de septiembre, hablando sobre el Medio Oriente, dijo explícitamente:

“Los años de promover la paz y la estabilidad nos dejaron sin la una ni la otra”.

La “guerra contra el terror”: Lo que está pasando de veras… y por qué

Un análisis crítico y científico de los comentarios de Bush, que llegue a la esencia, nos permitirá ver los verdaderos motivos y fuerzas motrices del programa del gobierno de Bush en Irak y en el Medio Oriente en general, como una región de gran importancia estratégica. Nos permitirá ver que la guerra contra Irak no es una “desviación” o “distracción” de la “guerra contra el terror”, sino una parte central de esa guerra (o de la campaña de guerra y represión del gobierno de Bush). En esencia, es una guerra por el imperio.

Como nuestro partido ha dicho desde el comienzo de esa campaña de guerra y represión del gobierno de Bush (justo después del 11 de septiembre de 2001 y la guerra contra Afganistán que Estados Unidos inició poco después), el petróleo, en un sentido estrecho, nunca ha sido la esencia de la campaña.3 Es cierto que, para los imperialistas estadounidenses en general (y no solo el gobierno de Bush) el control del petróleo, especialmente del Medio Oriente, es muy importante en las relaciones estratégicas del mundo y para mantener su posición de superioridad con relación a las demás potencias imperialistas (Europa, Japón, etc.); pero nunca ha sido simplemente una cuestión de apoderarse del petróleo iraquí. Eso es una parte, pero lo fundamental y lo más importante son las consideraciones estratégicas: la libertad y la necesidad como las percibe ese núcleo de la clase dominante, agrupado en torno al gobierno de Bush, y su relación con los intereses estratégicos del imperio y de la clase dominante en conjunto.

Como mencionaré a lo largo de esta charla, eso tiene que ver con el hecho de que la “guerra contra el terror” es, por un lado, un nombre incorrecto; no es una caracterización acertada de lo que está pasando, en un sentido fundamental, y el lema de la “guerra contra el terror” tiene mucha demagogia y mucho engaño; pero por otro lado hay un elemento de verdad en lo que describe ese lema. Una vez más, esta es la complejidad de la realidad que tenemos que entender, más y más profundamente, para cambiarla de acuerdo con los intereses fundamentales de la gran mayoría de la gente, de Estados Unidos y del mundo entero.

Hay demagogia e instrumentalismo en lo que dice la camarilla de Bush (con “instrumentalismo” aquí quiero decir torcer la realidad para hacerla un instrumento en aras de ciertas metas), pero también hay un elemento de verdad en lo que dice sobre la “guerra contra el terror”. Es decir, desde el punto de vista de los imperialistas, al ver todo un arco estratégico desde Irak, Irán y Afganistán hasta Indonesia (un país con una gran población donde el islam es la principal religión y el fundamentalismo islámico está creciendo), si permitían que persistiera esa situación que ya llevaba años, rebotaría contra los intereses del imperialismo estadounidense de una manera muy grave. Las fuerzas del fundamentalismo islámico militante, fanático, no son una alternativa positiva para las masas populares (inclusive para los que se han incorporado a ese fundamentalismo o se han dejado llevar por él), pero son un obstáculo para los objetivos y los designios de los imperialistas yanquis en particular en este momento. El gobierno de Bush y la clase dominante en general se refieren a esas fuerzas fundamentalistas islámicas cuando hablan hoy del “terrorismo”; y esas fuerzas usan tácticas y métodos que en gran medida se pueden describir legítimamente como “terrorismo”, como ataques premeditados contra civiles.

Por otra parte, es muy importante recordar dos cosas al respecto: primero, los imperialistas (y especialmente los imperialistas estadounidenses) son los que desde hace muchas generaciones han llevado a cabo (o han apoyado y a fin de cuentas han causado) los más monstruosos incidentes de muerte y destrucción, como la matanza de millones y millones de civiles, por todo el mundo, en Filipinas, Vietnam, Chile, Congo, Irán, Indonesia, Irak y Afganistán… para mencionar solo unos ejemplos… y los que soltaron dos bombas atómicas en ciudades japonesas al final de la II Guerra Mundial, con todos los horrores que causaron.

Y segundo, cuando los imperialistas dicen “terrorismo” lo hacen, con toda intención, de una manera tan amplia e imprecisa que se puede aplicar a cualquier fuerza, de cualquier tipo, que representa un obstáculo a sus intereses, inclusive los movimientos revolucionarios y las guerras revolucionarias en que las fuerzas revolucionarias no atacan a la población civil ni destruyen la infraestructura civil a propósito y que cuentan con la participación y el apoyo de las masas populares. Así y todo, los imperialistas estadounidenses no vacilan en tildar a las fuerzas revolucionarias de “terroristas” si lo que hacen perjudica sus intereses.

Así que, repito, hay mucha hipocresía y engaño en el uso de la frase “guerra contra el terror”; por otro lado, es cierto que se refiere a una guerra que el gobierno de Bush —y, en el sentido fundamental, la clase dominante imperialista— se siente obligado a librar para superar obstáculos a sus intereses, objetivos y designios de dominación mundial indisputable.

Esta no es nuestra guerra ni tampoco nuestro "atolladero"

Los intereses, objetivos y grandes designios de los imperialistas no corresponden a nuestros intereses; no corresponden a los intereses de la gran mayoría de los que viven en Estados Unidos ni de la abrumadora mayoría de los pueblos del mundo. Hay que entender las dificultades en que se han metido los imperialistas en aras de sus intereses, y hay que responder a ellas, pero no desde su punto de vista y sus intereses, sino desde el punto de vista de la gran mayoría de la humanidad y de la necesidad básica y urgente de un mundo diferente y mejor, de otro camino.

Es interesante leer a los analistas imperialistas, como Michael Scheuer, agente de la CIA durante muchos años y autor (aunque lo escribió con el pseudónimo de "Anónimo") de Imperial Hubris (Orgullo imperial), un libro en que hace un par de años hizo unas observaciones bastante proféticas. Hay que reconocer cuando alguien tiene perspicacia y previsión. [risa] En ese libro dijo dos cosas (o dos cosas en que quiero concentrarme aquí). La primera es que la guerra de Irak es para Osama bin Laden el regalo de navidad que nunca se imaginó que recibiría. (Por supuesto es una declaración irónica, dado que bin Laden es musulmán y no cristiano, pero el punto es válido e importante). La segunda es que pronto la situación en Afganistán empeorará para Estados Unidos; en un par de años la victoria inicial no va a parecer tan buena. Bueno, tenía razón en esas dos declaraciones. No fue el único que vio eso, pero en el libro dijo esas cosas enérgicamente, sin reservas, y resultó que son ciertas.

Eso está relacionado con el lío en que se encuentran los imperialistas: en un sentido los neoconservadores y el gobierno de Bush percibían acertadamente que, desde el punto de vista de los intereses que representan, tenían que hacer algo para reconfigurar esa parte del mundo (para "cambiar el curso de los acontecimientos del Medio Oriente", en palabras de Bush); pero por otro lado, han tropezado con muchas dificultades como resultado de la invasión y ocupación de Irak en particular.

Cuando tengo la oportunidad, me gusta checar lo que dicen los demagogos derechistas, ver cómo presentan las mentiras del gobierno de Bush y su programa. Hoy presentan argumentos muy diferentes a los que presentaron para justificar y conseguir apoyo para la invasión de Irak del 2003, con toda la cháchara de "armas de destrucción masiva" y lazos entre Saddam Hussein y Al Qaeda, y lo demás. Al comienzo, ofrecieron un conjunto de justificaciones para la guerra, pero ahora tienen otro conjunto que corresponde a la situación que confrontan hoy y a cómo la van a abordar. Hoy los apologistas del gobierno de Bush dicen que la guerra de Irak en realidad apuntaba contra… ¡Irán! ¿Por qué? Bueno, para parafrasear la propaganda:

"Miren lo que está pasando hoy en Irak. Miren todos los avances que está logrando Irán en Irak. Hay un montón de chiítas y milicias chiítas, una variedad de fuerzas, que Irán básicamente controla. Por eso tenemos que caerle a Irán".

Por supuesto, las dificultades con las que ha tropezado Estados Unidos en Irak no son la razón verdadera (o fundamental) por la que tiene a Irán en las miras. Examinaré esto más adelante, pero la realidad es que la camarilla de Bush puso al gobierno iraní en la lista negra antes de la invasión de Irak (¿no recuerdan que poco después del 11 de septiembre del 2001 metió a Irán en el "eje del mal”?). Pero la verdad es que, si no hubiera invadido a Irak y tumbado a Saddam Hussein, no tendría hoy los problemas con esas fuerzas chiítas y no tendría todos los problemas que tiene hoy. Así que Bush y la clase dominante de ninguna manera tienen "toda la libertad" en esta situación, y no la han tenido desde el comienzo.

Si hubieran dejado que la situación continuara, en el Medio Oriente en particular, hubieran perpetuado las condiciones que estimulan la clase de fundamentalismo islámico que le causa grandes problemas al imperio. Por toda la región las masas sufren horriblemente; los gobiernos son corruptos y represivos; las condiciones materiales de las masas son cada día peores y hay una tremenda agitación social y desplazamiento de millones y millones de personas; la "vida tradicional" se ha fracturado sin que se presente una alternativa radical posible en el marco de las relaciones sociales e internacionales dominantes: una alternativa que corresponda a las necesidades e intereses de las masas populares. ¿Sorprende que tal situación y su dinámica haga gravitar a mucha gente a los extremos? Encima, el "extremismo islámico" ha estado movilizando precisamente con una versión extrema de las relaciones, los valores y la cultura tradicionales, que parecen estar (y de hecho están) bajo ataque desde muchos lados, especialmente cuanto más penetran y se imponen en esas sociedades las consecuencias de la globalización y el sistema imperialista en general.

Por eso, la camarilla de Bush y otros calcularon (y desde el punto de vista de su sistema y sus intereses, con cierta lógica) que no podían dejar que esa situación continuara en el Medio Oriente, que tenían que tomar medidas dramáticas para "cambiar el curso de los acontecimientos del Medio Oriente".

Invasiones… ocupaciones… trastornos y caos

Pero su problema, como vemos ya sea en Afganistán o en Irak, es que los imperialistas saben invadir países y tumbar gobiernos, pero cuando se encuentran ante la necesidad de ocupar el país y ante una población movilizada contra ellos, es otra dinámica y no es nada fácil. No ha sido fácil mantener el "orden" e imponer los cambios que sus intereses dictan. No ha sido fácil imponer esto "desde arriba", que es la única manera en que una ocupación imperialista puede imponer cambios.

En relación con esto, y volviendo a las observaciones y predicciones de Michael Scheuer acerca de las dificultades de la ocupación estadounidense de Afganistán, es una gran ironía que las feministas burguesas digan que apoyaban la guerra contra Afganistán porque supuestamente la invasión y ocupación estadounidense llevaría reformas para mejorar la situación de la mujer. Si examinamos la situación ahora, Estados Unidos no controla mucho más de Afganistán que los soviéticos cuando lo ocuparon en los años 80. Y para ser honestos y científicos, las reformas que los soviéticos impusieron, especialmente con respecto a la mujer, fueron mucho más cabales. Esa es una de las cosas que provocaron la ira de los fundamentalistas islámicos.

Los soviéticos impusieron esas reformas desde arriba, con la invasión, la ocupación, golpes de estado, etc. Cuando no lograron aplicar esas reformas y cuando no pudieron estabilizar el gobierno, se retractaron y conciliaron con las fuerzas fundamentalistas islámicas. Después de todo, la ocupación soviética de Afganistán no fue como la revolución china, una movilización "desde abajo" que atrajo a las masas políticamente, las movilizó y contó con ellas para llevar a cabo cambios radicales, en las relaciones económicas tanto como en las relaciones sociales, las costumbres, la cultura y demás.

En contraste, la ocupación estadounidense de Afganistán, igual que la ocupación soviética, busca imponer ciertos cambios desde arriba; pero si queremos hablar de lo que verdaderamente se logró, las reformas soviéticas fueron más cabales, especialmente en lo que se refiere a la posición de la mujer. Pero a fin de cuentas, la ocupación soviética tampoco tuvo éxito.

Lo mismo pasa en Irak. Una cosa es tumbar un gobierno, especialmente uno debilitado por una guerra anterior y 10 años de sanciones económicas, etc. Pero otra cosa es mantener una ocupación y someter a la población con una dominación directa. Ahora, muchos estrategas políticos del imperio, e incluso muchos altos oficiales de las fuerzas armadas, lo admiten. Muchos de los oficiales militares citados en el libro de Ricks lo admiten. Dicen: "La invasión de Irak fue pan comido. Tenía un ejército débil que cualquier ejército fuerte hubiera podido derrotar". Por supuesto, no lo dicen así precisamente, porque quieren decir que son muy fuertes, que son una gran potencia militar, pero de todos modos básicamente admiten que, cuando invadieron en el 2003, Irak tenía un ejército muy débil, incluso en comparación con la guerra del Golfo de 1991. Por supuesto, si uno examina lo que decían esos "expertos" (y la propaganda del gobierno de Bush) antes de la guerra, era un coro interminable de lo peligroso que era Saddam Hussein y su gobierno: lo pintaban como uno de los enemigos más peligrosos y poderosos del mundo, a punto de desatar una bomba nuclear en Estados Unidos y un enorme peligro para todos sus vecinos.

Así que invadieron y no les fue muy bien después de que Bush anunció “misión cumplida” en el 2003. Y la situación ha ido de mal en peor y ahora están atollados. Desde el punto de vista de los imperialistas (aunque también debemos reconocer que esto plantea importantes interrogantes que afectan a una amplia gama de sectores de la sociedad, inclusive a mucha gente progresista), no hay una solución fácil. No tienen una salida fácil y no quieren tener que considerar la opción de que sufrieron una derrota. Como dije al comienzo, nuestra responsabilidad es ser rigurosamente científicos. Nuestra responsabilidad es no descartar inmediatamente todo lo que dicen los imperialistas ("Es pura propaganda imperialista, punto"). Tenemos que mantener firmemente nuestra posición básica, conforme a los intereses de las masas populares de todo el mundo, en oposición a los imperialistas y su sistema de explotación, dominación y opresión, pero no podemos ser simplistas. Tenemos que ser científicos y analizar la realidad en toda su complejidad.

De hecho habrá mucho trastorno y caos en el Medio Oriente si simplemente se retiran de Irak. Eso animaría a los fundamentalistas islámicos a redoblar sus ataques contra las fuerzas estadounidenses en otras partes; y, en vista de la concepción del mundo y la orientación de los fundamentalistas (que, como saben, son fundamentalmente diferentes de las nuestras, y no son nada bueno), con toda probabilidad volverían a atacar a civiles estadounidenses, en la medida que puedan. Pero también es muy importante tener presente que en el mundo actual —y en la situación y la vida de la mayoría de la gente de todo el mundo— ya hay mucho trastorno y caos. Las dinámicas que impulsan la situación (y que han llevado a la situación actual en Irak y en el Medio Oriente en general, con repercusiones en todas partes del mundo) causarán más trastornos y caos, que repercutirán en todas partes, hasta que haya una resolución de un tipo u otro.

Aparte de la bancarrota moral de buscar evitar el caos para uno mismo en lo que le afecta personalmente, mientras muchísima más gente está atrapada en esto y sufre horriblemente; aparte de esa dimensión moral, de la que hablaré más adelante porque es algo que tenemos que subrayar y debatir, está la realidad de que incluso los que ocupan una posición privilegiada en los países imperialistas y en otras partes del mundo no podrán evitar las consecuencias de los grandes trastornos y el caos que se avecinan. Lo esencial no es si habrá caos o no, o si afectará a la gente de todas partes de una manera u otra. Lo esencial es: ¿adónde llevará, cuáles serán los resultados y qué clase de mundo surgirá de todo esto?

Osama bin Laden y esa gente son unos reaccionarios, pero no son tontos. Su programa y las tácticas que dictan ese programa, su ideología y valores, son sumamente reaccionarios y perjudiciales para las masas populares, aun para las que movilizan. Pero no carecen totalmente de sentido táctico ni de matices. ¿Qué dijo bin Laden durante las elecciones del 2004 en Estados Unidos? Manejó el punto de vista y los espejismos democrático-burgueses que cautivan a tanta gente en esta sociedad, incluso mucha gente progresista. Les dijo: "Ustedes tienen el derecho de elegir a su gobierno, tienen el derecho de cambiar las medidas del gobierno votando. Por tanto, si estas persisten, ustedes tienen la culpa". Hace poco oí en CNN a unos fundamentalistas islámicos decir lo mismo sobre el gobierno inglés y el pueblo inglés.

Piénsenlo, es una profunda ironía: gente como bin Laden aprovechan esos prejuicios y espejismos democrático-burgueses para sus propios fines. Claro, primero que todo, los utilizan desde su punto de vista para justificar ante su base social lo que están haciendo, para decir que es justo atacar a civiles en Estados Unidos, Inglaterra y otros países. "En el mundo islámico", aun de sus seguidores, hay muchos a quienes no les parece bien atacar a civiles. Así que esas declaraciones de bin Laden y otros (acerca del derecho al voto en Estados Unidos o Inglaterra) no están dirigidas principalmente al público de estos países sino a la base social de los fundamentalistas islámicos. Desde nuestra perspectiva radicalmente diferente y nuestras metas radicalmente diferentes, nosotros entendemos que esos ataques contra civiles no se justifican de ninguna manera. Pero nunca debemos perder de vista (ni dejar de sacar a la luz) que lo que han hecho bin Laden y los de su calaña es nimio en comparación con los enormes y monstruosos crímenes que han cometido, y que cometen a diario, los imperialistas, y en particular los imperialistas estadounidenses.

Pero lo esencial aquí es que, en un sentido muy real, la situación que han creado por medio de la "guerra contra el terror" hasta la fecha, con las invasiones de Afganistán e Irak (y las acciones militares en otras partes del mundo) es muy problemática, y no debemos tener nociones simplistas de lo que esto implica y de lo que va a resultar. No tienen una salida fácil. Y lo siento, pero por más que respeto a John Lennon, su lema de "todo lo que decimos es démosle una oportunidad a la paz" no responde a la creciente complejidad e intensidad de la situación. Quiero subrayar que debemos unirnos con los que creen que la paz prevalecerá si "le damos una oportunidad", pero también tenemos que entrar en debate con ellos sobre lo que verdaderamente está pasando, cuál es la raíz, cuál es la dinámica y cuál es la solución fundamental.

No hay una salida fácil. Y mucha gente se da cuenta de esto. He oído y leído informes de discusiones con gente progresista que dice: "Fue terrible que Estados Unidos se metiera en Irak, pero ahora no podemos retirarnos así no más". No me refiero a los reaccionarios. Reconocen que una consecuencia de la retirada estadounidense de Irak podría ser fortalecer a las fuerzas fundamentalistas islámicas, y que esas fuerzas no distinguen entre el gobierno estadounidense y la población civil. Voy a decirlo con claridad: de ninguna manera estoy diciendo que se debe negar o restar importancia a lo que he subrayado muchas veces: los intereses de las masas populares de Estados Unidos, y de la gran mayoría de la humanidad, son fundamentalmente diferentes y contrarios a los de los imperialistas. Hay que entender las dificultades en que se encuentran los imperialistas como resultado de sus invasiones y ocupaciones y hay que responder a ellas, pero no desde su punto de vista y sus intereses, sino desde el punto de vista y los intereses de la gran mayoría de la humanidad, y a fin de cuentas de la humanidad en sí. Lo que quiero decir es que la situación es sumamente compleja y no se puede movilizar a la gente en torno a sus propios intereses fundamentales, en la gran escala que se requiere, con una visión ingenua y simplista; hay que reconocer lo que realmente está pasando en el mundo, con toda su complejidad, y los retos que plantea; y hay que bregar para llevar a la gente a entender esto correctamente y a responder en consecuencia, en el contexto de captar la situación concreta y su dinámica.

Los que participaron en las luchas de los años 60 recordarán (y a otros les parecerá interesante) que durante la guerra de Vietnam una de las justificaciones de la agresión estadounidense era la "teoría del dominó": si Vietnam cae, los otros países caerán en cadena, y eso tendrá consecuencias en Asia y por todo el mundo. Se oía decir: "Si no los paramos en Vietnam, pronto van a estar a nuestra puerta". Un elemento subyacente de esto era un burdo anticomunismo (distorsiones burdas de lo que es el comunismo y de lo que los comunistas representan y anhelan); pero iba de la mano con la suposición de que los pueblos y países del mundo no son nada más que objetos para ser controlados y explotados por los intereses (imperialistas) estadounidenses, y que no se puede permitir que el control de un país pase de las manos de Estados Unidos a las de su propia población. Especialmente a fines de los años 60, mucha gente rechazó esa noción y se burlaba de la "teoría del dominó" diciendo: "¿qué van a hacer los vietnamitas, venir en sus lanchas (sampanes) y desembarcar en California para atacarnos?".

Este chiste no funciona ahora. Los fundamentalistas islámicos tienen ideas muy diferentes que las fuerzas de liberación vietnamitas, que eran auténticos revolucionarios (aunque su dirección no haya sido rigurosamente comunista). A pesar de sus deficiencias, los revolucionarios vietnamitas tenían una teoría y una estrategia de guerra popular que apuntaba contra los imperialistas y sus fuerzas armadas, y no contra la población civil de Estados Unidos. De hecho, para los vietnamitas era muy importante distinguir entre el gobierno y la población de Estados Unidos y conseguir apoyo político de la población; hicieron mucho trabajo con el fin de conseguir tal apoyo, o a lo mínimo desarrollar la oposición a la guerra en grandes sectores de la sociedad estadounidense. Pero la situación es distinta hoy, en varios sentidos importantes. Sí, el gobierno de Bush manipula la situación para sembrar miedo en el país y toma medidas represivas con el pretexto de "impedir más ataques terroristas contra Estados Unidos y el pueblo estadounidense". Pero eso es solo un aspecto de la situación. No cabe duda de que la orientación y meta de algunas fuerzas fundamentalistas islámicas es atacar la población civil, además de las fuerzas armadas estadounidenses. Esto es muy diferente de lo que pasaba durante la guerra de Vietnam, y si queremos movilizar a la gente para que tome el rumbo que hay que tomar y responda conforme a sus propios intereses de una manera fundamental, debemos tener presente toda la situación, con toda su complejidad. Muchas otras fuerzas e individuos pueden contribuir percepciones valiosas de la situación, y no cabe duda de que es necesario e importante unirnos lo más ampliamente posible con otros para oponernos a lo que está haciendo el gobierno de Bush (y la clase dominante imperialista en general) en el mundo, pero nada puede sustituir que nuestro partido responda de una manera rigurosamente científica, con nuestra visión y metodología comunistas.

Notas

1. Los archivos de audio (en inglés) de las 7 Charlas, y la conclusión y sesión de preguntas y respuestas, se pueden escuchar y descargar en revcom.us. [Regresa]

2. "Puntos sobre el socialismo y el comunismo: Una clase de estado radicalmente nuevo, una visión radicalmente diferente y mucho más amplia de libertad" y "La base, las metas y los métodos de la revolución comunista" son partes de un discurso que dio Bob Avakian a un grupo de militantes y simpatizantes del partido en 2005. Están en la internet en:  revcom.us. [Regresa]

3. Vea, por ejemplo, "Los grandes retos de la nueva situación", una charla que dio Bob Avakian a finales del 2001. El texto, que publicó el Obrero Revolucionario en el #1143 (17 de marzo de 2002), está en la internet en: revcom.us. [Regresa]