Revolución #112, 16 de diciembre de 2007

voz del partido comunista revolucionario, eu

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Revolución #112, 16 de diciembre de 2007

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Informe estadounidense sobre Irán:

Mentiras sobre armas nucleares…

y mentiras mayores

Una vez más se han puesto al descubierto las mentiras de George Bush, Dick Cheney y el resto de los mentirosos comprobados del gobierno de Bush sobre un tema de vida o muerte que afecta a millones de personas. Esta vez fueron sus mentiras sobre la afirmación de que tenía pruebas del programa de armas nucleares de Irán. Desde hace más de un año, Bush, Cheney y otros altos funcionarios del gobierno han afirmado repetidas veces y con mucha certeza que Irán está construyendo o tratando de construir armas nucleares. El 31 de marzo Bush dijo: “Irán está tratando de elaborar un arma nuclear”. El 19 de junio, le advirtió al gobierno iraní sobre las “consecuencias” de “continuar con el programa de elaborar un arma nuclear”. El 12 de julio le acusó al gobierno iraní de “tener un programa de armas nucleares y amenazar con borrar a Israel del mapa”. El 6 de agosto dijo: “Este es un gobierno que ha declarado que tiene el deseo de elaborar un arma nuclear”. Ahora, según los mismos servicios de inteligencias del gobierno estadounidense, ninguna de esas afirmaciones es cierta.

Con la campaña de mentiras, distorsiones y verdades a medias ha buscado imponer sanciones económicas y políticas más duras contra Irán. Las sanciones no solo son un ataque contra los iraníes comunes y corrientes, sino también una parte de los preparativos de guerra con que aíslan políticamente y vilipendian a un adversario y forjan una coalición en torno a los objetivos estadounidenses. Con estas acusaciones también buscaban influenciar la opinión pública a favor un ataque contra Irán, que podría poner en peligro la vida de millones de personas e intensificar el choque reaccionario entre el imperialismo y el fundamentalismo islámico por todo el Medio Oriente y Asia central.

Ahora los servicios de inteligencia estadounidenses dicen “con alta confianza” que Irán suspendió su programa de armas nucleares en el 2003. No se debe fiar de la “conclusión” de que tenía ese programa, en vista de que viene de boca de los mismos servicios de inteligencia que produjeron el fraude de las “armas de destrucción masiva” de Irak. Pero según el último Informe de Inteligencia Nacional (IIN), Irán ha suspendido el programa de armas nucleares y no tiene la capacidad de producir combustible para armas nucleares; de hecho, el informe dice que su capacidad de producir combustible nuclear para fines civiles (que es mucho más fácil producir) todavía tiene grandes problemas tecnológicos. Esta nueva conclusión contradice fuertemente el IIN del 2005 que afirmó “con alta confianza que actualmente Irán está resuelto a elaborar armas nucleares”, aunque Irán no lo podría hacer hasta “comienzos o mediados de la próxima década” (más o menos el mismo tiempo que sugiere el nuevo IIN, a pesar de la nueva conclusión muy diferente).

En la rueda de prensa del 4 de diciembre, le preguntaron a Bush por qué hacía acusaciones belicosas contra Irán, y especialmente por qué dijo el 17 de octubre que “si quieren evitar la tercera guerra mundial, parece que les debe interesar impedir [que Irán] obtenga la información necesaria para construir un arma nuclear”, respondió: “Me enteré del IIN la semana pasada” (o sea, a finales de noviembre). Luego le preguntaron sobre un informe del Washington Post (4 de diciembre) de que empezaron a preparar el nuevo informe hace 18 meses y que le informaron de las conclusiones en julio, y no en noviembre. Bush respondió: “En agosto, creo que fue el director de inteligencia nacional, Mike McConnell, que me dijo que tenemos nueva información. No me dio la información sino que me dijo que tardaría algún tiempo para analizarla”. La nueva afirmación de Bush parece ridícula. O es mentira o le interesa tan poco la verdad de la situación que no hizo ninguna pregunta sobre la información en líneas generales, ¡a pesar de que tiene que ver con el país que su gobierno dice que es el mayor reto! De hecho, al día siguiente de la rueda de prensa, la vocera de la Casa Blanca “aclaró” los comentarios de Bush (aparentemente para evitar la impresión de que no le importaba uno de los temas más importantes del planeta); dijo que McConnell mencionó a Bush en agosto la posibilidad de que Irán hubiera suspendido su programa de armas nucleares y que la nueva información podría llevar a una nueva conclusión de los servicios de inteligencia sobre Irán.

Y hay más pruebas de lo profundas que son las mentiras de Bush.

Por ejemplo, el Washington Post (3 de diciembre) y el New York Times (5 de diciembre) informaron que el IIN fue resultado de nueva información obtenida durante el verano, como notas de oficiales militares iraníes, que confirmó que Irán había suspendido su programa. Altos funcionarios del gobierno trataron de desacreditar esta información como parte de una campaña de engaño iraní. Los servicios de inteligencia pasaron varios meses investigando esa acusación y la rechazaron. En pocas palabras, esta nueva información fue tema de un debate intenso en el gobierno de Bush antes de su comentario sobre la “tercera guerra mundial”.

Segundo, un análisis de David Fromkin del Washington Post (5 de diciembre) demostró que la retórica de Bush sobre Irán cambió en agosto, de afirmaciones de que Irán elaboraba armas nucleares a afirmaciones de que buscaba la información necesaria para elaborarlas y que esto es un peligro inaceptable. Por ejemplo, el 9 de agosto Bush dijo que el gobierno iraní “ha expresado el deseo de enriquecer el uranio, que nosotros creemos que es un paso hacia un programa de armas nucleares”. El 28 de agosto, Bush condenó “el programa de Irán de obtener la tecnología que podría llevar a armas nucleares”. El 4 de octubre, Bush advirtió que Estados Unidos haría lo posible para impedir que Irán obtuviera “la información para elaborar un arma”. Este cambio de retórica indica que Bush sabía algo de lo que estaba pasando, pero continuó la propaganda bélica.

Tercero, varios periodistas han informado sobre un fuerte debate dentro del gobierno sobre el programa nuclear iraní que empezó hace seis meses, o probablemente hace un año, incluso sobre si tiene tal programa. Hace un año, Seymour Hersh escribió: “Un borrador de un análisis clasificado de la CIA que salió en el otoño y que rechaza las conclusiones de la Casa Blanca acerca de cuando Irán podría elaborar una bomba nuclear ha dificultado los preparativos del gobierno para un ataque militar contra Irán. La CIA concluyó que no hay pruebas convincentes de que Irán tenga un programa secreto de armas nucleares paralelo a sus operaciones civiles que ha declarado ante la Agencia Internacional de Energía Atómica”. (Durante este período la AIEA dijo repetidas veces que no había pruebas de que Irán estaba construyendo armas nucleares).

El 4 de diciembre en CNN Hersh dijo: “En ese tiempo, escribí que hubo una pelea tremenda acerca del asunto, porque Cheney en la Casa Blanca…. el vicepresidente no quería oír esto. Así que hubo una pela sobre la inteligencia. Y desde hace un año, creo que la oficina del vicepresidente, el vicepresidente ha restringido el informe. Ha bloqueado el informe durante un año. La inteligencia de la que nos enteramos ayer ha estado circulando en los más altos niveles del gobierno desde hace un año, y probablemente más”.

Todo esto indica que Bush mintió, otra vez, en la rueda de prensa y que en realidad Bush y Cheney SABÍAN que, a lo mínimo, los informes de sus propios servicios de inteligencia contradijeron sus afirmaciones sobre Irán y que hubo un fuerte debate sobre el programa de armas nucleares. Y, según los informes, Cheney intervino para suprimir el IIN.

Bush, Cheney y los demás han hecho acusaciones muy serias, con mucha confianza, a pesar de que no tienen los datos y a pesar de que las pruebas dicen lo contrario, incluso de la Agencia Internacional de Energía Atómica y de los mismos iraníes (como hemos informado en Revolución). Es decir, el gobierno de Bush ha tergiversado los hechos y mentido en aras de sus metas políticas imperialistas, con posibles consecuencias catastróficas para la gente.

¿Qué está pasando?

¿Por qué mienten Bush, Cheney y el resto de la clase dominante, abierta y repetidamente y sin vergüenza? No es que son mentirosos empedernidos o simplemente “políticos mentirosos”. Lo hacen porque son representantes de un sistema que se ve compelido a cometer atrocidades horrendas y a buscar el apoyo (o consentimiento) de la población, a pesar de que estas atrocidades no concuerdan con los  intereses más fundamentales de la gran mayoría.

Una cosa que se ve en todo esto es que las presiones y maniobras estadounidenses hacia una guerra contra Irán no tienen nada que ver, fundamentalmente, con las armas nucleares. Las mentiras acerca de la condición y capacidad del programa iraní están en aras de motivos más fundamentales y estratégicos.

Desde el tristemente célebre discurso sobre el “eje del mal”, y con mayor urgencia desde la invasión y ocupación de Irak (y el atolladero en que se encuentra hoy), el gobierno de Bush ha buscado aislar y presionar a Irán y prepararse para la posibilidad de atacarlo. Los buques de guerra están en sus costas listos para provocar un incidente. Han lanzado acusaciones de que Irán ha dado armas a las fuerzas que atacan a los soldados yanquis en Irak. Y la mentira sobre “armas nucleares” ha sido el pretexto para todo esto. Incluso cuando Irán señaló que estaba dispuesto a llegar a un acuerdo aceptable a Estados Unidos, el gobierno de Bush presentó condiciones que sabe que Irán no puede aceptar.

Lo que impulsa todo esto es lo que los imperialistas yanquis consideran su verdadera necesidad. Los que detentan el poder actualmente han decidido que de una u otra manera tienen que asestarle un golpe a Irán, y no solo hacer un cambio en la política de su dirección. A sus ojos Irán (que ha adquirido influencia y fuerza en la región a la medida que Estados Unidos se ha empantanado en Irak) es un gran obstáculo en muchos frentes a sus metas más urgentes en el extranjero: derrotar al fundamentalismo islámico y las fuerzas yijadistas, reestructurar el Medio Oriente y aumentar su control de toda esta región volátil. Estas metas no son las falsas ilusiones arrogantes de un puñado de neoconservadores, sino las metas fundamentales y básicas de la cúpula del poder de Estados Unidos hoy.

Irán es un estado en el que detentan el poder los fundamentalistas opuestos a Estados Unidos. Apoya a los movimientos y tendencias islamistas por toda la región. Sus principales enemigos cayeron en las invasiones estadounidenses de Irak y Afganistán, y la caída de Saddam Hussein aumentó enormemente la influencia de Irán en Irak. Todo esto fortaleció su posición regional. Irán tiene la segunda o tercera reserva de petróleo y gas natural del mundo y domina la principal ruta petrolera del mundo, el golfo Pérsico. Se ha beneficiado del aumento del precio del petróleo, y está fortaleciendo sus fuerzas armadas y su programa nuclear.

El programa nuclear es parte del problema, pero principalmente es un pretexto para las medidas agresivas del gobierno de Bush en aras de una agenda mayor. Un Irán con armas nucleares, o aun un “estado nuclear virtual” (como lo dijo Newsweek el 27 de octubre, basado en una cita de un funcionario del gobierno iraní que dijo que esta es su estrategia) —sin armas nucleares pero con la capacidad de elaborarlas rápidamente si se siente amenazado— cambiaría el balance de fuerzas militares en la región, impediría seriamente la libertad de Estados Unidos e Israel de iniciar acciones militares y podría acelerar una carrera armamentista regional desestabilizadora que ya se ha iniciado.

Lo que ha provocado todo esto es la agresión estadounidense principalmente. La “guerra contra el terror” ha llevado horrores a los pueblos del Medio Oriente, los ha indignado y ha empujado a sectores de la población a apoyar a las fuerzas islámicas. Y es Estados Unidos, con 10,000 armas nucleares y la guerra nuclear como parte integral de su doctrina militar, que tiene al mundo como rehén nuclear. Estados Unidos abrió la caja de Pandora de las armas nucleares, construyó las primeras armas nucleares y es el único país que las ha usado. (ver “¿Quiénes REALMENTE tienen como rehén nuclear al pueblo del mundo? Por qué hay que parar un ataque estadounidense contra Irán”, Revolución #109, 18 de noviembre de 2007, en revcom.us)

Peligros, desacuerdos y la necesidad de la resistencia masiva

Las pruebas de que Bush ha mentido —otra vez— han indignado a mucha gente. Por otro lado, se percibe que con el nuevo informe el ataque contra Irán está en suspenso, por lo menos por el momento. Quizás sí, quizás no. Analizaremos esto más a fondo. Pero de lo que no cabe duda ya es esto: este informe no quiere decir que prevalece “la razón” y nadie debe tener una sensación de alivio.

Hay mucho que aprender y entender acerca del nuevo informe y el cambio dramático de lo que decían antes sobre Irán. Los representantes de unos sectores de la clase dominante han expresado preocupaciones de que una guerra contra Irán lleve a una catástrofe. Lo que les preocupa no es el bienestar de la humanidad, ni los horrores que podrían acompañar tal guerra y el posible uso de bombas nucleares estadounidenses para destruir búnkers iraníes. Lo que les preocupan son los peligros para el imperio yanqui. Un ejemplo dramático es un anuncio publicitario publicado en el New York Times el mismo día que salió el informe sobre el nuevo IIN. Firmado por cuatro ex generales y un coronel, exhorta a “impedir que el presidente Bush ataque a Irán” porque “Irak ha sido un desastre en todos los frentes” y un ataque contra Irán podría “poner en peligro a nuestras tropas y agregar a la conflagración y caos en la región”.

Joseph Biden (un senador de peso, aunque no un candidato importante para la nominación presidencial del Partido Demócrata) le dijo a una multitud en New Hampshire el 29 de noviembre: “El presidente no tiene la autoridad de atacar a Irán unilateralmente, y si lo hace, como presidente del Comité sobre Relaciones Exteriores, iniciaré un juicio de destitución”.

También hay mucho que investigar sobre por qué y con qué motivos Bush y Cheney, tras bloquear esta información, permitieron la publicación del informe. Cheney le dijo a la agencia noticiosa francesa AFP: “Todos compartimos la creencia de que fue importante publicarlo, de que no se lo podría mantener clasificado mucho tiempo, de todos modos”. Y Cheney sugirió que el gobierno de Bush tenía que responder a una brecha de credibilidad como resultado del fraude sobre las armas de destrucción masiva en Irak. Le dijo a AFP que decidieron publicar el informe “especialmente en vista de lo que pasó con respecto a Irak y el IIN sobre las armas de destrucción masiva de Irak”.

El informe, y el anuncio de los generales, podrían ser una pista sobre qué tan cerca estaba la guerra. También podrían ser una señal de lo intensas que son las riñas en la clase dominante. Sin embargo, sería un error concluir que Bush y los neoconservadores han perdido o que una guerra contra Irán ahora no se vislumbra como verdadera posibilidad. Los neoconservadores ya han iniciado un contraataque en las páginas del Wall Street Journal, donde han puesto en dudas las conclusiones del informe. Todos los principales candidatos republicanos tienen posiciones sumamente belicosas sobre Irán.

Todos los funcionarios del gobierno (tanto demócratas como republicanos), incluso los que aplaudieron el nuevo informe, dicen que Irán sigue siendo un peligro para Estados Unidos y repiten las acusaciones incendiarias de que Irán tenga la culpa de matar soldados estadounidenses en Irak. En este momento, las fuerzas de la clase dominante que se oponen al programa de Bush sobre Irán no han presentado un reto a la estrategia mayor de la que un cambio de gobierno en Irán forma parte. Por ejemplo, un editorial del Los Angeles Times después de los informes sobre el nuevo IIN decía: “Bush tiene razón cuando dice que el nuevo informe de inteligencia no requiere un cambio fundamental de política. Se debe impedir que Irán tenga armas nucleares. La tragedia para la seguridad de Estados Unidos y la paz global es que Bush ha desaprovechado dos veces las oportunidades de dirigir este esfuerzo esencial”.

Aunque el nuevo informe haya frustrado los planes en este momento, Bush, aunque parece afectado por la necesidad de publicar el informe, no cambió su posición fundamentalmente en la rueda de prensa del 4 de diciembre. Dijo: “Irán era peligroso, Irán es peligroso e Irán seguirá siendo peligroso si tiene la información necesaria para elaborar un arma nuclear”. Decirlo así le permite a Bush atacar a Irán en cualquier momento, dado que no importa si tiene o no un programa de armas nucleares; tener un programa para enriquecer el uranio es parte (aunque no todo el proceso) de “la información necesaria para elaborar un arma nuclear”. Bush condenó a Irán como “una amenaza a la paz”, y destacó: “Mi opinión no ha cambiado”. Y repitió que está resuelto a aprovechar el tiempo que le queda en la presidencia para impedir que Irán obtenga armas nucleares. Dijo que “la mejor diplomacia” es “no descartar ninguna opción”. Al día siguiente Bush y la secretaria del Estado Condoleezza Rice trataron de retomar la iniciativa con un ataque contra Irán por no dar a conocer información sobre su programa nuclear y por reprimir la democracia.

Hay muchos escenarios posibles en la situación actual. Unos 170,000 soldados yanquis ocupan a Irak, donde Irán tiene mucha influencia. Docenas de buques de guerra yanquis, con armas nucleares, están en la costa de Irán. El 7 de diciembre, el periódico inglés The Guardian informó: “Altos funcionarios del gobierno israelí advirtieron hoy que todavía están considerando la opción de atacar a Irán, a pesar de un nuevo informe de inteligencia estadounidense que concluyó que Teherán no está elaborando armas nucleares”.

Toda la región es un polvorín imprevisible, y los imperialistas yanquis siguen resueltos a mantener su control y, si es necesario, aplastar los retos a su dominación. Y Bush, que ha dicho repetidas veces que quiere resolver el reto de Irán antes de que termine su presidencia, podría sentirse más compelido a atacar. Cualquier incidente, accidental o a propósito, podría ser el pretexto para iniciar una guerra.

***

El nuevo informe demuestra que Bush ha mentido sobre el programa de armas nucleares de Irán para justificar la agresión y hasta la guerra de manera fraudulenta. El hecho de que se publicó el informe indica que algunas figuras de la clase dominante temen que el plan de Bush de un cambio de gobierno en Irán conlleve graves peligros para ellos. La situación tiene muchos peligros para los pueblos de la región y el mundo también.

Todas estas mentiras tienen la meta de tapar la mentira más profunda, que promueve toda la clase dominante no importa si apoya o se opone a la política de Bush hacia Irán: que el imperialismo estadounidense es una fuerza por el bien en el mundo, que lo que motiva sus guerras de agresión es crear un mundo más seguro y libre, y que los pueblos del mundo se benefician de toda la matanza que causan. Estas son las mayores mentiras, con que tapan el hecho de que Estados Unidos es un imperio depredador cuya existencia está basada en el saqueo y explotación globales, y que arruina y acaba con la vida de millones de personas cada año por medio de su funcionamiento “normal”. Impone y extiende este saqueo y explotación por la fuerza militar que, nada más en el caso de Irak, ha llevado a la muerte de entre 500,000 y un millón de iraquíes y empujado a cuatro millones más al exilio (mientras Estados Unidos no hace nada para ayudar).

En esta situación tensa y compleja, existe el potencial y la necesidad de la resistencia política masiva que se zafe del marco establecido por el sistema, y que represente un reto a toda la agenda de dominación global estadounidense. Como hemos dicho muchas veces en estas páginas, urge forjar una oposición visible, resuelta y masiva a todo el programa del gobierno de Bush. Tal resistencia inspirará a los que viven en el Medio Oriente —que sufren la muerte y el terror a manos del imperialismo yanqui— a zafarse del marco de las “alternativas” sin salida del imperialismo yanqui o el fundamentalismo islámico.

Envíenos sus comentarios.

Revolución #112, 16 de diciembre de 2007

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HACER LA REVOLUCIÓN Y EMANCIPAR A LA HUMANIDAD
PRIMERA PARTE: MÁS ALLÁ DEL ESTRECHO HORIZONTE DEL DERECHO BURGUÉS (CONTINÚA)

La experiencia histórica y la nueva síntesis

Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, EU

De la Redacción: Lo que sigue es la octava parte de una serie de pasajes de una charla que dio Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, este año (2007). La charla ha sido revisada en preparación para su publicación y se ha incluido notas al pie de página (entre otras cosas, el autor ha ampliado en gran medida la sección sobre Karl Popper). Estos pasajes se publicarán en dos partes. La primera parte (en español e inglés) está en línea en revcom.us, tanto como la segunda parte en inglés. Los pasajes de la segunda parte también se publicarán como serie en Revolución empezando en el próximo número.

La experiencia histórica y la nueva síntesis

Los crímenes de este sistema—y las racionalizaciones de estos crímenes

En la historia del movimiento comunista y de la sociedad socialista, la orientación básica ha sido tratar la realidad material y las circunstancias de las masas populares como la prioridad, como el punto central y la base, en contraste con el enfoque burgués de ignorar —o, de hecho, reforzar— las circunstancias opresivas de las masas populares, la gran mayoría de la humanidad. Y es muy importante captar firmemente que, a nombre del individuo y los “derechos del individuo”, los partidarios de una u otra forma de este enfoque burgués en realidad defienden los intereses de una clase —y las dinámicas de un sistema en que esa clase, la burguesía, gobierna—, en que a las masas populares, a miles de millones de individuos en las clases explotadas y oprimidas, las oprimen y aplastan despiadadamente, y en que descartan totalmente su individualidad y todo concepto de su dignidad individual.

Piensen en los niños de India, donde millones de ellos, unos de cuatro años de edad, trabajan 12 horas al día, los siete días de la semana, en condiciones muy perjudiciales para la salud, y esto le resta importancia a la gravedad de la situación. O piensen en los niños de África que viven en barriadas atroces. Piensen en la gente por todo el tercer mundo, que vive en condiciones horrorosas, en un ambiente diario de excremento e inmundicia. ¿Tiene en cuenta su individualidad el sistema capitalista? No cuenta para nada.

A veces, como me dijo hace poco un camarada, hasta nosotros restamos importancia a los crímenes monstruosos de este sistema o no los apreciamos en un sentido completo y vivo. Dondequiera que uno mira, si examinamos la situación con la mirada penetrante de la ciencia—si examinamos real, honesta y científicamente la historia de lo que ha pasado y lo que está pasando hoy en el mundo (y lo que está pasando en este país, por ejemplo), si pensamos en la primera parte de la charla del DVD “Revolución” y lo que saca a luz acerca de la historia de este país, hasta hoy, veremos que este sistema ha llevado a cabo los crímenes más monstruosos y con el respaldo de los que detentan el poder. Piensen en la realidad que este sistema encarna y la realidad de lo que significa para quienes ha sometido, que ha sometido incluso a la esclavitud textual a veces hasta hoy en día1 (y durante generaciones en la historia de este país), pero a una situación horrorosa sin importar las formas particulares. Piensen en lo que este sistema realmente significa mientras pontifica sobre “el individuo” y los “derechos del individuo”. ¿Para quiénes —para qué clase de personas— se aplica, y para quiénes y qué clase no tiene aplicación y significado, fuera de la ironía más amarga y burlona?

Y, como sabemos, siempre tienen excusas. Los que gobiernan de esta manera tienen que tener muchas excusas. La clase dominante y sus apologistas en este país dirán: “Tuvimos que hacer ciertas cosas —como un golpe de estado que colocó en el poder al asesino Pinochet en Chile, y lo mismo en Guatemala e Indonesia, Irán y otros lugares— porque hubo un mal peor”. “Nos encontramos ante un mal peor” es uno de sus estribillos constantes. Hoy es el fundamentalismo islámico o el “islamofascismo”. Antes era otra forma de “totalitarismo”—y, por supuesto, el comunismo en particular.

Bueno, dejando a un lado por el momento las tergiversaciones y calumnias del comunismo, el movimiento comunista y la experiencia de los estados socialistas, hablemos de esta posición. Pues ¿y qué de Filipinas? Invadieron Filipinas a finales del siglo 19, traicionaron sus promesas al pueblo que luchaba por la independencia, libraron una guerra de agresión para colonizar el país, masacraron a centenares de miles de filipinos y llevaron a cabo atrocidades inimaginables en el proceso. No solo llevaron a cabo masacres sino que se pavoneaban con partes de los cadáveres de los muertos, y todo lo demás que es tan característico de sus fuerzas armadas. ¿Dónde estaba la Unión Soviética en ese entonces? ¿Dónde estaba la República Popular de China cuando hicieron todo esto? Ni siquiera existían.

O remontemos un poco más. ¿Qué del genocidio contra los pueblos indígenas (los primeros habitantes del continente)? ¿Y la esclavitud de millones y millones de africanos y todas las consecuencias de la esclavitud? Carlos Marx ni siquiera había nacido cuando hicieron estas cosas.

Su respuesta, de que han hecho estas cosas en respuesta a un mal peor, es simplemente una manera de tapar una verdad fundamental: no me gusta usar la palabra “mal” (especialmente en vista de sus connotaciones o “ecos” religiosos), pero si el “mal” tiene un significado, es ustedes. Ustedes y su sistema son la concentración en el mundo moderno de los horrores a los que someten a la humanidad, y son la causa fundamental de los horrores a los que someten a la humanidad. Y llevan siglos haciendo esto—desde los primeros días de este país (y en el período de conquista y colonización europeas que llevó al establecimiento de este país). Y sí, es cierto, estos horrores son mucho peores de lo que incluso los comunistas somos capaces normalmente de comprender y expresar.

Un país de “Ted Bundy”, un sistema de “Ted Bundy”

Sin embargo, se oye a gente con ideas progresistas decir: “Sí, lo sé, es cierto, pero tenemos a los fundadores” (ya no los llaman los “padres fundadores”, como esto no concuerda con sus ideas o pretensiones progresistas—es patriarcado demasiado obvio), “tenemos a los fundadores y nos legaron este sistema de gobierno democrático que tiene una división de poderes entre las tres ramas del gobierno y todo lo demás”. Y para mucha gente, demasiada gente —a veces en la forma agresiva y grotesca de los “neoconservadores” y los defensores manifiestos del imperialismo, o a veces en la forma más débil de los que son, por lo menos objetivamente, apologistas “progresistas” de este sistema— la noción del “excepcionalismo estadounidense”, en un sentido “positivo”, sigue surgiendo: Sí, los más “liberales” y “progresistas” de esa gente admitirán que este país ha hecho y sigue haciendo muchas cosas horrorosas, pero “en última instancia hay un aspecto intrínsecamente bueno de la naturaleza de este sistema”.

Bueno, en cuanto a esto un camarada dirigente de nuestro partido hizo una analogía muy diciente. Lo describió como “el fenómeno de Ted Bundy”. Ted Bundy, como muchos saben (y para los que no lo saben), fue un violador y asesino en serie hace varias décadas. Pero tenía una educación universitaria y era un tanto “refinado”. Llevó a cabo esos crímenes horrorosos de atacar violentamente, violar y asesinar a esas mujeres a lo largo de varios años, antes de que lo atraparon, condenaron y a fin de cuentas ejecutaron. Pero Ted Bundy tenía ese no sé qué. No cuadraba con el estereotipo de un asesino múltiple, como espantoso y demente. Fue refinado y suave. Sí, cometió todos esos delitos terribles. Fue violador múltiple sumamente brutal. Fue asesino múltiple. Pero —para continuar la analogía de este camarada— “Ted Bundy tenía ese no sé qué; si se pone lo que hizo en cierta perspectiva y tomamos en cuenta sus características mayores, todavía hay algo bueno de Ted Bundy”. Bueno, como señaló el camarada, por analogía, así es cómo muchos demócratas burgueses radicales, y no tan radicales, ven a este país, su país. Sí, no tienen reparos en admitir que nuestro gobierno ha cometido y está cometiendo todos estos delitos horribles, pero: “Hay ese no sé qué de la forma de gobierno constitucional y el sistema democrático que tenemos. Sí, se puede registrar los crímenes de la esclavitud aquí a las matanzas por todo el mundo, pero hay ese no sé qué de los Estados Unidos que nuestros fundadores nos legaron que tenemos que guardar”. Como si se podría separar todo esto (la forma de gobierno, y así sucesivamente) de “la esencia de Ted Bundy” de este sistema en una escala mucho mayor e internacional.

El mismo camarada que trazó la analogía de “Ted Bundy” también dijo que los crímenes de este sistema, una vez más, son peores y más monstruosos de lo que nosotros nos damos cuenta—hasta que los examinemos concretamente e investiguemos la realidad de esto profundamente y en detalle. Y este camarada hizo una muy buena sugerencia al tanto: Debemos exhortar a cualquiera, y especialmente a cualquiera que diga que todavía hay algo intrínsecamente bueno en este sistema, a examinar cualquier parte del mundo y estudiar lo que este sistema ha hecho y hacerle frente a los verdaderos horrores que ha causado para las masas populares—y luego decirnos por qué quiere preservar alguna parte de esto.

Pongamos las Cosas en Claro

Esto hace resaltar otra dimensión de la importancia del proyecto Pongamos las Cosas en Claro. El “veredicto” sobre el comunismo y la experiencia de los estados socialistas dirigidos por los comunistas ha llevado a mucha gente a apuntar más abajo. Es un veredicto que, de hecho, han “dictado” y que promueven sin descanso la clase dominante de este sistema imperialista y sus “simpatizantes intelectuales”. Mucha gente que debe saber mejor —e incluso alguna gente que una vez sabía mejor— se ha visto reducida a esa clase de racionalizaciones tipo “Ted Bundy”, porque le ha rebajado las perspectivas la idea de que lo que una vez pensaba que era bueno, o lo que la hubiera podido atraer en otros tiempos como alternativa a toda esta sociedad y todo este mundo dominado por el imperialismo, en el mejor de los casos no sea viable y en el peor de los casas sea una pesadilla tiránica. Eso subraya más lo importante que es examinar franca y científicamente los grandes logros tanto como las auténticas deficiencias de los países socialistas que han existido hasta la fecha—y de compararlos y contrastarlos con lo que el imperialismo y la dominación burguesa en realidad han hecho y significan para las masas populares del mundo. Por ejemplo, en la principal presentación2 del proyecto Pongamos las Cosas en Claro, se traza una comparación entre las afirmaciones (hasta las afirmaciones más exageradas y desmesuradas) sobre las vidas que ha costado el comunismo en relación con la realidad de las muertes causadas por el funcionamiento continuo del sistema tan solo en India durante el mismo período—lo que realmente ocurrió a las masas populares de India, en la “mayor democracia del mundo” (como lo describen una y otra vez los medios y comentaristas burgueses).

Es sumamente importante —y esto es una de las cosas que subraya el proyecto Pongamos las Cosas en Claro— tener presente lo que los estados socialistas han tenido que confrontar: la necesidad que han tenido que abordar, como el legado de las sociedades anteriores desde las cuales surgieron —y que tumbaron—, lo que quedaba de esas sociedades, en la base económica y la superestructura política e ideológica, y en la persistencia de las fuerzas de clase hostiles a la existencia del socialismo y a la continuación de la transformación socialista—todo esto entrecruzado y en interacción con la perseverancia y el cerco de potencias imperialistas hostiles y otros estados reaccionarios.

“House” y la experiencia de la sociedad socialista hasta la fecha

Aquí me parece que tiene mucha validez una analogía con el programa televisado “House”. Un tema constante en el desarrollo del argumento del programa, y en el desenvolvimiento de varios episodios, es la manera en que el personaje principal, el Dr. House, de su propia manera va al borde. Es un médico muy poco convencional y cuando tiene un caso extremo, recurre a cosas que, si fallan, podrían matar al paciente. En un episodio tras otro, hay una tensión tremenda: ¿descubrirá House por esos medios la causa de la enfermedad y logrará salvar al paciente, o más bien lo van a matar los medios a los que recurre para descubrir la causa? Esta es una tensión constante en “House”. Bueno, si uno entra en medio del programa y no entiende qué está pasando y por qué House hace esas cosas, imagínese lo monstruoso que pareciera. “Dios mío” (si me permiten), “lo que está haciendo podría matar al paciente”. Y no es que simplemente recurre a una de esas medidas peligrosas y aparentemente “extremas” una vez; si una no tiene éxito, recurre a otra—y si la segunda no tiene éxito, hay una tercera. Y, a corto plazo, muchas veces causa más sufrimiento al paciente. ¿Por qué? ¿Porque es un tirano sádico y demente? ¿O porque está tratando de ir a la esencia de una enfermedad y curarla?

Bueno, hay una analogía en esto al socialismo y a la dictadura del proletariado. Si uno “entra en medio” de esa experiencia —o si la ve a través de tapaojos burgueses— y ve que recurren a ciertas medidas que parecen “extremas”, pero no sabe, o no entiende, qué es la “enfermedad” que están tratando de curar; o, fundamentalmente, si ni siquiera sabe que hay una enfermedad—si, para decirlo más directamente, piensa que esas sociedades donde el socialismo ha surgido son lugares en los que todo está bien para la mayoría de la población, y que tiene una buena vida, en vez de entender que, al contrario, para la gran mayoría de la población la vieja sociedad era un verdadero horror y que los explotaban, oprimían y degradaban de mil maneras todos los días—si no entiende nada de esto, podría ver algunas de las medidas a las que recurren con el fin de superar todo esto, y para impedir que los nuevos y viejos explotadores devuelvan todo esto, y pensar: “Qué cosa tan terrible es el socialismo. Mira todo lo que hacen, mira a lo que someten a la población”.

Y esto no es todo, no captaría las muchas maneras en las que, ahí mismo, se está mejorando infinitamente la vida de la población, y que la naturaleza de las relaciones sociales y el punto de vista y los valores del pueblo se están transformando radicalmente, en una dirección muy positiva. No captaría las maneras en que esto pasa cada vez más debido a la iniciativa consciente de las mismas masas populares.

Pero incluso si uno tiene en cuenta todo esto, y la analogía a “House” y su significado, y sin pasar por alto la enorme necesidad que las sociedades socialistas han tenido que confrontar, de todos modos es importante concluir que al abordar todo esto, en la experiencia histórica de los estados socialistas hasta la fecha, junto con los muy grandes logros, que son de hecho el aspecto principal, también ha habido maneras secundarias pero no obstante importantes en las que se han descarrilado, y en algunos casos seriamente, con consecuencias negativas innegables. Ha habido una clara tendencia hacia el positivismo y el reduccionismo—hacia, por así decirlo, nivelar las contradicciones y aplicar un enfoque mecanicista, incluso al tratar a la superestructura como si fuera vinculada demasiado estrechamente a las tareas inmediatas, en particular en cuanto a la base económica. Y luego, a su vez, redujeron demasiado la transformación económica, especialmente en la experiencia de la Unión Soviética, incluso cuando era socialista, a la expansión económica a base de la propiedad estatal, sin prestarle suficiente atención a la transformación de las relaciones entre las personas en la producción, en varios aspectos, tanto como otras relaciones sociales, y a la expresión de todo esto en la superestructura.

Junto con esto, como mencioné antes, ha habido una tendencia hacia la reificación del proletariado (con esto quiero decir la tendencia, que está vinculada al positivismo, a identificar al proletariado, como clase, con los miembros individuales de esa clase y, al hacerlo, a reducir, disminuir y socavar la causa revolucionaria a la que realmente corresponden los intereses del proletariado, como clase): una tendencia —que está vinculada al positivismo— a ver las cosas de tal manera que si uno es proletario o no es un factor crucial que determina si tiene la verdad o no, por así decirlo. Esta era una tendencia muy marcada en la Unión Soviética, aunque también existía —aunque fuera en menor grado, y aunque lo contradijera y contrarrestara otros enfoques más correctos— en China cuando era un país socialista, con la dirección de Mao.

Y, al lado de la reificación del proletariado, había, especialmente en la Unión Soviética, una reificación del socialismo en cierto sentido—a ver el socialismo como algo estático y más o menos como un fin en sí mismo, en vez de verlo como un proceso muy dinámico y una transición al comunismo. Esto es algo que Mao reconoció y empezó a combatir, especialmente después de varios años de la experiencia del socialismo en China, pero de todos modos siguió siendo una tendencia seria, hasta en la China socialista.

Esto llevó —una vez más, cualitativamente más en la Unión Soviética que en China— a una restricción, o una tendencia a una restricción, del proceso de la transformación socialista; y, en la medida en que esa tendencia se impuso, condujo a llevar mal la relación entre la meta y el proceso, para que lo que pasara en un momento determinado pasó a ser, o tendió a identificarse como, la meta en sí—en vez de ser visto como una parte del proceso hacia una meta mayor. Y, junto con esto, hubo una restricción de la relación entre la dirección principal necesaria, en el sentido fundamental, y lo que eran objetivamente “desvíos” o salidas —pero que se veían y trataban como desviaciones peligrosas— de la dirección principal. Esto, en cierto grado y a veces a un grado importante, llevó a sofocar la creatividad, iniciativa, expresión individual y, sí, los derechos individuales en el proceso de conjunto, especialmente cuando parecían estar en conflicto —o en realidad estaban en conflicto, a corto plazo— con las metas expresadas del estado socialista y su partido de vanguardia.

La nueva síntesis

¿Cómo se relaciona la “nueva síntesis” a esta experiencia? Con el fin de concentrar —o presentar una síntesis básica— de lo que representa esta nueva síntesis, se puede decir:

Esta nueva síntesis abarca reconfigurar y recombinar los aspectos positivos de la experiencia hasta la fecha del movimiento comunista y la sociedad socialista, mientras se aprende de los aspectos negativos de esa experiencia, en las dimensiones filosóficas e ideológicas tanto como las políticas, y así tener una orientación, método y enfoque científicos con raíces más profundas y firmes, no solo en cuanto a hacer la revolución y conquistar el poder, sino también, sí, en cuanto a satisfacer los requisitos materiales de la sociedad y las necesidades de las masas populares, con una base cada vez mayor, en la sociedad socialista —para superar las profundas cicatrices del pasado y continuar la transformación revolucionaria de la sociedad, mientras al mismo tiempo apoyar activamente la lucha revolucionaria mundial y actuar conforme con el reconocimiento de que la arena y la lucha mundiales son las más fundamentales e importantes, en un sentido global— junto con abrir cualitativamente más espacio para dar expresión a las necesidades intelectuales y culturales del pueblo, entendido en el sentido amplio, y posibilitar un proceso más diverso y rico de exploración y experimentación en los campos científicos, artísticos y culturales, y en la vida intelectual en general, con mayor campo para la competencia de diferentes ideas y escuelas de pensamiento, y para la iniciativa y creatividad individuales y la protección de los derechos individuales, con espacio para que los individuos interactúen en la “sociedad civil” independientes del estado—todo en un marco general cooperativo y colectivo y al mismo tiempo a la medida que el poder estatal se mantiene y se sigue desarrollando como un poder estatal revolucionario al servicio de los intereses del estado proletario, en el país en particular y por todo el mundo, donde este estado es el elemento dirigente y central de le economía y la dirección general de la sociedad, mientras el estado en sí se transforma continuamente en algo radicalmente diferente de todos los estados previos, como una parte crucial del avance hacia la abolición posterior del estado al llegar al comunismo a nivel mundial.

En cierto sentido, se puede decir que la nueva síntesis es una síntesis de la experiencia previa de la sociedad socialista y del movimiento comunista internacional más ampliamente, por un lado, y de las críticas, de varios tipos y desde varios puntos de vista, de esa experiencia, por otro lado. Esto no quiere decir que esta nueva síntesis representa una simple “unión” de esa experiencia, por un lado, y las críticas, por el otro. No se trata de combinar eclécticamente estas cosas, sino de tamizarlas, reconfigurarlas y recombinarlas a base de un punto de vista y método científicos, materialistas y dialécticos, y de la necesidad de mantener el avance hacia el comunismo, que es una necesidad y objetivo que este punto de vista y método siguen señalando—y, cuanto más rigurosa y profundamente se adopta y aplica, tanto más firmemente señala esa necesidad y objetivo.

Si realmente se capta de lo que se trata esto, se verá por qué siempre hablo de ir al borde de ser descuartizado en cuanto a dar dirección al movimiento comunista y la sociedad socialista futura. Creo que esto se ve hasta cierto punto en el artículo que publicó hace poco Revolución—o una carta de un lector que critica un artículo (sobre las elecciones, en la sociedad capitalista y la sociedad socialista, y unos interrogantes más amplios que plantea) y la respuesta de la redacción.3

Bueno, esta no es una formulación que se presenta a la ligera: ir al borde de ser descuartizado. Recordemos lo que quiere decir ser descuartizado. Especialmente en la sociedad feudal, y en particular para los delitos como traición, a menudo el castigo era ser descuartizado: esto quiere decir que destrozaban el cuerpo arrastrándolo en cuatro direcciones. Esto es lo que quiere decir “ser descuartizado”. Y si se entiende de lo que se trata, en cuanto a ser el núcleo de la dirección —sí, un núcleo que cada vez más se amplía, pero estar en el núcleo de todo este proceso revolucionario y dirigirlo de la manera de que he estado hablando, no como un proceso bajo un control estricto sino un proceso en que la gente, como lo he descrito, “corre en muchas direcciones”— pues se puede ver que estarán sujetos a tremendas presiones y tensiones. ¿Por qué? Porque no se puede dejar caer las riendas, a fin de cuentas, pero tampoco se puede llevar un estricto control. Hay que hacer que todo esto siga hacia el objetivo del comunismo, que se ha establecido que es una necesidad científica, pero sin mantener un control estricto a lo largo del proceso. Y esto le lleva repetidamente —y lo hará repetidamente si está haciendo lo que debe hacer— al borde de ser descuartizado. Y si no estamos dispuestos a hacer esto, pues no merecemos ser la vanguardia—y, lo que es más fundamental e importante, no vamos a llegar a donde tenemos que llegar.

Bueno, se ha condensado este enfoque, esta nueva síntesis, en la formulación “núcleo sólido con mucha elasticidad”. Pero hay que captar que esta formulación es una concentración —una expresión concentrada de todo este proceso rico— y no hay que convertirla en otra frase que no significa nada, o un concepto religioso que se dice repetidas veces sin contenido. Hay que entender y aplicar lo que se capta en “núcleo sólido con mucha elasticidad”, de una manera viviente, a lo largo de todo el proceso de la revolución —antes y después de la conquista del poder y el establecimiento del estado socialista. Y, de hecho, este concepto básico —”núcleo sólido con mucha elasticidad”— se aplicará incluso en la sociedad comunista, aunque de una manera distinta, cuando ya no haya un estado ni un núcleo de dirección continuo o institucionalizado.

He hablado antes de los cuatro objetivos del núcleo sólido, en la sociedad socialista—a saber: mantener en el poder la revolución proletaria; expandir el núcleo sólido al máximo posible en un momento dado; trabajar para restringir continuamente, y a fin de cuentas superar, la diferencia entre el núcleo sólido y el resto de la sociedad (esto se refiere a la “extinción del estado”); y fomentar la máxima elasticidad a base del núcleo sólido necesario en un momento dado. Todos estos cuatro objetivos forman una unidad y son interdependientes mutuamente y se influencian mutuamente el uno al otro, de una u otra manera. Y, como he dicho, incluso en la sociedad comunista —aunque de una manera radicalmente diferente— el mismo principio se aplicará, porque concuerda con, o es una expresión de, la naturaleza de la realidad y su desarrollo por medio del movimiento contradictorio.

Para concluir este punto, quiero subrayar que es muy importante no subestimar el significado y la fuerza positiva potencial de esta nueva síntesis: criticar y romper con errores y defectos importantes y reconfigurar lo que ha sido positivo de la experiencia histórica del movimiento comunista internacional y los países socialistas que han existido hasta la fecha; en un sentido verdadero, reavivar —sobre una base nueva y más avanzada— la viabilidad y, sí, el atractivo de un mundo totalmente nuevo y radical, y hacerlo sobre una base aun más firme de materialismo y dialéctica. Esta nueva síntesis está ligada a las rupturas clave en la esfera de la epistemología, e interpenetra estrechamente con ellas: rupturas con el instrumentalismo y apriorismo, el dogmatismo y la religiosidad, el positivismo, el empiricismo y el pragmatismo, tanto como el nacionalismo en la esfera de cómo vemos todo el proceso del avance al comunismo.

Así que no debemos subestimar el potencial de esto como fuente de esperanza y osadía sobre una base científica sólida. En los años 60, cuando el Partido Pantera Negra surgió, Eldridge Cleaver hizo la observación cáustica de que el viejo Partido Comunista había “ideologizado” la revolución hasta correrla del escenario, pero que los Panteras la habían ideologizado de regreso al escenario. Actualmente en Estados Unidos, una vez más han “ideologizado” la revolución hasta correrla del escenario. Y en el mundo en general, en gran medida, la revolución cuya meta es el comunismo y que tiene la visión de un mundo comunista —estas han sido “ideologizadas” hasta correrlas del escenario— y con ellas el único camino que realmente representa la posibilidad de un mundo radicalmente diferente y mucho mejor, en el mundo tal como es, un mundo en que uno verdaderamente quisiera vivir y en que podría florecer. Objetivamente, la nueva síntesis ha “ideologizado” esto de regreso al escenario una vez más, en un nivel más alto y de una manera potencialmente muy poderosa.

Pero ¿qué se hará con eso? ¿Se volverá una fuerza política e ideológica poderosa? Nos toca a nosotros llevarla por todas partes —muy que muy audazmente y con sustancia, y vincularla con el deseo amplio si por el momento principalmente latente de otro mundo— y entrarle con cada vez más personas con esta nueva síntesis de una manera buena, animada y viviente.

 

Los pasajes de la segunda parte de esta charla empezarán en el próximo número de Revolución.

 1 La charla filmada de Bob Avakian “Revolución: Por qué es necesaria, por qué es posible, qué es” empieza con “Están vendiendo postales del ahorcamiento”, que describe gráficamente el linchamiento y otras maneras horrorosas en que han oprimido y aterrorizado a los negros a lo largo de la historia de Estados Unidos.

Hay ejemplos de algunos de los horrores de la esclavitud moderna —como la esclavitud de niños—en “Esclavitud del siglo 21 en el capitalismo globalizado”, Revolución #102, 23 de septiembre de 2007, que también tiene fuentes de más información sobre este tema.[back]

2 El proyecto Pongamos las Cosas en Claro ha hecho un análisis de aspectos importantes de la experiencia del socialismo en la Unión Soviética y China —de los verdaderos errores y deficiencias tanto como los logros sin precedentes históricos— y responde a las calumnias y tergiversaciones de esa experiencia. Se lo puede encontrar, y se puede proveer más información, en línea en thisiscommunism.org. La principal presentación de este proyecto, a la que se refiere aquí, es una charla de Raymond Lotta titulada “El socialismo es mucho mejor que el capitalismo, y el comunismo será un mundo mucho mejor”.[back]

3. Bob Avakian presentó esta metáfora, de que los dirigentes del movimiento comunista y la sociedad socialista enfrentan la perspectiva de que los “descuarticen” si no manejan correctamente contradicciones difíciles, en “Conversación de Bob Avakian con unos camaradas sobre epistemología: Sobre conocer, y cambiar, el mundo”, Obrero Revolucionario #1262, 19 de diciembre de 2004. Revolución publicó el artículo que menciona Bob Avakian aquí (una carta de un lector y la respuesta de la redacción de Revolución sobre las elecciones en la sociedad capitalista y la sociedad socialista y interrogantes más amplios que plantea) en el número 96, 22 de julio de 2007.[back]


La segunda parte de

HACER LA REVOLUCIÓN Y EMANCIPAR A LA HUMANIDAD

está en la internet ahora (en inglés)

Revolución tiene el orgullo de anunciar que la segunda parte de la nueva charla de Bob Avakian HACER LA REVOLUCIÓN Y EMANCIPAR A LA HUMANIDAD ahora está en el portal revcom.us (en inglés). La segunda parte se titula TODO LO QUE HACEMOS TIENE QUE VER CON LA REVOLUCIÓN, y examina conceptos esenciales sobre el contenido de forjar un movimiento revolucionario y comunista. La charla se publicará como serie en Revolución (en español y en inglés) una vez que se haya terminado de publicar la primera parte.

En un sentido importante, la segunda parte de HACER LA REVOLUCIÓN Y EMANCIPAR A LA HUMANIDAD hace un andamiaje esencial para forjar tal movimiento revolucionario. No cabe duda de que hay más trabajo que hacer, y más pensamiento que se necesita, al llevar a cabo y resumir este trabajo, y con el desarrollo del mundo, pero esta charla establece un marco y enfoque coherente para hacerlo. También aplica —y ejemplifica— un método que todo mundo puede aprender y utilizar: da un sentido vivo del carácter de múltiples capas y niveles y de cambios dinámicos de la realidad, y una manera de comprender la realidad en su movimiento y desarrollo, y de transformarla. Al hacer esto, aprovecha la primera parte de la charla, que ahora se está publicando como serie, y su discusión de la meta primordial de la lucha tanto como del método científico.

Todo revolucionario y toda persona que está resuelta a cambiar de manera fundamental la sociedad, y que está lidiando con cómo hacerlo, debe estudiar esta charla. Esperamos tener pronto tus comentarios y respuestas a esta obra.

Envíenos sus comentarios.

Revolución #112, 16 de diciembre de 2007

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Referéndum en Venezuela:

Intrigas estadounidenses y las limitaciones y contradicciones del proyecto de Hugo Chávez

Hugo Chávez y su proyecto del “socialismo para el siglo 21” han provocado gran interés entre muchas fuerzas progresistas y radicales del mundo. Chávez también ha despertado la ira del imperialismo estadounidense.

El 2 de diciembre, Venezuela celebró un referéndum sobre varias propuestas de Chávez para cambios importantes a la constitución nacional. Las propuestas perdieron por un mínimo resultado. Las fuerzas pro Estados Unidos se sintieron envalentonadas, y hay indicios de que la situación política de Venezuela se ha vuelto más tensa y volátil.

Revolución
ya publicó un importante análisis sobre la estrategia económica de Chávez y por qué no representa un camino a la liberación. (“Hugo Chávez tiene una estrategia petrolera…¿pero conducirá a la emancipación?”, Raymond Lotta, #94, 1º de julio de 2007, en revcom.us) Aquí ofrecemos un análisis provisional de los recientes acontecimientos. Hay asuntos importantes que examinar para entender la naturaleza y las limitaciones del programa de Chávez, y como parte de bregar con los verdaderos retos de impulsar auténticas transformaciones revolucionarias en el mundo actual.

I. Una primera revisión

Hugo Chávez fue reelegido a la presidencia en diciembre del 2006, y poco después anunció su intención de cambiar la constitución. Entre las propuestas más polémicas fueron anular los límites al mandato presidencial y otorgarle al presidente la capacidad de invocar poderes de urgencia especiales. Chávez presentó esas reformas, y otras medidas para construir concilios gubernamentales locales, como pasos importantes y necesarios en la marcha hacia lo que él llama “socialismo para el siglo 21”. La oposición liberal y reaccionaria describió las medidas como un preludio al mando dictatorial.

El imperialismo estadounidense ha desempeñado un papel grande en la batalla del referéndum. A lo largo de la campaña, Estados Unidos condenó a Chávez como “enemigo de la democracia”. Apoyó abiertamente a los grupos estudiantiles que protestaron en las calles, y mandó dinero a las fuerzas opuestas a Chávez. La prensa estadounidense le dio una plataforma a figuras de alto nivel de la oposición, como Raúl Baudel, el ex comandante en jefe del ejército y ministro de Defensa, que hace poco se opuso a Chávez. Baudel les pidió a los oficiales militares que “evaluaran cuidadosamente” los cambios que propuso el gobierno de Chávez “de manera apresurada y a través de un procedimiento fraudulento”. Era un mensaje o por lo menos un intento de ver qué posibilidades había de dar un golpe de estado.

Estados Unidos se ha metido en una campaña difamatoria contra Chávez y en intrigas en el país (el gobierno venezolano publicó lo que dice son documentos que detallan las actividades clandestinas de una unidad de la CIA en Venezuela).

Hay que oponerse enérgicamente a todo intento del imperialismo estadounidense a desestabilizar o complotar contra el gobierno de Chávez y el pueblo de Venezuela. Y nosotros en Estados Unidos tenemos una responsabilidad especial de actuar conforme a esto.

Los más fieles partidarios de Chávez, especialmente los pobres, no le dieron el apoyo que le habían dado en el pasado. Por otro lado, la oposición reaccionaria, que desde hace tiempo estaba desacreditada y fragmentada, ha logrado recuperar credibilidad y movilizar sus fuerzas contra Chávez.

En Estados Unidos el cuento es que el público venezolano rechazó el intento de Chávez de convertirse en mandatario absoluto. La valoración de los partidarios de Chávez es que el hecho de que respeta el resultado del referéndum es prueba de que representa la democracia.

La realidad es muy diferente.

Hugo Chávez no ha estado dirigiendo a Venezuela hacia el socialismo o una especie de “democracia participatoria” de base encima de las relaciones económicas y sociales dominantes de la sociedad. Hugo Chávez reivindica un proyecto nacionalista-capitalista dentro del orden económico existente. Es un proyecto que, para su implementación, requiere cambios en la manera en que funcionan las instituciones políticas nacionales de Venezuela, entre ellas mayor capacidad para rechazar conatos reaccionarios de golpe de estado.

Por su parte, Estados Unidos y sus aliados en Venezuela no representan la democracia en el abstracto. Más bien, Estados Unidos busca volver a imponer en Venezuela algo que se asemeja institucionalmente al viejo sistema del dominio político de las élites que trabajan más estrechamente en aras de los intereses del imperialismo estadounidense.*

Estados Unidos no puede tolerar a Hugo Chávez; lo considera una influencia hostil y negativa en las relaciones del hemisferio occidental, en un momento en que Estados Unidos busca un mayor imperio mundial. En el 2002, Estados Unidos apoyó un golpe de estado contra Chávez. Si está tramando o fomentando activamente un golpe de estado esta vez o no, no cabe duda de que está tratando de debilitar y minar a Chávez.

II. La “revolución bolivariana” de Chávez

La “revolución bolivariana” de Chávez consta de cuatro componentes principales:

A)  Usar el petróleo como motor del crecimiento y bienestar social. Chávez se dedicó a romper el yugo de la dirección corrupta de la compañía estatal petrolera, diversificar los mercados internacionales del petróleo, renegociar las condiciones para la explotación y colaboración con el capital extranjero en el sector petrolero y usar los ingresos provenientes del petróleo para ampliar el desarrollo económico capitalista y financiar importantes proyectos sociales.

B) Forjar un bloque comercial sudamericano. Chávez busca una mayor integración regional y ampliar los mercados y abrirse espacio dentro del marco general hemisférico de dominación política y económica estadounidense. Es una estrategia que se apoya en una división de funciones regional (en cuanto a materias primas, agroindustria, finanzas, etc.), la explotación de la mano de obra y la colaboración continuada con el capital imperialista.

C) Reestructurar las instituciones estatales actuales. Después del conato de golpe de estado del 2002 por fuerzas pro estadounidenses, Chávez tomó medidas para purgar los altos mandos derechistas y forjar un cuerpo de oficiales fieles en las fuerzas armadas. Intentó fortalecer su posición en el ejecutivo, forjar coaliciones de mayoría en el parlamento existente y hacer aprobar leyes que le permitirían llevar a cabo ciertas reformas y programas sociales. Ha impuesto límites a la libertad de movimiento de las fuerzas de oposición.

D) Crear organizaciones y estructuras políticas de base. El propósito de estas asambleas y concilios locales es unir y movilizar a las masas en torno a ese programa nacionalista-populista... y limitar a las masas ideológica y políticamente a ese programa.

En el 2005, Chávez empezó a promover su visión del “socialismo para el siglo 21”, pero ha sido impreciso con respecto a su contenido. La realidad es que ese “socialismo” descansa sobre bases en las que Venezuela sigue subordinado a la economía imperialista mundial, y en las que el petróleo sigue jugando su papel histórico como regulador clave de la economía.

Venezuela sigue siendo una sociedad profundamente polarizada entre ricos y pobres. Aproximadamente el 40% de la fuerza laboral urbana está atrapada en la “economía informal”: vendedores ambulantes, taxistas, etc., y buena parte de la población urbana vive en los “ranchos” (barriadas). La agricultura sigue siendo dominada por una oligarquía de terratenientes y no es capaz de satisfacer las necesidades alimenticias de la población; por su parte, los campesinos pobres y pequeños agricultores permanecen relegados a las tierras marginales. En los últimos cinco años, fuerzas paramilitares a sueldo de los terratenientes han asesinado a más de 150 organizadores campesinos.

III. La coalición de gobierno de Chávez

Hugo Chávez tomó las riendas en 1998. Gozaba de enorme popularidad, especialmente en la clase trabajadora y los pobres. También recibió apoyo de la clase media y sectores del capital frustrado por el viejo sistema político. Desde mediados de los años 80 a lo largo de los 90, creció enormemente la pobreza y la economía se encogió fuertemente. Buena parte de la población odiaba la vieja élite y la oligarquía, que estaban desprestigiadas.

El proyecto de Chávez para forjar una nueva sociedad venezolana se apoya en el petróleo, el comercio internacional y la inyección de la economía con capital extranjero. Si bien ha promovido la formación de cooperativas de trabajadores, no ha atacado las posiciones atrincheradas del gran capital doméstico. Aunque ha apoyado algunas tomas de terrenos baldíos, y ha repartido terrenos entre aproximadamente 150,000 campesinos, en lo fundamental no ha desafiado la posición dominante de la oligarquía de terratenientes. Donde ha nacionalizado (o vuelto a nacionalizar) los sectores como el de telecomunicaciones, todavía funcionan de acuerdo al criterio de las ganancias.

Chávez trabaja a través de su propio frente único. Se empeña en cooperar con sectores del capital grande privado y el capital imperialista extranjero, principalmente por medio de garantizarlos un clima aceptable para los negocios. Por otro lado, ha tomado medidas para limitar la libertad de acción política del capital doméstico. Eso es en parte lo que suscitó la reciente maniobra para revocar la licencia de una emisora particular ligada a poderosos y reaccionarios intereses capitalistas. Pero estas élites capitalistas dominan la economía a través del control de los medios de producción, las finanzas y el crédito, así como los conductos de distribución; por medio de sus vínculos al capital extranjero; y a través del poder organizado de sus federaciones y asociaciones comerciales.

Chávez ha logrado improvisar una coalición política dominante en la que predomina una mayoría de fuerzas pro Chávez con el apoyo de una minoría de las fuerzas llamadas “centralistas-liberales”. Se apoyó en figuras militares “moderadas” y “profesionales” como Raúl Baudel para que sirvieran como amortiguador contra las intervenciones estadounidenses. Pero si bien Baudel no era necesariamente representante de la vieja oligarquía pro Estados Unidos, estaba a favor de la conciliación con el viejo orden y aparentemente cultivó lazos con los militares colombianos pro Estados Unidos.

Los partidarios de Chávez han escrito sobre las cualidades “singulares” de las fuerzas armadas venezolanas y su supuesta fidelidad a las masas; otros han dicho que Chávez purgó a los militares pro estadounidenses. Estas son falsas ilusiones peligrosas. De ninguna manera se ha destrozado al viejo poder estatal.

Los intentos de Chávez de forjar su coalición son una expresión de su búsqueda de un “camino intermedio” entre romper con (y enfrentarse al) imperialismo y la preservación del statu quo. Una auténtica revolución debe procurar unidad con amplias fuerzas. Pero esa unidad debe estar al servicio de la creación y preservación de un nuevo poder proletario, y no una “unidad” que busca evitar el choque con las fuerzas que representan el viejo orden. El “camino intermedio” de Chávez no solo hace imposible lograr los objetivos de la revolución sino que en realidad facilita las maniobras de los que intrigan y de los golpistas.

Chávez se ha apoyado en algo más para forjar su coalición dominante: movilizaciones en masa de los pobres durante las elecciones y como respuesta a las maniobras de sectores del viejo orden y los imperialistas. Esta “presión desde abajo” organizada cada vez más desde arriba ha robustecido el “mandato” de Chávez.

Para finales del 2006, las fuerzas pro Chávez en efecto controlaban la Asamblea Nacional y la Suprema Corte. Las recientes acciones de Chávez para modificar la constitución apuntaban a consolidar su posición política y permitirle ser más maniobrable que los sectores del gran capital, a través de tener mayor autoridad para nacionalizar ciertas empresas y sectores de la economía, y vincular el banco central más estrechamente al gobierno central.

Hugo Chávez personifica un sector de la clase capitalista venezolana y de la pequeña burguesía radicalizada. Estas fuerzas se molestan por las desigualdades que causa el dominio extranjero, pero no pueden concebir romper con el dominio condicionado por el imperialismo.

IV. Una situación cambiante y las masas

La coalición de fuerzas de clase de Chávez se ha encontrado bajo mayores presiones. Hay desacuerdos entre sus ministros y el principal partido con que cooperaba ha abandonado su coalición. Las fuerzas reaccionarias pro Estados Unidos (con el aliento de Estados Unidos) se han movilizado con mayor audacia contra Chávez. Las propuestas del referéndum pasaron a ser su punto de unidad. ¿Qué ha estado sucediendo? Podemos señalar dos factores.

La situación económica

Primero, la economía ha tropezado con dificultades. Bajo Chávez, el petróleo ha sido el punto central del desarrollo económico. Y, en términos capitalistas, ha sido más “rentable” usar los ingresos del petróleo para importar alimentos en vez de invertir en el desarrollo omnímodo de la agricultura. Pero el gran capital ha estado promoviendo su propia agenda económica y política. Los grandes agricultores y ganaderos han recortado la producción ante el control de los precios. Los vendedores al por mayor y minoristas acaparan los alimentos importados o los venden en el mercado negro. Eso ha resultado en escasez de alimentos (y otros artículos de primera necesidad). Hay un alto nivel de inflación, lo cual ha afectado especialmente a los pobres y la clase media baja. La oposición reaccionaria se ha aprovechado del descontento.

Chávez y sus partidarios le echan la culpa por los problemas económicos a la corrupción, la especulación en divisas, la fuga de capital a Miami y el sabotaje. La oposición dice que el problema es la ineptitud del gobierno. Hay algo de verdad en lo que los dos lados dicen. Pero el problema fundamental es que no ha habido una transformación fundamental, una transformación auténticamente socialista, de la sociedad y la economía.

No ha habido una revolución agraria para quebrantar el poder de los grandes terrateniente y ganaderos, repartir la tierra como parte de una reorganización fundamental de la economía y sentar las bases para la agricultura colectiva capaz de satisfacer las necesidades alimenticias de la sociedad y contribuir al desarrollo general.

Los recursos económicos de Venezuela no están bajo el control social: es una economía en la que predominan la propiedad estatal y privada. No existe un plan socialista unificado para lograr el desarrollo equilibrado, integrado y autosuficiente. La dependencia del petróleo y del mercado mundial le tienen al gobierno entre clavijas: entre la necesidad de invertir en el sector petrolero y modernizarlo, para que sea competitivo en el mercado capitalista mundial, y la necesidad de financiar los programas sociales con los ingresos del petróleo.

En Venezuela no se ha aplastado al viejo sistema estatal. No lo ha reemplazado un nuevo poder estatal proletario capaz de movilizar a la gran mayoría de la sociedad, para respaldar a los oprimidos y explotados al tomar las riendas de la sociedad y transformarla, y suprimir a las fuerzas que buscan revocar tal proceso revolucionario.

La situación política

Segundo, ante las vacilantes y contradictorias medidas económicas y sociales de Chávez, y la creciente intervención estadounidense, la situación política se ha vuelto menos favorable para Chávez. Sus propuestas unificaron a las fuerzas reaccionarias que fácilmente reconocieron que sus prerrogativas serían aun más restringidas. Tácticamente, estas fuerzas vieron en el descontento popular una oportunidad política. Azuzaron a muchos de la clase media con el fantasma de que les arrebatarían sus derechos y propiedad.

Por otro lado, cada vez más algunos de los pobres que forman la base política-electoral de Chávez se ven como meros espectadores. Salieron a la calle para defender a Chávez en el 2002; en el 2004 y el 2006 lo apoyaron masivamente en las elecciones. Pero no está claro qué significarían los cambios a la constitución. Y qué significa la retórica de Chávez sobre el socialismo: bueno, es cierto que hay unas clínicas en las barriadas, pero sigue siendo una sociedad… de barriadas.

En el extranjero, muchos partidarios de Chávez alaban las organizaciones de base. ¿Pero qué significan “asambleas de ciudadanos” y “consejos comunales” en un mar de relaciones de producción dominadas por el imperialismo-capitalismo? Supongamos que estas asambleas “votaran democráticamente” a favor de revolucionar la economía, desarrollar una economía equilibrada e independiente con la agricultura como base, y asignar recursos a la irrigación y a la movilización de la sociedad para superar la brecha entre el campo y la ciudad. Bueno, en Venezuela las masas no tienen el poder político ni el control socialista auténtico concentrado en la propiedad estatal de la economía para efectuar tales cambios radicales y emancipadores. Y, pongamos que esas asambleas comunales intentaran efectuar dichos cambios radicales, no cuadrarían con y de hecho minarían el proyecto de Chávez que se basa en el petróleo.

Los poderes de urgencia que Chávez propuso reflejan el carácter de clase y los requisitos de su proyecto. Los cambios a la constitución apuntaban principalmente a que las fuerzas derechistas, pro estadounidenses, no tumbaran al gobierno. Pero una auténtica corriente revolucionaria en la sociedad venezolana que desafiara y movilizara a las masas para superar los límites del “camino intermedio” de Chávez enfrentaría los poderes represivos del viejo aparato estatal, aun en la forma reestructurada de Chávez. Y el descontento y oposición, aunque no fuera una revolución sino que amenazara la estabilidad de ese proyecto, se encontraría ante el poder estatal hostil.

V. ¿Y las clases medias?

Una revolución socialista para superar todas las clases y las divisiones de clase tiene que forjar unidad con amplios sectores de la capa intermedia y luchar ideológicamente con ellos. Si de veras se está rehaciendo la sociedad y el mundo, si ese es el rumbo en que está encaminado, se puede apelar a las más elevadas aspiraciones de la gente para cambiar las circunstancias y a ellas mismas para emancipar a la humanidad. Se hace posible apelar y bregar con ellas para que apliquen sus habilidades y conocimientos, y trabajar con otros y aprender de ellos, como parte de forjar en los hechos un mundo radicalmente diferente.

Pero Chávez —y esto refleja el punto de vista de clase de su movimiento— ha optado por el peor de ambos mundos. Su proyecto no es para rehacer la sociedad de una manera radical. Lo que ha hecho es intentar sobornar a las clases medias por medio de mantener una sociedad de consumo alimentada por la importación de artículos de lujo, subvenciones de la gasolina para automóviles y centros comerciales para la gente adinerada. Por otro lado, ha atacado a la oposición de la clase media. Cuando los estudiantes (indudablemente muchos de ellos conservadores y pro estadounidenses) se lanzaron a la calle, Chávez restó importancia a las protestas como actos de niños mimados. Y Chávez ha tildado a la oposición de traidores influenciados por la CIA.

En una auténtica sociedad socialista, la juventud y los estudiantes desempeñarían un papel particular: destapar e interrogar al proyecto socialista, y así contribuir a la efervescencia de la sociedad socialista. Un proyecto verdaderamente radical y emancipador promovería el disentimiento, aun el disentimiento desde puntos de vista que se oponen al socialismo. Porque eso es parte de la lucha para conocer más profundamente la sociedad y el mundo; porque en la sociedad algunas cosas podrían ir mal y la gente tiene que poder protestar y luchar para cambiar las cosas; y porque se quiere una sociedad en la que la gente se sienta libre de expresarse sin temer represalias.

En una auténtica sociedad socialista, no se puede mandar al ejército para reprimir el disentimiento y las protestas, aun si esas protestas son contra el nuevo sistema socialista. Pero el estado proletario no es indiferente. Tiene que dirigir a las masas a debatir y solucionar los asuntos. Tiene que dirigir a las masas a descubrir la verdad. Tiene que dirigir a distinguir entre el disentimiento y los intentos de tumbar a la nueva sociedad. Esto es complicado y conlleva mucha incertidumbre y riesgo porque, si tomamos el ejemplo de las protestas estudiantiles en Venezuela, a menudo el disentimiento va mezclado con las fuerzas que están preparando el terreno para golpes de estado y cosas así.

El punto es que hay que mantenerse en el poder... pero ese poder tiene que ser algo que valga la pena preservar, y movilizar a las masas a participar en esas circunstancias complicadas y en el debate social bajo el socialismo es un aspecto vital del proceso por medio del cual las masas adquieren cada vez mayor dominio sobre todas las esferas de la sociedad y toman cada vez más responsabilidad por la dirección de la sociedad. 

VI. La sociedad de clase y la dirección

A Hugo Chávez lo han criticado desde varios puntos de vista por querer institucionalizar la dirección. Pero la verdad es que todos los sistemas políticos en una sociedad dividida en clases son una forma de dictadura en la que una clase domina a otra. Todos los sistemas políticos en una sociedad dividida en clases institucionalizan, de una u otra manera, la dirección de una clase dominante.

En las condiciones generalmente más estables de las sociedades imperialistas tal cual se han desarrollado históricamente, esto por lo general toma la forma de un sistema multipartidista y de elecciones (que implica cierta “rotación” dentro de la clase dominante). En los países oprimidos, el imperialismo impone estructuras políticas adecuadas a sus necesidades económicas e intereses estratégicos. Estados Unidos ha desarrollado el mecanismo del estado neocolonial. Ha recurrido a golpes de estado, invasiones y “elecciones respaldadas por la fuerza” para reestructurar y reconstituir a esos estados clientes (como Estados Unidos ha hecho en Irak y muchas veces en América Latina). Y aun aquí, en “su propio territorio”, la gente choca con la realidad de que puede votar en contra de la guerra de Irak, como en el 2004, pero el sistema político no expresa esa voluntad sino los intereses de la clase dominante.

Un sistema socialista requiere una nueva clase de dirección, una dirección que concentra los intereses de los oprimidos por forjar en los hechos un nuevo modo de producción, que se basa en la propiedad social y la cooperación; establecer y proteger una nueva forma política de dominio de clase que le permita a las masas rehacer la sociedad y a sí mismas; y dirigir la lucha hacia el comunismo, un mundo sin clases. Eso también requiere una dirección institucionalizada de nuevo tipo: para desencadenar a las masas y para dirigirlas a suprimir la contrarrevolución.

El reto, como ha escrito Bob Avakian, es mantener la dirección y al mismo tiempo dar expresión a la clase de sociedad y estado que el socialismo tiene que ser. Una sociedad en la que la gente está forcejeando sobre los mayores problemas... en la que se promueve un ambiente de creatividad, iniciativa y espíritu crítico... y en la que la sociedad está obrando conscientemente por superar, paso a paso y en oleadas, la contradicción entre la vanguardia y las amplias masas.

* Los poderes de urgencia de Chávez hubieran otorgado el derecho a una defensa, a un juicio y a comunicarse, y prohibido la tortura, a diferencia de la Ley de Comisiones Militares del 2006 de Estados Unidos, que le permite al presidente arrestar sin el debido proceso y usar “métodos coercitivos” para obtener pruebas.[back]


Para un análisis a fondo de la economía política que guía la “revolución bolivariana” de Hugo Chávez, ver el suplemento especial, “Hugo Chávez tiene una estrategia petrolera... ¿Pero conducirá a la emancipación?”, en Revolución #94 (1º de julio de 2007)

Para apender más sobre el significado y contenido científicos del socialismo en comparación con otras concepciones y modelos, ver Bob Avakian, “Los tres mundos posibles”, en Revolución #94 (1º de julio de 2007)

 

 

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Revolución #112, 16 de diciembre de 2007

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Nuevo suceso en el caso de Jena

“Justicia” capitalista y el caso de los 6 de Jena

El 3 de diciembre, Mychal Bell, uno de los 6 de Jena, aceptó un acuerdo propuesto por el fiscal (que se llama “admisión” en los tribunales juveniles) y lo sentenciaron a 18 meses en un penal juvenil. Bell se declaró culpable de causar lesiones agravadas de segundo grado; y retiraron la segunda acusación, de conspiración de cometer lesiones agravadas. Tendrá que someterse a la terapia, pagar los costos del juicio y pagarle $935 a Justin Barker (el estudiante blanco que acusan a los 6 de Jena de haberle golpeado) y su familia. El acuerdo dice que Bell tiene que “dar testimonio verídico” si lo llaman como testigo en los juicios de los demás acusados. Le dieron crédito para los meses que ya ha pasado en la cárcel, así que saldrá en unos meses. A sus padres los mandaron darle dinero al estado de Louisiana para sostenerlo hasta que cumpla 18 años.

Lo que este sistema ya ha hecho a Mychal Bell y a los 6 de Jena es una infamia. Este “acuerdo” es otra infamia más, en la que Bell tiene que aceptar decir lo que la fiscalía lo mande decir, tanto como son los juicios de los otros cinco jóvenes de los 6 de Jena, que todavía tiene programados el sistema.

Esto ha planteado unas preguntas fuertes: ¿Cómo le presionaron a Mychal Bell a aceptar el acuerdo? ¿Cómo se lo debe analizar? ¿Y qué significa para los 6 de Jena y para la lucha contra el racismo que este caso concentra, tanto como la “epidemia” de dogales que lo siguió?

Una concentración de la supremacía blanca

Desde el comienzo el arresto, el encarcelamiento y los juicios de los 6 de Jena han sido una terrible INJUSTICIA. En el pueblo de Jena, Louisiana, donde predomina la supremacía blanca, la segregación y un estilo de vida sureño, colgaron dogales de una árbol “solo para blancos” de la preparatoria. Los estudiantes negros se rebelaron y dijeron BASTA YA. Los reprimieron con acusaciones escandalosas y discriminatorias. Cuando se enteraron de su protesta, decenas de miles de personas por todo el país se unieron a ellos para decir BASTA YA.

Cuando el fiscal mandó arrestar a los 6 de Jena el 4 de diciembre de 2006, no lo hizo por una “pelea en el patio de la escuela”. Los dogales colgados en Jena representan la “tradición” de linchamientos y terror del Ku Klux Klan. Los administradores del sistema escolar, los funcionarios del gobierno y el sistema penal corrieron a defender los dogales; dijeron que colgarlos fue una “travesura”, castigaron a los que los colgaron con un tirón de orejas y atacaron con saña a los que protestaron contra los dogales. Todo esto dice mucho sobre la virulencia del racismo sin adornos en la sociedad hoy.

Este caso tocó una fibra sensible por todo el país porque es una fuerte concentración no solo del pasado sino de la actual realidad del pueblo negro por todo el país. Lo que pasó en Jena es tan claro, flagrante e indignante que impulsó muchos a la acción: las amenazas, los arrestos, los meses en la cárcel sin condena, las altas fianzas de decenas de miles de dólares, el juicio de Mychal Bell con un jurado todo blanco y su encarcelamiento incluso después de que anularon su condena en el tribunal de adultos. Esta clase de criminalización y castigo injustos es lo que este sistema le hace a los jóvenes negros en los tribunales por todo el país.

“Justicia” capitalista

Para entender el acuerdo que aceptó Mychal Bell, hay que examinar a fondo toda esta sociedad, y aplicar la ciencia, para ver todo el contexto y las fuerzas subyacentes.

Cuando un acusado comparece ante un tribunal, parece que lo que está pasando es que han acusado a un individuo de violar la ley y el tribunal va a decidir si es culpable o inocente y si se lo debe castigar. Pero el sistema de “justicia” de Estados Unidos funciona como parte de, y refleja y refuerza, las relaciones económicas y sociales básicas del capitalismo.

En el capitalismo, un puñado de personas domina la propiedad y la riqueza de la sociedad. Y fundamentalmente, esta clase domina los medios para producir la riqueza, como la tierra, las materias primas, la tecnología, etc. La gran mayoría de la población tiene muy poco o nada de estas cosas, y si quiere subsistir (o no tener que subsistir con otros medios, muchas veces ilegales), tiene que vender su capacidad de trabajar a los que las tienen. Este intercambio (de la capacidad de trabajar por un salario) parece un intercambio igual. Pero en realidad es una relación profundamente desigual, en que los que no tienen capital tienen que trabajar —y en el proceso crear más riqueza— para los que son dueños del capital y lo controlan. Además, en la sociedad estadounidense la opresión de los negros como pueblo siempre ha sido ligada inseparablemente al funcionamiento del capitalismo, en varias formas a lo largo de la historia.

Bob Avakian, hablando de cómo esta relación fundamental de desigualdad, dominación y explotación se extiende a todas las relaciones de la sociedad capitalista y se expresa por medio de ellas, a pesar de la apariencia superficial de igualdad, señala el concepto de la “igualdad ante la ley” como ejemplo. Dice:

“Eso supuestamente quiere decir que las mismas leyes se aplican, de la misma manera, a todo el mundo, sin importar su ‘condición’ social, la cantidad de dinero que tengan, y cosas así. Sin embargo, la experiencia demuestra que las cosas no son así en la realidad. La gente con más dinero tiene más influencia política —y los que tienen gran cantidad de dinero tienen gran cantidad de influencia y poder político—, mientras que los que tienen poco dinero, y especialmente los que tienen muy poco dinero, no tienen influencia política, lazos con el poder político, de importancia, etc. Y eso se ve, una y otra vez, en los trámites judiciales, hasta en la manera en que los que presiden los trámites judiciales (los jueces) ven —de una manera muy diferente— las diferentes clases de personas en los trámites judiciales. Pero lo que es aún más decisivo es la realidad de que las leyes mismas (y la Constitución que establece el marco para las leyes) reflejan y refuerzan las relaciones esenciales de la sociedad, y fundamentalmente las relaciones económicas (de producción) del capitalismo”. (“Hacer la revolución y emancipar a la humanidad, Primera parte: Más allá del estrecho horizonte del derecho burgués”)

Estos son los cimientos y la realidad de todo el sistema de fiscales, jueces, tribunales y penales que Mychal Bell (y millones más) confrontan.

La trampa de los acuerdos con la fiscalía

En Louisiana, donde los negros son el 34% de la población, el 67% de los detenidos en el “sistema juvenil” son negros (en el 2006). Los acuerdos con la fiscalía son una manera importante de atrapar a los jóvenes negros en este sistema, y con que el sistema los criminaliza, hasta por los delitos menores.

En un año típico, más del 80% de los juicios en Estados Unidos se resolvieron por medio de un acuerdo con la fiscalía. El sistema de justicia criminal los arresta por delitos menores o por ningún delito. A los acusados los meten en una situación en que las opciones son: luchar por la vida, a sabiendas de que la baraja está arreglada y el sistema los castigará a lo máximo (incluso si no hicieron nada), o ceder ante el sistema y esperar que “no sea muy duro”. Mucha gente sabe y ha experimentado en carne propia la realidad de que en este país el derecho de ser inocente hasta que prueban que es culpable, de tener un juicio imparcial, de tener un jurado imparcial, o incluso de conseguir que el sistema obedezca sus propias reglas parciales, es una cruel mentira.

Hoy hay millones de jóvenes negros que el sistema capitalista no puede explotar provechosamente, así que no le ofrece trabajo ni futuro. El sistema carcelario ha pasado a ser un medio para contener y suprimir a centenares de miles de ellos. Todo esto lo refuerzan los medios y gente de la calaña de Bill Cosby, quienes (en vez de echarle la culpa al sistema que no ofrecerá y no puede ofrecer una vida y un futuro decentes) les culpan a las masas por su propia situación. Tales ataques, que sirven para descartar, demonizar y criminalizar a estos jóvenes, son una manera de justificar almacenarlos en los penales.

Es una gran injusticia que este sistema ha obligado a Mychal Bell a pasar 10 meses en la cárcel y que lo ha criminalizado. No es culpable de nada por lo que debe pasar siquiera un día en la cárcel. De hecho, si hubiera justicia en este caso el sistema tendría que pedirles disculpas, dar concesiones y poner en libertad completamente a los 6 de Jena.

A Mychal Bell lo juzgaron por primera vez en un tribunal de adultos en julio de 2007. Un jurado todo blanco y un juez blanco. El abogado defensor nombrado por el juez no presentó ni un solo testigo, pero el fiscal presentó a 16 testigos, la mayoría blancos. Lo condenaron tras unas pocas horas de deliberaciones de delitos por los cuales podría haber pasado 22 años en la cárcel. Pasó casi un año en la cárcel, e incluso después de que anularon su condena y un tribunal superior envió su caso a un tribunal de menores. En una situación de intimidación y coacción extremas, a Bell lo obligaron a escoger si aceptar o no el acuerdo del fiscal. Solo podemos imaginarnos las presiones que le aplicaron a Bell y a su familia para aceptar el acuerdo, entre ellas el hecho de que en el tribunal juvenil no hay jurado sino solo un juez. Esto se parece mucho a lo que les pasa a millones de otros acusados que este sistema lleva a una sala para arrancar una “confesión”. Por eso, hay que decir que la “admisión” de culpabilidad de Mychal Bell no refleja necesariamente la verdad de lo que pasó. Y ahora, si hay juicios para los demás miembros de los 6 de Jena, el sistema podría presionar y tratar de obligar a Mychal Bell a dar testimonio para la fiscalía en contra de los otros.

La pura verdad y la auténtica justicia

Desde el comienzo de este caso ha sido cierto que la única justicia sería anular TODAS las acusaciones y poner en libertad a TODOS los 6. Las circunstancias históricas convirtieron a los 6 de Jena en símbolo y centro de una lucha histórica mayor, una lucha por la justicia y una parte de la lucha para llegar a un mundo mejor donde se haya eliminado los dogales y la supremacía blanca. El surgimiento de un movimiento de masas por todo el país, con una marcha de decenas de miles de personas en Jena, desempeñó un papel en la decisión de anular las condenas iniciales de Bell y con lo que el fiscal podía y no podía hacer en el juicio, no importa cuanto lo niegue.

El estado tiene que condenar a los 6 de Jena, para defender y reforzar su veredicto de que lo que hicieron en oposición a los dogales fue un crimen y para darles carta blanca a las fuerzas racistas. Los abogados de los 6 de Jena tienen que librar una lucha en los tribunales, captar lo que está en juego y utilizar toda oportunidad, en este contexto social mayor, para defender a sus clientes. Pero tales casos no se deciden principalmente en los tribunales, sino fundamentalmente por lo que pasa en la sociedad. Cuando miles de personas se meten a la lucha, y millones empiezan a despertarse a la vida política y centrar la atención en esta infamia, los que dominan este sistema tendrán que calcular el precio político que tendrán que pagar para enjuiciar a los acusados. ¿Arrojará más luz sobre el funcionamiento de su sistema y movilizará a más gente en su contra? Al levantarse, ¿empezará a darse cuenta del potencial de su poder? ¿Atraerá a más gente a buscar otra solución de estos problemas? ¿Algunos empezarán a pensar en la revolución como resultado?

En este contexto, la decisión de Mychal Bell de no seguir luchando, y aceptar el veredicto del sistema de que es “culpable”, es un gran error que tendrá verdaderas consecuencias. Primero, no es cierto; no es culpable de nada que no es oponerse a toda una oleada de intimidación racista. Pero además de esto, y especialmente en vista de que esta lucha refleja las esperanzas de millones para un futuro mejor para todos, no se puede ver la situación desde la perspectiva de “lo que es mejor para mí”; hay mucho más en juego y hay que ver la situación desde la perspectiva de los intereses de la humanidad. La perspectiva de “lo que es mejor para mí” refuerza todo este sistema opresivo. Con ella la gente sigue peleándose entre sí. Por otro lado, cuando “todo el mundo está mirando”, cuando las esperanzas de la gente están en juego, como en el caso de Jena, se puede y se tiene que mantenerse fuerte y hacer algo que tendrá grandes consecuencias positivas para la gente.

Pero Mychal Bell, incluso con este acuerdo, tendrá otras demandas del sistema; no importa lo que le hayan prometido, seguirán atacándolo. Ante estas demandas, es importante que “haga lo debido” y que lo apoyemos si lo hace.

Al mismo tiempo, tienen programados los juicios de cuatro de los 6 de Jena en los tribunales de adultos, y todavía podrían ser sentenciados a 22 años en la cárcel. Otro joven tendrá juicio en un tribunal de menores. No hubieran debido arrestar a los 6 ni enjuiciarlos. Cualquier castigo es una injusticia. Y la batalla de libertad para estos jóvenes, y para defenderlos, tiene que continuar y cobrar más fuerza y resolución.

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Revolución #112, 16 de diciembre de 2007

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Carta:

“Piensen en lo que significaría que este periódico llegara a millones de personas”

Recibimos la siguiente carta:

Soy lector de Revolución y de su predecesor desde hace 10 años. Desde la época de la guerra de Vietnam, he buscado fuentes de información alternativas para descubrir la verdad sobre lo que está pasando, en el país y el mundo, y contribuir a organizar y luchar contra la guerra, la explotación, el imperialismo y la represión. Puedo decir sin lugar a dudas que la que hace el mejor trabajo de sacar a la luz la verdad que está tapada debajo de las capas de confusión ideológica y las mentiras de los medios capitalistas es Revolución.

Si esto fuera todo lo que hiciera Revolución, sería más que suficiente. Sin embargo, en casi todos los números el presidente Bob Avakian habla de temas relacionados a la teoría y práctica del auténtico marxismo. Como estudiante desde hace mucho tiempo de la historia y la filosofía del marxismo, me parece que a estos artículos los caracteriza una ciencia inusual y bienvenida que hace abrir los ojos. Siempre salgo de una sesión con el presidente Avakian fortalecido para las batallas por venir.

Para tener la posibilidad de luchar contra el rápido deslizamiento hacia el fascismo estadounidense, Revolución es una herramienta esencial. Los viejos marxistas decían: “Socialismo o barbarie”. Es más cierto hoy que nunca.

En vista de todo lo que este periódico ha hecho para mí, he decidido contribuir $200 al Fondo de Literatura Revolucionaria para Presos, que según tengo entendido pagará las suscripciones de un año de ocho presos, y contribuir $150 al mes a Revolución, porque no solo necesita una gran cantidad de dinero ahora mismo sino apoyo financiero regular. Esto es lo que yo voy a hacer.

Ahora les toca a ustedes. A todos los lectores de Revolución, que leen la edición electrónica o impresa, los exhorto a hacer lo mismo. Piensen en lo que significaría que este periódico llegara a millones de personas.

Abogado y redactor jurídico, Nueva York

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Revolución #112, 16 de diciembre de 2007

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Vender suscripciones al periódico Revolución: Difundir en lo más amplio la verdad en preparación para la revolución

De un distribuidor:

Unos distribuidores de Revolución del Área de la Bahía fuimos a la manifestación en San Francisco contra la guerra el 27 de octubre. Queremos compartir nuestra experiencia al vender 25 suscripciones a Revolución ese día.

¡Los manifestantes sentían un fuerte compromiso a ACTUAR! Fueron también para conectarse con otra gente del mismo parecer y buscar respuestas a sus profundas preguntas sobre qué es lo que impulsa estos tiempos siniestros de guerra sin fin y la cultura de la Edad de Tinieblas que sofoca todo cuestionamiento del statu quo.

Teníamos muchas ganas de conocer a personas de todas las edades y sectores sociales. Mucha gente no captaba lo grave de los movimientos bélicos de los imperialistas estadounidenses contra Irán, y lo que les impulsa a poner a la gente del mundo en peligro de tanta muerte y devastación. El número de esa semana traía en primera plana un artículo muy oportuno, “El mentiroso Bush redobla amenazas de guerra contra Irán”, que cayó como anillo al dedo al decir la mera verdad sobre lo que pretenden los gobernantes estadounidenses, POR QUÉ están TAN decididos a irse a la lona con Irán y QUÉ es lo que podemos hacer al respecto.

Nuestra orientación era que teníamos justo lo que les hacía falta: la verdad en preparación para la revolución. Sabíamos que los iba a atraer el análisis científico único de este periódico, que también sirve de guía de acción. Hicimos un plan: concentrar nuestros esfuerzos en vender suscripciones y recaudar fondos para el periódico. En parte es importante suscribirse porque el periódico es como un tapiz con todos esos diseños entretejidos; cuando uno se aleja un poco de los detallitos se le revela otra perspectiva del tapiz en conjunto. Constantemente pensábamos en lo muy diferente que resultaría la vida de la gente, su opción de pensar y actuar como seres humanos conscientes, si leyera este periódico cada semana y se pusiera a cambiar el mundo con ese conocimiento.

Nuestra misión ese día la guió la visión que plantea el volante de recaudar fondos “Revolución... La verdad en preparación…”, y la concretamos más con varios artículos que salieron en el número de esa semana. Nos armamos con tablillas con formularios para suscripciones y montones de periódicos, y nos entramos a la multitud. Pronto el Centro Cívico donde iba a empezar la manifestación estaba atestado de gente, y nos situamos en un lugar estratégico y desplegamos varios ejemplos ampliados de la primera y la última página. Un afiche ampliado sobre los 6 de Jena especialmente llamó la atención de muchos jóvenes. Un joven vino derechito al afiche y lo estudió minuciosamente. Nos preguntó: “¿Dónde consiguen noticias como esta? Es rara la vez que sale”. Luego luego sacó un billete de a 5 para comprar una suscripción de 10 semanas.

Encontramos que la juventud era particularmente abierta, pero también se nos arrimó gente mayor con más experiencia política. Uno se nos acercó y dijo: “Sí, la revolución: es lo que ando buscando”. Platicamos brevemente; dijo que estaba de acuerdo con un cambio radical que ponía al sistema patas arriba, pero no sabía cómo hacerlo. Dijimos que teníamos exactamente lo que le hacía falta y le enseñamos los "Tres puntos principales" que está en la segunda página de cada número y también el DVD "Revolución" de Bob Avakian. Comentó: “Mmm... me gustaría leer esto todo el tiempo”, y compró una suscripción de un año y el DVD. Otro joven dijo: “Vine para alborotar”. ¡Bueno, teníamos justo lo que él buscaba! Es bueno ser inconforme y buscar alborotar la situación: hagámoslo conscientemente al leer este periódico regularmente y llevarse muchas copias para los demás.

Varios participamos en la marcha y seguimos vendiendo suscripciones en la ruta. Se puede, pero hay que trabajar rápido. La mejor promoción es el periódico mismo. Carga en alto la primera página o el afiche llamativo de la última, y pélate los ojos a ver quién se interesa (estáte alerto para los que se les llama la atención). Acércatelos luego luego y dales un resumen corto de la primera página. Se vendieron varias suscripciones así en plena marcha. La gente se acercaba para ver la primera página de ese número y apuntaba a la foto (de los buques de guerra estadounidenses en el golfo Pérsico) y nos preguntaba: “¡¿Esto está pasando ahorita?!”. Sí, está pasando ahorita, y aquí merito está el artículo de Larry Everest sobre los motivos desesperados que los impulsan. Al fin del día, sacamos un resumen de lo que habíamos aprendido y contamos las suscripciones. La mayoría de las 25 suscripciones que vendimos era de la oferta especial de 10 semanas de $5. Esta oferta de tiempo corto es muy apropiada para los que quieren probar este punto de vista, después del cual se pueden suscribir por un año completo. No nos entiendan mal, sería a todo dar venderles una suscripción de un año, pero habrá los que no están dispuestos a hacer ese compromiso desde el comienzo.

Exhortamos a todo quien busque cambiar el mundo y hacerlo mejor, sea en lo grande o lo limitado, a entrarle a este periódico Revolución: suscríbete, organízate para que recibas todo un montón de periódicos, y difunde la REVOLUCIÓN.

Consigue un montón de formularios de suscripción y aviéntate a venderlas a los amigos, familiares y compañeros de trabajo. Es el regalo perfecto para los días festivos.

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Revolución #112, 16 de diciembre de 2007

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Del Servicio Noticioso Un Mundo que Ganar

Annapolis: Un breve balance

3 de diciembre de 2007. Servicio Noticioso Un Mundo que Ganar. Traducción de Revolución.

¿Qué pasó en la conferencia de Annapolis sobre Israel y los palestinos?

Primero, Estados Unidos declaró públicamente que el tema es propiedad exclusiva. Hasta ahora, el “Mapa de Carreteras” (un plan para crear un “mini estado” palestino impotente dominado por Israel, la potencia preponderante) ha contado con la participación de cuatro fuerzas: Estados Unidos, Europa, la ONU y Rusia. El ocaso del “cuarteto” se hizo patente unos pocos días después de la conferencia, cuando Estados Unidos presentó y luego retiró una resolución ante el Consejo de Seguridad de la ONU para endosar la conferencia y sus acuerdos. La decisión de retirar la resolución no tenía nada que ver con el contenido, sino que reflejó un cambio de estrategia por parte de Estados Unidos, que antes buscaba la cooperación de otras potencias e instituciones para apoyar a Israel. Ahora Estados Unidos quiere excluir del asunto al Consejo de Seguridad, la ONU y los demás países (Rusia en particular).

Junto con esto, los representantes del gobierno de Bush consideran que su mayor victoria no fue el acuerdo esquemático firmado por el primer ministro israelí, Ehud Olmert, y el presidente de la Organización de Liberación Palestina y la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas (Abu Mazen), sino la legitimidad que adquirió el proyecto, y el patrocinio exclusivo estadounidense, por la asistencia de los representantes de 44 países.

Dos invitados importantes solo llegaron al último instante. Uno fue Siria. Tras un debate interno, parece que Estados Unidos da decidido romper el frente único entre el estado laico sirio y los principales rivales islámicos de Estados Unidos en la región, la República Islámica de Irán, el partido islámico libanés Hezbolá y la organización islámica palestina Hamas. El otro fue Arabia Saudita, cuyo gobierno es igualmente fundamentalista como Irán, pero que también es pro Estados Unidos porque el rey depende del respaldo estadounidense. La participación de una delegación saudita de alto nivel fue vista como una señal de que no solo ha cedido ante las demandas estadounidenses sino de sus propios temores de la rivalidad regional que representa Irán y su corriente islámica.

En su discurso, el único punto sustantivo de la conferencia, Bush dijo: “Es hora para esta conferencia porque la batalla por el futuro del Medio Oriente ya está en curso… Los extremistas están tratando de imponer su visión oscura”. Es decir, la razón más importante de la conferencia es el choque que se está desarrollando entra Estados Unidos y sus aliados y los países de su establo, por un lado, y el fundamentalismo islámico anti Estados Unidos por el otro, especialmente hoy el gobierno iraní, cuya influencia ideológica, política y práctica ha crecido con cada revés estadounidense regional, de Líbano a Pakistán y Afganistán.

El fundamentalismo islámico tiene una diversidad de corrientes distintas y antagónicas, y Estados Unidos muchas veces ha sido el principal partidario de las fuerzas islámicas reaccionarias en aras de sus propias metas. Pero las corrientes anti Estados Unidos de este fundamentalismo se han colocado a la cabeza de la oposición a los planes del imperialismo estadounidense para un Gran Medio Oriente y se han vuelto el principal obstáculo a su necesidad de penetrar y dominar más estos países económica, social y políticamente, y crear un imperio más sostenible. Después de todo, a pesar de los beneficios del dinero que recibió de la CIA durante la guerra antisoviética en Afganistán, lo que más le molestaba a Osama bin Laden acerca de su país, Arabia Saudita, por motivos religiosos tanto como políticos, fue su sumisión a Estados Unidos.

El acuerdo de Annapolis tiene contenido, a pesar de que solo dice: “En apoyo a la meta de crear dos estados, nos hemos puesto de acuerdo… en celebrar negociaciones enérgicos y continuos y hacer todo esfuerzo para llegar a un acuerdo antes de finales del 2008”. El punto que tenían que endosar todos los participantes, por su presencia si no en palabras, fue la defensa y el carácter del estado israelí como condición para la creación de un estado palestino. Bush subrayó el compromiso estadounidense a Israel no solo como un país entre los demás sino como “un estado judío y patria del pueblo judío”: un estado no para sus habitantes, como los demás, sino para un solo pueblo, no importa donde vive, y no importa los otros pueblos que viven ahí (incluso si fuera cierto, que no lo es, que los judíos por todas partes constituyen un solo pueblo). Una vez que se haya consagrado este principio, y se ha convertido en la piedra de toque de que depende todo lo demás, lo que sigue inevitablemente son medidas para imponer su carácter reaccionario, inestable y arbitraria:

• Los 4.5 millones de palestinos expulsados con el establecimiento del estado israelí y sus guerras de expansión no tienen ningún derecho de regresar a Palestina, porque podrían convertir a los judíos en una minoría. Se considera que los descendientes distantes de los judíos (definidos por su religión), que se fueron de Palestina por lo general hace 1,500 años, tengan el derecho de “regresar” a un lugar donde nunca han vivido, mientras que los palestinos nacidos ahí y sus hijos hayan perdido ese derecho.

• Los 1.5 millones de palestinos que viven en las fronteras de Israel son ciudadanos de segunda clase, sujetos a restricciones judiciales, privaciones y a veces violencia cuya meta es convencerlos de que su mejor opción es irse, y el debate público en los círculos sionistas gira en torno a “trasladar” a la fuerza a los árabes de Israel… al mini estado palestino. En la defensa del plan de “dos patrias”, Bush dijo que la existencia de Israel como “patria judía” requiere el establecimiento de una “patria” para los palestinos… donde deben regresar los palestinos que actualmente viven en Israel.

  A los demás habitantes no judíos y a muchos judíos no religiosos padecen condiciones opresivas, porque cada vez más, y a un grado preocupante para muchos israelíes, los dirigentes fundamentalistas religiosos judíos han aumentado su autoridad sobre la vida diaria (por ejemplo, han prohibido los matrimonios no judíos, han hecho que el divorcio depende del consentimiento del esposo y de otras maneras han dado las restricciones religiosas la fuerza de la ley).

• E, inevitablemente, continuará el control militar, económico y político israelí de los palestinos fuera de las fronteras autoproclamadas (y hasta la fecha siempre en expansión) del estado, para proteger al estado judío de quienes ha aplastado la vida y el futuro.

El estado palestino que propone Estados Unidos se puede ver en el hecho de que Washington ya ha decidido quien lo dirigirá, no importa lo que piensan o cómo votan los palestinos. Durante muchos años Estados Unidos apoyó la decisión de Israel de ni siquiera hablar con el predecesor de Abbas como líder de la OLP y la Autoridad Palestina, Yasser Arafat. Ahora ha decidido que Abbas, con los mismos credenciales, debe hablar en nombre de todos los palestinos. Pero de todos modos lo tratan como si fuera su sirviente. No se comprometieron a tomar acción en ninguno de los temas que los asesores de Abbas consideran claves: el derecho de regresar de los palestinos exilados (implícitamente cerraron la puerta), las fronteras de Israel (todavía sin límites), el derecho al agua (el monopolio israelí sobre el agua hace que gran parte de los terrenos palestinos sea inútil) y el futuro de Jerusalén (Israel ha dicho que nunca abandonará la mayor parte de la ciudad). Después de la conferencia, Abbas se quejó de que Estados Unidos ni siquiera le informó sobre su cambio de estrategia en el Consejo de Seguridad, un insulto a Abbas dado que había dicho que la resolución fue “una prueba del compromiso de Estados Unidos” a obligar a Israel a hacer concesiones. De todos modos, en la conferencia hizo lo que le mandaron hacer, porque el apoyo de Estados Unidos es su principal fuente de legitimidad.

Los logros para Estados Unidos e Israel en Annapolis son muy relativos. También destacó sus debilidades. La conferencia demostró que Israel es el único bastión de confianza de Estados Unidos en el Medio Oriente; que Estados Unidos no tiene ninguna solución justa a ofrecer a los palestinos; y que la capacidad de imponer su voluntad en la región depende de la lealtad inestable de gobiernos aislados, anticuados y muy frágiles odiados por sus propios ciudadanos. Incluso los estrategas del imperio estadounidense reconocen que la situación no es estable, y que lo mejor que pueden esperar es mantenerla hasta que puedan reestructurar toda la región por medio de amenazar con lanzar más guerras y quizás librar más guerras, y especialmente confrontar y reorganizar totalmente o quebrantar la República Islámica de Irán, en una tormenta cuyas consecuencias son imprevisibles.

El Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar es un servicio de Un Mundo Que Ganar (aworldtowin.org), una revista política y teórica inspirada por la formación del Movimiento Revolucionario Internacionalista, el centro embrionario de los partidos y organizaciones marxista-leninista-maoístas.

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Revolución #112, 16 de diciembre de 2007

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Reseña de libro:

Brother, I’m Dying de Edwidge Danticat

De un lector

“Escribo esto solo porque ellos no lo pueden hacer”, escribió Edwidge Danticat en su autobiografía excepcional Brother, I’m Dying (Hermano, yo muero) (Knopf, septiembre del 2007), que nominaron para recibir el Premio Nacional del Libro. Danticat cuenta lo que les pasó a su padre y tío, que murieron en un lapso de varios meses en el 2004 y 2005.

Mucho de lo que describe son experiencias que comparten millones de inmigrantes a Estados Unidos, de Haití, como Danticat, o de otros países: la separación de los familiares sin poder visitarlos, dejar la casa y encontrarse en un lugar extraño que a menudo los trata como si fueran criminales.

Su padre salió de Haití cuando Danticat tenía cuatro años. Dos años más tarde, cuando su madre fue con su esposo en Nueva York, Danticat y su hermano fueron a vivir con su tío, Joseph, que los cuidó durante ocho años hasta que ellos también fueron a Estados Unidos.

En el 2004, cuando las tropas de la ONU llegaron a Haití para “restaurar el orden”, Joseph trató de irse. Brother, I’m Dying pinta un cuadro vívido del papel asesino de las tropas de la ONU en Haití, que deben leer todos los que piensen que una intervención de la ONU puede resolver los problemas del mundo.

Joseph, que tenía 81 años, tenía visa para ir a Estados Unidos. Pero la migra lo arrestó en el aeropuerto cuando dijo que no podía regresar a Haití y pidió asilo político. A Danticat le partió el corazón la noticia de que a Joseph lo enviaron al centro de detención Krome de Miami. Ella había ido a Krome un año antes como observadora de derechos humanos. Los detenidos le describieron las golpizas a manos de los guardias (a un preso le quebraron la espalda y lo devolvieron a Haití sin darle atención médica), el hacinamiento, el frío tan intenso que temblaban toda la noche y la comida que era más castigo que alimento.

“Hubo presos que me parecían menos del mínimo de 18 años para detenerlos en Krome”, escribió. “Unos parecían 14 o hasta 12 años de edad. ¿Cómo se puede estar seguro de la edad, le pregunté a un abogado de nuestra delegación, si no tienen acta de nacimiento o papeles? Me contestó que determinan la edad por los dientes. Me hizo pensar en la agonía de las subastas de esclavos, donde les abrían la boca de los esclavos para determinar su valor y la condición de salud”.

A Joseph le confiscaron las medicinas; los guardias se burlaban de él y no le permitían tener contacto con la familia. Cuando se desmayó durante una audiencia, un médico lo acusó de fingir una enfermedad y a su hijo no le permitieron limpiar el vómito de la cara. Por fin se lo llevaron a un hospital, pero lo encadenaron a la cama. Murió en el centro de detención.

La muerte de Joseph no fue nada inusual. Por lo menos 65 personas han muerto en los centros de detención de la migra desde el 2004. “Pienso que esto pasa porque muy pocas personas, menos las que tienen seres queridos detenidos, saben que estos lugares existen”, dijo Danticat hace poco en una audiencia del Congreso sobre las muertes.

Pero Brother, I’m Dying es más que la historia de la muerte del tío. También es una celebración de la vida de su padre y tío y su lucha para subsistir con dignidad y amor en medio de las difíciles condiciones de Haití y Estados Unidos. Y es la historia de una joven que se crió en dos mundos distintos con dos familias.

Danticat recuerda que en Haití los niños fueron a visitar a la vieja Ganmé Melina para oír los cuentos. Describe cómo Joseph se hizo pastor en una zona pobre del país en 1957, después de que la toma del poder del dictador “Papa Doc” Duvalier, con el apoyo de Estados Unidos, hizo trizas sus esperanzas de lograr cambios por medio del sistema político existente.

Mira, el padre de Danticat, salió de Haití para ir a Nueva York en 1971 porque no podía mantener a la familia y por la represión del ejército privado de Duvalier, los Tonton Macoutes. En las cartas que escribió a Danticat y su hermano durante los ocho años de separación, no expresó todas sus emociones por miedo de dificultar la situación de sus hijos. Cuando llegó el día de su reunión, el jefe de Mira, un sastre, no le permitió salir temprano para ir al aeropuerto, así que se fue y se prometió nunca más trabajar para otra persona. Se hizo taxista y Danticat escribió que sufrió humillaciones diarias de sus clientes.

Uno de los pasajes más conmovedores del libro es la historia de Marie Michelene, otra hija adoptada por Joseph. El padre de Marie desapareció tras ir a la República Dominicana, donde a los trabajadores haitianos que cortan la caña de azúcar los tienen en condiciones que se parecen a la esclavitud. Cuando Marie se queda embarazada, Joseph la envía a otra ciudad para dar a luz porque teme que el embarazo cause problemas para la iglesia. Marie se casa con un Tonton Macoute para borrar la “vergüenza”. Cuando Joseph se entera de que su esposo la está golpeando, se arma de valor para confrontar al esposo y rescatar a la hija adoptada… y admitir que se equivocó.

En el entierro de su hermano, el padre de Danticat recuerda su tratamiento a manos de la migra y examina su propia vida. Dice: “Si a nuestro país le diera la oportunidad de ser un país como cualquier otro, ninguno de nosotros iría a vivir o morir aquí [en Estados Unidos]”.

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Revolución #110, 25 de noviembre de 2007

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Abandonada y arrasada: El plan del sistema para la vivienda pública de Nueva Orleáns

Carl Dix

A finales de octubre, el gobierno federal, mediante el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD), aprobó la demolición de cuatro de los multifamiliares de vivienda pública más grandes de Nueva Orleáns. El 15 de noviembre, un juez federal se negó a bloquear dicha demolición, lo que abrió el camino para destruir los complejos BW Cooper, CJ Peete, Lafitte y Saint Bernard.

Esos multifamiliares no eran simplemente edificios. Eran comunidades en que miles de personas se criaron, se enamoraron y criaron familias. Las inundaciones que siguieron el huracán Katrina dañaron a esos edificios menos que a otros de la ciudad debido a su sólida construcción de ladrillo. Tenían una capacidad para 4,700 familias. Pero el gobierno planea demolerlos y construir viviendas de “ingresos mixtos”, con menos de 750 unidades para la gente de bajos ingresos.

Tras el huracán Katrina, gran parte de la población negra de la ciudad se ha desparramado por todo el país. En marzo del 2007, se calculó que unos 200,000 residentes no habían regresado todavía a Nueva Orleáns y que 150,000 de ellos eran negros. La demolición de la vivienda pública es otra manera en que el gobierno desanima e impide su regreso. Básicamente les está diciendo: “No pueden regresar jamás porque no tendrán dónde vivir”. La cantidad de personas que viven en las calles de Nueva Orleáns es el doble que antes de Katrina. El multifamiliar Lafitte puede alojar a casi 900 familias pero está casi vacío, y tiene enfrente un campamento en que decenas de personas viven debajo un puente de la autopista.

Nueva Orleáns necesita vivienda a precios asequibles, pero las autoridades están resueltas a destruir miles de unidades en que podrían vivir. ¿Qué lógica tiene eso?

Para cualquier persona a quien le importa lo que el pueblo necesita, ese plan es descabellado. Pero los que gobiernan este sistema operan según una fría lógica capitalista. Lo importante para ellos es mantener el sistema como una máquina eficiente para sacar ganancias, y para lograr eso demolerán la vivienda pública a pesar de las consecuencias para los habitantes. Para este sistema, un desastre que mató a 1,800 personas y empujó fuera de la ciudad a otras 200,000 es una oportunidad que permitirá la reconstrucción de una Nueva Orleáns más pequeña, más blanca y que se haya limpiado de quienes el sistema no necesita.

¿Por qué las demoliciones?

Por más de una década se ha atacado la vivienda pública por todo el país, en respuesta a las necesidades cambiantes del imperialismo estadounidense. Muchos de los multifamiliares del país se construyeron tras la II Guerra Mundial para alojar a las grandes cantidades de negros que llegaban a las ciudades para trabajar en las fábricas. Los multifamiliares eran una forma de hacer cumplir la segregación racial. En Nueva Orleáns, tres de los siete multifamiliares construidos durante esa época se apartaron para los blancos, y los demás para los negros. En los años 60, la proporción racial había cambiado y la abrumadora mayoría de los residentes de los multifamiliares eran negros.

En los años 70, las corporaciones estadounidenses, con el fin de mantener las ventajas competitivas sobre los imperialistas rivales, empezaron a trasladar fábricas y plantas del centro de las ciudades a las afueras y a otros países. Al mismo tiempo, los inmigrantes mexicanos y de otros países empezaron a emplearse en muchos de los trabajos bajos que antes hacían los negros.

Varios factores dieron ímpetu a esos cambios. Por un lado, es posible obligar a muchos inmigrantes a trabajar por sueldos paupérrimos y en condiciones miserables porque no tienen papeles. Por otra parte, la larga experiencia de opresión brutal, y la lucha contra esa opresión, ha llevado a muchos negros a tener una actitud desafiante y de rechazo a los trabajos malos. Esa actitud es muy positiva para quien quiere cambiar el mundo, pero para la clase dominante es peligrosa.

Como resultado, grandes cantidades de negros han quedado excluidos de la población económicamente activa. Se esfumaron los trabajos y las oportunidades en los barrios pobres negros. Y la segregación residencial ha convertido a esos barrios en concentraciones de pobreza. El funcionamiento del sistema ha creado una situación en que los capitalistas tienen este “problema”: millones de negros a quienes no pueden explotar de manera rentable.

Para el sistema, las masas negras han llegado a ser una población superflua... un estorbo y potencialmente explosivas. Antes del huracán Katrina, en el Lower 9th Ward, el Central City y muchos lugares donde vivía la gente negra, ¡la mitad de la población de edad de trabajar no era parte de la población económicamente activa! Para el sistema, un elemento clave para lidiar con ese problema ha sido “almacenar” a esa gente en las prisiones. ¡De 1984 al 2004, la cantidad de presos negros aumentó de 98,000 a 910,000! (Hay más detalles sobre esto en Revolución #106, “El crimen y el castigo... y el capitalismo”)

Ese es el contexto en que el gobierno ha trazado planes para demoler la vivienda pública. De 1996 a 2002, arrasaron 80,000 unidades de vivienda pública por todo el país. En Nueva Orleáns, las unidades de vivienda pública se redujeron de 14,000 en 1988 a 6,000 en el 2005. El multifamiliar Desire se demolió en los años 90, el Saint Thomas en el 2001, y el Fisher se demolió parcialmente antes del huracán Katrina. ¡Las viviendas que reemplazaron estos multifamiliares tienen del 75% al 90% menos unidades de ingresos bajos!

Las autoridades se apresuraron a aprovechar el huracán Katrina para vaciar los multifamiliares. Mandaron fuera de la ciudad a todos que acudieron a los refugios. Unos residentes decidieron quedarse en los multifamiliares durante el huracán porque sabían que esos edificios generalmente sufren menos daños. Incluso gente que no vivía ahí fue a los multifamiliares para pasar la tormenta.

El 6 de septiembre de 2005, la alcaldía mandó sacarlos a la fuerza. A los que se negaron a abandonar sus hogares, los echó fuera y les obligó salir de la ciudad. Y después, no les permitió regresar a los multifamiliares. Las autoridades cercaron el multifamiliar Saint Bernard y parte del BW Cooper con alambre de púas.

En Lafitte, cerraron las puertas y ventanas con metal. También cerraron el CJ Peete y lo cercaron parcialmente, aunque las inundaciones no causaron ningún daño ahí. En la opinión oficial, el reemplazo del multifamiliar Saint Thomas con la urbanización de ingresos mixtos River Gardens ha sido todo un éxito y prometen repetirlo con las nuevas demoliciones. El Saint Thomas tuvo 1,500 unidades para gente de ingresos bajos, pero River Gardens solo tiene 150. Ahora, a los dos años de Katrina, menos de 100 residentes del Saint Thomas han conseguido apartamentos en River Gardens. A otros ex residentes que presentaron una solicitud, les dijeron que no ganaban lo suficiente para vivir ahí. En la opinión de la clase dominante, ¡la vida de esa gente no importa un comino!

Se necesita oponer resistencia

El plan oficial es comenzar las demoliciones antes del fin del año. Mientras tanto, las autoridades están pasando por alto o están obstaculizando todo lo que va en su contra: casos judiciales, proyectos de ley del Congreso y apelaciones a la razón. Si no oponemos una resistencia determinada a esas demoliciones, los de arriba lograrán quitar de Nueva Orleáns gran parte de su población negra. Lo que se necesita ahora es una resistencia masiva.

La demolición de los multifamiliares no proveerá vivienda digna para la gente. Llevará a una situación en que otros miles de personas pobres no tendrán dónde vivir y muchos exiliados de la ciudad todavía no podrán regresar a sus casas. Hay que parar las demoliciones. Sin embargo, la meta de esta lucha no es regresar a los multifamiliares como eran en el pasado. El capitalismo ha hecho de los multifamiliares lugares en que la gente negra vive en condiciones de miseria con pocas esperanzas para el futuro.

La incapacidad de este sistema para proveer vivienda digna a la gente es un fuerte ejemplo más de por qué necesitamos una sociedad 100% nueva, en que el poder está en manos de la gente y se utiliza según sus intereses. Necesitamos una revolución para que eso sea posible. Si las autoridades se salen con la suya, las comunidades populares quedarán reducidas a escombros. Y el programa mortal que imponen sobre la gente negra continuará.

Pero si forjamos una lucha política contundente contra ese ataque, si llevamos la justicia de la lucha contra esas demoliciones a gente de diferentes capas y sectores por toda la sociedad y muchas de ellas se unen a esta lucha, si las protestas y la resistencia obligan al sistema a parar las demoliciones... esto podría cambiar el panorama completamente. Hay que desbaratar los planes de arriba para empujar fuera a gran parte de la población negra de Nueva Orleáns, y esa resistencia tiene que unirse a un creciente movimiento revolucionario.  

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Revolución #112, 16 de diciembre de 2007


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Bush hace admisión asombrosa:
!!La rueda de prensa que no oyeron!!


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