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Revolución #107, 4 de noviembre de 2007
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El 22 de octubre, en las protestas contra la brutalidad policial, la represión y la criminalización de una generación, marcharon padres y familiares de los asesinados por la policía, estudiantes, activistas y gente de todas las nacionalidades en ciudades por todo el país. Recibimos informes de protestas en Atlanta, Cleveland, Detroit, Fresno (California), condado Humboldt (California), Lawrence (Kansas), Houston, Los Ángeles, Minneapolis, Nueva York, Oakland (California), Olympia (Washington), San Diego, Santa Rosa (California), Seattle, Tucson (Arizona) y Washington, D.C.
En Chicago, 250 personas participaron en una marcha y mitin. Muchos familiares tenían letreros, afiches y playeras para honrar a los seres queridos muertos por la policía. Mae Green, cuyo hijo Tony Green, de 22 años, murió el 1º de septiembre de 2007, poco después de que la policía de Chicago lo persiguió y lo agarró. Unos testigos dijeron que lo golpeó y estranguló. La policía ha acosado a Mae Green porque ha demandado la verdad acerca de la muerte de su hijo.
En Oakland, 150 personas participaron en una marcha, entre ellas muchos amigos y familiares de personas asesinadas por la policía. Izquierda: Muro de Vidas Robadas, el 22 de octubre en Oakland. Es parte del Proyecto Vidas Robadas, que documenta los casos de asesinatos policiales por todo el país. Ha documentado más de 3,000 asesinatos policiales desde 1990.
En Santa Rosa, California, 300 personas marcharon por Roseland, un barrio latino pobre donde la policía tiene retenes, supuestamente para choferes ebrios, cuando la gente sale del trabajo, que se sospecha es para atrapar a los migrantes.
En Los Ángeles, más de 300 personas celebraron un mitin en el parque MacArthur, con letreros contra las redadas del ICE y de apoyo a los 6 de Jena.
En Nueva York, 150 personas celebraron un mitin en el parque Marcus Garvey, en Harlem. En la foto, tres de los que hablaron en el mitin (de izquierda a derecha): Margarita Rosario, a cuyo hijo y sobrino mató la policía de Nueva York, la activista contra la guerra Cindy Sheehan, la abogada radical de derechos civiles Lynne Stewart.
Marcus Jones, padre de Mychal Bell, uno de los 6 de Jena, les dijo a los manifestantes por teléfono: “He oído hablar de la práctica de la policía de parar por el color de la piel. Jena está por todas partes. En el mapa de Nueva York no dice Jena, Nueva York, pero sé que se puede encontrar Jena en alguna parte”.
La activista antibélica Cindy Sheehan, cuyo hijo Casey murió en la guerra de Irak, dijo: “He tenido problemas con los medios grandes porque llamé a George Bush ‘el terrorista número uno del mundo’. Dice, que no, no puede ser porque es el líder elegido de un estado. Bueno, primero que todo, ¿quiénes lo eligieron? ¿Ustedes votaron por él? No. Es un líder ilegítimo de este estado salvaje”.
Margarita Rosario, cuyo hijo y sobrino murieron a manos de la policía de Nueva York, dijo: “A mi hijo le dispararon 14 veces en la espalda mientras estaba boca abajo en el suelo. Y a mi sobrino le hicieron lo mismo. Con eso me destruyeron la vida… Sigo luchando y seguiré luchando… ¡Hoy digamos a la comunidad de Harlem que tenemos que luchar!”.
Bob Coleman, el nuevo ministro de Misiones y Justicia Social de la iglesia Riverside de Nueva York, dijo: “La iglesia tiene que decir ‘no más’… Cuando muere tu hijo, es como si haya muerto uno de nuestros hijos, y no nos quedaremos callados. Hay tantas comunidades de fe que no ven la maldad, pero nosotros tenemos que condenarla”.
En el último año la policía y los sheriffs del condado Sonoma han matado a nueve personas. En un período de nueve semanas, mataron a cinco personas. En un mitin en Santa Rosa, Ann Gray Byrd, presidenta de capítulo del condado Sonoma de la Unión Americana de Libertades Civiles, dijo: “Las familias de los muertos en nuestra comunidad no han tenido voz”.
En Oakland, Clarence Thomas, del consejo del sindicato ILWU Local 10, dijo: “El Departamento de Policía, el estado de California y el gobierno federal quieren criminalizar a la comunidad negra y en particular a la juventud negra. Por eso han absuelto a ocho funcionarios del sistema penal juvenil [en Florida], que todos vimos en un video estrangular, pisotear y golpear a un joven negro hasta que murió. Su abogado dijo: ‘Si uno mata a un perro, va a parar a la cárcel. Si mata a un joven negro, lo absuelven’. Esta es la justicia al estilo del apartheid, hermanos y hermanas”.
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Revolución #107, 4 de noviembre de 2007
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Peligro de guerra yanqui contra Irán:
Nota de la Redacción: El 27 de octubre hubo protestas de docenas de miles de personas en ciudades por todo el país. La prensa grande informa que los manifestantes pidieron un fin inmediato a la guerra y la destitución de Bush. Las protestas son importantes y demuestran el potencial para mayor resistencia contra la ocupación de Irak y Afganistán y una guerra contra Irán. Sin embargo, se necesita mucho más.
Es urgente que la ciudadanía de este país reconozca con seriedad y franqueza la peligrosa trayectoria que está llevando a Estados Unidos a lanzar una guerra contra Irán, y que se oponga de una manera masiva.
Bush habla de la “III Guerra Mundial”. Se dice que Cheney está fraguando planes para que Israel ataque a Irán y para que Estados Unidos intervenga cuando Irán contraataque. La masiva armada que Estados Unidos tiene frente a Irán quiere decir que está en posición de lanzar un ataque en cualquier momento. El haber tildado a unidades del ejército iraní de “terroristas” pone a todo un país en las miras de la “guerra contra el terror”. Al cierre de esta edición, la Casa Blanca ha pedido 88 millones de dólares para modificar a los bombarderos B-2 para cargar unas nuevas bombas de 30,000 libras diseñadas para penetrar búnkers, muy posiblemente para una guerra contra Irán.
En las páginas de este periódico hemos escrito y analizado sobre los factores que impulsan las cosas hacia una guerra (para un análisis integral ver “Forjando otro camino” de Bob Avakian en revcom.us). Pero no importa si una guerra contra Irán tiene sentido o no a una persona común y corriente, el hecho es que los que detentan el poder están preparando en grande hoy mismo para tal guerra.
Estados Unidos ha impuesto sanciones punitivas a Irán (recuerden el papel que desempeñaron las sanciones en los preparativos, no la prevención, de la guerra contra Irak) y arrinconado a Irán militarmente, así que ha creado un polvorín que podría estallar en cualquier momento, sea deliberadamente o por accidente.
Claridad moral, coraje estratégico e interpretación clara
Aquí viene al caso lo de seriedad y franqueza: si ven el peligro de esta guerra, es preciso hacer las cosas de manera que concuerden con la enormidad del peligro. En estas circunstancias necesitamos claridad moral, coraje estratégico y una interpretación clara de lo que lleva a Estados Unidos a lanzar una guerra contra Irán. Vayamos al meollo del asunto: los que detentan el poder que están lanzando acusaciones contra Irán son los mismos mentirosos comprobados que fraguaron la patraña de las “armas de destrucción masiva” para invadir a Irak, y no se debe aceptar como verdad nada de lo que digan. Pero, aun si fuera cierto todo lo que Estados Unidos dice sobre Irán: que ayuda a las fuerzas en Irak que están matando sus soldados, que es una teocracia islámica opresiva, que tiene un programa nuclear y aspiraciones de ser una potencia regional… NADA DE ESO cambiaría que un ataque estadounidense contra Irán sería agresión imperialista.
Incluso lo que ellos dicen —que, para que quede claro, NO se debe creer— es a todas luces hipócrita. Estados Unidos invadió a Afganistán hace seis años, y hasta hoy lanza bombas contra sus pueblos y mata con frecuencia a docenas de civiles. Este gobierno invadió a Irak con falsos pretextos y ha desatado muerte y destrucción por todo ese país. Ha creado la mayor crisis de refugiados del mundo en Irak: casi dos millones de iraquíes han abandonado el país y otros dos millones son refugiados internos. ¡Estados Unidos no tiene ningún derecho de atacar a otro país porque ese país está interviniendo (supuestamente o de hecho) en Irak!
Los gobiernos títeres que Estados Unidos ha establecido en Afganistán e Irak tienen constituciones que exigen observancia de la ley islámica. En ambos países la mujer vive en condiciones brutales y degradantes. Arabia Saudita, aliado de Estados Unidos, no permite que la mujer maneje automóviles. Estados Unidos no tiene ningún derecho de atacar a Irán para supuestamente “emancipar a la mujer”.
Hay toda la razón para horrorizarse ante la proliferación de las armas nucleares, y la creciente posibilidad de que las usen. Pero Estados Unidos tiene el mayor arsenal de armas nucleares del mundo y está elaborando nuevas armas nucleares. Además, es el único país que ha usado bombas atómicas, para atacar directamente y matar a una población de más de 100,000 habitantes (en Hiroshima y Nagasaki). El país que tiene el arsenal más grande del mundo… no tiene el derecho de atacar a otro país porque podría desarrollar los medios para construir armas nucleares.
La necesidad de resistencia masiva
La parálisis y la pasividad son complicidad.
Muchos dicen que se sienten desanimados porque las protestas de millones de personas por todo el mundo no impidieron la invasión estadounidense de Irak. Unos se preguntan si las protestas valen la pena. Es cierto que las enormes protestas sin precedentes no impidieron la guerra, pero sin ellas Estados Unidos hubiera dicho que tenía legitimidad internacional para la invasión y posiblemente hubiera proseguido más agresivamente sus planes de invadir y/o imponer su agenda en otros países del Medio Oriente. Fue principalmente por las enormes protestas que Bush no consiguió el apoyo de la ONU para la guerra.
El hecho de que las protestas no impidieron la invasión de Irak sí quiere decir que tenemos que construir un movimiento más fuerte y más resuelto para parar la guerra contra Irán. Una de las cosas que se ha aclarado desde la invasión de Irak es lo radical que es la agenda de los que están en la cúpula del poder en Estados Unidos. Están resueltos a reorganizar radicalmente el Medio Oriente. Nos mintieron sobre sus motivos, y nos mintieron y se engañaron a sí mismos acerca de lo fácil iba a ser.
Pero lo que verdaderamente ha sucedido es que la ocupación de Afganistán e Irak ha avivado el fundamentalismo islámico. Ahora que se encuentran en un atolladero en Irak, la clase dominante estadounidense quiere subir las apuestas con una invasión de Irán.
Una guerra contra Irán exacerbaría la muerte y miseria que Estados Unidos ha desatado en el Medio Oriente, y le echaría gasolina al fuego prendido de McMundo/McCruzada vs. Jihad. Un ex funcionario de alto nivel del Consejo de Seguridad Nacional le dijo a la revista Esquire que “un ataque a Irán podría ahogar a Estados Unidos en una guerra contra todo el mundo musulmán”. (ver “The Secret History of the Impending War with Iran That the White House Doesn’t Want You to Know”, de John H. Richardson, 18 de octubre de 2007)
No hay excusa para la parálisis
El imperialismo estadounidense tiene tanto en juego en la cruzada en el Medio Oriente que, desde su punto de vista, no puede retirarse aunque quisiera hacerlo. Hacerlo sería el umbral del desmantelamiento de su imperio. Y, por ahora, la clase dominante entera está a favor de la misión, aunque lo haga refunfuñando.
Hillary Clinton no va a parar la guerra contra Irán. Ella acaba de votar a favor de la provocación que tilda a un sector del ejército iraní de “terrorista”, que así “aprieta las clavijas” a Irán y pone su gobierno entre la espada y la pared, lo cual agrava la posibilidad de una guerra. Obama no va a impedir una guerra contra Irán. Parte de su papel es hacer sentir que está bien no hacer nada para parar la guerra. Los ex generales preocupados, que se quejan de la carga que tendría que soportar el ejercito en el caso de una guerra, están hablando de verdaderas preocupaciones que tienen y verdaderos peligros para la clase dominante si hay una guerra contra Irán. Pero a la hora de la verdad… se pondrán de acuerdo y respaldarán la guerra. ¡¿Y por qué es aceptable moralmente decir que es cierto que Bush y Cheney están a punto de lanzar una terrible guerra, pero en 15 meses ya se habrán ido?!
Ante todo eso no hay excusas para la parálisis. Se necesitará una oposición masiva para impedir una guerra contra Irán. Pero de todo esto, lo que hay que comprender es que hay que actuar conforme al hecho de que nosotros somos los que estamos esperando.
Una parte de la dinámica paralizadora del mundo actual es que a ambos lados del conflicto ente McMundo/McCruzada vs. Jihad les conviene decirle a la gente que las únicas alternativas son el uno o el otro de estos polos opresivos y retrógrados. Esto impide que se oponga resistencia. ¡Pero un aspecto crucial para zafarse de esa dinámica paralizadora es forjar una fuerza en este país de millones de personas que dejan en claro que este gobierno no habla por nosotros! Tal movimiento le daría espacio para que surjan fuerzas laicas, progresistas y auténticamente revolucionarias en el Medio Oriente y Asia central. Y contribuiría a forjar una dinámica nueva y diferente de resistencia global contra todas las formas de opresión.
Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, EU, planteó el reto de esta manera: “Queremos hablarles a los jóvenes y demás libaneses que vieron a sus parientes enterrados bajo los escombros que dejaron las bombas estadounidenses. Queremos decirles: hay otra alternativa fuera de la que ofrecen los fundamentalistas religiosos. Pero si no creamos algo concreto, no podemos hablarles. Ellos no ven las calcomanías de los coches que expresan buenos sentimientos. Pero sí verían y oirían una movilización de masas contra este gobierno”. (“Sobre la importancia de El Mundo no Puede Esperar y el Día de resistencia masiva el 5 de octubre”, Revolución #62)
Hay una manera
Sí hay una manera de hacer eso. ¡La organización El Mundo no Puede Esperar-Fuera Bush y su Gobierno exhorta VESTIRSE DE NARANJA! Como dice en su portal: “El gobierno de Bush ha declarado su intención de continuar la guerra de Irak y lanza serias amenazas de atacar a Irán… Millones de personas se oponen a todo eso, pero si no lo demuestras, no cuenta para nada; si no actúas cuando importa actuar, pues no cuenta. Vístete de color naranja y luce ese color todo el día y todos los días”.
Dennis Loo, del comité directivo de El Mundo no Puede Esperar, escribió sobre el significado de vestir el color naranja: “Vestirse de naranja A DIARIO es una declaración de oposición a todos los horrores de los que tiene la culpa este gobierno ASÍ COMO un reto a los demás. Está diseñada a ser un vehículo para expresar los sentimientos suprimidos desde hace mucho y a hacer concreto el potencial político del pueblo. Está diseñada a hacer patente que somos la mayoría, y que seremos tú y yo y los millones más los que haremos la historia y no esos criminales, el presidente y el vicepresidente, ni el Congreso y los dirigentes del Partido Demócrata, que también son culpables y cómplices, ni tampoco la prensa corporativa, que por lo general son loros de los que están en el poder”. (De “Cambiar el centro de gravedad”, worldcantwait.org)
Vestirse de naranja puede desencadenar y apoyar otras formas de acción política, tanto amplias como resueltas, que se necesitan con urgencia ante las amenazas de guerra.
La campaña de vestirse de naranja se hace en el contexto de lo que dice la convocatoria original de El Mundo no Puede Esperar:
“Si no nos oponemos y movilizamos para parar esto, nos obligarán a aceptarlo. No hay de otra: hay que PARAR el desastroso rumbo del gobierno de Bush, y tenemos que asumir la responsabilidad de hacerlo.
“Hay una forma de hacerlo. Estamos hablando de algo en una escala que podría efectuar un enorme cambio en este país y en el mundo. Es necesario dejar de luchar contra las atrocidades de Bush una por una, perdiendo terreno constantemente. Debemos y podemos crear un clima político que repudie el gobierno de Bush, que lo saque corriendo y que cambie el rumbo por el que ha encaminado la sociedad. Nosotros, a millones, debemos y podemos responsabilizarnos por cambiar el curso de la historia”.
Radical… ¡Sí! Necesario… ¡Sí! ¡Hazlo ya!
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Revolución #107, 4 de noviembre de 2007
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HACER LA REVOLUCIÓN Y EMANCIPAR A LA HUMANIDAD
PRIMERA PARTE: MÁS ALLÁ DEL ESTRECHO
HORIZONTE DEL DERECHO BURGUÉS (CONTINÚA)
De la Redacción: Lo que sigue es la tercera parte de una serie de pasajes de una charla que dio Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, anteriormente este año (2007). La charla ha sido revisada en preparación para su publicación y se ha incluido notas al pie de la página (entre otras cosas, el autor ha ampliado en gran medida la sección sobre Karl Popper). Estos pasajes se publicarán en dos partes. La primer parte (en inglés) está en línea en revcom.us. La segunda parte (en inglés) también estará en línea pronto en revcom.us. Los pasajes de la segunda parte también se publicarán como serie en Revolución una vez que se haya terminado de publicar la primera parte.
El comunismo no será una “utopía” — Será un mundo radicalmente diferente y mucho mejor
Partiendo de los avances teóricos básicos de Marx, y agregando a lo que Lenin aportó a esto —con respecto al estado y en términos de un análisis del imperialismo y otras dimensiones importantes de la sociedad humana y de su transformación revolucionaria— Mao aportó o amplió algo crucial sobre cómo los comunistas entienden estos problemas fundamentales. En varias ocasiones recalcó (y eso es algo que se ve en particular en sus pláticas y charlas, conversaciones y escritos informales, más que en sus obras oficiales, aun las que se publicaron antes del golpe de estado revisionista de 1976) que aun cuando se haya llegado al comunismo, lo que caracterizará e impulsará a la sociedad serán las contradicciones entre las fuerzas y las relaciones de producción y entre la base y la superestructura. Bueno, no es que anteriormente en el marxismo se haya negado eso, sino que no se entendía con la claridad ni con la importancia que Mao le dio. Anteriormente, ciertos aspectos de cómo se concebía el comunismo, irónicamente, incorporaban ideas metafísicas. Por ejemplo, Engels, y Marx también, decían que con el comunismo se habría pasado del reino de la necesidad al reino de la libertad, como sí —estoy exagerando, pero sí había esa tendencia a pensar que— al llegar al comunismo uno llegaría al reino de la libertad con relación a la necesidad de una manera completamente diferente. Y Mao vio que en realidad no era así, que no captaba de una manera correcta lo esencial de esto.
Es cierto que con el comunismo los seres humanos se relacionarán conscientemente con la naturaleza, y ellos mismos, de una manera cualitativamente mayor que en cualquier otra época; pero todavía tendrán que lidiar con limitaciones y la transformación de las limitaciones. Siempre se va a tener que lidiar con el principio fundamental enumerado por Marx sobre los cimientos y las contradicciones impulsoras de la sociedad humana. No importa cuánto se avance en el comunismo, nunca se dejará de lidiar con la necesidad que se presenta como algo “externo”, con lo que uno tiene que lidiar y luchar por transformar —y, al hacerlo, crear nueva necesidad. Lo que seguirá caracterizando e impulsando a la sociedad serán las contradicciones entre las fuerzas y las relaciones de producción y entre la base y la superestructura. Y siempre será cuestión de captar eso de una manera cada vez más consciente—sin jamás tener nada como absoluta libertad al respecto.
Aun en las primeras obras de Mao se ven referencias (hablando en términos tradicionales chinos) al comunismo como “el reino de la gran armonía”. Bueno, cuanto más lidió con la realidad, y la lucha revolucionaria, cuanto más llegó a ver que la realidad no era así. Pero esa idea del “reino de la gran armonía” correspondía, en gran medida, al entendimiento que se tenía en buena parte del movimiento comunista internacional antes de Mao. Eso se ve en Stalin: en sus discusiones sobre el socialismo se ve que tiende hacia la idea del fin de las contradicciones. No es que dijo palabra por palabra que con el socialismo ya no existían contradicciones, pero sí dijo, a mediados de los años 30, que los antagonismos entre las clases en la Unión Soviética habían dejado de existir.
Ahora bien, es cierto que en el comunismo no habrá antagonismo de clase, pero lo que sí es cierto —y es algo que se ha demostrado de una manera dramática y a través de amarga experiencia con la restauración del capitalismo en los países que fueron socialistas— que en la sociedad socialista todavía existen contradicciones antagónicas de clase. Y aun en la sociedad comunista, habrá que luchar por transformar la necesidad, se va a tener que entender y tomar medidas con respecto a las fuerzas impulsoras de la sociedad que se basan en las contradicciones entre las fuerzas y las relaciones de producción y entre la base y la superestructura, y la interrelación entre las dinámicas de esas dos contradicciones.
Libertad… y necesidad
Con respecto a esto un hecho fundamental es que la libertad es el reconocimiento —y, como recalcó Mao, la transformación— de la necesidad. Ahí es donde radica la libertad. No radica en nociones idealistas de cómo uno quisiera que fueran las cosas. No es cuestión de que la imaginación no viene al caso, eso es muy importante (y por eso una parte importante del DVD “Revolución” se llama “Imagínate”). La imaginación tiene que jugar un gran papel. Pero aunque la imaginación debe proceder sin que se la restrinja estrechamente en un momento dado a las condiciones imperantes, en un sentido general y fundamental tiene que basarse en la realidad material y actuar sobre esa realidad material, si se quiere que lo que se imagina y los sueños se realicen en el mundo real (eso es algo que Lenin recalcó).
Hay mucho ámbito para los sueños y la imaginación que no están ligados inmediata y “estrechamente” a lo que sea la realidad material en un momento dado. Esto es algo que mencioné en un artículo sobre el mito.1 Ahí recordé (en la discusión sobre mito) que en una conversación con un camarada hace unos años, tomé una posición muy incorrecta de que cuando lleguemos al comunismo no debemos tener más ciencia ficción. Luego, afortunadamente, antes de que pasara mucho tiempo, me di cuenta de que si llevara esa lógica hasta sus últimas consecuencias, liquidaríamos el arte. ¿Por qué es así y por qué es importante? Porque las cosas como la ciencia ficción tienen un enorme papel que jugar, con respecto a las necesidades estéticas de la gente, por así decirlo, pero también en términos de las necesidades más amplias de la sociedad de poder prever o imaginar cómo podrían desenvolverse las contradicciones en el futuro. Hay, y siempre habrá, tanto para los individuos como para la sociedad, la necesidad muy real e importante de ver las cosas desde diferentes ángulos, a través del prisma distorsionador del arte, por así decirlo.
Pero fundamentalmente (y, se podría decir, debajo de todo esto) la libertad sí radica en el reconocimiento y la transformación de la necesidad. Lo importante es que ese reconocimiento y la capacidad de llevar a cabo esa transformación se dé a través de diferentes “canales”, y no está ligada de una manera positivista o reduccionista o lineal a la manera en que se presentan, en un momento dado, las principales contradicciones sociales. Si así fuera —o si así lo abordáramos— liquidaríamos el papel del arte y de buena parte de la superestructura en general. ¿Por qué libramos batallas en la esfera de la moral? Porque en la superestructura hay iniciativa y autonomía relativas. Y cuanto más se le dé expresión correcta a eso, tanto mejor será la situación, en cuanto a la clase de sociedad que tengamos en un momento dado así como en términos de nuestra capacidad de reconocer la necesidad y llevar a cabo la lucha por transformar la necesidad.
También es muy importante recalcar que al hablar de la necesidad estamos hablando tanto de la necesidad que radica en la realidad concreta, más allá de la sociedad humana —la totalidad del mundo natural— como, específicamente, la necesidad que radica en las relaciones humanas sociales en un momento dado, con sus raíces en la realidad fundamental cuya esencia Marx concentró. Las dos constituyen la necesidad, y es de especial importancia que entienda eso la gente que se emprende a transformar la realidad de una manera esencial. No es simplemente que tenemos la naturaleza “allí afuera”; ni tampoco, por otro lado, es que tenemos una sociedad divorciada del resto de la naturaleza. ¿Qué es la sociedad, si no son los seres humanos que se relacionan los unos con los otros y con la naturaleza y la transforman de una u otra manera, a veces por el mal y a veces por el bien, con respecto a las necesidades humanas en el sentido más amplio?
Estos puntos básicos del materialismo y la dialéctica constituyen y establecen la base teórica de una concepción y enfoque rigurosa, coherente y sistemáticamente científicos de la libertad de la humanidad en conjunto— y, de hecho, de la libertad de los individuos en relación con la sociedad humana en general.
Libertad, derecho y la naturaleza de la sociedad
Esto, repito, se relaciona con esa conocida declaración de Marx —a la cual, por buena razón, seguimos regresando— de que el derecho no puede ser nunca superior a la estructura económica ni al desarrollo cultural de la sociedad por ella condicionado, que es otra declaración poco conocida y menos comprendida. En conversaciones que proceden, en términos fundamentales, desde un punto de vista y perspectiva burgués, se oyen planteamientos que, o no conocen o ignoran, este principio fundamental y manera de entender las cosas (o es ignorancia o ignorancia deliberada).
Volvamos al comentario de un joven de Oakland quien, después de ver el DVD de mi charla, dijo: “Estoy de acuerdo con todo y me gustó mucho la visión de la futura sociedad”— pero “si yo invento algo, quiero recibir más por ello”.2
Bueno, en cuanto al “derecho” de “recibir algo más” por inventar algo, aun si se pudiera ejercer ese “derecho”, ¿de dónde surge ese “derecho” y a qué corresponde? Cierta estructura económica de la sociedad, como dijo Marx, y una cultura por ella condicionada. Corresponde a, y surge de, cierta base económica y la superestructura correspondiente. Y, a su vez, refuerza esa clase de sociedad y esa clase de mundo. Para que ese “derecho” tenga significado, se necesitan las condiciones y las relaciones que lo hagan posible. En el feudalismo, aunque las relaciones de mercancía eran desarrolladas a un grado relativamente grande, si era siervo no tenía concepción alguna de un derecho. Bueno, en cierta etapa del feudalismo, empezó a darse cierta movilidad social, aunque de muchas maneras seguía siendo limitada. Pero esa idea de recibir más por inventar algo no era un derecho característico del feudalismo; pero sí es un derecho característico de cierta estructura económica y cultura, de cierto tipo de sistema, a saber, el capitalismo. En la medida en que se aplica ese derecho (de recibir algo más por inventar algo), se aplica y solo se puede aplicar en el caso de un pequeño grupo de individuos. Al mismo tiempo, todas las condiciones de esa estructura económica, y la cultura correspondiente, implican toda una serie de consecuencias horripilantes para la gran mayoría de los individuos del mundo y para la humanidad en conjunto. Ahí se puede ver —a través de un ejemplo negativo, por así decirlo— cómo es que el derecho está implantado, si me permiten, en la estructura económica de la sociedad y la cultura por ella condicionada.
Veamos unos ejemplos de los “derechos positivos”. ¿Qué del derecho a vivir en un mundo en el que los seres humanos hayan dejado de enfrentarse los unos a los otros a través de relaciones antagónicas? ¿Dónde existe el “derecho” a eso; bajo qué condiciones tendría ese derecho significado? Sin lugar a dudas, en este mundo no se tiene ese derecho. Uno lo puede proclamar cuantas veces que quiera. Uno puede elaborar todo tipo de esquema utópico para darle expresión a sus deseos de vivir en un mundo en el cual los seres humanos dejen de enfrentarse los unos a los otros a través relaciones antagónicas. Pero dentro del marco del sistema social actual y la manera que este sistema domina y moldea al mundo, no tiene ninguna capacidad para efectuar semejante ideal. Ese derecho solo se puede realizar a través de una estructura económica diferente, un conjunto diferente de relaciones de producción, a saber, las del comunismo y la cultura por ella condicionada—o, mejor dicho, la superestructura que corresponde a las relaciones económicas y sociales comunistas. Solo a través de la revolución para avanzar hacia el comunismo puede, por fin, llegar la humanidad al punto en el que los seres humanos no tengan que enfrentarse jamás a través de relaciones antagónicas. Esta es otra expresión del hecho, como dijo Marx, de que el derecho no puede ser nunca superior a la estructura económica y al desarrollo cultural de la sociedad por ella condicionado.
¿Y qué del “derecho” de las masas populares del mundo a explorar las cuestiones científicas? ¿Qué clase de estructura económica y cultura —qué clase de relaciones de producción y sociales, y qué clase de superestructura— se necesita y corresponde a eso? Una vez más, solo un mundo comunista. Con la división del trabajo que ha existido en, y ha caracterizado, toda forma de sociedad dividida en clases —y en particular las sociedades dominadas por las clases explotadoras—, las masas populares, la gran mayoría de la sociedad, no tiene un serio derecho de explorar las cuestiones científicas. No existe para ellas. Es posible que unos individuos, por aquí y por acá, surjan de entre las masas y cambien de posición de clase, por así decirlo, y que sean capaces de dedicar la vida a eso como vocación, pero para las masas populares no existe tal derecho. El propio funcionamiento de la base económica, en relación dialéctica con la superestructura —la dinámica de la acumulación capitalista y el funcionamiento del sistema político correspondiente, el sistema de educación, las ideas dominantes que se propagan por toda la sociedad y la división del trabajo que está estrechamente ligado a todo eso— imposibilitan que las masas populares tengan ese “derecho” de explorar las cuestiones científicas.
¿Y qué de los que hoy tienen la aptitud de hacer eso? ¿Qué de su “derecho” de explorar las cuestiones científicas en un nuevo contexto y marco sociales, en el cual mucha más gente tenga la libertad y la posibilidad de hacer eso también? ¿Qué de la capacidad —incluso de los que actualmente están realizando trabajo científico— de hacerlo de una manera sin trabas (no digo absolutamente sin trabas, pero con cualitativamente menos restricciones), libres de las restricciones impuestas por las relaciones explotadoras y opresivas en la sociedad y de los modos de pensar correspondientes? ¿Qué de eso? ¿Qué de una situación en la que no hay que andar pidiendo subvenciones de una manera que menoscaba el valor científico de su proyecto, al tener que cuadrarlo con los requisitos de la clase dominante, por ejemplo: “Esto ayudará al Departamento de Defensa”. ¿Qué de ese “derecho”?
No es que en la sociedad comunista todos harán todo —o querrán hacer todo— con el mismo énfasis o la misma pasión o de la misma manera. Hay, y siempre habrá, diferencias entre los seres humanos, y eso seguirá siendo cierto —y, como nunca antes, eso es algo que se reconocerá conscientemente y a lo que se le dará una expresión cualitativamente mayor — en la sociedad comunista. Todos no van a querer hacer trabajo científico todo el tiempo ni tampoco meterse en la política todo el tiempo. Pero se habrá tumbado y superado todos los obstáculos y divisiones sociales que hoy existen y que son característicos de la sociedad explotadora.
¿Y qué del “derecho” de que todo eso se dé? ¿Qué clase de estructura económica y qué clase de “cultura por ella condicionada” es necesaria para que eso se dé? Eso es imposible en el sistema actual, y solo es posible en el sistema futuro, es decir, en la sociedad comunista. De esto se tratan las “4 todas”–eso es lo que quiere decir lograr las “4 todas” que señalan el avance al comunismo: la abolición de todas las diferencias de clase en general; la abolición de todas las relaciones de producción en que estas descansan; la abolición de todas las relaciones sociales que corresponden a esas relaciones de producción; y la revolucionarización de todas las ideas que brotan de estas relaciones sociales. Todo eso, y todos los “derechos” que se adhieren a eso, solo son posibles en una futura sociedad comunista —que no es un ideal utópico sino una auténtica posibilidad, una posibilidad cuya realización radica en la libertad que se le puede arrancar de la necesidad actual de la humanidad en esta época, y en particular del proletariado como clase y quienes asumen la cosmovisión y objetivos de la revolución proletaria.3
¿Y qué del derecho de la gente en la sociedad, y en el mundo entero, a tener que gastar solo una pequeña parte de su tiempo y energía en la reproducción (y la expansión de los medios de producción) de los requisitos materiales de la vida? ¿Qué del “derecho” de solo tener que dedicar unas pocas horas del día a eso, y tener más tiempo para los asuntos políticos, sociales y culturales y al descanso… o simplemente a hacer lo que le dé la gana? ¿Dónde, hoy, existe tal “derecho” para la gran mayoría de la humanidad, incluso para los niños? La actual estructura económica y la cultura condicionada por ella impide que la gran mayoría de la humanidad, inclusive los niños, tenga algo que se asemeje a tal “derecho”; y es solo con la sociedad comunista que se podrá realizar ese “derecho” (y en ese entonces ya no sería concebido como “derecho” sino como una parte “natural” del funcionamiento de la sociedad humana, sin que se la institucionalice o la dé una condición especial como “derecho”).
Este es un punto sumamente importante que tenemos que captar a fondo. Y, repito, el propósito de captarlo a fondo es actuar en consecuencia, popularizarlo y movilizar a más gente que entienda eso para actuar en consecuencia.
¿Importa si la gente piense que simplemente queremos imponer un ideal de la sociedad encima de otro? ¿O si, al contrario, la gente tenga una concepción de veras materialista y dialéctica sobre cómo la posibilidad de lograr las cosas de las que estoy hablando se relaciona a las contradicciones que existen en la sociedad y surge a través de las luchas que se basan en esas contradicciones—sobre cómo la posibilidad y el potencial de una sociedad humana totalmente diferente, caracterizada por relaciones radicalmente diferentes y mucho mejores entre la gente, y la cultura y manera de pensar correspondientes, existen de veras y radican en las contradicciones materiales sociales del mundo actual? ¿Importa que vea esto de una manera completamente utópica e idealista, o con materialismo y dialéctica? ¿Afectará lo que piense que sea deseable, lo que piense que sea posible y lo que crea que vale la pena luchar por lograr? Claro que sí.
Democracia burguesa, derecho burgués
Comprender y actuar sobre eso es una parte crucial de dar un salto y una ruptura en cuanto a nuestra concepción y entendimiento de la realidad y de cómo se la puede y se la tiene que cambiar—un salto y una ruptura más allá de lo que de veras es el estrecho horizonte del derecho burgués. La democracia, o el intento de “perfeccionar” lo que en realidad es —y lo que en este sistema, con su base material, solo puede ser— la democracia burguesa: esa no es nuestra meta. Esto cabe en los límites, el estrecho horizonte, del derecho burgués. No es lo que necesita la humanidad. ¿Han oído a cuántas personas, que por lo general son progresistas o seriamente parte de la oposición, que siempre formulan sus objetivos políticos, y su visión de la sociedad, en términos de la democracia, que en realidad viene a ser la democracia burguesa? Se parece mucho a los científicos que siempre tienen que formular (o formular de nuevo) sus proyectos en términos de cómo contribuirán al Departamento de Defensa o al Departamento de Seguridad de la Patria u otra dependencia del estado actual. ¿A cuántas personas han oído formar su “proyecto político” para hablar de “perfeccionar nuestra democracia”, cuando en realidad necesitamos dar un salto y romper con ese marco, e ir más allá de ese estrecho horizonte?
Que quede claro, la democracia es una expresión del derecho burgués. Y el derecho burgués quiere decir todas las cosas con las que estamos muy familiarizadas, todo el sufrimiento del mundo que acompaña a este sistema de gobierno burgués asentado en las relaciones de producción y sociales burguesas. Eso es lo que en realidad el derecho burgués —inclusive la democracia de la cual tanta gente está tan enamorada— significa para la humanidad en su totalidad. Y tenemos que bregar así con la gente sobre eso: dejen de formular todo en términos del derecho burgués. Breguemos sobre lo que la humanidad realmente necesita.
Notas
1 Ver “Materialismo y romanticismo: ¿Podemos prescindir de los mitos?”, Obrero Revolucionario #1211, 24 de agosto de 2003. [Regresa]
2 Ver la primera parte de esta serie en Revolución #105, 21 de octubre de 2007. [Regresa]
3 Esta discusión sobre las “4
todas” se refiere a la observación de Marx, en La guerra
civil en Francia, 1848-50 de que: “Este socialismo es la declaración
de la permanencia de la revolución, la dictadura de clase
del proletariado como punto necesario de transición para la
supresión de las diferencias de clase en general, para la
supresión de todas las relaciones de producción en que éstas
descansan, para la supresión de todas las relaciones sociales que
corresponden a esas relaciones de producción, para la subversión
de todas las ideas que brotan de estas relaciones sociales”. (Ver,
Marx y Engels, Obras escogidas, tomo I, énfasis en el
original)
La formulación de las “4 todas” se refiere a este análisis
de Marx que popularizaron los revolucionarios del Partido Comunista de
China durante la Gran Revolución Cultural Proletaria, de 1966 a
1976. [Regresa]
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Revolución #107, 4 de noviembre de 2007
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Sobre el racismo y el sistema
El artículo de Clarence Page* del 17 de octubre titulado “Hung Up On Noose News” (Preocupados demasiado por las noticias de los dogales) — cuyo título da una idea no tan sutil de su posición — básicamente critica la lucha de libertad para los 6 de Jena sermoneando, en particular a los jóvenes negros, acerca de cómo el dogal no tiene el mismo simbolismo hoy que en el pasado. Mientras Page adopta la postura de un militante veterano de la lucha de los años 60 (“Yo participé en los años 60”) y de una persona “imparcial” — por decir que no se trata de o Al Sharpton o Bill Cosby sino de que ambos desempeñan un papel necesario—, Page de hecho promueve la línea de Cosby, como por ejemplo cuando dice: “Hoy los hombres negros jóvenes matan a más hombres negros jóvenes por año que el Ku Klux Klan mató en toda su historia”. Aquí vemos la elaboración, de una manera típica de esos tipos de la burguesía negra, del recurso falso y engañoso — o, quizás mejor dicho, que encauza mal — de plantear una dicotomía (o contradicción) entre el racismo (o los blancos), por un lado, y por el otro, la falta de responsabilidad personal de parte de los negros (tanto los padres como los jóvenes). Este planteamiento falso de la contradicción es parte de, o de todos modos en general está al servicio de, el razonamiento que se les presenta a los negros de que: “Sí, hay racismo, y sí, muchos blancos son racistas, pero olvídenselo, lo pueden superar si se ponen a trabajar con la diligencia y la disciplina suficiente”. Lo que falta en esto — o lo que se elude, conscientemente o no — es el meollo y la esencia de la cuestión: mientras el racismo y los blancos racistas son un problema serio, el problema fundamental es EL SISTEMA — un sistema que, en ciertas condiciones históricas, generó y utilizó al KKK (y a otras fuerzas parecidas) para aterrorizar al pueblo negro, y que hoy confía principalmente en la policía para llevar a cabo la represión violenta, la brutalidad y el asesinato, contra los negros y especialmente la juventud negra. ES EL SISTEMA que ha colocado, y que mantiene, a los negros — y sí, de una manera particular a la juventud negra — en la situación en que se maltratan y se matan entre ellos mismos. Y ES EL SISTEMA que hay que abordar y combatir — al que hay que oponer resistencia ahora, por medio de la movilización política masiva, y a fin de cuentas, cuando llegue la hora y haya una situación revolucionaria, que hay que arrasar y abolir por medio de la lucha revolucionaria masiva. Una vez más, hay que destacar lo esencial: Solo en y por medio del proceso de llevar a cabo esta resistencia, y a fin de cuentas la lucha revolucionaria, y de hacerse cada vez más conscientes de la necesidad y la posibilidad de una sociedad y un mundo radicalmente diferentes y mucho mejores, forjados por medio de la revolución, que las masas de jóvenes negros, el pueblo negro en general y otros oprimidos, pueden transformarse a sí mismos también — en emancipadores de la humanidad.
Nota
*Clarence Page es columnista negro y miembro de la Redacción del Chicago Tribune. [Regresa]
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Revolución #107, 4 de noviembre de 2007
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Antecedentes de una confrontación:
Parte 8: El gobierno de Bush pone a Irán en las miras tras el 11 de septiembre del 2001
Durante más de 100 años, el imperialismo ha dominado a Irán con intrigas clandestinas, intimidación económica e intervenciones e invasiones militares. Esta dominación son los antecedentes de la hostilidad de Estados Unidos hacia Irán hoy y las actuales amenazas de guerra. La parte 8 examina por qué el gobierno de Bush ha tenido las miras puestas en Irán desde el 11 de septiembre del 2001, cómo la invasión de Irak ha sido un desastre para Estados Unidos en muchos sentidos y por qué esto ha aumentado la necesidad que se siente de enfrentarse a la República Islámica.
**********
Irán, el 11 de septiembre y la “guerra contra el terror”
La conquista de la presidencia por George Bush en el 2000, seguida por los ataques del 11 de septiembre del 2001, llevó a un cambio radical de la estrategia global de Estados Unidos y el inicio de la “guerra contra el terror”. Irán ha sido un blanco principal desde el comienzo.
Cuando la Unión Soviética se desintegró en 1991, de repente Estados Unidos fue la única superpotencia imperialista. Su clase dominante se vio ante una oportunidad para extender en gran medida su dominación, tanto como la necesidad de hacerlo para abordar las muchas contradicciones —y contradicciones potenciales— de la situación mundial. Los “neoconservadores” llevaban una década exhortando a usar el poderío militar estadounidense de manera agresiva para forjar un imperio indiscutible e indisputable. Ahora tomaron posesión de los puestos principales del nuevo gobierno de Bush.
Después de los ataques del 11 de septiembre, el equipo de Bush se sintió obligado a contraatacar con saña con el fin de preservar la credibilidad global del imperio. También vio la oportunidad —y la necesidad— de fomentar su programa general, que requirió aplastar el fundamentalismo islámico anti Estados Unidos y abordar con la fuerza una amplia gama de obstáculos a su poder y ambiciones globales, como Irán e Irak.
El periodista Bob Woodward informó en su libro State of Denial: Bush at War, Part III que durante una reunión clandestina de noviembre del 2001, unos estrategas de peso estrechamente ligados al gobierno de Bush dijeron que los ataques del 11de septiembre no representaban “una acción aislada que se podía contestar con acciones policiales”. Propusieron “una batalla de dos generaciones contra el islam radical” para derrotar al movimiento, y tumbar a los gobiernos de Irak, Irán y Siria, que contribuían de una u otra manera al crecimiento de la oposición a Estados Unidos y al fundamentalismo o que representaban obstáculos a los planes estadounidenses. Pensaban que esto permitiría transformar toda la región —”drenar el pantano”, como lo dijeron el secretario de Defensa Donald Rumsfeld y su asesor Paul Wolfowitz poco después del 11 de septiembre— y eliminar las condiciones que dan lugar a la creciente oposición a Estados Unidos.
Iniciaron la primera fase de esta guerra global el 7 de octubre de 2001 con el bombardeo de Afganistán y el derrocamiento del gobierno islamista del Talibán. Luego el gobierno de Bush decidió que el blanco de la segunda fase sería Irak. Saddam no era islamista, ni tampoco aliado de Al Qaeda, pero su gobierno causaba una variedad de problemas para Estados Unidos en el Medio Oriente. Pero incluso en medio de la invasión de Irak, el gobierno de Bush ha tenido a la República Islámica de Irán directamente en las miras.
El gobierno iraní no participó en los ataques del 11 de septiembre e Irán ayudó a Estados Unidos durante la invasión de Afganistán en el 2003: respaldó a la Alianza Norteña en oposición al Talibán, le permitió a Estados Unidos llevar a cabo operaciones de rescate desde su territorio y le dio inteligencia sobre Afganistán. Pero de todos modos los imperialistas estadounidenses tenían un gran problema con la República Islámica, no porque es una teocracia reaccionaria que reprime salvajemente al pueblo iraní. Desde el punto de vista de los imperialistas, el problema es que Irán ha sido una fuente clave del fundamentalismo islámico anti Estados Unidos. Fue el primer país donde los islamistas modernos lograron conquistar el poder, y han aprovechado ese poder para fomentar el fundamentalismo islámico y apoyar a los movimientos islamistas por toda la región. El gobierno iraní también ha intentado redefinir la posición de Irán en el orden regional; por ejemplo, ha negociado acuerdos económicos y políticos con unos rivales de Estados Unidos, como Rusia y China. Todo esto significa que Irán es un gran obstáculo a los planes estadounidenses en la región, y por eso el gobierno de Bush puso a Irán muy alto en la lista de blancos.
El 30 de enero de 2002, Bush acusó a Irán de “dedicarse agresivamente a elaborar armas [nucleares] y exportar el terror, mientras que un puñado de funcionarios no elegidos reprime las esperanzas de libertad del pueblo iraní”; puso a Irán (junto con Irak y Corea del Norte) en su “eje del mal”, que dijo que representaba “un peligro grave y creciente”.
Después de Irak, debate sobre Irán
Después de la invasión de Irak en marzo del 2003, unos funcionarios del gobierno de Bush dijeron que Estados Unidos debía seguir presionando a la República Islámica a poner fin a su apoyo a los movimientos islamistas en la región y abandonar su programa nuclear, y que debía mantener abiertos los canales diplomáticos con Irán, con la esperanza de aprovechar la influencia iraní para estabilizar la situación en Irak antes de pasar a otros objetivos de la “guerra contra el terror”.
Pero los neoconservadores, especialmente los agrupados en torno al vicepresidente Dick Cheney, dijeron que un acercamiento a Irán solo haría descarrilar el empuje y la misión estadounidenses. “Nuestra lucha contra Irak es una sola batalla de una guerra prolongada”, dijo Meyrav Wurmser, del derechista American Enterprise Institute (y esposa del neoconservador de peso David Wurmser). “Es erróneo pensar que podemos resolver el problema si nos limitamos a Irak… Tenemos que seguir adelante… y hacerlo rápidamente”. (Jim Lobe, Asia Times, 28 de mayo de 2003)
Para justificar su llamado a más agresividad, Cheney y otros funcionarios del gobierno señalaron nueva información sobre el programa nuclear iraní. En febrero del 2003, Irán admitió que construía dos plantas para enriquecer uranio, aunque todavía no lo había enriquecido. Pero en noviembre del 2003, Irán entró en discusiones con la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) sobre cómo verificar su conformidad con el Tratado de No Proliferación Atómica, y anunció que había suspendido el programa de enriquecimiento.
Pero los imperialistas estadounidenses estaban resueltos a impedir que Irán elaborara una bomba nuclear, no porque temían un ataque iraní de prevención contra Estados Unidos o Israel sino porque les preocupaba que las armas nucleares le dieran a Irán la capacidad de “constreñir… la estrategia estadounidense en el gran Medio Oriente”, como lo dijo Tom Donnelly, un neoconservador. (Gareth Porter, Huffingtonpost.com, 8 de septiembre de 2007)
Puede ser que el gobierno iraní quiera obtener armas nucleares, y puede ser que haya dado pasos para elaborarlas. Sin embargo, el director de la AIEA, Mohammed ElBaradei, ha dicho que no ha encontrado ninguna prueba de “una fuente o materiales nucleares especiales” no declarados ni que Irán ha utilizado esos materiales “con fines militares”. (Farhang Jahanpour, oxfordresearchgroup.org.uk, junio de 2006)
En mayo del 2003, el gobierno estadounidense recibió una propuesta clandestina del gobierno iraní, quizás en parte en respuesta a los temores de que Estados Unidos estaba a punto de atacarlo. A cambio de poner fin a la hostilidad, levantar las sanciones económicas y borrar a Irán de la lista del Departamento de Estado de los países que apoyan el “terrorismo”, el gobierno iraní se dedicó a aceptar las principales demandas estadounidenses y acomodarse a un Medio Oriente dominado por Estados Unidos. También ofreció congelar su programa nuclear y permitir inspecciones para garantizar que no elaboraba armas nucleares; apoyar un gobierno democrático y no religioso en Irak; cooperar completamente en la lucha contra Al Qaeda y otros grupos; y poner fin a su apoyo a Hamas en Palestina. (Peter Galbraith, New York Review of Books, 11 de octubre de 2007)
El gobierno de Bush rechazó sumariamente la propuesta. Terminó el diálogo de alto nivel con Irán sobre Irak, Afganistán y otros asuntos regionales, y los neoconservadores una vez más abogaron por un cambio de gobierno en Teherán.
Las decisiones fatídicas de mayo del 2003
Antes de la invasión de Irak, los partidarios más fervientes de la guerra dijeron que el derrocamiento de Saddam Hussein iniciaría trastornos en Irán, y hasta la caída del gobierno. Pero en realidad las acciones de Estados Unidos aumentaron la influencia iraní en Irak y por toda la región y agudizaron algunas de las mismas contradicciones que Estados Unidos trataba de resolver con la invasión.
El gobierno de Bush intentó reconfigurar rápida y radicalmente la política, la economía y la sociedad iraquíes en aras de los intereses del imperialismo yanqui. A mediados de mayo del 2003, menos de un mes después de que Bush declaró la victoria en Irak desde un portaaviones, el jefe de la ocupación, Paul Bremer, prohibió el Partido Baath, disolvió el ejército y la policía, cerró las industrias paraestatales e inició la privatización de la economía. Además, Bremer abandonó el plan de un gobierno interino y lo reemplazó con la “Autoridad Provisional de Coalición”, que iba a formar un nuevo gobierno iraquí bajo su control.
Los funcionarios del gobierno de Bush calcularon que los chiítas iraquíes (el 60% de la población) serían hostiles a Irán y que le correspondía a los intereses estadounidenses apoyar a las fuerzas religiosas chiítas. David Wurmser, estratega militar neoconservador, escribió que “liberar a los chiítas iraquíes de Najaf y Karbala, cuyos clérigos rechazan el wilayat al-faqih [gobierno clérigo], permitirá que los chiítas iraquíes se opongan a la revolución iraní y hasta lo descarrilen”. (Larry Everest, Oil, Power and Empire, capítulo 9)
Fueron errores muy serios. El gobierno de Bush subestimó las consecuencias de la invasión y el desmantelamiento del estado iraquí, que desencadenaron unas contradicciones profundas que sacudían el país, como el odio por Estados Unidos y su aliado Israel, y la creciente fuerza del fundamentalismo islámico tanto entre los sunitas como los chiítas. Y subestimó que las acciones de la “Autoridad Provisional de Coalición” aumentarían las tensiones con los chiítas y fortalecerían la posición de Irán.
Mientras que no se saben todas las acciones iraníes en Irak desde la invasión, parece que Irán ha buscado impedir que vuelva a surgir un país hostil a sus intereses en su frontera occidental, extender su influencia regional y fortalecer al proyecto islamista. (Aumentar su influencia en Irak es una manera de aumentar la palanca de Teherán con Estados Unidos).
Del 2003 al 2005, las acciones de Estados Unidos y de Irán más o menos corrieron en dirección paralela, a pesar de sus objetivos estratégicos fuertemente hostiles. Durante la invasión, la dirección chiíta iraquí (que tiene fuertes vínculos al gobierno iraní) alentó a sus seguidores a evitar choques con las fuerzas estadounidenses. Tanto Estados Unidos como Irán apoyaban las mismas fuerzas reaccionarias curdas y partidos chiítas; además, los dos se oponían a la influencia sunita y favorecían el establecimiento de un gobierno iraquí estable.
Pero las tensiones entre Estados Unidos e Irán siguieron creciendo. En junio del 2003, menos de un mes después de llegar a Irak, Bremer se quejó de que Irán “se mete” en Irak (¡esto de boca de un funcionario de la potencia que acababa de invadir el país!). Bremer le echó la culpa especialmente al Consejo Supremo de la Revolución Islámica de Irak (formado en Irán a comienzos de los años 80), porque amenazó con boicotear el gobierno interino escogido por Bremer. (Financial Times, 10 de junio de 2003)
Vali Nasr, profesor de la Universidad Tufts y experto en Irán, le dijo hace poco al periodista Seymour Hersh: “La política iraní desde el 2003 ha sido dar fondos, armas y ayuda a las facciones chiítas, entre ellas algunas que forman parte de la coalición de Maliki [el actual primer ministro]”. En el otoño del 2004, durante los preparativos de las elecciones iraquíes de enero del 2005 orquestadas por Estados Unidos, la CIA informó que Irán gastaba $11 millones por semana para ayudar a la Plataforma Unida Chiíta, que ganó la mayoría en las elecciones. Así que mientras Irán no se oponía directamente a Estados Unidos en Irak, no cabe duda de que aumentaba su influencia.
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Revolución #107, 4 de noviembre de 2007
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David Horowitz es un sicario derechista y supuestamente “intelectual”
en la vanguardia del ataque contra el disentimiento y el pensamiento crítico
en las universidades. Es autor de la “Semana de conciencia sobre el islamofascismo”,
del 22 al 27 de octubre, en las universidades de Estados Unidos e Israel.
Un elemento central de la agenda de Horowitz es la demanda de que el mundo
académico prohiba y suprima la investigación de los horrores de la esclavitud
y la actual opresión de los afroamericanos, y la enseñanza de la verdad
sobre ellas. Esto es algo que urge denunciar y refutar.
A comienzos del 2001, Horowitz publicó un anuncio publicitario en periódicos
universitarios por todo el país que atacó la campaña de indemnizaciones.
Esta es una demanda para pagar indemnizaciones a los afroamericanos por
el impacto de la esclavitud y lo que la siguió. Pide reconocer las tremendas
desigualdades económicas y sociales que son el legado de la esclavitud,
tanto como de la discriminación que viven hoy los afroamericanos.
El contenido del anuncio de Horowitz, titulado “Diez razones por las cuales
las reparaciones son una mala idea para los negros, y además son racistas”,
demuestra la agenda, y el método y pensamiento, de un apologista moderno
de la esclavitud… y defensor de la extrema desigualdad, el racismo y la
opresión nacional de los afroamericanos hoy. En el anuncio (que
Horowitz sigue defendiendo) da cuatro respuestas a la demanda de indemnizaciones:
Primero, dice que “los africanos negros y los árabes tenían la culpa de
la esclavitud de los antepasados de los afroamericanos”, y no los comerciantes
blancos europeos y su sistema que se beneficiaban tanto de la despiadada
explotación de los esclavos africanos.
Además, Horowitz dice que la “afirmación de que todos los afroamericanos
sufren de las consecuencias económicas de la esclavitud y la discriminación”
no “tiene fundamento”. Aun dice que, a pesar de la tremenda cantidad de
documentación, “no se ha hecho ningún esfuerzo científico para probar
que el sistema de esclavitud que terminó hace casi 150 años ha afectado
negativamente a los individuos que viven hoy”.
Horowitz también dice que la demanda de indemnización tiene un “mensaje
perjudicial” y fomenta “un renovado sentido de agravio”, cuando el verdadero
problema es que “parece que los negros no hayan encontrado la escalera
de la oportunidad”.
Por último, el anuncio publicitario de Horowitz dice que “los afroamericanos
ya han recibido la indemnización” en la forma de “subsidios de welfare
y preferencias raciales”.
Por eso, Horowitz dice que los afroamericanos “están endeudados con América”…
¡y deben expresar su “gratitud”!
En este artículo propongo responder a estas afirmaciones.
¿Quiénes se beneficiaban de la esclavitud?
El anuncio de Horowitz dice: “Los africanos negros y los árabes tenían
la culpa de la esclavitud de los antepasados de los afroamericanos”. Esto
es típico del método demagógico de Horowitz, que se enfoca en pequeños
trozos de la realidad, o los inventa, al servicio de una gran mentira.
Mientras que es cierto que unos africanos y árabes participaban en la
captura de los negros africanos por los negreros europeos y estadounidenses,
eran los esclavistas que compraban los esclavos los que se beneficiaban
en una escala casi inimaginable. Y todo el sistema capitalista que surgió
y se cebó de la cruel explotación de los esclavos africanos.
Los dos grupos cuya relación conflictiva pero integrada eran los cimientos
de Estados Unidos, los dueños de esclavos del Sur y los capitalistas del
Norte, se beneficiaban de la enorme riqueza que produjeron los esclavos
en Estados Unidos. Esa riqueza, sacada a latigazos de los esclavos, desempeñó
un papel decisivo no solo en la economía agrícola del Sur sino también
en la industria de textiles y otras industrias del Norte. (Ver Complicity:
How the North Promoted, Prolonged, and Profited from Slavery, Anne Farrow,
Joel Lang y Jenifer Frank)
Además, la supremacía blanca y sus expresiones económicas, políticas y
culturales son parte integral y fundamental de todo lo que ha sido y es
Estados Unidos. No todos los blancos eran dueños de esclavos. No todos
los negros eran esclavos durante la época de la esclavitud. Pero el hecho
es que la esclavitud estableció el carácter de la sociedad entera durante
ese período, especial pero no únicamente en el Sur. Así que aun los blancos
que no eran dueños de esclavos se situaban en esa sociedad y se beneficiaban
de ella, incluso como sus defensores. Toda una orden social surgió sobre
esos cimientos. La moral, los valores y la psicología de la supremacía
blanca se oían en las iglesias, se enseñaban en las escuelas y se imponían
de muchas maneras.
La esclavitud y el saqueo de África
El anuncio de Horowitz dice: “La premisa de la solicitud de indemnizaciones
se basa en la falsa suposición de que solo los blancos se han beneficiado
de la esclavitud. Si el trabajo de los esclavos creó riqueza para los
americanos, pues está claro que también creó riqueza para los americanos
negros, entre ellos los descendientes de los esclavos. El PNB de la América
negra hace que la comunidad afroamericana sea la décima ‘nación’ más próspera
del mundo. Los negros americanos en promedio gozan de un ingreso per cápita
que es de 20 a 50 veces mayor que el de los negros que viven en las naciones
africanas de donde los secuestraron”.
No ofrece ninguna fuente para esas estadísticas y no se debe aceptarlas
sin fuente. Pero es cierto que los afroamericanos hoy, aunque sufren de
enormes desigualdades y opresión nacional y racial, por lo general tienen
un ingreso per cápita mucho mayor que el de los negros africanos. En la
mente retorcida de Horowitz, esto es algo que los afroamericanos deben
considerar un beneficio del legado de la esclavitud.
Esta es otra manera de decir que como los pueblos africanos experimentan
una forma de explotación y pobreza más salvaje y despiadada que la de
los afroamericanos, estos deben sentirse agradecidos. Según esa lógica
perversa, los que viven hoy en África deben sentirse agradecidos
de que no los exterminaron casi totalmente, como hicieron con un gran
porcentaje de los pueblos indígenas de Norteamérica.
No se puede separar las desigualdades entre los afroamericanos (y otros
pueblos que viven fuera de África) y los africanos hoy —que se ve en las
guerras que sacuden grandes extensiones de África, el hambre y la crisis
del SIDA— del legado del robo y saqueo de África por el colonialismo y
el imperialismo, tanto las zonas donde capturaban africanos para esclavizarlos
como otras partes del continente.
Nada más la esclavización de los pueblos del Congo por el rey Leopoldo
de Bélgica y su industria de caucho a finales del siglo 18 llevó a la
muerte y mutilación de hasta 10 millones de africanos. (ver King Leopold’s
Ghost: A Story of Greed, Terror, and Heroism in Colonial Africa,
de Adam Hochschild)
Y Estados Unidos tiene una larga “tradición” de meterse hasta aquí en
el saqueo de África. Trabajando de la mano con el notorio gobierno supremacista
blanco de Sudáfrica, apoyó las fuerzas al estilo de la contra nicaragüense
en Angola y Mozambique. Estas fuerzas llevaron a cabo masacres y sabotearon
sistemáticamente la infraestructura de esos países, y así causaron enorme
sufrimiento y muerte. Lo hicieron al servicio de forjar un corredor seguro
alrededor del gobierno de apartheid sudafricano, donde los pueblos indígenas
se rebelaban contra el sistema de explotación.
O demos un vistazo al saqueo de Nigeria por los monopolios petroleros
de Estados Unidos y Europa, impuesto por una serie de gobiernos neocoloniales
asesinos. Ken Sara Wiwa era un dirigente comunitario del pueblo ogoni,
del este de Nigeria. En 1995, el gobierno ahorcó a Ken Sara Wiwa. Las
compañías petroleras y los escuadrones de la muerte del gobierno nigeriano
colaboraron abiertamente y hay amplia documentación: en una entrevista
que le hizo el programa “¡Democracia ahora!” el 28 de mayo de 1998, un
funcionario de la compañía Chevron admitió que la compañía trasladó a
los soldados nigerianos a su plataforma petrolera de Parabe en el delta
del río Níger, en medio de una ocupación por docenas de activistas comunitarios.
Poco después de llegar en helicópteros contratados por Chevron, los soldados
mataron a dos manifestantes.
El sistema capitalista-imperialista victimizó a los africanos dos veces:
primero, secuestró y mató a millones en el trato de esclavos que dio ímpetu
a la expansión del capitalismo; y segundo, saqueó y explotó despiadadamente
al continente africano durante cuatro siglos. Y con todo esto, ¡Horowitz
dice que los afroamericanos deben celebrar el hecho de que ganan más que
los que viven en África!
Después de la esclavitud…
El anuncio de Horowitz dice: “No se ha hecho ningún esfuerzo científico
para demostrar que los individuos que viven hoy han sufrido consecuencias
negativas debido a un sistema de esclavitud que terminó hace 150 años.
Pero hay muchas pruebas de que los individuos pudieron superar y superaron
las penurias de la esclavitud”.
Aquí, Horowitz hace como si con el fin de la esclavitud hubo una transformación
revolucionaria de toda la sociedad, en la que el pueblo negro alcanzara
la igualdad básica con los blancos en cuanto al ingreso, educación, asistencia
médica, participación política y así sucesivamente, y que luego, ola tras
ola de transformaciones revolucionarias desencadenaron más destrucción
de la desigualdad y opresión históricas de los negros. Pero no ocurrió
nada parecido. Al contrario, la opresión del pueblo negro tomó nuevas
formas.
Muchos estudios han tratado de cuantificar el robo de los ingresos y la
riqueza de la mano de obra negra durante las últimas quince generaciones.
David H. Swinton, presidente de la universidad Benedict College de Columbia,
Carolina del Sur, informó que un investigador calculó que el valor, en
dólares de 1983, de la labor expropiada de los esclavos por los blancos
de 1620 a 1865 fue de un millón de millones a 97 millones de millones
de dólares, dependiendo de la tasa de interés durante el largo período.
(Ver el ensayo de Swinton citado por Joe Feagin en “Documenting the Costs
of Slavery, Segregation, and Contemporary Racism: Why Reparations Are
in Order for African Americans”, en Harvard Blackletter Law Journal,
tomo 20, 2004)
Otro estudio calculó que el valor de la discriminación en el mercado de
trabajo de 1929 a 1969 (en dólares de 1983) fue 1.6 millón de millones
de dólares. (Estas estadísticas se basan en calcular el valor bruto de
la producción de la población negra en Estados Unidos y el interés que
tal riqueza hubiera acumulado entre ese tiempo y hoy).
Una cadena ininterrumpida conecta las diferentes formas de opresión de
los negros en la historia de este país. Después de la guerra de Secesión
y la abolición de la esclavitud, el período pasajero de la Reconstrucción
inicialmente les prometió igualdad a los esclavos emancipados. Pero esa
promesa fue traicionada. Impusieron condiciones de servidumbre semifeudales
poco diferentes de los días de la esclavitud, y las hacían cumplir con
ataques terroristas contra los que huían. La forma de opresión impuesta
después de la abolición heredó muchos elementos de la esclavitud. Los
negros trabajaban para los dueños de las plantaciones sureñas como si
todavía fueran esclavos (en muchos casos esos eran los mismos dueños de
la época de la esclavitud). Al látigo del amo lo reemplazaron los linchamientos
del Ku Klux Klan, que eran tan generalizados que un psicólogo que estudió
a los afroamericanos que vivían en el Sur durante ese período dijo que
todos los afroamericanos, especialmente los del Sur, en efecto vivían
so pena de muerte que se podía llevar a cabo en cualquier momento. Y los
linchamientos contaban con el apoyo de las autoridades a tal punto que
a veces los anunciaban por anticipación y los celebraban con postales
de la chusma linchadora y la víctima.
La próxima gran traición del pueblo negro ocurrió cuando, como consecuencia
de los cambios del mundo y de la economía estadounidense, mecanizaron
la agricultura del Sur donde trabajaban. Por otro lado, necesitaban trabajadores
para explotar brutalmente en las empacadoras, fábricas, acerías, fundiciones
y en la construcción en las ciudades, especial pero no únicamente en el
Norte. Tras emigrar a las ciudades, estallaron pujantes movimientos a
favor de la igualdad. El Movimiento de Derechos Civiles y el Movimiento
de Liberación Negra surgieron en los años 50 y 60. Junto con esto, los
imperialistas estadounidenses llevaron a cabo cambios en los medios por
los cuales imponían el neocolonialismo en el tercer mundo, y
esto los obligaba a parecer diferentes de las viejas potencias coloniales.
Por eso, en el contexto de esos levantamientos sociales, hicieron ciertas
concesiones pequeñas al pueblo negro. Prohibieron la segregación escolar
abierta, que se llamaba “separada pero igual”. Crearon unos programas
sociales (como la “Gran Sociedad” del presidente Lyndon Johnson) para
dar unas cuantas oportunidades a la clase media negra, y unos cuantos
programas de asistencia social para los pobres. ¡Estos son parte de la
deuda que Horowitz dice que los negros le deben a Estados Unidos!
Pero luego, le quitaron incluso estas pequeñas concesiones. Una vez más
traicionaron a los afroamericanos. Hoy el funcionamiento del sistema capitalista
y las medidas conscientes del gobierno le niegan empleo a los negros,
especialmente a los que viven en las ciudades. Cuando encuentren trabajo,
y en todas las esferas de esta sociedad, los negros sufren discriminación.
Hace poco la Suprema Corte dio su sello de aprobación a esa discriminación
cuando anuló básicamente la decisión “Brown vs. Board of Education”, que
mandó integrar a las escuelas en muchos lugares.
¿Dónde está el agradecimiento?
El anuncio de Horowitz dice: “¿Y qué de la deuda que los negros le deben
a América?” “Si no fuera por los sacrificios de los soldados blancos y
un presidente americano blanco… los negros en América todavía serían esclavos”,
privados de “…las mayores libertades y los derechos individuales mejor
protegidos del mundo. ¿Dónde está el reconocimiento de parte de los americanos
negros y sus líderes por estos regalos?”.
Solo el apologista más grosero de la esclavitud podría decir que un pueblo
cuyos antepasados vivían esclavizados durante 250 años ¡les debe una
deuda a los esclavistas por el hecho de que por fin la esclavitud
terminó! El anuncio de Horowitz hace caso omiso del importante
y heroico papel de los afroamericanos en la lucha contra la esclavitud.
Hubo más de 200 rebeliones de esclavos, entre ellas las dirigidas por
Nat Turner en Virginia y Denmark Vesey en Carolina del Sur. El anuncio
tampoco menciona que casi 200,000 negros fueron soldados del ejército
del Norte, y pagados la mitad del salario de los soldados blancos, y que
uno de cada cinco (casi 40,000) murió en la guerra (la tasa de bajas de
los soldados negros del ejército del Norte era el doble de la de los blancos).
Horowitz pone la realidad patas arriba cuando llama “regalos” los derechos
básicos que el pueblo tuvo que luchar duro y morir por ganar.
Mentiras al servicio de la supremacía blanca = racismo
La etiqueta de racista le irrita a Horowitz. Pero es racista,
es decir, es apologista sistemático de la supremacía blanca. No es insulto
sino un término científico que describe la ideología que Horowitz se ha
dedicado a promover. Lo que es peor, no es ignorante de la historia y
realidad actual del pueblo negro; miente acerca de ellas porque
admitir la realidad de la supremacía blanca —en ese entonces y hoy— socavaría,
en palabras de Horowitz, “la concepción que tiene América de sí misma
como faro de la libertad”.
El libro de Horowitz Uncivil Wars: The Controversy Over Reparations
for Slavery (Guerras no civiles: La polémica en torno a las indemnizaciones
por la esclavitud) presenta pasajes de discursos que dio en la Universidad
de California en Berkeley y otras universidades en defensa de su anuncio.
Admite: “La esclavitud era un crimen contra la humanidad y una mancha
en el historial del país. Apoyo totalmente las indemnizaciones a los esclavos
y sus hijos. Desafortunadamente, todavía no están con nosotros. Aunque
una indemnización no puede compensar los agravios de la esclavitud, hubieran
debido compensar a los esclavos americanos cuando los pusieron en libertad.
En vez, les negaban lo que los prometían. Esto fue una traición, asó
como fueron una traición los años de segregación y discriminación que
siguieron”. (mi énfasis)
Pero luego, en el mismo libro, muestra una agenda de tapar todo esto y
una metodología extrema y extraña de “verdad política”. La metodología
es “no importa la verdad, lo que importa es lo que adelante mi agenda
política”. Escribe que, a pesar de su admisión de que traicionaron una
y otra vez la lucha de los negros por superar “los agravios de la esclavitud”,
“se debe ver que la solicitud de indemnizaciones es en realidad una receta
de divisiones raciales y conflictos étnicos”. (p. 39)
Cerca del final del libro, Horowitz deja ver su “lógica” abiertamente:
“En el caso contra las indemnizaciones, yo tomaba partido en un tema integral
de la ‘guerra cultural’, una escisión que ha polarizado y agriado el debate
en América desde hace medio siglo… una disputa en torno al significado
de la historia americana y de la identidad nacional. Desde los años 60,
los ‘radicales con titularidad’ han librado un ataque feroz contra la
concepción que América tiene de sí misma de un faro de la libertad… Una
nación concebida en la libertad ahora se describe como ‘una nación concebida
en la esclavitud’”. (Uncivil Wars, p. 105)
Básicamente, lo que dice Horowitz es que “la concepción que América tiene
de sí misma de un faro de la libertad” no puede resistir una inspección
crítica de la realidad histórica. Y fundamentalmente, Estados Unidos no
hará, y no puede hacer, NADA para cambiar la realidad de lo que esa historia
ha producido. Así que hay que cambiar la historia para ajustarse a esa
agenda, que es una agenda que concuerda con el argumento de que los dogales
colgados de un árbol “solo para blancos” en Jena, Louisiana, no son racismo.
Para hacerle frente a la realidad de la esclavitud y de todo lo que ha
causado requiere hacerle frente al hecho de que la esclavitud ha desempeñado
un papel central en la acumulación de la tremenda riqueza que sostiene
la dominación global estadounidense. También requiere hacerle frente a
las desigualdades racistas y las condiciones opresivas de los afroamericanos
hoy, que son una parte ineludible de ese mismo legado histórico. La supremacía
blanca y la opresión de los negros son elementos tan fundamentales de
esta sociedad que los que detentan el poder no las podrían eliminar aunque
quisieran hacerlo. Hacerle frente a tales verdades significa reconocer
que la supremacía blanca y la opresión de los negros son parte integral
de este sistema, y que solo una revolución para abolir el capitalismo
puede acabar con ellas.
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Revolución #107, 4 de noviembre de 2007
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De la Redacción: David Horowitz es un sicario derechista en la vanguardia del ataque contra el disentimiento y el pensamiento crítico en las universidades. Es el autor de la “Semana de conciencia sobre el islamofascismo”, del 22 al 27 de octubre. En muchas universidades se desenvolvió un debate de dos lados, con las actividades de Horowitz y las denuncias de su agenda y sus mentiras. Publicaremos más informes y análisis en la semana que viene. Pero para dar una idea de lo que ocurrió, publicamos pasajes de la siguiente carta de Berkeley, California: (Habrá más informes en revcom.us)
La Universidad de California en Berkeley no ha experimentado la clase de protestas que la caracterizaron en los años 60 desde hace mucho tiempo. Hace poco un foro sobre el creacionismo atrajo casi mil estudiantes cristianos opuestos a la evolución, mientras que un foro para “Defender la ciencia” atrajo mucho menos, y la mayoría no fueron estudiantes. Pero de todos modos se empieza a ver fisuras, como la manifestación de cientos hace poco de apoyo a los 6 de Jena. Y ahora, los universitarios han empezado a oponer resistencia al ataque de Horowitz.
El lunes 22 de octubre, el grupo “Paz no prejuicio”, que se movilizó en oposición a la “Semana de conciencia sobre el islamofascismo”, pasó la película “The Ghosts of Abu Ghraib” (Los fantasmas de Abu Ghraib), que denuncia la tortura en el penal Abu Ghraib y el papel de los altos funcionarios del gobierno estadounidense.
Ese mismo día, al mismo tiempo que se celebraba una marcha contra la brutalidad policial, un organizador de la campaña contra la “semana de conciencia” fue a la universidad para hablar con los estudiantes acerca de la necesidad de confrontar políticamente a Nonie Darwish esa tarde. Darwish fue la oradora de la “semana de conciencia” en Berkeley y es vocera del grupo “Árabes por Israel”. Ese día hubo un hombre en medio de la universidad con un letrero que decía por un lado “El islam maltrata a la mujer” y por el otro tenía una “lista” provocadora: “Poligamia, incesto, golpizas de esposas”. Un grupo de estudiantes inició un debate. El organizador hizo agitación y repartió muchos volantes y afiches. El debate continuó varias horas y al hombre con el letrero lo rodeó un grupo de 30 ó 40 estudiantes. Unos hicieron sus propios letreros. Un estudiante negro dijo: “¿Qué haríamos si el KKK viniera a la universidad?”. A las 7 de la tarde, cuando Darwish iba a hablar, un grupo resuelto de estudiantes, entre ellos unos musulmanes, siguió al tipo con el letrero de “El islam maltrata a la mujer” al foro. Estalló un mitin y debate espontáneo de media hora frente al edificio. Participaron unos activistas de El Mundo no Puede Esperar en monos naranjas.
El corresponsal de Revolución Larry Everest empezó a leer citas de la Biblia acerca de la esclavitud de la mujer, etc., que pusieron furioso al tipo con el letrero. Luego entramos al foro. Hubo unos 60 derechistas y 40 personas de nuestro lado. La charla de Darwish describió, de manera limitada y con muchas anécdotas personales, unos horrores del islam radical. Pero no ofreció su punto de vista. ¿Qué respuesta prefiere? ¿La guerra? ¿La tortura? ¿Qué opina de los fascistas cristianos con quienes se alinea? Solo respondió a preguntas escritas en tarjetas y las esquivó, así que tuvimos que gritar nuestras preguntas y comentarios. Alguien le hizo una pregunta sobre la tortura en Abu Ghraib, que esquivó con otra pregunta acerca de Daniel Pearl. Por fin dijo que apoya “asustar en serio” a los detenidos. Los organizadores del foro, que dicen que son víctimas de una censura constante, impidieron el debate y cerraron el foro. Pero fue un claro debate de dos lados, y todos vieron que Nonie Darwish y los Republicanos Universitarios fueron los que no querían debatir.
La noche del 23, Libros Revolución presentó un foro titulado “¿Y el fascismo estadounidense?”, con Larry Everest y Roberto Hernández, un estudiante posgrado. Aunque un portal republicano pidió ir al foro “para divertirse”, los derechistas no fueron. Roberto Hernández dijo que el ataque contra el programa de estudios étnicos es más que un ataque contra la historia de los que no son blancos y su relación con Estados Unidos; también es un ataque contra el pensamiento crítico. Larry Everest señaló que Darwish recomienda no hacer preguntas como “¿Por qué nos odian?”. Hablamos de las consecuencias de la “semana de conciencia” y de sus vínculos al fascismo cristiano, los ataques contra los profesores, la guerra contra Irán, etc.
El 24, los Republicanos Universitarios pasaron la película de propaganda bélica “Obsession” (Obsesión). Llevamos nuestro propio proyector portátil con altoparlantes para pasar el video de El Mundo no Puede Esperar acerca de la “semana de conciencia” en el lado del edificio. Desafortunadamente, la policía nos impidió. Así que nos arrodillamos frente al edificio en nuestros monos de naranja, y luego entramos al edificio y nos arrodillamos frente a la pantalla. Había entre 30 y 40 personas en el salón y unos derechistas empezaron a gritar y a contar chistes acerca de Halloween. Uno de los activistas se quitó la capucha e hizo agitación acerca de los monos y de que las películas como “Obsession” sientan la base para aceptar la tortura y la guerra sin fin en el Medio Oriente. Exhortó ver la película y escuchar lo que piensan, y dijo que aunque compara el islam a los nazis, en realidad la película se parece mucho a la propaganda nazi. La policía amenazó con arrestar a los activistas así que se sentaron. Cuando el activista que condenaba la película salió, un policía lo esposó y dijo que lo iba a arrestar en nombre de los Republicanos Universitarios. Lo citó y lo dejó irse, pero la amenaza fue clara: no cuestiones, no hables. Después de la película, tres activistas se pusieron de pie y empezaron a explicar con calma que se necesita la libertad de expresión; exhortaron a todos a quedarse para hablar de lo que la película omite. Los Republicanos Universitarios intentaron cerrar el programa y exhortaron debatir el tema en su blog. Cuando los activistas continuaron el debate, la policía entró y los arrastró del salón, y en el proceso hirió a uno. La policía dijo que quería impedir una pelea, pero solo hubo un debate acalorado. Los Republicanos Universitarios no tienen buenos argumentos, pero cuentan con el respaldo del poder estatal. Por otro lado, varias jóvenes del público nos dijeron que querían participar en la manifestación contra los Republicanos Universitarios al día siguiente.
El 25, los Republicanos Universitarios leyeron “Voces del terror” en un mitin en el centro de la universidad. Llegamos con los monos. Una de las jóvenes que conocimos la víspera participó también, y nos arrodillamos frente a los oradores. Teníamos un estandarte grande con citas de varios oradores de la “semana de conciencia” (Coulter, Santorum, Horowitz). Los Republicanos Universitarios citaron a unos musulmanes que critican a los judíos. Solo hablaron media hora y la multitud de unos 200 estudiantes estaba airada y unos gritaron “Esto es racista”. Poco después, unos activistas y un estudiante hablaron acerca de la “semana de conciencia”. El estudiante dijo: “Soy judío y no soy ni izquierdista ni derechista, pero cuando me dicen que soy partidario del terrorismo porque no estoy de acuerdo con el gobierno, esto impide mi libertad de expresión”.
Más tarde esa noche, la coalición de 30 grupos estudiantiles celebró un mitin en la plaza Sproul como parte de la "Semana de paz no prejuicio". Más de 300 personas escucharon al rabino Michael Lerner y otros (artistas de hip hop y poetas de spoken word) hablar del racismo, el poder de los estudiantes y en oposición a la guerra.
El principal periódico universitario, Daily Cal, informó que los estudiantes en el mitin del mediodía “corearon ‘¿y Guantánamo?’”. Un republicano universitario, enojado, le dijo al Daily Cal: “Para mucha gente, la semana se enfocó en las aventuras militares de Estados Unidos en vez del islamofascismo”.
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Revolución #107, 4 de noviembre de 2007
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El Fondo de Literatura Revolucionaria para Presos (FLRP) es un fondo de literatura educativa que satisface pedidos de literatura revolucionaria de presos en Estados Unidos.
La mayoría de los pedidos que recibe el FLRP de los que se encuentran entre rejas son para suscripciones gratuitas en español y inglés al periódico semanal Revolución y para libros revolucionarios y otros libros, entre ellos los que destaca el periódico Revolución. Al proveer esta literatura, el FLRP da a los presos una oportunidad educativa para conocer los acontecimientos mundiales y los asuntos políticos, culturales y filosóficos clave desde una perspectiva revolucionaria única, y para entrar en discusiones sobre la moral, la religión, la ciencia y el arte. Cada semana pueden entrarle al debate efervescente y las noticias urgentes sobre las luchas políticas y sociales que se desenvuelven, pensar críticamente en el estado actual de la sociedad, y buscar una alternativa. El FLRP lucha contra la creciente censura cuya meta es negarles a los presos acceso a Revolución y otra literatura revolucionaria.
Lo que dicen los presos sobre el periódico Revolución
"He recibido Revolución sin costo durante más de cinco años. Cada año me digo: Quizás este será el año en que tendrán que dedicar sus recursos limitados a otro sector de la lucha, y sin duda ¡no me podría quejar de eso! Se han construido los cimientos. ¡No me quedaría más que construir sobre ellos y contribuir cómo y dónde pueda! Sin embargo, hasta la fecha sigo recibiendo Revolución cada semana. ¡Pero déjame decirles! Muchos sacan provecho de este periódico que recibo, un testamento a su importancia detrás del frente enemigo! Donde vaya me lo piden prestado y se circula de mano a mano, en el mainline a los Ad-Segs (segregación administrativa) y los SHU (unidades de vivienda segregadas). A veces se me devuelve hasta después de muchas semanas, y me llega prietito y roto de que lo pasaron debajo de tantas puertas de celdas y hasta tantas manos esperanzadas. ¡Me encanta que me lo devuelvan rayado y arrugado, con garabatos en el margen, o que simplemente no me lo devuelvan! ¡Que a todo dar! Es bien padre verlos fruncir las cejas y escucharles discutir y debatir perplejos, a la medida que los empiezan a cuestionar por qué las cosas son como son, en verdad, y exactamente cómo nuestros opresores nos han inculcado y adoctrinado para ver el mundo y nuestro papel en él de cierto modo (¡que les conviene, que nos mantiene oprimidos y explotados!); que nuestro cautiverio y las medidas represivas del aparato estatal burgués son parte de la operación del sistema".
Preso penal, Folsom Prison, California
URGEN CONTRIBUCIONES
Mandar cheques o giros postales al Fondo de Literatura Revolucionaria para Presos (FLRF), a nombre de Prisoners Revolutionary Literature Fund:
Fondo de Literatura Revolucionaria para Presos
1321 N. Milwaukee Ave., #407
Chicago IL 60622
Las contribuciones no se pueden descontar de los impuestos federales.
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Revolución #107, 4 de noviembre de 2007
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Recibimos esta carta:
Cuatro ciclistas que apoyan el periódico Revolución decidimos recaudar fondos por medio de algo que nos fascina: andar en bicicleta. Organizamos un paseo de bicicletas el 13 de octubre (“Escaparse de Nueva York”) y buscamos “patrocinadores” que prometían contribuir una cantidad por cada milla que completáramos. El paseo era de un centenar métrico: 100 kilómetros, o 62 millas, y la gente prometía $.50, $1 o $2 por milla. A dos de nosotros nos habían prometido aproximadamente $1,500. (Una persona todavía está solicitando promesas y otra entró en otro paseo, y aún no sabemos de sus resultados).
Solicitamos patrocinadores entre familiares, amigos y otros que conocían el periódico Revolución y muchos que no lo conocían. También queríamos presentar el periódico a gente—ciclistas—que no lo conocerían de otro modo. Fuimos a un paseo de bicis de 60 millas tres semanas antes del nuestro. Cortamos la parte de en frente de las playeras “Se busca por asesinato múltiple… Gobierno de Bush” y las pegamos en nuestras camisetas de bicicleta, en el pecho y en la espalda. Oímos comentarios como “Chida tu camiseta” o “¿Dónde puedo conseguir una camiseta de esas?”. Les dimos tarjetas que imprimimos que traía el primer párrafo del volante para la campaña de recaudar fondos y les contamos de nuestro plan. En las paradas de descanso del paseo, distribuimos centenares de esas tarjetas.
En la línea de llegada de ese paseo, vendimos el periódico y distribuimos más tarjetas. Los organizadores oficiales del paseo nos pedimos que no distribuyéramos tarjetas en el mero punto final porque daba la impresión de estar asociado formalmente con el paseo. Por eso nos acomodaron una mesa apartada tantitos pies de allí. Muy pocas personas conocían el periódico así que lo estábamos presentando a gente nueva.
Un ciclista es artista revolucionario y mandó a su lista de correo electrónico un mensaje que solicitaba donaciones. Recibió respuestas de varias personas que casi ni las conoce. El resultado más significativo fue que otro artista conocido en una esfera importante de arte mandó el mensaje a su propia lista y así difundió más la noticia del periódico.
Otro ciclista había participado en un club de corredores de Detroit, del cual todos son negros de clase media, la mayoría profesionales. Cuando estaba preparando su carta electrónica para mandarla a la lista del club, el encargado del club mandó a la lista una carta con un llamado del NAACP para apoyar a los 6 de Jena. Entonces cuando el ciclista mandó su carta, adjuntó unos artículos de Revolución sobre los 6 de Jena. Tras las grandes movilizaciones del 20 de septiembre, el encargado del club le mandó al ciclista un correo que preguntaba: “¿Dónde estaban los güeros?” en Jena. Primero se lo mandó solamente al ciclista, después lo mandó a la lista entera del club, con la clara intención de animar una discusión. Entonces el ciclista adjuntó más artículos como “Jornada de Jena: 48 horas después de un gran día” y planteó la cuestión de cómo acabar con la opresión del pueblo negro y toda la opresión, con la reciente serie de Bob Avakian.
Ese intercambio no resultó en muchas promesas de fondos, pero sí presentó el periódico a 50-75 personas. Un profesor de una universidad de la región de Detroit que está en el club de corredores mandó el nombre de un colega de Nueva York que podría interesarse en el periódico.
La meta de conectar el periódico con nuevos grupos de personas se logró parcialmente. Sin embargo, no logramos que los nuevos contactos también recaudaran fondos. Eso fue porque no perseguimos lo suficiente. Es crucial perseguir con los nuevos contactos.
Nos dimos cuenta de que en general hay mucho más potencial de lo que habíamos pensado. Por medio de este esfuerzo, unas personas que quizás no hubieran donado al periódico si se lo hubiéramos pedido directamente, llegaron a conocerlo y se hicieron donantes. Familiares y amigos se complacieron en “patrocinar” a un ciclista que conocían, y contribuyeron al periódico. Hay muchos más que hubieran donado que no se lo solicitamos. Nos dimos cuenta de que podríamos haber solicitado mucho más ampliamente.
Cualquier prueba deportiva que requiera aguante, como un paseo en bici o carrera o caminata, se podría aprovechar para recaudar fondos para el periódico. Es la razón por la cual muchas organizaciones caritativas ocupan ese método. Hay que apuntarlo en lista de 40+ maneras de recaudar fondos para el periódico.
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Revolución #107, 4 de noviembre de 2007
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Carta:
Camaradas,
Jamás pensé ver un periódico comunista en este país. Pero luego encontré Revolución.
Al saber que hay más gente que está haciendo algo para cambiar todo esto, todas las cosas que quería ver cambiadas, pienso que es más posible hacerlo que antes.
Siempre pienso que podemos cambiar la realidad si hacemos algo, en vez de creer que un ser sobrenatural lo hará por nosotros. Como la gente religiosa que siempre te dice que no puedes cambiar nada. Solo puedes rezar y esperar la próxima vida.
Quiero ver un fin a toda la injusticia, un fin a la estupidez de los seres humanos que están despojando nuestro planeta, un fin al maltrato de los seres humanos por otros seres humanos.
En este país tenemos suficiente comida, vivimos cómodamente y podemos cerrar los ojos al sufrimiento y la miseria del resto del mundo. Decimos en México: Ojos que no ven, corazón que no siente.
La gente que vive aquí, y yo que estoy tan lejos de mi país, también podemos cerrar los ojos, pero aun así sufrimos las consecuencias de lo que Tony Soprano hace en todo el mundo. Yo soy la persona a quien Tony Soprano le robó el televisor. Ahora tengo que lavarle los pisos para comprar otro.
Crecí en una familia religiosa y siempre hacía preguntas, pero nunca quedé satisfecho con las respuestas. Ahora lo que quiero es que la gente cuestione qué es real y qué es posible. Al leer Revolución, encuentro que cambiar la realidad es más posible de lo que había pensado. La gente religiosa me mintió. Ahora que sé más sobre el comunismo, puedo ver más claramente qué es el capitalismo y que los capitalistas son responsables por todas las mentiras que me hicieron. Sacan provecho de la ignorancia de la gente si se da por vencida y acepta todo esto. Eso me da coraje.
No me daré por vencido.
Quiero luchar.
Camarada mexicano de Brooklyn
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Revolución #107, 4 de noviembre de 2007
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Por lo visto, hoy se prohibe examinar la historia del estado de Israel en las universidades y centros de vida intelectual. No se limita a una sola universidad; varias universidades han retirado invitaciones a poetas, historiadores y otros que han criticado al estado de Israel. Y la Universidad DePaul despidió al profesor Norman Finkelstein debido a su perspectiva crítica sobre Israel. Así que una advertencia: las preguntas sobre Israel del periódico Revolución (en los números 103 y 104) sacarán a luz unos hechos posiblemente incómodos. Hasta podrían llevar a poner en duda creencias duraderas y– ¡zas! – cambiar opiniones.
Pregunta de opción múltiple de la tercera parte (Israel y Sudáfrica):
1. Durante el período en que las sanciones económicas de la ONU aislaron al gobierno sudafricano, varios gobiernos todavía llevaron a cabo comercio con Sudáfrica. En el caso de Israel, ese comercio nominal constaba de…
a La exportación de naranjas y otros productos alimenticios
b La exportación de anteojos y medicinas
c Ayuda militar estratégica en gran escala, como pertrechos y entrenamiento para ayudar al gobierno de apartheid a masacrar a manifestantes, y ayuda para desarrollar armas nucleares
d Ninguna de las respuestas de arriba: Israel era uno de los pocos países del mundo que obedeció estrictamente el boicot comercial de Sudáfrica.
Se puede encontrar la respuesta y las demás preguntas aquí.
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Revolución #107, 4 de noviembre de 2007
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