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Crimen Yanqui Caso #35: La guerra de 2011 de Estados Unidos y OTAN en Libia

Actualizado

Nota de la redacción: Esta entrega de Crimen Yanqui se publicó originalmente el 3 de octubre de 2018. En el contexto de las inundaciones mortíferas de la tormenta Daniel que devastaron a la ciudad oriental libia de Derna en septiembre de 2023, la volvemos a publicar con actualizaciones. 

Bob Avakian escribe que una de las tres cosas que tiene “que ocurrir para que haya un cambio duradero y concreto hacia lo mejor: Las personas tienen que reconocer toda la historia propia de Estados Unidos y su papel en el mundo hasta hoy, y las correspondientes consecuencias terribles”. (Ver "3 cosas que tienen que ocurrir para que haya un cambio duradero y concreto hacia lo mejor").

En ese sentido, y en ese espíritu, “Crimen yanqui” es una serie regular de www.revcom.us. Cada entrega se centrará en uno de los cien peores crímenes de los gobernantes de Estados Unidos, de entre un sinnúmero de sanguinarios crímenes que han cometido por todo el mundo, de la fundación de Estados Unidos a la actualidad.

La lista completa de los artículos de la serie Crimen Yanqui

A grieving man next to a field of graves

 

Un hombre de luto se sienta junto a las tumbas de las víctimas de las inundaciones repentinas en Derna, Libia, el viernes 15 de septiembre de 2023. El número de muertos en la ciudad costera libia de Derna supera los diez mil.     Foto: AP

Devastadoras inundaciones azotan al este de Libia

El fin de semana del 9 y 10 de septiembre de 2023, la poderosa tormenta mediterránea Daniel azotó al este de Libia con un aguacero récord. Cuarenta y un cm de lluvia cayeron en 24 horas, fluyendo hacia abajo por montañas y desiertos hacia el cauce seco del río que recorre hacia el norte a través de la ciudad costera de Derna, hogar de 100.000 personas. El torrente furioso desbordó dos presas e inundó a Derna. La olas de lodo y agua se llevaron edificios, casas, escuelas, mezquitas e incluso vecindarios enteros al mar. Barrió con puentes y carreteras. La ciudad quedó partida por la mitad, al menos el 20% de ella destruida.

Before and after photos of flood damage

 

Fotos aéreas muestran el vecindario inundado de Derna, Libia, antes (arriba) y después (abajo) de la devastadora inundación desatada por el colapso de las presas a las afueras de la ciudad.    Foto: AP

Para la noche del miércoles 13 de septiembre, la organización Media Luna Roja Libia afirmó que el número de muertos ya podría ascender a 10.000 u 11.000. El alcalde de Derna dijo que el número de muertos podría llegar a 20.000; al menos 34.000 personas fueron desplazadas de sus hogares. “Nunca podríamos haber imaginado lo que vimos: cadáveres en el mar, familias enteras aniquiladas, padres e hijos y hermanos amontonados unos encima de otros”, dijo un morador. “Edificios enteros arrastrados al agua con sus inquilinos aún dentro”.

Según los científicos, el cambio climático potenció la “feroz fuerza” de la tormenta Daniel. Daniel extrajo una enorme energía y cantidades más grandes de vapor de agua de las aguas extremadamente cálidas del Mediterráneo, lo que provocó precipitaciones mucho más fuertes.

No obstante, desde 1750, Libia sólo ha contribuido un 0,13% de todas las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, que impulsan el cambio climático, a la vez que Estados Unidos contribuye casi un 25% — ¡192 veces más!1  Este es un hecho que no se ha incluido en la cobertura de esta catástrofe mortífera de los grandes medios de comunicación estadounidenses.

Searching for survivors of the Libya flood

 

Búsqueda de supervivientes en Derna, Libia, miércoles 13 de septiembre de 2023. El colapso de dos presas desencadenó una inundación repentina masiva que mató a miles de personas.    Foto: AP

Los medios de comunicación han informado debidamente sobre las maltrechas infraestructuras de Libia y la falta de preparativos o de advertencias a la población antes del paso de Daniel. Por ejemplo, la potencia de Daniel se había manifestado en Grecia, Turquía y Bulgaria una semana antes, pero la población de Derna no había recibido ninguna clara advertencia de su peligro ni había sido evacuada. El secretario general de la Organización Meteorológica Mundial resumió: “Podríamos haber evitado la mayoría de las víctimas humanas”. Un informe de 2021 de la oficina de auditoría del estado libio había descubierto que ni siquiera se habían utilizado los fondos asignados al mantenimiento de las dos presas que se derrumbaron y provocaron la catastrófica inundación de Derna. Y al septiembre de 2023, al menos otras dos presas del este de Libia corrían peligro de derrumbarse.

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Los medios de comunicación también han informado que las facciones en guerra y el gobierno fracturado de Libia han bloqueado los esfuerzos por mantener en funcionamiento las infraestructuras y los servicios sociales y gubernamentales de Libia, como su servicio meteorológico.

Pero los medios de comunicación estadounidenses se han negado a examinar la manera en que la dominación imperialista de Libia, un país oprimido del tercer mundo, en general, y la guerra de 2011 liderada por Estados Unidos y las acciones en curso de Estados Unidos y otras potencias, en particular, han llevado a la innecesaria y terrible pérdida de vidas en Derna.

Este artículo de Crimen Yanqui es la historia de esa guerra liderada por Estados Unidos en 2011 y su devastador impacto en Libia al día de hoy.

EL CRIMEN

En febrero de 2011, en el contexto de los levantamientos de la Primavera Árabe en los vecinos países de Túnez y Egipto, unos sectores de la sociedad libia se sublevaron contra el gobierno opresivo de 42 años de duración de Muamar Gadafi, cuyo régimen respondió con una feroz represión a las protestas.

En ese contexto, ante la insistencia de Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la Resolución 1973 que le dio autorización a la ONU para realizar una intervención militar en Libia. La resolución de la ONU llamó a un esfuerzo humanitario por salvar la vida de los manifestantes prodemocracia cuyo baluarte en Bengasi, la segunda ciudad del país, estaba bajo la amenaza de ser bombardeado por las fuerzas de Gadafi.

Dentro de 48 horas, Estados Unidos y otros países de la OTAN establecieron una “zona de exclusión aérea” a lo largo de Libia y empezaron a bombardear a las fuerzas de Gadafi. En los siguientes siete meses, 19 países de la OTAN llevaron a cabo masivas operaciones militares por toda Libia. Despacharon portaaviones con cazas de guerra, buques de guerra anfibios, jets con torpedos, aviones de vigilancia, submarinos y drones [aviones no tripulados] estadounidenses armados con misiles Depredador. Si bien el grueso del bombardeo y de la matanza lo cometieron Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Canadá, en su apogeo la guerra involucró a 21 buques de la OTAN y más de 250 aeronaves de todo tipo. Más de 8.000 efectivos militares de Estados Unidos participaron y sus aviones bombardearon a Libia 14.202 veces. Entre los aeronaves estaban bombarderos furtivos B-2, cada uno armado con 16 bombas de 900 kilogramos.

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Trípoli, Libia, 2011. Los escombros de un edifico destruido durante los siete meses de bombardeos de los Estados Unidos y la OTAN.     Foto: AP

Las bombas de la OTAN mataron a efectivos de Gadafi, pero también dejaron muertos a muchos civiles, incluidos mujeres y niños. El 14 de mayo, una bomba de la OTAN mató a 11 líderes religiosos e hirió a otros 50 reunidos en Brega para las oraciones del viernes. El 9 de agosto, un aeronave de la OTAN bombardeó las oficinas de la televisión estatal, Al-Jamahiriya, dejando a tres periodistas muertos y varios otros heridos. También murió gente del común, como Karima, su esposo y sus hijos, Jomana de dos años y Khaled de siete meses. Otros ocho familiares suyos fueron heridos.

Las fuerzas de Estados Unidos y la OTAN declararon la “liberación” de Libia en octubre de 2011. Una milicia enemiga de Gadafi había capturado y matado a Gadafi, había hecho añicos al gobierno central y había establecido un “Consejo Nacional de Transición” (CNT). 

Si bien ya había un estimado de mil muertos antes de la invasión de la OTAN, para octubre ya se calcula que habían muerto entre 10.000 y 30.000 personas. Eso incluye a soldados y civiles que murieron por la guerra sancionada por la ONU, así como las víctimas de las enormes cantidades de atrocidades cometidas por las milicias respaldadas por Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia que habían llevado a cabo secuestros, detenciones, tortura y matanzas en masa — 500 de estos ultrajes en tan sólo dos meses. 

Durante ese mismo lapso, migrantes africanos y libios negros sufrieron una campaña racista que incluyó detenciones en masa, linchamientos y otras atrocidades bajo el pretexto de que eran mercenarios del régimen de Gadafi.

La representante permanente de Estados Unidos ante la ONU dijo que el derrocamiento del régimen de Gadafi fue un “modelo de intervención”. Y Gran Bretaña declaró ante la ONU en 2012: “Hoy, Trípoli y Bengasi son ciudades transformadas. Donde antes había temor, hoy hay esperanza y un optimismo y creencia que son realmente inspiradores”.

En realidad, en los años desde el derrocamiento del régimen de Muamar Gadafi, Libia ha caído en un estado de caos, y la vida de millones de libios ha resultado destrozada.

El CNT jamás pudo consolidar su autoridad sobre sus rivales en otras ciudades y sobre el mosaico de cientos de milicias islamistas y tribales que se combaten entre sí en las calles por el poder. A tres años del derrocamiento de Gadafi, Libia se había convertido en un lugar de asesinatos, secuestros, bloqueo de las refinerías de petróleo, y donde el Estado Islámico (EI) y otros extremistas islamistas montaba campamentos, y esa inestabilidad se extendía más allá de las fronteras de Libia.

Para las masas de personas de Libia la vida ha sido una pesadilla. La economía y los servicios públicos han sido diezmados, entre ellos los centros de salud pública. En 2015 se dio a saber que los ataques de la OTAN en 2011 tenían como blancos a la infraestructura civil, especialmente el abastecimiento de agua, a la vez que echaba la culpa de los daños a Gadafi. Un tercio de los libios siguen viviendo en la pobreza, y muchos no tienen acceso a agua potable o a un sistema de alcantarillado, y están obligados a luchar por satisfacer sus necesidades básicas y sobrevivir.

Para 2016, se calcula que casi 2,44 millones de personas —un tercio de la población de Libia— ya había sido impactado por estos conflictos reaccionarios2. Ahora escasean alimentos, agua y electricidad. Con frecuencia no pueden conseguir medicinas, servicios públicos o atención médica — aunque en el verano de 2015 la ONU calculó que 2,5 millones de libios no tenían acceso a servicios de salud y unos 400.000 libios necesitaban ayuda alimenticia. Esta pesadilla ha obligado a casi medio millón de libios a abandonar sus hogares — obligándolos a vivir en garajes, espacios públicos, albergues o edificios en construcción.

Por años la posición de Libia como el país del norte de África más cercano a Europa lo había convertido en un punto de concentración para refugiados, solicitantes de asilo y migrantes del norte de África y del Medio Oriente que intentaban desesperadamente escapar de la guerra, la pobreza y los impactos del calentamiento global. En los primeros 10 meses de 2017, la mayoría de las más de 160.000 personas que viajaban a Europa por mar partieron desde Libia; y 2,772 de estas se murieron o desaparecieron durante el cruce. Se informa que casi 350.000 migrantes y solicitantes de asilo permanecieron en Libia. Al cierre de esta edición, en septiembre de 2023, se calcula que hay más de 700.000 migrantes en Libia, casi un 10% de la población.

Las mismas potencias de la OTAN que atacaron a Libia en 2011 luego entrenaron y apoyaron a la guarda costa de Libia en su campaña para capturar a migrantes y solicitantes de asilo en aguas internacionales y devolverlos a Libia, donde serían expuestos a abusos físicos como golpizas, violencia sexual, extorsión, secuestros y trabajos forzados. En mayo de 2017, Al Jazeera informó: “Se venden los migrantes en los mercados como mercancía. La venta de seres humanos está llegando a ser una tendencia entre los contrabandistas a medida que las redes de contrabando en Libia se vuelven cada vez más fuertes”. En noviembre, tras la divulgación de supuestas “subastas de esclavos”, el país de Ruanda ofreció reestablecer a 30.000 “esclavos” africanos en Libia.

Como dijo el informe de Amnistía Internacional, “Libia 2017-2018”: “Tres gobiernos rivales y cientos de milicias y grupos armados seguían compitiéndose entre sí por el poder y el control del territorio, lucrativas rutas comerciales y emplazamientos militares estratégicos.… Todas las partes en el conflicto efectuaron ataques indiscriminados en zonas densamente pobladas que causaron muertes de civiles y cometieron homicidios ilegítimos”.

En la actualidad, Libia sigue siendo un campo de batalla entre las fuerzas reaccionarias y las potencias externas. El gobierno está dividido en dos: una facción tiene su sede en Trípoli (oeste) y la otra en Bengasi (este). En 2020 estaban enfrentadas entre sí en una guerra total. Cada una de ellas está respaldada por grupos diferentes (y cambiantes) de potencias internacionales y milicias armadas, cada una de las cuales combatía para promover sus propios intereses reaccionarios .

Entre 2015 y 2019, Estados Unidos y sus aliados llevaron a cabo un gran número de ataques con drones y ataques aéreos contra supuestas fuerzas del EI y en apoyo de la facción reaccionaria del “Gobierno de Acuerdo Nacional” con base en Trípoli a la que respaldaban. En la actualidad, Rusia, Turquía, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Francia, Italia y Qatar siguen azuzando la batalla por el poder con dinero y armas, agravando el caos y la inestabilidad3.

El infierno que es la vida en Libia tras la invasión liderada por Estados Unidos en 2011 y los conflictos reaccionarios en curso que ésta desató ha dado otro salto, más hacia abajo en el abismo, con la tormenta Daniel de septiembre de 2023.

Bringing Forward Another Way 600

Forjar otro camino de Bob Avakian   

Forjar otro camino es una versión revisada de un discurso de Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, ante un grupo de simpatizantes del Partido, en 2006. Es un recurso de rigor para entender a fondo lo que es en efecto “la guerra contra el terror” de Estados Unidos y cómo gestar una fuerza positiva en el mundo en oposición al imperialismo occidental y a la yihad islámica.

Descargue aquí el pdf del discurso completo

LOS CRIMINALES:

El presidente Barack Obama: Se adjudicó el crédito por la guerra en Libia, la captura y asesinato de Gadafi, y la destrucción del gobierno. Después de que Gadafi fue asesinado, Obama dijo: “Sin que ni un solo soldado estadounidense tuviera que pisar terreno, logramos nuestros objetivos”.

Hillary Clinton: Como secretaria de Estado, Clinton jugó un papel clave para convencer a Obama para que se uniera a los ingleses y franceses que le presionaban a la ONU para establecer una “zona de exclusión aérea” sobre Libia y comenzar los bombardeos. Argumentó que Estados Unidos no debería esperar sino más bien atacar inmediatamente. Cuando las fuerzas del CNT capturaron, torturaron y asesinaron a Gadafi, Clinton se rio ante la televisión y dijo: “Vinimos, vimos, él se murió”.

La embajadora estadounidense ante la ONU Susan Rice, y la asistente en el Consejo de Seguridad de la ONU Samantha Power: Estas dos funcionarias, que se dicen paladines de los “derechos humanos”, le instaron a Obama a que atacara a Libia.

El secretario de Defensa Robert Gates y las fuerzas armadas de Estados Unidos: Responsable de dirigir a las fuerzas armadas para obtener los objetivos estadounidenses en Libia, Gates le dijo al New York Times en 2016: “Se mantuvo la ficción [de que]… la meta se limitaba a desmantelar el mando y control del coronel Gadafi”, pero admitió: “No creo que pasara ni un solo día sin que esperábamos que él estuviera en uno de esos centros de mando y control”.

Las potencias imperialistas líder de la OTAN: Gran Bretaña bajo David Cameron, Francia bajo Nicolas Sarkozy, Canadá bajo Stephen Harper, Italia bajo Silvio Berlusconi, y sus comandantes, pilotos y soldados militares, especialmente el teniente general canadiense Charles Bouchard, el almirante estadounidense James Stavridis, y el teniente general Ralph Jodice, que encabezaron el ataque militar contra Libia llamado Operación Protector Unido.

Los demás países de la OTAN y sus aliados (Bélgica, Bulgaria, Dinamarca, Grecia, Holanda, Noruega, Rumanía, España) así como la Liga Árabe Unida (Qatar, Jordania, Emiratos Árabes Unidos), y Suecia — cuyas fuerzas armadas y políticos se juntaron en banda para atacar a Libia. Muchos de estos países, así como los países de la OTAN Francia e Italia, siguen interviniendo y contendiendo directamente en Libia.

Ban-Ki Moon, secretario general de la ONU, y todo el Consejo de Seguridad de la ONU: Sus 10 miembros (Estados Unidos, Gran Bretaña, Italia, El Líbano, Bosnia y Herzegovina, Colombia, Portugal, Nigeria, Sudáfrica, Francia) que votaron a favor de la Resolución 1973 que autorizó la invasión imperialista contra Libia bajo el pretexto de la “intervención humanitaria”; y los cinco miembros (Brasil, China, Rusia, Alemania, India) que se negaron a usar su poder de veto para impedirlo.

Las facciones gobernantes libias reaccionarias, vinculadas a las potencias imperialistas y regionales, que se disputan entre sí el dominio, así como las milicias armadas depredadoras, todas ellas han causado un enorme caos y sufrimiento a las masas de personas en Libia.

Lo BAsico 3-8

 

LA COARTADA:

Obama insistió en que su meta en Libia no incluía ningún “cambio de régimen” sino que era una “intervención humanitaria” bajo la doctrina estadounidense de la “Responsabilidad de Proteger”. Obama declaró: “Si no lo frenáramos, tendríamos toda la razón para creer que Gadafi iba a cometer atrocidades contra su pueblo. Muchos miles de personas podrían morir. Se surgiría una crisis humanitaria. La región entera podría desestabilizarse, poniendo en riesgo a muchos de nuestros aliados y socios. No se respondería a los reclamos de ayuda del pueblo libio. Serían pisoteados los valores democráticos que representamos. Lo que es más, las palabras de la comunidad internacional se dejarían vacías”.

EL VERDADERO MOTIVO:

En nombre de proteger a los civiles en Libia, Estados Unidos y sus aliados de la OTAN se aprovecharon del conflicto en Libia para emprender una guerra por un cambio de régimen. No había evidencia de que Gadafi se estuviera preparando para masacrar a civiles. Para los imperialistas, el levantamiento en Libia les presentó tanto la necesidad como la oportunidad para destituir del poder a Gadafi e instalar un régimen neocolonial que sería un instrumento más sumiso para imponer sus intereses en una región donde el imperialismo occidental estaba —y está— bajo muchas presiones, y se enfrenta a todo tipo de desafíos de rivales imperialistas, así como del Estado Islámico.

Libia es el cuarto país africano en tamaño, se encuentra ubicado estratégicamente en el norte de África, y tiene como vecinos a Egipto, Túnez y Argelia. Es una puerta al Mar Mediterráneo, el Mar Rojo y a las rutas del Océano Índico desde África a Europa y a todo el Medio Oriente. Con una pequeña población de seis millones personas y las reservas de petróleo más grandes de cualquier otro país africano, además de reservas de oro, Libia ha sido una de las naciones más ricas en África. Y le ha abastecido a Europa con buena parte de sus necesidades petroleras.

Por muchos años Gadafi fue una piedra en el zapato del imperialismo, especialmente Estados Unidos. A pesar de su retórica antiimperialista y panafricanista, Gadafi presidió un opresivo orden social y económico, y su programa de promulgar ciertas reformas económicas y sociales se basaba en expandir la economía de Libia dependiente del petróleo.

Cuando Gadafi se hizo aliado de la entonces imperialista Unión Soviética a principios de los 1980, Estados Unidos lo satanizó como un “hombre fuerte despótico” y Reagan intentó efectuar su asesinato. En 2004, Gadafi anunció que iba a abandonar varios programas nucleares y otros programas de armas. Por eso, Estados Unidos tachó a Libia de su lista de “estados terroristas”, y Gadafi se volvió aliado de Estados Unidos en “la guerra contra el terrorismo” de Estados Unidos, que en realidad fue una guerra por el imperio. 

No obstante, Gadafi siguió estrechando lazos con Rusia y China, ofreciéndoles lucrativos acuerdos petroleros y concediendo acceso al puerto de Bengasi a la flota rusa. A medida que se extendía la Primavera Árabe de 2011, Estados Unidos y sus aliados de la OTAN vieron la oportunidad de reemplazar al régimen de Gadafi por un régimen más directamente bajo su propio control en una parte del mundo que es tan valiosa y estratégica, así como intervenir y afectar el curso de la Primavera Árabe en general.

Fuentes:

Revolución le entrevista a Raymond Lotta: Los sucesos en Libia desde un punto de vista histórico... Muammar Qaddafi desde un punto de vista de clase... La cuestión de la dirección desde un punto de vista comunista”, revcom.us, 20 de marzo de 2011

La caída del régimen de Gaddafi en Libia… y la mano de los Estados Unidos y la OTAN”, revcom.us, 28 de agosto de 2011

La guerra de Estados Unidos y OTAN del 2011 contribuyó a convertir a Libia en un infierno: Ahora los imperialistas preparan otra guerra”, revcom.us, 10 de febrero de 2016

Casualties of 2011 Libyan Civil War” [Las bajas de 2011 en la Guerra Civil de Libia; enlace en inglés], Wikipedia

2011 military intervention in Libya” [La intervención militar de 2011 en Libia; enlace en inglés], Wikipedia

In Strikes on Libya by NATO, an Unspoken Civilian Toll” [En los ataques a Libia por la OTAN, un nivel no mencionado de bajas de civiles; enlace en inglés], C.J. Chivers and Eric Schmitt, New York Times, 17 de febrero de 2011

If Libyan war was about saving lives, it was a catastrophic failure [Si se libró la guerra en Libia para salvar vidas, fue un fracaso catastrófico; enlace en inglés], Seumas Milne, Guardian, 26 de octubre de 2011

On His Way Out the Door, Obama Bombs Libya One Last Time” [A punto de terminar su mandato, Obama bombardea a Libia una última vez; enlace en inglés], Common Dreams, 19 de enero de 2017

Blowback: How the Bombing of Libya in 2011 Led to Terror in Britain” [El tiro por la culata: Cómo el bombardeo a Libia en 2011 condujo al terror en Inglaterra; enlace en inglés], Mehdi Hasan, theintercept.com, 26 de febrero de 2018

Libya: The REAL U.S. Drone War” [Libia: La VERDADERA guerra de drones de Estados Unidos; enlace en inglés], Spencer Ackerman, wired.com de 20 de octubre de 2011

Fuentes actualizadas:

Aging dams and missed warnings: A lethal mix of factors caused Africa’s deadliest flood disaster [Presas envejecidas y advertencias fallidas: Una mezcla letal de factores causó el desastre más mortífero de inundaciones en África], CNN, 15 de septiembre de 2023.

Why the media aren’t tell the whole story of Libya’s floods [Por qué los medios de comunicación no están contando toda la historia de las inundaciones en Libia], Declassified UK, 15 de septiembre de 2023.

Climate change and crumbling infrastructure made Libya’s devastating floods worse, scientists say [El cambio climático y el desmoronamiento de las infraestructuras empeoraron las devastadoras inundaciones en Libia, según los científicos], Euronews Green con AP, 13 de septiembre de 2023

How Libya’s chaos left its people vulnerable to deadly flooding [Cómo el caos en Libia dejó a su población vulnerable a inundaciones mortíferos], Associated Press, 13 de septiembre de 2023

From Factionalism to Foreign Interference: Libya’s Conflict Remains Frozen [Del faccionalismo a la injerencia extranjera: El conflicto en Libia sigue estando congelado], U.S. Institute of Peace, 3 de noviembre de 2022

Access to Derna Is Limited as Libyan Authorities Struggle in Flood’s Aftermath [Se limita el acceso a Derna mientras las autoridades libias luchan tras la inundación], New York Times, 15 de septiembre de 2023

After Libya Floods, a Chaotic Scramble for Rescuers [Tras las inundaciones en Libia, una escaramuza caótica para los rescatistas], New York Times, 14 de septiembre de 2023.

What We Know About the Deadly Floods in Libya [Lo que sabemos sobre las inundaciones mortíferas en Libia], New York Times, 13 de septiembre de 2023

Cries of ‘Save Us, Save Us’ as Homes Fill With Water [Los gritos de “Sálvennos, sálvennos” mientras las casas se llenan de agua], New York Times, 13 de septiembre de 2023.

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NOTAS:

1.  Libya: What share of global cumulative CO2 has the country emitted? [Libia: ¿cuál proporción de la acumulación global del CO2 ha emitido el país?] y USA: What share of global cumulative CO2 has the country emitted? [Estados Unidos: ¿cuál proporción de la acumulación global del CO2 ha emitido el país?], Our World in Data.  [volver]

2. Al septiembre de 2023, la facción occidental está respaldada por Turquía, Qatar, Italia y Estados Unidos, mientras que la facción oriental está respaldada por Egipto, Rusia, Jordania y Emiratos Árabes Unidos. [volver]

3.  Libia alberga a 10 bases militares extranjeras y más de 20.000 fuerzas y/o mercenarios extranjeros de origen ruso, sirio, turco y sudanés. [volver]

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