Para empezar esta discusión, vale la pena revisar brevemente la cuestión del internacionalismo y más específicamente los “tres universalismos” a que me referí en “Grandes objetivos y gran estrategia” (GO&GE)1 . Como escribí en GO&GE, está el universalismo imperialista —estamos muy familiarizados con eso— el impulso del imperialismo (o de imperialismos enfrentados, anclados en diferentes estados imperialistas) de repartir, dominar y oprimir al mundo y la gran mayoría de la gente del mundo, fundamentalmente en busca de la acumulación capitalista basada en la explotación. Además está un fenómeno que no describe todo que está pasando en términos de oposición al imperialismo desde una perspectiva u otra —ni siquiera abarca a las contradicciones entre los imperialistas y otras potencias importantes— pero es un fenómeno marcado ahora en el mundo, a saber el “universalismo fundamentalista islámico”. En otras palabras, el fundamentalismo islámico que vemos en el mundo hoy en importante grado —no totalmente, pero en importante grado y de una manera esencialmente definitoria— no es la misma cosa que un “nacionalismo religioso” de una nación o país específico. No se trata de que se está movilizando a las masas en torno al fundamentalismo islámico hoy sobre una base nacionalista sino, al menos con respecto a muchas de estas fuerzas fundamentalistas islámicas, más bien sobre una base “universalista” del islam — que, se insiste, debe ser la ideología y estilo de vida prevaleciente y definitorio, al menos en el “mundo históricamente islámico” (y, como algunos sostienen, en el mundo en general). El que llamen explícitamente a un nuevo califato (o gobernantes islámicos institucionalizados), etc., o no, este es el punto de vista general que impulsa estos movimientos fundamentalistas islámicos o al menos muchos de ellos; y de nuevo esto no es lo mismo que el nacionalismo de un pueblo específico, con un componente religioso. Es importante entender eso.
Además está la cuestión del nuestro “universalismo”: el internacionalismo proletario, o el universalismo comunista, no en un sentido “totalitario” (o como algo “totalizador” en el sentido negativo que a menudo se usa hoy — para dar a entender que no hay espacio para ideas diferentes o contrarias) sino un “universalismo” tanto en el sentido que este es un fenómeno que debe encontrar expresión a escala mundial —que hay que realizar el comunismo a escala mundial— como que la humanidad tiene que ir en esta dirección a fin de lograr que se emancipe de las divisiones de clase y de los profundos efectos en la sociedad de toda la historia anterior: para hacer una ruptura y salto radical más allá de todo eso.
Hay una necesidad seria y profunda para una orientación estratégica, concepción y enfoque de parte del nuestro “universalismo” en términos del internacionalismo proletario, en relación a la meta del comunismo y la realidad fundamental de que solo se puede alcanzar y se tiene que alcanzar el comunismo a escala mundial. Por supuesto que es necesario que los que están en una posición de hacerlo emprendan las luchas revolucionarias en países específicos participando directamente en ellas y dirigiéndolas; y es la responsabilidad de las personas que están en esa posición desarrollar estrategias y tácticas más específicas para esas luchas. Pero eso no elimina ni disminuye la necesidad de una orientación básica que podría proporcionar un marco político-estratégico amplio y general para la lucha que apunta a la meta final del comunismo por todo el mundo.
De hecho, desde hace algunos años, unas líneas y métodos erróneos de varios tipos en el movimiento internacional hasta han interferido con el proceso de tratar esta cuestión de desarrollar una orientación, concepción y enfoque político-estratégico. En los hechos, estas líneas y enfoques erróneos han impedido la capacidad de sacar lecciones importantes positivas y negativas de luchas revolucionarias importantes en varias partes del mundo en los últimos años además de en términos de la historia general del movimiento comunista. Esta situación ha levantado obstáculos concretos a tratar en serio ciertas cuestiones de importancia decisiva al nivel de teoría y de concepción estratégica, entre ellas los problemas concretos que enfrentaron algunas de estas luchas revolucionarias, tal como el fenómeno de la urbanización y tugurización en gran escala que se está dando en los países por todo el tercer mundo. ¿Cuáles son los efectos y las implicaciones de eso para el enfoque estratégico de hacer la revolución?
En un grado importante por la “interferencia” de estas líneas y métodos erróneos, ha sido más difícil maximizar y “sincronizar” los esfuerzos globales de enfrentar y tratar las cuestiones decisivas que está presentando en el mundo la marcha de los acontecimientos objetivos y lo que está pasando con el factor subjetivo (los revolucionarios y comunistas conscientes) cuando trate esos acontecimientos objetivos. Esto ha retrasado la situación considerablemente.
En “Avanzar el movimiento revolucionario mundial: Cuestiones de orientación estratégica” (y se citó esto en la presentación sobre la nueva síntesis)2 , se señala que, además de los principios básicos que Lenin subrayaba acerca del internacionalismo y enfrentar al imperialismo con el internacionalismo proletario —aplicar esta línea revolucionaria y ninguna otra en el propio país y apoyar la misma línea en todos los países—, constantemente existe la necesidad objetiva de evaluar lo que Stalin caracterizó en Los fundamentos del leninismo como los eslabones débiles en el sistema imperialista: la necesidad de identificar esos lugares donde existe una concentración de factores objetivos y subjetivos que hace que sea más posible lograr grandes avances en cualquier momento dado y de hecho concentrar la atención y esfuerzos de los comunistas en general a fin de ayudar a contribuir así a un gran avance — de hecho, darle vida de parte de los comunistas de todos los países a la orientación de trabajar por el avance hacia el comunismo a escala mundial, lo que incluye hacer esfuerzos serios y sacrificios para apoyar a las luchas revolucionarias avanzadas, donde quiera que se desarrollen en cualquier momento dado (en cualquier país o parte del mundo). Que quede claro: de lo que se trata no es “apoyo material” directo ni nada parecido a eso sino del apoyo político e ideológico (incluida la lucha ideológica dirigida a ayudar a fortalecer el punto de vista y enfoque comunista de todos los participantes) y esfuerzos similares.
Obviamente este es un principio muy importante que se señala en “Avanzar el movimiento revolucionario mundial”; se basa en una apreciación materialista de la base del internacionalismo — que la arena mundial en realidad es decisiva en términos de determinar las condiciones básicas para las luchas revolucionarias en países específicos así como a nivel mundial. Por otro lado, esto no liquide, elimine ni disminuya la importancia de las luchas revolucionarias en países específicos pero en ciertos sentidos importantes les da otro enfoque y sí, le da cierto énfasis a la necesidad de concentrar esfuerzos en aquellos lugares donde los factores objetivos y subjetivos se combinen para que haya más posibilidades de hacer grandes avances. También es muy importante enfatizar, como la presentación sobre la nueva síntesis también explica, que poner en primer plano la situación internacional y la arena internacional no significa que en un país específico no se puede hacer nada —y específicamente que no se puede hacer avanzar una lucha revolucionaria o posiblemente ni siquiera llevar a cabo la toma revolucionaria del poder— si en cualquier momento dado la “correlación de fuerzas” internacional no es favorable. Hace poco, en el proceso de revisar un discurso que di en 2004 (“La Revolución Cultural y la transformación radical del Partido”) encontré lo siguiente —que incluyó esta cita de un discurso anterior, dado hacía más de una década, “Vencer las dos cuestas”3 — que contiene unos principios que aún tienen relevancia hoy y gran importancia respecto al internacionalismo, al análisis de la relación entre la arena mundial y la lucha en países específicos y la base para que los comunistas tomen la iniciativa para hacer avanzar la lucha revolucionaria:
“...[E]sas condiciones [las condiciones necesarias para el comunismo] solo se pueden alcanzar a escala mundial, después de un largo y tortuoso proceso de transformación revolucionaria en que habrá un desarrollo desigual, la toma del poder en diferentes países en diferentes momentos y una compleja interacción dialéctica entre las luchas revolucionarias y la revolucionarización de la sociedad en esos países… [una relación dialéctica] en que lo fundamental y decisivo en última instancia es la arena internacional y en que la interacción y apoyo mutuos de las luchas de los proletarios de diferentes países constituyen el eslabón clave para llevar a cabo la transformación fundamental del mundo en conjunto”.
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“[L]a iniciativa que tomen la vanguardia revolucionaria y las masas en ciertos países y los avances que lleven a cabo en la lucha revolucionaria afectarán de manera significativa la situación y la lucha en el mundo y en ciertas circunstancias podrían transformarla cualitativamente. Este es otro ejemplo de la relación dialéctica entre la situación y los acontecimientos a nivel mundial y en ciertos países, y del ‘entretejimiento’ e interpenetración constante entre ellos, como el hecho de que se pueden encontrar aspectos del uno dentro del otro — los cambios que se dan en ciertos países son simultáneamente parte de este aspecto (el país en particular) y del otro aspecto (la situación mundial), y los grandes cambios que se dan en un país en particular son parte de la situación internacional y a la vez la afectan de manera significativa... Reconociendo que la arena internacional desempeña el papel decisivo en última instancia y tomando como punto de partida fundamental la lucha revolucionaria mundial y haciendo todo lo posible para contribuir a esa lucha, ellas [la vanguardia y las masas en varios países] deben tomar la máxima iniciativa posible en cualquier momento dado, transformar la necesidad en libertad al mayor grado posible en todo momento y mantener los ojos puestos firmemente en la meta o premio a fin de no perder ni desperdiciar la oportunidad de vencer la primera gran cuesta y maximizar los esfuerzos por conquistar el poder dondequiera y cuando quiera que tal oportunidad se presente — por medio de cualquier combinación de factores objetivos y subjetivos en un país dado o en todo el mundo”.
1. Bob Avakian, “Grandes objetivos y gran estrategia”. Unos pasajes de esta obra de Bob Avakian salieron en el Obrero Revolucionario (ahora Revolución), Nos. 1127-1142, del 18 de noviembre de 2001 al 10 de marzo de 2002, y están en línea en revcom.us. El tema en cuestión se trata en el pasaje “Localismo, ‘tribalismo’ y la pugna de ‘universalismos’”, Obrero Revolucionario #1131, 16 de diciembre de 2001. [regresa]
2. Bob Avakian, “Avanzar el movimiento revolucionario mundial: Cuestiones de orientación estratégica”, Obrero Revolucionario (ahora Revolución), Nos. 316 y 317, 5 y 12 de agosto de 1985. “La nueva concepción de la revolución y el comunismo: ¿Qué es la nueva síntesis de Bob Avakian?”, Revolución Nos. 129-133, del 18 de mayo al 22 de junio de 2008. [regresa]
3. La citada charla, “La Revolución Cultural y la transformación del Partido”, es inédita; para una discusión básica de la Revolución Cultural en el PCR, EU, se remite al lector o a la lectora a: El comunismo: El comienzo de una nueva etapa. Un manifiesto del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, septiembre de 2008, Revolución 143. Vea en la página 3 información sobre la edición en forma de folleto. “Vencer las dos grandes cuestas: Más acerca de conquistar el mundo” es una charla de Bob Avakian de los fines de los 90. Unas partes de la charla salieron en el Obrero Revolucionario (ahora Revolución) y están en línea en revcom.us. La serie “Sobre la democracia proletaria y la dictadura del proletariado: Un punto de vista radicalmente diferente sobre cómo dirigir la sociedad” salió en el Obrero Revolucionario (ahora Revolución) Nos. 1214 a 1226 (5 de octubre de 2003 a 25 de enero de 2004). La serie “Cómo vencer la cuesta” salió en el Obrero Revolucionario Nos. 927, 930, 932 y 936-940 (12 de octubre, 2 de noviembre, 16 de noviembre y del 14 de diciembre de 1997 al 18 de enero de 1998). Otras dos partes de esa charla son “Materialismo y romanticismo: ¿Podemos prescindir de los mitos?” en el Obrero Revolucionario No. 1211 (24 de agosto de 2003) y “Otro vistazo a George Jackson” en el Obrero Revolucionario No. 968 (9 de agosto de 1998). Todos estos artículos se pueden encontrar en línea en revcom.us. [regresa]