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Una barbarie sin igual

Quinta parte, Forjar otro camino

Nota de la Redacción: A continuación publicamos pasajes de una versión editada de una charla que dio Bob Avakian a un grupo de simpatizantes en el otoño del año pasado. Esta es la quinta de una serie de pasajes que publicaremos. Agregamos los subtítulos y notas de pie de página.

 

Una barbarie sin igual

En un discurso del 11 de septiembre del año pasado, con motivo del quinto aniversario del ataque contra el World Trade Center y el Pentágono, Bush dijo (oigan esto): "Hace cinco años, 19 hombres nos atacaron con una barbarie sin igual en nuestra historia". Pensemos un momento en esa declaración y en lo que quieren que nos traguemos.

¿De veras "una barbarie sin igual en nuestra historia"? ¿Y la esclavitud? ¿Y el genocidio de los amerindios? ¿Y los linchamientos? ¿Y guerras como la guerra contra Filipinas a finales del siglo 19, y todas las atrocidades cometidas allá? ¿O Vietnam? ¿O Hiroshima y Nagasaki?

Ni siquiera dijo "en nuestro territorio". Dijo "sin igual en nuestra historia". Además de ser una mentira, muestra qué tan monstruosa es la mentalidad de una persona capaz de decir algo por el estilo.

Hace poco sacamos en nuestro periódico, Revolución, unas fotos y titulares del bombardeo atómico de las ciudades japonesas Hiroshima y Nagasaki en los últimos días de la II Guerra Mundial. Hoy no se cansan de decir que "nosotros" no podemos permitir que otros tengan armas nucleares. Es necesario recordarles a los que viven en este país, o informarles a los que no lo saben, probablemente la mayoría, cuál es el único país que realmente ha lanzado bombas nucleares. No me gusta decirlo, no quiero ser como Jay Leno en el show "Tonight", que sale a la calle con un micrófono y hace preguntas que espera que le contesten mal para demostrar lo estúpida que es la gente. Pero es cierto que aquí hay una población a la cual le han mentido sistemáticamente. Un comentario que nos hizo un profesor universitario al respecto es muy importante. Hablando de sus estudiantes, nos dijo: "Tienen que entender que ellos no saben ni remotamente lo que ustedes creen que saben".

En este país la ignorancia es un fenómeno generalizado, incluso en los sectores relativamente cultos. Va acompañada de la actitud de "somos los buenos" del mundo, así que nuestras acciones que causan sufrimiento no se pueden juzgar de la misma manera que las acciones de otros. En parte por eso y en parte por ignorancia, es muy probable que la mayoría de la gente del país no sepa que Estados Unidos es el único país que ha lanzado bombas atómicas, y que atacó a la población civil con bombas atómicas. No lo sabe o no ha podido o querido "procesar la información". O es como la letra de una canción de Bob Dylan que mencioné en mi autobiografía (From Ike to Mao and Beyond, My Journey from Mainstream America to Revolutionary Communist, a Memoir, de Bob Avakian). Cuando el personaje de una canción de Dylan pide que lo dejen entrar a un refugio antiaéreo, el dueño le dice que no y lo amenaza. El personaje explica: "Le dije: 'No dejaron entrar a Jesús tampoco', y él me dijo: 'tú no eres él'". Esa es la misma lógica de mucha gente aquí, la lógica que utilizan sistemáticamente la clase dominante y sus apologistas, cuando sale a flote algo de la "barbarie sin igual" que han cometido. "Lo hicimos nosotros, así que no cuenta… ustedes no son nosotros".

En una de las 7 Charlas (creo que es la charla sobre religión)1 hablé de los silogismos y quiero volver al tema.

Esto se relaciona con el "sentido común". Mucha gente habla del "sentido común" y muchos políticos y comentaristas derechistas lo mencionan con frecuencia, especialmente cuando quieren apelar a cierto filisteísmo al servicio de sus metas reaccionarias. Dicen: "Lo único que se necesita es sentido común". Bueno, en cuanto a la epistemología, cuando estamos bregando con los demás sobre cómo entender lo que está pasando en el mundo y por qué, es importante captar que el "sentido común" tiene dos significados: lógica elemental y/o suposiciones tan arraigadas en la cultura dominante que nunca se cuestionan y ni siquiera se reconocen.

Esto se ve todo el tiempo. Imperan ciertas suposiciones, como por ejemplo "nosotros somos los buenos del mundo". Ni siquiera tienen que decir todo el tiempo que "somos los buenos"; lo dan por sentado y hablan de lo que están haciendo "los malos" (los que se oponen a "nosotros" o "nos bloquean el paso") en el mundo.

Como señalé, con los silogismos o el razonamiento lógico hay que ver si es en realidad razonamiento lógico, lo cual es un problema para muchos defensores acérrimos del sistema y apologistas de sus crímenes, especialmente los fundamentalistas religiosos. Por lo general no aplican la lógica. Pero incluso si se aplica la lógica, hay que preguntar si lo que da por sentado es válido y verdadero. Además de hacer un análisis crítico de la lógica (o falta de lógica) que caracteriza el pensamiento, es muy importante mostrar las suposiciones tácitas y sin cuestionar (y muchas veces sin reconocer) que son parte de lo que dice y piensa mucha gente.

Si pensamos de nuevo en los preparativos para la guerra de Irak, ante toda crítica de la invasión, sus defensores (que no podían y no querían hacer un análisis crítico de la situación) decían: "…pero nos atacaron". Esto tiene la virtud de tener los dos elementos, lógica defectuosa y suposiciones incorrectas. Lógica defectuosa: Irak no nos atacó a "nosotros" (Estados Unidos y sus ciudadanos), ¿así que cómo puede la lógica de "nos atacaron" justificar una invasión de Irak? Y suposiciones incorrectas, que no corresponden a la realidad: que "nosotros" somos totalmente inocentes, que no hemos hecho ningún daño en el mundo, que nos atacaron a "nosotros" de repente y de la nada, que no tenía nada que ver con lo que "nosotros" hacemos en el mundo. Bueno, en realidad, ¿quiénes somos "nosotros", qué es lo que hacemos en el mundo y de dónde provino este ataque… y por qué? ¿Qué relaciones sociales imponemos "nosotros" en el mundo? ¿Qué está haciendo nuestro Tony Soprano?

Así que hay puntos epistemológicos que hay que abordar como parte de esto, especialmente en cuanto a cómo describir la realidad y cómo bregamos con otros acerca de esto. Es decir, pensemos en la declaración de Bush: "Diecinueve hombres nos atacaron con una barbarie sin igual en nuestra historia”.

En un discurso que dio en una reunión de la Legión Americana [organización de ex combatientes] el 29 de agosto [de 2006] sobre el Enola Gay, el avión que lanzó la bomba atómica en Hiroshima, Rumsfeld sintió la necesidad de refutar lo que él y otros como él llaman "echarle la culpa primero a Estados Unidos". Dijo: "Hace unos años, los organizadores de una exhibición sobre el Enola Gay en el Museo Smithsonian se pusieron a cambiar la historia para pintar a Estados Unidos como una especie de agresor. Afortunadamente", continuó, "la Legión Americana lanzó una campaña para poner las cosas en claro".

¿Qué está haciendo, si no justificar el uso de bombas atómicas contra las ciudades japonesas, con la muerte y espantosa mutilación de centenares de miles de civiles? Como señaló nuestro periódico, ningún vocero prominente del imperialismo estadounidense ha criticado la decisión de soltar bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki. Piénsenlo: han pasado 60 años y ni uno solo lo ha criticado. Ningún candidato a una posición prominente ni ningún representante prominente del gobierno dirá que no fue justo. Es posible que no lo celebren con tanto bombo y platillo como hace 60 años, y eso es lo que hicieron. Siguen diciendo que fue necesario soltar bombas atómicas, que salvó vidas.

Este es otro ejemplo de suposiciones defectuosas, por lo general implícitas, junto con una falta de lógica. Primero, "salvar vidas" no fue la razón central del bombardeo atómico de dos ciudades japonesas. Fue declarar ante el mundo, a la Unión Soviética, a los revolucionarios chinos y a otros, quién es la potencia dominante del mundo ahora --"nosotros, los imperialistas estadounidenses"-- y el enorme precio de oponerle resistencia. Pero incluso si fuera cierto, ¿de qué vidas están hablando? Aquí entra una suposición enorme. Están hablando de vidas de estadounidenses. A veces hasta dicen de manera enrevesada que salvaron vidas japonesas. Pero esto es como el oficial estadounidense que dijo, hablando de la destrucción de una aldea vietnamita con un bombardeo: "destruimos la aldea para salvarla". Eso es lo que hicieron, en una escala mucho más enorme y horrorosa, soltando bombas atómicas en Japón. Pero seamos francos, están hablando de salvar vidas de estadounidenses.

Dicen: "Nuestros soldados hubieran tenido que invadir a Japón, hubiera sido una invasión masiva, los japoneses hubieran opuesto resistencia, hubiéramos perdido un millón de soldados". Primero, esas afirmaciones son exageradas. Pero también introducen por debajo de cuerda una suposición defectuosa. Muchas veces no lo dicen clara ni explícitamente: "la vida de los estadounidenses es más importante que la vida de la gente de otros países; hubiera salvado la vida de muchos estadounidenses, por eso era justo". Esa es la lógica de lo que dicen. Es el "sentido común" de esta clase de silogismo. Tenemos que sacar esto a luz y hacer confrontar lo que realmente dicen.

La vida de los estadounidenses no es más importante que la de la gente de otros países

Uno de los aspectos positivos del terreno político hoy es la noción y conciencia de que la vida de los estadounidenses no es más importante que la de la gente de otros países. Tenemos que hacer que eso se reconozca más, pero ya está más difundido que durante la guerra de Vietnam, aunque en esa época fue un fenómeno bastante general. Quizás los que tienen menos tiempo en el movimiento no capten que es relativamente nuevo que sea un fenómeno popular en Estados Unidos decir que la vida de los estadounidenses no es más importante que la de la gente de otros países. Es un fenómeno positivo muy importante y relativamente nuevo. En la historia de este país la clase dominante siempre ha dicho lo contrario y esta noción ha tenido influencia en amplios sectores. La diferencia hoy es que hay un sector bastante grande de la sociedad que no está de acuerdo y se opone con vehemencia cuando oye esto. Eso es importante y tenemos que llevar a más gente a aceptar que la vida de los estadounidenses no es más importante.

Todo esto, toda la experiencia que capta la metáfora de vivir en la casa de Tony Soprano, se relaciona con la complicidad. En conexión con esto, quiero decir algo sobre las movilizaciones del 5 de octubre (de 2006), convocadas por El Mundo no Puede Esperar, y el hecho de que, para decirlo francamente, la cantidad de participantes y por lo tanto el impacto fueron menos de lo que se necesitaba. Como maoístas, no debemos echarles la culpa a las masas cuando algo no resulta. ¡Pero carajo! ¡Quiero echarles la culpa a las masas un poco! No en el sentido estratégico. En última instancia es nuestra responsabilidad, es la responsabilidad de los que entendemos la urgente necesidad de una oposición y una resistencia política masiva a toda la dirección en que está encaminado el gobierno de Bush. Pero en vista de esto, y como parte de esto, hay que decírselo claramente a todos.

Alguien dijo que debemos decirles a los que sabían del 5 de octubre y estaban de acuerdo en términos básicos con las metas, pero no participaron: "¡Qué vergüenza si no hiciste nada! Si sabías lo que estaba pasando, o hubieras podido enterarte, y no hiciste nada para que tuviera el mayor impacto posible, ¡qué vergüenza!".  Si eso es todo lo que les decimos, no es suficiente y no sería correcto en lo fundamental. Pero en cierto sentido es algo que tenemos que decirles. Es una verdad, y hay que hacer que se confronte, que si a fin de evitar trastornos y caos, de no correr peligro --en el sentido de mantenerse en un proceso político y dentro de unos confines políticos familiares y cómodos, pero que tienen consecuencias terribles--, si por eso uno no participa en la clase de resistencia masiva que se necesita y no contribuye a este proceso, es cómplice. El anuncio que El Mundo no Puede Esperar publicó en el New York Times el 4 de octubre tenía razón: "Silencio + tortura = complicidad". Hay que llevar a la gente a confrontar esto.

Epistemología y moral… crímenes y complicidad

Esto se relaciona con lo que dije de que "la epistemología y la moral se encuentran". La cita de Josh Wolf que salió hace poco en nuestro periódico es muy pertinente. Wolf es un videoperiodista que no quiso entregar a las autoridades sus grabaciones de una manifestación contra la globalización en el Área de la Bahía. Lo han atacado porque no acepta ser cómplice. Dijo con mucha fuerza: "Dejen de apagar el despertador, despierten y ojalá no sea demasiado tarde". Dijo muy explícitamente: "No sucumban a la noción de que no se puede hacer nada; es otra forma de cobardía". No cabe duda de que es otra forma de complicidad. Al bregar con los demás y al hacer lo que hay que hacer para fomentar acción política significativa en gran escala, hay que hablar del tema de la complicidad.

Parece que uno de los mayores problemas de El Mundo no Puede Esperar, y específicamente de la movilización del 5 de octubre, es que mucha gente no se enteró. Pero de los que hubieran podido correr la voz, muchos no lo hicieron. No debemos gritarles, no debemos hablarles de modo estridente. Pero tampoco debemos ser liberales con ellos y evitar confrontarlos, incluso agudamente cuando sea necesario, siguiendo nuestros principios. Nosotros y los demás organizadores de El Mundo no Puede Esperar no estamos haciendo esto porque es "nuestro proyecto". Lo estamos haciendo por lo que está pasando en el mundo y todo lo que está en juego, cada día más.

El Mundo no Puede Esperar ha generado cosas muy positivas e importantes, y hay que desarrollarlas. Pero tenemos que presentar un reto y no debemos rehuir entrar en la lucha, de modo positivo. Si lo hacemos sin sustancia, no está bien. Pero tenemos que explicar la sustancia de esto. Los "dos sectores históricamente anticuados"2 se refuerzan mutuamente; es una dinámica muy negativa y llevará al desastre si no dirigimos a la gente a zafarse de eso. El Mundo no Puede Esperar fue y es un vehículo para hacerlo. Lo principal que hay que hacer es explicarles, de una manera viva, por qué lo que El Mundo no Puede Esperar representa y urge es necesario, y cómo puede llevar a cambios cruciales. Pero también tenemos que hablarles de la complicidad. En los años 60 había un lema, no totalmente científico, pero más bueno que malo, y más correcto que incorrecto: "O eres parte de la solución o eres parte del problema". Es una orientación correcta. Si trazamos líneas divisorias irrevocables y si no tratamos de convencer a los que están del lado incorrecto (o al margen), eso sería malo. Y si no se hace un análisis materialista de cuáles son las fuerzas motrices subyacentes y las fuerzas dominantes de la sociedad que toman las decisiones, eso sería malo. Pero no es malo, y de hecho es muy necesario, presentar el reto: miren, hay un gran sismo y los dos lados en que se está separando la tierra solo llevarán a un desastre; tenemos que forjar otro camino y ustedes tienen que participar en ese proceso, y tendrán que sacrificar su comodidad para hacerlo.

 


Notas

1 El título de la charla es: "Communism and Religion: Getting Up and Getting Free – Making Revolution to Change the Real World, Not Relying on 'Things Unseen'” (El comunismo y la religión: Levantarse y liberarse, hacer la revolución para cambiar el mundo real, y no poner las esperanzas en “lo que no se ve”). Las 7 Charlas están en la internet (en inglés) en bobavakian.net y revcom.us. [Regresa]

2 En otra parte de esta charla, Bob Avakian reitera su formulación sobre los "dos sectores históricamente anticuados": “Lo que vemos en contienda, con la jihad por un lado y McMundo/McCruzada por el otro, son sectores históricamente anticuados de la humanidad colonizada y oprimida contra sectores dominantes históricamente anticuados del sistema imperialista. Estos dos polos reaccionarios se oponen, pero al mismo tiempo se refuerzan mutuamente. Apoyar a uno u otro de esos polos anticuados, acabará fortaleciendo a los dos”.  [Regresa]