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De la sección "La Revolución Cultural al interior del PCR"

Pasaje de
EL NUEVO COMUNISMO

Excerpt from The New Communism by Bob Avakian

A continuación presentamos un pasaje de la obra de Bob Avakian, El Nuevo Comunismo. Aparte de los pasajes que ya se han posteado en revcom.us, de cuando en cuando publicaremos otros pasajes en revcom.us. Que estos pasajes sirvan para alentar e inspirar el mayor estudio de la obra en su conjunto, la que está disponible en su totalidad en español aquí, y está a la venta en forma de libro en inglés de Insight Press.

The New Communism cover
The New Communism cover

Este pasaje es de la sección titulada "IV. La dirección que necesitamos".

Esas observaciones generales me llevan a este Partido en particular. Hacía falta —hace más de una docena de años se reconoció que se necesitaba— una Revolución Cultural al interior de este Partido, con todo lo que eso implicaba: una exhaustiva lucha para transformar todo el rumbo que el Partido tomaba, y el carácter general que el Partido adoptaba. Esto estaba en muy aguda contradicción con la indispensable necesidad de que este Partido fuera en verdad una vanguardia comunista revolucionaria. ¿Por qué era necesario hacer algo tan drástico? — y hacer una Revolución Cultural al interior de este Partido fue y es algo drástico. Porque debido a los muchos factores que he mencionado, y a otros que trataré en adelante, el carácter general de este Partido empezaba a convertirse en su opuesto, estaba muy seriamente al mero borde del precipicio, de caer en no ser una vanguardia comunista revolucionaria, y degenerar en una simple camarilla de reformistas que hubieran perdido toda la orientación de científicamente perseguir el problema de cambiar radicalmente la sociedad, gestando una transformación profunda del tipo que representa la revolución comunista. Todo esto se había vuelto muy manifiesto en este Partido, pese y en oposición a la “línea oficial” del Partido y de mi trabajo y la dirección que yo luchaba por dar, a fin de mantener al Partido en el camino de la revolución y el comunismo.

Esto se manifestó de muchas formas diferentes. Ustedes los presentes sin duda están familiarizados con mucho de esto, pero había toda una manera en que el Partido se estaba convirtiendo en lo que he descrito como un estilo de vida alternativo: un lugar para pasarla bien con otras personas que no estaban conformes con el mundo tal como es. Dejaban de tomar en consideración el objetivo de una revolución —era algo lejano, abstracto que quizás “un buen día” otros harían— mientras que este Partido mantendría el estandarte ondeando flojamente en el viento. Había una tendencia a ensimismarse, a seguir a la cola de la política de identidad, y otras tendencias reformistas, a diferencia de tener un enfoque de “núcleo sólido con mucha elasticidad basada en el núcleo sólido” (aunque esa formulación específica aún no se hubiese desarrollado, así era la orientación y enfoque básicos en que debieron haberse basado los miembros, pero en lugar de eso iban para otro lado). El trabajo que yo hacía, que se ha desarrollado más desde ese entonces pero que ya estaba bastante desarrollado hacia lo que he esbozado sobre la nueva síntesis del comunismo: todo eso se ignoraba —quizás se “apreciaba” a un nivel y luego se dejaba en un estante para acumular polvo— o se le oponía, de una manera directa o, para usar la jerga de esos tiempos, de una manera pasiva-agresiva. Se estaba abandonando toda la orientación de ser una vanguardia de una revolución concreta — huelga decir, era una traición a todo lo que el Partido debía ser.

Ante esta situación, era necesario aplicar la ciencia para tratarla y analizarla. ¿Todavía estamos por la dictadura del proletariado — todavía entendemos la necesidad de ella? ¿Todavía entendemos que el objetivo es el comunismo — y que el comunismo no es simplemente una vaga idea de igualdad, sino lo que Marx de hecho señalaba cuando formuló lo que se ha condensado en las “4 Todas”? ¿Aun entendemos que se necesita un partido de vanguardia —que es una contradicción bastante aguda, tomando en cuenta el hecho de que se supone que haya que ser un partido de vanguardia, pero por otro lado hay una tendencia a cuestionar la necesidad de tener un partido de vanguardia— y está la orientación de que en verdad este tiene que ser un partido de vanguardia, y no una aglomeración de activistas veteranos de una era anterior cuando se sentían más revolucionarios y fortalecidos por la lucha revolucionaria en el mundo, que desde ese entonces ha entrado en reflujo? Todo esto sí llegó a concentrarse en torno a mi dirección y al trabajo que yo hacía, porque, como dije en ese momento, estas preguntas —¿se necesita la dictadura del proletariado? ¿es el objetivo el comunismo en el sentido en que Marx lo exponía, en términos fundamentales? ¿de veras tenemos que derrocar el presente sistema? ¿se necesita un partido de vanguardia, que sea una verdadera vanguardia de la revolución comunista, para dirigir la realización de todo esto? y ¿qué método y enfoque necesitamos para aprender de la experiencia del pasado, y de amplias esferas de la actividad humana, para forjar el avance en este camino?— yo trabajaba en torno a cuestiones de este tipo, pensando, por mucho tiempo, que todo este Partido estaba en la misma página, bregando con estas mismas contradicciones, pero resultó que esa no era para nada la situación, salvo muy pocas excepciones, a todos los niveles del Partido. De hecho, el resto del Partido dejaba de lado todo eso —de nuevo, salvo muy pocas excepciones— yéndose a otro lado, que de veras no tenía nada que ver en absoluto con la revolución y el comunismo, aunque no obstante articularan esas palabras.

Bueno, ahora déjenme tratar la cuestión: ¿Por qué yo hacía el trabajo que hacía? Una vez más, regresamos al para quiénes y para qué. Yo no hacía ese trabajo para mí mismo. De joven, en la escuela intermedia y después aún más en la secundaria, mi vida cambió de una manera importantísima al hacer contacto con gente que hablando derecho, anteriormente yo no había conocido mucho, en particular gente negra. Empecé a aprender sobre su situación y cómo ésta se relaciona con lo que ocurre en esta sociedad en su conjunto. Sentí una atracción a la cultura de los negros que llegaron a ser mis amigos —no solamente la música y el arte en general, sino toda la manera en que interactuaban con el mundo— y al entorno en el cual me introdujeron. Y llegué al punto de darme cuenta de que ésta es mi gente. Bueno, yo entendí que su experiencia de la vida era distinta a la mía. Pero ésta es mi gente —no veo ninguna separación— no es que haya alguna otra gente “por allá” que pasa por todo esto y que eso sea de alguna manera ajeno a mí. Ésta es mi gente. Y luego empecé a reconocer con más profundidad lo que la gente tenía que vivir, la opresión a la cual estaba sometida constantemente, los horrores de la vida cotidiana y también las maneras más fuertes en que el sistema le caía encima. Al continuar con mi vida y empezar a abordar la cuestión de lo que hay que hacer al respecto, y ante una introducción a un enfoque científico de esto, me di cuenta de que mi gente es mucho más que eso. Me di cuenta de que mi gente son los chicanos y otros latinos y otros oprimidos en Estados Unidos; era gente en Vietnam y China; eran mujeres... eran los oprimidos y los explotados del mundo... y por medio de alguna lucha, y de tener que abandonar unas ideas incorrectas, he aprendido que también es la gente LGBT.

Ésta es mi gente, los oprimidos y explotados del mundo. Sufren terriblemente y hay que hacer algo al respecto. Por eso es necesario poner manos a la obra y entrar sistemáticamente en la ciencia que puede indicar el camino para poner fin a todo esto y hacer nacer algo mucho mejor. Tenemos que perseverar y seguir luchando para continuar por el camino de esta manera. Y cuando nos encontremos con nuevos problemas o reveses, tenemos que adentrarnos más profundamente en esto, y no dejarlo al lado y darnos por vencidos.

Por eso he estado haciendo el trabajo que hago. Y la cuestión de qué estaba haciendo, la dirección que daba y lo que esto había gestado, se convirtió en la cuestión central —o, como lo hemos dicho, la cuestión cardinal— de esta Revolución Cultural al interior del PCR, porque concentra la cuestión fundamental de si este Partido va a ser una vanguardia del futuro, o un residuo del pasado.

Se presentó una situación muy aguda, de hecho muy urgente, porque un verdadero partido de vanguardia es algo muy valioso para las masas populares. Fíjese, cuántas veces las masas populares pueden decir —al pasar por la vida en este mierdero de sistema— cuántas veces pueden decir: “Tenemos una fuerza que en verdad está de nuestro lado, hasta el final, y no nos va a clavar un puñal en la espalda ni va a dejar a medias lo que necesitamos”. ¿Cuántas veces la gente puede decir eso en el curso de su vida, y que en realidad sea cierto? Como ven, la existencia de un partido así es algo valioso para las masas populares, un partido que surgió de las luchas de la década del 1960 y principios de los 1970, y que en verdad era el logro más importante que resultó de todo ese período y de todo el auge de lucha en Estados Unidos. Muchas cosas se echaron para atrás: muchas fuerzas o salieron aplastadas, o se salieron del camino, o se dieron por vencidas; muchas personas se desmoralizaron, se acomodaron, aceptaron y se conformaron a las cosas como son, o salieron quebrantadas por el funcionamiento del presente sistema — gente que alguna vez tuvo una posición mucho mejor. Este Partido salió adelante en medio de eso y no cayó en eso. Pero en las décadas desde ese entonces, el Partido resultó desgastado por el funcionamiento y las influencias del presente sistema, y además por el hecho de que los miembros no habían estado desarrollando la lucha para resistir y superar eso, y para seguir la dirección que los dirigía para que eso no sucediera, y más bien luchar para hacer más avances en el camino en que tenemos que estar. No obstante, no se puede botar un partido — a menos que sea absolutamente claro que no es posible recuperarlo del camino del revisionismo y que va por la cloaca.

Tengo que decir que, en los doce años desde que se inició la Revolución Cultural en este Partido, en muchas ocasiones he dicho: “Bueno, de plano no estamos logrando avanzar en esta Revolución Cultural, todavía no logramos poner a este Partido en el camino en el que necesita estar”. Esto se manifiesta de muchas maneras pequeñas así como de muchas maneras grandes. Por ejemplo, leía un informe de alguien que trabajaba en torno a De Pie en Octubre, quien intercambiaba correos electrónicos con un pastor a que quería hacer que se activara en esta importante lucha. Bueno, el ministro le envió un correo a este compañero —todo esto sucedió durante las finales de la NBA, el campeonato profesional de básquetbol, en el Área de la Bahía de San Francisco donde el equipo de la NBA de esta región, los Golden State Warriors, jugaban contra los Cleveland Cavaliers—, el ministro estaba muy metido en el campeonato y en una parte del correo, mientras discutía cuestiones políticas, él escribió que realmente esperaba que los Warriors ganaran. Nuestro compañero responde al correo y entre otras cosas dice, sí, también espero que ganen los Warriors; y a propósito, en verdad debería escuchar esta charla de Bob Avakian sobre la NBA64.

Bien, aquí opera una contradicción muy aguda: en la charla sobre la NBA, BA habla acerca de que la NBA no es una competencia real que principalmente tiene lugar en una cancha de básquetbol, sino que más bien la rige la estrategia de marketing de los ejecutivos de la NBA, y que ellos moldean la manera en que organizan las eliminatorias y el campeonato. Así que lo que pasa en la cancha es lo que pasa en la cancha, pero cosas mucho más grandes, un marketing de miles de millones de dólares rigen la situación, que es mucho más determinante respecto a cuáles equipos van a jugar en el campeonato, y cuáles ganarán. Pero, esta persona dice, Escuche la charla de BA sobre la NBA, y sí, también espero que ganen los Warriors.

Si yo fuera el pastor que lee ese correo, pensaría, “Bien, usted me envía esta charla de BA, pero cuando la escucho parece que en verdad no cree en lo que dice, porque dijo que también esperaba que ganaran los Warriors”. Así que, para suavizarlo, tenemos cierto problema. De nuevo, promueve dos cosas. Por un lado, busca desarrollar algo que es muy importante, De Pie en Octubre, pero sigue a la cola del pastor. En lugar de dejar en claro que tenemos diferentes ideologías y perspectivas diferentes acerca del problema fundamental y la solución, no obstante nuestro interés común es luchar contra esta horrible brutalidad y asesinato policial y encarcelación en masa, y que por lo tanto debemos trabajar juntos para hacer que De Pie en Octubre sea lo más poderoso posible, pero el compañero busca una manera de acomodarse con este pastor, para decirlo de forma burda. “Sí, también quiero que ganen los Warriors” — en vez de presentar el mundo como de hecho lo es, lo que incluye presentar lo que en verdad es la NBA, y luego buscar unidad y luchar desde esa perspectiva. Quizás este sea un ejemplo a pequeña escala —y no quiero exagerar este ejemplo en sí, de forma desproporcionada, ni regañar a la persona que cayó en este error— pero de hecho han ocurrido cosas de este tipo, y siguen sucediendo una y otra vez: vamos con una mezcolanza de comunismo y reformismo populista y buscamos hacer maniobras e ir a la cola de la gente, a fin de hacer que la gente haga lo que queremos que haga en la situación inmediato, dejando fuera el panorama más amplio y hacía donde todo tiene que ir.

Así que este es un problema real, y algunas veces es desalentador. Pero tenemos que continuar impulsando la lucha, por dos razones muy importantes. Por un lado, bajo las condiciones actuales sería muy difícil construir un partido nuevo que pueda desempeñar el papel de vanguardia que se necesita. No se puede crear un partido por voluntad —ni por arte de magia con la mente— y no se puede convocar un partido partiendo de la nada, o de unas condiciones que en este momento no son muy favorables para crear uno. Por otro lado —y esto es muy importante—, todavía hay un número considerable de personas en este Partido que sí quieren ser lo que deberíamos ser, que sí quieren que este Partido sea la vanguardia que tiene que ser, y hay mucha gente allá en la sociedad que hay que incorporar en este Partido según la base de lo que necesita ser, y no algo opuesto a eso. Por lo tanto, a pesar de todas las desilusiones, tenemos que seguir desarrollando la lucha por eso. Pero simplemente lo digo en términos muy directos: en este Partido, todavía no se ha ganado esta Revolución Cultural por completo. Y de hecho, no es una Revolución Cultural que haya terminado. Se escucha con demasiada frecuencia que se habla de esto como si fuera algo del pasado — como, “Sí, allá por los tiempos cuando tuvimos esta Revolución Cultural en el Partido...”. Hay un número demasiado grande de personas, de diferentes niveles en el Partido, que se refieren a esto en tiempo pasado — pero eso no es cierto.

De hecho, esta Revolución Cultural todavía continúa — si bien de algunas formas nuevas y en un nuevo marco: continuar la lucha para transformar más el Partido en el contexto de transformar el mundo más amplio, construyendo el movimiento para una revolución concreta, y sí, activando olas de gente nueva como una parte central de construir y fortalecer el Partido como el núcleo dirigente de esa revolución, a la vez que seguimos luchando por transformar el Partido para que sea cada vez más y más lo que tiene que ser.

64. Bob Avakian, “La Asociación Nacional de Baloncesto: Racismo disimulado al servicio de los grandes gángsteres”, una de las 7 Talks (7 Charlas) de 2006. Se puede descargar el audio en inglés en www.revcom.us. [regresa]

 


Índice

Introducción y orientación

Víctimas necias del engaño ajeno y propio

Primera parte. Método y enfoque, el comunismo como una ciencia

El materialismo versus el idealismo
Materialismo dialéctico
Con cuál modo de producción
Las contradicciones y dinámicas básicas del capitalismo
La nueva síntesis del comunismo
La base para una revolución
La epistemología y la moral, la verdad objetiva y necedades relativistas
El yo y un enfoque “consumista” de las ideas
¿De qué se tratará tu vida? — Elevar la vista de la gente

Segunda parte. El socialismo y el avance al comunismo:
Un mundo radicalmente diferente que podría haber, un camino hacia la verdadera emancipación

Las “4 Todas”

Más allá del estrecho horizonte del derecho burgués
El socialismo como un sistema económico y un sistema político — y una transición al comunismo
El internacionalismo
Abundancia, revolución y el avance al comunismo — Un análisis materialista dialéctico
La importancia del “concepto del paracaídas” — En este mero momento, y aún más a raíz de una revolución real
La Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte
   Núcleo sólido con mucha elasticidad basada en el núcleo sólido
Emancipadores de la humanidad

 

Tercera parte. El enfoque estratégico de una revolución real

Un solo enfoque estratégico general
Acelerar mientras se aguarda
Fuerzas para la revolución
La separación entre el movimiento comunista y el movimiento laboral, fuerzas impulsoras para una revolución
Liberación nacional y revolución proletaria
La importancia estratégica de la lucha por la emancipación de las mujeres
El Frente Unido bajo la Dirección del Proletariado
La juventud, los estudiantes y la intelectualidad
La lucha contra los modos de pensar pequeño burgueses, al mantener la orientación estratégica correcta
Los "dos máximos"
Los "5 Altos"
Las dos piedras angulares
De nuevo “Sobre la posibilidad de la revolución”
El internacionalismo — El derrotismo revolucionario
El internacionalismo y una dimensión internacional
El internacionalismo — Forjar otro camino
La popularización de la estrategia
Orientación fundamental

Cuarta parte. La dirección que necesitamos

El papel decisivo de la dirección
Un núcleo dirigente de intelectuales — y las contradicciones que esto supone
Una "pirámide" de otro tipo
La Revolución Cultural al interior del PCR
Es necesario que los comunistas sean comunistas
Una relación fundamentalmente antagónica — y las implicaciones cruciales de eso
El fortalecimiento del Partido — de manera cualitativa así como cuantitativa
Formas de organización revolucionaria, y el "Ohio"
Estadistas, y comandantes estratégicos
Métodos de dirección, la ciencia y el "arte" de dirigir
Trabajar desde "Sobre la posibilidad" hacia atrás —
   Otra aplicación del "núcleo sólido con mucha elasticidad basada en el núcleo sólido"