Estamos pisando y triturando las banderas nacionales estadounidense y rusa debido a que estos son los símbolos de los imperios opresores que se sientan encima de un sistema global de capitalismo-imperialismo, en que los Estados Unidos es de lejos el opresor # 1 en el mundo.

Estamos pisando y triturando las banderas nacionales de Estados Unidos y Rusia debido a que estas dos potencias ensangrentadas están librando una guerra de sustitutos en Ucrania ... en contienda sobre si van a mantener y ampliar su control sobre las redes globales de explotación y opresión y los recursos del mundo ... en maniobras por posicionarse y, al hacerlo, al arriesgarse a una confrontación militar directa con el peligro de una tercera guerra mundial, y el potencial de la aniquilación nuclear.

Estamos pisando y triturando las banderas nacionales estadounidense y rusa debido a que Biden miente cuando nos dice que esta es una guerra entre “democracia y autocracia”; esta es una guerra entre potencias opresoras. Su diferencia en el estilo de gobierno es sólo eso, un estilo... que cubre su esencia, sí, de dictaduras capitalistas... gobierno por medio de la fuerza, la violencia, el terror, la brutalidad... diferentes sabores, la misma naturaleza.

Este es un sistema del capitalismo-imperialismo.

Y ¡es este sistema, y no la humanidad, el que tiene que volverse extinto!

Se trata de un sistema en el que la riqueza y el poder de los países imperialistas descansan sobre cadenas de opresión que se extienden por todo el planeta... cadenas de explotación de miles de millones de personas en el “Sur Global” cuya sangre, sudor, lágrimas y su propia vida fluyen hacia la producción y el envío de alimentos, bienes de consumo, medicinas, medios de transporte utilizados por estas potencias imperialistas... estas “cadenas de suministro” son redes interconectadas de brutalidad salvaje que engordan y enriquecen a los países imperialistas y empobrecen y esclavizan a los países oprimidos.

Se trata de un sistema en el que decenas de millones de niños trabajan de esclavos en las maquiladoras... cuyos deditos manipulan los componentes de los ordenadores... que se afanan en la oscuridad de las minas extrayendo los minerales que potencian los teléfonos del mundo... adolescentes que trabajan en las plantas empacadoras de carne y en las fábricas procesadoras de alimentos para que usted tenga tantas opciones lujosas en los relucientes supermercados de Estados Unidos y Europa.

Este es un sistema en el que estas potencias imperialistas luchan por quién controlará la capacidad de esclavizar a esos niños, explotar a los millones de personas, poseer los recursos, controlar las economías y los sistemas políticos de las potencias subordinadas... gánsteres en lucha por cotos de territorio, pero el territorio es nuestro globo.

Se trata de un sistema que expulsa a millones de personas de sus países de origen, en huida de sequías, inundaciones, el hambre y la violencia... para arriesgarse a ahogarse en el mar, a sufrir insolación en las sofocantes selvas, a morir de sed en el desierto y a ser encarcelados de manera interminable en los campos de refugiados cuyo propósito es mantener a los hambrientos y los indocumentados fuera de las ciudadelas del imperio.

Este es un sistema que está matando a nuestro planeta, un sistema cuyo motor es el petróleo y el carbón, que calientan el mundo, calientan los mares, contaminan los ríos, queman nuestros bosques, los cantos de los pájaros perdidos para la historia, las abejas y las mariposas amenazadas... incendios, inundaciones, sequías... pero este sistema sigue excavando, minando y derritiéndose... sordo a todo excepto al afán de ventajas despiadadas sobre los competidores globales.

Este es un sistema que sofoca el potencial humano y degrada las relaciones humanas, en que las personas se convierten unas a otras y a sí mismas en productos, cosas que se compran, se venden, se poseen, se usan, de los que se abusan... mentes absortas en lo pequeño, lo mezquino, lo trivial... el regodeo mezquino a costa de, sobre el lomo, de chuparse la sangre de los demás... rechazados, con la cabeza gacha, con el espíritu quebrantado... en lucha por su tajada de la piel, el sudor y el trabajo de los demás, se traga aspiraciones, esperanzas y sueños a fin de ocuparse únicamente por el yo, yo, yo...

¡Es este sistema, y no la humanidad, el que tiene que volverse extinto!

Este sistema se impone mediante la guerra y el terror, en que Estados Unidos es el criminal de guerra # 1 en el mundo. Amenaza con movimientos bélicos en contra de China, con masivo armamento para Ucrania para tratar de forzar a Rusia a retroceder. 

Este sistema se impone por la violencia y la matanza, por golpes de estado dirigidos por la CIA, invasiones, tortura, 750 bases militares estadounidenses en más de 80 países, bombas cuya metralla desgarra la piel y destroza el tejido, misiles no tripulados que destrozan cuerpos y convierten hogares en escombros... patrias destruidas desde Irak a Afganistán, Siria, Yemen, Libia, Palestina.... Vietnam, Venezuela, Guatemala, Nicaragua, Honduras y al girar el globo terráqueo ... con el respaldo de la máxima amenaza de la aniquilación nuclear.

No aceptamos el futuro de ellos — ya es hora de organizarnos para una revolución real

Este es un sistema que no es permanente ni todopoderoso. Los gobernantes de Estados Unidos están irreconciliablemente divididos, los republi-fascistas están arrancando el velo de la democracia para todos, y los demócratas están usando eso como una tapadera raída mientras aterrorizan al globo. Y por “mal que estén las cosas, y lo peor que esté por venir, este sistema se está desmoronando y de ese hedor podemos arrancar algo mucho mejor...”

No aceptamos el futuro de ellos — ya es hora de organizarnos para una revolución real

Una revolución para hacer nacer un sistema basado en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte de la que es autor el líder revolucionario Bob Avakian. Un sistema en el que el funcionamiento económico no se base en el control privado de los recursos mundiales, sino en la propiedad colectiva, con un plan consciente basado en la satisfacción de las necesidades de las personas, que arranque de raíz la explotación y la opresión y habilite a la humanidad para convertirse en guardianes dignos de la Tierra.

Una revolución para hacer nacer un sistema que desmantele las armas nucleares que aterrorizan al planeta, para arrancar de raíz la supremacía blanca, la arraigada opresión patriarcal de las mujeres y las personas LGBTQ, para forjar nuevas relaciones de igualdad, respeto... el lugar en que vivir, comer, vestirse y tener cobijo no requiera que se ceba como un parásito del resto del mundo. Formar parte de una sociedad llena de debate y lucha, de la búsqueda de la verdad y en la que todos formemos parte de algo más grande que nosotros mismos: un futuro digno para nuestros hijos.

Como ha dicho el líder revolucionario Bob Avakian:

Únicamente mediante el derrocamiento de este sistema, incluido en sus más fuertes centros de poder en los propios países imperialistas —un derrocamiento realizado con el fin de también impedir que estos imperialistas lancen una guerra total de aniquilación— únicamente así podemos avanzar hacia el objetivo de superar las divisiones entre los seres humanos que encarnan la explotación y la opresión y conducen al conflicto violento, y por fin hacer realidad las aspiraciones de tantísimas personas a tener un mundo sin guerra.

Eleve su vista. No acepte futuro de ellos, ¡sea parte de organizarse para esta revolución!