Salió un artículo en el New York Times el lunes 25 de enero, “How Liberals Rehearsed for Trump’s Power Grab” [Cómo los liberales hicieron ensayos para el caso de que Trump intentara agarrar el poder]. Mientras leía el artículo, me llamó la atención una y otra vez las pronunciadas diferencias entre la manera en que “la izquierda” (tal que se le denomina en este artículo), y la manera en que Bob Avakian (BA) en su declaración “Un año nuevo, La necesidad urgente de un mundo radicalmente nuevo — Para la emancipación de toda la humanidad”, abordan la situación actual que enfrentamos, el papel de la verdad y la capacidad de la gente para hacerle frente a la realidad. Me pareció que valía la pena comparar y contrastar los dos enfoques porque nos encontramos en tiempos con muchísimo en juego y estas cuestiones de enfoque y método importan muchísimo por lo que se refiere a la manera en que podemos actuar para cambiar el mundo. Las citas de BA son de esta Declaración de Año Nuevo.
El artículo dice que horas después del intento de golpe de estado en Washington, D.C., el 6 de enero, más de 900 personas, “una coalición de funcionarios sindicales, abogados de derechos civiles y estrategas de campaña” se unieron en una videoconferencia. El artículo dice: “La reunión no fue una afortunada hazaña de organización de emergencia, ni lo fue el frente altamente disciplinado y unido que surgió de ella”. Según el New York Times, la videoconferencia incluía una presentación de un “gurú liberal de mensajería” (¿Qué demonios es eso?) que “instó a no llamar a atacar a un ‘golpe de estado’, con la advertencia de que esa palabra podría hacer que el Sr. Trump pareciera mucho más fuerte de lo que era”.
Recordemos que pocas horas antes, inspirados y movilizados por el presidente de Estados Unidos, una turba fascista de cientos de personas, muchas de las cuales estaban armadas con palos, espray mace y esposas de plástico, listas para entrar en acción, habían entrado a la fuerza al Capitolio de Estados Unidos, a gritos de “ahorquen a Mike Pence” y “¿Dónde está Nancy?” ¿Y cuál fue el nivel de respuesta de esta coalición de organizaciones y personas “progresistas” —que estaban ligadas a la estrategia del Partido Demócrata o la impulsaban— a estos acontecimientos históricos y estremecedores? No utilizar la palabra “golpe de estado” debido al efecto que tendría en hacer que “Trump pareciera mucho más fuerte de lo que era”.
El criterio no era si se diera un intento de golpe de estado o no. El criterio era “qué pensará la gente”. Esta coalición ligada al Partido Demócrata se encuentra en las mismas personas que se han indignado, con razón, contra las fuerzas fascistas, a todos los niveles, que promueven alegaciones anticientíficas e infundadas sobre la Covid o las elecciones “robadas”, “porque muchas personas lo creen”, pero a partir de eso dicen lo que tenga el efecto que desean en lugar de decir la verdad real.
Esta misma coalición también canceló una importante movilización pública que se llamó a celebrar inicialmente el día después de las elecciones a fin de oponerse a Trump y apoyar a Biden. ¿Por qué? Temían que tal movilización pudiera “‘cambiar inadvertidamente la marea de impulso mediático’ presentando a un presidente derrotado como un adversario temible”. La premisa de esta coalición es que de alguna manera, mediante la repetición de su “narrativa”, serían capaces de determinar si Trump era realmente un “adversario temible”. Este fascista, supremacista blanco, misógino y xenófobo está al frente de la lealtad de decenas de millones de personas en Estados Unidos, sin mencionar la turba de miles de personas en Washington, D.C. el 6 de enero, con facilitadores y partidarios de arriba a abajo en las filas del Partido Republicano, pero estos organizadores tenían la noción de que podían medir la fuerza de Trump al elegir las palabras indicadas para reflejar la “narrativa” que ellos deseaban que fuera cierta y llamando a la gente a dejar las calles.
¿En qué difiere este enfoque a los “hechos alternativos” de los fascistas, independientemente de su intención? Compare eso con lo que dice Bob Avakian en su Declaración sobre lo que enfrentamos: “La verdad ineluctable es que Estados Unidos, la ‘ciudad luminosa en una colina’ que tanto proclaman, ¡está lleno de fascistas! — en el gobierno a todos los niveles y en grandes partes de toda la sociedad”. Una vez más, BA está poniendo la realidad de la situación ante la gente para que la reconozca y, al entenderla, para que sea parte de cambiarla.
Incluso en las celebraciones espontáneas cuando se declaró el triunfo de Biden en las elecciones, a la gente “se le instó a que adoptara un tono de celebración y triunfo”, sin ninguna indicación de que este movimiento fascista, reflejado en el hecho de que 74 millones de personas votaron por Trump, quizá siga siendo un problema. Ésta era una victoria justa que se celebró muy acertadamente, pero el objetivo de los organizadores era asegurarse de que estas celebraciones hicieran que “las acciones del señor Trump parecieran impotentes”. Pero la gente necesita conocer la verdad, y BA le dice la verdad a la gente, no le dice a la gente lo que la hace sentir cómoda: “Hay que hacer frente a la realidad de que, como se manifestó mediante las elecciones, casi la mitad de la población estadounidense ha acogido, de manera apasionada, agresiva y beligerante, lo que el ‘trumpismo’ representa”.
Esta coalición “progresista” ligada al Partido Demócrata se había constituido antes de las elecciones con el objetivo de identificar las formas en que Trump podría intentar “ganar” o robarse las elecciones más allá de las urnas y de trazar una estrategia por medio de los canales y procedimientos legales para evitar eso. Aparte de prohibir todas las protestas en las calles debido a que “provocaran” a los fascistas, también estimaban que incluso las demandas reformistas de “Desfinanciar a la policía” y “Abolir al ICE [la Migra]” eran inaceptables y era necesario “suplantarlas por un vocabulario más estudiado, desarrollado mediante estudios de opinión cada noche y ensayos de mensajería”. O sea, no hablar de lo que por qué millones de personas estaban indignados en las calles en el hermoso levantamiento en el verano de 2020. O sea, olvídense de indagar cuál es el origen del sinfín de asesinatos de negros y latinos a manos de la policía. O sea, olvídense de por qué meten a los inmigrantes en jaulas bajo este sistema (bajo los republicanos y los demócratas por igual como sabemos muy bien). No hacen ninguna crítica política, no hay ninguna lucha con la gente sobre si sus demandas realmente traerían la justicia que tan urgentemente quieren, no hay ningún “proceso democrático” aquí. Sólo se aseguran de que los mensajes no molesten a nadie, a partir de buenos métodos de mercadotecnia y grupos focales.
Comparemos eso con lo que BA denuncia en la Declaración: “Este fascismo tiene profundas raíces, en las dinámicas subyacentes del sistema capitalista-imperialista que gobierna en Estados Unidos y en toda su historia, desde su fundación en la esclavitud y el genocidio”. La gente tiene que reconocer que el fascismo fue engendrado debido a la propia naturaleza del sistema en Estados Unidos, y no debido a algo de lo que Trump sea el único responsable y lo que desaparecerá cuando él deje el cargo.
En un sentido amplio en la población, la gente sí tiene una profunda sensación de que esta lucha contra el fascismo no ha terminado aunque Biden haya ganado las elecciones. Los políticos fascistas todavía siguen a Trump mientras el juicio político de destitución comienza a perfilarse, y el mismo Trump sigue amenazando, intimidando y organizando a cualquiera que vacile. Los golpeadores siguen en las calles, con tanta más fuerza porque amplios sectores de la población no hicieron suyo el llamamiento de Rechazar el Fascismo a construir un movimiento sostenido, no violento de masas para exigir: ¡el régimen fascista de Trump y Pence tiene que marcharse ya! Pero estos organizadores “progresistas” están trabajando muy duro para mantener cualquier discusión, cualquier demanda, cualquier sueño dentro de los límites de “lo que es”.
No se trata simplemente de mantener a los individuos en una camisa de fuerza política e ideológica. Tiene muchas más ramificaciones. BA dice: “Y en la medida que se mantengan las cosas dentro de los límites de este sistema, en realidad eso tendrá el efecto de intensificar los horrores para la humanidad que son una parte integral de este sistema, al mismo tiempo que también reforzará e impulsará más a las fuerzas subyacentes económicas —y sociales y políticas— que fortalecerán este fascismo que ya ha demostrado gran fuerza en Estados Unidos (y varios otros países)”.
Los comunistas revolucionarios con frecuencia escuchamos, de parte de las personas en los movimientos de los cuales habla el artículo del New York Times, que nosotros los comunistas tenemos una “agenda oculta”. Pero, ¿quiénes están creando una “narrativa” que le conviene a sus necesidades, en lugar de decirle a la gente la verdad? ¿Quiénes le están restando importancia a la fuerza real de los fascistas porque eso ayudaría a que se sintieran mejor las personas a las que intentan mantener en la pasividad? ¿Quiénes son los que toman las decisiones para cancelar los brotes de lucha de la gente ante la amenaza fascista de robarse las elecciones?
Veamos lo que es realmente cierto y lo que se ilustra incluso en este mero artículo en comparación con lo que BA está poniendo ante la gente en esta Declaración de Año Nuevo. BA, y los comunistas revolucionarios que le siguen, constantemente están llamando a la gente a ser pensadores críticos, a recabar evidencia para sustentar sus conclusiones, a luchar por ser consecuentemente científicos en su método y enfoque de conocer los problemas y las soluciones, y a poner las grandes cuestiones de la revolución ante la gente para que colectivamente podamos trabajar en torno a ellas y resolverlas.
BA, y los comunistas revolucionarios que le siguen, insisten en decirle la verdad a la gente aunque no sea lo que la gente quiere escuchar, en llevar lucha con la gente de modo que ésta actúe según sus convicciones y principios y explore más a fondo el análisis de BA mientras lo hace. Todo ello para que, al comprender cuáles problemas enfrentamos, todos podamos actuar de forma consecuente con el mundo radicalmente mejor que queremos crear.
Como dice el BA aquí: “Hace falta forjar una polarización profundamente diferente, de acuerdo con el potencial de un mundo radicalmente diferente y mejor, en representación de los verdaderos intereses de las masas de personas y en última instancia de toda la humanidad. Hace falta asumir un enfoque radicalmente diferente de entender las relaciones y problemas de la sociedad y actuar en consecuencia — un método y enfoque cabal y consecuentemente científico”.
Participe en luchar por esa polarización diferente de la que él habla. Adéntrese en esta Declaración, difúndala, hable con otras personas acerca de ella y siga explorando más a fondo las obras de BA y descubra más sobre el líder que tenemos en BA, descubra por qué BA es el pensador y líder político más importante del mundo de hoy.
