A las dos de la tarde del domingo 11 de abril, la policía de Brooklyn Center, un barrio periférico de Mineápolis, detuvo a Daunte Wright, un hombre negro de 20 años, por una “infracción de tráfico”. Entre lágrimas, la madre de Daunte Wright, Katie Wright, dijo a los periodistas que Daunte la había llamado cuando lo detuvieron y le dijo que lo habían detenido por tener un aromatizante ambiental colgado del espejo retrovisor. Ella oyó ruidos de fondo. Oyó a la policía gritar a Daunte y decirle que colgara el teléfono — y la llamada terminó. Cuando volvió a llamar a Daunte, la mujer que estaba con él le dijo que Daunte estaba muerto en su coche, a unas pocas manzanas de distancia, baleado por la policía.

El día después del asesinato de Daunte Wright, el jefe de policía de Brooklyn Center dio una conferencia de prensa y afirmó que el asesinato fue un “accidente”. Puso una grabación de la cámara corporal que muestra a los policías diciéndole a Daunte que tiene una orden de arresto. En el video, una policía se acerca a Daunte con su arma desenfundada y apuntando a Daunte. Le grita: “¡Te voy a disparar con el Taser! ¡Te voy a disparar con el Taser! ¡Taser, Taser, Taser!” Un instante después, dispara a Daunte con su pistola a quemarropa. Luego parece gritar: “Mierda, le acabo de disparar”.

Al día siguiente, la policía que asesinó a Daunte renunció a la policía, diciendo: “He amado cada minuto de ser un oficial de policía y servir a esta comunidad lo mejor posible, pero creo que es en el mejor interés de la comunidad, el departamento, y mis compañeros oficiales si renuncio inmediatamente”. El jefe de policía que insistió en que la muerte de Daunte fue sólo un “accidente” también dimitió.

¿Un accidente? El corto de vídeo seleccionado por el jefe de policía muestra a los policías, en lo que supuestamente era una parada por infracción de tráfico, actuando como si estuvieran en modo de guerra.

A la policía que mató a Daunte Wright la describió el jefe de policía como un miembro “muy veterana”. Su arma eléctrica Taser es amarilla, su pistola es... una pistola. Sin embargo, al igual que el policía que mató a Oscar Grant en una estación de tránsito de Oakland, California en 2009, se nos dice que no podía distinguir su pistola de una Taser.

Pero, ¿y si resulta que esta policía de gatillo fácil era tan imprudente, que tenía tan poca consideración por la vida de un joven negro, y que había sido tan programada para ver a Daunte Wright como menos que humano, que después de una parada “pretextual”, le disparó y lo mató cuando “sólo” pretendía aterrorizarlo, brutalizarlo y torturarlo con una pistola eléctrica? ¿Qué probaría eso, excepto que para este sistema, la dignidad y la vida de una persona negra vale menos que la de un perro?

En un país donde todos los jóvenes negros llevan una diana en la espalda a los ojos de la policía, Daunte Wright fue asesinado a pocos kilómetros del juicio del policía que linchó a George Floyd. En Mineápolis los negros constan del 20% de la población, pero del 68% de las veces que la policía de Mineápolis apunta con un arma a alguien, es a un negro. Y cuando la policía mata a los negros una y otra vez y se sale con la suya, eso no es un “accidente”. Ese es un sistema que no puede reformarse, sino que hay que derrocarlo.